Libertad y diversion. Noche 3 [privado]

Se aparto como dijo del grupo, llegando a una parte con un árbol medio caído, perfecto para subirse. Se sentó en este dejando la mochila a un lado de el, tan solo…esperando. Cuando las ramas se removieron en el fondo supo que dio resultado su plan, sonriendo de lado con cierta perversión.

”Te esperaba.” Comento desde su posición poniendo sus manos en la corteza del tronco mientras se hacia un poco adelante con su sonrisa aun en el mismo tono.

”Hace mucho que no conversaba contigo Seth. ¿Me extrañaste?” Inclino la cabeza a un lado como si quisiera verse inocente pero en realidad se veía peor que antes. En sus pensamientos, el no había querido salir en ese lugar, prefería quedarse quieto y que Terry batallara todo. Pero…si te dan limones haz limonada. Podría aprovechar que estaba fuera.

Las hojas cubrían su visión, igual que cortinas opacas superpuestas.
El peliplateado las apartaba con sus dedos, observando a cada lado. Miró por unos instantes hacia atrás, a cada cierto tiempo, observando donde estarían los demás, comprobando no quedar muy alejado del grupo, para luego volver su vista al frente al escuchar el movimiento de las hojas ante el avanzar del moreno.
"Terrance... o no... o... Maxwell"

Suspiró un poco prosiguiendo su camino hasta hallarlo subido a la rama de un árbol, observándole ligeramente inclinado. Seth guardó sus manos en los bolsillos, sonriendo un poco de lado.
-Hola Max -Al menos, no parecía haber llamado a los simios, cosa que agradecía.

Aunque... ¿Max llamando a simios? Eso no tenía lógica. Más bien, le había estado llamando. Y las señales estaban claras: Desde que había despertado, había cruzado miradas y sonrisas coquetas hacia él.
Sonrisa como la que mantenía en esos instantes en sus labios. Cada poro del chico emanaba lujuria, sensualidad, una imagen distinta de la que Terry normalmente hacía gala, al menos, en su presencia.

Se encogió pensando un poco en Terrance, pero negó rápido.
"Tengo control, puedo evitarlo... Vamos a ver adónde tira esto..."
-Un poco -Se encogió de hombros acercándose hasta quedar más o menos bajo él- No soy muy dado a hablar... ¿Te has aburrido?

”Si me lo preguntas yo tampoco soy muy dado a hablar, pero eso deberías de saberlo ya.” Fue que de un movimiento con las piernas tomo balance y se arrojo al suelo –el cual no estaba muy lejos- cayendo de pie. ”¿Qué si me aburro? Si, la verdad es que si. En un lugar como este, donde apenas sabemos donde estamos…” Se encamina a Seth quedando en una cierta distancia.

”… ¿Cómo no se pretende que me aburra?” Termino en un fino susurro, llegando a tomar la polera que usaba el otro. Se la jaloneo muy débilmente y después la soltó paseándose hasta quedar de tras de él. [color=red]”¿No quieres…ayudarme a que me desaburra un poco?” Cuando le dijo eso, sus manos tomaron a Seth por la cintura, paseando sus dedos delicadamente por esa zona. Obviamente el juego de seducción había comenzado.

Aburrimiento. Pensó que había dado un paso en falso con aquella pregunta. Si había pensando en que podía evitar una situación que le tentara a hacer algo indebido, estaba claro que se había equivocado con la persona.
Seth podía ser algo rudo, cabezota, soez y, sobretodo, un cabrón de primera. Pero no era capaz de enfrentarse a Maxwell de aquella forma. Y más, sabiéndose que no era de piedra.
-Bueno, estamos cerca de Camerún... -Contestó arqueando sus dos cejas mirando al cielo.
Fue cuando el otro lo jaloneó de la camisa con fuerza, para luego pasar las yemas de sus dedos en una caricia situándose tras él.
Achicó sus ojos intentando concentrarse en alguna otra cosa, a pesar de que la voz contraria hiciera un cosquilleo en su oído.
Por dentro, lo pensaba estampándolo contra el árbol.
-Oh dios... -Murmuró saliéndole una gotita de sudor. Hasta su conciencia le estaba puteando.

Una amplia sonrisa apareció en sus labios.

“No me considero un Dios, pero gracias.” Susurro arrastrando ligeramente la voz, con un tono un tanto afinado. “Pero me encantaría escuchar esas palabras en otras tonalidades.” Sin dudarlo si quiera, acerco su cara al cuello de este, comenzando a pasar los labios por encima de la piel sin llegar a besar el cuello en sí.

“Vamos Seth…” Susurro a su oído pasando rosando sus labios con intensión en el. “Yo quiero y sé que tu quieres…” Sus manos no dejaban de delinear el cuerpo del más fuerte. Los dedos no estaban quietos, pues de una forma u otra, los de una mano se habían pasado más abajo llegando a tomar parte de la apretada camisa de viaje y la fue sacando poco a poco hasta dejar un lugar sin ella. Fue que sus dedos se viajaron por ese pedazo de piel acariciándolo con suavidad. “…Hagamos esta noche NUESTRA noche.”

Con esas palabras atrapo la oreja de Seth comiéndosela prácticamente.

Tensó un tanto sus fracciones con tal de contenerse, y más sintiendo el cuerpo ajeno tan pegado al suyo. Estiró un poco su cabeza al frente intentando concentrarse en alguna otra cosa.
No debía echarse a la yugular de Maxwell... Si Terry se enteraba...
No, no le daría hostias, o si lo hacía sería lo de menos, pero sí todo lo poco que había avanzado se iría a tomar por saco.
El aroma contrario le acariciaba sutilmente la punta de la nariz, haciéndole tragar pesadamente como si de un muerto de hambre se encontrara con un bistec cocinado en un plato. Se mordió un tanto el labio inferior.
"He de... resistir... la tentación..."

Fue cuando sintió descargas en su estómago bajo el aire fresco de la noche y la calidez de los dedos finos acariciándole el vientre. Y para acabar, el mordisco en su oreja. Seth se quedó con la mirada perdida.
"A tomar por culo"

Se giró rápidamente a Max poniéndolo contra el árbol más cercano y acabando por morderle el cuello con fuerza, ardido, mientras sus manos estrechaban la cintura contraria.