Enzo Broderick

Nombre
Enzo Broderick

Nombre clave
Rocksteady

Edad
28

Sexo
Masculino

Estilo de poder
Físico

Poder
Petrificación

Ocupación
Artista

Personalidad

De carácter peculiarmente bipolar y con tintes de paranoia, Enzo puede encontrarse en un perfecto estado de calidez y apreciando sus alrededores, tocado por un zen que le provoca sinestesia en el ambiente, y en otras se le puede encontrar malhumorado, impaciente, como si todos estuviesen en su contra, sin embargo sabe cumplir con sus deberes y obligaciones; causa de esto fue la diversidad de familias temporales con las que vivió en su infancia.

Historia

Enzo Broderick fue hijo único de una pareja joven de músicos que viajaba por el mundo; aún en su nacimiento, parecía no ser impedimento (para sus padres) por recorrer el globo terráqueo pues permaneció al cuidado de familiares y amigos, rara vez convivía con sus padres y mayormente los veía enmarcados en una foto como el orgullo su familia.

A lo largo de los años, aprendió los valores convencionales dentro de una familia así como los desdenes de la sociedad, también desarrolló un cierto rencor hacia sus padres (pues se consideraba a si mismo "huérfano").
Entró al colegio un año después de lo estipulado por las leyes de Massachusetts pues sus familiares no sentían responsabilidad hacia el pequeño. Aún así sus calificaciones superaban las expectativas para un niño en su situación, pues su única meta era convertirse en alguien importante.

Durante su adolescencia desarrollo un gusto por el arte, actividad que lo mantiene fuera de este mundo tan lleno de vibraciones negativas, pues esculpía, pintaba y pigmentaba su propio mundo; proeza que lo mantuvo en la mira de muchos que recurrían a su talento. La oportunidad más grande se presentó cuando fue solicitado para esculpir un monumento de T. Roosevelt de 3 metros de altura para una fuente en una de las principales plazas de la ciudad. Sin material suficiente para esculpir, llevó su camioneta y equipo suficiente para transportar la roca perfecta. Después de buscar varias horas no tuvo más remedio que regresar a su taller sin el material necesario, golpeo la camioneta abollándola un poco, sin embargo no le dió importancia pues había perdido un día entero y podría costarle el negocio. Recargo ambas manos sobre su vehículo, malhumorado volvió a dar un golpe ciego al mismo punto, cayeron trozos de piedra desbaratada a sus pies. Alzo su vista y quedó perplejo por el acontecimiento, notó que el guarda-fango de su camioneta estaba hecho piedra burda e intento removerlo pero este se quebró, sus manos tenían un toque oscuro con relieves cual roca ignéa. Debía admitirlo, estaba tan asustado y culpaba al cansancio por lo ocurrido, tomó sus guantes de leñador y estos se petrificaron enseguida; exhalo frío y consternado, estaba totalmente confundido y debía asistir al centro médico lo antes posible. Miró sus llaves, debía cogerlas sin que estas se volvieran de piedra. Se repitió a si mismo y cerrando sus ojos para no ocasionar lo mismo... por fin las pudo tomar, sin efectos adversos y sus manos recobraron el tono rosaseo que lo distinguía de una roca. Suspiro esperanzado, sin embargo, no tenía idea alguna de como explicar su situación, no sabía si esto volvería a pasar y lo peor, no le creerían. Aquello sucedido era de locos, ni el lo creería de otra persona.

Asistió a un centro médico clandestino en los barrios bajos, con parte de sus ahorros, lugar al cual acudían personas de comúnmente "pobres" y aquellos que huyen de la ley. Esperó por un par de horas, poco convencido, meditando al respecto, viéndose a si mismo si la situación empeorara; le llamó el médico cuando salía un sujeto con vendajes ensangrentados de una operación express (no había hospedaje, siendo negocio ilegal). Tomó asiento sobre una camilla fría de aluminio que claramente despedía olor a sangre y explicó lo sucedido, añadiendo un posible envenenamiento por trabajar con piedra y materiales para la escultura, quizás fue su error, pues el médico, por más casos graves que llegó a presenciar, no le creía más que las palabras "cemento" y "envenenamiento".

Salió sin más que una moral quebrantada, acudir a un médico profesional sólo llamaría la atención y podría ser encerrado si se le considera un peligro para la sociedad, llevo sus manos a su rostro preocupado y de inmediato las retiro, de nuevo habían retomado el color y estructura sólida, se miró al espejo buscando la reacción de haber tocado su cara, pero esta no mostraba cambio alguno, caso contrario del espejo que poco a poco se quebrantaba hasta convertirse en piedra. Tocó su otro brazo, junto sus manos y deseo que esa maldición desapareciera. Comprendió que era capaz de controlarlo si se lo proponía, por lo que regresó a su cochera y petrificó cuanto pudo para estudiar como es que trabajaba esta "habilidad".

Actualmente posee un taller de escultura y alfarería, apoyado pro uno de sus tíos, e imparte un taller de Arte a sus clientes.
No hace mucho, una mujer de aspecto formal, con clase, paseaba por la galería observando cada detalle minuciosamente y eligió una estatuilla en forma de diamante. Al preguntar el método empleado en esa roca, sonrió esperando una respuesta absurda por parte del escultor anciano. Enzo, se mostró e interrumpió señalando que contaban con el material y seguetas de fibra para lograrlo, acto seguido, la mujer se dirigió al segundo hombre y le entrego una tarjeta, se retiró no sin antes decir que esa roca valdrá tanto como un diamante de verdad.

Datos extra

▪ Enzo no volvió a saber de sus padres desde que salió del colegio.
▪ No tiene interés alguno por el dinero, la idea de vender sus obras fue del Tío que descubrió sus habilidades.
▪ Sus pasatiempos favorito es la natación.
▪ Recibió su apodo por su terquedad y afición por el Rock-ska.
▪ Utiliza guantes negros la mayor parte del tiempo para evitar accidentes.

Imagenes

Spoiler:

[♪“Voy corriendo, sin detenerme”♪]

Cierro Ficha~