La búsqueda (Libre)

Había llegado a aquel lugar casi sin quererlo, perdido, sin saber muy bien dónde se encontraba exactamente. La búsqueda de su hermano era su prioridad en esos momentos y cualquier lugar era bueno para buscar. Aquel parque estaba tranquilo, no parecía haber cerca nadie que le molestase, ya había tenido que huir de mucha gente indeseable y no quería seguir haciéndolo. Apoyó su espalda sobre la corteza de uno de los árboles del lugar, cruzado de brazos pensaba en miles de cosas, miles de preguntas que le rondaban, muchas preguntas sin respuestas, respuestas que allí buscaba.
"Volveré a por tí y te sacaré de aqui. Nunca te dejaré solo, te lo prometo."
Las últimas palabras de su hermano le rondaban la mente, no dejaba de pensar, no podía dejar así las cosas.
"No volviste a por mí, hermano, me lo prometiste y nunca lo cumpliste..."
Cerró los ojos con fuerza y una leve lágrima resvaló por su mejilla, la cual secó al instante. No quería que nadie le viese llorar, no era su estilo, debía ser fuerte. Suspiró profundamente y abrió los ojos una vez más quedándose allí de pie apoyado, como si esperase a que algo apareciese y le diese las respuestas a sus preguntas.

Salió de sí mismo al oir la voz de aquel chico que le había hablado. Giró levemente la mirada hacia él y con los ojos medio cerrados observó cada detalle del chico que había osado acercarse a él. Tardó unos segundos en hablar, en asimilar que tenía que intentar dejar de pensar tanto, había preguntas cuya respuesta escapaban a la razón y no debía torturarse por ello.
- Sí, estoy bien...
Su voz era tranquila y seria, parecía la de un hombre adulto, aunque su cuerpo demostraba que no lo era en absoluto. No dejaba de mirar a aquel chico, el libro que llevaba en su poder, así como su mochila. Parecía venir de un colegio o algo parecido, por lo que quizás no fuese peligroso, aunque bien es cierto que nunca hay que fiarse de las apariencias.
- Podría decirse que lo que estoy es confuso...
¿Podía fiarse de aquel chico? Quién sabe, no parecía tener intensiones de atacarle, ya lo hubiese hecho si esa fuese su meta. Se apartó de aquel árbol poniéndose bien de pie y mirando fíjamente los ojos de aquel chico extraño que se encontraba frente a él. Seguía con los brazos cruzados hasta que por fin los liberó bajándolos hasta los bolsillos de su pantalón, donde introdujo sus manos, dejando fuera los pulgares. Claramente tenía curiosidad por aquel chico, quizás le pudiese dar respuestas, o quizás no. Sabía que tenía que arriesgarse, era propio de él hacer lo imposible por conseguir información, así como por conseguir lo que se proponía.

Su mente seguía dándole vueltas a todo. Aquel chico le había visto llegar, seguramente le había visto llorar, aunque nada podía hacer ya. De pronto se dió cuenta de las palabras del chico al presentarse, bajó levemente su mirada observando así la mano del chico extendida esperando su saludo, saludo que no se produjo al final. Alzó una vez más la mirada y clavó sus ojos verdes en el chico.
- No tienes que disculparte, cada uno es libre de sus actos.

Desvió ligeramente la mirada hacia su izquierda al decir eso. No parecía haber gente en las cercanías a donde estaban, algo que le tranquilizó bastante, demasiada gente era ya aquel joven como para añadirle a alguien más. Tardó varios segundos en darse cuenta de que se olvidaba de algo y, tras una pausa, volvió a mirar al chico y se presentó.
- Mi nombre es Xion, encantado...

No tenía intensión de estrechar la mano de aquel joven, era un desconocido para él a pesar de saber su nombre y no le gustaban demasiado ese tipo de saludos. Acomodó su pelo suavemente con su mano izquierda sin apartar la mirada de los ojos del chico, como si por arte de magia ahora supiese leer la mente, cosa realmente imposible para él.

Observaba cada detalle del chico, cada gesto que hacía, aparentaba estar nervioso aunque no tenía motivos para estarlo, al menos que él supiese. Seguía en la misma pose que antes, sin moverse, sólo limitándose a mirar al chico a los ojos fríamente, intentando relajarse un poco y no tomarle manía por haber ido a hablar con él.
- No tienes por qué disculparte, la curiosidad no es mala, al menos no hasta cierto punto...

Sacó las manos de los bolsillos de su vaquero y cruzó los brazos una vez más sin apartar la mirada de aquel extraño sujeto. ¿Qué pretendía haciendo esas preguntas? Nadie le había hablado hacía mucho tiempo, quizás por eso no tenía la costumbre de que la gente le preguntase algo y menos sobre su vida.
- Dejémoslo en temas personales de los cuales pocos pueden ayudarme...

No tenía intensión de hablar de su vida tan fácilmente, su mente estaba completamente centrada en ese momento en su hermano desaparecido, tenía que encontrarlo y aquel joven quizás le serviría como ayuda, aunque tenía que asegurarse de que era de fiar.

El frío se hacía presente y empezaba a notar cierto frío, aunque por suerte para él iba medianamente abrigado como para poder sobrevivir a aquel clima. La gente se iba marchando del parque y sólo algunos rezagados quedaban por allí paseando a pesar del frío. De pronto volvió en sí, el silencio estaba en medio de la conversación y aunque no le molestaba tenía modales, por lo que prefirió hablar aunque sea algo mínimo.
- Bueno, eres libre de preguntar, no voy a prohibírtelo...

Estaba tranquilo, si aquel chico le intentaba atacar reaccionaría, pero no parecía tener ganas de hacerlo, ni ganas ni motivos, cosa que lo mantenía alerta pero ligeramente relajado. Quizás tenía respuestas pero, ¿cómo haría para sacarle dicha información? No quería precipitarse pues, a pesar de todo, ese chico era un desconocido del cual no sabía nada más que su nombre.

Miró al chico intrigado sin entender por qué tenía tanta curiosidad en saber su problema, no era algo que pudiese contar, al menos no a alguien que acababa de conocer. A pesar de ello miles de pensamientos y preguntas rondaban su mente. ¿Y si aquel chico sabía algo de su hermano? ¿Y si era capaz de decirle por qué le pasaban las cosas que le pasaban? Preguntas que no sabía contestar y buscaba desesperadamente alguien que lo hiciese por él.
- ¿Eres un humano... "especial"?

No sabía si esa pregunta era adecuada hacerla o no, quizás le ofendía o era un simple humano y tenía que dar explicaciones debido a su poder. Tenía miedo a descubrirse ante alguien sin poderes y que éste le entregue a la policía o intente matarle por ser como era. Se había arriesgado mucho, pero necesitaba saber eso para estar relativamente más tranquilo.

Desvió la mirada levemente hacia todos lados buscando la presencia de alguien que pudiese oir la conversación. Al no encontrar a nadie en los alrededores a una distancia como para poder oirles contestó a la pregunta del chico con tranquilidad.
- No tenía pensado hacerte nada, al menos no mientras tú no hicieses nada...

Su voz era fría y distante, una vez más parecía seguro de lo que decía y el miedo había desaparecido en él. Aquel chico no era un humano normal, tenía poderes al igual que él, por eso había reaccionado así. "No voy a hacerte daño, sólo responde a mi pregunta..." Cruzó sus brazos suspirando levemente, sólo necesitaba estar seguro de lo que era en realidad ese chico y, si tenía poderes, saber cuál era y si podría ser peligroso para él.

Miró los movimientos del chico oyendo su respuesta y su pregunta. "Así que eres como yo..." Pensaba sin apartar la mirada de aquel chico que había frente a él. ¿Cuál sería su poder? Quizás pronto lo averiguase, aunque de momento optó por contestar a la pregunta que el joven le había realizado.
- Sí, yo también tengo poderes

Definitivamente aquel chico, Henrik, no era peligroso, era tranquilo y despreocupado, algo que concordaba con su personalidad, ya que a él muchas cosas no tenía problema de contarlas y decirlas tal y como eran. Miles de preguntas volvieron a asaltar su mente, provocando que tuvise que sacudir ligeramente la cabeza para no perderse en sus pensamientos.

Miró al joven con cierta indiferencia ante su pregunta. Él nunca había estado en una Academia para controlar su poder, lo había tenido que hacer a base de entrenamiento solitario y duro, a la par que intentaba sobrevivir al día a día en la casa de su padre, el cual lo maltrataba todos los días.
- Nunca he estudiado en ninguna Academia, he aprendido sólo a controlar mi poder...

Su respuesta fue algo seca y fría, aquel chico estaba realmente interesado en él y hacía preguntas, cosa que agradecía, pues el silencio no le molestaba, pero le incomodaba un poco si había gente a su lado. Estaba seguro de que aquel chico no era ya peligroso, estaba interesado en su pasado y quizás también en conocer cuál es su poder, al igual que Xion también tenía curiosidad por conocer el poder de aquel chico.

Nunca había estado en una Academia, era cierto, tuvo que aprender todo él solo mediante mucho entrenamiento duro y excesivamente duro. Miró al chico con cierta tranquilidad suspirando profundamente al escuchar su pregunta.
- Sí, muy difícil...

Le costaba recordar aquello, su padre no era precisamente un alma de la caridad y no le daba ni un segundo de respiro en su vida, cada cosa que pasaba en la casa él tenía que ser el culpable y su padre la pagaba a golpes con él siendo incluso un niño indefenso. No sabía ni por dónde empezar a contar su vida, su pasado, tan oscuro y duro, un pasado que muchas veces deseó olvidar, dejando sólo en su mente el recuerdo de su hermano, a quien ahora devía todo su odio.
- Mis razones tengo, sí, aunque básicamente podría decirse que nunca oí hablar de ninguna...

Las Academias siempre enseñaban las bases, sí, pero esas bases quizás fuesen necesarias para aprender a dominar por completo tu poder. Había aprendido solo tras mucho esfuerzo y aunque a simple vista parecía haber dominado su poder, siempre intentaba superarse y aprender más para intentar hacer más fuerte su poder.
- Puede, pero siempre es bueno tener una base detrás que te ayude...

Lo que más le había costado era saber que tenía ese poder y aprender a convivir con ello sin que la gente normal se enterase de que lo tenía, cosa que le costó muchísimo y, a pesar de poder usar su poder, nunca lo hizo estando en presencia de nadie, ni siquiera cuando su padre lo maltrataba de niño. No dejaba de mirar a aquel chico, intrigado por conocer su habilidad, aunque no podía preguntarlo directamente, no quería ofenderlo. Si el chico quería contárselo lo aceptaría, pero no iba a preguntarlo él, al menos no de momento.

Sonrió con suavidad, escuchándole, si, en eso tenia la completa razón por lo menos las Academias servían para desarrollar el talento y por supuesto para descubrirlo justo como ellos dos, le llamaba la atención descubrir los poderes que tendría el otro chico, ¿Serian impresionantes? ¿ Psíquicos o Físicos? había tantas preguntas que quería hacerle pero tenia que ir despacio, poco a poco así que lo mejor era empezar con...
- Y, sino te molesta, ¿Cual es tu poder? -pregunto con curiosidad, mirándole atentamente, esperando la respuesta que esperaba que no le decepcionara o al menos que le sorprendiera.

Una vez esa dura estuviera resuelta, todo seria mas fácil, tal vez incluso le revelara cuales eran sus poderes, claro, si le convencía lo suficiente para hacer aquello ademas, si había algo que quería o deseara seria mucho mejor porque le daría una razón para acercarle a Heresy.

Miró al chico fíjamente a los ojos y luego desvió la mirada hacia un árbol de la zona. "¿Le muestro mi poder o sólo se lo digo?" Pensó sin apartar sus ojos verdes de aquél árbol que había a pocos metros de ellos. "No, mejor se lo digo, no hay motivo para destruir este paisaje..." Miró de nuevo al chico tras una pausa y habló por fin mirándole a los ojos con frialdad.
- Digamos que puedo manejar a mi antojo mi densidad...

No sabía muy bien cómo explicarlo por lo que optó por esa explicación tan breve y directa. Si el chico no lo entendía no era culpa suya, su poder básicamente constaba en hacerlo tan ligero como para atravesar cualquier objeto y, como otra variedad, poder hacerlo tan duro como para ser casi inmortal. A pesar de ello su poder podía fallar, como era costumbre cuando se ponía nervioso o estaba en gravísimo peligro y sus emociones se descontrolaban.

"Control de densidad, ¿eh?" lo pensó un momento, no era un poder para nada malo, era útil en muchas sobre todo para las infiltraciones y claro que para protegerse a si mismo, si tenia el potencial, podría ser un buen elemento para Heresy aunque si lo había practicado por su cuenta, tal vez no lo tenis tan bien controlado como debería.
-Nunca había conocido a alguien con esa habilidad pero creo entender un poco de que se trata -dejo salir un suspiro, ahora, reveler o no su poder, ahí estaba el dilema al que se enfrentaba el chico de ojos dorados- Es un poder interesante, Xion -comento en voz baja.

Al fin había tomado una decisión, no tenia porque ocultarse, era un Alumno Graduado, una buen persona según los demás (Claro, porque nadie a excepción de sus compañeros de organización, le conocía en realidad), se llevo una mano hasta la nuca, acariciándola con suavidad- Bueno, yo...-hizo una pausa corta, como si en verdad le costara hablar de ello- Mi poder es la Cryokinesis, genero y manejo hielo -explico intentando no sonar arrogante, diciéndolo de manera tranquila y amable.

Se detuvo unos segundos a escucharle hablar sobre su poder. Ese chico manejaba el hielo. "¿Eres tú el causante del frío?" Sonrió levemente ante la estupidez que estaba pensando. Sacudió su cabeza y volvió a mirar hacia adelante sin mirar nada en particular.
- Sí, puede serlo, pero sólo si se usa bien, cosa uqe no siempre consigo...

Al decir aquello miró sus manos como si pretendiese que de ellas se desprendiese algo o saliese algo fuera de lo normal, algo que por supuesto no pasó. Después de un rato miró al chico de reojo bajando sus manos hasta sus rodillas.
- Tu poder es muy interesante también, en las fiestas debes de ser fundamental... -dijo sonriendo intentando que aquello no le molestase a aquel chico, no lo decía en mala intensión, sólo pretendía ser gracioso, aunque no lo tenía muy entrenado.