River Flows in you (Privado Terry)

La noche se había cernido sobre ellos de tal forma que apenas se habían enterado. Como las anteriores noches, todos habían estado charlando de estupideces típicas de la edad mientras degustaban algunos peces alrededor del fuego.
Sin embargo, Seth se había mantenido callado. Y en aquellas horas, en las que había dicho que montaría guardia por la noche esta vez, seguía en silencio.
A su alrededor, los demás compañeros descansaban relajados mientras él, con una rama, daba algunos toques a la madera que ardía bajo el fuego carmesí.
Seth alzó su mirada para observarlos unos instantes. Viendo su aspecto, nadie diría que estaban en una extraña carrera hacia lo desconocido, con el objetivo de llegar de vuelta a la academia de una sola pieza.
Estaban todos tan profundamente dormidos que por un momento se preguntó qué deberían estar soñando, si es que soñaban.

¿Tanta importancia tenía que darle? Frunció un poco el entrecejo con algo de frustración.
"Nunca te bañarás en el mismo río", eso dijo una vez Heráclito. Nada permanece. Está, y en cuanto está, ya no está. Igual que el agua en un río que se mueve en el cauce, absolutamente todo fluye continuamente. El tiempo era un claro ejemplo.
E igual que todo eso, Seth en cierto punto se preguntaba si era el mismo que ayer, y sería el mismo de hoy mañana.
Bufó mirando al cielo unos segundos. Estaba convencido que si alguien en aquél momento supiera qué estaba pensando, se mofaría a que estuviera, directamente, pensando.
"La gente me cree idiota" Concluyó con cierto enojo.

Pero... En caso de que hubiera cambiado... ¿Habrían cambiado los demás?
El peliplateado se frotó la nuca volviendo a ver el fuego. Tal vez... Puede que en realidad no hubieran cambiado. Al fin y al cabo, estaban en un lugar muy distinto.
Y por supervivencia, el ser humano suele adaptarse a lo que le rodea. Ya fuera por miedo, por incertidumbre o, como diría Seth, por cojones, lo más probable es que entre todos se hubieran dado una tregua para cumplir con su objetivo final.
"Sí, lo más probable"

Y ahora, no tenía claro de si aquello le aliviaba saberlo o pensarlo.
-...Joder -Bufó en un susurro.

Como lo pensó unas horas antes, cuando todos se fueron a dormir por fin, el se fue al rio. Nado un rato y después de ello se ducho como debería. Al fin y al cabo, se sentía más cómodo limpio y tanto sin poder quitarse el sudor selvático estaba frustrándolo.

Después de su improvisada ducha se salió de las aguas, se puso ropa limpia y camino cómodo hasta la llegar al campamento. Fue que miro a todos dormidos menos a uno. Se sentó sobre su sleeping aun secándose el cabello un poco, pues le quedo algo goteante.

“¿No se supone que deberías de dormir?” Le pregunto sin interés a Seth mientras reacomodaba sus cosas en la mochila.

Absorto en sus pensamientos, podía oir a lo lejos unos pasos acercarse. Lo normal, es que el peliplateado se hubiera girado con la emergencia de protejer el territorio. Pero no le hizo falta.
En un anterior vistazo, había comprobado que el saco de su compañero de habitación, Terry, estaba vacío, así como la mochila tenía abierto un compartimento.
No hicieron falta más de unos segundos que oliera a jabón recién apartado. Soltó la rama que tenía en la mano al interior del fuego, viéndola deshacerse lentamente, igual que tinta en el agua.
-No tengo sueño, al menos ahora -Contestó con calma, sin dejar de mirar el interior de la fuente calorífica.

Se irguió un poco en su sitio, girándose al otro, que se secaba los cabellos ébano, aún humedecidos y brillantes.
-¿Y tú no deberías estar también durmiendo, Terrance?

Se paso un poco la tela por el cuello, quitándose el exceso del agua. No se quiso secar por completo, dado el caso a que hacía calor y eso era refrescante.

”Me fui a duchar” Contesto de forma simple después de levantarse y extender la prenda en la rama de un árbol para que se secara. Después se sentó en el sleeping d nuevo. Abrió su mochila y saco una botella de agua y leche en polvo, sin dudarlo se puso a hacer la mezcla, mientras sentía como era observado.

”Si me tomas una fotografía te dura mas ¿sabes?” Fue duro, pero con Raven era mejor ser así que dejarse aplastar con él. Lo aprendió con el tiempo de estar como conocidos. Levanto la mirada desinteresada para fijarla en el otro y en ese momento, bebió un poco de lo que tenía la botella.

“¿Entonces?”

Suspiró largamente, bajando un poco su barbilla. Una vez más, frases cortas. Mentiría si dijera que no le gustaba picar al moreno. Le divertía en cantidad, aunque a veces, una vez este se marchaba enfadado y ofuscado por su culpa, se quedaba pensando si no se había pasado un poco, quizás.
Apoyó sus brazos en sus piernas cruzadas, para luego la mejilla en su mano alzando una ceja.
-Una pena que no hayan pensado en ponernos cámaras fotográficas en las mochilas -Respondió, más como si fuera un bufido de desánimo que no una respuesta cortante.
Sacó de su bolsillo una pequeña bolsa de M&M's. Durante la guerra del Vietam, a mitades de los 60, los soldados americanos solían llevarlos puesto que se mantenían firmes y sin derretirse en las temperaturas más extremas. Agradeció que estuviera semejante dulce entre otras cosas.
Abrió la bolsa llevándose uno a la boca mirando al contrario unos instantes, para luego observar la bolsa amarilla.
-...Oye, Terrance... -Preguntó un tanto con la voz baja, más para no despertar a los compañeros- ¿Discutimos siempre porque te caigo mal... o porque simplemente te saco de quicio?

”¿Eh?” Lo de la cámara lo dejo pasar, solo lo ignoro como si no le hubiera dicho nada, pero lo que si le hizo voltear fue aquello de la simpatía. Alzo reverendamente una ceja si no es que las dos, como si esa pregunta fuera la más estúpida que Seth le pudo hacer.

”¿Es enserio?” No pudo evitar preguntarle antes de pensar en la respuesta más sensata. Pensó en responderle un simple “no te soporto” pero mejor se quedo pensando en algo más. Y es que, si lo fastidiaba siempre y se mofaba de él, sumándole la escena en la que encontró a Max y a Seth en los sanitarios.

”Hazte la misma pregunta siempre antes de que te mofes por algo de lo que yo haga o cuando vuelvas a hacer de las tuyas.” Era borde lo sabia pero es que Seth no era un blanco corderito, si no un lobo con piel de oveja.

”Simplemente tu y yo estamos hechos para no llevarnos bien en cualquier instancia. Eso ya es natural, somos como el agua y el aceite, podemos estar juntos pero en ningún momento nos podemos combinar. Eso es lo que yo pienso.” Termino bebiendo leche.

Lo observó un rato. Fue una buena respuesta, al menos al principio. Le había sabido dar otro enfoque a la pregunta, dejando al peliplateado un largo rato pensando.
Por un momento, se aguantó la risa al recordar alguna que otra trastada. Las expresiones faciales del moreno, la primera vez, le resultaron diferentes de las demás. Luego a la larga, le parecía divertido aquello que veía.
Y ahora, se dedicaba a molestarlo... ¿Con qué fin?
Se miró las manos. Agua y aceite. ¿Tan mal estaba todo? Y entonces pensó en los demás. También serían, como decía Terry, ¿agua y aceite?
¿Estarían cooperando porque el miedo, los nervios, o la incertidumbre de no saber qué pasaría, les obligaba a actuar?
Y allí se quedó con una expresión desmontada, tratando de aclararse a sí mismo.
"No me confundas, Terry" Pensó
-¿Eso crees de verdad? Pero... -Carraspeó- Es decir... No están yendo las cosas tan mal, ¿no?

Cuando la botella estuvo vacía, no dudo en dejarla a un lado de el, con la intención de después poder lavarla, ya que amaneciera pues no se quería perder en la selva.

Ya no se llevaban tan mal.

Ciertamente no, ya no se lanzaban cualquier cosa para lastimarse, pero aun le era rara esa situación, se podría decir que era tanto cómoda como incomoda la situación.

Cómoda por el hecho de que ya no estarían dándose de patadas a cada 5 segundos y podrían vivir de una manera más pasiva. Considerando que les quedaba aun casi un año de convivencia forzada por ser compañeros de habitación.
Incomoda. Esa aun no la definía, pero no estaba en posición ahora de querer definirla por completo.

“Puede ser. Ya no eres tan molesto como el principio.” No lo miro, solo desvió sus ojos al cielo, mirando aquellas estrellas que en California no se podían mirar. No recordaba que fueran tantas. “Puede ser que si nos aplicamos, incluso podríamos tener una convivencia más sana que la que llevamos.”