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Nombre: Deragae Kargot Nisheida (Apellidos / Nombre)
Nombre clave: Aurosdake
Edad: 17 años (11 de junio de 1993)
Sexo: Masculino
Estilo de poder: Arma Natural - Sangre
Poder: Tiene la habilidad de controlar su sangre a su antojo ya sea en el interior de su cuerpo como externamente
Ocupación: Estudiante
Personalidad: Para muchos de los que le observan, puede ser u muchacho de lo más simpático, e inclusive le han llamado “un chico modélico”, pues siempre tiende a ayudar a quien se lo pide sin cuestionar o reprochar, además de que se muestra bastante dispuesto a hacerlo en cualquier momento. Demostrando un carácter amable ante todos y mostrando una sonrisa en casi todo momento, en academia lo han catalogado como alguien muy tranquilo y cooperador, e inclusive muchos dudan que esa actitud sea propia para un futuro defensor de lo correcto. Sin embargo, pocos son los que verdaderamente conocen la actitud y formas de Nisheida, pues este, tras los incidentes de su infancia, se hizo un prodigio de la actuación y el engaño. Por lo cual siempre actúa de aquella forma ante todos, escondiendo su verdadera forma de ser. Pues es frívolo en todo sentido y antisocial, al grado de que no considera un amigo a nadie, ni siquiera a los miembros de su la academia a la que asiste, aunque no por eso, pierde la creencia de que tiene la responsabilidad de cuidarlos a todos en lo que pueda. Es tremenda mente orgulloso, por lo que le es muy difícil, por no decir imposible aceptar un error o fracaso que haya tenido, por lo que jamás ha pedido ayuda a alguien aun cuando tiene alguna dificultad, lo que puede llegar a representar un verdadero problema a la larga. Otra característica es su poca paciencia hacia la gente, pues la pierde con facilidad cuando no está actuando, por lo que prefiere siempre estar solo, y siempre prefiere hacer las cosas por si mismo. Tiene un pésimo sentido de la orientación, al grado que es sumamente sencillo engañarlo en cuanto a direcciones se refiere. Es un fiel creyente del trabajo duro, por lo que detesta a la gente que se autodenomina o al a que llaman “genio o prodigio”, de igual manera le resulta molesto que lo cataloguen con ese adjetivo a él. Esa creencia del trabajo, hace que siempre pueda encontrarse le leyendo, entrenando o estudiando cualquier tipo de materia, lo cual también le ha ayudado en repetidas ocasiones a resolver algún conflicto. Es sumamente inteligente y cuando puede deshacerse de su máscara de actuación es relativamente callado, a ello se suma que no confía en nadie. Pese a sus malas actitudes, también se le a inculcado la caballerosidad, por lo que actuando o no, siempre trata de forma apta a las mujeres (excepto a las que se presentan como enemigos claro está). Por motivo de su infancia, aparentemente su escasa paciencia se agranda un poco cuando trata con niñas pequeñas, siendo estas las únicas que pueden producir le una sonrisa o risa sincera.
Mientras se encuentra actuando se muestra bastante comprensivo y cooperativo con la gente, mas nunca lo hace de buen grado, hasta ese momento nadie ha descubierto su actuación. Cuando pelea, se muestra totalmente frívolo e incluso cruel, lo que le ha hecho ganarse la descripción de alguien de sangre fria, cosa que muchos de sus compañeros no creen, pues solo ven su faceta de actuación. Pese a todo y que no confía en ellos, tiene un pleno y sincero cariño por la academia, aunque nunca lo acepte, por lo que no tiene reparos en salir en defensa de esta si es necesario. Otra de sus características es que mientras actúa siempre se expresa en un lenguaje muy formal, lo que le genera algunas burlas de ciertas personas, pues cuando deja de actuar, normalmente su vocabulario hace que se exprese de manera brusca y fuerte.
Historia:
Nació en Munich Alemania (de ahí lo recio de sus facciones), sin embargo jamás se considero de dicha nacionalidad, poco después del nacimiento de su hermana, la cual tenía dos años menos que el, ocurrió el primero de los golpes de la vida que irían formando el carácter el rubio. El fallecimiento de sus padres, fue simultaneo y Nisheida nunca se entero de como sucedió, pero debido a su corta edad y la de su hermana, fueron llevados a Italia, tierra de su madre y donde fueron criados en un orfanato. De hecho la pérdida de sus padres fue a una edad tan temprana que Nisheida nunca pudo recordad su aspecto o carácter, y dado que no tenia fotos suyas o algún recuerdo, opto por pasarlos al olvido, y dedicarse plenamente al cuidado y protección de su hermana. Aun a sus tres años de vida, Nisheida únicamente tuvo en cuenta que su hermana era su única familia, y por tanto, Karame se convirtió en la persona más importante para él así como su prioridad.
Su estancia en el orfanato, según sus propias palabras, fue el momento tal vez más tranquilo y monótono de su vida, y lo describe como una vida gris, donde el regocijo y el temor se mezclaban constantemente, pues aunque varios padres se habían ofrecido a adoptarlo, se negaba fervientemente mientras estos no accedieran a llevarse a su hermana también. A pesar de su corta edad Karame ya presentaba una enfermedad del tipo progresiva, lo que le hizo una niña delicada y que debía ser abstenida de muchas libertades que los otros niños disfrutaban sin reparos. Aquello no la desanimo en lo más mínimo, y se volvió una niña de carácter amable y bastante apacible, cuya diversión principal eran los juegos que hacia su hermano Nisheida con ella para entretenerla, lo que hacía que el chico tampoco estuviese mucho tiempo al aire libre. Pese a aquellas lamentables condiciones de vida, a Nisheida todavía se le podía catalogar como un niño, sonriente, normal, y responsable, las encargadas del orfanato decían que era un chico con una vida triste que le sonreía a la vida tratando de cuidar lo mejor posible a su hermana, y de esa manera, transcurrieron dos años más, en los que la enfermedad de su hermana se acentuó, de manera que le vaticinaban poca esperanza de vida si no recibía tratamiento médico, el cual resultaba imposible sin tener el dinero suficiente, pues el tratamiento era extremadamente largo y costoso.
Sin embargo, pese a esas condiciones y a la terrible verdad a la que se enfrentaba día con día, Nisheida seguía sonriente, esperanzado en que el cuidado infantil que le proporcionaba a su hermana menor, sirviera de alguna manera para su recuperación. Al cumplir los seis años comenzó lo que parecían los giros que determinarían su carácter a lo largo de su vida: aparentemente aquel orfanato fue tomado mediante trucos sucios por la mafia y todos los niños fueron desalojados de inmediato. Aquello no era bueno, a el no le interesaba salir del orfanato, pero Karame no podía vivir en la calle, tal cual era no podría soportar más de dos días en la calle, con frio y sin comer. No había remedio, e hizo lo único que podía hacer para sobrevivir: robar. Y de ese modo durante casi un mes, consiguió comida para él y su hermana, la calle no era un buen sitio, y más de una vez termino siendo golpeado por otros chicos que deseaban lo que lograba conseguir, sin embargo el dolor de esos puños definitivamente seria menor que el de la idea de abandonar a Karame.
Cierto día corría con la comida del día, el vendedor iba detrás de el, un mes de carrera le había dado un poco de experiencia para quitarse a los perseguidores de encima, y saltando una barda dejo atrás al dueño, ahora solo tenia que dar un rodeo y llegaría donde estaba Karame. Sin embargo no se dio cuenta de donde había caído, al parecer era un amplio patio, el cual, era custodiado por dos perros, los cuales ya avanzaban hacia el y le mostraban los colmillos. Sin darle tiempo al niño se arrojaron sobre el, no iba a entregarles la comida, no después de que le había costad tanto trabajo tomarla… Sintio una mordida en su brazo antes de que una voz gritase y manos fuertes apartaran a los perros de el. Al abrir los ojos vio a un hombre vestido de manera pulcra que sostenía a los dos perros.
-¿Quién eres y que haces aquí chico? – pregunto con autoridad y fuerza, la mirada si bien no era fría, era bastante cerrada y seria. El pequeño trago saliva antes de ponerse en pie y mirarle fijamente.
-Oey, ¿tu eres el dueño de este lugar? – pregunto viendo el extenso jardín y la mansión de fondo que sin lugar a duda podría tener a cincuenta personas cómodamente alojadas en su interior
-Así es, y te he preguntado qué haces aquí - le repitió con fuerte sentir en su voz, sin embargo aquello no amedrento a Nisheida.
-¡Deme trabajo!, haré lo que quiera, ni siquiera hace falta que me page, ¡solo pido que mi hermana pueda quedarse aquí! – grito suplicante.
Aquel hombre se negó, pero el pequeño rubio insistió, aun después de recibir una amenaza de que si no se retiraba los perros volverían a atacarle. No se fue, siguió insistiendo, hasta el punto donde aquel hombre escucho toda su situación y pareció suavizar su firme postura.
-Bien, trabajaras aquí, y trae a tu hermana, veremos que dicen mis doctores acerca de su enfermedad.
El rostro de Nisheida se ilumino, y contuvo las lagrimas y los gritos de gratitud que le iba a dirigir a aquel hombre, limitándose a asentir con la cabeza y yendo por Karame, quien le pregunto que sucedía debido a la mordida que tenía en el brazo a lo que solo contesto “el precio por conseguir algo bueno”. Ambos fueron a la mansión donde les recibieron y pronto tomaron un baño y comieron, Karame, fue llevada por una de las criadas al hospital y a Nisheida le llevaron con el resto del servicio para que se le informara de sus responsabilidades como mozo de la casa. AAl día siguiente Nisheida y hacia labores en los jardines, ayudaba en la cocina e incluso limpiaba el auto del señor de aquella señorial residencia, era levantarse temprano en las mañanas, y finalizar por la tarde, y sin embargo, pese a lo martiriarte de su jornada, le era impensable quedarse varado ahí. Cada noche, iba a la biblioteca de la mansión y estudiaba por su cuenta, si bien apenas sabia leer cuando salió del orfanato, agilizo su aprendizaje y estudio por cuenta propia y por habito. Dos años después, podía resolver problemas se cualquier chico de su edad y quizá algunas otras cosas que en los institutos no se enseñaban normalmente. Para ese entonces, ya desempeñaba el cargo de asistente personal en el servicio de aquel hombre que le diera empleo, claro estaba, el no recibía paga, trabajaba a cambio de un techo, comida y el tratamiento de su hermana, pero no protestaba, era suficiente por ahora.
Cierto día en una reunión de negocios que su patrón celebraría en la casa le correspondió llevar el servicio de té a los invitados, los cuales debatían acerca de cómo hacer que las acciones no decayeran mas, debido a cierto derrame económico. Todos parecían discutir eso sin llegar a una solución, y mientras serbia la italiana bebida a la mente del pequeño venia un libro de contabilidad que había pasado estudiando la ultima semana.
-Esto… - comenzó a hablar interrumpiendo la conversación y haciendo que las miradas se posaran sobre el, incluida la de su patrón que no reflejaba gusto en ella por su intervención. Tras tragar saliva se armo de valor para hablar – si el problema es que las acciones están descendiendo en su valor ¿Por qué no simplemente incrementar su costo?, el mercado descenderá y el dinero dejara de entrar por un momento, pero ¿eso no detendría la deflación?, si se hacen cálculos en dos meses las acciones podrían volver a valer lo mismo que antes – termino algo mas tímido de como había empezado. Un silencio se hizo en aquellos ejecutivos.
-¿Cuántos años tienes muchacho? – pregunto uno de ellos con sorpresa
-nu…un…nueve – respondió el niño
-Nisheida, retírate – exigió su patrón, el ni dudo en obedecer, esperaba no haberse pasado de bocón, pediría perdón mas tarde, pero que no lo echaran por el amor de dios.
Aquella noche le citaron en el despacho de su patrón, con el corazón en la mano, fue como se lo habían ordenado y lo encontró con un fajo de papeles frente a su escritorio. Tomo asiento frente a el y le miro a los ojos, sabia que enfrentarlo cara a cara era mejor que no hacerlo. El silencio se rompió cuando los vocablos e aquel hombre rompieron el silencio.
-¿Cuánto tiempo llevas metiéndote en la biblioteca en la noche? – pregunto
-Mas de un año boss, pero era después de mi turno y ya había terminado mis responsabilidades, además ordenaba todo antes de salir.
-Si, jamás faltaste en tus obligaciones ni hubo problemas en el orden de la biblioteca, sin embargo ya no podrás entrar por la noche – sentencio ante el asombro de el rubio que apretó los dientes ¿Por qué?, no había hecho nada malo, si era por su comentario de aquella tarde podía pedir disculpas, sin embargo la palma de su interlocutor le señalo que guardara silencio – jamás había visto a un muchacho como tu Nisheida, trabajas ´por tu hermana y aun así estudias por ti… yo jamás tuve hijos, pero de haberlos tenido esa es la actitud que me gustaría en ellos. Desde ahora, quiero que estudies con un profesor particular en las tardes y si en un año logras que una empresa aumente sus acciones en 30% te daré el apellido Deragae.
Nisheida se quedo pasmado, aquello era inaudito, le habían dado una oportunidad que no desperdiciaría. No solo le dejarían estudiar bajo la tutela de un maestro de verdad, si no que si pasaba la prueba, seria adoptado finalmente por aquel hombre, podría tener un futuro, un futuro para el y para su hermana. Acepto el desafío, pero pronto entendió que no iba a ser tan sencillo, las clases eran forzadas, no leía lo que le interesaba, si no lo que le imponían, sus días libres del trabajo se volvían en forzadas sesiones de repaso.
A través de aquella monótona y gris forma de vida, el carácter de Nisheida se modifico de manera progresiva, y aunque no se le veía como un antisocial, ni como alguien aislado, su carácter si ya era más individualista y sereno, al mismo tiempo que se había vuelto más maduro, y tal vez el estudio frecuente hacia que este no entendiera el porqué de la ignorancia de los pocos niños de su edad que podía ver en las fiestas a las que su patrón le llevaba. Sabia que su patrón era así con el porque en el depositaba el futuro de su empresa, pero era ostigante, en demasía aun para el, la única que seguía dándole sonrisas era su hermana, que por ese entonces le encantaba la música y hacía reír a su hermano mayor con cuentos que ella misma inventaba. Pero lo logro, logro cumplir le trato y tras un año logro que una empresa evolucionara no a un 30 si no a un 46% sus acciones, y aquello le hizo acreedor a la adopción por parte de aquel hombre, el cual le felicito, si bien de manera algo seca, sincera el haber logrado aquello, pero le recalco que sus estudios seguirían en pos de que manejara la empresa de manera optima en un futuro. Aquellas palabras tardaron en llegarle… la empresa… el seria el dueño de aquella gigantesca empresa.
Sin embargo, tras un tiempo sucedió algo que dio un giro a la rutinaria vida del pequeño rubio cambio drásticamente, pues su padre suspendió sus estudios, pues le presento a una mujer, la cual parecía ser una doctora. El tiempo paso y las sesiones de karame en el hospital se acabaron, ahora el tratamiento era en casa, donde la doctora estaba todo el dia y hacia sonreír a su padrastro, el cual, parecía darle por fin a Nisheida la vida de niño que todo niño soñaba al salir del orfanato.
Fueron tres años fugaces en los cuales la risa y diversión volvieron tanto para Karame como para él, pues su padrastro parecía demasiado ocupado tratando con la doctora como para exigir a Nisheida el progreso con los estudios, y por primer vez desde que se viera confinado en aquella oscura mansión, Nisheida salió con su hermana a los amplios jardines de esta, donde tomo su gusto y respeto por la flora, todo parecía perfecto ahora, pero lamentablemente, Nisheida pronto comprendería que la felicidad no era más que un mentira pasajera.
Tal parecía que su cumpleaños era la fecha ideal para sufrir sorpresas en gran medida, pues justamente ese día su padrastro les llamo él y a su hermana a su oficina, cosa que nunca había hecho en esos cuatro años de convivencia. Y para sorpresa y alegría de ambos hermanos, este les informo que la doctora, a la que ambos le habían tomado un aprecio cariño y hasta amor que le podrían tener a una madre, sería su esposa y su nueva madrastra, aunque ninguno pensó en usar ese término, se tomarían rápidamente la confianza de usar la palabra que se les había negado a ambos desde hacia tiempo: mama. El mes siguiente desde aquel aviso transcurrió con una mezcla de expectación, impaciencia y felicidad contenida por parte de los niños, la vida les iba moldando lo que querían, y Nisheida pensaba que era fruto del trabajo y disciplina que había tenido a través de aquello años, había pasado de ser un huérfano con una hermana enferma al hijastro de un rico empresario que estaba ayudando a su hermana con su enfermedad, y ahora sería el hijo de una amable doctora que era la principal causa de que su hermana estuviera recibiendo lo que necesitaba, y de un padrastro, que, gracias a ellas e había vuelto más amable. El día de la boda fue espectacular, como se esperaría de alguien de semejante posición, y para la memoria de Nisheida fue un acontecimiento que a otros les hubiera pasado desapercibido: vio sonreír a su padrastro, era la primera vez que lo hacía, en todo aquel tiempo jamás había visto sonreír a aquel hombre recio y serio que lo había adoptad y educado, forjado no solo como persona si no como hombre, el que le había reconocido y aceptado su talento., y tras ese día, todo parecía que sería perfecto de ahí en adelante. Pero aprendió, aprendió que entre más alto se eleva la felicidad, cuando más se abre el corazón a una persona, el golpe que se recibe después es infinitamente más doloroso, y sobre todo, decepciona y lastima de manera muy profunda.
Un mes después de el matrimonio entre aquellas dos personas que habían revolucionado su vida, la misteriosa muerte de su padrastro lo cambio todo, aquel día se torna muy confuso en la mente de Nisheida, el lo atribuye a que en aquella edad no podía asimilar de manera optima la situación, tan solo recuerda que en la mañana, una de las doncellas llegaba al vestíbulo gritando con histeria que el señor de la casa estaba muerto, “!con los ojos abiertos e inexpresivos en el suelo de su dormitorio!” había gritado para que todo el personal se enterase. E inmediatamente después, recuerda un gran bullicio en la mansión, muchos hombres uniformados salían y entraban, y algunos de blanco llevaban cubierto con una sabana el cuerpo inerte de su padrastro. Y como si fuera el escenario de una película trágica la lluvia se había hecho presente, como si se burlase del joven rubio que había creído que tenía el derecho a disfrutar de la felicidad que había soñado.
Su memoria va de el cuerpo carente de vida de su padrastro, hasta la imagen de a la que había considerado su madre, quien en ese momento era empujada a la puerta por dos de aquellos hombre uniformados, y que parecían obligarla a avanzar, mientras gritaba “!No fui yo!, !no lo mate, yo no lo envenene!, !no fui yo! !por favor!”, Deragae tiene muy presente el momento en que miro a los ojos a aquella mujer y los gritos que a continuación ella le dedico: “!No fui yo Nish!, !confía en tu madre! !yo no fui!”, y por alguna razón, al verla a los ojos, Nisheida ya no podía creerle, el encanto se había roto y volvía a verse como aquel huérfano que saliera de aquel orfanato a los seis años. El resto de aquel día transcurrió en compañía de los policías, mientras entre ellos, Nisheida alcanzaba a oír fragmentos de sus conversaciones y frases como “viuda negra” y “mira que hacer todo esto solo por el dinero”. Pese a el despojo de ambos adultos en su vida, legalmente su padrastro le había convertido en heredero tanto de su corporación como de sus propiedades y fortuna, lo que le capacitaba para continuar ejerciendo los negocios que este desempeñaba, y sobre todo, seguir con el tratamiento que necesitaba su hermana, aquel acto de confianza que su difunto padrastro le había mostrado, le dio la vaga sensación de haber sido querido y apreciado.
Se sentía estúpido, dolido y triste por lo que había ocurrido con aquel hombre, en vida le había parecido seco, y hasta un poco cruel debido a la forma en que le exigía aumentar sus habilidades y su nivel de estudios, pero ahora se veía como un hombre que lo había sacado de la calle y hecho que fuera lo que era ahora y que lo había comenzado a capacitar para la vida real, y, que ahora, le había dado la responsabilidad de cuidar y hacer crecer su empresa. Sin embargo la muerte de este no fue la única noticia devastadora para Nisheida, al verse obligado a ir al hospital para buscar un nuevo medico para su hermana se entero de la horrible verdad, su condición no había mejorado en lo más mínimo, aquella doctora no había hecho nada para mejorar la condición que tenia Karame, placebos, placebos había sido la única “medicina” que le había dado a la niña. Y por aquella razón, la enfermedad de la niña y su condición habían empeorado en demasía. Y si Nisheida esperaba ayuda por parte de alguien, se equivocaba rotundamente, aquellos empresarios que habían escuchado con tanta atención los discursos y palabras de su padrastro, no le tenían el menor respeto ni atención al niño que pese a tener la capacidad no tenia el respeto de los accionista y que ahora se veía obligado a encabezar un imperio, a una edad demasiado corta. Y por supuesto, se llevaban lo que querían, la fortuna de su padre se veía disminuida a medida que avanzaba el tiempo y no podía hacer nada. Pues dado que ahora la supervisión del tratamiento y cuidado de su hermana eran enteramente suyos, no podía proteger su herencia como era debido, y no se atrevía a confiar en las personas, pues hasta aquel momento aquella confianza le había producido mucho dolor. Tan solo dos meses tuvieron que transcurrir para que se diera cuenta que ya no podía mas, su situación económica era delicada y no parecía que fuera a mejorar, y eso no podía permitírselo, pues aun necesitaba el dinero para el tratamiento de su hermana, quien desde la muerte de su padrastro y el arresto de su asesina, había empeorado de manera grave. Tragándose el orgullo y esperando que aquella confianza no fuera traicionada se dispuso a buscar a un abogado que estuviera dispuesto a escuchar a un niño, y cuando lo encontró parecía que todo mejoraría de manera pronta y segura. Tras unas semanas de conversación, todo parecía estar volviendo a la normalidad, pero aparentemente, la vida quería demostrarle a Nisheida que la felicidad era solo una mentira. Fue una noche después de tratar con el abogado asuntos que estaban por arriba de los asuntos que podía comprender y tratar a esa edad, pero que parecían, le darían lo que necesitaba para conservar su herencia y a posibilidad de seguir tratando a su hermana, iba con su abogado en un carruaje, siendo este el transporte más común en la isla que habitaba, mientras discutían los detalles e aquella situación.
-Muchas gracias. Kouda-san – decía mientras vea a su abogado – no sé que habría hecho sin tu ayuda
-No se preocupe señorito – respondió este tendiéndole un fajo de documentos – confié en mi, después de firmar esto, usted no tendrá que preocuparse por el robo de su herencia.
Con toda la confianza que pudo ser capaz, Nisheida asentó su firma en aquellos documentos, sintiéndose aliviado a la expectativa de que podría continuar de mejor manea con su vida. Sin embargo segundos después, el carruaje freno, pues otros dos se le habían colocado enfrente bloqueando le el paso. Varios hombres descendieron de aquellos otros dos medios de transporte y les ordenaron que bajasen. Con calma, Kouda le indico que lo mejor sería no llevarles la contraria por su propia seguridad. En cuanto se hubo bajado del auto, fue apresado por varios brazos contra los que no pudo resistirse. Al instante reconoció a aquellos hombres de traje y corbata: eran los accionistas que le habían estado robando. Desafiante Nisheida les dijo que aunque le mataran no conseguirían el dinero, ante lo que obtuvo risas.
-¿De qué hablas criajo? - se escucho la voz e Kouda – ya firmaste – dijo mostrando el documento que momentos antes había firmado – ahora nos has cedido todos los derechos sobre la compañía y su acciones.
-!¿Por qué?!, ¿Por qué, Kouda-san? - pregunto gritando el niño sintiéndose traicionado y humillado por segunda ocasión en su vida.
-¿Por qué?- se mofo el abogado – porque detesto ver como una herencia tan grande es desperdiciada en el tratamiento de una mocosa que morirá de todas formas, por un niño que no ha hecho nada para merecerla, ni de una maldita zorra que iba a aprovecharla por estar con tu padre.
Aquello hizo que las lágrimas que habían estado brotando por los ojos del rubio cesaran ¿Qué había dicho?, aquella mujer a la que había llamado madre era la asesina de aquel amable hombre que lo había sacado del orfanato ¿o no?, solo eran mentiras, mentiras como las que le habían dicho durante todo el tiempo que los había visto.
-¿De… de que estas hablando? – pregunto con un hilo de voz mientras sus ojos se posaban sobre su amenazante interlocutor
-Se ve que eres un crio, ¿pensaste que alguien que pretende hacerse con una fortuna mata de forma tan evidente?... vamos, y decían que eras un niño genio ¡fuimos nosotros! – vocifero con una sonrisa burlándose del niño – recomendar a esa mujer a tu padre, sobornar al personal de su mansión para que cambiara medicamentos pro placebos, todo precariamente calculado para que toda aquella fortuna quedara en manos de dos inútiles mocosos que afortunadamente habían heredado una fortuna que no sabrían sostener, sin embargo resultaste una molestia, pese a lo que hacíamos sostuviste la empresa, de modo que decidimos quitaros de enmeio, la niña pronto moriría por la falta de tratamiento, y solo teníamos que deshacernos de ti… ¿no te parece un plan maravilloso?
Era inaudito, era un idiota, había quitado la confianza de aquella inocente mujer, y se la había dado a aquellos corruptos ejecutivos. Le habían traicionado, su madre nunca saldría de prisión, pronto le matarían y karame sufriría el mismo destino muy pronto. Cerro los ojos por su estupidez, solo esperando el disparo que le mataría, estaba furioso, consigo mismo y hacia con ellos. Cuando se oyo el disparo sintió el dolor en el pecho, sin embargo no fue un dolor como lo imaginaba, al abrir los ojos vio sangre en su ropa, y vio como la bala salía de su cuerpo hasta quedar inerte en el suelo
Aquello no solo causo confusión en los ejecutivos si no también miedo, pues uno volvió a disparar varias veces contra el niño, quien al cubrirse con su brazo recibió las balas, las cuales frenaron en su cuerpo y fueron expulsadas de nuevo, la sangre emanaba de las heridas, pero era como si lo hiciera de forma ordenada. Los ejecutivos parecían aterrados, y ya fuera por instinto o por entenderlo el oji azul no lo recuerda, simplemente recuerda que lanzo un grito de rabia y que la sangre derramada levito como si fuera magia, y se proyecto hacia aquellos hombres en forma de agujas, algunas atravesándoles por completo y dejándoles muertos en aquel sitio, tras aquello, su mundo se oscureció.
Tras recuperar la conciencia, un mes de rehabilitación, comenzó a interesarse sobre lo que había pasado en ese puente, el también se había asustado e impresionado con lo que había hecho pero aquel acontecimiento paso a segundo plano con el tercer y mas fuerte golpe que la vida le dio: la muerte de su hermana. Sería un día que Nisheida jamás olvidaría, pues había llegado el hospital tras una llamada del mismo, horas después de aquel increíble evento con los ejecutivos Durante una hora había permanecido al lado de Karame, que se limitaba a sonreírle y decirle que no se preocupara. Nisheida estuvo tomando su mano hasta el momento en que su hermana le espeto: “hermanito... no pierdas”, y segundos después, el electrocardiograma emitía un pitido constante y mostraba una línea plenamente horizontal. Nisheida tardo un momento en comprender lo que había pasado, y todo el hospital pudo oír como el niño gritaba el nombre de su hermana, como si con aquella acción pudiera retornarla a su lado. Tras aquel sucedo, trato ínfimamente de liberar a su madre, lo cual le llevo bastante tiempo
Pasaron mas de dos años antes de que el niño saliera de su depresión, durante ese tiempo contrato una mesa de contadores para que administrasen la empresa, y siguieran haciéndola crecer. Sin embargo durante ese tiempo también empezó a explorar lo que podía hacer, y a analizar lo que había sucedido esa noche, con el tiempo comenzó a tener un poco de dominio sobre sus sobrenaturales habilidades, enterándose de la academia crusaders, a la cual ingreso en cuanto cumplió los catorce años, delegando su estado financiero a contadores que no se quejaban debido a que en vez de salario les había concedido un porcentaje de la empresa por lo cual al hacerla mas eficiente incrementaban su propio dinero y no había ambición por quedarse con su parte, la cual crecía sin que tuviera que mover un solo dedo. Antes de entrar en la academia, logro que su madre saliera de prisión, sin embargo, esta jamás fue a verlo, únicamente le dejo una carta donde decía algunas de las palabras que mas dolían.
“No confiaste en tu madre Nisheida, no confiaste en mi
Confiaste en gente corrupta, gente malvada
Y pagaste con la muerte de tu hermana
Como yo aprende a no depositar tu confianza en aquellos que esperabas te ayudaran
Suerte con tu vida… yo haré la mía”
El rubio jamás la volvió a ver, ni a saber de ella, estaba decidido que la academia decidiría su futuro y el rumbo de su vida
Datos extra:
-Muan-shu : Es un gran usuario de este arte marcial chino, el cual se identifica por enseñar el manejo apropiado de varias armas como son la lanza, el bastón, las dagas entre otras. Sin embargo pese a dominar las mismas, Nisheia no cree enteramente necesario el empleo de estas a menos que se vea en una situación muy desventajosa. Por lo cual llevo el Muan-shu a otro campo distinto y lo personalizo. Esto dándole un gran entrenamiento a sus brazos, y logrando que los mismos pudieran asemejar la rigidez de una katana, a partir de esta cualidad, Nisheida creo movimientos fluidos asemejando a los que se emplean con las armas, esto con los giros, y movimientos rápidos de los brazos, hace que el lo llame una defensa cuerpo a cuerpo perfecta.
-Apreciación musical: Una de sus aficiones es la música clásica, lo que hecho de Nisheda un gran músico, capaz de tocar la mayoría de los instrumentos, y que al pelear, tarare algunas de las piezas más famosas de este género, siendo Bethooven uno de los más frecuentes. Sin embargo pese a su gusto por este músico, su sonata favorita es el Réquiem de Mozart, la cual canta en voz alta cuando el combate se ha tornado peligroso o a muerte, o cuando simplemente dará por finalizado el combate, inclusive cuando siente que está cerca de ser asesinado o derrotado (cabe mencionar que el Réquiem de Mozart es una sonata, por lo que simula el ritmo con la nota “La”, es decir, repite lalalalala, varias veces al ritmo de aquella composición)
-Una de las características curiosas de esta afición, es que no puede estar mucho tiempo sin esta música, pues después de algunos días de no escuchar música clásica, sufre ligeros temblores en las manos que el mismo llama “síntomas de abstinencia”, refiriéndose a que la música es vital para el. Aunque algunos solo le han llamado fanatismo este comportamiento.
-Es un aficionado pleno al azar y la suerte, siendo este, su única manera de congeniar con la gente aunque sea solo un poco. Esta cualidad. A hecho que siempre lleve una baraja de naipes guardada entre sus ropas y que tenga como manía juguetear con un pequeño dado rojo cuando necesita pensar. Sus repetidas experiencias en los casinos le han hecho un jugador excelente y muy atento, lo cual no hace fácil que puedan estafarle. Aquellos que lo intentan terminan mal, pues le molesta que haya personas que le quiten el azar y por tanto el interés al juego.
- También tiene una debilidad por los juegos de análisis, por lo que se le puede ver comúnmente con rompecabezas de alambre (rompecabezas chinos que consisten en zafar los alambres e alguna manera especial), el ajedrez, el shogi, el go, y el otello completan sus pasatiempos de estrategia.
- Es un aficionado, y casi un adicto al café, siendo esta su bebida favorita y más recurrente, cree que es ideal para cualquier ocasión, sin embargo este mismo gusto hace que en ocasiones sufra un involuntario insomnio y que este mismo le produzca algunas ojeras. De igual manera no siente gusto alguno por el té, dado que no encuentra comparación entre este, y el fuerte sabor de la bebida italiana, su combinación favorita se encuentra entre un buen café y una ración de takoyaki.
- El también un ferviente admirador del arte, siendo la pintura y la escultura las que más frecuenta después de la música, el mismo se dedica a tallar pequeñas esculturas que guarda con celo en su habitación y que no muestra a nadie. Generalmente cuando se entretiene con esto, su atención se fija en la misma actividad, lo que hace que ignore por completo lo que está a su alrededor, y no preste atención a nadie aun cuando este le este gritando, o esté sucediendo algún caos a su alrededor, el no despega su atención de la escultura hasta que la de por finalizada. Usualmente escucha música clásica cuando realiza esto. También es un practicante de caligrafiá, pues cree que le ayuda en el flujo de sus movimientos cuerpo a cuerpo...
– Desde su entrada a la academia, tiene un pequeño ratón que el mismo nombro Toshimaru, este roedor, parece tener las mismas aficiones que su amo, pues no tiene reparos en tomar café cuando él lo hace, escuchar la misma música e incluso participar en la elaboración de una escultura, normalmente lo trae en el hombro o en uno de sus bolsillos, pero es difícil que se vean separados uno del otro, muchos dicen que el animal parece más humano que ratón. Cosa que hace que Niseida argumente que es un ratón prodigio, pues inclusive se le puede ver imitando los movimientos del Muan shu de Nisheida lo que ha provocado las risas de más de uno de sus compañeros. -
– Tiene un ligero desagrado por los reptiles y los espacios cerrados, siendo los primeros a causa de que veía frecuentemente a una iguana mascota en uno de los despachos de un hombre al que odio profundamente en su infancia, mientras que los espacios cerrados puede que sea simplemente algún deje de una mínima claustrofobia, aunque no es algo que le impida estar en estos espacios de ser necesario
– Es extremadamente protector con las niñas, al grado de no permitir que nadie les ponga una mano encima , también lo hace incapaz de pelear con una, pues en ellas refleja a su hermana, y clara esta la culpa de no haberle ayudado de alguna forma a superar su enfermedad, y por ende el provocar de su fallecimiento.
– Parece tener un gran respeto por toda la naturaleza, ya que evita en lo posible dañar a la misma cada vez que le sea posible, del mismo modo no le tiene gran aprecio a la gente que usa armas de fuego en espacios donde la flora pueda resultar dañada.
- Aparentemente no soporta que una persona que acaba de conocer utilice su nombre de pila (Nisheida), por lo que siempre pide que lo llamen por su apellido.
Imagen del personaje:
Nombre clave: Aurosdake
Edad: 17 años (11 de junio de 1993)
Sexo: Masculino
Estilo de poder: Arma Natural - Sangre
Poder: Tiene la habilidad de controlar su sangre a su antojo ya sea en el interior de su cuerpo como externamente
Ocupación: Estudiante
Personalidad: Para muchos de los que le observan, puede ser u muchacho de lo más simpático, e inclusive le han llamado “un chico modélico”, pues siempre tiende a ayudar a quien se lo pide sin cuestionar o reprochar, además de que se muestra bastante dispuesto a hacerlo en cualquier momento. Demostrando un carácter amable ante todos y mostrando una sonrisa en casi todo momento, en academia lo han catalogado como alguien muy tranquilo y cooperador, e inclusive muchos dudan que esa actitud sea propia para un futuro defensor de lo correcto. Sin embargo, pocos son los que verdaderamente conocen la actitud y formas de Nisheida, pues este, tras los incidentes de su infancia, se hizo un prodigio de la actuación y el engaño. Por lo cual siempre actúa de aquella forma ante todos, escondiendo su verdadera forma de ser. Pues es frívolo en todo sentido y antisocial, al grado de que no considera un amigo a nadie, ni siquiera a los miembros de su la academia a la que asiste, aunque no por eso, pierde la creencia de que tiene la responsabilidad de cuidarlos a todos en lo que pueda. Es tremenda mente orgulloso, por lo que le es muy difícil, por no decir imposible aceptar un error o fracaso que haya tenido, por lo que jamás ha pedido ayuda a alguien aun cuando tiene alguna dificultad, lo que puede llegar a representar un verdadero problema a la larga. Otra característica es su poca paciencia hacia la gente, pues la pierde con facilidad cuando no está actuando, por lo que prefiere siempre estar solo, y siempre prefiere hacer las cosas por si mismo. Tiene un pésimo sentido de la orientación, al grado que es sumamente sencillo engañarlo en cuanto a direcciones se refiere. Es un fiel creyente del trabajo duro, por lo que detesta a la gente que se autodenomina o al a que llaman “genio o prodigio”, de igual manera le resulta molesto que lo cataloguen con ese adjetivo a él. Esa creencia del trabajo, hace que siempre pueda encontrarse le leyendo, entrenando o estudiando cualquier tipo de materia, lo cual también le ha ayudado en repetidas ocasiones a resolver algún conflicto. Es sumamente inteligente y cuando puede deshacerse de su máscara de actuación es relativamente callado, a ello se suma que no confía en nadie. Pese a sus malas actitudes, también se le a inculcado la caballerosidad, por lo que actuando o no, siempre trata de forma apta a las mujeres (excepto a las que se presentan como enemigos claro está). Por motivo de su infancia, aparentemente su escasa paciencia se agranda un poco cuando trata con niñas pequeñas, siendo estas las únicas que pueden producir le una sonrisa o risa sincera.
Mientras se encuentra actuando se muestra bastante comprensivo y cooperativo con la gente, mas nunca lo hace de buen grado, hasta ese momento nadie ha descubierto su actuación. Cuando pelea, se muestra totalmente frívolo e incluso cruel, lo que le ha hecho ganarse la descripción de alguien de sangre fria, cosa que muchos de sus compañeros no creen, pues solo ven su faceta de actuación. Pese a todo y que no confía en ellos, tiene un pleno y sincero cariño por la academia, aunque nunca lo acepte, por lo que no tiene reparos en salir en defensa de esta si es necesario. Otra de sus características es que mientras actúa siempre se expresa en un lenguaje muy formal, lo que le genera algunas burlas de ciertas personas, pues cuando deja de actuar, normalmente su vocabulario hace que se exprese de manera brusca y fuerte.
Historia:
Nació en Munich Alemania (de ahí lo recio de sus facciones), sin embargo jamás se considero de dicha nacionalidad, poco después del nacimiento de su hermana, la cual tenía dos años menos que el, ocurrió el primero de los golpes de la vida que irían formando el carácter el rubio. El fallecimiento de sus padres, fue simultaneo y Nisheida nunca se entero de como sucedió, pero debido a su corta edad y la de su hermana, fueron llevados a Italia, tierra de su madre y donde fueron criados en un orfanato. De hecho la pérdida de sus padres fue a una edad tan temprana que Nisheida nunca pudo recordad su aspecto o carácter, y dado que no tenia fotos suyas o algún recuerdo, opto por pasarlos al olvido, y dedicarse plenamente al cuidado y protección de su hermana. Aun a sus tres años de vida, Nisheida únicamente tuvo en cuenta que su hermana era su única familia, y por tanto, Karame se convirtió en la persona más importante para él así como su prioridad.
Su estancia en el orfanato, según sus propias palabras, fue el momento tal vez más tranquilo y monótono de su vida, y lo describe como una vida gris, donde el regocijo y el temor se mezclaban constantemente, pues aunque varios padres se habían ofrecido a adoptarlo, se negaba fervientemente mientras estos no accedieran a llevarse a su hermana también. A pesar de su corta edad Karame ya presentaba una enfermedad del tipo progresiva, lo que le hizo una niña delicada y que debía ser abstenida de muchas libertades que los otros niños disfrutaban sin reparos. Aquello no la desanimo en lo más mínimo, y se volvió una niña de carácter amable y bastante apacible, cuya diversión principal eran los juegos que hacia su hermano Nisheida con ella para entretenerla, lo que hacía que el chico tampoco estuviese mucho tiempo al aire libre. Pese a aquellas lamentables condiciones de vida, a Nisheida todavía se le podía catalogar como un niño, sonriente, normal, y responsable, las encargadas del orfanato decían que era un chico con una vida triste que le sonreía a la vida tratando de cuidar lo mejor posible a su hermana, y de esa manera, transcurrieron dos años más, en los que la enfermedad de su hermana se acentuó, de manera que le vaticinaban poca esperanza de vida si no recibía tratamiento médico, el cual resultaba imposible sin tener el dinero suficiente, pues el tratamiento era extremadamente largo y costoso.
Sin embargo, pese a esas condiciones y a la terrible verdad a la que se enfrentaba día con día, Nisheida seguía sonriente, esperanzado en que el cuidado infantil que le proporcionaba a su hermana menor, sirviera de alguna manera para su recuperación. Al cumplir los seis años comenzó lo que parecían los giros que determinarían su carácter a lo largo de su vida: aparentemente aquel orfanato fue tomado mediante trucos sucios por la mafia y todos los niños fueron desalojados de inmediato. Aquello no era bueno, a el no le interesaba salir del orfanato, pero Karame no podía vivir en la calle, tal cual era no podría soportar más de dos días en la calle, con frio y sin comer. No había remedio, e hizo lo único que podía hacer para sobrevivir: robar. Y de ese modo durante casi un mes, consiguió comida para él y su hermana, la calle no era un buen sitio, y más de una vez termino siendo golpeado por otros chicos que deseaban lo que lograba conseguir, sin embargo el dolor de esos puños definitivamente seria menor que el de la idea de abandonar a Karame.
Cierto día corría con la comida del día, el vendedor iba detrás de el, un mes de carrera le había dado un poco de experiencia para quitarse a los perseguidores de encima, y saltando una barda dejo atrás al dueño, ahora solo tenia que dar un rodeo y llegaría donde estaba Karame. Sin embargo no se dio cuenta de donde había caído, al parecer era un amplio patio, el cual, era custodiado por dos perros, los cuales ya avanzaban hacia el y le mostraban los colmillos. Sin darle tiempo al niño se arrojaron sobre el, no iba a entregarles la comida, no después de que le había costad tanto trabajo tomarla… Sintio una mordida en su brazo antes de que una voz gritase y manos fuertes apartaran a los perros de el. Al abrir los ojos vio a un hombre vestido de manera pulcra que sostenía a los dos perros.
-¿Quién eres y que haces aquí chico? – pregunto con autoridad y fuerza, la mirada si bien no era fría, era bastante cerrada y seria. El pequeño trago saliva antes de ponerse en pie y mirarle fijamente.
-Oey, ¿tu eres el dueño de este lugar? – pregunto viendo el extenso jardín y la mansión de fondo que sin lugar a duda podría tener a cincuenta personas cómodamente alojadas en su interior
-Así es, y te he preguntado qué haces aquí - le repitió con fuerte sentir en su voz, sin embargo aquello no amedrento a Nisheida.
-¡Deme trabajo!, haré lo que quiera, ni siquiera hace falta que me page, ¡solo pido que mi hermana pueda quedarse aquí! – grito suplicante.
Aquel hombre se negó, pero el pequeño rubio insistió, aun después de recibir una amenaza de que si no se retiraba los perros volverían a atacarle. No se fue, siguió insistiendo, hasta el punto donde aquel hombre escucho toda su situación y pareció suavizar su firme postura.
-Bien, trabajaras aquí, y trae a tu hermana, veremos que dicen mis doctores acerca de su enfermedad.
El rostro de Nisheida se ilumino, y contuvo las lagrimas y los gritos de gratitud que le iba a dirigir a aquel hombre, limitándose a asentir con la cabeza y yendo por Karame, quien le pregunto que sucedía debido a la mordida que tenía en el brazo a lo que solo contesto “el precio por conseguir algo bueno”. Ambos fueron a la mansión donde les recibieron y pronto tomaron un baño y comieron, Karame, fue llevada por una de las criadas al hospital y a Nisheida le llevaron con el resto del servicio para que se le informara de sus responsabilidades como mozo de la casa. AAl día siguiente Nisheida y hacia labores en los jardines, ayudaba en la cocina e incluso limpiaba el auto del señor de aquella señorial residencia, era levantarse temprano en las mañanas, y finalizar por la tarde, y sin embargo, pese a lo martiriarte de su jornada, le era impensable quedarse varado ahí. Cada noche, iba a la biblioteca de la mansión y estudiaba por su cuenta, si bien apenas sabia leer cuando salió del orfanato, agilizo su aprendizaje y estudio por cuenta propia y por habito. Dos años después, podía resolver problemas se cualquier chico de su edad y quizá algunas otras cosas que en los institutos no se enseñaban normalmente. Para ese entonces, ya desempeñaba el cargo de asistente personal en el servicio de aquel hombre que le diera empleo, claro estaba, el no recibía paga, trabajaba a cambio de un techo, comida y el tratamiento de su hermana, pero no protestaba, era suficiente por ahora.
Cierto día en una reunión de negocios que su patrón celebraría en la casa le correspondió llevar el servicio de té a los invitados, los cuales debatían acerca de cómo hacer que las acciones no decayeran mas, debido a cierto derrame económico. Todos parecían discutir eso sin llegar a una solución, y mientras serbia la italiana bebida a la mente del pequeño venia un libro de contabilidad que había pasado estudiando la ultima semana.
-Esto… - comenzó a hablar interrumpiendo la conversación y haciendo que las miradas se posaran sobre el, incluida la de su patrón que no reflejaba gusto en ella por su intervención. Tras tragar saliva se armo de valor para hablar – si el problema es que las acciones están descendiendo en su valor ¿Por qué no simplemente incrementar su costo?, el mercado descenderá y el dinero dejara de entrar por un momento, pero ¿eso no detendría la deflación?, si se hacen cálculos en dos meses las acciones podrían volver a valer lo mismo que antes – termino algo mas tímido de como había empezado. Un silencio se hizo en aquellos ejecutivos.
-¿Cuántos años tienes muchacho? – pregunto uno de ellos con sorpresa
-nu…un…nueve – respondió el niño
-Nisheida, retírate – exigió su patrón, el ni dudo en obedecer, esperaba no haberse pasado de bocón, pediría perdón mas tarde, pero que no lo echaran por el amor de dios.
Aquella noche le citaron en el despacho de su patrón, con el corazón en la mano, fue como se lo habían ordenado y lo encontró con un fajo de papeles frente a su escritorio. Tomo asiento frente a el y le miro a los ojos, sabia que enfrentarlo cara a cara era mejor que no hacerlo. El silencio se rompió cuando los vocablos e aquel hombre rompieron el silencio.
-¿Cuánto tiempo llevas metiéndote en la biblioteca en la noche? – pregunto
-Mas de un año boss, pero era después de mi turno y ya había terminado mis responsabilidades, además ordenaba todo antes de salir.
-Si, jamás faltaste en tus obligaciones ni hubo problemas en el orden de la biblioteca, sin embargo ya no podrás entrar por la noche – sentencio ante el asombro de el rubio que apretó los dientes ¿Por qué?, no había hecho nada malo, si era por su comentario de aquella tarde podía pedir disculpas, sin embargo la palma de su interlocutor le señalo que guardara silencio – jamás había visto a un muchacho como tu Nisheida, trabajas ´por tu hermana y aun así estudias por ti… yo jamás tuve hijos, pero de haberlos tenido esa es la actitud que me gustaría en ellos. Desde ahora, quiero que estudies con un profesor particular en las tardes y si en un año logras que una empresa aumente sus acciones en 30% te daré el apellido Deragae.
Nisheida se quedo pasmado, aquello era inaudito, le habían dado una oportunidad que no desperdiciaría. No solo le dejarían estudiar bajo la tutela de un maestro de verdad, si no que si pasaba la prueba, seria adoptado finalmente por aquel hombre, podría tener un futuro, un futuro para el y para su hermana. Acepto el desafío, pero pronto entendió que no iba a ser tan sencillo, las clases eran forzadas, no leía lo que le interesaba, si no lo que le imponían, sus días libres del trabajo se volvían en forzadas sesiones de repaso.
A través de aquella monótona y gris forma de vida, el carácter de Nisheida se modifico de manera progresiva, y aunque no se le veía como un antisocial, ni como alguien aislado, su carácter si ya era más individualista y sereno, al mismo tiempo que se había vuelto más maduro, y tal vez el estudio frecuente hacia que este no entendiera el porqué de la ignorancia de los pocos niños de su edad que podía ver en las fiestas a las que su patrón le llevaba. Sabia que su patrón era así con el porque en el depositaba el futuro de su empresa, pero era ostigante, en demasía aun para el, la única que seguía dándole sonrisas era su hermana, que por ese entonces le encantaba la música y hacía reír a su hermano mayor con cuentos que ella misma inventaba. Pero lo logro, logro cumplir le trato y tras un año logro que una empresa evolucionara no a un 30 si no a un 46% sus acciones, y aquello le hizo acreedor a la adopción por parte de aquel hombre, el cual le felicito, si bien de manera algo seca, sincera el haber logrado aquello, pero le recalco que sus estudios seguirían en pos de que manejara la empresa de manera optima en un futuro. Aquellas palabras tardaron en llegarle… la empresa… el seria el dueño de aquella gigantesca empresa.
Sin embargo, tras un tiempo sucedió algo que dio un giro a la rutinaria vida del pequeño rubio cambio drásticamente, pues su padre suspendió sus estudios, pues le presento a una mujer, la cual parecía ser una doctora. El tiempo paso y las sesiones de karame en el hospital se acabaron, ahora el tratamiento era en casa, donde la doctora estaba todo el dia y hacia sonreír a su padrastro, el cual, parecía darle por fin a Nisheida la vida de niño que todo niño soñaba al salir del orfanato.
Fueron tres años fugaces en los cuales la risa y diversión volvieron tanto para Karame como para él, pues su padrastro parecía demasiado ocupado tratando con la doctora como para exigir a Nisheida el progreso con los estudios, y por primer vez desde que se viera confinado en aquella oscura mansión, Nisheida salió con su hermana a los amplios jardines de esta, donde tomo su gusto y respeto por la flora, todo parecía perfecto ahora, pero lamentablemente, Nisheida pronto comprendería que la felicidad no era más que un mentira pasajera.
Tal parecía que su cumpleaños era la fecha ideal para sufrir sorpresas en gran medida, pues justamente ese día su padrastro les llamo él y a su hermana a su oficina, cosa que nunca había hecho en esos cuatro años de convivencia. Y para sorpresa y alegría de ambos hermanos, este les informo que la doctora, a la que ambos le habían tomado un aprecio cariño y hasta amor que le podrían tener a una madre, sería su esposa y su nueva madrastra, aunque ninguno pensó en usar ese término, se tomarían rápidamente la confianza de usar la palabra que se les había negado a ambos desde hacia tiempo: mama. El mes siguiente desde aquel aviso transcurrió con una mezcla de expectación, impaciencia y felicidad contenida por parte de los niños, la vida les iba moldando lo que querían, y Nisheida pensaba que era fruto del trabajo y disciplina que había tenido a través de aquello años, había pasado de ser un huérfano con una hermana enferma al hijastro de un rico empresario que estaba ayudando a su hermana con su enfermedad, y ahora sería el hijo de una amable doctora que era la principal causa de que su hermana estuviera recibiendo lo que necesitaba, y de un padrastro, que, gracias a ellas e había vuelto más amable. El día de la boda fue espectacular, como se esperaría de alguien de semejante posición, y para la memoria de Nisheida fue un acontecimiento que a otros les hubiera pasado desapercibido: vio sonreír a su padrastro, era la primera vez que lo hacía, en todo aquel tiempo jamás había visto sonreír a aquel hombre recio y serio que lo había adoptad y educado, forjado no solo como persona si no como hombre, el que le había reconocido y aceptado su talento., y tras ese día, todo parecía que sería perfecto de ahí en adelante. Pero aprendió, aprendió que entre más alto se eleva la felicidad, cuando más se abre el corazón a una persona, el golpe que se recibe después es infinitamente más doloroso, y sobre todo, decepciona y lastima de manera muy profunda.
Un mes después de el matrimonio entre aquellas dos personas que habían revolucionado su vida, la misteriosa muerte de su padrastro lo cambio todo, aquel día se torna muy confuso en la mente de Nisheida, el lo atribuye a que en aquella edad no podía asimilar de manera optima la situación, tan solo recuerda que en la mañana, una de las doncellas llegaba al vestíbulo gritando con histeria que el señor de la casa estaba muerto, “!con los ojos abiertos e inexpresivos en el suelo de su dormitorio!” había gritado para que todo el personal se enterase. E inmediatamente después, recuerda un gran bullicio en la mansión, muchos hombres uniformados salían y entraban, y algunos de blanco llevaban cubierto con una sabana el cuerpo inerte de su padrastro. Y como si fuera el escenario de una película trágica la lluvia se había hecho presente, como si se burlase del joven rubio que había creído que tenía el derecho a disfrutar de la felicidad que había soñado.
Su memoria va de el cuerpo carente de vida de su padrastro, hasta la imagen de a la que había considerado su madre, quien en ese momento era empujada a la puerta por dos de aquellos hombre uniformados, y que parecían obligarla a avanzar, mientras gritaba “!No fui yo!, !no lo mate, yo no lo envenene!, !no fui yo! !por favor!”, Deragae tiene muy presente el momento en que miro a los ojos a aquella mujer y los gritos que a continuación ella le dedico: “!No fui yo Nish!, !confía en tu madre! !yo no fui!”, y por alguna razón, al verla a los ojos, Nisheida ya no podía creerle, el encanto se había roto y volvía a verse como aquel huérfano que saliera de aquel orfanato a los seis años. El resto de aquel día transcurrió en compañía de los policías, mientras entre ellos, Nisheida alcanzaba a oír fragmentos de sus conversaciones y frases como “viuda negra” y “mira que hacer todo esto solo por el dinero”. Pese a el despojo de ambos adultos en su vida, legalmente su padrastro le había convertido en heredero tanto de su corporación como de sus propiedades y fortuna, lo que le capacitaba para continuar ejerciendo los negocios que este desempeñaba, y sobre todo, seguir con el tratamiento que necesitaba su hermana, aquel acto de confianza que su difunto padrastro le había mostrado, le dio la vaga sensación de haber sido querido y apreciado.
Se sentía estúpido, dolido y triste por lo que había ocurrido con aquel hombre, en vida le había parecido seco, y hasta un poco cruel debido a la forma en que le exigía aumentar sus habilidades y su nivel de estudios, pero ahora se veía como un hombre que lo había sacado de la calle y hecho que fuera lo que era ahora y que lo había comenzado a capacitar para la vida real, y, que ahora, le había dado la responsabilidad de cuidar y hacer crecer su empresa. Sin embargo la muerte de este no fue la única noticia devastadora para Nisheida, al verse obligado a ir al hospital para buscar un nuevo medico para su hermana se entero de la horrible verdad, su condición no había mejorado en lo más mínimo, aquella doctora no había hecho nada para mejorar la condición que tenia Karame, placebos, placebos había sido la única “medicina” que le había dado a la niña. Y por aquella razón, la enfermedad de la niña y su condición habían empeorado en demasía. Y si Nisheida esperaba ayuda por parte de alguien, se equivocaba rotundamente, aquellos empresarios que habían escuchado con tanta atención los discursos y palabras de su padrastro, no le tenían el menor respeto ni atención al niño que pese a tener la capacidad no tenia el respeto de los accionista y que ahora se veía obligado a encabezar un imperio, a una edad demasiado corta. Y por supuesto, se llevaban lo que querían, la fortuna de su padre se veía disminuida a medida que avanzaba el tiempo y no podía hacer nada. Pues dado que ahora la supervisión del tratamiento y cuidado de su hermana eran enteramente suyos, no podía proteger su herencia como era debido, y no se atrevía a confiar en las personas, pues hasta aquel momento aquella confianza le había producido mucho dolor. Tan solo dos meses tuvieron que transcurrir para que se diera cuenta que ya no podía mas, su situación económica era delicada y no parecía que fuera a mejorar, y eso no podía permitírselo, pues aun necesitaba el dinero para el tratamiento de su hermana, quien desde la muerte de su padrastro y el arresto de su asesina, había empeorado de manera grave. Tragándose el orgullo y esperando que aquella confianza no fuera traicionada se dispuso a buscar a un abogado que estuviera dispuesto a escuchar a un niño, y cuando lo encontró parecía que todo mejoraría de manera pronta y segura. Tras unas semanas de conversación, todo parecía estar volviendo a la normalidad, pero aparentemente, la vida quería demostrarle a Nisheida que la felicidad era solo una mentira. Fue una noche después de tratar con el abogado asuntos que estaban por arriba de los asuntos que podía comprender y tratar a esa edad, pero que parecían, le darían lo que necesitaba para conservar su herencia y a posibilidad de seguir tratando a su hermana, iba con su abogado en un carruaje, siendo este el transporte más común en la isla que habitaba, mientras discutían los detalles e aquella situación.
-Muchas gracias. Kouda-san – decía mientras vea a su abogado – no sé que habría hecho sin tu ayuda
-No se preocupe señorito – respondió este tendiéndole un fajo de documentos – confié en mi, después de firmar esto, usted no tendrá que preocuparse por el robo de su herencia.
Con toda la confianza que pudo ser capaz, Nisheida asentó su firma en aquellos documentos, sintiéndose aliviado a la expectativa de que podría continuar de mejor manea con su vida. Sin embargo segundos después, el carruaje freno, pues otros dos se le habían colocado enfrente bloqueando le el paso. Varios hombres descendieron de aquellos otros dos medios de transporte y les ordenaron que bajasen. Con calma, Kouda le indico que lo mejor sería no llevarles la contraria por su propia seguridad. En cuanto se hubo bajado del auto, fue apresado por varios brazos contra los que no pudo resistirse. Al instante reconoció a aquellos hombres de traje y corbata: eran los accionistas que le habían estado robando. Desafiante Nisheida les dijo que aunque le mataran no conseguirían el dinero, ante lo que obtuvo risas.
-¿De qué hablas criajo? - se escucho la voz e Kouda – ya firmaste – dijo mostrando el documento que momentos antes había firmado – ahora nos has cedido todos los derechos sobre la compañía y su acciones.
-!¿Por qué?!, ¿Por qué, Kouda-san? - pregunto gritando el niño sintiéndose traicionado y humillado por segunda ocasión en su vida.
-¿Por qué?- se mofo el abogado – porque detesto ver como una herencia tan grande es desperdiciada en el tratamiento de una mocosa que morirá de todas formas, por un niño que no ha hecho nada para merecerla, ni de una maldita zorra que iba a aprovecharla por estar con tu padre.
Aquello hizo que las lágrimas que habían estado brotando por los ojos del rubio cesaran ¿Qué había dicho?, aquella mujer a la que había llamado madre era la asesina de aquel amable hombre que lo había sacado del orfanato ¿o no?, solo eran mentiras, mentiras como las que le habían dicho durante todo el tiempo que los había visto.
-¿De… de que estas hablando? – pregunto con un hilo de voz mientras sus ojos se posaban sobre su amenazante interlocutor
-Se ve que eres un crio, ¿pensaste que alguien que pretende hacerse con una fortuna mata de forma tan evidente?... vamos, y decían que eras un niño genio ¡fuimos nosotros! – vocifero con una sonrisa burlándose del niño – recomendar a esa mujer a tu padre, sobornar al personal de su mansión para que cambiara medicamentos pro placebos, todo precariamente calculado para que toda aquella fortuna quedara en manos de dos inútiles mocosos que afortunadamente habían heredado una fortuna que no sabrían sostener, sin embargo resultaste una molestia, pese a lo que hacíamos sostuviste la empresa, de modo que decidimos quitaros de enmeio, la niña pronto moriría por la falta de tratamiento, y solo teníamos que deshacernos de ti… ¿no te parece un plan maravilloso?
Era inaudito, era un idiota, había quitado la confianza de aquella inocente mujer, y se la había dado a aquellos corruptos ejecutivos. Le habían traicionado, su madre nunca saldría de prisión, pronto le matarían y karame sufriría el mismo destino muy pronto. Cerro los ojos por su estupidez, solo esperando el disparo que le mataría, estaba furioso, consigo mismo y hacia con ellos. Cuando se oyo el disparo sintió el dolor en el pecho, sin embargo no fue un dolor como lo imaginaba, al abrir los ojos vio sangre en su ropa, y vio como la bala salía de su cuerpo hasta quedar inerte en el suelo
Aquello no solo causo confusión en los ejecutivos si no también miedo, pues uno volvió a disparar varias veces contra el niño, quien al cubrirse con su brazo recibió las balas, las cuales frenaron en su cuerpo y fueron expulsadas de nuevo, la sangre emanaba de las heridas, pero era como si lo hiciera de forma ordenada. Los ejecutivos parecían aterrados, y ya fuera por instinto o por entenderlo el oji azul no lo recuerda, simplemente recuerda que lanzo un grito de rabia y que la sangre derramada levito como si fuera magia, y se proyecto hacia aquellos hombres en forma de agujas, algunas atravesándoles por completo y dejándoles muertos en aquel sitio, tras aquello, su mundo se oscureció.
Tras recuperar la conciencia, un mes de rehabilitación, comenzó a interesarse sobre lo que había pasado en ese puente, el también se había asustado e impresionado con lo que había hecho pero aquel acontecimiento paso a segundo plano con el tercer y mas fuerte golpe que la vida le dio: la muerte de su hermana. Sería un día que Nisheida jamás olvidaría, pues había llegado el hospital tras una llamada del mismo, horas después de aquel increíble evento con los ejecutivos Durante una hora había permanecido al lado de Karame, que se limitaba a sonreírle y decirle que no se preocupara. Nisheida estuvo tomando su mano hasta el momento en que su hermana le espeto: “hermanito... no pierdas”, y segundos después, el electrocardiograma emitía un pitido constante y mostraba una línea plenamente horizontal. Nisheida tardo un momento en comprender lo que había pasado, y todo el hospital pudo oír como el niño gritaba el nombre de su hermana, como si con aquella acción pudiera retornarla a su lado. Tras aquel sucedo, trato ínfimamente de liberar a su madre, lo cual le llevo bastante tiempo
Pasaron mas de dos años antes de que el niño saliera de su depresión, durante ese tiempo contrato una mesa de contadores para que administrasen la empresa, y siguieran haciéndola crecer. Sin embargo durante ese tiempo también empezó a explorar lo que podía hacer, y a analizar lo que había sucedido esa noche, con el tiempo comenzó a tener un poco de dominio sobre sus sobrenaturales habilidades, enterándose de la academia crusaders, a la cual ingreso en cuanto cumplió los catorce años, delegando su estado financiero a contadores que no se quejaban debido a que en vez de salario les había concedido un porcentaje de la empresa por lo cual al hacerla mas eficiente incrementaban su propio dinero y no había ambición por quedarse con su parte, la cual crecía sin que tuviera que mover un solo dedo. Antes de entrar en la academia, logro que su madre saliera de prisión, sin embargo, esta jamás fue a verlo, únicamente le dejo una carta donde decía algunas de las palabras que mas dolían.
“No confiaste en tu madre Nisheida, no confiaste en mi
Confiaste en gente corrupta, gente malvada
Y pagaste con la muerte de tu hermana
Como yo aprende a no depositar tu confianza en aquellos que esperabas te ayudaran
Suerte con tu vida… yo haré la mía”
El rubio jamás la volvió a ver, ni a saber de ella, estaba decidido que la academia decidiría su futuro y el rumbo de su vida
Datos extra:
-Muan-shu : Es un gran usuario de este arte marcial chino, el cual se identifica por enseñar el manejo apropiado de varias armas como son la lanza, el bastón, las dagas entre otras. Sin embargo pese a dominar las mismas, Nisheia no cree enteramente necesario el empleo de estas a menos que se vea en una situación muy desventajosa. Por lo cual llevo el Muan-shu a otro campo distinto y lo personalizo. Esto dándole un gran entrenamiento a sus brazos, y logrando que los mismos pudieran asemejar la rigidez de una katana, a partir de esta cualidad, Nisheida creo movimientos fluidos asemejando a los que se emplean con las armas, esto con los giros, y movimientos rápidos de los brazos, hace que el lo llame una defensa cuerpo a cuerpo perfecta.
-Apreciación musical: Una de sus aficiones es la música clásica, lo que hecho de Nisheda un gran músico, capaz de tocar la mayoría de los instrumentos, y que al pelear, tarare algunas de las piezas más famosas de este género, siendo Bethooven uno de los más frecuentes. Sin embargo pese a su gusto por este músico, su sonata favorita es el Réquiem de Mozart, la cual canta en voz alta cuando el combate se ha tornado peligroso o a muerte, o cuando simplemente dará por finalizado el combate, inclusive cuando siente que está cerca de ser asesinado o derrotado (cabe mencionar que el Réquiem de Mozart es una sonata, por lo que simula el ritmo con la nota “La”, es decir, repite lalalalala, varias veces al ritmo de aquella composición)
-Una de las características curiosas de esta afición, es que no puede estar mucho tiempo sin esta música, pues después de algunos días de no escuchar música clásica, sufre ligeros temblores en las manos que el mismo llama “síntomas de abstinencia”, refiriéndose a que la música es vital para el. Aunque algunos solo le han llamado fanatismo este comportamiento.
-Es un aficionado pleno al azar y la suerte, siendo este, su única manera de congeniar con la gente aunque sea solo un poco. Esta cualidad. A hecho que siempre lleve una baraja de naipes guardada entre sus ropas y que tenga como manía juguetear con un pequeño dado rojo cuando necesita pensar. Sus repetidas experiencias en los casinos le han hecho un jugador excelente y muy atento, lo cual no hace fácil que puedan estafarle. Aquellos que lo intentan terminan mal, pues le molesta que haya personas que le quiten el azar y por tanto el interés al juego.
- También tiene una debilidad por los juegos de análisis, por lo que se le puede ver comúnmente con rompecabezas de alambre (rompecabezas chinos que consisten en zafar los alambres e alguna manera especial), el ajedrez, el shogi, el go, y el otello completan sus pasatiempos de estrategia.
- Es un aficionado, y casi un adicto al café, siendo esta su bebida favorita y más recurrente, cree que es ideal para cualquier ocasión, sin embargo este mismo gusto hace que en ocasiones sufra un involuntario insomnio y que este mismo le produzca algunas ojeras. De igual manera no siente gusto alguno por el té, dado que no encuentra comparación entre este, y el fuerte sabor de la bebida italiana, su combinación favorita se encuentra entre un buen café y una ración de takoyaki.
- El también un ferviente admirador del arte, siendo la pintura y la escultura las que más frecuenta después de la música, el mismo se dedica a tallar pequeñas esculturas que guarda con celo en su habitación y que no muestra a nadie. Generalmente cuando se entretiene con esto, su atención se fija en la misma actividad, lo que hace que ignore por completo lo que está a su alrededor, y no preste atención a nadie aun cuando este le este gritando, o esté sucediendo algún caos a su alrededor, el no despega su atención de la escultura hasta que la de por finalizada. Usualmente escucha música clásica cuando realiza esto. También es un practicante de caligrafiá, pues cree que le ayuda en el flujo de sus movimientos cuerpo a cuerpo...
– Desde su entrada a la academia, tiene un pequeño ratón que el mismo nombro Toshimaru, este roedor, parece tener las mismas aficiones que su amo, pues no tiene reparos en tomar café cuando él lo hace, escuchar la misma música e incluso participar en la elaboración de una escultura, normalmente lo trae en el hombro o en uno de sus bolsillos, pero es difícil que se vean separados uno del otro, muchos dicen que el animal parece más humano que ratón. Cosa que hace que Niseida argumente que es un ratón prodigio, pues inclusive se le puede ver imitando los movimientos del Muan shu de Nisheida lo que ha provocado las risas de más de uno de sus compañeros. -
– Tiene un ligero desagrado por los reptiles y los espacios cerrados, siendo los primeros a causa de que veía frecuentemente a una iguana mascota en uno de los despachos de un hombre al que odio profundamente en su infancia, mientras que los espacios cerrados puede que sea simplemente algún deje de una mínima claustrofobia, aunque no es algo que le impida estar en estos espacios de ser necesario
– Es extremadamente protector con las niñas, al grado de no permitir que nadie les ponga una mano encima , también lo hace incapaz de pelear con una, pues en ellas refleja a su hermana, y clara esta la culpa de no haberle ayudado de alguna forma a superar su enfermedad, y por ende el provocar de su fallecimiento.
– Parece tener un gran respeto por toda la naturaleza, ya que evita en lo posible dañar a la misma cada vez que le sea posible, del mismo modo no le tiene gran aprecio a la gente que usa armas de fuego en espacios donde la flora pueda resultar dañada.
- Aparentemente no soporta que una persona que acaba de conocer utilice su nombre de pila (Nisheida), por lo que siempre pide que lo llamen por su apellido.
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Última edición por Deragae Nisheida el Miér Abr 06, 2011 6:37 pm, editado 2 veces
Deragae Nisheida- Físico
- Poder : Arma natural: sangre
Mensajes : 83
EXP : 94
Fecha de inscripción : 03/04/2011
Localización : Matando un mosquito... !a bazokazos!
Hoja de personaje
MODIFICADOR:
Fuerza: 1
Constitución: 2
Destreza: 2
Inteligencia: 1
Sabiduría: 1
Carisma: 0
Re: Ficha para comenzar
La ficha esta muy bien, pero no te la puedo aceptar porque la historia es la misma del personaje de tu avatar, el cual sale en Kenichi. Por favor, modifica la historia para que no conincida tanto.
Re: Ficha para comenzar
Edicion hecha espero nueva rebicion
Deragae Nisheida- Físico
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