Bienvenida a los crusados. [Historia]

No tenía ni la más remota idea de porque había ido para allá. O bien, si la tenia pero no lo quería aceptar aun. Tenía la necesidad de ver que los que llegaron de la misión estaban bien, en especial cierta persona por la que no pudo dejar de pensar. Después de lo que la coreana y claro, de algunas cosas que él no imagino que pasarían, su mente se había desenfocado al mero punto de quedar enchuecada completamente. Los sentimientos que él pensó no tener nunca, ahora estaban asfixiándole al grado de querer salirse de su cuerpo y no regresar.

Sus pasos llegaron hasta la entrada donde miraba como algunos estaban ya estaban recibiendo a los chicos de la misión y como curaban a los que venían heridos. El se mantuvo un poco al margen, si conocía a muchos de los que estuvieron ahí, de hecho Alpin, su buen amigo había estado capturado por los búlgaros, pero sin querer sus ojos no buscaron al escocés.

Cuando dio con el peligris, tuvo la necesidad de caminar y saludarlo, por lo menos un poco, de preguntarle cómo estaba y como se sentía. Se saber si estuvo en peligro con anterioridad. Pero antes siquiera de que pudiera avanzar un paso, miro como cierta coreana aparecía. Abrió los ojos de más al ver como esta se abrazaba con fuerza a Seth, estrechándolo con tanto amor y preguntándole seguramente lo que él quería saber. ¿Qué fue lo que hizo? Simple, se quedo en su posición mirando solo desde lejos lo que estaba pasando, sin querer aparecer en el campo de visión de aquellos.

Es lo mejor, es completamente lo mejor. Pensó el chico bajando la cabeza automáticamente. Ella lo merece más y viceversa, Mi Nyu dijo que lo amaba, eso hará felices a los dos.

Con ese pensamiento se quedo ahí, sin moverse un ápice. No quería que lo vieran, tan solo quería ver como estaba el superfuerte y después irse de ahí.

Por su parte, su lado interno estaba más que feliz. Sonriente, las emociones así estaban debilitando más y mas la conciencia de Terry al grado de dejarle más espacio para moverse a él. Es por ello que intencionalmente, estaba ya diciéndole palabras al oído. No lo vales, date por vencido, de todas maneras no tenias oportunidad, estas tan sucio. Lo decía tan fácil por ese descontrol que el otro ni se daba cuenta que en realidad era el otro quien solo metía cizaña en su cabeza. Terry solo pensaba que tenía que irse de ahí y ahora.

Estaba completamente débil debido a la ultima herida que había recibido en ultimo momento, apenas se había curado un poco en el avión para no desangrarse dentro de este, pues no quería seguir preocupando a los demás, apenas bajo del avión con ayuda de alguno de sus compañeros, sabia que necesitaba ser atendida con urgencia y Kael no estaba disponible para eso. Miro como muchos de los chicos eran recibidos por los alumnos, dándose cuenta de que haberlos ayudado y salvado era lo mejor, probablemente se hubiera ganado el odio de muchos de los chicos si no se hubieran esmerado tanto en rescatarlos. Estaba feliz y ahora podía descansar tranquilamente, sintiéndose en paz. Bajo del avión y se quedo cerca, pues sabia que su departamento quedaba demasiado alejado de ahí, suponía que ahora debía descansar en la enfermería de la academia, era la mejor opción.

Jez nota que dos personas lo observaron, "mmmmm parecen muy fuertes" pensaba que de seguro ellos serán los próximos, eso solo emocionaba a Jez ya que quería probar que tan fuerte eran aquí en esta academia. Mas gente salia de pasillos y se acercaban hacia la entrada, de repente esto se empezó a llenar; creo que por este día sera suficiente.

De repente cuando menos se lo esperaba "la pelirosa!!!" pensó Jez con cara de sorpresa "maldición aun no le e comprado su control....espera por que fregados me preocupo por eso" de repente Jez recordó lo que paso anoche..... solo ese recuerdo fue suficiente para que su corazón latiera fuerte "que diablos me pasa.... no puedo dejar que me miren así" pensaba, pero en realidad no quería sentir este sentimiento raro por lo que quería alejarse de la pelirosa lo mas pronto posible. como pudo se salio de la multitud para dirigirse a su dormitorio ya que aun tenia que conocer a su compañero de dormitorio, el cual estaría esperando.

El viaje había sido largo. Mucho. Pero al menos le había servido para recuperarse del cansancio del suceso. Por suerte, también había recuperado sus poderes y, sin ganas de hablar con nadie se había estado entreteniendo de nuevo con las cartas que aún poseía de su disfraz, aquellas que había comprado por una tontería y que ahora le servían como buena distracción y entrenamiento.

Al fin llegaron a la academia, viendo que habían salido algunos profesores y alumnos a recibirlos. Mientras veía las muestras de efusividad de algunos de ellos, el cómo se reunían con los amigos y, por lo que pudo ver de alguno, sus parejas, él se bajó como si nada con las manos en los bolsillos. Sinceramente, dudaba que entre el grupo de gente hubiese alguien que le estuviera esperando a él. No era muy sociable que digamos (o al menos no lo había sido en el tiempo que llevaba en la academia) y podría contar con la mano los amigos que tenía allí.

Así que simplemente se apartó, saludando a los profesores con un leve gesto y dispuesto a ir a su habitación, aún con las cartas en la mano. Mientras caminaba iba pensando en lo que iba a pasar a continuación. Tendría que retornar de nuevo a las clases, intentar volver a la 'aburrida' vida que llevaba hasta entonces. ¿Y cómo podría? Había visto de primera mano lo que era tener que utilizar sus poderes para sobrevivir, ya le pasó en África y ahora en Bulgaria... Era verdad que tenían que mejorar el control de sus poderes, pero...

Suspiró un poco, revolviéndose el pelo y colocándose bien el parche. Mientras estuviera allí, tendría que intentar soportarlo.

La luz llenaba el cénit del cielo, grabándose a fuego en sus retinas. Seth estaba ausente, lejano a todo el ruido, agotado. Y la imagen de Asen se le hacía tan lejana y remota como un sueño.
Tan sólo se movió un poco más cuando los paisajes se le asemejaban más a sus recuerdos y, en un susurro cohibidamente emocionado, escuchó a alguno de sus compañeros decir que veía Crusaders.
Seth se incorporó un poco en su sitio, observando la escuela, en semejante aspecto a una miniatura construída por un minucioso coleccionista. Los labios del peliplateado esbozaron una sonrisa furtiva.
"Antes me pareció más grande"
La primera vez que vio crusaders, esta se alzaba imponente, oscura bajo la tormenta, como una enorme fortaleza. Y por aquél entonces, sólo le causó temor, rabia... Sobretodo aquello último.
Odiaba todo: Odió a sus padres con todas sus fuerzas, a cada adulto, adolescente y niño que estuviera dentro de esas paredes o tuviera relación con ellas.
Y sin embargo, allí estaba, ahora él viéndolo desde lo alto. Y con unas enormes ganas de volver a pisar sus suelos de baldosas frías. Se llevó primero la mano a su ojo sin parche, percibiendo de esa forma cuánto había cambiado desde entonces, y quiso buscar en su bolsillo la Scarring Face para hacerle sentir de la misma forma el orgullo que podía notarse en sí mismo.
Pero por inercia, dio antes con una navaja. La sacó observando las letras T. M. que se encontraban en su mango escritas, y las acarició con su dedo.
"Terrance..."
Volvió su vista por la ventana. ¿Lo vería entre los demás?
"...He vuelto. Estoy aquí"

Bajó de los últimos. A su alrededor, alumnos se alegraban en ver a todos a salvo. Todos. Por un momento pensó en el desaparecido Milo, y se sintió sucio.
Alzó su vista al frente muy serio, y fue cuando sus ojos se encontraron con los carmesíes, escondidos entre los demás alumnos. Sintió un golpe en el pecho, tan fuerte que le hubiera hecho avanzar, pero sólo subió hasta su garganta esbozándole una iluminación en su rostro.
-Terry -Sus labios lograron moverse pronunciando el nombre, pero entre el ruido, y las pocas fuerzas debido al calor que ahogaba su garganta, la voz quedó silenciada.
"He vuelto"
Y entonces, fue estrechado. La coreana salió entre la multitud, corriendo hacia él exclamando su nombre.
Lo abrazó con fuerzas, más fuerte que una madre le hubiera podido abrazar en su vida, llorando de nervios, de angustia, o de alegría al verle.
Seth la miró con los ojos bien abiertos, sorprendido y confuso en su misma vez.
-Coreana -Tartamudeó- E-Estoy bien, sí...
Alzó de nuevo su rostro hacia los demás.
Ahora solo percibía una silueta que desaparecía entre uniformes y rostros. Sintió algo encojerse en su pecho, helado.

Un grito había salido de su boca, lleno de desesperación, aporreando las paredes metálicas, hasta tal punto de clavar las uñas en estas. Su cuerpo temblaba, preso de la locura, y creía que en un momento u otro se quedaría totalmente mudo.
No tenía bien claro cuándo había perdido la noción de tiempo y espacio, nisiquiera recordaba si se había desmayado, se había perdido en la inconsciencia o, simplemente, se había rendido en los brazos de Morfeo, agotado por las últimas tensiones sentidas.
¿O acaso todo lo había soñado? Se sentía bien, casi en una nube, y solamente un gesto brusco le hizo dar un salto.
Abrió despacio sus ojos, sin saber bien dónde se encontraba, hasta que el sonido de la nave le hizo situarse.
Ciertamente, Nathan no había soñado nada, ni en el sueño profundo en el que se había sumido todo ese largo trayecto. Le habían colocado una manta encima, envolviendo su cuerpo salvo sus pies, y su rostro se mostraba frágil cual porcelana.
Los susurros de los demás tripulantes avisaban su llegada a la escuela, y así, el contacto con la hierba cortada del césped en sus pies hizo que estos se encogieran en una extraña sensación.
A su alrededor, jóvenes y adultos sonreían al ver a todos sanos y salvos, corriendo a abrazarlos, saludarlos o comprobar su salud.
Nathan, sin embargo, se quedó inmóvil, ido. En sus ojos, cada individuo de aquél lugar se hacía tan transparente hasta tal punto de dejarle solo en el lugar, escuchando sus voces como ecos lejanos.
Sosteía sobre sí la manta, recordando los últimos minutos de escape.
Las puertas se cerraron casi de un solo golpe, dejando tras ellas al sudafricano. Y si antes ya estaba acogojado, eso fue peor.
"Te protejeré"
"No te dejaré atrás"
Había estado gritando su nombre, asustado por el hecho de que todo aquello desapareciera en fuego y humo y con ello, todos sus recuerdos, y todo aquello que tanto amaba.
No lograr cumplir con algo que prometió y, sin embargo, haber expresado todo su odio en palabras a aquello que más le importaba.
Las uñas las tenía dañadas, y en la punta, un poco de sangre. Y allí estaba, cubierto con una manta, solo ante Crusaders.
Y entonces, se lo preguntó...
¿¿Había visto a Ian después de aquello??
Se estremeció, sin tener claro si por culpa del frío o del pavor que retumbaba en su cabeza ante aquella pregunta.
Alguien se puso detrás. El griego se giró despacio, alzando su rostro con los ojos desorbitados y los labios entreabiertos, encontrándose con la mirada cetrina del rubio.
Respiró una, dos, tres veces profundo y veloz, acabando por apretar sus labios mientras notaba sus mejillas volverse a humedecer.

Sintió la mirada de Seth sobre la suya, aun y cuando había tantas personas ahí, la sintió con fuerza. El remolino de emociones estaba comiéndoselo completamente, mas con esa mirada tan centrada y ese abrazo tan ceñido. Desvió la mirada, no podía siquiera ver eso sin sentir que su interior sentía como si algo le estuviera quemando con una fiereza extrema.

Vamos, no seas tan dramático. Comenzó a decirle Max en el interior de su mente causándole más depresión. Sabias que esto pasaría él y con cualquiera. ¿Quién quiere estar con alguien que no sabe controlar sus movimientos? Con alguien que por más que desee ni siquiera puede ser fiel.

Por un segundo, sintió como si su cuerpo fuera transportado a un campo completamente vacío donde no tenía compañía más que la de Max. Fue por segundos, pero a la vez se sintió eterno. Era como si se volviera loco, pero sintió casi como si le abrazara por la espalda mientras susurraba a su oído.

Terry debes de darte cuenta que la única persona que estará contigo seré siempre yo. Nadie más soportaría estar a tu lado. Ni siquiera una persona fuerte. ¿Recuerdas a Dellilah? Ella no aguanto. ¿Qué te hace pensar que Raven lo hará?

Yo no pensaba en eso…Respondió en pensamientos sintiendo como se le aguaban un poco los ojos. Estaba sintiéndose vacio por dentro.

Solo míralos. Mira a la chica que apenas pudiste salvar. Ella lo ama, ¿Enserio eres tan vil como para ir allá y quitarle lo que ama? ¿Después de todo lo que paso hace unas noches?

Sin poder evitarlo miro donde le estaba dictando el alterego sintiendo como su corazón se hacía añicos de nuevo ante la mera imagen. No te necesita, ella sería feliz. ¿No se lo debes después de eso?

“Si…es cierto…” Termino diciéndolo en voz alta, regresando al mundo real. Ahora escuchaba de nuevo las voces de todos sus compañeros y todo movimiento a sus lados. “Es mejor que me vaya.” Termino, dándose la vuelta y yéndose de ahí. No hacía falta decir que Max estaba más que sonriente en el interior de Terry. Gozaba con hacerle sentir como una escoria, como si nadie le quisiera en el mundo. Hacerle titubear tanto, que sus defensas se cayeran una a una y lo mejor…es que apenas se daba cuenta. Pobre idiota.

Con esto, Terry se fue por fin de la entrada.

El miembro 'Hwang Mi Nyu' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 5

Pandora continuaba con su bebida cuando un de los docentes se acerco a ella, era el profesor Terrell, se acerco a ella a preguntarle si todo había salido bien, y quienes mas faltaban. Pandora dio un trago a su botella dijo “hola profe. Rhy… la misión fue algo mas tardada de lo que esperaba, al parecer la misión fue un éxito pero….” Pandora apretó su mano en coraje “por desgracia no pudimos averiguar nada sobre sus planes, evacuaron las instalación e hicieron explotar la escuela llevándose con ella cualquier información útil para nosotros… no debemos bajar la guardia ya que podrían regresar en cualquier momento” después e decir esto la docente le dio otro trago a su botella.

“Con respecto los que siguen en el chanate….” Pandora coloco su botella en su cinturón y se encamino a dentro del chanate volteo a Rhy y le dijo “es lo mismo que iré a averiguar”… “se están tardando mucho en bajar” pensó la maestra dio unos pasos y se volteo a ver a Rhy diciéndole “vienes?” con media sonrisa dibujada en su rostro.

Apenas si habia podido dejar mis cosas en mi dormitorio y sali para afuera, donde a como me habia enterado algunos alumnos y maestros volvian de un viaje y me dije a mi misma "que mejor lugar para conocerlos" así que me cambie rápido, y me dirigí hacia donde se encontraban todos.

Miraba de un lado a otro como todos se saludaban y poco a poco me empece a sentir incomoda, hasta que alguien se acerco a mi...

Ahí estaba el griego, no le tomo mucho tiempo encontrarlo, sentado en el suelo, descalzo, cubierto con una manta. Se veía frágil, mas de lo normal, necesitaba protección y que lo cuidaran aunque el sudafricano empezaba a preguntarse si el era la mejor opción para estar al lado e Nathan, no era cariñoso, despreciaba todo tipo de sentimentalismos, era frió, sus manos estaban manchadas de sangre, era vicioso, lujurioso y en definitiva aun no entendía eso de la fidelidad.

Aun sabiendo todo eso, cuando sus ojos se clavaron en el rostro del menor, toda duda desapareció y lo único que le interesaba era el estado del griego-...Katjie, ¿estas bien? -pregunto con suavidad, aun con el rostro serio, mirándole fijamente, ¿Que tenia que hacer? No lo sabia, nunca había estado tan cerca de alguien, tan unido y eso le jodia...No podía cambiar tanto por una persona, aun seguía negandose de aceptarlo.