Plan de vida

Los planes de la vida. El quería asistir a una universidad sin tener problemas con su poder, es por ello que se encontraba en ese internado. Y aunque sabía que no era muy prestigioso que digamos entre los más elegidos por las buenas universidades, mas en Princeton, el quería intentarlo y salir de hoyo en el que estaba. Por ello es que estudiaba siempre que podía, y si era parte de su relajación, tomaba lectura de algo literario, abriendo las puertas del conocimiento en su mente.

No le gustaba mucho salir a “divertirse” como hacían sus compañeros siempre. No le miraban el rastro en algún cine o dando vueltas por los lugares más concurridos. Si acaso, solo se daba una vuelta por la cafetería de la ciudad, pero es que eso ya no lo evitaba, la cafeína preparada sabia deliciosa ahí.

Se trono un poco el cuello después de leer un poco de ciencias y después se levanto. Camino hasta la pc encendiéndola y después miro el encuadernado que le dieron de universidades. Ahí estaban folletos de la que quería y no dudo en abrirlo para releerlos. Era un muy duro y largo camino, pero sabía que podría con ello. Dejo los folletos en el escritorio y en lo que se iniciaba la pc, pensó en tomar una rica ducha. Por ello se acerco a esta, después de tomar todo lo necesario y se encerró en ella.

Había sido un día poco aprovechado. El peliplateado había salido por Pieceville en busca de alguna cosa que satisfaciera su apetito de adrenalina, ya fuera un Laser-Shooter, una partida de Paintball, juegos violentos de recreativas o meterse a dar puñetazos en un ring o en la misma calle.
Desgraciadamente, lo único que había visto eran compañeros de clase que rondaban por el centro comercial, ya fuera para ir a ver una película o ir a tomar un cursi batido.
Con el sentimiento de una falsa úlcera estomacal, se volvió derrotado a su habitación, abriendo sin mucha más dificultad, lo que le daba a suponer que estaría allí su compañero.
-Oe, Terry, ¿andas allí? -Preguntó entrando para comprobar que nadie se había colado dentro.

Sin embargo, no recibió respuesta alguna, pero sí escuchaba el sonido de la ducha.
"Ahora mismo podría ir y arrancarle la cortina" Contuvo una risa malvada en su boca ante la idea. Ya podía visualizar al moreno chillando como una nena, intentando taparse como si Seth no tuviera lo mismo y más grande y lanzándole todo tipo de jabones para sacarlo afuera.
Pero llegado a una altura, hubo algo que le paró más la antención. El escritorio estaba lleno de panfletos y otros papeles.

-Macho, luego yo soy el desordenado -Bufó por lo bajo cogiendo uno de los papeles- ¿¿Hm??
Tendría que haberlo imaginado, que Terrance no tendría precisamente papeles de publicidad de restaurantes chinos.
Todos aquellos papeles eran de escuelas y universidades. El peliplateado abrió alguno leyendo.
"...Princeton, eh?"

Se estaba relajando completamente mientras le agua corría por todo su cuerpo causándole una sensación de satisfacción. Sonrió un poco no escuchando como estaba entrando su compañero a la habitación, menos cuando este le hablo desde afuera, ¿Y todo porque? Simple, el necesitaba mucha relajación continua.

Aun no comprendía cómo era que siempre estaba tenso, podría ser la preocupación de poder llegar a ser algo en el futuro, de no quedarse como un simple “Súper héroe”. El quería algo mas, deseaba estudiar en una magnifica universidad, poder llegar a ser un excelente abogado. Simplemente ser alguien más que solo un “Fenómeno” como les dicen muchos.

Se paso las manos por la cara sacándose algo de agua en cuanto termino de ducharse. Se seco con la toalla que había acomodado perfectamente para eso y después se puso el pantalón que había elegido. Obviamente no tenía ni la más remota idea de que Raven estaba ahí en la habitación, es por ello que sin vergüenza salió del cuarto de baño, con la toalla en los hombros mientras se secaba la cara y cabeza, y el pantalón a medio poner –desabrochado- caminando hasta su cama donde había dejado lo que le faltaba.

Justo, fue cuando miro a Seth en la habitación, causándole que se quedara unos segundos mirándole como si no debiera de estar ahí e inmediatamente, recordando su estado, se llevo las manos hasta la pretina del pantalón y se subió este.

“Buenas.”