Buscando información (Libre)

Ya hacía unos días que había llegado, había conocido a gente interesante, aunque aún le faltaba algo muy importante por saber: ¿Dónde encontrar ese traje del que hablaba Kuja?. Estaba claro que ese traje le podía dar control sobre su poder, algo que ansiaba con todas sus fuerzas para así dejar de hacerle daño a la gente con sólo tocarla y poder, una vez más, sentir el dulce tacto de la piel de la gente o la maravillosa sensación de poder tocar las plantas o cualquier objeto sin la seguridad de matarlo al instante. No sabía por dónde empezar a buscar, aquella biblioteca era gigantezca y no sabía muy bien cómo iba a orientarse en aquel lugar.
Decidió adentrarse, rebuscar entre los libros algo que le aclarase más dudas sobre su poder y sobre todo lo que le pasaba. A lo mejor aquellos libros, al pertenecer a aquella Academia, podían otorgarle información detallada de lo que le ocurría, o quizás al menos guiarle en conceptos generales que desconocía tanto de él mismo como de todo lo que le rodeaba.
Una vez parecía haberse cansado de buscar se acercó a uno de los escritorios que allí había y se sentó, acomodó sus guantes blancos y se quitó el sombrero dejándolo sobre la mesa justo frente a él. Apoyó ambos codos en la mesa y cruzó sus brazos para luego dejar apoyada en ellos su frente cerrando los ojos e intentando relajarse un poco y disfrutar del silencio que había en aquella biblioteca. No había mucha gente, al menos no cerca de él, algo que le agradaba mucho. "Nadie dijo que esto fuese fácil..." Pensó para él mismo suspirando profundamente y permaneciendo en esa posición sin intensiones claras de moverse de allí en un buen rato.

Ese día había decidido levantarse temprano para llevar a cabo algunas labores de investigación, no tenía tareas que hacer en el día puesto que había terminado con ellas justamente el día anterior, quedando libre para recrearse o hacer algo que la distrajera un poco de las clásicas exigencias de la academia, aunque no es que le molestaran realmente, pero siempre era bueno cambiar un poco “de aires” por así decir.
Luego de tomar un pequeño pero nutritivo desayuno sobre su escritorio, limpió todo y salió de su habitación cerrando la puerta con llave detrás de sí, caminando tranquilamente hacia la biblioteca de la academia, abrazando un cuadernillo mientras admiraba el paisaje exterior a través de los vidrios de los grandes ventanales que decoraban aquellos extensos pasillos.
No tardo en llegar a la enorme biblioteca, de a poco se iba aprendiendo los caminos y los lugares hacia donde conducían los pasillos; los lugares amplios no eran un problema para ella ya que su anterior hogar lo era y en grandes proporciones; hogar que penosamente sabía que nunca más volvería a pisar.
Saludando a la bibliotecaria con una suave sonrisa se adentró en aquellos pasillos repletos de libros para buscar algo que tenía en mente, quería saber aunque sea un poco sobre el poder de aquel chico, sin duda aluno le había resultado u poco intrigante que alguien fuese capaz de sentir las emociones de las demás personas, aunque no tenía siquiera el nombre del poder para comenzar a investigar así que solo se puso a buscar algunos libros de generalidades para ver que podía hallar.
“Sin duda es curioso…” pensaba casi de forma animaba mientras leía con atención los títulos de algunas portadas, sacando algunos libros para ojearlos velozmente y volver a dejarlos en su lugar. Finalmente luego de algunos minutos optó por quedarse con dos libres que le resultaron útiles y cargando aquello se dirigió hacia la zona de novelas en busca de alguna historia que le pudiese interesar.
-Veamos… que puedo llevar hoy…
Abrazando los libros y su cuadernillo caminó lentamente leyendo los títulos con atención hasta que uno de ellos pareció brillar ante los demás y fue por el cual se terminó decidiendo para después de tomarlo caminar tranquilamente hacia una de las grandes mesas que allí había, dejando los libres con cuidado para después notar a alguien más sentado allí.
-Ah lo siento, espero no incomodar…
El chico que allí estaba se veía tan tranquilo como si estuviese durmiendo, así que Katia solo acomodo la silla intentando no hacer mucho ruido con ella y abriendo el primer libro se puso a ojearlo detenidamente, preparando al lado de este su cuadernillo y una lapicera para escribir.

Spoiler:

Estaba muy tranquilo allí, no había ruido ni movimiento a su alrededor, al menos no lko había hasta que una chica apareció por allí mirando libros de las estanterías. Parecía normal, alguien para nada peligrosa y quizás pudiese ayudarle o informarle de más cosas sobre su poder y sobre aquella Academia. Volvió a mirar hacia la pared una vez más y cerrar los ojos mientras su respiración se iba relajando y parecía casi muerto ya, pues su ritmo cardíaco había bajado considerablemente.
Tras una pausa se giró hacia su izquierda, la chica había hablado y se había sentado a una distancia relativamente cercana a él, algo que, en principio, no le molestó demasiado. Negó con la cabeza levemente ante las palabras de la chica y siguió en su mundo. Tras un silencio que pareció eterno se giró hacia ella y habló por fin.
- Hola, me llamo Syrus, encantado...

Spoiler:

Había logrado concentrarse en la lectura, los temas eran sin duda alguna muy interesantes, había mucho conocimiento esperando a ser adquirido y gran entusiasmo en su persona para realizar aquel trabajo. Anotó algunas cosas en su cuadernillo cuando de pronto vio como el que estaba a su lado aparentemente dormido se movía intentado tal vez dejar en claro que su presencia no le molestaba, viendo como volvía a acomodarse ella solo asintió con un movimiento de cabeza y una leve sonrisa para continuar anotando cosas que le resultasen de interés hasta que escuchó unas suaves palabras que al parecer iban dirigidas hacia ella, acompañadas de la presentación de una persona.
Dejando su lapicera sobre la hoja semi-escrita de su cuadernillo se giró levemente al chico, inclinando un poco la cabeza mientras sonreía de forma suave para después asentir con un leve movimiento de cabeza.
-Buenos días Syrus, gusto en conocerte… mi nombre es Katia…
Acomodando algunos mechones de cabello celeste que resbalaban por sus hombros giró suavemente la página del libro, produciendo un pequeño sonido casi imperceptible para después acomodarla suavemente y apoyar sus dedos sobre el nuevo texto, volviendo a mirar al pelinegro que se encontraba a su lado.
-Es un lugar muy tranquilo… supongo que también sea agradable descansar aquí…
Susurró aquello para después dejar escapar una pequeña risita que no duro mas de unos efímeros segundos, dejando luego en su rostro una expresión serena mientras sus ojos se desviaban nuevamente hacia el blanco de aquellas hojas, delineando con suaves movimientos el contorno de aquellas letras, asimilando de a poco la información que transmitían, mientras a su alrededor solo parecía reinar la más absoluta calma.

Spoiler:

"Katia, bonito nombre" pensó para sí mismo mirando los movimientos de la chica, al igual que prestando una atención especial al libro que leía y que tenía frente a ella. Tenía curiosidad por saber de qué trataba o qué ponía en esas hojas en las que la chica estaba centrada ahora mismo. Entrelazó sus dedos aún con los guantes puestos para evitar así tocar algo directamente con su piel y provocar su muerte inmediata, ya sea de un mueble o de la propia chica que tenía cerca de él.
- ¿Sueles venir aqui a menudo?
Fue lo único que se le ocurrió preguntar tras el silencio que se había provocado tras las palabras de la chica. Si era alguien de la Academia, algo que por otro lado parecía bastante obvio, quizás podría ayudarle a responder las dudas que asaltaban sus pensamientos. De todas formas, no quería atosigar a la chica con preguntas. Él mismo sabía que era una sensación incómoda que te hagan muchas preguntas en poco tiempo, algo que, por desgracia, ya había experimentado con anterioridad.

Unos segundos mas permaneció en un absoluto silencio acompañando la calma natural de aquel lugar, leyendo con detenimiento las estrofas que con cada movimiento de sus ojos descubría, intentando rescatar lo más importante de ello y trasladarlo a su cuadernillo; escribiendo lentamente y con paciencia unas regordetas letras encorvadas, hasta que de pronto volvió a oír la voz del que a su lado estaba con una duda necesitando ser resuelta.
Era una pregunta sencilla pero que desvió su atención del libro para volver a mirar al sujeto de ojos color ámbar que desde antes ya había pensado que se trataba de un alumno de la academia, ya que a fin de cuentas eso era lo más probable.
-Si vengo a menudo…-dijo con una pequeña sonrisa-… este lugar es una enorme fuente de información y además aquí también encuentro cosas de interés para leer… me gusta leer…-girando suavemente la pagina del libro volvió a apoyar sus dedos sobre las letras-… ¿tú también pasas tiempo aquí? –sonriendo un poco mas-… parece como que te gustara este lugar…
Apoyándose en el respaldo de la silla dejo la lapicera y estiro un poco sus brazos hacia delante para después exhalar un poco de aire y luego volver a mirar a su interlocutor.
-¿Llegaste hace poco?… no te había visto antes…-rascándose una mejilla-… aunque claro, la academia es enorme… supongo que es justificable.
Dejando escapar una pequeña risita se encogió un poco de hombros como sabiendo que podía haber estado diciendo puras tonterías, pero a fin de cuentas no afectaba a nadie, ella era así, alguien alegre, a pesar de lo que había pasado en su vida, aun así podía sonreir.

Escuchaba atentamente las respuestas de la chica completamente de acuerdo con lo que decía. Aquel lugar era sin duda una fuente de información enorme para estudiantes de la Academia, por eso mismo había venido allí, para intentar obtener más información sobre sus poderes y sobre aquella Academia a la que había llegado.
- Me gusta leer y relajarme con el silencio y este lugar es bastante bueno para eso.
Pronunció aquellas palabras con un tono de voz muy tranquilo e intentando no hablar muy alto para evitar así romper el silencio y la calma que había allí, pero a la vez intentando que la chica le escuchase al hablar. Tenía curiosidad por conocer el nombre de esa chica que se había sentado cerca de él y que de momento respondía a sus preguntas y palabras.
- Sí, he llegado hace poco y aún estoy algo perdido... -contestó suspirando levemente. - ¿Cuánto tiempo llevas tú aqui? -preguntó inmediatamente después intentando saber si la chica también era nueva o ya llevaba más tiempo allí, ya que le interesaba que fuese más bien la segunda opción. Así al menos iba a tener más posibilidades de contestar a sus preguntas con una cierta seguridad.

Escuchó como el pelinegro respondía a su pregunta diciendo que le gustaba leer y relajarse con el silencio y que a su criterio aquel lugar parecía ser bastante bueno para eso. Notando como hablaba en un tono suave y tranquilo asintió con un leve movimiento de cabeza a sus palabras, para después escucharle decir que en realidad si había llegado hacía poco tiempo a la academia y que parecía encontrarse algo perdido en aquel enorme lugar, terminándole por preguntar a ella cuanto tiempo llevaba ya en Crusaders.
-Verás… creo que llevo aquí ya bastante tiempo…-llevándose una mano al mentón desvió la mirada hacia la ventana y frunció levemente el ceño, en una clara expresión de estar intentando recordar sucesos pasados-… llegué el mismo día dl baile de Halloween, que bueno… no fue hace mucho tiempo pero…-volviendo a mirar al chico-… creo que puedo decir que si conozco medianamente la academia…-sonriendo-… he aprendido a transitar por estos largos pasillos.
Volviendo a tomar la lapicera comenzó a jugar con ella entre sus dedos, girándola y desplazándola suavemente mientras volvía a desviar su mirada hacia la ventana que se encontraba frente a ellos a unos cuantos metros de distancia.
-Han pasado varias cosas… desde que llegué…
Quedándose sumida en sus pensamientos durante unos segundos perdió su mirada en las cortinas de la ventana que se movían suavemente siendo empujadas por la brisa mientras recordaba los hechos sucedidos en el baile, pero todo aquello en escasos segundos para después volver a mirar a su interlocutor con una sonrisa amable.
-Bueno… si puedo ayudarte en algo no dudas en pedir, se que a veces ser nuevo puede ser difícil…-rascándose la mejilla-… también he pasado un poco por eso hasta que logre acostumbrarme a los ritmos del lugar…
Apoyando finalmente la punta de la lapicera sobre el papel escribió unas cuantas palabras en el cuadernillo luego de leer unas cuantas frases de forma veloz, iba haciendo resúmenes de lo que le resultaba más importante y de la información que podía serle útil además de conseguir una cierta descripción de aquel poder que le había resultado tan extraño.

Escuchaba hablar a la joven con atención, notando la tranquilidad en sus palabras y en lo que contaba. Había vivido por lo visto muchos momentos felices y tristes allí, algo normal cuando se llevaba un largo tiempo en un lugar. Él había sentido algo así en los lugares donde había estado antes de llegar a la Academia, aunque siempre habían sido recuerdos funestos.
- Vaya, esto es ya como tu familia entonces... -contestó ante las palabras de la chica agachando ligeramente la mirada por la tristeza que le daba no tener él un hogar donde ser querido por nadie como lo había sido en su casa.
- ¿Dónde puedo conseguir información sobre mi poder?
Tras una pausa habló por fin, tenía mucha prisa emocional por saber por qué le pasaba eso a él y cómo podía evitarlo. No quería seguir haciendo daño a más gente ni a más objetos vivos. Ajustó sus guantes aún más para evitar que se saliesen y así evitar tocar cualquier cosa con sus manos directamente.

Escuchó las palabras del pelinegro y entonces dejó de escribir para llevarse la punta de la lapicera a los labios y apoyarla suavemente sobre ellos durante unos segundos como si estuviese analizando aquellas palabras.
-Bueno… no sé si sea exactamente como una familia, pero… luego de un tiempo te vas acostumbrando a encontrarte con las mismas caras y puedes llegar a saber un poco de ellos solo con verlos… o bueno, eso me pasó a mi…-sonriendo levemente-
Después de decir aquello alzo levemente las cejas al notar como el pelinegro bajaba la mirada y cierta aura de tristeza parecía invadirlo, era casi notorio que no lo había pasado bien en su vida o al menos esa era la impresión que la peliceleste lograba formarse; así que solo sonrió ampliamente e intento hablarle de la forma más suave y amigablemente posible, después de todo ella concia esa hostilidad que personas como ellos podían sufrir.
-Bueno ammm… no sé cuál sea tu poder pero, este libro que estoy viendo tiene mucha información acerca de muchos tipos de poderes, tal vez haya algo aquí…
Moviendo un poco el libro de lugar lo acerco al chico que se encontraba a su lado para que pudiese ver con claridad las frases que aquellos textos ponían, quitando suavemente la regla que había colocado sobre una línea para despejar la vista y marcar la hoja, moviendo luego todo el cumulo de hojas hacia el inicio para buscar el índice.
-¿Qué tipo de poder posees? Podemos buscarlo por aquí…-marcando el índice con un dedo-… están separados por capacidad o temática y también por físico o psíquico…
Dicho esto se quedo en silencio esperando una respuesta por parte del que en aquel momento la acompañaba en aquella tranquila sala de la biblioteca, algunos murmullos se oían a lo lejos así como algunos pasos de personas caminando con andares suaves, pero la paz de aquel lugar era inmensa y parecía mantenerse inmune a cualquier tipo de distracción.

La chica le parecía curiosa, amigable y dispuesta a ayudarlo a pesar de acabar de conocerse hace muy pocos minutos. Necesitaba ayuda para conocer más su poder y saber cómo evitar que actúe casi por su cuenta cada vez que tocaba algo con su piel.
- Bueno, pero al menos tienes gente a tu lado que comprende cómo eres y no te culpa por ello...
Tras decir aquello suspiró y miró unos segundos por la ventana antes de volver su mirada hacia la chica y el libro uqe le mostraba. Era curioso, un libro que tiene ordenados todos los poderes de una forma sencilla y fácil de entender. Quizás ahí encontrase la ayuda e información necesaria para conocerse más incluso a sí mismo.
- ¿Mi poder? -preguntó ante la pregunta de la chica. - No sé exactamente qué nombre tiene. Lo único que sé es que todo lo que mi piel toca muere al instante...

Después de señalar los indicies del libro con sus dedos escucho el cometario del ambarino y sonrió suavemente para asentir con un movimiento de cabeza, era verdad, el mundo sabía ser muy cruel con aquellos que habían nacido con algún tipo de habilidad que los humanos “normales” no poseen, algunos sabían ser crueles y despiadados, pero también era sabido que aunque fuese en algún lugar remoto que aunque fuesen pocos también podía haber humanos que aceptasen a los mutantes tales y como eran, y claro el ideal sería expandir dicha creencia pero en la actualidad de las cosas eso parecía verse bastante difícil.
-Bueno aquí, en esta academia… es natural que nos acepten tal cual somos… porque este es nuestro lugar, aquí venimos a formarnos y a mejorar… a tener una esperanza para el futuro…
Centró por unos segundos la vista en el índice del libro para después oír como el chico suspiraba suavemente y luego volvía a dirigirle la mirada para decir que en verdad no conocía el nombre de su poder y que lo único que sabía era que todo aquello que su piel tocaba moría al instante y si remedio alguno.
Katia bajó un poco las cejas al oír aquellas palabras, ciertamente con tal poder ese chico había debido tener una vida bastante difícil y quizás hasta trágica, ella no podía saberlo, pero aunque ni siquiera supiese e nombre de aquella habilidad, podía entender que sus características no eran fáciles de llevar, fue entonces que sonrió una vez más al notar los guantes que el pelinegro traía en sus dos manos; si él se preocupaba por no afectar a los demás con su poder debía ser una buena persona en verdad.
-Ammm bueno… el único poder con características similares del que he sabido es… la radiokinesis, un compañero de clase la posee, aunque… creo que su poder es más mortal luego de un largo periodo de exposición… tal vez lo tuyo sea diferente… por lo que dices…
Con un claro gesto de pensamiento profundo frunció el ceño mientras leía los apartados en el índice de aquel grueso libro, era claro que debía buscar de entre los poderes más peligrosos.
-¿Podría ser una fragokinesis mal controlada?... pero no… ese poder explota las cosas…-recorriendo lentamente las palabras con su dedo-… será posible… que poseas biokinesia, o tal vez virokinesia… uno de esos dos ha de ser… ahora eso es simple saberlo…-levantando la vista hacia el chico levanto un dedo mientras alzaba levemente las cejas-… la biokinesia es un poder físico y la virokinesia es psíquico, cuando llegaste aquí… ¿alguien te informó acerca de a cual categoría perteneces?
Dicho esto solo bajo su dedo para apoyar la mano nuevamente sobre la mesa, quedándose en silencio a la espera de una respuesta del ambarino mientras acomodaba suavemente un mechón de su larga cabellera detrás de una de sus orejas.

Cerró los ojos y negó suavemente ante cada propuesta que la chica decía y más aún cuando dijo si le habían dicho qué tipo de poder poseía. No le habían dado el nombre, pero sí algunos datos que quizás pudiesen ayudarle a buscar dicho poder. Miró a la chica un instante volviendo a hablar de forma suave y tranquila, con un volumen de voz relativamente bajo.
- Me dijeron que era un poder psíquico, pero no me especificaron nada más...
Si su poder era realmente psíquico quizás fuese aquel que pronunció la chica, la virokinesia. Necesitaba ayuda realmente para intentar aprender a controlar su poder y dejar de matar todo aquello que toque sin querer. No pretendía que su poder desapareciese, pues eso era imposible, pero sí al menos poder volver a sentir el tacto de los objetos sin miedo a matar dicho objeto.
- Necesito saber cómo puedo controlarlo, no quiero volver a matar a nada ni a nadie... -contestó dejando escapar una leve y solitaria lágrima que resbaló por su mejilla antes de secársela con la manga derecha de su chaqueta. No debía llorar y mostrarse débil, aunque era sólo un niño asustado buscando ayuda y solución a su problema, un problema que no podía contar a ningún humano normal.

Escuchó como el ambarino hablaba suavemente mientras su tono de voz casi parecía mezclarse con el silencio del ambiente, diciendo que le habían dicho que su poder pertenecía a la categoría de los poderes psíquicos pero explicando con palabras cortas y sencillas que no le habían dicho más que eso. Después agregó que necesitaba saber cómo controlarlo porque ya no quería volver a aniquilar ningún objeto o ser viviente, luego de que dijera esto Katia notó como e parecía sentirse dolido con aquella situación y entonces un nudo se formo en su garganta, no podía imaginarse por lo que aquel chico había pasado pero si se expresaba de esa forma, si realmente tenía aquella urgencia, en verdad no habría sido nada bueno.
-Bueno yo… supongo que es entonces la virokinesia, es peligrosa al parecer… pero de seguro si la controlas bien ya nada así sucederá, te ha traído problemas ¿verdad?...-con una tierna sonrisa dibujada en su rostro-… para eso estamos aquí, para aprender a controlar nuestros poderes y ser capaces de usarlos para nuestro propio beneficio y también… para hacer el bien claro.
Después de decir aquello se quedo en silencio durante unos segundos, pensando en sus propias palabras y las palabras que el ambarino había dejado salir rodeadas de cierto deje de tristeza “¿Volver a matar?... ¿acaso el ya ha…?” pensó frunciendo el ceño levemente, era natural que un poder como ese fuera peligroso para quien rodea a la persona si esta no sabe controlarlo así como parecía ser el caso del chico, entonces era muy posible que tal vez un triste episodio como ese se hubiera dado, y si eso realmente hubiese sucedido podía entender en verdad su urgencia.
-Amm Syrus… -bajando la mirada hacia su falda-… se que hace apenas minutos que nos vimos por primera vez pero… quiero que sepas que si alguna vez quieres hablar con alguien, si necesitas algo…-volviendo a mirarlo-… quiero que sepas que cuentas conmigo…-sonriendo tiernamente-... ahora…-volviendo a mirar el libro-… busquemos sobre tu poder y como entrenarlo, de seguro así no será tan peligroso.
Después solo pareció concentrarse con más ahínco en la búsqueda, bajando su dedo por el papel suavemente leyó los siguientes títulos hasta que encontró el que buscaba, reteniendo la página dio vuelta el montón de hojas para acomodarlas en la señalada y observar el título con el cual comenzaba un texto bastante extenso.

"¿Problemas? Mi madre..." Palabras sueltas, inconexas. Su mente giraba casi sobre sí misma y se llenaba de palabras y preguntas sin sentido, sin orden. Se estaba volviendo loco y se le notaba muy metido en sí mismo hasta que por fin, después de una pausa, reaccionó al oir las palabras de la chica.
- Problemas...sí... -contestó agachando la mirada triste al recordar los echos que le habían dañado tanto a él como a su familia. La muerte de su madre por sus propias manos le había traumado y no conseguía quitárselo de la cabeza.
Si conseguía controlar su poder gracias a aquella chica no tendría ni palabras ni forma de agradecérselo tanto como se merecería, pero alguna forma buscaría, sea cual sea.
- Gracias por el ofrecimiento, lo tendré en cuenta... -terminó diciendo tras una pausa ante las últimas palabras de la chica.
era todo un detalle por su parte mostrarse tan amigable con alguien a quien acababa de conocer y era claro que esa chica no era como las demás personas, era especial. Una de esas personas de las cuales no son fáciles de encontrar, pero si se encuentran dan mucha felicidad a la vida de el afortunado.
- Lo único que quiero es poder tener la tranquilidad de poder volver a sentir el tacto de cualquier objeto con mi piel sin miedo a que eso que me toca muera al instante...

Después de unos segundos en los que el pelinegro pareció sumirse en sus pensamientos de aparente naturaleza trágica, terminó por decir solo escasamente que en verdad sus poderes si le habían traído problemas, para después de uno segundos más agradecer por el ofrecimiento que Katia le había hecho y el cual estaba dispuesta a cumplir con la mejor de sus sonrisas y en el peor de los casos, solo acompañando al chico que en verdad parecía verse afectado.
-Eso espero, en verdad lo digo…
Dijo aquellas casi en un susurro mientras que sus claros ojos parecían buscar la mirada casi perdida del ambarino, de alguna forma quería poder transmitirle algún tipo de tranquilidad, algún típico de calma por mas mínima que fuese para que así pudiese sentirse mejor; pero era alguien que acababa de conocer y en verdad no tenía idea de cómo él pudiese reaccionar, y aun así, estaba dispuesta a dar lo mejor de si para ayudarlo en todo lo que pudiese.
Observó por unos instantes el título que ponía en aquel texto, “Virogenesis” se imponía en negrita y con letras más grandes sobre las demás frases, dándose una mayor importancia quizás en el intento de resaltar la razón y la temática que aquel texto trataba. El ambarino terminó por decir después de una pausa mas, que lo único que quería era poder volver a sentir el tacto de los objetos sin tener que estos pudiesen ser aniquilados de forma inmediata; Katia se quedó en silencio unos segundos con los dedos aun apoyados sobre la hoja, una cosa tan simple como sentir en las manos la suavidad del pelo de una mascota era algo que no podía hacer, pensar que un detalle tan pequeño pudiese convertirse en doloroso era realmente triste.
-Entiendo… creo que apenas puedo imaginar lo que sientes, no debe ser agradable pero…-aquellas palabras escapaban de sus labios en un tono suave, para que después volviese a mirarlo intentando sonreír para ´le, a pesar de lo que dijese, no debía ponerse triste frente a él, eso era claramente lo que menos bien le haría-… ¡todo se solucionara! Estoy segura, tu ya has dado el primero paso que es querer cambiarlo, ahora solo debes saber cómo… y ponerlo en práctica…-inclinando levemente la cabeza hacia un lado-… lo primero es no desesperarse con lo que eres capaz de hacer, aceptarte a ti mismo y pensar que en verdad puedes hacer algo positivo con tu habilidad, aunque ahora no puedas verlo… es mejor sentirse en paz con uno mismo.
Dicho todo aquello se quedo en silencio por unos segundos observando las reacciones de él para después leer algunas líneas del texto que ambos tenían frente, decía muchas cosas relacionadas a aquel poder y a su mortalidad, estaba claro que parecía ser uno de los más difíciles de llevar junto con la radiokinesis y parecidos, pero aún así ella quería ser positiva, quería trasmitirle ese positivismo al chico que tanto parecía necesitarlo.
-Tal vez deberías ir al campo de entrenamiento…-dijo retirándose un poco para apoyar su espalda en la silla-… para aprender a controlarte y para entrenar con objetos a los cuales no te importe dañar…-rascándose el mentón-… supongo que en el almacén hay muchos como esos.
En realidad no sabía bien como entrenar un poder de esos, porque en verdad era más bien una lucha interna del sujeto y un autocontrol, a diferencia del viento que ella era capaz de producir y que solo acudía a su ser cuando ella lo convocaba, el veneno que aquel chico producía en su cuerpo estaba siempre presente, así que justamente al revés que ella, en vez de aprender a convocarlo, debía aprender a suprimirlo o a controlarlo completamente.