Dirigiendose al Baile de Halloween[priv.Rai]

Se había esforzado en arreglar su disfraz, ella misma lo había diseñado, pensando en lo que más le gustaba, las plantas y las criaturas mágicas, tanto como misteriosas. Los cuernos y demás artículos los había comprado del centro comercial, pero las pequeñas florecitas sobre su cabello que formaban como pequeñas alas, ella misma las había hecho con su propias manos tomando flores naturales y enlazándolas hasta formar ese adorno en su cabello, maquillándose un poco también, era la primera vez que lo hacía, pero sabía que se miraría bien de esa forma, más tradicional de una fiesta de disfraces.
Se había esmerado tanto que no podía faltar, pronto se dio prisa para ir por Rai su “hermanito”, había quedado verse a la salida de las habitaciones por aquel pasillo que llevaba a la entrada de la sala común,
-Ya estoy lista Rai… Lo siento me tarde por…- dijo acercándose al chico con una dulce sonrisa mientras notaba el disfraz de su acompañante borrando su sonrisa para dar a notar una mirada de sorpresa para luego sonrojarse notoriamente y desviar su vista hacia otro lado –V-vamos- apenas pronuncio mientras se acercaba tímidamente para tomar la mano del chico sonrojándose aun mas, cuando llego a tener aquella mano cálida entre la suya sintió que ya no podía continuar, quería avanzar rápidamente y llegar al comedor, pero sus piernas no se movían,
“Que me sucede? Porque esta extrema timidez? Debería estar ya acostumbrada…” pensó mientras seguía bajando la vista, para luego suspirar largamente y fruncir el ceño, no quería ponerse como tonta de nuevo,
Subió su vista hacia Rai con una mirada decidida, mientras él la miraba como siempre bastante inexpresivo,
-S-se hace tarde…- pronuncio a pesar de que se hacía tarde por su culpa y no la del chico. Camino sin detenerse por los largos pasillos, sentía como su corazón continuaba patéticamente latiendo con fuerza, aun con la mano del chico entre sus dedos, tenia guantes pero aun así sentía aquella calidez contrastando con el frio de alrededor.

Spoiler:

Frente al espejo en su habitación se colocaba los últimos detalles de su disfraz para luego mirarse y levantar una ceja bufando con cierto fastidio “¿Orejas de gato?” pensaba observando las peludas orejas triangulares sobre su blanco cabello, combinaban a la perfección, tanto que casi parecía que fueran suyas.
-Que ideas tiene… esa Aydan…
Dicho esto dejo escapar un leve suspiro y tomo la espada para engancharla a la cintura, siendo esta el arma que acompañaría a la armadura que llevaba puesta. Apagando las luces de la habitación salió y camino tranquilamente por los pasillos, mientras la roja capa en su espalda se elevaba suavemente con el aire que la acariciaba mientras el peliblanco se desplazaba, solo podía oír sus pasos sobre el frio piso, dirigiéndose hacia el pasillo que llevaba a la sala común, allí donde había quedado en encontrarse con su hermanita; aquella que era la responsable de la ropa que llevaba en ese momento.
Cuando llegó al lugar aún no había nadie, así que apoyándose en una pared se cruzó de brazos para dedicarse a esperar, poco minutos después la chica llegó disculpándose y diciendo que ya estaba lista. Noto como ella lo miraba con una linda sonrisa que fue reemplazada por una mirada de asombro y luego por un sonrojo que fue seguido de un desvió de su mirada “¿Y ahora qué?... debo verme ridículo con esto… a fin de cuentas… pero ella lo eligió…” pensó levantando una ceja sin quitarle la vista de encima.
Luego la chica pronuncio un suave “vamos” que sonó casi tímido mientras tomaba su mano suavemente ¿Qué se le había dado con eso últimamente? cuando hacía poco tiempo ella no quería que la toquen, sin duda eso llamaba su atención, mas también su ceño fruncido mientras observaba el suelo sonrojándose aún más, pero como ella parecía ser así decidió no darle demasiada importancia y seguirla cuando ella comenzó a caminar diciendo que se hacía tarde.
-En realidad ya es tarde...
Dicho esto solo se dedicó a caminar en silencio detrás de la ojiverde, mientras ella lo llevaba por los largos pasillos de la academia en un completo silencio que dejaba escuchar el sonido de sus pasos sobre las baldosas del suelo. Pronto se detuvieron llegando a la puerta del comedor, aquel en el que había cenado ya varias veces pero que seguramente estaría muy diferente a lo normal, podía saberlo con solo escuchar la música proveniente del interior así como algunas voces de alumnos entremezcladas a los tonos musicales.