In My Favorite Spot [Priv.Rai]

Salieron del comedor, dando con la salida, cruzaron un gran patio hasta llegar a la entrada del jardín, Aydan comenzó a sentir frio, pues el viento que recorría los arboles estaba helado, provocando que la chica se tornara mas pálida de lo normal, casi sin darse cuenta de su ebriedad pues caminaba mas concentrada en no sentir frio que en si caminaba bien, se acerco demasiado a Rai, juntándose a él tanto que casi llegaba a abrazarlo, parecía un pequeño animalito acorrucándose para buscar calor,
Sin decir nada siguió caminando tan cerca de él, hasta que se alcanzo a mirar a lo lejos el invernadero, una sonrisa repentina se ilumino en ella, separándose de él comenzó a correr hacia el invernadero, tal como una chiquilla en un parque de diversiones, reía mientras corría como si nada, los cuernitos de fauno cayeron al suelo, sin ni siquiera percatarse de eso.
Antes de llegar a la entrada del invernadero dio un mal paso y tropezó cayendo al suelo, golpeándose fuertemente, se sintió torpe, pero ahora no sentía pena, solo orgullo, tal parecía que de esta manera era mucho más problemática que la Aydan normal que se preocupa por ser decente y cuidadosa en extremo,
-Ay…- expreso con dolor llevándose una mano a la rodilla intentando ponerse de pie para quedar sentada sobre el suelo helado mirando que se había lastimado ambas rodillas –Me maree otra vez…- expreso haciendo un puchero y frunciendo el ceño.

Saliendo del comedor y del bullicio que allí se oía entremezclado con la música, Rai respiró hondamente cuando sus oídos fueron invadidos con silencio; ese agradable silencio que siempre terminaba por buscar cuando se le hacía imperante un momento de relajación en soledad. Sujetando con fuerza la mano de la ojiverde camino cruzando el patio mientras sentía como ella se apegaba cada vez más a él, seguramente debido al frío del ambiente, después de todo en las noches las temperaturas descendían considerablemente.
Minutos después el gran invernadero comenzó a aparece frente a su vista, hacia allá se dirigía cuando notó como la chica se separaba de él para correr feliz hacia aquella cueva de cristal como si de un parque de diversiones se tratara y ella fuese una niña pequeña corriendo delante de sus padres.
-Ten cuidado te puedes ca…
Antes de que completara su frase la chica ya se encontraba en el suelo, producto de un mal paso dado por ella, que la llevó a tropezar y caer sobre el frío suelo del invernadero. Rai detuvo su paso para suspirar notoriamente y luego se acercó a ella para tomarla de los brazos y ponerla de pie con cuidado.
-Eres una tonta…
Se quedo viendo a la chica que tenia frente a él, por alguna razón sentía como si debiese protegerla, como si debiese cuidar de ella siempre, porque ella era así, de aspecto frágil y delicado, tan frágil y tan delicado como una flor.

(lanzar dados ¬ ¬ D20=5+1=6)

Agachandose levemente tomó a la chica en brazos, pero esta parecía estar algo fuera de si y apenas se puso de pie la chica comenzó a moverse enérgicamente como si algo la estuviese molestando. Rai fruncio el ceño con una clara expresion de fastidio, era tan tonta como para lastimarse y luego cuando él intentaba ayudarle solo le dificultaba la cosas. Aún así no la soltó y caminó con ella en brazos hasta una de las pimeras sillas visibles y ahí la sento rápidamente, para luego suspirar con fastidio.
-Si que eres molesta niñita...
Dicho esto se quitó la capa del traje y la arrojó sobre la cabeza de la ojiverde, no quería verle la cara por el momento, pero tambien había notado como ella temblaba por el frio, y aunque no fuese mucho, quizás eso pudiese ayudarle.

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No escucho la advertencia de Rai y ahora yacía en el suelo como una distraída y torpe chica, el chico se acerco a ella bastante fastidiado tomándola de los brazos para ponerla de pie con cuidado, expresando que era una tonta, la chica izo un puchero frunciendo el ceño, aquellas palabras la hicieron molestar, pero se quedo ofendida solamente, mientras veía hacia otro lado, sin darse cuenta el chico se agacho un poco para sostenerla en brazos y levantarla del suelo, sus dedos quedaron en posición de sus costillas que comenzó a darle una sensación de cosquilleo provocando comenzara a moverse intentando evitar esa sensación de tener ganas de reírse fuerte, así se mantuvo en todo el camino gritando y moviéndose energéticamente dificultándole el camino a Rai. Por fin el chico llego dentro del invernadero para luego sentarla sobre una de las sillas, para luego suspirar bastante molesto, pronunciando que Aydan era una niñita bastante molesta, Aydan se sobo un poco las costillas calmando esa sensación de reírse en cuanto escucho la palabra “niñita” se puso seria bajando la mirada, para luego sentir como una capa de tela la cubría,
-Lo siento, me dio cosquillas…- dijo bajo la capa sin quitársela en la posición en la que el chico la había dejado, luego dejo escapar un suspiro irritado debajo de la capa y se la retiro de encima algo molesta, dejándosela sobre las piernas,
-No me vuelvas a llamar niñita- pronuncio volteando hacia otro lado bastante molesta, sus mejillas expresaban un rubor repentino, aun estando ebria podía razonar las cosas, no quería sentirse niña de nuevo, menos después de lo que había ocurrido en África, quería ser fuerte, y más que nada quería que Rai la mirara como una chica mayor, no como una bebe que tuviera que cuidar, eso era lo que más le dolía.
Pero porque sentía eso? Porque quería ser reconocida en especial por él?. Lo miro un momento frunciendo el ceño clavando sus ojos en el, como el siempre lo hacía cuando la miraba, su mirada parecía ofendida, pero en el fondo solo estaba decidida. Se puso de pie aun mirándolo, el alcohol ahora había provocado que su enojo se subiera sin poder controlarlo – No quiero ser una niña para ti… deja de llamarme hermana!, y deja de verme de esa manera como si fuera más débil que tú!- grito furiosa aun sin dejar de clavar su mirada en el.

Luego de arrojarle aquella capa se giro dándole la espalda, realmente se había sentido fastidiado con la situación, y tal vez el mínimo alcohol que circulaba ahora por su sistema aumentase más aquel pequeño fastidio. Escuchó como ella decía que le daba cosquillas y eso le fastidio un poco más, “Solo por cosquillas actuar así, como chiquilla… ¿no se pudo aguantar?” pensó frunciendo el ceño, pero cuando oyó que ella le dijo que no la llamase niñita se giro hacia ella para mirarla y notar como ella parecía verse enojada, a pesar del rubor en su rostro se veía enojada, para Rai eso no tenía razón de ser ¿de qué se enojaba? No tenía porque, solo estaba actuando de una forma muy molesta, aunque no tuviese motivos para actuar así.
Se quedó viéndola fijamente para luego descubrir que ella lo miraba de la misma forma, fijamente, con el ceño fruncido, su mirada parecía desafiante; jamás lo había mirado así.
-Si no deseas eso, entonces deja de actuar como una niña, porque así te comportas ¿Me oyes? No tiene nada que ver con ser débil o no... y no tengo por qué aguantar esto, me parece perfecto lo que dices… será mejor terminar con esta idiotez de los hermanitos, al fin de cuentas tu y yo no somos nada… ¡¡no tengo porque aguantarte!!
Dicho eso, se dejo llevar por su rabia y por su propio fastidio para arrancarle la capa de las manos a la chica y luego de darse media vuelta comenzar a caminar hacia la salida. Caminaba velozmente frunciendo el ceño, no tenia porque soportarlo, nunca había deseado tener a nadie a su lado, nunca lo había necesitado, nunca había deseado echarse ningún problema a sus espaldas y menos se quedaría a escuchar reclamos sin sentido; era mejor terminar con aquello de una vez.

Después de escuchar esas palabras salir de la boca de Rai, ella solo lo miro un momento con los ojos muy abiertos, el impacto era muy fuerte para ella, bajo la mirada, su mente estaba en shock, no sabía qué hacer, sentía un gran nudo en la garganta y un dolor muy dentro de ella,
“Debo dejar de parecer una niña ante el… porque sigo haciendo estas cosas?, porque siento esa necesidad fuerte de llorar?… pero no… no quiero que eso termine… estaré destrozada si se aleja de mi”
El chico realmente furioso le arranco la capa de las manos, y como no? Después de todo lo que se esforzó por cuidarla toda la velada, aparte de haberla acompañado al baile,
Aydan subió la mirada para ver como él se iba tan fugazmente de su lado, su cuerpo temblaba, sus ojos comenzaron a mojarse de las lágrimas que estaba conteniéndose,
-Rai…- unas palabras salieron de sus labios mientras apretaba sus puños fuertemente mientras fruncía un poco el ceño, rápidamente corrió hacia el ignorando su ebriedad, pues el enojo había bajado el efecto somnoliento, sujeto la manga de su traje para detenerlo mientras aun juntaba las fuerzas necesarias para hacer lo que estaba decidida a hacer, rápidamente sin darle oportunidad lo sujeto de las ropas jalándolo hacia ella mientras se ponía de puntitas sobre sus zapatos solo para alcanzarlo, sin pensarlo dos veces le dio un beso de los más delicado sobre los labios sintiendo así la calidez de Rai contrastando con el frio de alrededor, era totalmente inexperta en besar, pero sintió una dulce sensación, como si ya lo hubiera hecho antes, su corazón latía fuertemente que podía escucharlo fuertemente dentro de su mente, permaneció un momento ahí mientras sentía que su cuerpo comenzaba a temblar por sí mismo, se retiro soltándolo de las ropas, mientras su rostro se iluminaba a un color completamente rojo, mientras sus ojos se clavaban sobre el suelo,
“E-es un sueño? Que estoy haciendo?” pensó inmediatamente sintiendo aun aquella sensación de los labios de Rai sobre sus labios, mientras su mente solo se empeoraba mas, sabía que Rai estaría aun mas enojado con ella por lo que acababa de hacer, no se atrevía a mirar su reacción, su rostro, su semblante, por temor de ser odiada por él, no sabía si esta vez de verdad lo soportaría.
-D-de verdad, perdóname…- pronuncio aun temblando llevándose las manos sobre los ojos, no quería ver la reacción de Rai, si se iba, era mejor que lo hiciera cuando ella no mirara.

Seguía caminando como alma que lleva el diablo, en realidad estaba bastante molesto y no tenía intenciones de detenerse ni de mirar atrás ¿Por qué demonios actuaba de esa manera? Se quejaba de que la vean como chiquilla después de que ella misma actuaba de esa manera, no veía necesidad e soportar eso, no tenía porque, después de todo siempre había estado solo y solo no había tenido problemas de ese tipo, aunque ya hubiese empezado a acostumbrarse a su presencia y su compañía; después de todo, eso era lo mejor.
Cuando estaba punto de cruzar la puerta de salida, sintió de repente como le detenían de la manga llevándolo a frenar su paso debido a la sorpresa, apenas tuvo tiempo para pestañear y observar como la chica se acercaba a él mientras lo estiraba hacia si tomándolo de sus ropas, fue todo tan rápido y fugaz que cuando se quiso dar cuenta ya sentía sobre sus labios una cálida y dulce sensación rodeada de un embriagante aroma a flores.
Se quedo allí inmóvil con los ojos bien abiertos, a pesar de la cercanía podía distinguir el pequeño y blanco rostro de la chica, podía sentir su cálida respiración muy cerca de su rostro y en ese momento una serie de imágenes veloces comenzaron a pasar por su mente “Ya he sentido esto antes… sobre mis labios… esa sensación…” pensaba, ciertamente Rai había besado a muchas chicas si de eso se tratase, pero allí había algo más, había algo diferente.
De pronto una imagen se detuvo fija en su mente, provocando que cerrara los ojos apretándolos fuertemente como si quisiera verla mejor. Aquella imagen era claramente parte de su pasado, la había olvidado pero aun así parecía estar presente…

imagen en la mente de Rai:

Abrió los ojos cuando sintió como ella se separaba liberando su ropa, sus ojos aun seguían demostrando el asombro que aquello le había provocado, pocas personas lograban tomarlo por sorpresa de esa forma y sin embargo esa no era la primera vez para aquella chica. La expresión en su rostro comenzó a volver a la normalidad cuando escuchó como ella pedía disculpas, su ceño se frunció notoriamente y sus labios solo se abrieron levemente.
-No es necesario… no es necesario que hagas eso para que te perdone.
Ciertamente había recordado aquella situación en el pasado, aquella niña pequeña y enojona le había robado dos besos de la misma forma en que lo había hecho recientemente. Ella no parecía acordarse de él ni de lo que había hecho, mientras que Rai lo había recordado a la perfección y había recordado también como durante sus anteriores años de adolescencia no había podido olvidar esa sensación aunque no supiese de donde provenía. Ciertamente el recuerdo de aquel aroma le había acompañado siempre aunque no recordase la razón, siempre había deseado volver a sentirlo; aquel aroma a flores que lo calmaban, que le hacía sentir bien. “Así que eras tú…” pensó observando como ella estaba a punto de llorar. Sabiendo esto no fue capaz de seguir enojado con ella, después de todo y por alguna extraña razón su presencia siempre le había acompañado, en aquellos momentos difíciles, ese extraño beso forzado cuando tenía apenas 8 años había sido la única posible muestra de afecto que hubiese recibido durante toda su niñez, aunque en un principio no se hubiese dado cuenta, aun así aquel recuerdo había permanecido bien guardado en su inconsciente.
-Está bien ya cálmate… supongo que estas ebria… no tiene sentido hablar de eso ahora...
Luego de unos segundos su carácter terminó por ganarle, no se quedaría así luego de que la misma chica le hubiese robado tres besos sin que el pudiese hacer nada. Sin decir nada se acercó a ella y quitándole las manos del rostro la rodeó con sus brazos para luego acercarla a él con un brazo y colocando una mano detrás de su cabeza la acercó así hasta que sus labios volvieron a tocarse mientras cerraba sus ojos. Pero eso no fue todo, empujándola más hacia si comenzó a besar aquellos labios apasionadamente, como si de degustar una dulce fruta se tratase, le agradaba aquella sensación y aquel sabor, le hacían olvidarse de todo por unos segundos.
Después de unos segundos que se le hicieron realmente agradables la soltó para acomodarse el cabello mientras se quitaba las orejas de gato pertenecientes al disfraz y volvía a clavar su mirada sobre ella.
-Eso fue un sueño Aydan… porque estas muy ebria…
Dicho esto coloco su mano sobre la cabeza de ella para revolver sus cabellos así como solía hacer y comenzó a caminar nuevamente.
-Iré a mi habitación… realmente no tengo ánimos de fiestas ni nada… y por cierto…-se giro hacia ella-… mantengo lo que antes dije… ya no quiero que seas mi hermana, olvídate de eso... si lo deseas, seremos amigos solamente.
Luego de decir eso salió del lugar cerrando la puerta detrás de sí sin esperar una respuesta por parte de la chica, no entendía bien porque había hecho eso pero simplemente le había nacido y el no se retractaría ni de un acto, ni de una palabra suya. Camino tranquilamente escuchando como sonaban sus pisadas sobre el césped mientras una fresca brisa jugaba con su blanco cabello, la noche parecía estar realmente tranquila; mientras algunas pequeñas estrellitas brillaban en lo alto del cielo, el blanco astro redondo iluminaba su paso con su tenue y blanquecina luz.

Aun cerrando los ojos con fuerza ocultándolos bajo sus palmas, sintiendo como su corazón latía fuertemente dentro de su mente, escucho lo que Rai decía, que no era necesario que hiciera eso para que la perdonara. Quedando algo sorprendida por el comentario, pero sin retirar las manos de su rostro, se quedo quieta intentando captar esas palabras.
“No, no lo hice para que me perdonara… lo hice porque…” pensó quedando en esas palabras sonrojándose aun mas.

Cuando el chico volvió a hablarle, diciendo que se calmara, y que se encontraba ebria, que no tenía sentido hablar ahora, la chica se quedo a punto de retirar sus manos de su rostro, pero aun sentía sus mejillas hirviendo, no quería que la mirase así, era vergonzoso, hace unos momentos lo había besado y no podía creer o que había hecho, parecía más consiente ahora, quizás por la pequeña adrenalina que le había hecho sentir,
Repentinamente sintió que Rai se acercaba sin darle oportunidad de reaccionar, retiro sus manos que tenían cubriendo su rostro, para luego rodearla, la chica abrió los ojos sorprendida, mientras el colocaba una mano detrás de su cabeza, la acerco hasta que nuevamente sus labios se tocaran, Aydan reacciono cerrando los ojos con fuerza derramando las lagrimas que contenían sus ojos poniéndose totalmente nerviosa a aquel contacto, sintiendo de nuevo aquella calidez, hasta que el chico comenzó por empujarla más hacia sí mismo besando apasionadamente sus labios, la chica comenzó a sonrojarse fuertemente, dejándose besar de esa manera, totalmente sumisa hacia el, pero sin poder corresponderle. Podía sentir de nuevo y con más fuerza el corazón latir rápidamente, haciendo un estruendo dentro de sí misma, que siquiera podía oír los ruidos exteriores, no estaba respirando, no sabía besar, ni siquiera recibir un beso, eso le causaba mayor impresión a su corazón, logrando ponerse verdaderamente falto de oxigeno,
El chico se retiro después de unos segundos dejando que por fin la chica respirara tranquila, totalmente perpleja y con el rostro tan ruborizado que no se encontraba cual era su tono natural, clavo sus ojos sobre ella pronunciando que ese era un sueño, siendo que estaba demasiado ebria, la chica se llevo ambas manos juntas sobre el pecho sintiendo que su corazón aun seguía latiendo fuertemente,
“No es cierto, me acordare…” se repitió así misma dándose cuenta de que si, todo aquello era tan efímero y parecía desprenderse de la realidad, aunque sentía como si aquel beso era demasiado real que aun sentía sus labios con una fuerte sensación de roce, bajo la mirada al sentir de nuevo como Rai revolvía sus cabellos, para luego comenzar a caminar.
Quedándose aun quieta solo escuchando lo que decía asintiendo, parecía que las lágrimas habían cesado por completo, y solo parecía mucho más tímida y cohibida de lo normal, mientras miraba como Rai cerraba la puerta detrás de él.
“Seré solo su amiga? Espero que signifique que me quiera igual, no menos” pensaba para darse cuenta de que también tenía que volver, espero un momento antes de abrir la puerta, intentando ver si aquel temblor en las piernas le permitirían caminar, aun seguía tan atónita, no sabía qué hacer, dejo soltar un suspiro antes de abrir la puerta completamente,
-Espera!...- pronuncio en voz alta mientras caminaba a paso rápido detrás de Rai, al fin logro alcanzarlo algo agotada y sintiendo de nuevo mareo para luego intentar cerrar los ojos por un momento –Vamos…- pronuncio tímidamente sujetándose de su manga, mirándolo mientras su rostro se sonrojaba de nuevo notoriamente –N-no sé muy bien como volver- le dijo volteando hacia otro lado, para luego esperar que el chico la guiara a la academia de nuevo –Si quieres ya adentro, me puedes dejar sola… solo no me quiero perder… la oscuridad me marea mas- pronuncio intentando justificar que aun quería permanecer un momento más con él, intentando así no recordar lo que acababa de pasar porque de nuevo su cuerpo comenzaría a temblar de la misma manera en la que no podía avanzar estando frente a la puerta.

Caminaba tranquilamente sintiendo la brisa fresca sobre su rostro cuando de repente le pareció oír un “¡espera!” pronunciado por un tono de voz que se le hacía muy familiar, luego de unos segundos escucho unos pequeños pasos sonar sobre el pasto detrás de sí para que luego le tomaran la manga del disfraz de forma algo tímida escuchando un suave “vamos”. A ojiverde aclaro que no sabía cómo volver a lo que Rai solo la miró levantando una ceja mientras veía como ella desviaba la mirada viéndose bastante sonrojada. Después de escuchar como ella decía que con la oscuridad se mareaba mas estiro su brazo casi con un movimiento brusco logrando que ella lo soltara, para luego tomar su mano y entrelazar sus dedos a los pequeños y finos dedos de la chica.
-Es verdad, estas demasiado ebria para volver sola, te acompañare… hasta donde pueda llegar…
Comenzó a caminar sintiendo aquella pequeña y cálida mano dentro de la suya, ya se había acostumbrado a ello sin darse cuenta, casi sin notar que ella solía tomarle de la mano cuando antes no quería que la tocase. Pero esa noche no tenía ganas de pensar en nada mas, solo podía caminar en silencio mirando hacia delante y recordando aquel dulce aroma que había sentido nuevamente tan cerca de sí y que siempre parcia embriagarlo con su dulzura, aun mas que cualquier ponche adulterado que pudiese beber.

Quedo esperando a que Rai la guiara, el chico la mito levantando un ceja como siempre lo hacía con aquella expresión, estiro su brazo con un movimiento brusco retirándose del agarre de la chica, a lo cual ella inmediatamente bajo las cejas en modo de sorpresa y repentina tristeza, pero luego tomo su mano entrelazando sus dedos con los suyos, cambiando de nuevo su expresión a uno de total sorpresa sonrojándose de sobremanera, mientras el aceptaba acompañarla hasta donde pudiera guiarla pues estaba demasiado ebria como para caminar sola, subiendo escaleras y recorriendo pasillos que estando sobria hasta le costaba recordar el lugar correcto.
Rai comenzó a caminar llevándola consigo, ella sonrió realmente feliz con un rubor notorio en sus mejillas, intentando igualar sus pasos mientras soltaba un suspiro casi imperceptible logrando así ganar un poco de fuerzas de seguir adelante y no ponerse nerviosa de más.
No lo pensaba mucho pero se daba cuenta de lo que estaba sucediendo, estaba comenzando a enamorarse verdaderamente de esa persona, solo quería estar con él, protegerlo y pasar muchos momentos juntos.
Era feliz pues no tenia que alejarse de él aunque ya no la llamara hermana, después de todo, ella nunca lo quiso realmente como un hermano, solo era una palabra que se había vuelto pretexto para tenerlo cerca.
Aun estaba mareada, cuando despertara volvería a querer quedarse dormida pues este sueño le estaba pareciendo de los más hermoso y preciado a comparación de todo lo que vivió y soñó toda su vida.