Día 1 [Post Grupal]

Equipo: 3
Localización: El Congo, África. Cueva en la Sabana.
Clima: Cálido.
Hora del día: Mañana
Integrantes del equipo:

Giullieta
Hunter
Ariel
Ian
Deragae
Nathan
Shion
Anibal
Ren

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Descripción:
Son las primeras puntadas de sol matinales. La luz logra filtrarse en leves cortinas que toman un tono pétreo. Están todos en una cueva no muy extensa o profunda. Esta constituye en dos partes, la más externa, un simple pasadizo recto y pulido, y la interior, en una pequeña bajada, quedando un poco más resguardados. Puede oirse el goteo de agua en alguna parte. A lo lejos, puede oirse el sonido de la zona: Agitación de plantas, algún animal en la lejanía.


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Objetos en la cueva.

 Mochilas de supervivencia. Cuentan con dos cambios de ropa, una navaja suiza, 3 botellas de agua, comida deshidratada para tres días (Porción individual), algunos efectos de higiene personal especiales, como jabón y femeninos. Cuchillo de cazador. Un encendedor. Un kit de primeros auxilios con medicinas básicos. Radio de corta distancia. En la parte superior se encuentra en Sleeping bag.

 Agua: Hay una pequeña acumulación en un lado de la cueva
 1 mensaje gravado en el suelo, parece que alguien rayó con alguna punta, que dice “Camerún es la respuesta”.
 Un mapa pegado en una de las mochilas, donde marca como donde se localizan y donde se localiza Camerún –No dice ruta.-

 Algunos insectos pasean por la pared


Afueras:

 Sabana: Gran extensión de pradera. Algún que otro árbol
 Se escuchan los ruidos de fuera.


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Off: Si van a salir debe de ser monitoreado por narrador, pues es acción con o sin consecuencia. Con esto, pueden rolear después de este tema. Si no pueden abrir un post aparte añadiendo el día y la hora en la que se sitúa el post por causa de la continuidad.

Todos los jóvenes fueron llevados mientras dormían hasta ese lugar, con ayuda de una persona con poderes psíquicos. No saben como llegaron ahi ni el porque. Han pasado 1 mes desde la primera clase y llevan dos días dormidos en lo que los llevaron al lugar.

Como detalle extra todos tienen ropa diferente a la de siempre, siendo esta de viaje y mas resistente (Pueden elegirla ustedes), pero no tienen sus efectos personales, todos les fueron retirados en estos dias. Solo pueden contar con lo de la casa y lo de sus mochilas.

Una gota caía cada poco rato en alguna parte de la cueva, haciendo que su sonido al llegar a un pequeño charco de agua se replicara por toda la estancia. Hacia tiempo que le parecía oírla, pero pensaba que sería parte de un sueño. Sin embargo al empezar a despertar de aquella especie de letargo pudo comprobar que no era así. Se notó algo más fresco que antes y, tras sentarse en el suelo y revolverse el pelo abrumado, se miró viendo que no llevaba el uniforme, sino una ropa completamente distinta: una camisa blanca de manga corta abierta por el cuello un par de botones, unos pantalones negros caídos y una cazadora del mismo color. Acto seguido miró alrededor viendo a unos cuantos compañeros echados en el suelo y las mochilas cerca de ellos.

— ¿Dónde diablos estamos? — murmuró para sí mismo, suspirando pesadamente y levantándose para estirarse e investigar la cueva. Al parecer parecía ser lo suficientemente grande para que pudieran estar ellos allí, pero tampoco demasiado extensa como para perderse.

Giulietta se removió un poco en su sueño. Tenía algo de frío y el pijama no era tan suavecito y esponjoso como solía serlo, así que movió un poco la mano en busca de las sábanas para taparse mejor.
El colchón raspaba.
Un momento.
Realmente, el colchón raspaba. Entreabrió los ojos, pensando que quizá podría haberse caído de la cama y seguir durmiendo de algún modo.

Eso no era su habitación y la ropa que llevaba puesta -una camiseta negra y unos pantalones y una chaqueta color caqui- no era su pijama. De hecho, estaba en una cueva, en una cueva de verdad que sonaba a agua cayendo, y había chicos de la academia con ella.
Se le escapó un chillido que tapó con las manos en cuanto se oyó.

Nathan observaba con los ojos bien abiertos como se alzaba ante él la gran montaña, mientras la felicidad le embriagaba con intensidad.
-¡¡Genial!! -Exclamó alzando los brazos al aire- ¡¡Un bol de yogur tan grande!! ¡Digno al monte Athos!
Sí, gigantesco, y él, con una cucharilla para deborar aquella enorme masa blanca. Se relamió preparándose para la deliciosidad cuando un sonoro grito le sacó de sus "realistas" sueños.
-¡¡¡¿Quién?!!! -Exclamó alzándose de golpe, dandose un pequeño coscorrón en la cabeza con una piedra.
Se quejó por lo bajo llevándose la mano a la cabeza para descubrirse que no estaba ni en la cama, ni en una cafetería y, ni por asomo, ante su monte Athos hecho de yogur.
-¡¡Pero!! ¡¿Dónde está mi yogur?! -Se quejó apretando los labios, para luego ver a dos compañeros despiertos, encogiéndose un poco avergonzado.
Alzó su mano para saludarlos, cuando le dio por mirar a su alrededor.
-Uy, creo que esto no es Kansas... -Murmuró escondiendo un bostezo.

Igual que tampoco llevaba el uniforme. Vestía unos shorts, calzado de caminar y una camiseta algo ancha y blanca, más una camisa manga larga caqui arremangada y abierta.
"Una cosa buena, no voy incómodo" Sonrió satisfecho cuando vio unas letras en el suelo.
-...Aquí pone algo...

Al parecer poco a poco sus compañeros empezaban a despertar. Sin embargo lo que no se esperó fue el repentino grito de aquella muchacha que le dejó sordo por unos momentos, ya que la potencia del grito se había visto amplificada por la cueva y le había aturdido unos segundos, al mismo tiempo que escuchaba unos cuantos pájaros volar espantados en algún lugar fuera de la cueva. Se sobó el oído mirándola con el ceño algo fruncido y luego su vista se dirigió al otro muchacho.

— No, no lo es... dudo siquiera que esto sea la academia... — comentó.

Se acercó a una de las mochilas que había por ahí tiradas, justo a la que tenía su nombre, y empezó a revisar lo que había en su interior. Bueno, al menos tenían lo básico para sobrevivir unos días si se organizaban bien...

— ¿? — Lo que dijo el muchacho le llamó la atención, y se acercó a él mirando qué era lo que ponía en el suelo. — "Camerún es la respuesta" ....... ¿¡Camerún!? — su cara cambió a una de sorpresa, mirando alrededor ya que le había parecido ver un mapa antes.

En efecto, al localizarlo se acercó y observó que en el mapa estaba marcado Camerún y la localización de aquella cueva.

— .... ¿Quien cojones se ha tomado la molestia de traernos a África? — comentó para sí mismo en voz alta, notando un par de gotas recorrerle la sien.

Estaba viviendo algo que no era usual y estaba viendo personas que no eran conocidas para él, el lugar era desconocido, una casa muy humilde. En una mesa estaba sentada una pareja, ellos conversaban y se veían muy tristes, Hunter no podía hablarles, estaba como mudo y se sentía mal por ello, la impotencia lo estaba volviendo loco. Los miraba desde una esquina de la casa. Ellos lloraban y hablaban de un hijo, de uno que ya no estaba, pero no porque hubiese muerto, sino que había sido designado a otra familia. Se notaba que lo extrañaban, pero no había vuelta atrás, la pobreza en la que vivían era un impedimento para que el muchacho se desarrollara bien. Trató de moverse y el cuerpo al fin cedió, caminó hacia ellos, mas ellos ni se percataron de su presencia. Sobre la mesa había unos documentos, al parecer tenían relación con la conversación. La mujer los tomó y los leyó, luego comentó que fue la mejor opción y que cuando él fuera mayor se preguntaría por sus orígenes y los buscaría, pero el hombre negó con la cabeza y dijo algo que Hunter no logró comprender, porque sonó distorsionado, luego un gritito. Sintió como si le hubiesen dado con un palo en la cabeza. Fue todo un sueño...

Abrió los ojos de par en par y notó algo muy raro y fuera de lo común a la hora de despertar “¿Dónde…rayos…estoy?” se sentó y se dio cuenta de que el lugar no tenía semejanza alguna con la habitación en la academia. Había más compañeros ahí. De un momento a otro se alarmó al sentir que la luz le llegaba extrañamente “El parche… ¡dónde está!” se tocó el ojo y se dio cuenta que no estaba en su lugar, miró hacia un lado y descubrió una mochila, de inmediato la tomó e inspeccionó en busca de su parche, pero no lo encontró “Maldita sea” desistió de la búsqueda y se colocó todo el pelo posible sobre el ojo marcado.

Se salió del saco de dormir y avanzó hacia la entrada de la cueva, pero se quedó allí contemplando lo que había fuera -¿Alguien sabe dónde rayos estamos, cómo llegamos a este lugar y por qué estamos aquí?- preguntó a los que estaban despiertos y se fijó en el mensaje que estaba en el suelo -¿Respuesta a qué?- preguntó en un susurro y se quedó viendo a los otros.

Aquella peliverde se encontraba parada poco más abajo de la bajada de la cueva. Las sombras de la lugubre cueva ayudaban a darle un toque misterioso a su rostro. Sus ojos no parecían ser parte de la educada mirada con la que había entrado al instituto. De hecho, ni si quiera era ella misma. Algo extraño estaba pasando con ella. Tenía en su rostro una maliciosa sonrisa, una extraña y maliciosa sonrisa que quien la viera, sospecharía que ella había sido la persona que los había traído a aquella cueva.

Sin embargo, eso no tenía nada que ver con las posibles sospechas. Algo más estaba pasando por la mente de aquella hermosa muchacha que le estaba dando la espalda a todos. Estaba en un trance. El ver tanta oscuridad, el ver tantas sombras que si le daba la gana podía controlar a su antojo y hacer una fiesta de sangre con todos los allí presentes...

¿Controlar? No. Aun no podía controlarlas del todo. Hacía poco había entrado al Instituto y su control de sombras no era perfecto. Su control de sombras se salía de control. ¿Matar? No. No podía matarlos. Ellos eran seres humanos. Pero "ella" le estaba diciendo que los matara. No. No podía hacerlo. Ellos merecen vivir tanto como ella.

Flashbacks

Un insecto estaba caminando por la mano de Shion. Aquel insecto comenzó a subir por su brazo hasta pararse en su rostro. Tanto movimiento en su cuerpo hizo que Shion poco a poco fuera abriendo los ojos. Cuando los abrio pudo ver que aquel insecto era nada más y nada menos que una tarantula.

-!!!!!!!

La chica se apartó la tarantula de la cara con un zape. Ni si quiera pudo gritar por el susto que había pasado. Se puso las manos en la cabeza, aterrada. Su corazón palpitaba rápidamente. No. No podía seguir allí. Espera, ¿dónde estaba? Era una cueva... Y no estaba sola. Habían personas del Instituto allí, incluyendo a Nishi-kun. Los nervios la traicionaron e hicieron que la chica saliera corriendo, pero en dirección hacia la cueva.

Y alli fue donde sucedio todo. Su doble personalidad quería invadirla. Había caído en un trance. El no saber a donde ir, el temor, la soledad...

Volviendo al Presente

Se había quedado mirando hacia al frente cuando el grito de una muchacha la había devuelto a la realidad. Shion reaccionó y movió la cabeza hacia los lados. Dedició regresar a donde estaba antes, mirando hacia el suelo para asegurarse de que la tarantula que se le subio encima no estuviera por allí.

Vio como todos intentaban calmarse entre si. También vio un extraño mensaje escrito en el suelo, muchos insectos, mochilas. El mensaje decía "Camerún es la respuesta."

Camino hacia las mochilas y vio una con su nombre. Si estaban en un espantoso lugar como ese entonces tenían que buscar métodos de sobrevivencia, o eso era lo que veía en el Discovery Channel. Mientras los demás hablaban, Shion abría su mochila y pudo encontrar diferentes objetos, entre ellos, un papel pegado a una esquina de su mochila. Se quedo mirando el papel por unos momentos y lo despego. Al abrirlo se encontro con un gran mapa con el nombre de Camerún. Se quedo analizandole por unos momentos...

-Um... Disculpen... - Interrumpió la escena de los muchachos hablando. -Encontre esto en mi mochila, y hay una "sección" que se llama Camerún, como el mensaje escrito en el suelo. Si alguien sabe algo de mapas, ¿podría venir a hechar un vistazo? No soy una experta, pero a lo mejor alguien sabe más que yo. Sea donde sea que estemos... - Se levanta con el mapa en manos. -Soy Sonozaki Shion. - Hizo una leve reverencia. -Encontré algo de comida en mi mochila, pero parece estar contada para días específicos. Investiguen las suyas. Sugiero que... - Señala los insectos en la pared. -...intentemos cazar algunos para la sobrevivencia. No me gustaría quedarme corta de comida. - Señala afuera con su dedo pulgar, sin darse la vuelta. -Hay muchos arbustos, y extraños ruídos afuera. - Señala a la bajada de la cueva con su dedo índice. -Alla adentro todo es un misterio. Pero si tenemos un mapa para algo es. - Muestra a todos el mapa que había encontrado.

Bien, al parecer el resto iba despertando a medida que pasaban los minutos. Su mirada se dirigió a la chica que había mirado antes cuando gritó, escuchando su disculpa. Al parecer se había tomado mal algo, ya que si no no entendía el motivo. También miró a Hunter buscar algo en la mochila muy nervioso y al parecer frustrado al no encontrarlo. Y luego escuchó a la peliverde hablar, alzando una ceja ante lo de las mochilas. Tal vez sería buena idea revisarlas...

Al hacerlo pudo hallar algunos objetos que podrían serles útiles para la supervivencia allí, tales como comida y agua, algo que agradeció. Cogió algunos objetos como la navaja y el encendedor y se los guardó en el bolsillo de la cazadora, colgándose también la pequeña radio en el cinto del pantalón para tenerla a mano. Era mejor prepararse para lo que pudiera pasar.

Se acercó a la muchacha y sonrió levemente, haciendo un gesto con la cabeza ante su presentación.

— Encantado, mi nombre es Aníbal Vassilyeva... ¿A ver ese mapa? — lo cogió y lo examinó con cuidado. Sí, al parecer no estaban en Camerún, sino en algún punto situado al este de él. Tenían aún por delante un buen trozo antes de llegar... — Será mejor esperar a que se despierten todos para hablar de lo que podemos hacer..

Miró alrededor y vio cómo la chica a la que había 'mirado mal' se mordía el labio con fuerza. Bueno... si empezaban a desmoronarse en los primeros minutos no irían demasiado bien.. Con un par de pasos se acercó a ella y le puso la mano en la cabeza, sonriendo levemente.

— No te preocupes, va a salir todo bien, ¿vale? — le dijo, intentando tranquilizarla.

Estaba en un agradable lugar con arboles, flores y una leve brisa fresca que pasaba, era como uno de esos viajes al extranjero...solo que había algo diferente...estaba demasiado tranquilo, no había ninguna persona en los alrededores, algo estaba mal...claro, era un sueño.

Dormía tranquilamente sin percatarse de las voces de los demás, cuando una gota cayó en su rostro...aquella gota logro despertarlo pero al no notar mucha luz supuso que aun era de noche...pero ya estaba despierto...tardaria un rato para que le diera sueño otra vez.
Abrió un poco un ojo y noto a una...tarantula?...habia tarántulas en la habitación que le dieron en la Academia?...cuando empezó a notar mas en donde estaba parada la tarantula...no eran las sabanas de su cama, si no roca.
Abrió los ojos por completo y se incorporo mirando a su alrededor.
-que es esto?...-
Noto que hasta llevaba otra ropa puesta...se levanto y miro que había mas personas en la cueva, la mayoría ya estaban despiertos, se sacudió la ropa y se acerco a los que ya estaba despiertos.

Escucho hablar a una chica de pelo verde sobre algo llamado Camerún...giro su mirada a una parte de la cueva donde estaban unas mochilas, era obvio que alguien los había llevado a ese lugar para realizar algo.
Parecía bastante tranquilo para la situación en la que se encontraba...o mas bien...se encontraban...

Se acerco al mensaje en el suelo,“Camerún es la respuesta”...había un mapa, provisiones y un mensaje en el suelo...como en las películas de aventura y sobrevivencia...

Shion había imitado los movimientos de Aníbal: La navaja la había guardado en su bolsillo, pero a diferencia de el, dejó el encendedor dentro de la mochila. Se colgó, al igual que su compañero, la radio en su cintura. Por unos momentos la encendió para ver si había algun tipo de señal o algunas personas como ellos, pero en algun lugar cercano.

-¿Buenas? ¿Hay alguien? - Se quedo esperando respuesta. -¿Buenas?

Se quedó así por unos momentos, pero solo escuchaba la señal de la radio, así que decidió apagarle después de algunos minutos para ahorrar batería y volvió a colgarla en su cinturón. Después de eso, tomó la navaja que tenía en manos y se fue a cazar los insectos que encontraba por la pared mientras las otras personas despertaban. Cualquier cosa que se moviera, lo consideraría comida, a no ser que fueran animales, frutas o plantas envenenadas. No se iba a fiar de las raciones de comida que tenían allí. Pero era extraño, pues los insectos generalmente se consideraban métodos de "ultimo recurso".

-Firmeza, niña. Firmeza. - Decía Shion para que Giuletta le escuchara. -Yo también tengo miedo, pero si nos ponemos a llorar, no vamos a resolver nada. - Guardó silencio mientras enterraba su cuchilla a uno de los insectos, matándolo instantáneamente. -Aunque de cierta forma, es emocionante. - Volteó dejandole ver el insecto que había cazado. -Si termino de cazar insectos ire a investigar un poco allá... - Dijo señalando la oscuridad de la cueva. -...al menos hasta que los ruidos de afuera cesen. No me quisiera encontrar con un animal salvaje.

Frunció un poco el ceño, escuchaba el ruido de agua goteando, además de poder sentir la dureza y frialdad de un suelo que mas bien parecía rocoso en vez de su cómoda cama en la Academia de Crusaders.
Pronto escucho las voces de gente, gente gritando y haciendo demasiado escandalo como para que siguiera durmiendo, así que no le quedo mas remedio que abrir los ojos y parpadear un poco para luego enfocar su mirada en sus alrededores.

Aquello le sirvió para darse cuenta de varias cosas: 1) No estaban en la Academia, sino que se encontraban en una cueva, 2) Por el clima, los insectos que rondaban en sus piernas y la ropa que usaba suponía estaban en África, 3) Eso era parte de alguna misión de la Academia.
Se levanto del lugar donde anteriormente se encontraba dormido y dio unos cuantos pasos hasta toparse con sus 'compañeros de equipo', al vernos no pudo mas que suspirar con fastidio "Me tocaron una bola de niñitos" pensó para si mismo, busco alguno pista dentro de la cueva.

Sus ojos se fijaron en las mochilas, seguro tienen cosas que les serian muy útiles, se agacho y observo las marcas en el suelo "Nos dieron cosas que nos van a servir y esta pista...Camerun es la respuesta, así que hay que ir a Camerun...es una locura, estos no aguantaran ni un día en el desierto" pensaba al mismo tiempo que levantaba su vista del suelo para fijarla en sus compañeros.

-Hey...dejan de decir tonterías, es mas que obvio que esto es una prueba que nos están haciendo los de la Academia, tenemos que sobrevivir a esto y nos dieron las herramientas -señala las mochilas- Y una pista...Camerun -señala el suelo- Hay que organizarnos para formular un plan -casi ordeno, con seriedad mientras se acercaba y tomaba su mochila, abriéndola para revisar lo que tenia dentro.

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Spoiler:

Shion había escuchado aquella conocida voz, y en seguida volvió su mirada a Nisheida. Si, finalmente se había despertado su Nishi-kun. No pudo evitar esbozar una sonrisa cuando le vio despierto. Oh, que tierno se veía. Tan soñoliento, tan despeinado, tan serio... ¡Waaai! ¡Ella quería apachurrarlo todo! Con el a su lado no le importaba si se perdía en la selva, si se perdía en la cueva. ¡Podían llevarla al espacio exterior, pero sobreviviría solo por que estaba allí su gran amor!

-Yo desperté más o menos al mismo tiempo que despertaron ellos. - Señaló con su dedo índice a Aníbal. -En mi mochila encontré algo extra, un mapa. Ahora mismo el mapa lo tiene Aníbal. Se ha quedado con el para que juntos analicemos las posibilidades. Otra cosa que deberías saber... Allá... - Señala afuera. -...hay ruidos raros. Y allá... - Señala adentro de la cueva. -No se sabe que hay. Estuve en esa entradita y lo que vi fueron sombras.

Claro, a Shion no le molestaba tener que darle un resumen a Nishieda de todo lo que había visto. Aunque también estaba informandole al "chico mandón" que había sugerido organizarse y formar un plan.

-Yo estoy recogiendo nutrientes. - Exclamó cuando le enterro otra cuchilla a otro insecto y lo lanzó a los pies del chico mandón. -Serán buenos en caso de que nos quedemos sin comida. - Guardó silencio por unos momentos. -Nee, creo que ya va siendo hora de que hablemos de este asunto. ¿Tendremos un líder que tome la ultima decisión, o nos moveremos por votaciones, donde lo que diga la mayoría, se hará? Claro, después de analizar inteligentemente las decisiones. Me gustaría saber también si... - Señala fuera de la cueva. -...saldremos o... - Señala dentro de la cueva. -...investigamos un poco más. - Caza insecto y lo pone sobre una roca. Suspira. Se había cansado de cazar insectos sola así que guarda la navaja en su pantalón.

"¡Solo se que ire a donde quiera que mi Nishi-kun vaya aunque no este de acuerdo con el! Exepto para el baño... ¡Tengo que protegerlo...! ¿De qué lo protegere? Er... No se... ¡Pero lo protejo! ... ¿Y si en el baño hay animaluchos que quieren hacerle daño? ¡No! ¡No lo permitiré! ¡Lo seguiré para protegerle!" - Pensaba esta con una gran decisión en su mirada. ¿Qué estaba pensando? Se preguntarían los demás. Solo ella sabía.

La peliverde escuchaba atentamente lo que el rubio tenía que decir. Estaba de acuerdo lo que el decía sobre el líder del grupo, por lo que no hubo objección alguna de su parte. Así que era bueno en la busqueda y selección de alimentos y pesimo en la topografía ¿huh? Bien. Ya había aprendido un poquito más sobre el. Era hora de asincerarse, por el bien del grupo, por el bien de las personas que estaban allí. Por lo que, levantó levemente la mano para indicar su turno de hablar.

-Confieso que hacen unos días he llegado a la academia. No he tomado ninguna clase sobre el control de mi poder, que sería el manejo de sombras. Lo he usado con anterioridad, en mi pasado, pero digamos que no fueron en condiciones muy factibles. - Expresó esta con mucha normalidad. -...soy un punto debil en caso de que tengamos que involucrarnos en una batalla, así que solo serviré de asistencia, o al menos lo intentaré. ¿Mis puntos fuertes? Bueno... Soy una muchacha bastante perseverante en lo que quiero, y no me rendiré hasta conseguirlo. Puedo ser buena consejera en caso de que alguien aquí se salga de control con algun ataque de nervios. Podría servir de ... ¿psicologa? Si, digamos que si.

Se quedo mirando a todos los presentes.

"Gomen-ne, Dera-kun. No puedo confesar "eso"... Todos me darían la espalda si lo hago..." - Pensaba con cierta nostalgia.

-Pero, estoy dispuesta a ayudar en cualquier cosa. - Dijo bastante animada, con una gran sonrisa en el rostro y una gran determinación.

Bien, al parecer ya solo faltaba una persona para despertar, por lo que tendrían que ir pensando qué hacer a partir de ahora. No le gustó demasiado el tono empleado por Ian nada más despertar, autoritario, como si quisiera ser el líder de todos ellos. Sin embargo por aquella vez lo dejó pasar, no iba a ganar nada replicándole. Acto seguido dirigió su vista a Nisheida y a Shion, atento a la conversación que seguían y a la forma de hablar de la chica. Vaya, vaya... así que tenían a una 'parejita'... o al menos eso daba a entender la peliverde con sus gestos.

— Estoy de acuerdo con Nisheida, lo mejor sería proponer las ideas que tengamos en mente y actuar según la mayoría. Eso sí, debemos respetar las decisiones que se tomen — aclaró, no quería tener problemas por la inconformidad de algún sector del grupo.

Escuchó cómo informaban de los poderes que tenían y sonrió levemente. Bien, aquello era bueno. Si sabían qué poderes tenían cada uno les resultaría mucho más fácil idear un plan acorde a las posibilidades de todos para que fuera lo más efectivo posible.

— Como ya están casi todos despiertos y a algunos no les conozco volveré a presentarme. Me llamo Aníbal Vassilyeva, y mi poder es la telekinesis, aunque aún no la domine del todo... Se me da bastante bien la topografía, así que podría encargarme del mapa. — Sugirió, con él aún en la mano. Ya había estado revisándolo y mirando posibles rutas en base a lo que éste mostraba. Si era del todo fiable, tardarían a buen paso unos cuantos días en llegar al lugar rodeado.

— Mientras que él despierta — señaló levemente con la cabeza a Ariel, que aún dormía — podrían ir un par de personas a mirar qué hay dentro de la cueva, y el resto salir fuera. Supongo que estas radios podrían funcionar entre ellas, y si son de corta distancia podríamos utilizarlas para comunicarnos entre nosotros en caso de que pasara algo.

Nathan se incorporó de su sitio para acercarse a las mochilas y revisar aquella que estaba señalada con su nombre. Tal como pensaba, estaba todo desordenado. Empezó a disponer las cosas en su lugar, revisando que la poca comida que había era deshidratada.
"Tendré que racionarme la comida... En primer término, puedo prescindir de la comida, sólo desayunar fuerte y cenar ligero..."
Igualmente, necesitaría agua de reserva, o para poder prepararse la comida.
Giró su cabeza a los demñas, que andaban presentándose. Había uno de ellos con el ceño fruncido, que cuando sus miradas se cruzaron, el griego le mostró una de sus mejores sonrisas. Sin embargo, el otro pareció bufar.
"Fiu, no conozco a nadie..." Suspiró poniéndose en pie y acercandose a la roca que goteaba agua.
Aunque pareciera mentira, el agua de las rocas estaba muy limpia y era buena para beber, solía estar cargada de minerales ricos.
Fue entonces cuando giró su cabeza a los demás.
-Adentrarse a la cueva, decís? -Se volteó cerrando su recipiente lleno con un gesto un tanto ingenuo- No sé vosotros, pero yo no tengo ni idea de espeleología. No sólo es una cueva oscura, sino que nadie sabe cuan profunda es. Podría uno caer en un agujero, producir algún tipo de derrumbamiento o, no sé, empezar a asfixiarse.

Tras decir eso con la mayor naturalidad del mundo, señaló los insectos asquerosos clavados en el cuchillo de Shion
-Al igual que esos insectos, puede que no estemos solos aquí. Y ya que estoy, sin ser hipocondríaco, yo estando en áfrica no me comería eso: La mayoría de muertes dadas en países del contiente africano vienen del Dengue, la Malaria, el Sida o el sueño Tse-Tse, y la mayoría de artrópodos.

Bueno, tal vez un poco hipocondríaco sí que era.
-...En fin, yo solo trato de decir que, siendo humanos, nos sentará mejor a la vista el sol que no la oscuridad. Camerún esta lejos, y aunque me gustaría quedarme más tiempo aquí, dudo que nos vengan a recojer. Deberíamos ponernos enseguida en el camino.
Y cuando dio unos pasos guardando el recipiente en la mochila, se golpeó la cabeza con el techo bajo, llevándose la mano a la frente.
"Cuernos..."

Las voces de los jóvenes discutiendo una estrategia se repiten en susurros por la pequeña cueva, repiqueteando en cada piedra.
Definitivamente, no estaban solos. En la oscuridad, unos ojos esmeralda los llevaba observando desde hacía rato.
Se encogió un poco antes de salir de un salto con un horrible gruñido.
“GRRR!!”
Una pantera adolescente, pero bien alimentada y fuerte, había encontrado unas presas perfectas.
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Off: Tenéis dos opciones. Una es huir, la otra encarar a la bestia. Si la pantera llega a usar un dado, tienen 1 de modificador en todo.

-Para huir de esta.
20= Éxito perfecto en la acción.
6 a 19= Éxito normal las consecuencias pueden estar entre más bajo sea el numero, y menores entre más alto sea.

2 a 5= Fallo. La pantera os alcanza a la entrada de la cueva, cortándoos el paso. Posibilidad de un contraataque.
1= La pantera logra saltarte encima. Posibilidad de ser herido. Posibilidad de un contraataque.


-Para defenderse de esta.
20= Éxito perfecto en la acción.
6 a 19= Éxito normal las consecuencias pueden estar entre más bajo sea el numero, y menores entre más alto sea.

2 a 5= Fallo. La pantera te burló y se ha lanzado sobre ti, sin llegar a producir algún tipo de mordida o arañazo por entonces. Posibilidad de un contraataque.
1= La pantera te ha derribado con un arañazo en la pierna, tienes posibilidades de una herida seria. Posibilidad de un contraataque.

Suerte chicos

Escuchó atentamente a Nisheida, estaba de acuerdo en todo, pero en cuanto mencionó su poder negó con la cabeza.

— Lamento tener que contradecirte en un detalle. Mi poder no consiste en comunicarme con el resto, sino usar mi mente para mover objetos. En ese caso mi poder no es tan útil como cabría esperar en una situación así.

Se cruzó de brazos, pensativo ante las últimas palabras del muchacho. Al parecer era verdad, si ellos tenían un número de equipo, tal vez habría más alumnos implicados en aquella prueba.

— No lo s--- — contestaba cuando algo le detuvo. Un rugido, demasiado cerca para su gusto. Al girarse se encontró cara a cara con aquella pantera, surgida del fondo de la cueva. Bien... no estaban solos.

Frunció el ceño ligeramente. Aún quedaba una persona por despertar, y vista la constitución del felino parecía ser bastante rápido, así que si intentaban huír sin más fácilmente le podría dar caza a alguno de ellos. Miró rápidamente a su alrededor, buscando algo en concreto. Tenía que actuar rápido.

— Al parecer sólo nos queda una posibilidad ahora. ¡Rápido, coged al que falta y salid de aquí! Intentaré noquearla... — avisó al divisar una parte del techo de la cueva algo fragmentada, con algunas piedras colocadas de forma que parecía que sostenían a otras. Si de alguna manera pudiera provocar un derrumbe para que la pantera no les siguiera... — ¡¡Largo!!

(Tiro dado para ver si consigo mover las piedras)

El miembro 'Aníbal Vassilyeva' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 20

La pantera arrugó su morro observando con ferocidad al joven que tenía más cercano y le había logrado esquivar. Y antes de poder hacer nada, las rocas empezaron a caer, lo que le hizo retroceder y cortarle el paso.

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(Que decir, éxito rotundo. Good job guys!)

El sonido rebotó con fuerza por las paredes, haciéndole dar un salto retrocediendo mientras alzaba las manos cerca de sus oídos.
-¡¡Ahh!! -Gritó mirando hacia el origen del sonido- ¡¡¡Pantera!!!
Observó con nerviosismo a los demás, deprisa. No esperaba que hubiera una criatura aparte en la cueva, a pesar de haber nombrado la posibilidad.
Miró al chico parcheado, que se encontraba más cerca del felino con preocupación. Quería hacer algo con sus poderes, pero el temor le invadía completamente. Y no logró reaccionar hasta que este les gritó que huyeran.
Fue cuando posó su mirada en uno de los compañeros aún dormido. No le conocía de nada, pero en esa situación, debía actuar. Con esfuerzo lo cargó en su espalda y empezó a correr al exterior sin olvidar ningún utensilio.
En cuanto estuvo fuera, se vio obligado a frenar y cubrirse con los brazos la cara. Sintió un fogonazo.
Y para cuando pasaron unos segundos, bajó sus manos para observar lo que se encontraba ante él con los ojos bien abiertos, aún respirando agitado.

La sabana se extendía dorada, con algunos arbustos míseros y un que otro árbol en la lejanía. Sin saber porqué, le hizo pensar en un basto campo de cereal.
Bajó las pulsaciones de su respiración, acabando por girarse de donde había corrido.
-A... ¿Aníbal? -Murmuró con un hilo de voz
¿Se encontraría bien?