Shadows of the Day [Libre]

Sintió una leve calidez acumularse bajo sus párpados. Era algo dulce, suave y envolvente, como una caricia suficientemente superficial como para solo rozar el vello corporal o un abrazo con unos milímetros de distancia. El tono anaranjado le hizo recordar aquellas imagenes documentales sobre los fetos que esperan su nacimiento en la seguridad del vientre materno.
Abrió despacio sus ojos, respirando el aire que se paseaba por los esqueletos de metal y cristal.
Despuntaba el amanecer, y los ojos ámbar del peliplateado trataban de asimilar los primeros rayos que incidían sobre su rostro, pintando sombras en sus botas, dedos, en cada arruga de la ropa, en las rendijas metálicas que separaban el vacío de la azotea de Crusaders.
Había pasado el poco tiempo de la noche en aquél lugar, y entonces se percató que le dolía un tanto el cuerpo. En el brazo tenía algún que otro moratón, así como en la cara unas marcas volumétricas, como dos líneas dibujadas en su mejilla en rojizo.

La noche anterior, como otras, había escapado de la escuela sin que apenas alguien pudiera fijarse. Una sombra, algo que corría veloz por las calles tintadas de una luz anaranjada por cada farol. Había dejado su uniforme atrás con tal de no ser identificado como un alumno. Tan solo ropas oscuras. Lo único reconocible del joven eran su característico parche y una chapa donde lucía la ya bautizada Scarring Face.
Seth se la buscó en el pecho de la chaqueta, encontrándola impecable, lo que le hizo sentirse aliviado. Si la perdía, no se lo podría perdonar.

Merodear. Paseaba por las calles con los cascos de música sonando levemente colgados del cuello, paseando por las calles con las manos en los bolsillos. De vez en cuando se cruzaba con algún grupo de jóvenes que habían salido de fiesta, pero normalmente, no quedaba nadie a aquellas horas altas. Observaba los callejones pintados, los parques de asfalto, los descampados que esperaban un nuevo edificio o construcciones abandonadas que esperaban ser demolidas. Pero la respuesta la encontró al girar una esquina, donde un par de policías daban patadas a un joven encogido en el suelo de dolor.
Había leído en algún periódico, en noticias pequeñas, que se habían dado muchas denuncias ultimamente a supuestos abusos de autoridad. Y en aquél momento, lo tenía claro.
Básicamente, porque el sujeto del suelo no era ningún criminal. Era uno de esos niños pijos que se iban a un After a tomar San Francisco con sus amigitos a decir cuan rollo era estar con sus papás y alguna que otra gilipollez adolescente.
Los lamentos le llegaron a los oídos, sacando las manos de sus bolsillos y acercándose a paso ligero.

Seth no pudo evitar alzar la barbilla para mirar al cielo y reír suavemente. Había recibido algún que otro golpe de porra, pero se sentía bien. Jodidamente bien.

Desde que había llegado a la Academia, cuando se sentía intranquilo o nostálgico, iba directo a la azotea para pensar, tranquilizarse y estar un rato solo, le gustaba la vista sobre todo en las mañanas y en las tardes por lo cual cada que tenia oportunidad subía y se pasaba horas enteras, aun saltándose clases y todo.

Abrió la puerta de la azotea, pero se llevo la enorme sorpresa de toparse ahí con uno de sus compañeros, el chico parcheado- Seth, ¿que haces aquí? -pregunto en un susurro, entrando y cerrando la puerta. Parecía que el peligris había tenido una noche bastante 'movida' o eso parecía por como se veía, algo maltratado.

- ¿Donde te estuviste revolcando para quedar así? -pregunto con una ligera sonrisa en sus labios mientras se acercaba mas al chico.

Buscó en su bolsillo alguna cosa, dando con un paquete algo arrugado de chicles con sabor a fresa mentolada. Sacó uno cuando la puerta a la azotea se abrió. El peliplateado desvió un poco su mirada al visitante, quitándole importancia viendo a Mark, llevandose una tira de chicle a la boca.
Masticó entrecerrando sus ojos saboreando el frescor cuando el pyrokinético llegó hasta su lado.
-Lo mismo puedo preguntarte -Contestó llevando sus brazos tras la cabeza, notándolos encarcarados de dolor- No suelo verte por la terraza... Al menos demasiado.
Hizo una solemne pausa en la que infló un pequeño globo, devolviéndolo al interior de su boca donde eclosionó, sonriendo.
-No hice nada -Respondió dejando escapar un poco de aire en su sonrisa de forma agradable- Solo... un acto menor de heroísmo...

Una vez cerca del peligris, le robo una tira de chicle para luego abrirla y llevársela a la boca, disfrutando del agradable calor, masticando con suavidad y lentitud- Pues necesitaba algo de aire fresco...tanto estar encerrado en la Academia, sin nada que hacer, me asfixia -se quejo de mala gana, frunciendo el ceño un poco.

La brisa que había en la azotea acariciaba ligeramente la piel de su rostro, refrescandolo mientras jugaba traviesamente con algunos mechones de su cabello. Enfoco su mirada en el cielo que se extendía sobre sus cabezas.

No pudo evitar una suave carcajada- ¿Acto de heroísmo? -pregunto con algo de ironía- Seguro era algo que involucraba meterte a romperle la cara a alguien mas -comento con tranquilidad, haciendo una pequeña bomba con el chicle, tronandola fuera de su boca para luego seguir mascando.

-No tienes remedio, Seth -le regaño con un tono divertido, tirando con suavidad de una de sus mejillas- No hagas que tu buen amigo, o sea yo, se preocupe por ti -guardo silencio luego de soltar la mejilla que castigaba con sus dedos.

(maldita, no me puedo poner seria viendo a Markizard! xD)


Hizo una fugaz y afilada mirada al pirokinético, casi asesinándole por robarle un chicle. Pero no lo haría. Básicamente, porque Mark era un buen amigo. Cuando se discutían lo hacían fuerte, pero al menos siempre podrían decirse las cosas a la cara.
La primera vez que se conocieron, recordó que chocó con él en el pasillo y casi se revientan ambos la cara a puñetazos. Ahora sin embargo, era como un especie de hermano postizo.
-Acto de heroísmo no, fue un acto menor -Recalcó- Y obviamente que incluía romperle a alguien la cara. En este mundo, en las calles y más en la noche todo se distorsiona de tal forma que las palabras no entienden de armas en la guerra.
Hizo un ligero globo pensativo.
"...Y cada vez menos tampoco en el planeta..."

Suspiró largamente. Tanta mierda para tan poco espacio. Se miró las palmas de sus manos por unos instantes, mirando a su compañero. Igual que un animal. ¿Consideraría ese edificio como una cárcel?
Cerró uno de sus ojos con el pellizco.
-Si tampoco te enterarás cuando salga de este edificio, Kruger -Comentó cruzándose de brazos- Nadie se enterará...

(xDDDD Sobre todo con su adorable "Gao!" jajaja)

Sonrió de manera traviesa, haciendo una pequeña bomba con la goma de mascar, sabia que podían llegar a golpearse en medio de una pelea y al día siguiente o en un par de horas, ya estarían de nuevo, tan amigos como siempre, al menos al lado de Seth no tenia que esconder su lado de 'pequeño demonio' que siempre había tenido.

Dejo escapar un suave risa al escucharla hablar de esa manera- Oyéndote hablar así, ni pareces un tío que solo piensa con los músculos -sonríe de manera amable- Pero tienes razón, hay cosas que solo se pueden arreglar con la fuerza -ya había aprendido eso, ahora lo tenia claro todo el tiempo dentro de su cabeza.

-No, no me enteraría pero...a pesar de todo eres mi amigo y me preocupo si de repente te encuentro así, como estas en este momento -suspira y le suelta la mejilla- Te comprendo, en cierta manera, la Academia es un lugar demasiado cerrado para mi gusto...estoy acostumbrado a vagar por la ciudad -hizo un ligero puchero al recordar que no podía andar donde quisiera, a la hora que quisiera, siempre corría el riesgo de que los maestros le descubrieran.

Seth frunció el ceño, sintiéndose ofendido al comentario del otro.
No pensó mediar palabra con el otro en un largo tiempo, en el que los cascos de su mp3, que habían permanecido encendidos entonces dejaban escapar notas perdidas de una canción de Green Day.
Ni aún Mark siendo alguien que considerase tan cercano como para hablar con cierta confianza, dejaba de ser un desconocido.
"Me lo he buscado yo mismo"

Al fin y al cabo, ése era Seth. El Seth que todos verían y todos esperaban ver: Una masa de carne y hueso que se movía con la condición que donde allá fuera tuviera que haber golpes.
Velocidad y violencia, la doble uve de los futuristas de Marinetti.
Alzó su rostro al cielo.
-...¿Crees que podría existir una relación entre Macmillan y el incendio? -Murmuró.

Dejo escapar un largo suspiro, cerro los ojos, a veces no entendía mucho de la personalidad de Seth, pero tampoco le gustaba preguntar mas de lo necesario, esperaría pacientemente a que su amigo le tuviera la confianza para mostrar mas de él al americano.

Se sentó al lado de Raven, admirando el paisaje que se veía desde la azotea, era bastante bonito y tranquilo. Dibujo una suave y muy tenue sonrisa en sus labios hasta que escucho como su compañero hacia esa pregunta.
Bajo la mirada y observo atentamente las palmas de sus manos, alguien con su poder, seguramente haría un incendio como ese.

-Yo creo que si...un pyrokinetico puede incendiar fácilmente un bosque entero -dijo en voz baja, un suave escalofrió recorrió el cuerpo del castaño, el mismo había creado pequeños incendios en su hogar, y en sus escuelas, claro que no era su intención.
Sin embargo, los que no sabían de sus poderes lo veían como un loco mental, un piromano.

Apoyó su rostro en una de sus manos, aguantándose un leve quejido por el dolor que sentía en su cuerpo.
-No me refiero a eso -Le cortó peinándose unos mechones- Hay tanta variedad de poderes como mutaciones de bacterias hay en el mundo.
No había escuchado mucho acerca de ese tal Macmillan. Lo escuchó una vez ser nombrado por lo bajo y, para cuando se giró, encontró como la gente miraba con vergüenza a otros lados.
Había algo que no le había gustado. Y puesto que en la escuela no encontraría respuestas, o al menos eso creía, decidió investigar más a fondo...
Pieceville le brindaría la clave. Libros, periódicos viejos, documentos grabados en Dvd, lo que fuera. Y a pesar de no haber logrado mucha cosa, Seth tenía sus teorías.
-Piénsalo bien -Comentó tocándose con la yema de su dedo la barbilla, en un gesto pensativo- Si no entiendo mal de todo esto, la academia nos enseña a controlar nuestros poderes. Hacerlos nuestros para no causar destrozos, o para ayudar a los demás.
Hizo una pausa larga.
-Sin embargo... En cuanto el incendio fue erradicado y salvamos vidas, se nos acusó del daño, a lo que los civiles nos abuchearon. Repudio con miedo o con odio. Ese fue el primer paso -Alzó un poco el rostro- Y ahora aún, se sigue hablando si no habrían de tenernos contados como ganado. Y por último... Estaba ese mocoso siniestro que nos acusó.
Se sacó el chicle de la boca para envolverlo en su envoltorio y así poderlo tirar luego, apoyando la cabeza en la pared que tenía con respaldo.
-No quiero alarmarte Kruger, pero algo malo ha de estarse cociendo. -Le miró a los ojos- Eso... o alguien quiere hacernos daño.

El castaño escuchaba atentamente las palabras de su compañero, no estaba nada errado de la realidad, sabia que todo lo que había pasado en ese incendio no había sido accidental, algo o alguien lo había provocado pero ¿porque? ¿que caso tenia hacerles daño?

Bajo la mirada, recogió sus piernas, apoyando su barbilla sobre ellas mientras las abrazaba con ambos ambos brazos, buscando algo de protección extra- Lo se... también lo presiento -cerro los ojos, el silencio en aquel lugar era agradable- Estoy algo preocupado -murmuro, no tanto porque les hicieran daño, desde África rondaba en su mente la idea de que sus poderes estaban hechos para mas...no solo para mantenerse en control.

-...¿Crees que esta bien que esa gente nos trate como fenómenos? -pregunto, aun con los ojos cerrados. Frunce el ceño- No lo merecemos y sobre todo, si quisiéramos podríamos hacer cosas peores, sea quien sea el que provoco el incendio creo que es una protesta a la manera en como nos tratan -dijo aquello en un susurro.

Giró su rostro al rubio cuando le escuchó decir que estaba preocupado. Sin embargo, no le sorprendía:
A su ver, Mark era un poco como un animalito pequeño. Tenía carácter, un buen poder que seguramente en un futuro le traería de cabeza a Seth.
Sin embargo, se tenía miedo a sí mismo. Incluso, el peliplateado podía afirmarlo como más pequeño maduramente hablando. Pero, simplemente, había pasado por cosas que Seth no le gustaría tener que vivir.
Lo despeinó suavemente con la mano abierta, para luego acomodarse en sus brazos.
-La verdad pura... Me suda lo que los demás opinen de mí. Tengo una ética, y seguiré en ella. En cuanto al incendio, más que una protesta a nuestro favor, la considero una amenaza hacia nosotros.-Dicho esto, alzó su mano, intentanto atrapar en esta el astro rey que quería bañarlo todo con su fuego- Tal vez solo pueda destruir, pero... Podría hacer mil cosas. Tal vez no merezca que me traten como un monstruo, puesto que no ser "normal" no lo escojemos, sino que nos escoje a nosotros.
Sonrió un poco.
-Quiero cambiar el mundo, Kruger.

Le escuchaba atentamente, cerro los ojos al sentir la brusca caricia en su cabello, sin embargo aun así rió en voz baja, después de todo, era el único amigo verdadero que había hecho en todo ese tiempo dentro de la Academia.
Dejo escapar una suave carcajada cuando el otro termino de hablar, sonrió de manera traviesa.

-...Si no tuviera un novio tan lindo, si fueras mas guapo, inteligente y mas amable, estaría totalmente enamorado de ti -rió de buena gana- Yo no tengo una meta tan grande -murmuro bajito, de mejor humor, al menos los momentos de sentirse un inútil y llenarse con pensamientos negativos pasaban rápido.

-Hmm solo mantenerme con vida y si es posible, salvar la vida de los demás -dijo en voz baja, llevando una de sus manos hasta su cabello, jugando con algunos mechones que caían sobre su rostro, simplemente porque no sabia que mas hacer.

En risas le propició un codazo en el un lado, sin llegar a ser fuerte.
-Para tu conocimiento, yo soy mucho más guapo que Swith, tengo neuronas en funcionamiento y soy soez porque me da la gana -Se cruzó de brazos- Solo que a ti te gustan que parezca que tu eres el soplanucas cuando no es así... eh?
Se lo decía en broma, sí, pero le gustaba picarle. Le escuchó atentamente para luego mirarle de reojo.
-¿Y porqué no lo haces? -Hizo una leve pausa en la que aprovechó para gesticular- Piénsalo: Quieres salvar a gente, no? Investiga qué sucede en la ciudad, o en el barrio, y pregúntate qué podrías hacer por él y sus personas.

Se sacó la chapa de su abrigo, mirando fijamente la Scarring Face y sonriendo un poco.
-"Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma"
Repitió a la perfección aquella frase, perdiéndose en sus recuerdos. Visualizó aquella sonrisa impertinente, en un rostro que había deseado mil veces partir y que, entre restos de una pelea, se agachó a colocarle aquél símbolo.

Se quejo, exagerando un poco, luego de sentir el codazo del peligris sobre uno de sus costados, al escuchar a Seth auto-alabarse no pudo evitar dejar escapar una carcajada en voz alta- Claro, lo que digas Raven...y pues me hasta ahora me a gustado morder la almohada, cuando me toque soplar la nuca, solo entonces, te diré cual es mejor -comento de manera burlona, sonriendo como un niño que acababa de hacer una travesura.

Se puso un poco mas serio al escuchar la sugerencia de su compañero sobre ser un Héroe, ¿realmente podría hacer eso?, no estaba seguro de poder hacer ese tipo de cosas aun seguía cuestionándose sobre si había tomado la decisión correcta al ir a Crusaders. Dejo escapar un suave suspiro y a pesar de todo, su sonrisa se mantuvo.

-...Creo que tienes razón, debería intentarlo, ten curiosidad por la persona o las personas que pudieron haber iniciando el Incendio en el bosque -probablemente había sido un pyrokinectico aunque eso solo eran conjeturas y suposiciones de su parte, pero si tenia razón le gustaría escuchar sus motivos, saber si había estado en la Academia o donde había aprendido a hacer ese tipo de cosas.