I'll be there by your side (Privado Alina)

Había sido un largo día para Dylan, después de haber ido al centro comercial y haberse topado con aquel chico, que ahora podía considerar más que un conocido.
Todo aquello le había traído malos recuerdos, a los cuales no podía dejar de pensar, decidió no ir a su habitación a tirarse en su cama, pues eso era demasiado deprimente, así que prefirió ir a aquella azotea que no había tenido oportunidad de visitar, era un buen lugar para mirar el paisaje y respirar el aire fresco, quizás de esa manera se sentiría mejor.
Camino hasta allá subiendo las escaleras, cuando llego parecía no haber nadie, rápidamente se dirigió hacia el barandal para ver el paisaje, estaba atardeciendo, y el sol se alejaba lentamente desprendiendo luces anaranjadas y rojas hasta cubrir el horizonte, a lo lejos se podía observar casi todas las áreas verdes de la academia, como el campo de entrenamiento, las canchas y el jardín. Su mirada admiraba todo aquello pero seguía con el mismo humor, parecía melancólico pues no podía dejar de pensar cosas que no quería pensar, suspiro largamente, pues no le gustaba sentirse así. Luego se dio la vuelta recargándose en el barandal, para luego dejarse caer lentamente hasta quedar sentado en el suelo con las piernas extendidas.
“Este es un buen sitio para comer, o estar con tus amigos” pensó mirando alrededor dándose cuenta de que la soledad solo lo hacía sentir más triste y lleno de recuerdos.
Otra vez se miro así mismo como un niño muy pequeño sentado en un sillón mirando a lo lejos una cobertor envolviendo lo que parecía un bebe que no paraba de llorar, no sabía si acercarse a verlo, parecía que era su nuevo hermanito, del cual tanto le hablaron, pero nadie se lo había presentado, tenia miedo de que fuera tan frágil y que su padre que ahora estaba tan molesto lo regañara si llegaba a romperlo. Se decidió y se puso en marcha bajándose con cuidado del sillón, e intento asomarse lo más que pudo pero sin acercarse demasiado cuando repentinamente apareció su padre tras él, Dylan se dio la vuelta y luego dio unos pasos hacia atrás con miedo, su padre lo miro fríamente para luego pronunciar “Hazte cargo de ella…vuelvo, tengo que trabajar” y aquel hombre desconocido, que no se parecía nada al padre que había conocido toda su corta vida desapareció tras cerrar la puerta. “Ella?”Pensó, y se acerco poco a poco, hasta ver a su pequeña hermana que lloraba con mucha fuerza, “Basta, no llores…” comenzó a decir cuando unas lagrimas corrían por sus mejillas pues solo era un pequeño niño que no sabía qué hacer. En ese momento Dylan volvió en sí, de nuevo era un joven, para luego llevarse ambas manos al rostro para cubrirse los ojos, porque obviamente no quería llorar, aunque supiera que eso no iba a suceder,
-No entiendo nada Daphne, que hiciste?- pensó en voz alta pronunciando esas palabras en medio del silencio mientras apretando los ojos intentando ocultar otra verdad tras esa historia. La cual él tampoco sabía, porque su padre desprecio a Daphne desde un principio? Ese era el único rencor que sentía hacia él, ni siquiera le molestaba tanto que estuviera molesto, si no, el hecho de sentir que ambos eran un estorbo para él desde que su esposa había fallecido.

Spoiler:

Había decidido visitar la azotea, desde que había llegado no había tenido oportunidad de ir allí, no le molestaban los sitios altos por lo que tener un panorama completo de todos los terrenos de Crusaders parecía ser una buena idea, y tal vez hasta interesante, de alguna forma sentía ganas de que la brisa rozara su rostro de forma tranquilizante, ese lugar parecía tal vez ser el más apto; tal vez por ser el que más se encontraba cerca del cielo.
Apenas abrió la puerta lo primero que divisó fue el cielo azul que estaba sobre su cabeza, la brisa elevaba sus largos cabellos rosados como si quisiera jugar con ellos.
-Es muy relajante…-dijo casi en un susurro-
Caminó lentamente hasta la baranda en donde apoyó ambas manos para cerrar los ojos mientras la fresca brisa seguía acariciando su rostro, en un silencio absoluto unos tiernos pensamientos comenzaron a invadir su mente; los ojos de Dylan parecían estar muy presentes, descubrió entonces que necesitaba ver esos ojos, que necesitaba perderse en su azulado brillo y que su corazón latía aceleradamente de solo pensar en él. “¿Qué me esta pasando?... ¿acaso esto es más que amistad?” pensaba preguntándose a ella misma mientras se llevaba ambas anos al pecho. “¿Por qué siento que lo quiero tanto?... eso no puede ser…” negó para ella misma con un movimiento de cabeza mientras apretaba los ojos, cuando sus pupilas se humedecieron se mordió el labio inferior con angustia; realmente sus sentimientos parecían ser aquellos, no estaba segura, nunca había sentido algo así; pero de lo que su estaba segura era de que aquello que sentía no era imple amistad, realmente era algo más.
-¿Por qué?... mi corazón late de esta forma…
Suspiró largamente, no quería desesperarse con eso, había empezado a entender de qué se trataba realmente pero no se sentía merecedora de aquello, acomodó sus cabellos suavemente y se dispuso a salir de aquel lugar, pero en ese momento escuchó una suave voz decir unas palabras que le resultaron inentendibles. Giró su cabeza y a unos cuantos metros vio a alguien sentado contra la baranda, parecía estar acurrucado y tapándose la cara con ambas manos, inmediatamente lo reconoció; sin duda alguna era aquel chico.
-¿Dylan?... ¿Qué sucede?
Al ver que el ojiazul parecía estar acongojado o sentirse mal por algo, corrió hacia él y se agachó a su lado dejando que su cabello volase con el viento. Levanto los brazos y tomando las manos del chico con las suyas las retiró suavemente del rostro de él para mirarlo a los ojos, por alguna extraña razón se había sentido preocupada, y había sentido en ese momento como su corazón parecía estrujarse.
-Dylan... ¿estás bien?... ¿pasa algo?
Con la preocupación dibujada en su rostro se quedo viendo al ojiazul que estaba frente a ella, le dolía verlo así aunque no sabía lo que le sucedía, solo sabía que ella amaba su sonrisa y que quería verlo así; siempre sonriendo, ese era su mayor deseo. Apretó un poco más sus manos pero aun de forma leve, no podía evitar darse cuenta de que el calor de las manos del chico la producían una tierna alegría, quería ayudarlo, quería cuidar de él; quería estar a su lado.

El chico no había notado que alguien había entrado, estaba concentrado en intentar olvidar los viejos recuerdos amargos, cuando repentinamente sintió que escucho una voz dentro de sus pensamientos, una voz bastante conocida, pero la ignoro pues la confundió por otro recuerdo, seguía viendo las palmas de sus manos intentando concentrarse en superar aquel miedo y angustia.
Luego volvió escuchar aquella voz pronunciar su nombre ahora más cercano, y antes de que tomara fuerzas para levantar la vista alguien, sintió que se acercaba a él y retirar las manos de sus ojos, para luego mirarlo a los ojos, era Alina, el se quedo mirándola sorprendido y confundido, sus ojos estaban húmedos, pero no tenia marcas de lagrimas, pues Dylan se estuvo aguantando esas ganas de lagrimear apretando los ojos con fuerza,
-A-Alina?…- pronuncio casi inaudiblemente sorprendido de que ella estuviera ahí, para luego escuchar que la chica le preguntaba que si estaba bien, el se tallo los ojos con la manga de su saco limpiando lo que podría resultar algo de lagrimas en sus ojos, para luego acercarse un poco a Alina y abrazarla rodeándola con su brazos cálidamente,
-Si, Estaré bien- pronuncio algo serio mientras se acorrucaba en los brazos de la chica, recargándose en su hombro, levemente ruborizado. Le daba mucho gusto que estuviera ahí, como si sintiera que Alina lo podría tranquilizar de esa melancólica sensación que eran sus malos recuerdos –Gracias, por venir- dijo aun sin saber por lo que la chica estaba ahí, para luego abrazarla un poco más fuerte de una manera en la que antes no la había abrazado, esta vez sin temer en acercarse demasiado a ella. Su manera de actuar era un tanto infantil solo buscando afecto por parte de la chica.

Cuando el ojiazul levanto la mirada y la poso en ella diciendo su nombre suavemente, Alina pudo notar como sus ojos estaban humedecidos y dicha visión solo logró estrujarle un poco más el corazón. Se quedó en silencio mientras el chico se refregaba los ojos con la manga de su uniforme para luego abrazarla cálidamente mientras la rodeaba completamente con sus brazos. Sin entender que estaba sucediendo se quedó allí unos segundos mientras él la abrazaba, hasta que lo escuchó decir “Si, estaré bien” se quedó pensando en aquello ¿estaré? Eso solo quería decir que no se encontraba bien y que alguna situación o razón desconocida para ella le estaba afectando de sobremanera. Dylan apoyó la cabeza en el hombro de ella como si de cierta forma se acurrucara, casi sin darse cuenta ella levantó sus brazos por fin, rodeando la espalda del chico suavemente; moviendo sus manos de forma leve como si intentara consolarlo. De pronto el chico dejo escapar un “Gracias por venir” que la desconcertó bastante pero no fue capaz de decir nada, más aún porque inmediatamente después de eso Dylan la abrazó con más fuerza, de una forma en que nunca antes la había abrazado, provocando que su corazón se acelerara repentinamente y que su boca se quedara muda. Luego el silencio imperó durante unos segundos mientras una extraña mezcla de sentimientos la invadía, sentía que podría permanecer abrazada a él de esa forma eternamente, pero también se preocupaba por su estado de ánimo, por aquello que lo tenía así.
-¿Qué pasa?... Dylan…
Ella no quería eso, no quería verlo así de frágil, prefería verlo entonces enfadado y dispuesto a defenderse, no quería verlo sufrir, no quería que nada malo le sucediese. De repente sintió unas enormes ganas de protegerlo y abrazarlo con fuerza para que nada le sucediese; aquella situación parecía haber despertado su instinto maternal.
-Yo estoy aquí… contigo… siempre estaré contigo…
Apoyando levemente su cabeza sobre la de él, levanto una mano y acarició sus cabellos suavemente y de forma cariñosa, enredando aquel negro cabello entre sus pequeños y delgados dedos; casi llegando a tocar la piel que debajo de él había. Parecía no preocuparse por su nerviosismo, más bien parecía no acordarse de él, solo ese ambiente se le había vuelto tan cálido y envolvente que le había hecho olvidar que un mundo existiese.
-Todo estará bien… no te preocupes…
Luego de susurrar esto en un tono apenas audible, se separó un poco del chico para que quedaran frente a frente nuevamente y casi sin saber lo que hacía se acercó lentamente al rostro de él sujetándolo con ambas manos, para luego correr aquel negro flequillo de la frente de Dylan y plantar sobre ella un cálido y suave beso que mantuvo sus labios pegados en el lugar durante unos segundos. Al separarse y volver a ver los ojos de él se sonrojó casi instintivamente, pero aún así no dejó de verlo mientras le ofrecía la más dulce de todas sus sonrisas.
-Tú eres muy importante para mi… por eso quiero que estés bien… vuelve a sonreír ¿sí?... yo… haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte…
Sin saber porque sus ojos se humedecieron de repente pero aún así no dejo de sonreír mientras continuaba acariciando levemente el cabello del chico, sin proponérselo se había dado cuenta; se había dado cuenta que sería capaz de darlo todo por verlo feliz. Mientras una pequeña lágrima plateada rodaba por sus mejillas sonrió más al darse cuenta de lo que sentía realmente, sin duda alguna ella lo quería y mucho, pero más que a un simple amigo, mucho más; tal vez aquello que sentía se asemejaba a lo que las personas llamaban amor, tal vez era eso, aunque ella no supiese nada sobre ese tema y fuera totalmente inexperta, aún así podía saber que aquel sentimiento crecía cada vez más, con solo pensar en él, con solo mirar sus ojos; con solo escuchar su voz su corazón comenzaba a temblar, con solo saber que el existía ella era feliz.

Sintió como Alina también respondía su abrazo rodeándolo con sus cálidos brazos para intentar consolarlo, para luego escuchar que ella le preguntaba que sucedía, el aun recargado en su hombro solo frunció un poco el ceño, no quería responder eso, no quería volver a recordar algo así.
“Yo estoy aquí contigo, siempre estaré contigo” pronuncio la chica dulcemente, a lo cual el chico no pudo evitar sentir un vuelco en el corazón, pero sin darse cuenta esas palabras lo hicieron infinitamente feliz por dentro, y para luego sentir como la chica acariciaba su cabello, a lo cual izo que se ruborizara un poco mientras no podía evitar sonreír ligeramente, estaba recuperando su mente de aquel transe melancólico, y su timidez no era tan evidente, pues no quería alejarse de ella en esos momentos, los brazos de Alina lo hacían recuperar esa energía que tanto necesitaba.
Dylan escucho que ella decía muy bajito que todo estaría bien, y que no se preocupara, para luego separarse un poco y quedar frente a él, el chico la miro tranquilamente, parecía que no iba a estar triste de nuevo, pero su expresión seguía siendo la de un niño pequeño, inocente e infantil. Ella se acerco a su rostro para retirar su flequillo de su frente, descubriéndola, para luego plantarle un beso cálido y delicado, el chico por instinto cerró los ojos apretándolos, para luego ruborizarse por completo, cuando el beso termino abrió los ojos para mirarla fijamente, ella se retiraba y pudo notar que ella estaba ruborizada también para luego dedicarle una dulce sonrisa al chico, y luego escucho sus palabras que hicieron que se animara un poco más, diciéndole que él era muy importante para ella, lo cual izo que el chico volviera en sí, para luego sonreír ruborizado, aun tenia a Alina tan cerca de él, y pudo mirar como una lagrima escapaba de sus ojos quedando algo serio de nuevo mientras ella seguía acariciando el cabello del chico,
-Tienes razón Alina, lamento que hayas visto eso…- dijo de repente para luego limpiar la lagrima que corría por el rostro de Alina con el dorso de su mano de manera delicada, para luego dejar su mano en su mejilla – No llores, no quiero que te preocupes tanto por mi- agrego seriamente algo molesto, para luego mirarla y sentir que no debía enojarse con ella.
-Gracias Alina- dijo mientras le dedicaba una dulce sonrisa a la chica, recordando que ella había dicho que no quería verlo así – Eres demasiado linda conmigo, y realmente lo aprecio- le dijo mirándola a los ojos mientras retiraba ligeramente su mano de la mejilla, terminando por ruborizarse bastante, para luego comenzar a sentir un extraño impulso de quererla besar, pero no se atrevía, se quedo largo tiempo mirándola, para luego retirar la mano por completo de su mejilla y voltear hacia otro bastante sonrojado.
-P-podría besarte Alina?-pregunto llevándose una mano al cabello pero sin siquiera mirarla, se encontraba en un estado completo de nervios pero en ese momento no pensaba en lo que decía, ni en lo que resultaría decir esas palabras porque realmente esperaba que la chica rechazara su petición.

"Porque demonios dije eso?... en que estoy pensando?!"pensaba mientras solo sentía el impulso de salir corriendo de ahi.

El ojiazul le dio la razón de repente y luego limpió las lágrimas que corrían por el rostro de ella suavemente con el dorso de su mano de forma delicada, dejando luego su mano sobre la mejilla levemente ruborizada de la pelirrosa. Como si estuviera levemente molesto le dijo que no llorara, que no quería que se preocupara por él, porque en realidad no conocía la verdadera razón de aquellas lágrimas; esas lágrimas provenían del descubrimiento que su corazón había hecho hacía solo unos segundos y resultaban inevitables pero a la vez cálidas y llenas de sentimiento. Con una dulce sonrisa el chico agradeció que ella fuera linda con el diciendo que realmente lo apreciaba para retirar luego su mano del la mejilla de ella y ruborizarse notoriamente. Un silencio se hizo presente en el cual Alina solo podía escuchar la forma acelerada en que latía su corazón mientras él la miraba fijamente, nuevamente sentía que podría perderse eternamente en el azul de aquellos ojos. Realmente estaba consciente de que lo quería mucho, pero ¿acaso el sentía algo? ¿Acaso se había dado cuenta? Una serie de preguntas entrecruzadas entre sí aparecieron en su mente y llegó a sentirse con fundida, pero aún así no dejaba de ver aquellos ojos, a pesar del rubor en su mejilla y de la forma que latía su corazón no podía aparatar su mirada.
De pronto una pregunta por parte de Dylan la sorprendió completamente, cuando el preguntó si podía besarla mientras jugaba con su cabello de forma algo nerviosa “¿Besar?… eso es…” no sabía que pensar, menos como reaccionar; claro que ella desearía un beso suyo, sería inmensamente feliz, pero de esa forma también sería doloroso. Se puso de pie y refregándose los ojos suavemente se acercó a la baranda para apoyar las manos sobre ella, mientras el viento jugaba con su largo cabello observo el horizonte sintiendo como nuevamente se estrujaba su corazón.
-E-Eso sería… ¿por que...?
Realmente sería doloroso, porque ella acababa de darse cuenta de todo lo que sentía por aquel chico, aún así no creía que el pudiera sentir lo mismo; por eso un beso dado en forma de agradecimiento por su compañía solo le dolería como una espina en su corazón.
-Qué bueno que ya te sientas mejor… me alegra poder ayudarte, como te dije… siempre estaré para ti cuando me necesites, pero… yo…
De pronto su voz se entrecortó, o podía hablar, no podía decirlo, ella realmente no se sentía merecedora de un sentimiento como ese ni menos podría llegar a creer que fuera correspondido, eso sería demasiada felicidad para alguien insignificante como ella. Aunque sentía todo aquello no podría decirlo, no tenía derecho a decirlo, simplemente sonreiría para él con su mejor sonrisa y le apoyaría en todo lo que pudiese, para que el sonriera así de esa forma que a ella tanto le gustaba.
-No hace falta que me agradezcas así tanto…-se giro hacia el-… con ver tu sonrisa… soy feliz… sonríe para mi…-dijo con una sonrisa forzada-… sonríe…
Cuando se dio cuenta de que más lagrima querían salir se dio vuelta nuevamente, no quería que él la viera así, pero aquel sentimiento la invadía, se apoderaba de su cuerpo, se sentía pequeñita frente a aquella emoción, tal vez no sería capaz de controlarla y aún así no quería salir huyendo de ahí. “¿Por qué tengo que sentir eso?... yo solo quiero verlo feliz… no hay necesidad de estos sentimientos… el jamás… los corresponderá” pensó convencida, ella no era nada especial, no era nadie especial, no era posible, jamás sucedería.
-Siempre… sonríe… Dylan…
Su cuerpo había comenzado a temblar, sus ojos se habían inundado sin que pudiera evitarlo, su voz se había entrecortado, estaba a punto de enmudecer, aquella catarata de sentimientos era demasiado intensa, eso era más que una simpe atracción, más aún eso era lo que más le dolía ¿Por qué esos sentimientos ¿Por qué tenía que pasar? De pronto se había dado cuenta de aquello que ignoraba o que tal vez intentaba con fuerza ignorar, porque no se sentía apta, porque ella en verdad no creía que pudiera ser así.

Miro que la chica reacciono sorprendida, para luego ponerse de pie acercándose al barandal, en ese momento Dylan entendió que la chica no aceptaría, ahora solo se sentía triste por aquella reacción, puso una mirada muy seria cuando también se levanto del suelo y se quedo del otro lado del barandal, en ese momento ya no quería acercarse a ella pues de alguna manera se sintió rechazado,
“Que tonto soy… no debí preguntarle eso, no quiero perder a mi amiga” se decía así mismo hasta que escucho una pregunta algo nerviosa de la chica, pero antes de que pudiera contestar ella siguió hablando, diciéndole que estaba feliz de que el ya se encontrara bien y que siempre estaría ahí para ayudarlo, luego su voz se entrecorto y no podía continuar con lo que iba a decir, el chico se preocupo, y avanzo unos pasos, pero se detuvo a medio camino para escuchar lo que seguía diciendo la chica, comenzó por decirle que no tenía que agradecerle de tal forma y que le bastaba con que sonriera, inmediatamente Dylan frunció el ceño,
-Que te pasa Alina? no digas esas cosas- dijo mientras se acercaba a ella algo molesto con los brazos cruzados, para notar luego que la chica contenía las ganas de llorar, inmediatamente cambio su semblante a uno de preocupación, se acerco lo suficiente ignorando que ella pudiera rechazarlo, y puso una mano sobre su cabeza para que ella no se alejara de él, luego la tomo de la barbilla ignorando que sus ojos estaban casi inundados en lagrimas
-Alina… Cuando te pregunte si podía besarte, no era para premiarte ni nada por el estilo, fue porque en verdad quería hacerlo… - le dijo mirándola a los ojos con un tono molesto, luego con ambas manos limpio todo rastro de lagrimas con el dorso de las manos para luego deslizarla hasta sostener su rostro con ambas manos– Ahora… lo tendré que hacer sin tu permiso- dijo ruborizándose aun con el ceño fruncido pues era su manera de tomar valor, para luego acercarse lo suficiente a los labios de la chica y besarlos delicadamente mientras inclinaba un poco la cabeza, sin saber lo que hacía pues era totalmente inexperto, pudo sentir el calor de Alina y la respiración lo cual lo izo temblar un poco, intento alargar el beso acercándose mas a ella mientras apretaba los ojos y su rubor aumentaba intensamente, hasta que sin darse cuenta dejo soltar unas leves chispas en los labios de la chica, inmediatamente el se retiro asustado para mirarla fijamente asustado y su rostro completamente ruborizado,
-E-estas bien? Perdóname!- se disculpo mientras se alejaba un poco de ella, realmente avergonzado por lo sucedido, las chispas del chico no habían sido para nada perjudicantes, pero si lo suficiente como para asustarse por la repentina descarga – Lo siento! De veras, por besarte y luego hacerlo mal- dijo sonrojándose aun más, esperando que la chica no lo odiara por eso.

Apretó los cojos con fuerza a la vez que sus puños, pero no podía evitar que sus lágrimas cayesen, aquellos sentimientos la desbordaban y se apoderaban de su corazón sin permiso.
Luego de unos segundos de silencio Alina pudo sentir nuevamente la presencia del chico muy cerca de ella, su cuerpo tembló un poco más al darse cuenta y abrió los ojos cuando le escuchó preguntar que le pasaba y luego decir que no dijera esas cosas. No pudo decir nada, solo enmudeció intentando en vano que sus lágrimas dejaran de salir, pero en ese momento sintió como el posaba la mano sobre su cabeza y luego la tomaba de la barbilla para girarla levemente y que quedaran viéndose frente a frente.
A través de sus pupilas inundadas y nebulosas encontró los ojos azules del chico quedándoseles viendo como si éstos la hipnotizasen, en silencio escuchó como él le decía que al querer besarla no lo hacía como premio si no como un deseo ¿deseaba hacerlo realmente? Al escuchar esto una pequeña luz de alegría comenzó a brotar en su interior. El ojiazul le limpió las lágrimas con el dorso de la mano así como solía hacerlo, solo ese suave contacto logro acelerarle el corazón rápidamente, no podía siquiera moverse, solo podía perderse en aquellos ojos y dejarse llevar por su voz mientras él sujetaba su rostro con ambas manos.
Notó como el chico fruncía el ceño mientras se ruborizaba lentamente para luego comenzar a acercarse a su rostro, ¿realmente pasara? Solo de pensar en eso su felicidad se hacía más grande.
-Dylan…
Un solo susurro con su nombre llegó a pronunciar antes de que los labios del ojiazul se posaran suavemente sobre los suyos. Enseguida su corazón se acelero tan violentamente que parecía que se detendría en cualquier momento, pero ella solo permaneció allí, para luego cerrar sus ojos lentamente sintiendo sobre sus labios aquella cálida y dulce sensación que la hizo olvidarse de la existencia de un mundo y casi hasta de su propio nombre. Cuando sintió que él se acercaba un poco más levanto sus brazos y suavemente colocó sus manos sobre las muñecas del chico mientras unas lágrimas cristalinas volvían a rodar por su mejilla, pero estas eran de pura y cristalina felicidad; aquello que veía tan lejano, tan imposible se había hecho realidad en solo cuestión de segundos.
Se dejó llevar totalmente por aquella sensación, dejando su mente en blanco y concentrándose solamente en el suave calor sobre sus labios, en cómo él sujetaba su rostro y en como su respiración le cosquilleaba de una extraña y dulce forma en las mejillas. De pronto sintió una pequeña pero electrizante chispa generarse en medio de sus labios y luego el chico se alejó de repente como si se hubiese asustado y al abrir los ojos pudo notar que así era.
-Yo… - se llevó una mano al rostro tocando sus labios levemente-… estoy bien…
Al mirar al chico notó que él estaba totalmente ruborizado y no pudo evitar que su propio rubor aumentase aún más, había estado tan sumida en aquella sensación que se casi se había olvidado de su propia timidez, pero esta se hacía presente nuevamente manifestándose en el rubor de sus mejillas y en el temblor en el tono suave de su voz.
-No te preocupes… no fue nada grave…-bajando la vista-… esto… yo…
Al mirarlo nuevamente notó como el se ponía nervioso y luego le pedía disculpas nuevamente por la descarga y luego por aquel beso ¿disculpas? No había necesidad alguna, era la sensación más bonita y seguramente uno de los recuerdos que guardaría como únicos.
-N-No te disculpes… no hay porque…
Apretó las manos frente a su pecho, su cuerpo temblaba levemente, su corazón latía de forma alocada, pero aún así no podía dejar de verlo y aquella suave sensación aún permanecía sobre sus rosados labios. Casi sin darse cuenta de lo que hacia se acercó rápidamente a él y se abrazó a su torso escondiendo el rostro en su pecho, no tenía el valor de verlo a los ojos pero tenía la necesidad de decirlo, aquellas palabras salían de su corazón y estaban deseosas de escapar de sus labios.
-Dylan… te… quiero…
Apretó los ojos mientras su sonrojo aumentaba, en aquel dulce silencio solo fue capaz de escuchar el sonido del los latidos del corazón del ojiazul entremezclados con los suyos propios, en un cálido ambiente en el que sentía como si la protegiesen de todo mal no quería separarse de él, solo deseaba estar a su lado y permanecer así el mayor tiempo posible, deseaba sentirlo cerca, deseaba sentir su calidez, deseaba sentir su presencia, deseaba sentir que estaba allí con ella; sentía que sus sentimientos la invadían, ella quería estar con él sin importar nada más, nuevamente el mundo parecía desaparecer.

Dylan escucho la voz de la chica pronunciando su nombre antes de tocar sus labios, noto cuando besaba sus labios que la chica aceptaba aquel beso, lo cual lo hacia sentir muy feliz, aunque realmente no sabia el porque, intento acercarse un poco mas, y como la chica sujeto suavemente sus muñecas, lo cual izo que se ruborizara aun mas, logrando así su pequeña descarga.

Se separo pidiéndole disculpas mientras la miraba realmente arrepentido, escucho que la chica aclaraba que estaba bien, y que no se preocupara que estaba bien, Dylan reacciono bien a ese comentario, suspiro tranquilo por no haberla lastimado, para seguir ruborizado y con el corazón acelerado por lo sucedido anteriormente, aun sentía la caricia de los labios de la chica sobre los suyos, y no podía evitar bajar la mirada realmente apenado.

Volteo a ver a la chica, se miraba algo cohibida con lo anterior pero no podía dejar de mirar al chico, repentinamente Alina se acerco al chico para abrazarlo rodeando su torso, escondiéndose en su pecho, para decir después “Dylan, te quiero”, al escuchar eso su corazón pareció dar un vuelco en si mismo y comenzó a latir con mas fuerza, mientras su rostro se sonrojaba mas, levanto sus brazos algo apenado, pero se armo de valor, termino por abrazarla rodeando sus hombros, mientras sonreía,

-También te quiero Alina…- le dijo realmente feliz mientras no podía retirar su rubor ni deshacerse de sus latidos, luego levanto una mano y comenzó a acariciar su cabello, mientras no podía dejar de pensar que esa sensación era realmente hermosa, sentía la calidez de la chica, mostrando ese afecto hacia el, aunque ella no lo dijera, le demostraba que realmente lo quería,

“Parece un sueño, pero si, parece que Alina me quiere” se decía así mismo dándose cuenta de esa realidad mientras volvía a rodear a la chica con sus brazos feliz de tenerla tan cerca, luego pensó un poco, y sabia que debía preguntárselo y tenia que tener todo el valor posible, así que tomo aire para preguntarle,

-Saldrías en una cita conmigo Alina?- le pregunto retirándose del abrazo colocando sus manos sobre sus hombros para ver su rostro, pues quería que le fuera sincera, mientras sonreía aun ruborizado – Por favor, pues realmente quiero salir contigo- le suplico intentando serle lo mas sincero posible ruborizándose bastante de golpe, pues al mirar de nuevo aquellos ojos brillantes que lo observaban, y luego mientras pasaba los ojos por aquellos labios que ya había besado anteriormente provocaban que de nuevo deseara hacerlo. Solo pudo reaccionar cerrando los ojos un momento sonrojándose aun mas mientras su corazón se aceleraba realmente apenado por sus pensamientos. Para luego abrirlos y concentrarse frunciendo el ceño que era la única manera en la que podía enfrentar aquella timidez.

Luego de dejar escapar aquellas dulces palabras se quedó en silencio solo escuchando el latir acelerado del corazón de quien ella abrazaba aún con un rubor suave y rosado imperando en sus mejillas. Poco después sintió la calidez de los brazos del ojiazul rodear su espalda suavemente, para luego pronunciar unas palabras que la llenaron de felicidad “Yo también te quiero, Alina” le había dicho en un tono suave que ella adoraba, que aceleraba su corazon, aumentaba un poco más su rubor y que seguramente guardaría como uno de sus más bonitos recuerdos. Mientras unos minutos de un dulce silencio se hacían presentes sonrió dulcemente al sentir como él le acariciaba el cabello mientras ella aún seguía apoyando su cabeza en el pecho de él, poco después el volvió a abrazarla aún permaneciendo en silencio; ese instante se había vuelto hermoso, deseaba que perdurase por siempre, deseaba permanecer así abrazados eternamente, porque el estar en sus brazos le hacía sentir protegida, porque el estar en sus brazos le hacía sentir segura.
Luego Dylan se retiró un poco apoyando ambas manos sobre los hombros de ella, para mirarla a los ojos y con un rubor bastante notable aún presente en sus mejillas le hizo una pregunta que inicialmente solo logró sacarle una dulce sonrisa a la pelirrosa mientras observaba como él se sonrojaba un poco más y cerraba los ojos para tal vez evitar el contacto visual.
-Claro que si…-su sonrisa se volvió más dulce cuando el abrió los ojos mientras fruncía el ceño, sentía que adoraba esa expresión que ponía a veces y más bien tan seguida frente a ella-… tendré una cita contigo…-ruborizándose un poco más-… y no hace falta que lo pidas de esa forma, a mi también me gustaría… que salgamos…
Luego de decir esto se quedó pensativa por unos segundos, si tendrían una cita ¿significaba que eran pareja? ¿o algo similar? La pelirrosa era realmente inexperta en ese campo y esto solo lograba hacerla sentirse bastante torpe, pero al lado de Dylan todo se volvía dulce, tanto que se olvidaba de todos sus temores para intentar regalarle la mejor de sus sonrisas.
-Tu dime… donde y cuando…-dijo bajando la vista mientras jugaba con su falda-
No importaba el día, la hora o el lugar, si estaba con él sabía que sería un momento hermoso para ella, fuesen a donde fuesen lo pasaría bien y probablemente sonreiría de principio a fin. Una suave brisa sacudió sus largos cabellos en aquel dulce silencio mientras esperaba la respuesta de quién tenía en frente y a quién sentía querer cada segundo más y más, perdiéndose en profundo el azul de sus ojos, regalándole una tierna sonrisa.

Alina sonrió ante la pregunta del chico para luego responder un “claro que si, tendré una cita contigo” el sonrió ante eso, suavizando un poco su facción de concentración que estaba comenzando a adoptar solo para tomar valor. Luego la chica dijo algo que hizo que se sonrojara de golpe, que le gustaría salir con el también y que no tenía por qué pedírselo de esa manera, para después solo sonreír avergonzado por sus palabras y comenzar de nuevo con sus nervios pasando sus dedos entre el cabello que salía por detrás de una oreja.

Miro como la chica quedaba pensativa por unos segundos, para luego pronunciar que solo le dijera donde y cuando, el sonrió dulcemente ante ese comentario, realmente este era el momento más feliz de su vida, en el que por primera vez sentía que de verdad estaba enamorado de alguien, aunque aún no admitiera aquellas palabras tan fuertes,
-Bien, pues…- pensó un poco intentando planear algo rápido pero igual fuera lindo – Te veo mañana, en el café "Doux Baiser" en mediodía, he visto aquel sitio varias veces cuando tomo el camino hacia el centro comercial, pero no he tenido oportunidad de ir, aparte de que no sabía con quién… y quería invitarte- dijo ruborizándose para mirarla fijamente a los ojos cuando una brisa sacudió su cabello provocando que de nuevo su corazón se acelerara, pues no podía creer lo hermosa que era Alina, luego volteo hacia otro lado evitando la magia que esta desprendía con tan solo mirarla unos segundos – Siempre he querido que vayas conmigo a muchos sitios… espero que así sea- le dijo diciendo por ultimo mientras dejaba soltar una risita nerviosa por lo vergonzoso que era admitir aquello. Luego la miro de nuevo, desde hace tiempo notaba como la chica observaba fijamente a Dylan como si se perdiera mirándolo, era una de las claves que le daban para pensar que la chica sentía algo muy fuerte por él, nadie lo había mirado así, ante eso solo se ruborizaba intensamente,
“Porque me mira así desde hace tiempo?, es bueno, es lindo, se siente bien… pero realmente me hace quererla besar cada que hace eso” pensaba mirándola mientras de nuevo sin planearlo fruncía el ceño ruborizado ante aquellos pensamientos, intentando concentrarse en lo que estaba pensando anteriormente, que era la cita.

Observando al ojiazul notó como el sonreía dulcemente, le gustaba su sonrisa, le gustaba verle sonreír, sabiendo esto solo se dejó contagiar de él y le dedicó una pequeña y tierna sonrisa mientras escuchaba su propuesta.
-Me parece bien… yo también he pasado por enfrente pero nunca he entrado…-dijo jugando con un mecho de su cabello-… entonces mañana al mediodía… en el café "Doux Baiser" ahí te veré.
Se quitó el cabello rosado que una brisa repentina había interpuesto frente a sus ojos para luego ruborizarse levemente al notar que el chico la miraba fijamente mientras un suave rubor perduraba en sus mejillas, se quedó viéndolo por unos segundos en silencio ¿Qué tenían aquellos ojos que tanto la invitaban a perderse en ellos? No lo sabía, pero aún así se dejaba llevar por ellos como si estos lograran hipnotizarla. Notó como Dylan desviaba la mirada al decir que siempre había querido que fueran juntos a muchos sitios, ella suspiró levemente, también quería ir con él a muchos lugares, le gustaba para el tiempo con su compañía.
-Yo también… quiero ir contigo… a muchos lugares… y que nos divirtamos mucho...
Luego de una pequeña risita algo extraña el ojiazul volvió a mirarla, ella solo se quedó viendo sus ojos en silencio mientras ese momento parecía hacérsele eterno y hermoso, notaba como la brisa jugaba con el cabello negro del chico, despeinándolo un poco, pero no tanto como cuando él usaba sus poderes; aún así le gustaba, estuviese en la forma que estuviese, siempre le resultaba lindo y sentía deseos de acariciar suavemente sus cabellos así como lo había hecho hacía unos minutos atrás.
-Dylan…
Notó como el fruncía el seño levemente mientras volvía a sonrojarse, en ese momento solo sentía ganas de abrazarse a él muy fuerte, era enorme la necesidad que parecía tener de sentir su calor, su aroma que ya se le estaba volviendo conocido, único e irremplazable. Sonrojándose un poco más estiró ambos brazos para tomar con sus manos una mano del hico y llevarla a su rostro para frotarla suavemente obre sus mejillas, sin poder evitar que el calor de estas aumentara un poco más acompañando al aumento de su sonrojo.
-Algún día vayamos al cine otra vez…-dijo cerrando los ojos mientras sonreía levemente-… quiero ir a muchos sitios… c-contigo…
Se achico un poco aún sin soltar a mano de él, sentía que se moría de vergüenza con decir esas cosas y por ello apretó un poco sus ojos encogiéndose de hombros levemente, pero no quería soltar aquella mano, quería sentir el suave roce de esta sobre su piel. Aquella mano era grande y tibia, sentía como si pudiese protegerla de todo mal, sentía como si en sus brazos nada pudiera sucederle; había comenzado a notar que la presencia de Dylan se le hacía necesaria, que quería estar más tiempo con él, que lo extrañaría mucho si alguna vez dejaran de verse.

Escucho su respuesta que la chica aceptaba ir con él y que también quería ir con él a muchos lugares, mientras la observaba, noto como un rubor comenzaba a mostrarse bastante notorio en las mejillas de la chica, mirarla así lo hacía tan feliz, le hacía pensar que su presencia de verdad le producía esas emociones. Cuando repentinamente noto como de nuevo Alina se quedaba mirándolo por largo tiempo, haciendo que se ruborizara de nueva cuenta, pronuncio su nombre repentinamente, y se quedo observándola cuando de nuevo sentía ese deseo de besarla, produciendo que frunciera el ceño de nuevo sonrojándose intensamente, para luego mirar hacia el suelo aun con aquella expresión en su rostro, y sin notarlo, la chica tomo su mano con ambas manos, para luego llevarla su rostro, la miro anonadado, para luego ruborizarse aun mas, haciendo que baje la vista un poco, mientras ella la frotaba con una de sus mejillas, podía sentir lo suave que era su piel y lo tibia que resultaba, volteo a verla cuando ella comenzó a hablar, diciéndole que algún día quería ir al cine, y que quería ir a muchos sitios con él, el inevitablemente sonrió contagiado por la sonrisa de la chica, mientras la chica no soltaba su mano, el también no quería retirar su mano, dio unos pasos acercándose a ella, colocando su otra mano en la otra mejilla hasta quedar los suficientemente cerca para darle un tierno beso sobre la frente tocando un poco su flequillo con los labios, para luego retirar las manos de sus mejillas y rodearla con los brazos recargándola sobre su pecho,
-De acuerdo, vamos al cine juntos…-dijo mientras comenzaba a sentir que su corazón se aceleraba rápidamente por tenerla tan cerca de el, podía sentir su calidez y su aroma, era algo que lo hacía sentir tan tranquilo, que no podía imaginar porque pasaba algo así tan inexplicable. Comenzó por jugar con las puntas del cabello de la chica gracias a sus nervios repentinos, sonrojándose después pues estaba pasando muy rápido. Luego de pensar eso se sobresalto, no podía ser así, eso no era caballeroso de su parte, estar tan cerca de ella, aun sin ser su novia, se alejo repentinamente, y se quedo mirándola algo asustado.
-Ahm, perdón…- le pidió disculpas por todo lo sucedido aunque también la chica hubiera aceptado, él sabía que no estaba bien – Bueno, ya es tarde Alina, no debes estar tan tarde con un chico, es malo…- dijo justificándose tontamente – Vamos, ve a dormir- le dijo mirándola algo serio pero a la vez algo nervioso.
Aun no oscurecía, pero se notaba que la tarde estaba cayendo, y el viento comenzaba a refrescarse poco a poco, sabía que tenía que despedirse ya de ella, sonrió dulcemente para la chica pues quería que supiera que no quería correrla realmente, que hablaba en serio cuando dijo que tenía que ir a dormir,
-Buenas noches Alina- le dijo tímidamente acercándose para plantarle un cálido beso en la mejilla, no sabía porque hacia estas cosas, sentía que debía hacerlo, pues la sensación de su corazón latiendo fuertemente mientras se encontraba realmente feliz por ser correspondido, eso era realmente un gran felicidad, y quería mostrarle todo el afecto posible a la chica, no debía ser tímido mas, tenía que ser fuerte para ella, para protegerla de todo y de todos los que quisieran lastimarla. Tenía que esforzarse más, pues esta gran felicidad que sentía por dentro, apenas era el comienzo de un gran descubrimiento que era el saber amar a una persona.

Abrió los ojos cuando sintió que Dylan se acercaba a ella, enseguida pudo verlo muy cerca de sí y sentir como el dejaba un pequeño y dulce beso sobre su frente, rápidamente su cuerpo se encogió un poco más para luego sentir el aumento en el calor de sus mejillas cuando él la rodeó con sus brazos llevándola a apoyar el rostro en su pecho. “Te quiero Dylan…” pensó justo antes de escucharle decir que si irían al cine juntos, después unos segundos de dulce silencio se hicieron presentes; mientras ella sentía como el chico jugaba con su cabello no pudo evitar que al sentirse rodeada de aquella calidez, sus mejillas enrojecieran notablemente, a la vez que su sonrisa se hacía más dulce y pronunciada.
De repente notó como Dylan se alejaba de ella para luego mirarla como si estuviese asustado de algo y disculparse bastante apenado. Ella solo se quedó viéndolo algo sorprendida alzando un poco las cejas mientras escuchaba como le decía que era hora de dormir.
-Bueno… iré a dormir… tu también descansa bien…-sonriendo dulcemente-
Había notado inevitablemente como las expresiones del ojiazul se habían enseriado de repente, aunque también parecía verse algo nervioso, luego de unos segundos Alina volvió a descubrir una dulce sonrisa dibujada en aquellos labios mientras él le deseaba buenas noches.
-Buenas noches Dylan…
Apenas dijo esto notó como el chico se acercaba para plantarle un cálido beso en la mejilla que le aceleró levemente el corazón y provocó que cerrara el ojo que se encontraba sobre dicha mejilla, para luego sonreír levemente de una forma dulce a aquel ojiazul que cada vez quería mas y mas. Dio unos pasos hacia la puerta y se giro con la gracia de una bailarina para dedicarle una dulce sonrisa.
-Nos veremos mañana entonces… cuídate mucho y descansa, y… gracias.
Llevándose una mano a la mejilla se la roso suavemente mientras se ruborizaba más para después dejar escapar un leve suspiro y alzar su mano en forma de saludo. Sujetándose el cabello que volaba con una brisa repentina abrió la puerta para luego desaparecer detrás de ella; cerrándola suavemente. De forma lenta y tranquila comenzó a bajar la escalera pensando en cómo sería aquel encuentro y que seguramente se sentiría feliz de estar con él, sin importar donde se encontrasen; solo con su simple compañía ella era feliz.

La chica respondió positivamente al cambio repentino de actitud de Dylan, diciendo que si iría a dormir como él había dicho, mientras sonreía dulcemente hacia el chico, él lo sabía, la sonrisa de Alina era muy linda y siempre contagiaba a que Dylan quisiera sonreír también, ya la apreciaba tanto como la única recompensa que ella podría darle a él.
La chica pronuncio un “Buenas noches” cuando Dylan se acercó a darle un cálido beso en la mejilla justificando que era una despedida, se retiró para verla mientras ella parecía bastante feliz aunque apenada por el afecto que él no podía dejar de demostrarle. Dio unos pasos hacia la puerta mientras él se quedaba mirando cómo se alejaba feliz de que por fin hubiera podido decirle la verdad de lo que sentía por ella, cuando esta se giró con gracia para dedicarle una última sonrisa al final del día, Dylan sonrió dulcemente también, ruborizándose porque de nuevo estaba pasando por su mente que era demasiado hermosa.
Ella se despidió, diciendo que mañana se verían entonces, y que se cuidara mucho y por ultimo un gracias, el cual hizo que Dylan le llevara a la interrogación de porque agradecía, para luego mirar como la chica guardaba preciosamente el recuerdo de su beso en la mejilla, el chico abrió los ojos grandes ruborizándose bastante de golpe para mirar cómo se despedía con la mano mientras el hacía lo mismo alzando un poco la mano tímidamente, para luego observar como ella sujetaba su cabello que flotaba a causa de la brisa, para luego salir por aquella puerta, el observo en silencio como ella se marchaba de aquel lugar, al final el también suspiro, se acercó al barandal de nuevo para mirar un poco más el atardecer, meditando lo que había sucedido.
“Ya no pensare en estar triste nunca más, ahora tengo que esforzarme al máximo en ser fuerte por Alina” pensaba mientras fruncía el ceño armándose de fuerzas para seguir adelante, espero un momento, para luego abrir la puerta por donde Alina había salido, pero fue hacia otro camino, hacia el dormitorio de chicos, estaba demasiado agotado como para cenar, así que se fue directo a dormir, pues mañana sería un día especial, la primera cita de ambos.

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