Algún Recuerdo~(libre)

Esa mañana Sora decidió salir del ambiente escolar y se dirigió hacia el parque. Mientras caminaba observaba el vuelo de las aves y el recorrido del viento. Apesar de no poseer el poder del aerokinesis sentía que podía volar junto con esas aves, se quedó tanto pensando en eso que comenzó a sentir como empezaba a liberarse de la gravedad -Hoy no. Fuera de la academia no. - se dijo en un susurro para poder controlar esa emosión.

Siguió caminando por el parque y visualizó a lo lejos a una chica de cabellos azules que había visto anteriormente en sus clases. Siempre la había visto muy alegre y desde hace un tiempo había querido hablarle pero nunca se había animado "¿Y si le hablo el día de hoy?" se dijo.

Al acercarse comenzó a sentirse un poco nerviosa pero en los días que ha estado en la academian aprendió a ya no sentirse así.

- Hola, ¿Cómo te llamas? - fue lo que se le ocurrió al llegar.

Sintió un vago escalofrío recorrerle el cuerpo cuando escuchó una voz dirigirse a ella y pegó un brinco al salir de sus profundos pensamientos y darse cuenta de la joven que estaba frente a ella.
"Su rostro me es conocido...." pensó. Ya la había visto, en alguna parte...

Una risilla nerviosa se apoderó de la peli azul cuando notó que no había prestado atención a lo que había dicho la chica.
-Hola -luego de unos segundos- eh, perdona ¿que habías dicho? -dijo apenada mientras dejaba el libro a un lado.

Sora vió que la joven peli azul se estremesía "¿Se habrá enojado?" pensó preocupada. Cuándo apenas se iba a disculpar con ella por haberla hecho enojar esta se le quedó viendo, al parecer no estaba enojada más bien parecía un poco fuera de lugar. "Hola" comezó a decirle la chica que se encontraba sentada en la banca "eh, perdona ¿Qué has dicho?" le dijo. Sora se alegró de que no estubira enojada, sino que solo se haya asustado.

- Lamento haberte asustado - comenzó a decir un poco apenada - tu eres alumna de la Acadmia Crusaders ¿No?, yo también soy alumna de ahí, a decir verdad somos compañeras aunque nunca nos hemos hablado. Me llamo Sora, mucho gusto. ¿Cómo te llamas? - finalizó mientras trataba de parecer que no tenía nervios, aunque era totalmente lo contrario.

La peli blanca se disculpó por haberla asustado de esa manera, ella negó suavemente con su cabeza.
-No te preocupes -expresó y luego escuchó el comentario de la joven- ¡Ya veo! –dijo, levantando su dedo índice y señalándola- Sabía que te había visto en alguna parte. Mucho gusto, mi nombre es Umiko Messina –sonriendo con amabilidad-
Alzó su mano a la espera de que Sora la estrechara a modo de saludo.
Después de eso notó como unas personas las miraban de una manera un tanto incómoda, echando comentarios que a sus oídos llegaban como murmullos, sin embargo se daba cuenta que se enfocaban en ellas pues sus miradas los delataban.
Seguro habían escuchado su conversación. Umiko frunció levemente el entrecejo y tomó su mochila, por consiguiente la mano de la pequeña y tiró de ella con suavidad para alejarse de ahí, le molestaba de cierta manera que discriminaran a las personas como ellas.

"Así que su nombre es Umiko" Pensó mientras le devolvía la sonrisa a la peli azul. Cuando apenas iba a estrechar la mano de la muchacha esta le tomó la mano y la llevaba hacia otro lugar.

- ¿Qué pasa? - preguntó un poco desconcertada. Poco después se percató que varias de las personas allí precentes las observaban de una manera muy extraña - ¿Por que nos miran así? - dijo susurrando, Sora se encontraba un poco desconcertada por la situación. Siguieron caminando hasta una región del parque un poco ya más tranquila y sin personas.

- ¿Qué fue lo que pasó hayá? - dijo aún sintiéndose fuera de lugar cuando sintió que se encontraban en un lugar seguro.

"¿Qué pasa?" escuchó preguntar mientras seguía caminando, levemente molesta. Era injusto que recibieran tales tratos solo por ser diferentes.
Siguió caminando en silencio, dejando a los prejuiciosos atrás y adentrandose a un lugar mas tranquilo, solo habían unas cuantas personas.

A su mente llegó un vago recuerdo de sus padres pidiéndole que no utilizara esos "poderes extraños" frente a ellos.

El lugar en donde se detuvieron estaba cerca de una pequeña fuente, muy bonita, donde los pajarillos pasaban a beber agua tranquilamente. Umiko se acerco y se sentó en la orilla para contemplar el agua y serenarse.
- Escucharon... que somos de Crusaders -voltea a la chica- , la gente suele ser muy discriminante en ocasiones y eso me molestó. Perdona si te molesté...-finalizó algo apenada.

Sora en el fondo sabía que esa era la razó, pero trataba de ignorarla. Ella siempre pensó que en America eran más tolerantes respecto a ese aspecto que no eran como en el viejo continente que aislaban a las personas por ser diferentes...pero al parecer estaba mal.

- No te preocupes, no me molestó - Sora le mostraba a Umiko una sonrisa de disculpa por haberla preocupado - es más, Gracias por sacarme de ahí - Comenzó a caminar hacia una fuente que estaba cerca y se sentó a un lado de la chica de cabellos azules - Y... - comenzó a pensar de que hablar pero no se le ocurria nada.

Vio como la linda chica de largos cabellos blanquecinos se acercaba a ella después de haberle transmitido que no estaba molesta y de cierta manera agradecerle por lo que hizo.
Umiko sonrió levemente al ver que se sentó a su lado, intentando decir algo.
-¿Qué pasa? –dijo con tono curioso-
El clima era fresco, típico del otoño, la brisa se apaciguaba en momentos y sorprendía a uno que otro cuando soplaba traviesamente jugando con las hojas amarillentas que caían despacio hacia el suelo, luego de desprenderse de su antiguo hogar.

Sora se quedó con la mente en blanco, no sabía de que hablar. -Este...y...¿Desde cuando estas en la academia? - Preguntó un poco pensativa aún.

Se quedó viendo unos instantes la fuente y posó su mirada en unos pajarillos que se encontraban jugando en aquél momento. Se sentía muy nerviosa, pero trataba de aparentar lo menos posible ese sentimiento. Sentía la fresca briza de esa mañana y, apesar de estar acostumbrada a los climas fríos, lametó no haber llevado aunque sea un sueter esa mañana.

-oh, desde este verano, ¿y tu? -sonriendo- ¿que te trae por aquí? -preguntó luego Umiko, tenía curiosidad de saber que la llevaba a aquel parque.
Levantó su mirada y vio como unas esponjosas y grisáceas nubes se pintaban en el cielo de aquel otoño, llenándola de una despreocupación que de pronto le envió una punzada de desasosiego, algo faltaba.
Checo sus bolsillos, palpándolos por fuera y notando que, efectivamente, llevaba su celular consigo. Luego abrió su mochila y observó su contenido... algo faltaba... algo.
-¿que es lo que falta...?-susurró-

- Hace poco ingresé a la academia - le respondió amablemente mientras se abarzaba para poder mantener un poco el calor - pues, ya estaba un poco cansada de estar solo en la escuela así que decidí salir durante un rato. Aunque al principio no sabía hacia donde ir, pero al final me decidí venir aquí - Sora le sonrió y cuando le iba a preguntar el por que ella se econtraba alli se dió cuenta que se encontraba checando su mochila. Sora se quedó observandola y le escuchó susurrar "¿Qué es lo que falta" - ¿Se te perdió algo? Si ese es el caso ¿por que no lo buscamos juntas? - le propuso Sora con una voz un poco temblorosa más que por los nervios se devía por el frío de esa mañana.

Después de revisar el interior de su mochila, donde se encontraba aquel preciado cuaderno de dibujo, su billetera, una botella de agua y... aquel colgante...
Levantó la cabeza y escuchó lo que le proponía su compañera, sonrió.
-Gracias...-quitándose su suéter- aunque aún no se que es lo que se me ha perdido -colocándole sobre sus hombros la prenda de vestir color negra- .Espero que te quite un poco el frío -con una amable sonrisa-
Umiko volvió a mirar la quietud del agua, como si esta le fuera a dar una respuesta. ¿que era lo que había olvidado? ¿porqué estaba...ahí?.. La respuesta la tenía en la punta de la lengua.


-¡E-el libro! -se levantó de un respingo-

La peli azul le agradeció su ayuda, pero al parecer no sabía que era lo que había perdido. Sora centró su atención hacia unos arbustos, pues escuchó que alguien se encontraba en ese lugar; sin embargo había sido una falsa alarma, pues lo único que salió de ahi fue un pequeño pájaro gris.

De pronto sintió que el frío comenzaba a aminorar un poco, lo cual se le hizo muy extraño, pues la temperatura normalmente no decendía tan drásticamente. Escuchó que Umiko le dijo "espero que te quite un poco el frío" y vió que sobre sus hombros llevaba puesto el sueter negro que hacía un rato lo portaba la chica de cabellos azules. Se quedó si palabras pues nunca alguien había sido tan amable con ella.

Mientras se decidía sobre que hacer o que decir la peli azul seguía preguntándose sobre lo que había olvidado, y al darse cuenta se levantó de un tirón tomando de imprevisto a la chica de cabellos blancos haciendo que de la impresión cayera dentro de la fuente.

- Auch - fue lo único que se le ocurrió decir en aquellos instantes.

La peli azul notó como unas gotas de agua la salpicaban y el sonido del chapuzón aun seguía en el aire. Volteó de forma casi inmediata y se quedó boquiabierta al ver a su compañera dentro de la fuente que tenían detrás de ellas.
-¿E-estas bien?- apresurándose a sacarla de ahí- deja te ayudo...- tendiéndole una mano-
Vió a la chica totalmente empapada y al parecer tiritando de frío.
-P-perdon, no fue mi intención...-con pena y preocupación-, lo mejor será que volvamos a la academia para que te cambies eso-con una sonrisa le acomodó uno de los blancos mechones que le cubrían el rostro a la pequeña.

Mientras sentía como el agua cubría una parte de su cuerpo, probocándole más frío del que tenía, trataba de pararse pero no podía; poco después la peli zaul comenzó a ayudarle y mientras lo hacía se disculpaba.

Sora le iba a decir que no importaba esa situación. Era muy normal para ella que, al sorprenderse, se cayera hicia atrás y que era tan distraída que usualmente se caía dentro de fuentes, de albercas, lagos, hoyos, botes, fosas, etc. Pero el movimiento involuntario de su mandívula no le permitía hablar.



Mientras la albina trataba de hablar la peli azul le decía que lo mejor era que cambiara sus ropas. Sora estaba de acuerdo y en desacuerdo a la vez, pues deseaba ponerse algo más abrigador que las humedas prendas que portaba, pero también no dejaba su mente la idea de que un libro estaba perdido y ella, al ser un amante de la lectura, no se le hacía correcto dejarlo.



- Ha-a-ay q-q-que bu-sss-caar el li-b-bro. Des-pu-ess va-a-mos a la a-ca-ademi-a - fue lu único que pudo desir "además, puedo tolerar estar mojada sin resprearme durande unas horas" quería también decirle, pero ya no pudo formular más palabras.

Miró como la joven tiritaba de frío ante tal chapuzón y escuchó con atención sus palabras pronunciadas con dificultad.
Frunció levemente el entrecejo, luego se acercó y tomó su cabello con delicadeza y lo presionó para deshacerse de el exceso de agua.
Pensó en que tal vez podía usar sus poderes como aquella vez, donde terminó por orillar a un joven a tirarse al lago para salvarla, aunque realmente no estuviera en peligro. Pero al final de cuentas terminó conociendo a un buen amigo, algo extraño, aun no lograba comprenderlo, pero le apreciaba por lo que había hecho por ella, era un buen chico.
Sin embargo, eso no le aseguraba que la chica no pescara un resfriado.

-De ninguna manera... tenemos que regresar a por algo de ropa seca.
Tomó el brazo de la chica y avanzó en la dirección por donde habían llegado. Y en su mente deducía, que podía haber dejado su libro en aquella banca.
-Creo que ya se donde dejé el libro, esta de pasada, así que no perderemos mas tiempo- decía mientras sonreía a la pequeña.

Mientras esperaba la respuesta de la chica, Sora se quedó pensando sobre lo que había dicho. Poco a poco regresaba su sentido común, pues al parecer este había sido enfriado al darse el chapuzón en la fuente y se dió cuenta que, lo que había dicho anteriormente, no era algo muy bien pensado "Creo que no fue algo muy inteligente lo que dije" pensó mientras miraba a la peliazul quien había fruncido el ceño.
Umiko tomó uno de los cabellos de Sora y lo escurrió, así que Sora también comenzó a ayudarle.

Pasó un rato y podía sentir como el frío comenzaba a desaparecer poco a poco, pero no del todo. La chica peliazul comenzó a hablar, Sora escuchó atentamente y cuando apenas iba a decirle que estaba de acuerdo sobre lo dicho ella le tomó el brazo y le dijo que tal vez sabía donde se encontraba el libro, después de esto le sorió. Sora le respondío con otra sonrisa.

- Esta bien - dijo al recuperar el control del habla.

Comenzó a seguir a la muchacha. Mientras más caminaban, más se extrañaba pues no recordaba que el camino fuese así "De seguro no lo recuerdo por ser tan distraída" pero después se dió cuenta que, en efecto, ese no era el camino correcto.

- Umiko...¿Estas segura que este es el camino por el que veníamos?

Seguían caminando, y Umiko lo único que pensaba era recuperar aquel libro, el cual tenía la clave de aquel pasado suyo. Un pasado que quería recuperar desde hacía mucho tiempo, aquel pasado que sabía nunca volvería, pero que aun así era importante recordar para la perseverante chica de ojos marinos.
Después de unos minutos, escuchó la suave voz de la pequeña jovencita de cabellos claros preguntándole si estaba segura de que ese era el camino correcto.
-Claro que si...-volteó a su alrededor - hace un momento pasamos por est...
La chica se interrumpió al percatarse de que estaba en un error, al parecer su preocupación por el libro era tanta que logró invadirla a tal grado de distraerse al tomar el camino. ''¿como pudo suceder esto?'', se preguntaba Umiko.
-oh, tienes razón... creo que este no es el camino...-dijo algo avergonzada-

Al esuchar la respuesta de la chica, Sora le sonrió y dijo:

- Esta bien, no es algo de que preocuparse tanto. Usualmente me pierdo mucho, pero poco tiempo después regreso al camino correcto - dicho esto Sora trató de recordar como era el camino por donde llegaron a la fuente, pero por más que lo intentó sólo veía árboles borrosos, una que otra banca y la mancha azul que sería el cielo.

Se sentó en el suelo para meditar mejor, pero con el viento frío atacándola poco a poco comenzó a sentir pequeños escalofríos haciendo que se levantara de un salto.

- No recuerdo nada - confesó finalmente a la peliazul. Después recordó que si tal vez usara su poder y viese el punto donde se encontraban tal vez llegaría a saber hacia donde dirigirse. "Pero, ¿Eso estará bien?" se quedó pensativa durante unos momentos, tratando de decidir. Al final se llenó de valor y compartió su idea a Umiko - Estaba pensando... tal vez mi habilidad pueda ayudarnos...-