Casa del terror [Post Grupal]

La casa del terror tiene muchas sorpresas, entre representaciones de las películas viejas de terror, como alumnos que están disfrazados apunto de asustar a los demás etc.

No es muy ostentosa, por lo poco que tuvieron de tiempo en hacerla, pero si esta perfecta para pasar un momento divertido.

En su interior hay zombies, tumbas, neblina muy densa, vampiros…de todo lo que uno se pueda imaginar.


(Pueden hacer post aparte de este, pero debe de tener la leyenda "Casa del terror" después del titulo que le pongan. Ademas de que se debe de postear por lo menos una vez aquí.)

Ben y Umiko seguian caminando por los jardines asta que una espesa neblina comenzo a ser visible. Ben escuchaba lo que decia Umiko hacerca de la fotografia y era exactamente por lo que a Ben le gustaba fotografiar, pero no habia tocado su camara desde hacia meses. Entraron a los terrenos desde una direccion poco esperada asi que lograron ver tumbas y adornos desde otra perspectiva asta que rodearon y llegaron al frente de la casa.

-Bien, ahi esta la casa embrujada,- dijo Ben soltando la mano de Umiko, -Y alla esta la fiesta supongo,- dijo, volteando a ver a los alumnos saliendo y entrando con disfrases. Risas y musica se lograba escuchar pero del otro lado una grabacion tetrica emanaba de la casa embrujada. -La academia en verdad se esmero en esta noche... bueno, sera mejor que vuelva, quiero practicar un poco mas antes de irme a la cama- Ben se despidio de Umiko y se comenzo a regresar por el camino por el cual llegaron. -Ten mas cuidado y no camines sola Umiko.- Ben sonrio y se dio media vuelta, en realidad no queria que alguno otro de sus amigos lo viera con ropa deportiva y se enteraran que no fue al baile solo por seguir entrenando.

“Bien, ahí esta la casa embrujada” Escuchó decir de parte del chico. Al parecer había ignorado lo que antes le había dicho, o tal vez se encontraba sumido en sus pensamientos.
Se despidió de ella y empezó a caminar en dirección contraria. Umiko seguía preguntándose el porque su compañero parecía estar triste, le empezaba a preocupar de cierta manera.
-E-espera –dijo aun sin idea de que le podría decir- ¿seguro que no quieres ir a la fiesta? O a la casa embrujada…
Ella siempre había sido así, le gustaba ser de ayuda para los demás, aunque en ocasiones no pudiera hacer nada productivo. Sin embargo, eso no la detenía en absoluto, pues su siempre viva positividad la empujaba a realizar su mayor esfuerzo, ¿y como no? Si su recompensa era poder ver la sonrisa dibujada en los rostros de los demás. Una preciada recompensa que no cambiaría por nada.
-¿m-me podrías acompañar?-se acerca a el- , verás… quiero entrar, pero no me gustaría ir sola –tomándose ambas manos frente al pecho- Por favor, no tomará mas de quince minutos....
No sabía ni siquiera que otra escusa poner, pero tal vez al chico le vendría bien distraerse un poco. No quería dejarlo solo agobiándose con su preocupación.

Ben pauso y se detuvo frente a una de las tumbas falsas que adornaban el jardin, Umiko lo estaba invitando a que la acompañara al baile o a la casa del terror, pero Ben se sentia un poco incomodo en sus ropas deportivas al lado de Umiko y su impresionante atuendo, sin dejar de mencionar lo atractiva que se miraba. Finalmente Ben tomo una decision y giro de nuevo a verla.

-Lo siento... esta no es mi noche Umiko.- Ben sonrio y se giro. "Diablos... nunca tendre una oportunidad igual..." Ben se mordio el labio y siguio caminando hacia la oscuridad, de vuelta a los campos de entrenamiento.

Esperó paciente a la respuesta de su compañero.
Realmente quería ayudarlo de alguna manera, aunque no supiera exactamente como.
De pronto el se giró y le dijo unas palabras, las cuales le supieron a un rotundo "No". Soltó sus manos y las dejó caer a ambos costados, miraba como se alejaba aquel chico.

"No pude ser de ayuda..."
No pudo pronunciar palabra alguna, no supo que era lo que tenía que hacer. O tal vez no podía ser de ayuda, sintió una punzada que le hacía sentir inutil.
Miró nuevamente la casa del terror, ahora sus ganas de entrar se habían extingido, ¿ahora que hacía? ¿entraba o regresaba?

Despues de caminar por los alrededores, decidió regrsar al baile, sin duda fue un paseo del terror para ella: La soledad se empeñaba en hacerle compañía, sin embargo antes de sentir aquel terrible sentimiento llenandola completamente se encaminó hasta el comedor rapidamente.

"Vamos, sonríe...."

Katia caminó tranquilamente por los jardines, no parecía haber muchos alumnos cerca y eso solo hacía el lugar más tenebroso sumado esto a los decorativos especialmente preparados para el día, o más bien dicho para esa noche.
Llegando a la puerta la abrió lentamente provocando que esta pegara un gran rechinido que anunciaba su entrada a l lugar, sus pisadas sobre la vieja madera hacían más ruido de lo esperado, mientras que el interior se veía totalmente a oscuras.
-Ohh... intéressante…
Camino unos cuantos pasos mirando lo alrededores a ver que pondría encontrar, tenía la ligera sospecha de que tal vez hubiese allí dentro algunos alumnos dispuestos a asustarla, tal vez sería interesante ver si lo lograsen o no.

Visto de cerca, y para el poco tiempo que habían tenido para montarlo, el lugar estaba realmente logrado. La casa y los alrededores realmente parecían sacados de una película de terror. Caminó con total tranquilidad por allí, con las manos en los bolsillos. Por allí había unos cuantos alumnos que también habían preferido estar un rato lejos de la fiesta y una idea se le ocurrió. Era una idea inocente, aunque cualquiera que lo pensase consideraría que no lo era.

— Veamos si yo también me puedo divertir con esto... — comentó para sí mismo, cerrando los ojos para concentrarse.

(Tiro dados para ver si puede volverse completamente invisible. Resultado: 10 + 1 (Constitución) = 11)

Por suerte la concentración no le había traicionado y su cuerpo se había vuelto completamente invisible, cosa que hizo que una inocente sonrisa apareciera en su rostro.

— ¿Truco o trato? — murmuró divertido para sí mismo, dirigiéndose al primer alumno que se le cruzó por delante.

En esa ocasión fue un hada la que tenía delante, quien descubrió como Katia una vez se acercó a ella con sigilo, dispuesto a asustarla.

El miembro 'Adam Roux' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 10

Finalmente entró a la casa embrujada, el ambiente era tétrico y estaba muy bien construido, telarañas, cosas viejas y rotas, manchas de sangre e infinita cantidad de detalles que hacían el lugar bastante terrorífico a los ojos de Katia, más aún porque estaba sola y no parecía haber nadie cerca. Los sonidos de algunas pisadas lejanas invadían el ambiente haciendo eco en sus oídos, no es que fuera excesivamente miedosa pero la oscuridad ayudaba bastante a la percepción fantasmal de las cosas.
Camino un poco más en silencio sintiendo como las alas de su disfraz chocaban con las paredes y con algunos objetos mientras ella llevaba ambas manos sobre su pecho, tal vez no había sido tan buena idea después de todo; a fin de cuentas no ganaba nada con asustarse ella sola.
De repente escuchó unos pasos que se acercaban a ella pero aunque miro hacia todos lados no fue capaz de ver nada, se asusto un poco mas logrando que su cuerpo comenzara a temblar. “Katia... de sorte que vous obtenez dans tout cela?" pensó mientras giraba su cabeza mirando hacia todos lados.
-¿H-Hay alguien?
Finalmente optó por preguntar, después de todo sabía que debía haber alumnos allí, peo por alguna extraña razón tenía un mal presentimiento, como si algo inesperado fuese a suceder.

Spoiler:

Siguió avanzando, colándose por la puerta que la peliazul había dejado abierta y caminando con lentitud. Por su parte también se quedó mirando la decoración de la casa, manteniendo su admiración por aquellos que la prepararon en tan poco tiempo. Para mantener un poco más la espectación se acercó a una polvorienta estantería donde permanecían unos cuantos objetos y los tiró al suelo, haciendo que rebotaran en éste e hicieran algo de ruido.

Tuvo que hacer un esfuerzo para contenerse cuando escuchó la pregunta de la chica, manteniéndose aún oculto para ella. Se acercó por la espalda a su oído.

— ¿Crees en los fantasmas...? — le susurró, esperando la reacción de la chica francesa.

Luego de preguntar con la voz algo temblorosa se quedo escuchando para no oír más que el mismo silencio de antes, pero apenas se dispuso a caminar nuevamente escuchó como unas cuantas cosas caían detrás suyo y hacían bastante ruido al chocar contra el piso, logrando que pegara un pequeño saltito apretando ambas manos frente al pecho.
Se quedo allí de pie pensando en que deseaba salir corriendo cuando de repente sintió una reparación detrás de su cabello y una voz que le decía “¿crees en los fantasmas?” ella realmente creía puesto que había sabido de casos muy misteriosos allá ocurridos en su natal Francia, sintió como un escalofrío recorría su cuerpo rápidamente y lo único que pudo hacer fue girarse e intentar defenderse de lo que fuera que estuviese allí…

(D20=17+1=18)

-¡Si creo!-exclamo con la voz temblorosa-
Lo unico que se le ourrió fue generar una fuerte brisa para expulsar aquello que parecia estar tan cerca de ella, levantando sus manos se concentró a pesar del susto que llevaba encima y se rodeo de un fuerte viento que sacudio sus largos cabellos celestes para pasar al frente y empujar lo que sea que ahi estuviese. Varias cosas del lugar volaron junto con el polvo que se levanto acompañando al viento. Cuando todo estuvo calmo, ella miro el suelo descubierto a sus pies, la neblina se habia movido debido al viento y el polvo apenas comenzaba a asentarse, pero ella queria ver si "eso" seguía allí y que era realmente.

El miembro 'Katia Benoit' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 17

Ni siquiera se le había ocurrido que aquello pudiera pasar. Aún estaba demasiado cerca de la muchacha cuando empezó a generar ese viento y al no esperárselo salió volando junto algunas cosas de la casa, chocando contra una mesa que también volcó y creando un estruendo considerable.

— Auch... eso dolió... — comentó para luego reír durante unos minutos, al menos había valido la pena para ver el susto que la peliazul se había llevado.

Se incorporó lentamente, resentido por el golpe, y dejó de utilizar su poder volviéndose visible de nuevo. Y al hacerlo descubrió que estaba lleno de polvo tras la caída, por lo que procedió a expulsarlo y a ponerse bien el disfraz. Solo cuando estuvo de nuevo 'presentable' se acercó de nuevo a la muchacha.

— Lamento haberte asustado... jeje... — rió de nuevo levemente.

El ruido había sido muy fuerte lo que la había asustado un poco más, más aún porque esto indicaba que si había expulsado a alguien con su ataque y que realmente había alguien o algo detrás de ella.
Después de unos segundos de un oscuro y polvoriento silencio escucho un “auch… eso dolió…” y luego una risa con una voz que le resulto extrañamente familiar, aunque aún no podía ver nada y esto la inquietaba bastante.
De pronto vio aparecer frente a sus ojos a una persona llena de polvo, que luego de un sacudón a sus ropas dejo ver su rostro, sonriendo levemente pero con algo de picardía se disculpo ante ella por lo sucedido.
-¿Adam?-abriendo bien grande los ojos-… ¿Cómo hiciste…?
Se le quedó viendo bastante sorprendida a aquel chico peliazul, claro sabía que había otras personas que tenían habilidades así como ella ya que por algo estaba en aquella academia, aunque no conocía que tipo de habilidades pudiera haber, y aquella sin duda alguna le había llamado la atención; tener la habilidad de volverse invisible.
-Mooo… me asustaste…-desviando la mirada mientras hacia un leve puchero-… pero sí estuvo espeluznante…-volvió a mirarlo con una pequeña sonrisa-… ¿Quieres acompañarme el resto del camino?
Dicho esto se quedó en espera de una respuesta del chico mientras acomodaba los cabellos que se habían salido debido al viento que ella misma había provocado.

Se revolvió con suavidad los cabellos que sobresalían bajo el sombrero, terminando de quitarse el polvo que residia en ellos, cuando escuchó la pregunta de la peliazul, bastante sorprendida por lo que acababa de pasar por lo que parecía.

— ¿Que cómo? — rie unos segundos — Esta es mi habilidad, por ello estoy aquí...

Después observó aquél puchero y en su interior se arrepintió un poco de haberla asustado, intentando desechar ese pensamiento al instante. Estaban en Halloween, era normal asustar a la gente, ¿no? Tras ello escuchó la proposición de la pequeña y le respondió con una suave sonrisa.

— Será un placer, mademoiselle...— clavó por un momento la rodilla en el suelo y le tomó la mano para besársela con suavidad, antes de levantarse y empezar a caminar hacia la siguiente parte de la casa, como si nada hubiera pasado.

El peliazul dijo que sería un placer y luego de eso se arrodilló en el suelo, Katia lo miro algo sorprendida mientras el tomaba su mano para dejar un beso sobre esta, provocando que las mejillas de la chica se sonrojaran levemente.
-Gracias…
Dicho esto comenzó a caminar al lado del chico observando los alrededores, era extraño pero el ir acompañada evitaba que se asustase, ahora podría dedicarse a observar bien el esfuerzo que los alumnos y docentes de la academia habían hecho para ese día.
-Está muy bien hecha ¿verdad?... aunque sea algo escolar… creo que debo felicitar a los autores…
Pronto algunos ruidos extraños se oyeron a lo lejos, parecían disparos y no parecían ser parte de las atracciones de la casa. Katia detuvo su paso, era extraña esa clase de atracción para una casa embrujada, pero después de todo tal vez los americanos si la considerasen, ella no era quién para juzgar puesto que había llegado a la academia hacía solo unas cuantas horas, con eso en mente continuo su paso intentando no ponerse a pensar demasiado en ello.

Caminaba en silencio junto a la peliazul, contemplando cada detalle de la casa y llevándose de vez en cuando algún pequeño susto, sin demostrarlo delante de la pequeña. ¿Qué clase de tipo sería si se asustara de cosas tan sencillas? En eso que estaba examinando una estantería llena de telarañas cuando escuchó el comentario de la muchacha, girándose hacia ella con una sonrisa.

— ¿A que sí? Yo llevo pensando eso desde que entré por la puerta, realmente a pesar de tener poco tiempo lo han hecho genial — comentó con entusiasmo.

Pero ese sentimiento de alegría se fue disipando poco a poco al escuchar los disparos, haciendo que el francés frunciera un poco el ceño. Aquello no era normal... incluso la música, que hasta hacía poco resonaba por todo el jardín proviniendo del salón, había cesado.

— "Esto no me gusta..." — pensó para sí mismo.

Sin decir aún nada se acercó a la rota ventana, observando fuera procurando no ser visto. Allí pudo ver cómo algunas personas disfrazadas de policía (o, tal vez, policías de verdad) se dirigían a los alumnos que había por allí, como buscando algo. Aquello le daba muy mala espina... Y, al escuchar abrirse de nuevo la puerta de la casa, actuó como acto reflejo y cogió a Katia de la mano, buscando con la mirada algún punto donde esconderse.

— "Si tan solo pudiera hacerla invisible a ella también..." — a veces su poder no era tan útil como esperaba, ya que en ocasiones como aquella solo podría salvarse él. Encontró un sofá volcado detrás del cual podrían esconderse sin problema y se dirigió hacia allí, haciéndole un gesto de silencio a la muchacha para que no dijera nada.

Poco después la puerta se abrió y escuchó pasos de un par de guardias recorrer la habitación. El francés estaba tenso, atento a cualquier movimiento en falso para salir a actuar. Pero por suerte los guardias no parecieron ver nada y se marcharon sin más, logrando arrancar un suspiro de alivo de los labios del peliazul.

Dio unos cuantos más con normalidad aunque no podía evitar que aquellos ruidos la inquietasen un poco, realmente eran demasiado diferentes a los efectos de la casa y sobresalían por sobre estos. Al llegar a una habitación notó como el chico observaba por la ventana, su semblante parecía haber cambiad a uno de preocupación por lo que ella también terminó poniéndose alerta.
Se escuchó la puerta de la casa abriéndose nuevamente y en ese momento el peliazul tomó la mano de Katia logrando sorprenderla con su acción para luego dirigirse hacia un sofá volcado, no sin antes indicarle a ella que hiciera silencio. La peliceleste asintió con un leve movimiento de cabeza y luego siguió al chico para esconderse detrás del sofá, apenas lograron camuflarse se escucho como un grupo de personas entraba a la habitación y unos cuantos la recorría con pisadas fuertes que resonaban en la madera vieja del piso. “¿Qué está pasando?... si nos escondemos quiere decir que algo está mal…” pensaba frunciendo el ceño levemente.
Sin poder evitarlo Katia se aferró al brazo del chico, parecía sentirse más segura así, aunque si algo sucediese estaría dispuesta ayudarlo para defenderse de aquellos sujetos. Las personas que allí estaban se retiraron de inmediato sin advertir de su presencia y fue allí que ella noto como el chico dejaba escapar un leve suspiro, que la llevo a relajarse un poco también.
-¿Quiénes habrán sido?... eso fue extraño…
Dicho eso solto al chico y se levanto un poco para observar los alrededores, se sintió aun más tranquila cuando noto que no había nadie y que solo el mismo frio seguía entrando por aquella ventana abierta acompañando el silencio profundo y envolvente que los rodeaba en ese momento.

Aún se mantuvo alerta unos minutos más, yendo de nuevo a la ventana y mirando cómo los guardias abandonaban la casa y un helicóptero se alzaba en el cielo hasta desaparecer en la oscuridad de éste. Todo eso era demasiado extraño... Se acercó a la muchacha, esperando que estuviera bien después del accidente, cosa que pareció preguntarle con la mirada.

- No lo sé.... pero sea quienes sean no me da buena espina...- se quitó la máscara y la guardó. Ya no era momento de llevar disfraz, o eso le pareció al peliazul. - Creo que ha pasado algo, así que tal vez deberíamos regresar...

Dicho esto le tendió la mano a la peliazul, dispuesto de nuevo a protegerla por si acaso todavía quedaba algún rastro de peligro en el exterior.

El peliazul terminó por salir de atrás del sofá para volver a la ventana, Katia se puso de pie y dando unos pasos notó como el parecía observar algo en el cielo, para luego volver hacia donde estaba ella y mirarla de una forma que le resultó algo interrogante; sin saber que responder solo asintió levemente con la cabeza, para luego escuchar que él decía que aquellas personas no le daban buena espina. A fin de cuentas si parecía haber sucedido algo en la academia, aunque fuese nueva allí ella sabía que eso seguramente no era normal y que esas personas en verdad buscaban algo y que muy posiblemente ese algo fueran alumnos que allí habitaban. Notó como él se quitaba el antifaz para guardarlo y de esta forma dejar su rostro descubierto, rostro que ya se le hacía conocido.
-Está bien… creo que tienes razón, vamos…
Al ver como el tendía su mano, ella solo le dedicó una pequeña sonrisa mientras la tomaba suavemente, naturalmente era mejor ir juntos, después de todo aún podrían haber algunos de aquellos sujetos rondando cerca.
-Tal vez si preguntemos a alguien nos digan… que está pasando… si es que hay alguien cerca…
Realmente el silencio invadía los alrededores y no parecía haber más rastros de vida que el de ellos dos, se respiraba un aire extraño aquella noche, realmente algo malo parecía haber sucedido, y tal vez temer por su seguridad no era una idea descabellada después de todo.