Pure and natural beauty... [Privado Damian-Derek]

Ese día había decidido hacer nuevamente el intento de llevar a su adorado erizo a pasear al lago, ese lugar sin duda alguna era especial y muy bonito a la vista, además de pacífico y relajante, por lo que se le hacía perfecto llevarse un libro para leer con tranquilidad mientras su amiguito respiraba aire fresco.
En los últimos tiempos la academia había estado muy revolucionada, con el tema de los secuestros y luego aquella misión de alumnos y profesores, Alina no podía evitar preocuparse por ello y más aún seguía algo desconcertada de no haber visto más a aquel chico de aspecto tímido a quién había conocido como Milo, pero realmente desease que se encontrara bien, tal vez después de todo no era la misma persona a la que habían escuchado nombrar en aquella casa embrujada.
Caminando tranquilamente con la jaula en una de sus manos y un libro en la otra cruzo el pequeño portoncillo y camino lentamente por las orillas de aquel precioso lago respirando profundamente el fresco aire con aroma a naturaleza que por allí circulaba.
-No deja de encantarme este lugar…-susurro para sí misma mientras observaba el agua-
Luego de caminar unos minutos más encontró un árbol que se encontraba algo alejado de los demás y más cercano al lago, allí acomodo suavemente la jaula en el suelo para después sentarse con cuidado sobre el pasto fresco, dejando a un lado el libro de tapa café que había llevado consigo.
-Espero que esta vez no huyas Dill… sé un buen niño ¿quieres?.... aunque sé que lo eres…-sonrió dulcemente mientras abría la puertita de la jaula con cuidado-… y últimamente has prestado tus oídos a mi… -sonrojándose levemente-… sabes que te adoro ¿verdad?
Dijo esto último mientras el animalito subía a sus manos y ella se lo llevaba a la cara para intercambiar miradas, siempre solía hacer eso, ponerlo muy cerca de su rostro, rozar su pequeña naricita y enternecerse totalmente con su pequeña figura.
Después de sonreírle tiernamente planto un dulce beso sobre su cabeza para después ponerlo sobre sus piernas acariciando sus pequeñas orejas, con una mano abrió el libro sobre el suelo y buscó la pagina señalada por una cintilla verde de aspecto suave, para después tomar el libro y recostar su espalda en el tronco del árbol mientras sus ojos se movían lentamente filtrando aquellas negras y pequeñas letras que frente a ellos se presentaban.
Minutos después una suave brisa movió suavemente sus cabellos y fue entonces que Alina bajo el libro al suelo para observar como su adorado amiguito dormía plácidamente sobre sus piernas, sonrió mientras acariciaba suavemente su cabeza para después subir su vista al lago, el agua se reflejaba en sus ojos iluminándolos casi tanto como cuando degustaba esos dulces que tanto le encantaban, aunque claro aquel brillo provenía del fondo de su ser; sin embargo, el brillo que aquella naturaleza desprendía podría contagiarla en cuestión de escasos minutos.

Se mantuvo así como perdida en el brillo del agua por unos minutos mientras una fresca brisa movía suavemente su cabello, hasta que de pronto sintió movimiento debajo de sus manos y al bajar la vista descubrió que su querido erizo había despertado. Pero no era solo eso, había algo extraño, parecía verse nervioso, así como no lo había visto antes, llamando la atención de la pelirrosa que alzó las cejas demostrando su sorpresa con aquel sutil gesto.
-¿Que pasa Dill?
Frunciendo un poco el ceño noto como el pequeño erizo levantaba sus púas, parecía haberse alertado de algo que ella no había sido capaz de detectar; tal vez en realidad le asustaba aquel lugar, o tal vez algún animal había hecho algún ruido que lo había asustado, siendo tan pequeño, eso se le hacía normal.
-Tranquilo… todo está bien…
Pero el pequeño animal seguía inquieto y ella realmente no sabía que le sucedía ni como calmarlo, terminó por levantar la vista y observar los alrededores, fue allí que a lo lejos vio a un apersona sentada en el suelo con la cabeza baja, no podía ver su rostro pero fue capaz de ver sus cabellos rubios; por el aspecto parecía ser un chico.
-Debe ser un estudiante… o tal vez algún trabajador…-le dijo acariciando la peluda cabeza con suma dulzura-… pero si te asustas así será mejor que regreses a tu casita… no quiero que huyas de nuevo… sería muy penoso chocar de nuevo con alguien por estar persiguiéndote…
Al decir aquello no pudo evitar recordar como aquella vez y casi en el mismo lugar había tropezado con Dylan por estar corriendo detrás de su erizo escurridizo, se había sentido muy apenada, pero a la vez aliviada de que hubiese sido él y no otra persona que pudiera molestarse realmente.
-Ve… entra ahí pequeño…
Con mucha delicadeza llevo sus manos hacia la entrada de la jaula y allí dejo que el erizo ingresara, el pequeño animal corrió adentro de la jaula y luego se escondió en la casita que había dentro de esta y que servía como su lugar de dormir. Al ver esto ella no pudo evitar sonreír tiernamente mientras sus mejillas se sonrojaban levemente; realmente aquel pequeño amigo la llenaba de ternura con cada gesto, con cada movimiento y con cada mirada que le dedicaba.
Luego de cerrar la puertita con esmero para que no se escapara, Alina se puso de pie y estiro sus brazos largamente casi como si quisiera tocar el cielo con ellos. Comenzando por tararear una suave melodía camino unos pasos y se acercó al lago que tenía en frente para colocarse en cuclillas y colocar un dedo sobre el agua, formando pequeños círculos mientras sentía la baja temperatura de aquel líquido rodear su pequeño dedo.
-Me imagino cómo se reflejara la hermosa luna sobre estas aguas…
Luego de susurrar aquellas palabras sonrió para ella misma y se giro levemente a observar que su amiguito estuviera donde lo había dejado, realmente ahí estaba y esto la tranquilizo. Volvió a girar hacia el lago tomándose las manos detrás de la cintura, la fresca brisa otoñal acariciaba su rostro y jugaba con su cabello mientras ella alzaba la vista al cielo, viendo como las nubes pasaban lentamente casi de forma perezosa; a pesar del freso ese era realmente un hermoso día.

Siguió tarareando una dulce melodía unos segundos más mientras escuchaba como el viento soplaba en sus oídos, pero de pronto el sonido de unas pisadas acercándose la sacaron de sus pensamientos y silenciaron su voz para que ella girase su cabeza en la dirección de donde provenían. Observo en silencio como el chico rubio que había visto antes se acercaba a ella y al notar que le llevaba bastante más altura levanto un poco la vista, pero no fue capaz de ver sus ojos a través de los mechones rubios que se lo cubrían; aun así de alguna extraña forma podía sentir una cierta presencia que parecía imponerse en el lugar de forma fuerte, Alina pensó entonces que tal vez era eso lo que ponía nervioso a su adorado amiguito.
“¿Querrá hablar conmigo?... yo no recuerdo haberlo conocido…” pensó mientras desviaba su mirada hacia el agua nuevamente, de alguna forma se sintió algo nerviosa pero no quería verse tan tonta frente a un extraño, tal vez el necesitase alguna orientación, tal vez fuese nuevo en la academia.
-H-Hola… ¿p-puedo ayudarte?
Dejo escapar aquellas palabras en voz muy baja cuando el rubio estuvo cerca de ella, para luego sonrojarse levemente, de nuevo su timidez le ganaba sin que pudiera evitarlo. Aun así intento hablarle lo mas decentemente posible para no quedar como una tonta frente a alguien que tal vez fuese un compañero suyo, juntando ambas manos delante de si espero su respuesta sonriendo levemente mientras la brisa seguía jugado con su larga cabellera.

Apenas acababa de decir aquellas palabras de una forma bastante trabada había escuchado una voz saludar, era una voz que recordaba haber oído antes pero que no lograba reconocer. Girando su rostro se encontró con la figura de un chico peligris de ojos verdes y que traía un simpático monito sobre su hombro, lo observo sorprendida por unos segundos ¿de dónde tenía su rostro? Recordaba haberlo visto en algún lado… seguramente hubiese sido durante las clases.
-H-Hola…-sonrió levemente para después observar al monito-… que bonita mascota tienes… yo tambien lo tengo a el...-desviando levemente su mirada haca la jaula-
Apenas terminaba de decir esto, escuchó como el rubio saludaba en un tono un tanto extraño y hasta tenebroso y que de alguna forma encajaba con su aspecto, no parecía ser alguien más, parecía tener algo especial.
Alina se quedo en silencio unos segundos y observo a uno y a otro para luego sonrojarse un poco mas y bajar la mirada para desviarla de nuevo hacia la el cristalino líquido que se imponía a la vista de quien por allí se pasase. Había comenzado a notar que se encontraba allí con dos personas que no conocía y además eran dos chicos, su tonto sonrojo aumento un poco mas hasta que luego de unos segundos dejo escapar una suaves palabras intentando no verse tan tontamente nerviosa por la situación.
-B-Bonito lugar…. ¿verdad?... e-es pacifico…
Luego de decir esto solo se quedo en silencio, parecía verse intimidada notando que estaba allí sola con dos desconocidos, aunque si conocía al peligris, mas bien no conocerlo exactamente, había recordado haberlo visto en clases y más que eso, había recordado haberlo visto hablando con Dylan; seguramente ellos dos fuesen amigos. Dejo escapar un leve suspiro e intento sonreír con naturalidad, se había propuesto dejar de ser tan tímida y quería lograrlo, más que nada el rubio le causaba cierta impresión extraña y difícil de descifrar, pero el otro en cambio le inspiraba una cierta familiaridad.

El peligris procedió a contar que el nombre de aquel tierno monito era Min, nombre que le resulto tan lindo como su presente y peludo portador, para que después el ojiverde dijera que no podía ver a Dill y terminase por deducir que se había dormido, Alina observo la jaula por unos segundos nuevamente, tal vez fuese así o tal vez realmente se había asustado, pero naturalmente ella no lo obligaría a salir si ese había sido el caso.
Después el ojiverde se presento dando su nombre y diciendo que era amigo de Dylan, Alina volvió a mirarlo con una leve sonrisa dibujada en sus labios, sus deducciones eran correctas y esto la legraba, sin duda alguna le resultaba interesante conocer a las personas con quien aquel pelinegris solía hablar.
-Sí, mi nombre es Alina…-sonriendo ampliamente-… un gusto conocerte Derek.
Observó como el chico correspondía al saludo del rubio contestando a aquellas palabras que escapaban en ese tono tan peculiar y extraño para ella, para después decir que opinaba lo mismo del lugar, aceptando la descripción que ella había dado para agregar que por dicha razón se encontraba allí en busca de calma y tranquilidad.
Alina sonrió levemente y luego escuchó como el rubio dejaba escapar nuevamente una corta frase en aquel tono tan extraño, inclino un poco su cabeza de manera imperceptible y luego de volver a mirar al peligris notó como este parecía vigilar los movimientos del otro, después el rubio se movió levemente sacando las manos de sus bolsillos.
“Por alguna razón… esta situación es algo… extraña...” pensaba Alina sin saber muy bien qué hacer ni que decir, por alguna extraña razón se sentía algo inquieta pero ni ella misma conocía el porqué, tal vez su adorada mascota hubiese terminado por contagiarle el nerviosismo. Intentando no ponerse nerviosa en vano observo al monito, miro sus pequeños ojos intentando tranquilizarse en ellos así como hacia con los ojos de su pequeño erizo y que siempre le daba resultado; realmente amaba los animales y estar con ellos siempre lograba llenarla de una profunda paz.

Solo permaneció viendo aquellos pequeños ojos marrones con una leve sonrisa hasta que de repente el peligris pareció hacer un movimiento y el pequeño animal pego un salto, para aterrizar ágilmente en el hombro de la pelirrosa. Alina levanto las cejas con sorpresa mientras giraba levemente la cabeza observando la barriga del pequeño monito que se sujetaba de su cabello, volvió su mirada a Derek cuando escuchó como este le hablaba intentando disculparse, mientras se veía algo apenado y ante esto ella solo sonrió ampliamente.
-N-No te preocupes… amo a los animales…-levantando una mano lentamente acaricio de forma suave la barriga del monito-… son tan lindos todos… t-tu amiguito es muy simpático.
Alzo un poco los ojos cuando noto como el monito jugueteaba con una de sus coletas aflojándola y apretándola un poco como si quisiese entender la forma en que había sido atada.
-Eres travieso ¿eh Min?
De pronto la pelirrosa pareció olvidarse de su nerviosismo, los juegos del monito la habían hecho olvidarse de que estaba con dos desconocidos, aunque mas bien y tal vez también era porque a uno de ellos era amigo de la persona que más quería y solo por eso ya, esperaba que pronto pudiese ser su amigo también.
Tomo al monito en brazos y lo acurruco casi como a un bebe para luego dedicarle una pequeña sonrisa y después tocar suavemente su nariz con la punta de su dedo, mientras se llenaba de ternura provocando que sus mejillas se sonrojaran nuevamente.
-Qué lindo eres…
Levantando la vista observo unos segundos al rubio, tenía la extraña sensación de que miraba a uno y a otro de una forma extraña, pero no era capaz de divisar sus ojos a través de aquellos mechones sobre su rostro. Enseguida desvió la mirada para centrarla en el peligris y acercarse a él para devolverle a su mascota, mientras una leve brisa sacudía sus cabellos y hacia cantar suavemente a las copas de los arboles rozándose entre sí y con sus pequeñas hojas de color ámbar.
-Cuídalo mucho… seguro el te acompañe en todo momento…-entregándole el monito-… los animales son así…
Sonrojándose levemente dejo una última caricia en la cabeza del pequeño animal para después retroceder unos pasos y darle una mirada rápida a la pequeña jaula que allí estaba, tranquilamente apoyada sobre el pasto, acompañando un libro de tapa café.
-P-Por cierto... ¿ustedes han sabido algo de... los alumnos secuestrados?
Pregunto de repente, aun seguia algo preocupada por aquel chico llamado Milo, realmente no lo había vuelto a ver, y claro ella deseaba que todos hubiesen vuelto sanos y salvos, aunque no supiese quienes habían sido todos los secuestrados.

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Esperando en silencio la respuesta de alguno de los dos, notó como el rubio se acercaba a ella e inexplicablemente un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo pero intento olvidarlo concentrándose en la respuesta de Derek que también la había sorprendido; él había sido uno de los secuestrados. Asintió con leves movimientos de cabeza a lo que él decía, era perfectamente creíble, ya que no todos deseaban cuidar y proteger a chicos como ellos, otros solo los veían como monstruos, problemas y amenazas y nada evitaba que los directivos de una academia pensaran igual.
-Me imagino que ha debido ser… muy difícil…
Apenas dijo esto escuchó como el peligris reprendía al monito, parecía verse bastante asustado, más desde que aquel chico rubio se había colocado a su lado, parecía que no le agradaba aquella persona.
Enseguida notó como el chico rubio hacia un movimiento, había permanecido solo quieto allí en silencio por varios minutos, pero ahora llevaba su mano hasta su rostro para descubrirse los ojos tal vez si aquellos mechones impedían que tuviese una correcta visión, pero al parecer en aquel momento el monito termino de asustarse por completo al ver aquellos ojos azules y salió corriendo en dirección hacia el tumulto de plantas que se encontraba a unos metros.
-Min…
Alina observo con preocupación como el pequeño animal corría y luego observo la jaula en la cual estaba su erizo, el pequeño daba vueltas en el interior con las púas muy levantadas ¿realmente aquel chico causaba esa reacción en ellos? No se podía negar que era una persona extraña sí, pero tal vez ellos veían algo que en ese momento ni Derek ni Alina notaban, o que tal vez el peligris si hubiese notado sin decir una palabra.
-D-Deberíamos ir tras el… para que no se aleje demasiado…
Sin saber porque comenzaba a ponerse inquieta nuevamente, sin duda alguna aquel chico emanaba un aura extraña, ella no quería desconfiar de nadie ni prejuzgar pero la reacción de los dos pequeños animales era simplemente extraña.

El peligris aceptó la ayuda y la propuesta que ella le había hecho de buscar al mono e intentar encontrarlo lo más rápido posible, es que en realidad había muchos espacios verdes alrededor y allí fácilmente podría perderse para que después resultase más complicado aún el encontrarlo. Derek comenzó a caminar hacia la dirección en que el monito había huido para después decirle al rubio que si quería fuera con ellos, propuesta a la que el desconocido accedió respondiendo con aquel tono casi tétrico y diciendo que no había sido su intención asustarlo de esa forma.
Alina se acercó a la jaula y la observo durante unos segundos fugases, no podía llevar ambas cosas porque lo mejor era tener una mano libre por si encontraba al monito, por lo que optó por dejar allí el libro y volver por el mas tarde, llevándose consigo la jaula que contenía al pequeño erizo que tanto adoraba, y que parecía calmarse un poco teniéndola cerca.
-Vamos Dill… tú también estate atento por si ves algo ¿sí?
Tomando la jaula aceleró el paso hasta llegar detrás del ojiverde, caminando de forma algo ligera pero observando los alrededores con detenimiento, siendo un monito lo más seguro es que estuviese encima de un árbol y si estaba asustado posiblemente se cubriría con las hojas.
“Espero que al ver a su amigo Derek se anime a acercarse…” pensaba dibujando cierta expresión de preocupación en las facciones de su rostro, ella sabía que si perdiese a Dill esto le provocaría un dolor muy grande porque además de su mascota era su amigo, teniendo esto en mente frunció el ceño con decisión; había que encontrar a aquel monito a toda costa.
-Min… ¿estás por aquí?
Observaba cada tronco, cada copa, deteniendo en ellos su mirada durante unos segundos, buscando al pequeño animalito mientras escuchaba el ruido de pequeñas ramitas rompiéndose debajo de sus pies y delatando también los pasos de los otros dos chicos que con ella caminaban.

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