Esto... Perdone (Libre)

Entré por la puertas de la academia con las maletas en las manos y arrastrando una de ellas. No llevaba demasiadas cosas, solo las que permitían y un par más que le había puesto su madre, siendo un poco pesada ya que la mitad seguro que no las necesitaría.
Vio una figura que no pudo distinguir si era un chico o una chica porque estaba casi en la sombra.

-Perdone... Creo que esto es el vestíbulo, ¿verdad?
Seguí esperando una respuesta que parecía no llegar nunca y comencé a desesperar un poco.

Había sido una mañana muy ajetreada entre los preparativos del viaje. Y tratando de convencer a sus padres de acompañarla –ambos- a la academia. Había sido difícil en parte debido a sus personalidades tan distintas y al orgullo que existía entre ambos, no tenían ganas de verse a la cara y mucho menos de simular ser una familia unida una vez mas, pero ya no verían a su “pequeña” y única hija, y eso les preocupaba, mas que nada a su padre que constantemente le hacia repasar su lista de pertenencias.
Sin embargo después de los preparativos había sido un viaje tranquilo, incluso agradable, aunque Cassie se había sentido algo melancólica al despedirse de ambos padres, no dejo de sonreír, ni por dentro, ni por fuera.
Ahora se encontraba en la puerta principal con una maleta grande y una chica, y así permaneció de cuerpo inmóvil, únicamente despidiéndose de ellos con su mano zurda, mientras su familia se alejaba.
Una vez que desaparecieron de su vista en el horizonte, se dio la vuelta y suspiro, estaba nerviosa y emocionada, se preguntaba una y mil veces que clase de gente encontraría y que habilidades poseerían. A continuación abrió las puertas de par en par y se dispuso a meter sus maletas primero una grande junto con la chica, y luego la grande restante, dejándolas a un lado de la puerta.
-Mmm bien, ¿y ahora a donde se supone que debo ir? ¿Hola?
Al parecer no había nadie en el vestíbulo, por lo que se alejo un poco de este paseando su mirada por el vestíbulo y las puertas contiguas.
De pronto escucho una voz sin duda femenina y Cassie volteo acercándose a la fuente.
-Hola…-La miro con curiosidad parpadeando un par de veces, luego fijo su mirada en las maletas de aquella chica.
-Hey tu acabas de llegar ¿no es así? – La chica de cabellos bicolor se acerco un poco mas a ella- Yo también… -Con un gesto del mentón señalo en dirección a sus propias maletas-…parece que llegamos muy temprano-Sonrió ampliamente y luego desvió su mirada a la recepción.
-Ni que hacerle, ¿deberíamos esperar? –Le miro de reojo esperando respuesta pero después volteo de nuevo su rostro en dirección a la joven- Oh, perdona mis modales…
Extendiendo su mano hacia la brunette añadió.
-Me llamo Cassie, ¿cual es tu nombre?

-Encantada Cassie... Yo me llamo Yuki.- Mi voz sonaba despistada debido a que en realidad me sentí bastante perdida.
Observé a Cassie y todas las maletas que llevaba, luego miré las mías... No había comparación, las de ella eran como... Más grandes...

-Vaya... ¿Padres sobreprotectores?.-pregunté soriendo y señalando con un dedo las maletas.

Cogí del asa la mía y la trasladé un poco hacia un banco, luego le hice una indicación a Cassie para se sentase a mi lado.

-No podemos hacer nada... Habrá que esperar.

La chica le sonrió amablemente al escuchar su nombre, parecía algo desorientada, probablemente mas que ella misma aunque ambas acababan de llegar pero Cassie solía tomarse las cosas con calma, seguidamente noto su mirada desviarse hacia sus maletas.
-¿Padres sobreprotectores?, nah…bueno…-De pronto levanto la mirada pensando en ambos-…tal vez solo uno pero te aseguro que no tiene nada que ver con mi equipaje, es mucho más ligero de lo que parece…jeje…no soy buena para empacar y ademas espero llevar muchos regalos durante las vacaciones.
Después observo a la chica tomar su maleta y sentarse, parecía una persona bastante pacifica, y al parecer no tenia prisa alguna.
-No, gracias, espero no te moleste pero ha sido un viaje algo largo, prefiero estar de pie…-de pronto levanto los brazos estirándose y doblándose un poco a los costados tratando de desperezarse- ñaaaam que bien se siente…! -Seguidamente rebusco en uno de sus bolsillos y saco un caramelo de limon- ¿gustas?

-De acuerdo, gracias.-dije mientras cogía el caramelo de limón. Me levanté para colocarme bien las tablas de la falda y luego volvía a sentarme. La chica había dicho que no necesitaba sentarse pero yo llevaba sin dormir treinta y siete horas, por los nervios y por el viaje, así que necesitaba un poco de descanso.
-Bueno... ¿Qué es lo que sabes hacer?-pregunté dulcemente a Cassie. Siempre evitaba hablar de mi alter-ego Hikari, pero no pude evitar preguntarle que era lo que ella hacía.

OFF:

Había pasado un día desde que aquel incidente en el comedor, Caleb resultó gravemente herido al haber estallado aquella tremenda cantidad de energía frente a él, sacudió su cabeza para olvidar el suceso y retiró sus bendas antes de salir de la habitación, apenas pudo ver la perilla al girarla, todo le fue borroso pues sus ojos apenas absorbían la luz que le permitiese divisar los objetos cercanos, se apoyo en las paredes para seguir caminando, necesitaba aire fresco y en abundancia pues el vacío de su habitación le provocaba un complejo de culpa por haber perdido a su compañero "Alpin", secuestrado por la milicia Portugués; luego de 10 minutos recuperó mayor rango de visión por lo que irónicamente descubrió que se había perdido, se llevó una mano a la nuca revolviéndose el cabello y se ajusto las gafas oscuras cuando se percató de una plaquilla a lo alto de una pared que indicaba la dirección del lobby.

—Divertido, que mejor lugar para comenzar que el principio...— bufó sin ganas, pidió informes a los recepcionistas y estos le indicaron que podía seguir por la derecha, se giró en la dirección indicada y notó la presencia de dos personas en el mismo lobby, parecían ser recién llegadas. Luego de meditar unos segundos y torcer sus labios, decidió acercarse tranquilamente hasta quedar frente a ellas.

—Perdonen que las interrumpa, veo que son recién llegadas... ¿necesitan ayuda con sus maletas?— sintió que había hablado demasiado, no era su fuerte iniciar una conversación y mucho menos interrumpirla, pero Caleb sabía lo frustrante que era llegar con maletas y no tener ayuda, por suerte un joven acudió aquél día. Se acomodó las gafas negras y espero sus respuestas.

-Pues... Yo tengo una doble personalidad... Se llama Hikari.

En ese instante vino un muchacho rubio y con aspecto simpático.
Parecía capaz de indicarnos como movernos por la escuela y eso nos vendría bien para orientarnos.

-Gracias... Si pudieses ayudarnos a encontrar el camino correcto...