Preparando (Libre)

Mi Nyu caminaba con la vista nublada y perdida. A decir verdad ella en sí se sentía como si estuviese perdida y sin vida, ya casi nada era de importancia para la coreana. Resopló un poco mientras el aire le mecía el cabello y escuchaba muchos ruidos que no entendía su procedencia. Los arboles crujían con cada una de las corrientes de aire y ruidos completamente extraños invadían el espacio de la coreana, pero por estar tan absorta en su tristeza no se percató hasta que casi choca con un rubio de apariencia totalmente abrumadora. La surcoreana levantó la mirada y se quedó ahí fija por un minuto. El cuerpo se le estremeció, y un extraño calambre le recorrió la espalda, extrañada dio un paso atrás.

—Aigoo… chusomida —sacudió la cabeza— que diga… lo lamento —se mordió el labio y dio otro paso atrás. No sabía porque pero el rubio ese le daba muy mala espina… y ella sólo quería salir corriendo de allí, de verdad quería salir corriendo.

Mi Nyu se mordió los labios y su mirada nublada vio al chico que parecía trabajar con ¿tornillos? ¿navajas? La coreana se estremeció sin motivo y se recriminó a si misma mentalmente por hacerlo. Trató de fingir una sonrisa con el desconocido y se inclinó levemente para disculparse de nuevo por su intromisión.

—Debí asustarte. En verdad lamento molestarte —vio lo que el chico hacía pero no le halló ni pies y cabeza— supongo que estás ocupado trabajando en algo. Creo que debo de irme… de nuevo disculpa por distraerte —se volvió a inclinar levemente mientras su cuerpo se estremecía… había algo en esa mirada… algo que le recordaba a… Max. Su cuerpo tembló y se dio la vuelta para huir de ahí.

Mi Nyu se detuvo de golpe cuando el chico le indicó que no se fuera. Fue algo muy raro, no creía que el chico quisiera que estuviese ahí. Mi Nyu tenía que recuperarse de su ataque, así que tenía que esforzarse por ser la mitad de lo que había sido antes. Se animó a verlo a los ojos y sonreírle, pero esa mirada tenía algo… la surcoreana se estremeció y bajó los ojos. Cuando el rubio le preguntó si la conocía, Nyu frunció el ceño y lo evaluó de reojo.

— Lo siento —negó con la cabeza— pero tú rostro no me es familiar, debes de confundirme con alguien más, con otra persona —la chica re recordó que debía de intentar ser la de antes, y a pesar del dolor en el pecho que sentía, se animó a dar unos pasos más para acercarse el chico nuevo. Era muy alto, y su porte era muy impresionante, la chica se sintió pequeña a su lado, pero quiso quitarse los prejuicios y le sonrió levemente. Una sonrisa que no le llegó a los ojos.

— Soy Hwang Mi Nyu —se inclinó un poco como reverencia y después lo vio… pero no a los ojos. Debía de ser cortés… debía de ser la de antes… pero no podía ver esos ojos que le daban miedo— ¿Y tú… cómo te llamas?

Mi Nyu sintió un vuelco en el corazón con la pregunta de Damián. Si se le hacía familiar… si le preguntaba por un hermano… eso significaba que… conocía a su Mi Nam. Si el chico de mirada tenebrosa era amigo de su Mi Nam, significaba que quizás era alguien de confiar. Mi Nyu le sonrió con mucha sinceridad y asintió.

—¡Sí! —exclamó por fin con algo de vida su voz— tengo un hermano gemelo. Supongo que si me lo preguntas es porque lo conoces. Debes de conocer a mi Mi Nam. Yo desde el día que llegó a la ciudad no he tenido el gusto de volverlo a ver —Nyu se acercó hasta por fin quedar frente a frente con el chico de mirada poco confiable, pero decidió declinar sus prejuicios y le sonrió viéndolo directo a los ojos— Si eres amigo de Mi Nam… considérame tu amiga de igual forma —la chica sonrió cerrando un poco sus ojos estirados y ladeo un poco la cabeza en una manera tierna y despreocupada. El chico no le inspiraba confianza… pero Mi Nyu sabía perfectamente que no se podía juzgar a las personas por eso… mucha gente se alejaba de su Mi Nam por miedo, siendo que Nam era una de las personas más lindas y dulces que existían.

Mi Nyu sonrió tiernamente... tierna y tristemente para ser más precisos. La chica estaba completamente dolida por el hecho de haber sufrido de un ataque de la magnitud que había vivido y que su Mi Nam no se apareciera por ningún lado. Era obvio que Mi Nyu no le iba a decir nada a su hermano para que no hiciera alguna locura, pero le hubiese gustado apoyarse en él. Ahora ver a Damian ahí, le provocaba una cierta nostalgia… era como ver una parte de su hermano ahí… delante de ella. “Un amigo de Mi Nam” pensó Nyu y asintió con la pregunta del rubio.

—Sí, creo que como notaste en el parecido, Mi Nam y yo somos gemelos, el pelo puede despistar a la gente ya que él se lo pinta, pero sí, somos gemelos. ¿Qué… qué Mi Nam nunca te habló de mi? —la pregunta de la surcoreana sonó con un deje decepción. Un amigo de Nam… que no sabía nada de su existencia. Los ojitos de Nyu se acuaron un poco, pero sacudió la cabeza ligeramente para que el chico no lo notara— No me hagas caso. Y dime… ¿de dónde conoces a Mi Nam?

Una pequeña decepción cruzó por los ojos de la coreana cuando escuchó que no habían hablado mucho. Eso significaba que realmente no eran amigos, sino que más bien eran conocidos. La coreana recordó a su hermano en soledad cuando estaban en el orfanato y la idea de que aún en la actualidad se sintiera solo… o siguiera solo, le destazó el alma. Mi Nyu tenía prácticamente años sin ver a su Mi Nam… ¿Todos esos años Mi Nam había estado por su cuenta? Cuando lo vio el día que Ariel los unió, no había podido hablar bien con él. Aún quedaban muchas dudas en el aire.

—Ya veo… espero que si lo vuelves a ver… puedas llevarte un poco más con él. Mi Nam necesita a alguien cercano… alguien que sea íntimo para él. Creo que mi hermano ya no me quiere a mí para ese puesto, quizás y tú puedas ser esa persona —Mi Nyu le sonrió y le guiño levemente un ojo… no sabía porque pero a pesar de su lúgubre apariencia y mirada… la surcoreana había dejado de tenerle miedo. Su inocencia le hacía confiar mucho en las personas, a querer muy rápido y fácil… su inocencia la hacía una idiota y por eso siempre la lastimaban, pero no lo podía evitar. La chica se recargó en un árbol que estaba por ahí.

Mi Nyu se sorprendió un poco con la pregunta. La verdad es que pues… no, ella no se llevaba mucho con su Mi Nam… por lo menos no por el momento. Habían pasado muchos años distantes y supuso que sería difícil recuperar el tiempo perdido, pero la surcoreana estaba dispuesta a intentarlo, ella amaba a su gemelo y haría lo que fuera por él… y por Seth Raven… pero ese era otro tema. Su mirada se tornó triste de nuevo al recordar al peliplateado.

—Es un poco complicado —comenzó y se llevó un cabello detrás de su oreja— Mi Nam y yo duramos muchos años distantes. No es que no me quiera llevar mucho con mi hermano… si no por el contrario, es lo que más deseo, pero es difícil por la falta de comunicación. Hace unos días lo vi por aquí en Crusaders… y después de eso ya no he vuelto a verlo.

El recuerdo de Seth y el hecho de no haber visto nuevamente a Mi Nam le hicieron entristecerse y sus ojos volvieron a acuarse un poco.

—Aigoo… otra vez tengo ganas de llorar —se pasó una mano por los ojos para secarlos— por favor no hagas caso a eso. Sólo, quiero que sepas que te tendré en estima de ahora en adelante y si algún día me necesitas, no dudes en buscarme. Por lo regular me encontraras en la enfermería ya que mi poder es curar a las personas. Tengo que irme, pero fue un gusto conocerte Damián —dijo la chica y se inclinó levemente.

Mientras su cabeza estaba cabizbaja cuando se despedía del rubio, notó una enorme mancha carmesí, manchando el césped. La surcoreana frunció el ceño y vio que la mancha cada vez se hacía más grande. Mi Nyu levantó la cabeza con confusión y se llevó una mano a la boca para detener el grito que luchaba por salir de su garganta. Damián, estaba ahí… herido de su mano. “Aigoo… ¿cómo fue que sucedió eso?” La castaña tuve que parpadear varias veces para darse cuenta de que la herida del chico era real y no alucinaciones de sus ojos llorosos.

—Aigoo, Damián ¿Cómo fue que… en qué momento… —la chica estaba confundida pero sin dudarlo le tomó la mano sangrante y lo vio a sus azules… pero oscuros ojos— intentare curarte ¿de acuerdo?

(Tiro dados 13 + 3 de int = 16)

La surcoreana se concentró con todo su corazón... después de todo el chico que estaba herido era un pequeño lazo a su Mi Nam. El calor de su propio cuerpo, de su propia sangre... de su propia piel se desplazaron hasta la dermis del rubio y con satisfacción vio como la sangre dejaba de supurar y las piel se unía en una fina línea. Mi Nyu sonrió con grata sorpresa y le acarició la mano recién curada.

—Quedó como nueva —dijo con un dedo acarició donde debía de estar la herida— de hecho creo que no te quedara cicatriz —la chica le soltó la mano y volvió a guiñarle el ojo —Me voy ahora sí, y no dudes en buscarme si me necesitas de nuevo.

Curar a las personas era algo que siempre ponía de buen humor a la surcoreana, pero curar a un pequeño lazo de Mi Nam le daba el doble de satisfacción. La chica se despidió con la mano y caminó con pasos tranquilos y seguros... Mi Nyu creyó haber encontrado a un nuevo amigo, o eso quería creer.