Love is sacrifice [Priv. Terry/Mark + 18]

Mi Nyu escondió su castaña cabellera bajo el black hoodie que había pertenecido a su hermano —Mi Nam— la verdad es que le había dado un poco de nostalgia utilizarlo, pero era necesario, no quería que algún maestro la fuese a descubrir mientras esta se colaba por el dormitorio de chicos. Batalló bastante para llegar ya que se escondía en cada esquina y detrás de cada mueble que se encontraba. Pero tenía que buscar a Terry… tenía que hablar con él. Mi Nyu no podía quedarse de brazos cruzados esperando simplemente a que Seth Raven regresará de la misión… simplemente no podía soportarlo, tenía que hacer algo, ya fuese que organizaran otro grupo de rescate o si ella misma se largaba al país Búlgaro. Cuando por fin encontró la puerta con la placa que decía: Seth Raven & Terrance Maxwell el estomago se le contrajo. Por un momento la vista se le nubló y unas inmensas ganas de vomitar y salir corriendo de ahí la envolvieron. Pero debía ser fuerte, por Seth debía serlo. Era más que lógico que ver a Terry en una situación así iba a ser más que incomoda… pero necesitaba un aliado, alguien a quien también le importara el bienestar de sus compañeros y de Seth al igual que ella.

”Aquí voy”

Abrió la perilla sin siquiera tocar porque tenía miedo de que alguien en el pasillo la reconociera, así que se coló a la habitación de los chicos y cerró la puerta tras de sí. Se recargó contra la puerta aliviada de haberlo conseguido y suspiró. Dio unos cuantos pasos, se quitó el hoddie y medio sonrió cuando vio que la habitación estaba vacía, hubiera sentido mucha pena si hubiera encontrado a Terry en alguna posición incómoda… como desnudo o algo así. Se estremeció un poco y otro poco insegura caminó por la varonil habitación. No quería tocar nada ya que tampoco quería meterse en problemas pero no pudo evitar sentarse en una de las camas. ¿Sería la cama de Terry o es que acaso era la cama de Seth? ¿O los dos compartían la misma cama? Se sonrojó mucho y su ánimo se fue a los suelos. Pasó su vista por la habitación y de repente se quedó sorprendida cuando divisó algo que le provocó un vuelco en el corazón. En una mesita al lado de la cama de enseguida estaba el parche de Seth. Mi Nyu abrió los ojos como platos y se acercó hasta ahí. Con la mano temblándole agarró el parche y los ojos inmediatamente se le llenaron de lágrimas. No cabía duda de que era el parche de Seth, ella misma lo había tocado en otras ocasiones. Ahí mismo sobre la mesita estaba una nota que decía un simple “Te la devolveré”. Mi Nyu se llevó la mano libre a la boca y gimió quedito mientras sus ojos lloraban. Ella sabía que el corazón de Seth era de Terry… no era tonta, esa mirada y la manera en que lo agarró en el baile de Halloween lo había dicho todo. Pero ver el parche junto a esa nota significaba una promesa hacía Terry… la promesa de que regresaría… por él. Dejarle su apreciado parche era la prueba más contundente de ello.

”Tienes que olvidarlo Mi Nyu, tienes que olvidarlo”

Por un momento se sintió sola y desolada, pero de repente recordó a Ariel Rouge y las lágrimas por un momento se pausaron. Deslizó de nuevo su mano libre y sacó del bolso de su pantalón el parche del moreno que le había prometido superar su dolor con el otro chico parchado. Mi Nyu se mordió los labios mientras admiraba los dos parches y de repente… escuchó que la perilla de la puerta principal se giraba.

Mi Nyu tragó saliva cuando vio la mirada que Terry le había dedicado. Era como si la viera como una intrusa… obviamente si lo era pero no pudo evitar sentirse rara y mal. Mi Nyu olvidó por completo que cargaba con los dos parches para quedarse viendo frente a frente a Terry. Tuvo el presentimiento de que eso no iba a ser sencillo. ¿Cómo rayos le explicaría que estaba ahí por Seth? Bueno, a decir verdad es que Mi Nyu tenía la certeza de que Seth tenía sentimientos por Terry, pero… ¿Terry también los tenía por Seth? ¿Y si sólo ella venía a complicar las cosas? Se mordió el labio y decidió que debía ser franca y directa. Ella estaba ahí por el bienestar de Seth y no por otra cosa… su corazón podía tirarse de un barranco en ese momento.

—Terrance, vine porque creo que eres la persona que me comprenderá y quizás intente hacer algo conmigo. Es sobre… Seth.

Mi Nyu guardó silencio por unos momentos… pero fueron los momentos más incómodos que alguna vez Mi Nyu hubiese podido experimentar. Iba a seguir hablando pero mejor decidió ver la reacción de Terry y cerró la boca.

“Si lo estas buscando ven después, ahora mismo no está.” Le había dicho el chico con ceño fruncido y mirada abrasiva. Mi Nyu se encogió un poco ya que la verdad… se sentía intimidada. Nunca alguien la había visto así como Terry —que en ese mismo momento la recorría con expresión fiera— hasta que reparó en algo en sus manos, Mi Nyu no entendió porque sus ojos se desenfocaron por unos momentos pero después regresaron a la mirada fría. Terry le aseguró que no sabía porque tenían que empezar una conversación con Seth como tema… pero después preguntó que si que era lo que tenía que decir. Era como si quisiera hacerse el desinteresado, pero en realidad si le importaba.

Mi Nyu estaba en un dilema. La actitud de Terry le hizo dudar si realmente él la apoyaría con lo de crear el grupo para ir a ayudar a los chicos en Bulgaria… para ayudar en especial a Seth. Mi Nyu escrutó con un poco de temor el rostro de Terry que parecía despreocupado y un poco de dolor le cruzó por el pecho. ¿Y si Terry no correspondía a Seth? ¿Qué tal si era sólo Seth quien tenía sentimientos por él? El pecho de la coreana empezó a subir y a bajar y la cabeza comenzó a darle vueltas. Tenía que hablar… tenía que decir algo.

—Yo… quiero que me ayudes. Estoy desesperada porque ya han pasado muchas horas y no sabemos nada de los chicos en la misión con los Búlgaros —bajó la vista y empuñó sus manos, apretando los parches en ese acto— ¡Hace muchas horas que no sé nada de Seth y siento que no puedo más! —gritó Mi Nyu con los ojos lagrimosos. Había decidido hablar con la verdad, no había otra forma de empezar esa plática. Tenía que hacerlo por Seth. En nombre de su amor tenía que humillarse y avergonzarse ante la persona que amaba el hombre... que ella misma amaba.

La coreana apretó sus puños con mucha más fuerza que en momentos anteriores. ¿Por qué Terry le hablaba de esa forma? ¿Acaso no le importaba ni una pizca lo que a Seth le pudiese pasar en la misión Búlgara? Estuvo a punto de acercarse y darle una buena bofetada pero se contuvo… ella no era esa clase de persona. Nunca en la vida, Hwang Mi Nyu se había enojado tanto con alguien como para desear golpearle, nunca… hasta ese momento. Respiró varias veces antes de poder deshacerse el nudo que tenía en la garganta y reprimir las lágrimas que luchaban por brotar de sus ojos. Ese escenario era todo, menos lo que ella esperaba que fuera; quizás porque la coreana tendía a esperar lo mejor de la gente, y es que había creído que Terry la comprendería o en su defecto le intentaría hacerle desistir con otro tipo de frases como: “¡Hey no te apures! Conozco a Seth y sé que no le ocurrirá nada” ¡Qué desagradable sorpresa fue descubrir que no era así! Todas esas palabras inyectadas de coraje y veneno por parte de Terrance le hicieron pensar a Mi Nyu en una frase: “él no lo quiere”.

—Si es necesario, soy capaz de vender uno de mis riñones para conseguir el dinero e irme en avión. Y no lo estoy diciendo como broma —la coreana alineó sus ojos con los del moreno—. Y créeme que sé perfectamente los riesgos que podría correr si voy allá. Que lo más probable es que me pasase algo e incluso es alta la probabilidad de que muera, pero ¿crees que eso me importa? Pues fíjate que no —levantó la barbilla en una pose orgullosa— porque prefiero ir y morir intentando ayudar a Seth, que quedarme aquí sin hacer nada y que él regrese herido. La simple idea de eso hace que me den ganas de vomitar. ¡No quiero que a Seth le pase nada!

No pudo evitar derramar las lágrimas que tanto había luchado por reprimir. Abrió un poco los puños y vio que aún tenía los dos parches —uno en cada mano—. Su mano derecha, la mano que tenía el parche de Seth le temblaba e inmediatamente se la llevó al pecho como si estuviera atesorando la cosa más valiosa del mundo, y para ella sí lo era... era la prenda de aquel chico de ojos leonidos que la chica amaba. Mi Nyu se dio la vuelta para irse pero de detuvo en el picaporte de la puerta y se volvió un poco para ver al moreno a los ojos.

—¡Sí tú no quieres ayudarme no me importa! ¡Ya encontraré quien quiera hacerlo! Porque yo… yo… —cerró los ojos y chilló con fuerza— ¡Porque yo amo a Seth Raven y si algo le pasa, me muero junto con él!

Escuchar a Terrance Maxwell fue como si una locomotora con cien vagones le atropellara. Por un momento la sangre de la coreana comenzó a bullir y su corazón —que si de por si ya latía desesperadamente— casi se le sale del pecho. Jamás en la vida Mi Nyu había escuchado palabras que le hicieran querer golpear a alguien… pero el moreno que la miraba con odio delante de ella lo había logrado. Terry era oficialmente el ganador de una gran dosis de coraje por parte de Mi Nyu… algo que ella misma jamás hubiese creído posible. Por un momento las lágrimas que mojaban su piel se detuvieron, pero fueron sólo unos segundos para después comenzar a brotar más fervientemente. Lloró con mucho más dolor y desesperación porque una cosa era que Seth amara a Terry y que la misma Mi Nyu lo viera como algo perdido, pero otra cosa era que Terry no quisiera a Seth y que inclusive no le importara su vida. Mi Nyu no quería que Seth estuviera lastimado a causa de sus sentimientos no correspondidos, porque aunque ella tuviera que sacrificar los propios… hubiera preferido mil veces que Terry amara al chico que ella misma amaba. Apretó más fuerte el parche de Seth a su pecho e imaginó a Seth con mirada perdida y rostro apagado. Mi Nyu no quería verlo así, Mi Nyu quería ver a Seth justo como el día que había jugado baloncesto en las canchas, feliz, sonriente y con muchas fuerzas. ¡No! ¡Mi Nyu no soportó la idea de que Seth no fuese correspondido! Seth Raven tenía que ser feliz y si ella misma tenía que encargarse de su felicidad… así sería.

Se alejó de la puerta, guardó en una de sus bolsas el parche de Ariel, dio unos pasos más en dirección a Terry y volvió a apretar en su pecho el parche de Seth.

—Lo hare, se lo diré. Le diré que lo amo con toda mi alma y no sólo eso, si no que lucharé por ganarme su amor. Antes me conformaba con amarlo de lejos, pero ya no. Pienso quererlo, respetarlo, curarlo cuando esté enfermo, velar por él… e inclusive si tengo que darle mi virtud se la daré —la última frase lo dijo con sus mejillas encendidas pero con decisión firme—. Pero ya no pienso darme por vencida. Tenía miedo de confesarle lo que siento, pero ya no lo tengo más. ¡Lo amo y estoy segura de que si me diera una oportunidad yo podría hacerlo más feliz que nadie! —gritó y sin pensarlo, terminó de acercarse a Terry y le propinó una fuerte bofetada con su mano izquierda.

Cuando Mi Nyu lo golpeó, vio su propia mano con horror. Ella no era así, no era esa clase de persona. Se mordió el labio y bajó su mano lentamente.
Avergonzada y apenada susurró un “lo siento…” pero dudó que Terry la hubiese escuchado siquiera… el chico parecía punto de explotar.

Mi Nyu se quedó congelada cuando había golpeado al moreno, eso estaba en contra de todo lo que ella creía y valoraba. La mano le estaba hirviendo e inclusive temblando. No sabía cómo disculparse pero si de algo estaba segura es que tenía que hacerlo. Levantó el rostro avergonzada para pronunciar algunas palabras de disculpa pero Terry le estaba sonriendo de una forma completamente perturbadora… era como si otra persona estuviese delante de ella mirándola con infinito desprecio. Mi Nyu se encogió un poco y no supo porque pero sintió miedo… mucho, mucho miedo. Y de repente, fue cuando se dio cuenta de que sus ojos… sus ojos no eran rojizos como comúnmente los había visto, sino azules… azules como el mismo cielo pero cargados de odio, que más que el paraíso, más bien parecían espejos del mismísimo infierno. El chico se burló de ella y le dio a entender que a Seth le valía un comino su virtud. Mi Nyu no quería creer en lo que el moreno de ojos azules le estaba diciendo, después de todo ella había escuchado por historias que Max —la otra personalidad de Terry— era cruel y cizañoso.

Max se acercó a ella y Mi Nyu sólo pudo dar pasos en retroceso por culpa del miedo. No fue hasta que topó con pared y que el moreno la encerró pegando su cuerpo al suyo que de verdad Mi Nyu entró en pánico. Max… él simplemente se dedicó a abrir la boca para decirle las palabras más bajas y crueles sobre ella abriendo las piernas y dándole a entender que era una niña… una niña inocente y estúpida.

—Yo… yo —susurró la coreana con lágrimas en los ojos.

Max le levantó la barbilla y alineó sus ojos. Mi Nyu estaba temblando pero no podía reaccionar, todo le daba vueltas y empeoró cuando el moreno le sonrió aún más retorcidamente mientras parecía debatirse algo mentalmente. Los escalofríos de la coreana se intensificaron cuando Max la jaló y juntó sus labios con los suyos. Mi Nyu abrió los ojos como platos y el pánico que la embargaba se intensificó hasta tal punto que no le importó forcejear para darle otra bofetada y salir corriendo de allí… pero le fue imposible. Max era bien conocido por tener súper fuerza y ella… pues ella no era más que una chica que sólo sabía curar. Las lágrimas comenzaron a caer en borbotones cuando el chico intensificó el beso violando su boca con su lengua. Pudo sentir su aliento nublándole los sentidos y como una pequeña barba insipiente le raspaba la piel ya que el chico estaba aplicando demasiada fuerza. Mi Nyu no le correspondió, pero dejó de forcejear ya que estaba segura que el chico ni siquiera lo debía de estar sintiendo.

Si primer beso… forzado, sucio, implacable, fuerte, sin amor.

Quería gritar, de verdad que sí, pero la boca de Max era imparable, fiera e imponente. Cuando el beso terminó vio como el moreno levantó la cabeza y aún podía respirar su aliento de lo cerca que estaba. El chico se relamió los labios y juntó su cuerpo aún más a de ella. Podía sentir cada una de las partes de la anatomía del hombre que la estaba forzando. Los ojos de Mi Nyu se salieron de sus cuencas cuando su pelvis se restregó contra su piel. Mi Nyu no pudo evitar gemir y chillar.

—Si quieres besarlo, con gusto te enseño como es que a él le gusta más. Se me buenos tips que te ayudarían con Seth, linda. Y te aseguro que hasta ahora no se ha quejado— dijo Max.

Mi Nyu abrió la boca por la sorpresa. ¿Eso significaba que una parte de Terrance Maxwell si le correspondía a Seth? El pecho le dolió aún más que cuando el chico le había robado el beso, fue como si la hubiera acuchillado… de hecho eso le hubiese dolido menos que el daño que le provocó lo que acababa de escuchar.

—Déjame ir. Ya demostraste que eres mejor que yo… —susurró con mirada pérdida—, me has humillado como nunca nadie lo había hecho, sé que no soy competencia para ti… Max —lo llamó por su nombre con voz gutural—. No sé si sea cierto lo que me has dicho de Seth, pero si es así espero que no estés jugando con él y busques lastimarlo, porque eso no te lo puedo permitir.

La coreana lloraba muy fuerte y gemía aún más mientras sentía como el varonil cuerpo la apretaba. Eso debía de ser una pesadilla… una horrible pesadilla.

La risa retorcida de Max le ocasionó escalofríos. Se estaba burlando de ella, simple y llanamente se burlaba de su amor y sus sentimientos. Le dio a entender que él no quería a Seth y eso provocó que el corazón de la coreana se contrajera. ¿Por qué era tan tonta y no se preocupaba más por si misma que por lo que pudiese sufrir Seth? Mi Nyu estaba mal en muchas formas… pero poco le podía importar. Forcejeó contra el moreno sin poder liberarse, pero él… él ni siquiera sentía como ella se retorcía y esforzaba por salir de esa prisión entre su duro cuerpo y la pared.
Max deslizó la mano de su rostro a su cuello y de ahí a su seno. Los ojos de Mi Nyu se abrieron como platos cuando sintió como esa gran mano se apretaba sobre su pecho y comenzaba a masajearlo.


Max parecía disfrutar el rostro de sufrimiento de ella. Era como si cada matiz de dolor en la coreana fuera un matiz de felicidad para el hombre que estaba ultrajando su cuerpo. Mi Nyu lloraba tan desesperadamente que prácticamente se estaba ahogando en sus propios fluidos. Si el beso de hacía un momento le había hecho sentir basura… ese acto la hacía sentir como si fuese una prostituta.

—¿Y sabes qué es lo mejor? ¡Qué Terry no sabe que su cuerpo le ha abierto las piernas a ese que dices amar!

Mi Nyu escuchó esa frase fácilmente unas veinte veces en su cabeza. No podía ser cierto, no quería creerlo. Max era una mala persona, era sucio y malintencionado, lo más seguro es que mentía para hacerla sufrir y gozar de su sufrimiento. Seth no era esa clase de persona. Seth era bueno, Mi Nyu en su corazón lo sabía. Seth no se aprovecharía de esa situación… Seth no tomaría el cuerpo de Terry sin que este lo supiera… ¿o sí? Mi Nyu se sintió peor por dudar del hombre que amaba hasta que sintió como el masajeo de su seno fue más profundo… tan profundo que localizó su pezón y comenzó a estimularlo y pellizcarlo a tal punto que la coreana no puedo evitar gemir quedito y que este se le tensara. El rubor de sus mejillas se distribuyó por todo su cuerpo. La coreana se quiso morder la lengua para no gemir y chillar de humillación, pero no podía evitarlo, Max le estaba diciendo cosas horribles mientras se divertía toqueteándola y marcándola de por vida.


La tortura no terminó allí, si no que por el contario… parecía que ese martirio apenas iba empezando. La mano de Max se deslizó aún más al sur de su virginal cuerpo, levantó la falda de su vestido como si fuera un vil trapo y posó su mano en su intimidad. En ese momento fue cuando Mi Nyu se quedó en shock. Dejó de llorar, dejó de forcejear e incluso dejó de respirar. Max acababa de marcar a la coreana de por vida. El moreno empezó a acariciarla por encima de sus bragas, pero la caricia no era sutil o superficial, si no fuerte y decidida a excitarle. Mi Nyu sintió como la temperatura de su cuerpo se elevaba y pequeños quejidos se desfasaban al momento de salir de su garganta. Max se burlaba de Mi Nyu diciéndole que él podía ayudarla a que Seth la amara a ella en lugar de a Terry… que él podía enseñarle las cosas más viles y sucias para que ella se quedará con el chico peliplateado. La verdad es que eran tantas las cosas perturbantes que le decía que su mente se bloqueó y dejó de escucharlo; sólo podía sentir esa mano tocándole donde nadie debería de estarle tocando, excitándole… como sólo ella se lo hubiera permitido al hombre que amaba. Los ojos de Mi Nyu parecían dos pozos sin vida, como si el chocolate característico de sus ojos se hubiese convertido en vil lodo. Un pensamiento vago chillaba por su mente… Max la iba a violar, se iba a adentrar en su ser para después dejarla tirada y sin valor.


La mano de Mi Nyu —la que aún tenía el parche de Seth— se apretó con mucha fuerza. Ella no había tenido intenciones de llevarse ese parche, había pesando en decirle a Terry “Hey, esto es tuyo…. Seth te lo dejó a ti” pero en ese momento se había convertido en su amuleto, era el objeto que le estaba dando las fuerzas para no desmayarse o volverse loca por el dolor y la humillación. Tenía que luchar por su integridad, no podía dejarse de Max, alguien debía de ayudarla. Los ojos de Mi Nyu volvieron a la vida y enfocó la mirada en la de su abusador, los ojos azules la reflejaban, mostrándole una escena realmente patética. No tuvo tiempo para seguir sintiendo pena por sí misma, tenía que hacer algo para salvarse, por Seth iba a intentarlo. Apretó el parche con suma fuerza y de repente su rostro se iluminó.

—Terry —suplicó con voz entrecortada— Terry, sé que estás ahí. Por favor vuelve en ti, no permitas que Max tome mi cuerpo… ¡No permitas que Max abuse de mi, por favor vuelve Terry! —gritó Mi Nyu con todas sus fuerzas. Sus ojos castaños no abandonaron a los de su acosador, lo miraba llorando, con semblante deshecho… pero firme. Mi Nyu no quería entregarle su virtud a alguien que no amase… eso sería algo que simplemente no hubiese podido soportar.

“Seth… dame fuerzas” apretó su parche “Por favor dame fuerzas” y su cuerpo comenzó a flaquear… estaba a punto de desmayarse.

Mi Nyu luchó por mantenerse consciente… su integridad como mujer dependía de eso, pero la verdad es que cada vez le era más difícil no perder el conocimiento. Por una parte hubiera sido mejor que así hubiera sucedido, así cuando Max abusara de ella, por lo menos no le daría la satisfacción de oírla chillar y gemir… pero cualquier posibilidad de huir se vería nula. No, ella no podía desmayarse… tenía que luchar. Miró con pesar como Max se burlaba de ella diciéndole en pocas palabras que Terry no iba a volver y como para demostrarle que él era el que tenía el control, sus dedos comenzaron a masajearla más diestramente. Aún por encima de las bragas, Mi Nyu sintió el calor de su áspera mano abriéndole los labios vaginales y deslizando un dedo hasta su clítoris. La coreana quiso morderse la lengua cuando su boca empezó a emitir extraños grititos guturales y gemidos. El calor del frote de esa mano, comenzó a desplazarse por todo su cuerpo y una especie de extrañas cosquillas le recorrieron por las piernas. Mi Nyu se sonrojó de un color muy parecido al granate y sus labios se abrieron secos de tanto gritar y gemir. Se estaba excitando con un hombre que estaba abusando de ella… ¿podía existir cosa peor que esa? Max comenzó a burlarse de ella una vez más mientras decía que era una lástima que a ella no le gustase lo que le estaba haciendo, ya que lo hacía con todo su empeño. Y no es que lo estuviera haciendo bien o mal… lo estaba haciendo en contra de su voluntad, en contra de todos sus principios y creencias.

No había límites para el moreno que al sentir la humedad de sus bragas empapándole los dedos, los separó de la chica para llevárselos a la boca, chuparlos y sonreír cínicamente. Ese fue el último acabose para la coreana. Mi Nyu se quedó en blanco y dejó de forcejear. Max —que la miraba fijamente— se acercó para besarla, inclusive la chica pudo percibir el olor de su propia excitación en los labios del otro pero de repente… Max se detuvo.

Mi Nyu vio al moreno ensimismado en sus pensamientos y de repente lo escuchó decir: “No, no te voy a dejar salir” La soltó, se agarró la cabeza mientras se tambaleaba con semblante de dolor y finalmente se dejó caer de rodillas delante de ella. Los ojos del chico comenzaron a cambiar de azul a rojo y viceversa por varios minutos. Mi Nyu vio una luz de esperanza cuando esos ojos parecían quedarse permanentemente rojos. La chica apretó más fuerte el parche de Seth y los ojos se le volvieron a llenar de lágrimas. ¡Lo había logrado! ¡Terry la había escuchado!

El chico levantó la mirada y pasó los dedos húmedos —por la excitación de la chica— por su cabello. Mi Nyu supo que Terry se dio cuenta del por qué esos dedos estaban así, porque inmediatamente el chico la volteó a ver con ojos de espanto.

—Por Dios… no quería —murmuró él.

Y eso fue todo lo que Mi Nyu necesitaba para saber que Terry era quien tenía el control y que por fin estaba a salvo. Las piernas no dejaban de temblarle y su intimidad le punzaba significativamente, las lágrimas no cesaban y la respiración seguía alterada. Mi Nyu bajó un poco la mirada y se dio cuenta de que uno de los tirantes de su vestido estaba caído y se podía ver casi uno de sus senos al descubierto; la falda de su vestido estaba levantada mostrando sus braguitas —rosas con fresitas estampadas— empapadas de sus fluidos. Se asustó de lo que vio y eso que no tenía un espejo delante para ver que su cabello estaba completamente desmarañado y sus labios estaban rojos e hinchados… aunque no más que sus rasgados ojos.

—Yo… —murmuró ella y apretó con mucha más fuerza el parche de Seth— yo… —sus ojos comenzaron a entornarse— Seth… —musitó antes de perder las fuerzas y perderse en la inconsciencia. Había sido demasiado para ella.

Mi Nyu iba de lleno contra el suelo, con la apariencia de haber sido abusada sexualmente y los ojos llenos de lágrimas. Pero, a pesar de su caída al suelo… su mano derecha jamás perdió su fuerza y siguió aferrada al parche… del chico que ella tanto amaba.

Mi Nyu se retorcía y suspiraba en la inconsciencia, mientras imágenes del moreno tocándola y haciéndole las cosas más sucias que nadie jamás le había hecho la atacaban sin miramientos. Mi Nyu temblaba… su cuerpo temblaba… inclusive su alma temblaba. Sintió como el ambiente a su alrededor estaba cargado de una energía incomoda y pudo sentir como alguien la movía. Una voz familiar en el limbo en donde su cerebro estaba le hizo sentirse un poco más segura… haciéndola regresar a la realidad. Abrió los ojos con pesar.

—¿Mark? —preguntó en un hilito de voz y con rostro embelesado cuando escuchó su voz. Después entornó un poco los ojos, y se dio cuenta de que estaba en sus brazos… con un pecho prácticamente saltándole a la vista. Los parpados de la coreana se abrieron de golpe y todos los recuerdos de su asalto la invadieron. Pataleó contra Mark en pánico y vio a Terry en el piso con la mano extendida… hacía ella. Mi Nyu comenzó a gritar y llorar, hasta que logró soltarse de los brazos de Mark y se fue hasta una esquina para hacerse un ovillo y mecerse como una vil loca. Estaba en shock, no paraba de gritar y patalear… y entre las cosas que gritaba repetía mucho la frase “¡No me toques! “¡Por favor no abuses de mi!”. No estaba consciente de nada a su alrededor, ni siquiera del castaño que hacía un momento la cargaba. Sólo podía cerrar los ojos con fuerza mientras gritaba y lloraba. En ese momento Mi Nyu sintió el parche de Seth en su mano y comenzó a gritar su nombre… como si sólo él pudiera hacerle volver a la realidad. La chica apretó el parche en su pecho mientras gritaba y se mecía de un lado a otro.

Mi Nyu estaba mal… estaba muy mal.

Mi Nyu gritaba desesperada por Seth… seguía haciéndolo. No podía dejar de llamarle mientras las lágrimas se derramaban por su rostro. Era increíble cómo se retorcía el mundo a su alrededor en unos segundos y no podía dejar de ver las imágenes de Terry gritándole y las de Max tocándola. Era mucho… era demasiado… hasta que una bofetada la hizo despertar. Mi Nyu dejó de gritar y mecerse, y se quedó sollozando por unos segundos hasta que sus ojos se enfocaron en Mark.

—Mark… yo… —la garganta se le cerró, se quedó quieta un momento y después se tiró a los brazos del castaño para chillar en su pecho—…estoy sucia Mark… estoy sucia—. Mi Nyu se aferró a su pecho con fuerza y se sintió segura… hasta que recordó las fachas que tenía—. No… —se alejó un poco y se llevó una mano al pecho y la otra para bajar la falda de su vestido—, no me veas así —murmuró con pena y se sonrojó un poco.

La coreana se sonrojó y vio delante de ella a Terry aún en el suelo. Su cara de culpabilidad reflejaba dolor y pena… aunque ella dudó que fuese igual a la suya. Mi Nyu cerró los ojos… no podía verlo más, no era tan fuerte.

—Sácame de aquí —le rogó la chica al americano—, por favor no puedo estar aquí.

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