En busca de la verdad... (Raven)

Sabía que estaba mal, que no debía de hacerlo. Estaba completamente seguro de que si lo hacia se terminaría arrepintiendo toda su vida, pero era ahora o nunca cuando lo tenía que intentar. Se había ido a la plaza y conseguido unos pupilentes de color azul brillante, se había vestido de una manera un tanto…fuera de lugar a como siempre lo hacía y ahora estaba personificando justamente a la persona que mas odiaba en el mundo. Ahora no era Terry el que estaba en aquel lugar, era Max el que se encontraba delante de aquella puerta.


Tomo un poco de aire. Debía de recordar todas las veces que miro desde adentro lo que hacía Max, debía de recordar su manera de hablar, de cómo moverse hasta de cómo estar lanzando la maldita mirada de zorra que tenia.


Sin dudarlo más, toco la puerta sabiendo que Seth debía de estar ahí a esas horas. No había ya marcha atrás, si él quería saber la verdad era ahora o nunca cuando lo sabría, así tuviera que hacerse pasar por otro.

Por dentro, una parte de su ser estaba riéndose a morir con tan solo escuchar y ver lo que pasaba. No estaba en sus planes que aquello pasara pero…sinceramente no podía dejar de reírse.

No había pasado apenas una hora cuando Seth había vuelto a su habitación. La tarde había sido bastante aburrida a pesar de haber podido salir un rato a dar una vuelta fuera de la academia.
Lanzó a un lado su mochila y abrigo, despeinándose perezosamente.
Estaba solo, cosa que no le sorprendía. A pesar de tener un nuevo compañero en su habitación, para Seth es como si ahora mismo aquél lugar fuera solamente suyo, y cuando aparecía el otro, le gruñía hasta hacerle desvanecer de su presencia.
Se revisó un momento en el espejo, mostrando sus dientes y, con la ayuda del cepillo, sacarse algún pequeño rastro de haber comido antes una porción de pizza.
El peliplateado dejó caer el cepillo con un gesto seco, tomando unos instantes un gesto pensativo al comprobar, de nuevo, que había demasiado espacio, y añoraba escuchar un grito diciéndole que recogiera la chaqueta del suelo.
Seth se mojó el rostro con las manos para cuando escuchó que llamaban. Despacio, se secó el rostro para luego salir, volviendo a escuchar la llamada.
-¡¡Ya va!! -Gritó acercándose al abrigo y dejándolo en la cama, chascando la lengua- ¡¡¿Quién es el imbécil que llama a estas hor-?!!
Pero no se dio tiempo a terminar. En cuanto abrió la puerta, se quedó un tanto quieto.
-...horas... -Finalizó bajando la voz.
"Terrance..."
-...Maxwell... -Su gesto, levemente impresionado, dejó al peliplateado mirando un tanto perdido el rostro contrario.
Lo normal hubiera sido haber visto lo primero de todo a Max, como antes, pero su subconsciente le hizo primero ver la forma del cuerpo y pensar en Terry, sus ojos rojizos, y aquellos labios tiernos e inexpertos.
Pero no. Sólo estaban los ojos azules.
-...¿Qué haces aquí? -Preguntó alzando una ceja, para luego negar- Es decir... Es una sorpresa.
Quisiera o no: Lo era.
Aunque no sabría decir si podía estar contento o ciertamente descolocado.

No pudo evitar que dos diferentes sentimientos recorrieran su interior al ver a Seth. El primero era uno que ya había sentido antes con él. Ese que hacía que su cuerpo se derritiera con solo verle la maldita cara. Pero el segundo era el que no le dejaba si quiera caer ante eso. El resentimiento quería ponerse a controlarle el cuerpo, pero como pudo se mantuvo con la posición actuada pretendiendo ser su otro ente.

“¿Me vas a dejar aquí toda la noche o…me dejaras entrar a la habitación?” Qué demonios, la sola frase había sido completamente difícil de decir, lo había incomodado el solo usar aquel tono de sugerencia nada propio de su ser. Era…simplemente no había sido él.

-Espera espera.- Menciono Max en su interior completamente divertido ante la situación. –Esto promete, y promete mucho. Tu quieres saber la verdad de sus labios y no de los míos ¿verdad? Jajaja pobres humanos, no cabe duda que con sus relaciones sin sentido no hacen mas que hacerse mas idiotas de lo que son.- Termino con una tremenda carcajada.

-Cállate. Justamente ahora lo que menos quiero es escucharte.-

-¿Pero aun así me usas para lograr tus cometidos no? Me necesitas Terry, nunca me vas a dejar de necesitar…pero anda, interprétame, tengo curiosidad de saber cómo eres de buen actor…claro, si llegan a la cama, puedes cambiarme en cuanto tu espalda la toque, ahí si descubriría que no soy yo al que se está jodiendo.-

Cerró los ojos un poco, intentando no verse nada raro ante Seth, para después clavarle la mirada, lanzándosela con un sentimiento perverso en ella. “¿Y bien? ¿No me dejaras recordar los buenos tiempos en esta habitación?”

Entrecerró levemente los ojos, observándole fijamente. Había algo extraño en todo eso...
Sin embargo, era Max, no había duda, aunque lo que hubiera hecho normalmente es empujarle adentro de la habitación.
Aún así, fue imperativo y directo. El peliplateado tomó un gesto serio.
-Ya... claro... Entra -Comentó haciéndose a un lado, cerrando la puerta observándolo entrar.
La habitación se veía impecable, bastante más ordenada que no como cuando ambos dormían en la misma habitación.
-¿Te apetece algo... para beber? -Acabó por añadir la coletilla, más bien porque, tal como conocía a Max, era capaz de darle la vuelta.
"No, de eso nada" Pensó.
La última vez que hizo algo con Max, en la selva, luego se sintió terrible por haberse aprovechado de aquello y más, no haber tenido control.
Pero esa vez sería diferente.
"No es Terry"

Lo primero que noto fue justamente eso, la habitación se veía muy bien acomodada y podría decir que mucho más que antes. Sin poder evitarlo una ceja se le alzo con el mero pensamiento, preguntándose el porqué antes no había sido así de arreglado, mas de inmediato todo ese cuestionario mental se lo reprimió. No había ido ahí para ver si estaba viviendo en el muladar o no, el había cruzado esa puerta para saber muchas cosas con referencia a lo pasado con Raven y Max.

“¿Tienes algo que me guste?” Susurro con doble sentido cargado cada una de las letras sintiéndose avergonzar por dentro. “Claro, me refiero a la bebida.” Quien dijera que comportarse como una puta era fácil es porque no lo había hecho. Mientras, por dentro, su alter ego estaba retorciéndose de la risa y todo casi al punto de hacer que Terry quisiera salir de la habitación y maldiciendo por lo alto.

-¿Quieres saber la verdad mirando si cae o no en “mis” garras no? – Se rio un poco.- Tu solo haz lo que te digo y veras como en nada cae.-

Giro un poco la cabeza apretando un tanto los labios. Aunque a él se le hubiera ocurrido aquello, no le gustaba pretender ser o no ser el.

Dio unos pasos más en la estancia, frotándose el entrecejo para coincienciarse. Tomar aire, y echarla por los labios. Sobretodo estar tranquilo.
Volvió a mirar al moreno en la espera de respuesta. Respuesta que recibió con un gesto de este en su rostro que no hizo más que dibujarle una torcedura en sus labios.
Sin decir palabra, caminó a un pequeña nevera que tenía bajo el escritorio. Apenas cabían seis latas, y una vez abierto sacó dos refrescos de limonada.
-No tengo alcohol, sabes que no se puede dentro de la escuela, espero que te vaya bien esto -Respondió lanzándole una de las latas.

Y se mantuvo en silencio. Un silencio que el peliplateado decidió ocupar sentándose en la silla del escritorio.
-...Bueno -Empezó, chacando un poco la lengua- ¿Qué tal la nueva habitación?