Evening of the Moon [Casa del Terror][Ian]

El aire era fresco. El cielo tintado en azul Prusia mostraba el brillo de una luna perfectamente redonda, tan nítida que podía apreciarse.
Nathan hizo que se reflejara unos instantes en sus pupilas antes de volver su mirada a la casa que habían preparado para aquella fiesta, tintada en una silueta ensombrecida en la lejanía. Se encogió levemente sobre sí mismo, erizándosele la piel.
-Hace un poco de frío... -Comentó por lo bajo, girándose sobre sí mismo, observando a su compañero.

Ian estaba a apenas unos metros alejado, semi iluminado en la pálida luz del astro. El griego recordó una luz semejante irradiada artificial por el televisor.
Respiró pausado procurando no pensar en ello.
-¿Cómo estás?

Caminaba a unos cuantos pasos detrás del griego, admirando el imponente cielo nocturno que se extendía sobre ellos, en especial la luna que brillaba con intensidad, iluminando perfectamente el camino que estaban recorriendo entre los jardines, dándole un ambiente especial y porque no decirlo, romántico, a la situación.

Se detuvo con suavidad cuando Nathan lo hizo, su mirada se fijo en el rostro del menor que parecía tener frió, con cuidado, abrió el saco de su traje y termino por sacarlo, deslizándolo por sus brazos, se acerco a su acompañante y le puso la prenda sobre sus hombros, abrigando al chico con su chaqueta- Olvide que tu ropa era mas sencilla que la mía -murmuro, dejando sus manos sobre el rostro de Wence, acariciando sus mejillas con sus pulgares.

Una ligera sonrisa se dibujo en sus labios- Muy bien, tengo excelente compañía -comento con un tono de voz suave y sensual para que solo el menor lo pudiera escuchar, acariciando con una de sus manos su cabello que era tan sedoso al tacto mientras sus ojos se clavaban en las orbes de Nathan, intentando averiguar que había detrás de aquella mirada violácea.

Parpadeó rápido observándole sacarse el abrigo, y el peso de este hacerse en sus hombros, asomando sus manos para cerrarlo un tanto más en él.
Entrecerró sus ojos, las manos contrarias eran cálidas, haciéndole sentirse un tanto de porcelana, subiendo sus manos a rozar las contrarias en busca del calor.
Sus mejillas tomaban un color rosado por el contacto de la noche, volviendo a mirar los ojos verdes contrarios.
Fue un largo momento en el que fue viendo el color que producía sobre el otro la luz de la luna, dibujando una sonrisa algo timida en sus labios, ladeando la cabeza.
-¿Qué buscas?

El color sobre las mejillas del griego le daban una expresión aun mas adorable y fascinante a los ojos del rubio, la mano en su mejilla podía sentir aquella suave piel, acariciándola y transmitiéndole algo de su calor. Le sonrió con amabilidad, sin apartar sus ojos de los del griego.
-...No se, una razón -suspira- Una razón para que no salgas huyendo de mi -murmuro, acomodando una de sus manos en la espalda baja del menor, atrayendo la anatomía de su acompañante un poco mas hacia él.

La mano que tenia en su mejilla se deslizo en una sutil caricia hasta su mentón, alzándolo para tener una mejor vista de su hermoso rostro, relamiendo ligeramente sus labios-...¿Porque siento...esto? -murmuro al mismo tiempo que se inclinaba, acercando lentamente sus caras, mezclando sus alientos. El de Ian tenia un ligero sabor y olor a vodka que simplemente le había desinhibido.

Cerro los ojos antes de juntar sus labios, moviendolos con delicadeza, restregándolos uno sobre otro, sacando la punta de su lengua y recorriendo con ella sus labios, humedeciéndolos antes de invadir con suavidad el interior de la cavidad ajena, rozando con su apéndice los dientes, el paladar y jugando con ambas lenguas, dejando escapar un suspiro de satisfacción.

Abrió un tanto más sus ojos observando al rubio con la duda reflejada en su rostro.
¿Qué debía estar pasándole por la cabeza en aquellos instantes como para acongojarle de aquella forma? Ladeó ligeramente el rostro hacia un lado mientras Ian le alzaba en rostro con aquella indescriptible suavidad.
Fue un beso que sintió casi como un toque, respondiendo un poco tardío dándole otro, suspirando con suavidad sobre los contrarios.
Le llegó a la nariz un leve olor fuerte, seguramente de la bebida que había ingerido el mayor. Cerró sus ojos mientras apoyaba sus manos en el pecho contrario para tener más contacto, abriendo sus labios a la lengua contraria.
-Yo... -susurró entre cada beso- No huiría... de ti...
Y allí estaba, afirmando sus pensamientos que solamente incitaban al peligro.
"...Jamás..."

Le gustaba la humedad, la suavidad y el sabor de su lengua y el interior de su boca, con cuidado la recorría, ahogando algunos suaves suspiros mientras le besaba intensamente intercalando con besos cortos y cariñosos sobre sus labios, aspirando profundamente su aroma, embriagándose con él.
-...Eso dices...ahora...terminare lastimándote -comento con total tranquilidad, volviendo a juntar sus labios con mas brusquedad, devorándolos con pasión.

Sus manos se aferraron a la cintura del menor con firmeza, acariciándola por encima de la tela del Kimono, pegando su anatomía a la del griego, rozando su cuerpo, poco a poco despertando el deseo de poseerlo, de sentir de nuevo el placer de adentrarse en su cuerpo, de hacerlo gemir y estremecerse de satisfacción.
Deslizo una de sus manos hasta el trasero del peliverde, acariciándolo con suavidad, apretando ligeramente una de sus nalgas haciendo que sus caderas se rozaran.

Nada importaba en ese momento, siempre había sido así, una vez que traspasaba la barrera del deseo, los sentimientos y la razón quedaban a un lado.

"¿Porqué me deberías lastimar?"

Su cabeza preguntó como si de aquella forma el electrokinetico le fuera a escuchar, apretando levemente sus ojos con el último beso, más encendido y violento.
Dio un gemido ahogado bajo la lengua contraria, deslizándose en esta procurando seguir los movimientos contrarios.
Las manos apretando su cintura mataron el espacio vacío entre la tela del kimono y su piel, entreabriendo los ojos cuando los dedos contrarios se cernieron en una de sus nalgas.
-I-Ian... -Murmuró sobre los labios contrarias, algo nervioso- Es-Esp...

Escucho las palabras del menor pero no quería detenerse, necesitaba sentirlo mas y mas, volvió a callarlo con un beso mas intenso, lamiendo esos carnosos labios mientras atrapaba en sus dientes el labio inferior, succionandolo y tirando con suavidad del pedazo de carne.
La mano sobre su trasero lo acariciaba con firmeza, empujando las caderas del menor hacia las suyas, ahogando un suave gemido al sentir el roce.

Se separo solo para tomar algo de aire, su respiración estaba ligeramente acelerada, sus ojos brillaban con la intensidad de su deseo-...¿Ahora, que? -le pregunto al griego, tomando su trasero ahora con las dos manos, masajeandolo lentamente, disfrutando de las respingadas y suaves nalgas de Nathan.
Tenia que dejarlo hablar, aunque no pensaba dejarlo ir sin complacerlo y complacerse.

Tomó aire un tanto apresurado, haciéndose un tanto sonoro mientras su pecho daba una rápida subida y bajada. El sudafricano no le dejaba acabar sus palabras volviendo a aprisionarle los labios.
-¡Ah! -Se quejó un poco por el mordisco que tiraba de su labio.
Arrugó un tanto la tela bajo sus dedos, enrojeciendo en las mejillas mientras un estremecimiento le recorría la nuca.
En sus caderas se clavaban las contrarias con la misma fuerza con la que otra vez se habían rozado. En cuanto liberó sus labios, Nathan echó un poco su cabeza hacia atrás con un jadeo y los ojos bien abiertos.
Y si antes estaba nervioso, ahora que tenía ambas manos sobándole estaba más nervioso.
-N-N... -Tartamudeó en un balbuceo, mirando al mayor con los ojos grandes- N-No podemos...
Miró hacia los lados en un gesto rápido.
-Osea... ¡E-Estamos en el jardín!

Relamió sus labios con suavidad, sonriendo satisfecho al escuchar el jadeo que salia de los labios del menor, era lo que buscaba y quería seguir escuchando mas de ellos.
Rodo los ojos al escuchar su negativa, chasqueo su lengua con algo de fastidio aunque sabia que el otro tenia razón, estaban en medio del Jardín de la escuela y cualquiera podía verlos pero eso solo le agregaba mas excitación a la situación.

-...Podríamos ser descubiertos y eso solo le pone mas emoción, ¿no crees? -pregunto de manera sensual, apretando suavemente uno de sus glúteos con su mano- Pero si te molesta podemos ir a mi habitación -susurro, inclinándose sobre la anatomía del griego para susurrar esas palabras en su oído, dejando un beso sobre oreja para después pasar su lengua sobre la piel y termino dándole un suave mordisco al lóbulo de su oreja.

El sonido de pasos se escucho en la cercanía, sumado con el movimiento de las armas. Rápidamente los seguros de estas se desactivaron dejando ver a hombres armados.

“¿Nathan Wence?” Pregunto uno de ellos sin importarles la escena que estaban presenciando. Miro la foto que tenía en sus manos y les apuntaron. “Venga ahora mismo con nosotros.” Ordeno mandando a dos soldados a separarlos.

Apretó un poco los labios sintiendo los labios en su oído, preguntándose por enésima vez qué debía hacer.
"Su... habitación..."
Ciertamente, había ido a la fiesta con tal de encontrarse con Ian. Pero... ¿Había pensado que podrían acabar así? Nathan quería pasar aquella fiesta con él. Era simplemente ese su plan.
¿Cuál razón a fin de todo aquello?
"...Porque me agrada estar a su lado"

El griego sonrió ligeramente alzando su rostro al contrario, con un gesto tierno.
"Un poco más tarde..."
Iba a responderle cuando entonces oyó unos pasos lejos, parpadeando girando el rostro con rapidez. ¿Alumnos? Profesores tal vez, se notaban pesados.
Sin embargo, aquellos hombres que vestían ropas militares y portaban armas no le parecía que fuera nadie de allí. Mantuvo en su rostro un gesto de asombro y desconcierto, mirando primero al que le nombró.
Durante un pequeño silencio en el que intentaba pensar, lo observó de nuevo.
"... ¿Bulgaria?" Pensó fijándose en las letras que lucían el uniforme. Casi en un flash recordó las noticias sobre las revueltas en el país, y lo mismo que oyó decir a Ian:

Seguramente, Grecia también será afectada...

Fue cuando el rostro del griego se rompió en angustia, medioescondiéndose en el sudafricano apretando sus dedos.
-Y-Yo... C-Como civil conozco mis derechos -Dijo con el poco valor que tenía- Yo no...

Pero antes de poder acabar uno de los soldados le tomó del hombro estirando de él mientras el otro estiraba a Ian con tal de separarlos.
Por lo que conllevaba a Nathan, no les fue difícil debido a su complexión, lo que hizo que el peliverde se agitara en el agarre.
-¡¡No!! ¡¡Suélteme!! -Estiró su mano al rubio mientras se sentía temblar asustado- ¡Ian!

Esperaba pacientemente la respuesta de Nathan, una ligera sonrisa misteriosa se formaba en sus labios y podrian haber seguido de esa manera durante mucho tiempo pero en ese momento el ruido de gente acercándose llamo su atención.
Volteo a verles con una mirada seria y frunció el ceño cuando escucho que nombraban al griego y que le pedían irse con ellos. "¿Que se creen? Se nota que son búlgaros...sabia que algo así podía pasar" pensó con furia el sudafricano, cubriendo al menor con su cuerpo para que no le hicieran ningún daño.

-¿QUE CARAJO CREEN QUE HACEN!? -reclamo con la ira corriendo por sus venas, al ver como esos soldados les retenían y los separaban, lucho para alejarse del agarre de uno de los militares- Se van a arrepentir, si no nos sueltan -murmuro con la mandíbula temblando de furia. Por algún motivo al ver la desesperación en los ojos de Nathan, se sentía aun mas furioso.

(Resultado: 18 + 2 = 20)

Sus ojos brillaban de manera peligrosa como un animal salvaje a punto de atacar, apretó uno de sus puños, concentrando energía eléctrica en aquella parte de su anatomía, justo como le enseño el Profesor Yorke. Rápidamente se giro, quedando frente a frente con el militar que le había estado sosteniendo, con fuerza golpeo la cara del soldado liberando con velocidad la carga eléctrica que se expandió con fuerza por todo el cuerpo del búlgaro hasta que cayo al suelo- No me toques... -murmuro antes de volver su vista a Nathan, necesitaba salvarlo por lo que corrió hacia el peliverde y el soldado que le retenía.

El miembro 'Ian Van Riebeeck' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 '1d20' :

#1 Resultados : 18

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#2 '1d20' :

#2 Resultados : 4

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#3 '1d20' :

#3 Resultados : 11

Inmediatamente el soldado que estaba ordenando disparo contra Ian dándole en el cuello con el somnífero y dejándolo inconsciente en el suelo. Se acerco al rubio y le removió con un pie. Despues miro a Nathan y se le ocurrió algo mucho mejor. Tomo el cuerpo de Ian levantándolo y poniéndole una navaja al cuello.

“Vienes o tu noviecillo se muere. ¿Trato?” Le pregunto a Nathan.

Tiró varias veces su cuerpo con tal de librarse, viendo el rostro contrario llenarse de furia. Casi dio un salto en su sitio llevándose una de sus manos a la boca viendo a Ian luchar por librarse, sufriendo más por él que no por lo que pudiera pasarle a sí mismo.
-¡Ian! -Volvió a exclamar asustado.

Pero no, lo estaba haciendo. Y él, sin embargo, estaba asustado como muchas otras veces:
Asustándose y sintiendo esa voz en su cabeza que le decía que no lo lograría, fuese lo que fuese. Fue cuando Nathan apretó sus labios. No podía continuar así, y más si el Sudafricano luchaba con tal de ayudarle.
Llevó su mano a la que le oprimía intentando soltarse mientras volvía a tender su mano al rubio al verle corriendo hacia él.

Pero entonces, lo vio ir cayendo despacio al haber recibido un disparo con un dardo somnífero. Su pequeña sonrisa esperanzada se desvaneció de golpe, mirando con los ojos abiertos como el soldado lo removía con un pie.
-¿...Ian? -Su voz se había quebrado un poco, volviendo a oir, evidentemente, aquella voz burlona en su mente, que casi parecía carcajeársele.
Paró de forcejear al ver como le colocaban la afilada hoja de una navaja, notando lágrimas brotar de sus ojos por culpa de la impotencia.
-¡N-No! ¡Por favor...! -Giró su rostro por un momento al que le tomaba de los hombros, y finalmente al otro- Dejenle... No le hagan daño...
Apretó sus ojos dando un gimoteo, subiendo sus puños a sus ojos con tal de secarlos.
-I-Iré

El soldado sonrió al tener su afirmativa, después de ello tomo su radio y llamo a su comandante.

“Tenemos a Wence señor.”

<< Perfecto>> se escucho de la radio. <>

“Si comandante.” Se guardo el radio y se hecho al hombro a Ian.

“Vámonos, tenemos que partir ya.” Efectivamente en poco tiempo se escucho como un helicóptero se aparcaba cerca de ellos. “Si atacas o algo por el estilo el se muere.” El soldado que tenia a Nathan lo soltó pero rápidamente lo empujo para adelante haciendo el caminara en dirección al helicóptero mientras tomaba al soldado inconsciente. No duraron mucho, llegaron al aparato donde ya estaban echando a varios de los alumnos capturados todos ellos inconscientes. “Es hora.” Sin pensarlo le dispararon un dardo a Nathan también con somnífero.