Blossom Tree (priv. Kirill)

Como era de costumbre, Aydan todas las tardes cuando comenzaba a bajar un poco el sol, salía a disfrutar de la brisa que traspasaba los arboles y todas las demás plantas, después de clases camino hacia el gran jardín que era uno de los más amplios y bellos que había visto, el de su casa no era tan amplio, y tan variado de plantas, solo era un gran invernadero con rosas de su madre por doquier, aislado de la brisa del viento.

Llego y se sentó en una banca bajo un árbol sacudiendo un poco las flores que ahí habían, era bastante hermoso, muy grande y lleno de vida, con sus flores en vez de hojas alrededor de toda su copa, las flores eran de un color violeta pálido que de vez en cuando dejaba caer una que otra flor que caían ligeramente flotando hasta caer al suelo.

“Nunca había visto este árbol de donde provengo” pensó mientras se tomaba uno de las flores para observarla de cerca, sus ojos brillaban de lo conmovida que estaba por aquel árbol.

Spoiler:

Apenas estaba conociendo las instalaciones por las cuales debería circular diariamente, sin duda alguna la academia era enorme y estaba llena de pasillos que conducían quién sabe a dónde, Rai estaba acostumbrado a los lugares grandes, puesto que aquella casa en la que había vivido la mayor parte de su vida era una de las más grandes que había en aquel lugar; sin embargo no deseaba recordar esa casa, solo formaba parte de su odioso pasado y no tenía ningún valor para él.
Caminando por uno de los interminables pasillos logró dar con lo que parecía ser el jardín de la academia, era muy amplio y estaba lleno de plantas de todo tipo, podría decirse que era casi similar al jardín que su tía Marian cuidaba con mucho amor y esmero. La suave brisa veraniega alborotaba su blanco cabello mientras caminaba por entre las plantas observando a cada una de ellas y de esta forma logrando desconectarse de la fastidiosa realidad.
Pronto a lo lejos divisó un árbol enorme cubierto de flores violetas y cuyas ramas se movían gentilmente con el viento, dejando escapar de tanto en tanto pétalos violetas que decoraban los alrededores. Decidió acercarse al árbol del cual solo veía la parte superior para admirarlo en todo su esplendor y cuando iba llegando noto que había alguien sentado en una banca que estaba justo debajo de éste.
-Vaya me ganaron el lugar…-dijo en voz baja haciendo una mueca de fastidio-
Estaba a punto de marcharse cuando sin saber porqué miro a quién estaba con más detenimiento y entonces reconoció un rostro que le resultaba medianamente familiar, sabía que había visto a esa chica en algún momento de su vida. Se acercó sigilosamente unos pasos más para intentar reconocer a la chica y cuando estuvo a unos cuantos metros pudo distinguirla. “Vaya que casualidad encontrarla aquí… ¿entonces ella también es una aberración como yo?... interesante… apuesto que sus padres se pusieron felices cuando se enteraron…”, con una sonrisa torcida se acercó a la ojiverde mientras esta permanecía distraída y sin notar su presencia.
-Vaya vaya, mira a quién tenemos aquí… Aydan Richelle…
Diciendo esto último en un tono bastante frío se quedó de pie frente a ella observando la reacción de la chica, recordaba su rostro, recordaba haberla visto en algún momento de su vida, en alguna de aquellas aburridas fiestas a las que su abuelo le obligaba a asistir.

Spoiler:

Jugaba con una flor que había caído del aquel árbol entre sus manos, colocándola frente a la luz del sol, para mirar como su color cambiaba, era tan brillante y linda que no podía dejar de verla, cuando escucho a alguien decía su nombre, giro su mirada y rápidamente dio un brinco en su asiento del susto, pues no esperaba que alguien estuviera mirándola,

-H-hola..- saludo tímidamente, pues no recordaba quien era el chico que sabia su nombre, se quedo un momento mirándolo, y no podía dejar de verlo terriblemente conocido, pero su mente estaba algo nublosa, se puso de pie, y se acerco dando unos pasos aun con la pequeña flor entre sus manos,
- Creo que te conozco… Cómo te llamas?- pregunto ruborizada, pues no podía recordar quién era, su mente comenzaba a engañarla, ella en lo absoluto había cambiado, seguía siendo una niña, solo un poco más alta, pero ese chico había cambiado a tal grado de que ella no lo reconocía, pero al mirarlo no podía dejar de pensar en su familia. Pronto vino un recuerdo fugaz por su mente, el de unas de las fiestas formales que hacían siempre reuniendo solo a las familias con poder económico, y ella solo estaba ahí, como la hija ejemplo a lado de los demás chicos, donde Rai también estaba. Su rostro cambio a uno de sorpresa y se quedo con los ojos muy abiertos, como si hubiera tenido una premonición.
-Oh mein Gott! Ya sé quién eres!- grito antes de que este pudiera contestarle algo y luego llevándose las manos a la boca por su grito repentino para luego quedarse en un silencio incomodo, donde se ruborizo por completo.

Spoiler:

La chica se le quedó viendo fijamente, seguramente intentando descifrar a quién tenía enfrente, era natural que no lo reconociese puesto que Rai en los últimos años había pegado aquel estirón característico de todos los varones, el cual había aumentado considerablemente su altura y había alargado su rostro. Luego de saludar con un leve y tímido “Hola” la chica se acercó al peliblanco preguntando su nombre, ninguna expresión notable apareció en el semblante del chico mientras observaba en silencio como ella se sonrojaba intentando identificarlo.
De pronto la chica abrió sus ojos como si una señal de sorpresa se tratase y mirándolo a los ojos dejó escapar algunas palabras en su idioma natal, ese que Rai había hablado hasta hacía dos días, casi gritando para luego sonrojarse y taparse la boca quedando completamente ruborizada. La ceja izquierda del peliblanco se levanto mientras en sus labios una pequeña sonrisa torcida comenzó a aparecer.
-¿Así que me recuerdas? –comenzó a caminar alrededor de ella como un león que acecha su presa-… ¿sabes mi nombre?... Aydan Richelle.
Se detuvo en frente de ella e inclinándose levemente levanto un brazo para colocar sus dedos debajo de la barbilla de la chica y así levantar su cabeza clavando sus ojos fijamente en los ojos de ella.
-Recuerdo esas aburridas fiestas… recuerdo que estabas allí, no has cambiado mucho…
Rai observaba como mientras hablaba su aliento movía levemente los cabellos color crema de la ojiverde, de cierta forma le divertía molestarla y pensaba que teniendo alguien conocido allí las cosas podrían ponerse interesante.
-Así que también eres una aberración ¿eh?-acercándose un poco más-… ya me imagino lo felices que habrán estado tus padres al enterarse.
Retiró su mano de la barbilla de la chica y dio unos pasos al costado para observar el gran árbol que estaba detrás de ella, era grande y sus bellas flores danzaban gentilmente, viajando de forma tranquila con la brisa cálida del verano, de alguna forma estando allí él podía sentir un poco de paz.

El chico sonrió ante la respuesta de la chica, se acerco más y comenzó a rodearla como si este fuera a atacarla en cualquier momento, ella se quedo quieta, intentando no perderlo de vista,

-A-ahm, pues... eso creo, mas bien, creo que solo recuerdo tu apellido- dijo llevándose las manos al pecho pues comenzaba a sentir miedo, como si este en cualquier momento fuera a asaltarla o algo por el estilo, entonces él se acerco a ella inclinándose un poco, y sujeto su barbilla para quedar mirándola fijamente a los ojos, ella se ruborizo violentamente, y cerró los ojos con miedo, intentando voltear hacia otro lado, mientras seguía escuchando sus palabras, mientras no podía si quiera contestar su comentario sobre que no había cambiado en nada, por ultimo escucho lo de que sus padres estarían felices por sus poderes, inmediatamente abrió los ojos pero sin voltearlo a mirar, y él se retiro para ver aquel árbol, ella bajo la mirada hacia el suelo, tenía las manos aun sobre el pecho, y apretándolas formando puños, pues se había ofendido con ese comentario, tomo las energías y volteo a mirarlo con el ceño fruncido,

-No!- grito algo molesta por su comentario, sus ojos se habían vuelto vidriosos y lo miraba con enojo- No están felices! - agrego al fin bajando la voz a una entrecortada, pues estaba a punto de llorar.

Pronto escuchó un grito proveniente de la chica, sin duda alguna se había sentido molesta por su comentario, acción mediante la cual Rai supo que los padres de ella también la habrán tratado como aberración, de la misma forma en que sus padres y abuelos lo habían tratado a él. “¡No están felices!” exclamó ella, dándose vuelta el peliblanco pudo notar como la chica lo miraba fijamente con el ceño fruncido, sus ojos se veían vidriosos, seguramente humedecidos debido a algunas lágrimas que quisieran escapar. Rai se acercó a ella y levantando un brazo colocó su mano detrás de la cabeza de Aydan empujándola de golpe hasta que el rostro de ella quedo sobre su pecho.
-No llores niñita tonta, esos no se merecen tus lágrimas… si te odiasen o si te tratasen mal por lo que eres es porque no te quieren realmente. No deberías ni pensar en ellos.
Dicho esto soltó a Aydan y caminando unos pasos se sentó en donde la chica estaba anteriormente. Estirando piernas y colocando ambos brazos sobre el respaldo de la banca.
-Mis padres creen que soy una aberración y una vergüenza para el apellido, hace tiempo que dejé de pensar en ellos como familiares, para mí son solo unos extraños más que me miran como si fuera el mismísimo hijo del demonio.
Luego de haber dicho esto observó algunos pétalos descender suavemente en el aire, una flor de color lila cayó sobre sus piernas y el peliblanco la tomó observándola detenidamente como si quisiera estudiarla. El estaba acostumbrado a no depender de su familia, puesto que estos le habían dado la espalda cuando más lo necesitaba, ellos ya no existían para él, a los únicos que le tenía aprecio era a sus tíos y solo a ellos los veía como verdadera familia, el resto podía pudrirse en ese mundo corrupto y poco le importaría, no voltearía siquiera a verlos.

El chico la volteo a mirar y se acerco mientras ella lo miraba molesta aun, puso su mano sobre su nuca para empujarla y recargarla en su pecho, ella se ruborizo, y las lagrimas que estaban contenidas en sus ojos, cayeron por la inclinación que izo su cabeza, mientras él le decía esas palabras, que la mantuvieron seria por unos segundos y sorprendida, luego él se retiro y se dirigió a la banca para sentarse, mientras le explicaba a Aydan que él había sido despreciado por sus padres, ella tenía una mirada de sorpresa y se había quedado de pie escuchándolo, luego suspiro, y se limpio las lagrimas, para luego acercarse algo tímida y sentarse junto a él.

-Lo siento…- agrego disculpándose seriamente mirando como sujetaba aquella flor que había caído, luego volteo a mirar el suelo que también estaba cubierto de aquellas flores, algunas ya pisadas por la gente, pero seguían siendo hermosas tapizando el suelo de ese hermoso color,

-Parece que hemos pasado por algo parecido- dijo juntando sus manos sobre sus piernas – Aun me molesta todo ese asunto, pero tienes razón- dijo sintiendo otra vez ese agujero en el pecho, y un nudo en la garganta como si de nuevo fuera a querer llorar, apretó las manos para poder contener su ira interna, luego suspiro para voltearlo a ver,
– No sabía que tenias poderes… eso es bueno, no me sentiré tan sola ahora- agrego ruborizándose un poco por lo que había dicho.

Rai escuchó la disculpa de la chica pero se mantuvo en silencio observando los pétalos de color lila descender lentamente, luego ella dijo que habían pasado por algo parecido, realmente parecía ser así, las familias adineradas solo pensaban en dinero y en reputación, el qué dirán les resultaba más importante que el bienestar de sus propios hijos. Después de que la chica declarara que aún le molestaba ese asunto hubo un momento de silencio, Rai no pudo evitar recordar la mirada que sus padres le dirigían cada mañana cuando bajaba a desayunar, temor, odio repulsión y un sin fin de cosas se reflejaban en la forma en cómo clavaban sus ojos sobre él, no lo habían querido por nacer de un matrimonio sin amor y el convertirse en lo que era fue la gota que rebalsó el vaso además de ganarle el desprecio de sus abuelos en quiénes mas confiaba. La chica volvió a hacer un comentario y en ese momento cierta malicia pareció brillar en los ojos rojos del peliblanco.
-¿Te sientes sola?-subió un poco su mano para llegar al cuello de Aydan que se encontraba sentada frente a su brazo- ¿quieres que te haga compañía?-suavemente comenzó a rozar el cuello de la chica con sus dedos, levantando su cabello crema con el movimiento.
No sabía porqué pero parecía disfrutar de molestar a la chica, tal vez sus expresiones le hacían gracia o tal vez por ser alguien de su pasado o alguien a quién había visto alguna vez se tomaba más confianza de la que en realidad debería. Dibujando una sonrisa malvada se incorporó para levantar su brazo derecho y llevarlo al rostro de Aydan mientras aún seguía pasando suavemente los dedos de su mano izquierda por el cuello de ella.
-Tal vez deberíamos hacernos compañía mutuamente… después de todo somos lo mismo y venimos del mismo lugar…
Con su mano izquierda rozando la nuca de la chica y su mano derecha sobre el rostro de ella, le clavó una roja mirada profunda intentando adivinar que estaría pasando por su mente en ese momento. En un silencio en el que solo se escuchaba el soplar de la brisa y el cantar de algunos pajarillos esperó la respuesta de Aydan, estando casi seguro de que ella se enfurecería y de que hasta posiblemente recibiría una bofetada, pero el esperar su reacción le resultaba extrañamente interesante.

Spoiler:

Noto la mirada extraña del chico, y luego pronunciar las palabras “Te sientes sola?”, inmediatamente su respuesta mental dijo: “un poco, pero no realmente” pensó pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la “muestra de afecto” que él comenzó a darle, cerró los ojos sintiendo ese repentino contacto que izo que un escalofrió la recorriera, sonrojándose violentamente, pero no reaccionaba para quitarse o moverse de ahí, luego el chico llevo su mano al rostro de la chica, esta abrió los ojos, y lo miro fijamente con un rostro de intranquilidad y totalmente ruborizada,
“Que se supone que hace?! Porque no puedo reaccionar y golpearlo, o salir corriendo” pensaba sin poder moverse, Aydan no estaba acostumbrada a ningún tipo de contacto humano, y todo esto era nuevo para ella, más que nada le asustaba que alguien la tocara, cerró los ojos apretándolos con fuerza cuando él la comenzó a mirar tan fijamente,

-Ya!- grito empujándolo con las palmas de sus manos con una fuerza repentina – Te hare compañía… pero no me toques- dijo bajando la cabeza para mirar sus manos que aun estaban temblando.
-Soy tu familiar, no hagas esas cosas raras- agrego mirándolo por fin, esperando a que no se enojara por haberlo empujado.

Spoiler:

En silencio espero la reacción de la chica hasta que la oyó hacer una exclamación y acto seguido empujarlo con ambas manos para que se alejase. La chica dijo bastante molesta que le haría compañía pero que no quería que la tocase “Vaya… salió bastante histérica la niñita… aunque si me esperaba una bofetada de su parte…” pensó mientras se alejaba un poco colocando sus brazos sobre sus piernas, era verdad eran parientes, desde ese momento se decidió entonces cual sería el trato que le daría.
-¿No lo sabes niñita?…-poniéndose de pie-… soy físico…
Rai se giro y apoyando ambas manos sobre el respaldo de la banca se inclinó sobre Aydan lo más que pudo, sin llegar a tocarla realmente, pero sus rostros quedaron a escasos centímetro de distancia.
-Siendo un físico mi especialidad es el contacto… -dijo con una sonrisa torcida-… pero no hace falta que te pongas arisca…-se levanto y le dio la espalda a la chica-… si así lo quieres te trataré como a mi hermanita, después de todo no tuve, así que me gustaría tener una.
Con su mano se acomodó el cabello que el viento y la posición en la que estaba habían despeinado, pasando sus dedos por entre medio de su blanco cabello, aquel que era característico de los nobles alemanes.
-Iré a dar una vuelta por los jardines schwester... si me quieres acompañar bien, si no, ahi te ves.-levantando la mano en señal de saludo-
Dicho esto comenzó a caminar tomando con ambas manos sus auriculares, disfrutaba de escuchar buena música mientras recorría un lugar que resultase placentero a la vista. Aún no conocía los jardines de la academia por lo que estaba dispuesto a recorrerlos enteros tomara el tiempo que le tomara, después de todo esto de alguna forma le hacía recordar a su tía Marian aquella amable mujer a la que había aprendido a adorar.

Spoiler:

Escuchaba lo que decía, mientras no pudo evitar ruborizarse cuando él se acerco demasiado a ella, pero ella no dejaba de mirarlo con los ojos grandes y verdes, como si tuviera miedo de perderlo de vista, y que eso fuera peor que no mirarlo, luego escucho que si quería la trataría como hermanita, a lo cual inmediatamente la chica embozó una sonrisa, pues había dicho algo que la había puesto muy feliz por dentro,
-Si quiero- respondió dulcemente con una gran sonrisa, aunque siguiera cerca de ella, luego miro que se acomodo el cabello que era de un tono mucho más claro que el de ella, mientras escuchaba su sugerencia, ella se puso de pie instantáneamente aun sonriendo,
- Ich werde dich Bruder- le contesto teniendo la libertad de hablar su idioma natal, y lo siguió aunque este ya se había puesto sus auriculares y no la escucharía mas – Me gustas las plantas y las flores- agrego mientras miraba la vegetación de alrededor que tenia un verde brillante por el sol que traspasaba las hojas, esperando que la escuchar mientras caminaba tras él con las manos juntas sobre su regazo.

Spoiler:

Rai caminaba tranquilamente mientras observaba las plantas de los alrededores, al girar la cabeza hacia su izquierda vio que la chica estaba a su lado, se quito los auriculares y luego de apagar la música llegó a escuchar que ella decía que le gustaban las plantas y las flores.
-Pues si… son una de las pocas cosas bonitas que tiene este mundo…-observando los alrededores-… me gusta este lugar, de cierta forma me hace recordar a la casa en la que vivía.
El peliblanco se detuvo frente a un rosal decorado con hermosas flores rojas e inclinándose sobre ellas tomó una entre sus dedos para absorber su aroma, pero inmediatamente sintió un pinchazo en su dedo, una espina le había herido.
-Las rosas… hermosas pero llenas de espinas…
Comenzó a caminar nuevamente mientras se lamía la herida con cuidado, estando en la calle había aprendido a soportar el dolor sin quejas y ese minimo rasguño no era razón de molestia.
-Aydan ¿conoces bien la academia y sus alrededores?... me gustaría tener una buena guía para familiarizarme con el lugar en donde viviré a partir de ahora.
Sin dejar de caminar siguió lamiendo su dedo mientras esperaba la repuesta de la chica que lo acompañaba, extrañamente parecía casi un gato en su forma de lamer, como aquellos gatos que tanto le agradaban y que solían acompañarlo cuando paseaba por el jardín de su antigua casa. Una suave brisa sopló despeinando el cabello de ambos y trayendo hasta sus pies algunos pétalos lilas que aún seguían circulando cercanamente.

Aydan sonrió ante el comentario de Rai, sobre que las plantas eran una de las pocas cosas bonitas de este mundo, el chico descifró el lado maligno de Aydan, pues las plantas era lo que más amaba en el mundo sin importarle a veces las personas y su bienestar, más cuando se trataban de gente injusta y cruel. Luego miro como se acercaba a un rosal para olfatear aquel aroma que desprendían las hermosas rosas rojas a distancia,

-N-no espera- dijo casi en un murmullo, pero el chico ya las había sujetado con la mano – Estas bien?- pregunto mirando como el chico aliviaba el dolor lamiendo su herida mientras seguía con su camino como si nada, y le siguió el paso mirando que todo estaba bien, luego escucho la pregunta del chico repentinamente,

-Claro – le contesto sonriendo- Yo te guiare… a donde quieres ir? – le pregunto curiosa, luego frunció el ceño mirando como seguía lamiendo su herida – No hagas eso…- le ordeno algo molesta poniendo ambas manos sobre las caderas. Solía comportarse correctamente, y a veces sonaba como una madre.

La ojiverde respondió positivamente a la propuesta de Rai de enseñarle el lugar, en definitiva lo que él quería conocer era todo, ya que solo conocía el aeropuerto en el que el avión había aterrizado, la recepción, su propia habitación y luego los jardines. Mientras seguía caminando casi sin darse cuenta de que seguía lamiéndose el dedo pensaba en qué lugar quería conocer primero, pero de repente unas palabras por parte de la chica lo sacaron de sus pensamientos provocando que gire su mirada hacia ella y detuviera su paso. “No hagas eso” le había dicho en un tono tal que parecía algo molesta, enseguida se dio cuenta la razón del reclamo aunque no estaba del todo justificado puesto que esa era su mano.
-¿Que no haga qué?-le dio una lamida más a su dedo- ¿eso?... solo limpio la herida “mutter”.-dibujando una leve sonrisa en sus labios-
El peliblanco comenzó a caminar nuevamente pero bajo su brazo, metiendo ambas manos en sus bolsillos, mientras caminaba pateaba una pequeña piedrita que se había atravesado en su camino.
-Quisiera conocer… todos los lugares naturales que haya en los terrenos de la academia y cercanía, empezando por eso, y luego un lugar donde pueda comprar cosas que necesite, supongo que un centro comercial o algo así… y después… la biblioteca, luego el resto claro.
Dicho esto siguió caminando al lado de la chica esperando su respuesta mientras observaba las plantas de los alrededores, ahora se encontraban en un pasillo con un bello camino de piedra y rodeado por árboles de varias especies que parecían decorar el andar de cualquier persona que por allí transitase, haciéndolo más natural más pacífico y aún así, más lleno de vida.

Aun lo miraba molesta frunciendo el ceño mientras él hablaba, y luego izo un puchero al escuchar que le dijo “Mutter”, y se quedo asiendo berrinche mental, cuando se dio cuenta que el chico ya se había adelantado, corrió para alcanzarlo,

-Está sucia tu mano, por eso- le dijo casi en un murmullo aun molesta, pero parecía más de juego que en serio, luego escucho su plan de pasear y conocer todos los lugares, y su semblante cambio a uno más tranquilo, pues ya había dejado de lamerse su dedo,

- De acuerdo, yo te llevo – agrego felizmente pues se había emocionado por salir a pasear con alguien,

-Oye? Perdón, soy algo obsesiva compulsiva con la higiene, se me izo algo sucio que hicieras eso – le pidió disculpas mirándolo dulcemente – No quiero caerte mal de repente – agrego bajando la vista, pues sabía que se había comportado rara, como una madre, dicho esto subió la vista y miro el hermoso sendero que ahí se divisaba, luego sonrió naturalmente aun mirando aquel paisaje.

Mientras seguía caminando escuchó como la chica decía algo en un murmullo casi inentendible pero que de alguna extraña forma le resulto gracioso “esta sucia tu mano” había dicho, no podía dejar de pensar que la actitud de Aydan le recordaba a su tía. Aquella mujer llamada Marian que se decidió a cuidar a un chico que ya estaba bastante grandecito como para cuidarse solo, aún así lo sobreprotegía e intentaba enseñarle modales y recordarle aquellos que ya había casi olvidado, de cierta forma lo había logrado, de caso contrario Rai sería en ese mismo momento una persona muy diferente.
-Si si mutter, tienes razón… mi mano está sucia…-dijo en un murmullo bajo-
Siguieron caminando en un completo silencio luego de que ella aceptara el trabajo de enseñarle los alrededores al peliblanco, mientras se encontraban casi al final de aquel largo camino de piedra la chica dijo algo que le sorprendió pero que más bien le resultó gracioso, “¿Obsesiva compulsiva con la higiene?... interesante” pensó mientras una pequeña e invisible sonrisa se dibujaba en sus labios.
-Pues ese es tu drama niña, cada uno con sus propios fantasmas…-dándole una fuerte patada a la piedrita que finalmente se desvió de su camino-… me resulta curioso que a causa de eso temas caerle mal a alguien que recién conoces...-dijo observando los árboles al final del camino-… no te preocupes, no me caes mal… solo me pareces… un poco verrückt pero divertida.
Finalmente llegaron a la culminación del camino en donde había un pequeño portón que se encontraba abiero, del otro lado el paisaje cambiaba un poco y más que eso, parecían haber algunos pájaros de diferentes especies rondando por la zona.
-¿Que habrá mas alla?
Preguntando esto a quién la acompañaba se quedó de pie frente al portón observando la vegetacion presente del otrolado, comenzaba a gustarle la dichosa academia aunque se hubiera negado en un principio a asistir a un lugar así.

Spoiler:

L a chica no se molesto ante el comentario de Rai, en cambio sonrió, no se sentía orgullosa de tener cierta obsesión pero al chico parecía no molestarle tanto tal comentario.

-Ah.. Supongo que gracias por no molestarte – contesto sonriendo de manera nerviosa, aunque le haya dicho loca, no se apenaba tanto por eso, luego escuchó que el chico le preguntaba que era aquello que se divisaba detrás del portón, que era un paisaje distinto al actual donde ya había recorrido,

-No lo sé, no explorado todos los sitios- contesto asombrada por el paisaje, inmediatamente pronuncio una dulce sonrisa, y tomo cerrando su puño algunos dedos del chico, como si lo tomara de la mano – Vamos!- agrego mientras lo guiaba hacia aquel sitio, daba un aspecto de ser una chica energética, aunque realmente solo las plantas hacían que su energía subiera a tal grado de no dejar de sonreír, era como si estuviera en su verdadero habitad, hasta su color de piel se favorecía con la brisa de los arboles acariciando su cabello.

La ojiverde dijo que aún no había explorado esos terrenos, por lo tanto parecía convertirse en un lugar extraño y desconocido para ambos. Mientras observaba las lejanías sintió unos dedos tomar su mano suavemente y la voz de la chica exclamando “¡Vamos!”, sin decir palabra alguna se dejo llevar y abriendo el portón lo atravesó para descubrir que había más allá. Caminaron un rato por un camino rodeado de pequeñas piedritas y que parecía dirigir a un lugar en especial, luego de unos minutos Rai alzó su vista para descubrir frente a él lo que parecía ser un invernadero de gran tamaño, el vidrio con el que estaba hecho dejaba ver la gran cantidad de plantas que había en el interior.
-Supongo que este lugar será de tu agrado…-le dijo ella con voz suave-
Acercándose al vidrio observó miles de macetas ubicadas de forma en que ninguna tuviera ausencia del sol, dentro parecía haber distintos pasillos con distintas especies de plantas, todas ellas de aspecto muy vivo y parecían estar bien cuidadas. En el centro del lugar le pareció ver lo que parecían ser una mesa y algunas sillas, tal vez el lugar estaba preparado para pasar un agradable rato rodeado de la naturaleza viva que parecía abundar en ese lugar.
-¿Quieres entrar?-pregunto girándose a la chica-
Sin saber por qué le daba la impresión de que aquel lugar pegaba con ella y que tal vez le agradaría por tratarse de plantas, se notaba que alguien se tomaba el trabajo de cuidarlo ya que estaba limpio y las plantas estaban regadas, conservando aún en sus hojas pequeñas gotas de agua que reflejaban el brillo del sol y creando un ambiente sumamente agradable.

El chico se dejo guiar por Aydan, y ella camino feliz por el sendero, hasta llegar a un sitio que parecía ser un invernado, la chica se detuvo en seco maravillada por el amplio lugar, con los ojos brillando por la emoción, sujetando ahora con más fuerza la mano de Rai, pues sentía el impulso de ir corriendo con él hacia ese lugar, luego escucho al chico decir que ese lugar podría ser de su agrado y que si quería entrar, ella volteo a mirarlo con un ligero sonrojo,

-Sí!- respondió no pudiendo resistir para salir corriendo inmediatamente, lo jalo con energía hasta ahí dentro, parecía una pequeña niña hacia un parque de diversiones, se detuvo frente a la puerta, y la abrió con cuidado, todo las paredes eran de cristal, todo estaba lleno de lindas plantas, y arbustos floridos y coloridos, así como también había muchas plantas de cosechas, parecía que ahí no había nadie, pues los jardineros trabajan por lo general al caer la tarde.
Miro la mesa con unas sillas, parecía que algunas personas iban ahí a tomar almuerzo, respirando el aire lleno de oxigeno que desprendía ese lugar, y también el aroma de plantas y flores variadas. La chica respiro profundo y pudo distinguir una planta en especial, los jazmines, volteo a ver que había varios de ellos alrededor, soltó la mano del chico para correr hacia uno de esos árboles. Luego coloco sus manos alrededor de un capullo que aun no había abierto.

-Mira... te mostrare mis poderes- le dijo volteando a mirar al chico aun con una gran sonrisa – Espero que pueda lograrlo- dijo en un murmullo con un tono serio.

[Tiro dados para usar poderes, inteligencia 13+2=15, describo]

La flor que estaba en sus manos comenzó a moverse un poco, abriendo sus pétalos dejando ver su color blanco, y desprendiendo mas aun su increíble e inconfundible aroma, luego ella sonrió dulcemente hacia la flor, con un ligero rubor.

-Ves? es linda, aunque no debí presionarla para que floreciera- dijo volteando a ver al chico, para luego razonar que estaba actuando como una chica obsesiva con las plantas, bajo los brazos pues se había estirado un poco para alcanzar aquel capullo, y junto sus brazos sobre el regazo bajando la vista, avergonzada,

-Bien, ahora si pensaras que estoy loca- agrego aun con la cabeza baja.

Spoiler:

El miembro 'Aydan Richelle' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 13

La ojiverde exclamo un sí con energías y luego entró en el lugar casi arrastrando al peliblanco con ella, se veía realmente feliz y sus ojos parecían brillar mientras contemplaba las plantas que los rodeaban. Aydan respiró profundamente y luego camino hacia una planta en particular, una que Rai recordaba haber visto alguna vez, tal vez su tía se había dedicado a cuidar una similar en algún momento. La ojiverde colocó sus manos alrededor de un capullo cerrado y luego dijo que demostraría su poder, Rai se acercó a ella y observó con curiosidad como la flor entre sus manos comenzaba a moverse y luego a florecer lentamente hasta convertirse en un hermoso jazmín totalmente abierto. “Ahora si pensaras que estoy loca” dijo ella después, al oir esto el peliblanco ignoro el hecho de que a ella no le gustaba ser tocada y colocando una mano sobre su cabeza sacudió sus cabellos suavemente.
-Es una linda habilidad… conectada a la naturaleza…-observando los alrededores-… yo en cambio solo puedo hacer campos de fuerza, no es demasiado útil que digamos, a no ser para evitar que me desfiguren el rostro en alguna pelea. -colocándose una mano sobre la cintura-
Rai sacó de atrás de su espalda una rosa que había estado escondiendo en el camino, la razón de haberse lastimado había sido por cortar la flor sin instrumento alguno y exponer sus dedos desnudos a las espinas. Suavemente colocó la flor sobre el cabello de Aydan enganchándola detrás de su oreja.
-Así te queda bien… y no creo que estés loca, eres mi Schwester, y solo por eso nunca creeré que estés loca ni dejaré que nadie lo crea... si alguien te molesta solo avísame.
Luego de decir esto se dio vuelta y caminando tranquilamente hacia la mesa se sentó en una de las silas mientras aún obsrvaba el lugar, extrañamente sentía como si la mano de su tía estuviera presente cuidando de aquellas plantas.
-Por cierto... seguramente no lo recuerdes... mi nombre es Kirill Rai von Veltheim... pero llámame Rai.
Dicho esto aspiró profundanete sintiendo el aroma y la humedad de la ambiente, era un lugar realmente agradable y estaba pensado seriamente en pasar allíel tiempo que ocupara para leer un buen libro o incluso para hacer as tareas que los profesores le encomendaran, claro mientras estas fueran teóricas; finalemnte se daba cuenta o volvía a recordar que a él tambien le agradaban las plantas.

La chica espero una respuesta, y él se acerco a ella para poner su mano sobre su cabeza, ello bajo un poco la mirada, dejándose, pues era un afecto lindo que la reconfortaba por alguna extraña razón, luego el termino de decir que su habilidad era muy linda, y ella sonrió instantáneamente, luego miro que el chico saco una rosa detrás de su espalda, y se acerco a la chica para colocar la rosa detrás de su oreja para que adornase su cabello, ella lo miro un momento confundida, y hasta que se percato de lo que había hecho, se sonrojo violentamente, para luego escuchar esas palabras que decían que no estaba loca, y que si alguien le decía eso, que le dijera, las cuales dejaron a Aydan mas sonrojada,

“Es la primera vez que alguien se preocupa tanto por mi” pensaba mirándolo con los ojos muy abiertos, intentando contestar algo, pero su voz no salía, luego bajo la vista mirando el suelo tímidamente,

-Gracias Rai- dijo al fin al escuchar que le recordaba su nombre, luego sonrió para él, pues estaba muy feliz de volverlo a encontrar, y que se llevaran tan bien. Fue ya que su sonrojo dejo de entorpecerla y se sentó en una silla para acompañar a Rai. Luego se llevo la mano al cabello para tocar la rosa que le había puesto, sonriendo desde muy dentro de su corazón,
“Gracias Rai, me hacen muy feliz estos detalles” repitió en su mente sin importarle si este la miraba.

Luego de acomodarse en la silla Rai observó a su nueva hermanita, estaba ahí de pie toda sonrojada y se veía bastante sorprendida, luego de unos minutos escuchó una palabra de agradecimiento acompañada de su nombre y una bonita sonrisa.
-No hay necesidad…- dijo casi inaudiblemente-
La ojiverde se sentó en una silla y un silencio se hizo presente por unos segundos, Rai observaba de reojo como la chica se veía contenta con aquella rosa, después de todo había valido lastimarse los dedos si a ella eso le alegraba, naturalmente quería caerle bien a su nueva hermanita.
-Creo que vendré a este lugar a hacer tareas…-dijo como si pensara en voz alta-
Levantando la mirada observó el cielo a través de los cristales, se veía anaranjado y bastante descubierto, el atardecer se había hecho presente y pronto la noche llegaría, el brillo anaranjado del sol colándose a través de las gotas que estaban en las hojas de las plantas hacía que dentro de invernadero se generase una suerte de brillo extraño que parecía cubrir cada pasillo y cada rincón.
-Bien… tú dime entonces cuando estés libre para acompañarme a aquellos lugares…
Se puso de pie estirando sus brazos y luego de pasar una mano por su cabello acomodándoselo suavemente se giró hacia Aydan y la miro fijamente con una expresión seria.
-Tengo hambre.
Como si algo de vida o muerte se tratase el chico había dejado escapar esas palabras, le era claro que su estómago rugía puesto que había comido muy poco durante el día, principalmente por no tener la mínima idea de en donde se encontraba el comedor y por no haberse movilizado para buscarlo, la idea de perderse en la academia le fastidiaba bastante, solo había comido aquellos deliciosos aperitivos que su tía le había enviado junto con el equipaje; aún conservaba algunos de ellos.

Se quedo sentada distrayéndose de nuevo con las plantas, cuando escucho de Rai decir que hay iría hacer las tareas que le encargasen en las clases, ella asintió aun sonriendo, nunca se espero que el chico fueran de los que hacían la tarea, pues por su aspecto se miraba algo rebelde, o al menos eso pensaba ella.
-Nunca tengo mucho que hacer…- dijo ruborizándose de repente con la pregunta del chico pues realmente no salía mucho, no era como si siempre estuviera con sus amigos ocupada – Solo estaré ocupada cuando haya clases, al igual que tu, así que si quieres, podemos ir después de una de las clases- dijo finalmente sonriendo aun ligeramente ruborizada.
Miro como el chico se ponía de pie, para estirarse un poco, luego volteo muy seriamente y ella se quedo con una mirada seria también mirándolo, no sabía que le iba a decir debido a su expresión, luego pronuncio “tengo hambre”, ella se quedo primero con los ojos muy abiertos, para luego soltar una risotada, mientras cubría su cubría su boca, pues no era normal para ella reírse tanto, después de un momento intento calmarse dejando soltar un suspiro pues era agotador reírse,
– Vamos a comer, entonces – le dijo al chico con una gran sonrisa en su rostro – Ven, te llevare a los comedores- pronuncio, poniéndose de pie, para luego acercarse con intención de tomar su mano, pero luego se ruborizo, y su propósito fue cancelado por la timidez, así que solo se acerco para alejarse un poco, como si repentinamente tuviera miedo,

-V-vamos- dijo dándose la vuelta para caminar hacia la puerta, esperando que esta la siguiera.

Spoiler:

La chica dijo que tendría tiempo después de las clases, era lógico las clases ocupaban gran parte del día salvo los fines de semana y algunos días en que la distribución de las horas lectivas favorecía más al tiempo libre.
Luego de que Rai hiciera su declaración observó como la chica lo miraba con los ojos bien abiertos y luego reía a carcajadas, sencillamente la situación era chistosa y más con la expresión con la que él había pronunciado esas palabras, pero el peliblanco solo levantó una ceja, no solía reír muy a menudo; cicatriz tal vez de su odiosa infancia y de sus vivencias callejeras.
Luego la ojiverde le dijo que fueran a comer y que ella lo levaría al comedor, justamente era uno de los lugares que obligatoriamente debía conocer, puesto que con el paso del tiempo no podría vivir solo del aire y de su ego. La chica se acercó a Rai, perro él noto como ella se sonrojaba al legar cerca de él por lo que solo se le quedó vendo en silencio cuando ella retrocedo unos pasos “¿Qué le pasa ahora?” pensó algo confuso. La chica solo dijo vamos y camino hacia la puerta.
-Bien.
Con una corta y simple respuesta el peliblanco comenzó caminar tranquilamente colocando sus manos en el bolsillo cuando salieron de aquel hermoso lugar, sabía sin duda alguna que allí regresaría varias veces más. En silencio siguió a la ojiverde que caminaba delante de él mientras volvía a recorrer los alrededores del camino con su roja mirada.