En el dormitorio (libre)

El peligris habia llegado de su natal Japon, y solo queria descansar despues de un viaje agotador, extrañaba al oficial Shimada, porque era la unica persona que habia cuidado de el, despues del accidente de su familia, asi que una vez que termino el papeleo para el ingreso a la academia , se dirigio a su habitacion, era una suerte para el que aun no habian determinado a su compañero de habitacion, podia estar un par de dias solos en aquella comoda y grande habitacion, ademas tampoco estaba preparado para interactuar con las personas, sentia algo de temor aun, dejo su maleta a un lado de la cama que se encontraba al lado derecho, su pelota la acomodo en el escritorio que estaba en su lado, y se tiro a la cama para echarse a un lado, en posicion fetal, cerrando los ojos-

Quiero regresar...tengo miedo de estar aqui-cerro los ojos mientras temblaba ligeramente y se abrazaba a si mismo- Tengo que aguantar y aprender a controlar estos poderes que lastimaron a mi familia...-saco de sus bolsillos su mp4 y empezo a escuchar musica, para olvidarse del entorno que lo rodeaba-

Sus ojos curiosearon como ponían un sellito en sus papeles. Ahora, oficialmente, era un estudiante de la Academia Crusaders. No pudo evitar una pequeña sonrisa.
Algo cansado, el viaje hasta America habia sido largo, y aún le costaba situarse horariamente. Se moría de ganas de dejar sus maletas, curiosear o, directamente, echarse a la cama y dormir. Claro que según lo que le había recomendado su tío era mejor que durmiera cuando fuera la hora.
Deambulaba por los pasillos mientras silbaba una canción reciente. Su paso era animado, arrastrando tras de sí la maleta mientras en una de sus manos sostenía un papel pintarrajeado.
Conociendo su karma, o mala fortuna, había pedido que le hicieran un croquis para llegar a su habitación.

Y tras una hora en la que había entrado en 4 habitaciones diferentes en las cuales ninguna era la suya, llegó hasta la puerta.
"¡Al fin!" Tomó aire en sus pulmones y abrió la puerta.

Para su sorpresa, había ya alguien más. Sabía que tendría que compartir habitación, pero no esperó encontrarlo tan pronto. Y antes de verlo, lo primero que le delató fue el sonido enmascarado de los cascos a todo volumen. Nathan ladeó la cabeza.

Quiero regresar...tengo miedo de estar aqui... Tengo que aguantar y aprender a controlar estos poderes que lastimaron a mi familia...

Dejó su maleta a un lado y observó al chico que se encogía apenado. En cierto punto, entendía cómo se sentía. Igual que él, quería evitar dañar a su alrededor a las personas, y de allí que estuviera. Pero para empezar a ser ayudado, debía tener un poco de confianza. Aunque por otra parte tuviera ese miedo a repetir errores.
Nathan quiso acercarse para saludarle pero sin espantarlo, pero dada su suerte, y por misterios de la vida, su pierna se enredó al cable del cargador de un móvil, cayendo de frente sonoramente, tirando su maleta a un lado y su cabeza quedando en el interior de la papelera.

Shiro estaba tan concentrado en sus traumas y acompañado con su musica que se sobresalto al momento de que sintio un fuerte ruido, se saco los audifonos y se levanto de la cama, para observar a un joven de cabellos peliverdes que se encontraba en el piso,finalmente habia llegado el compañero de habitacion, asi que su soledad habia terminado rapidamente, el peligris se acerco a el y le extendio la mano

Te encuentras bien? -le pregunto en tono suave y preocupado- toma mi mano y yo te ayudare a levantarte-con una suave sonrisa miro fijamente al otro muchacho-bienvenido a la habitacion

Nathan agitó un poco sus manos en la nada de la sala, con la cabeza metida en la papelera.
Maldijo por lo bajo en griego, pero el murmullo de la música se deshizo, y sintió a su compañero moverse de la cama.
"Desde luego, menuda forma de hacer el ridículo"
Se incorporó ligeramente al escuchar que el otro chico le hablaba, con una voz suave y floja, como si quisiera susurrar. Y él, con el cubo aún por cabeza.
-¡Ho-Hola! -Saludó torpemente tendiendo la mano- Perdón por el ruido, no quería molestar... Aunque no es mi fuerte eso de pasar desapercibido...
Finalmente logró tomar la mano del otro, notándola un poco fría. Llevó su mano palpando el cubo para alzarlo un poco, llegando a asomar sus ojos violetas, escupiendo de su boca una bola de papel que había quedado entre sus labios.
-Gracias por la bienvenida -Añadió saliéndole una gotita de sudor de la sien- Me llamo Nathan, ¿y tu?