Un inicio diferente... (libre)

Finalmente llegaba a aquella academia Crusaders de la cual había oído hablar de boca de aquel extraño, realmente tenía muchas esperanzas en aquel lugar, tanto como para sentir que tenía un hogar, tanto como para poder aprender a controlar aquellas habilidades que de pronto se le habían presentado sin previo aviso, pero que tal vez le habían salvado la vida sin que ella se lo hubiese puesto a pensar.
Llevando sus pesadas maletas cruzó el portón y luego de caminar por el largo camino ingresó por aquella gran puerta doble que marcaba la entrada a la institución, dejando las maletas en el piso suspiro largamente para luego acomodarse algunos cabellos que se salieron de lugar con la inclinación. Girando la cabeza recorrió el lugar con la mirada en busca de alguien que pudiese ayudarle, seguramente tuviera una habitación asignada, pero ella no sabía cuál fuera ni tampoco conocía nada de ese enorme lugar.
-Il y aura quelqu'un... ¿Que peut vous aider?
Un silencio profundo inundaba el lugar, solo era posible escuchar el viento agitar gentilmente los árboles en el exterior y el cantar de algunos pajarillos. Katia observó el escritorio de la recepcionista, un cartel de “ahora vuelvo” se imponía sobre una pila de carpetas; siendo esto así solo le quedaba esperar a que llegara alguien que pudiera ayudarla mínimamente, aunque sea mostrándole en donde se encontraban las habitaciones.

Spoiler:

(Espero que no te importe que entre ^^)

Tiempo bien aprovechado, eso había sido las prácticas que había tenido ese dia con su violín en los jardines del colegio, vacíos a esas horas. Pero se iba haciendo tarde y ya tenía todo lo que quería practicar por el momento, por ello con el maletín del violín en la mano se dirigió hacia el edificio principal atravesando los jardines.

Al entrar a recepción cogió mejor el maletín, dispuesto a ir a la habitación a dejarlo antes de hacer cualquier otra cosa. Sin embargo paró al escuchar a alguien hablar en francés y dirigió la mirada hacia el mostrador. Allí, una chica parecía esperar pacientemente a que alguien le atendiera. Después su vista se fue a las maletas que había a sus pies. ¿Una alumna nueva? Se acercó con tranquilidad a ella.

— Je peux t'aider... De quoi est-ce que tu as besoin? — contestó en su idioma natal con una leve sonrisa, dejando un momento el maletín en el suelo.

Spoiler:

Sabiendo que no le quedaría más que esperar se acercó a uno de los asientos para sentarse en él y esperar pacientemente mientras observaba los alrededores, todo se veía muy amplio y lujoso, decorado con el mayor gusto en decoración que había visto, luego del de sus padres claro. De pronto comenzó a oír unos pasos acercarse mientras sonaban haciendo eco sobre las frías baldosas del suelo, segundos después descubrió a un joven alto de cabello azul que le había respondido en su idioma, de cierta forma esto le era un alivio puesto que había aprendido ingles recientemente y no estaba segura de cómo lo llevaría; pero si estaba segura de que en ello se esforzaría.
-Ohhh merci beaucoup ... Je veux savoir comment aller dans les chambres, mais je n'ai toujours pas attribuer un, ou plutôt ce que l'assigné n'est pas pour moi.
Se quedó viendo al chico que tenía enfrente, parecía ser un buen inicio llegar y encontrar a alguien con quien entenderse rápidamente, al parecer había dado un buen inicio en aquella academia y eso la alegraba sin lugar a dudas.
-Merci pour offrir votre aide. Je suppose que vous êtes honnête, agréable de vous rencontrer, mon nom est Katia
Dicho esto se inclino levemente ante el chico mientras sujetaba con sus manos algunos de sus cabellos, tenía una buena educación y siempre le habían enseñado a ser correcta frente a los mayores, porque por alguna razón sentía que el peliazul era algo mayor que ella.

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(OFF: Claro que no, gracias por entrar n.n)

Mantuvo la sonrisa al escuchar hablar a la chica. Suponía que se alegraría al escuchar algo conocido, recordaba su primer dia y por su pésimo inglés más de una vez se perdió.

— Si tu veux je peux t'accompagner, normalement dans les chambres on indique déjà qui est dans chacune.

Ante el gesto de la muchacha negó con la mano, restándole importancia, aunque también lo respondió con un leve gesto. Era un caballero de todas formas y no era de los que negaban un saludo.

— Ainsi il est, je suis de Lyon. Ah, et ne te préoccupe pas, je sais ce qui est d'arriver nouveau et n'est pas agréable. Mon nom est Adam. — se presentó con una sonrisa. Le tendió la mano, tanto como saludo como para ayudarla a levantarse del asiento. Su mirada se volvió hacia las maletas, realmente parecían pesar una barbaridad. — Elles semblent pesées... Il permet qu'il t'aide.

Tras decir aquello cogió su maletín y parte del equipaje de la muchacha, esperándola para guiarla.

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Katia escuchó atentamente como el peliazul le decía que normalmente en las habitaciones ya está indicado quien vivirá dentro, si era entendible más aún cuando se corriera el riesgo de que no hubiese nadie en recepción, no quería terminar entrando en una habitación que no fuese la suya.
-Merci pour votre gentillesse...
Noto como el chico rechazaba de cierta forma aquel gesto formal para luego saludar también y decir su nombre, naturalmente todos habían sido nuevos en aquella academia alguna vez, pero dependiendo del carácter y tal vez un poco de la suerte el cómo se dieran las cosas podía variar.
-Je suppose que nous étions tous nouveaux fois…-dijo sonriendo levemente-…merci.
Dicho esto tomó suavemente la mano del chico y se puso de pie arreglando la falda que traía puesta para luego oír como él hablaba acerca de sus maletas, y tenía razón, realmente estaban pesadas; porque ella no tenía hogar al cual volver, por lo cual si se trasladaba debía hacerlo con todas sus pertenencias.
-La vérité, si elles sont lourdes, merci pour l'aide...
Dicho esto tomó la otra maleta y caminó hacia el hico para seguirlo hacia donde él la llevara, no conocía absolutamente nada del lugar, por lo que mentalmente se propuso salir luego a recorrer y tal vez conseguirse algún pequeño mapa que la guiase si es que había alguno.
Mientras caminaba no pudo evitar notar que el chico llevaba en una mano un maletín que se asemejaba a aquellos que se usaban para guardar instrumentos, más específicamente violines, ella recordaba haber visto uno así, el cual pertenecía a su abuelo quien solía tocarlo d vez en cuando.
-Vous jouez du violon? la musique est merveilleuse...
Definitivamente le gustaba la música y siempre había pensado en ponerse a estudiar las técnicas para tocar algún instrumentos pero el problema siempre recaía en su indecisión ¿Cuál instrumento estudiar? Eso era algo que hasta el momento la traía en desconcierto.

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Una vez la muchacha estuvo lista empezó a caminar a la zona de la academia donde estaban situadas las habitaciones para las chicas. Aún recordaba cómo los primeros días se perdió por esa zona y cómo casi le echan a patadas de allí. Una leve sonrisa apareció por su rostro ante eso. Cargó un poco mejor la maleta, realmente pesaba bastante. Si la otra era igual, se sorprendía por el hecho que la pequeña hubiese podido con todo aquél peso ella sola.

— Il n'est tout à fait... — contestó con una sonrisa al agradecimiento de la otra.

Entonces la chica comentó lo del violín y no pudo evitar que su sonrisa se ensanchara. ¡Por fin encontraba a otra persona a la que le gustara la música! Asintió con suavidad dirigiendo por unos momentos la mirada al maletín que llevaba en la otra mano.

— Oui, je le touche. Bon ... à dire une vérité je porte depuis petit en le touchant. — rió un poco con una leve sonrisa nostálgica. — J'aime la musique depuis lors.

Tras decir aquello giró un poco el rostro para mirarla y comprobar que le seguía, no fuera a perderse por otro pasillo o algo.

— Et tu? Touches-tu un instrument?

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Una gran sonrisa se dibujó de repente en el rostro del pelizul al oír lo que Katia había dicho con respecto a la música y que no era más que su fuerte creencia; la música es simplemente maravillosa. El chico miró unos momentos el maletín que llevaba en su mano y luego dijo que si lo tocaba y que más bien lo tocaba desde que era un niño, realmente el si llevaba mucho tiempo siendo acompañado por la música y todas sus bellas melodías.
-La vérité... –contesto ante la pregunta del chico-… mais si je veux apprendre, le problème est de décider sur lequel.
Se rascó una mejilla al decir aquellas palabras, en verdad Katia era a veces bastante indecisa y el hecho de que le gustasen muchos instrumentos de diferentes tipos no le ayudaba a decidirse por uno para estudiar, luego había decidido estudiar actuación por un tiempo y de una cosa a la otra los años habían pasado.
Pensando en todas aquellas cosas frunció el ceño casi de forma imperceptible mientras observaba un grupo de alumnos que pasaba por al lado de ellos hablando amenamente, antes que nada practicaría su inglés que aunque supiera que le saliera bastante bien, al final se cansaba un poco por falta de práctica. Pero la música también le interesaba, tanto como para llegarse a preguntar si en aquella academia habría alguna clase dedicada a ello.
-Si vous n'avez pas l'esprit, je voudrais vous entendre jouer un jour.-dijo dedicándole una dulce sonrisa a aquel chico llamado Adam que había sido tan atento y tan amable de ayudarla cuando había llegado a aquella recepción sin tener mucha idea de cómo proceder luego.

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Rió un poco al escuchar su confesión sin dejar de caminar. Esa chica le recordaba a él de pequeño, ya que tampoco se decidía por qué instrumento escoger, ya que todos le parecían bellos e interesantes a su manera.

— De petit le même passait, jusqu'à ce que j'ai essayé différents instruments et je me suis décidé par le violon — contestó, volviendo a mirar a la muchacha. — bien que bon, je sache aussi toucher d'autres instruments...

Casi sin darse cuenta ya habían llegado al pasillo donde se encontraban las habitaciones de las muchachas, y su vista se perdió mirando los carteles para dar con el que indicaba el nombre de la chica. Pero su atención se volvió de nuevo a ella ante aquella petición, quedándose atento a esa dulce sonrisa que no pudo evitar corresponder.

— Naturellement, seulement tu as à me dire quand. — Contestó, y mientras se le ocurrió una idea que tal vez gustase a la pequeña — De plus, s'il t'intéresse, il pourrait te donner des classes et tout...

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Escuchó con atención como el chico le contaba que a él también le había costado decidirse y claro que eso era bien entendible, había demasiados instrumentos hermosos, y todos ellos parecían llamar a ser manipulados para crear las más hermosas melodías.
Pronto y casi sin que Katia se diese cuanta, ambos se encontraban frente a la entrada del pasillo en donde estaban las habitaciones femeninas. El pasillo era largo y parecía tener varias habitaciones, y a juzgar por la primera puerta que logro divisar supo que las habitaciones eran compartidas, en ese momento no pudo evitar preguntarse como seria su compañera, o como llegarían a llevarse, pero antes de que pudiera perderse en sus pensamientos escuchó como el peliazul le hablaba nuevamente.
-Maintenant je viens d'obtenir... mais quand je s'habituer et se familiariser avec l'endroit... quand vous me dire…-sonrió tiernamente mientras los ojos parecían brillarle al escuchar la propuesta del chico-… Oui! je l'aime!-su sonrisa se hizo un poco más amplia.
Tomó la maleta de la mano del chico y nuevamente descubriendo su peso la dejo caer sobre el suelo para prepararse a cargar ambas hacia la que sería su habitación, se sentía feliz de aprender a tocar un instrumento, si fuese el violín tal vez un poco más, ya que después de todo su abuelo solía tocarlo a la perfección, dejando escapar de aquellas cuerdas las más hermosas melodías.
-Merci pour l'aider à Adam, j'espère vous voir bientôt.
Dicho esto le dedicó una sonrisa más al peliazul y se dedico a tomar las maletas nuevamente con algo de dificultad, la esperaba una nueva habitación, una nueva compañera, una nueva vida y un nuevo inicio; un inicio diferente.

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