Conociendo a nuevos amigos (libre)

Mientras Sora recorría la academia llegó a la Sala cumún "Tal vez sea un buen lugar para empezar" al llegar observó que había muchos estudiantes.

Sora decidió acercarse a un grupo de muchachos que estaban jugando videojuegos, pero después se retractó de la idea, era tan tímida que ni un hola podría decirles.

Así que decidió sentarse a leer un libro pequeño que se le ocurrió llevar para aquella ocación por si algo así sucedía en algún lugar un poco alejado de todos.

"Solo esperaré un poco, me tranqulizaré y después le hablaré a alguien"Eso fue lo que pensó en aquel momento...

No tardaron mucho en llegar hasta sus oídos, todos los rumores que iban de aquí y allá por la academia, alumnos chismorreando sin parar se topaban por su camino contándose “la noticia del día”. Gerard no podía evitar escuchar algunas de aquellas palabras que decían algo sobre un secuestro de noche de Halloween. Que supuestamente ahora unos profesores y alumnos destacados se encontraban en una misión para rescatarlos.

¿Acaso eso era cierto?, bueno, de por si ya era extraño llegar y enterarse de una rara suspensión de clases, después de todo no era inesperable que algo así sucediera en una escuela para personas con habilidades especiales.

Llegó hasta un lugar donde se reunían varios alumnos para pasarse el rato, al entrar el, varios de ellos salieron por la misma puerta. Mejor, ahora el lugar no se encontraba tan abarrotado como hacía unos segundos atrás, y eso le agradaba al pelinegro, entre mas solo mejor.

Se dirigió casi inmediatamente a un sillón que se encontraba al fondo de la sala, era cómodo para leer ese libro que llevaba consigo. Se sentó despreocupadamente y comenzó a hojearlo hasta llegar a la parte donde se había quedado.

Ya pasadadas algunas horas finalizó el libro "¿Y ahora que hago?" pensó. La mayoría de los alumnos que se encontraban en la sala común ya se habían retirado, tan solo quedaban uno que otro. Sora posó su vista en el libro que tenía en sus manos y se perdió en sus pensamientos...

Antes de llegar a la Sala común ella había escuchado rumores de un secuetro, no sabía el por qué y eso le daba un poco de miedo pues si el secuestro se debió solamente porque ellos eran personas no comunes tal vez cualquiera podría ser la próxima víctima, incluso ella. No se había atrevido a preguntar nada sobre el tema pues ni siquiera podía saludar a alguien, además de que no quería parecer una entrometida.

Alzó la vista para ver su alrededor y se percató de la presencia de un muchacho misterioso que también se encontraba leyendo, más que el mismo muchacho lo que acaparó su atención fue el libro que se encontraba leyendo pues parecía un libro que desde hacía mucho tiempo ella deseaba leer.

El muchacho se encontraba a tan solo unos pasos de distancia, pero Sora no se atrevía a pararse para poder preguntar por el libro. Al transcurrir unos minutos reunió toda la valentía necesaria para hablarle al muchacho. Se paró y se dirigió hacia él y al encontrarse frente a él decidió hablarle.

- Di-disculpa - El muchacho alzó la vista aparentemente un poco desinterezado - ¿Podría saber el título del libro que te encuentras leyendo? -Su cara se estaba ruborizando un poco, pero aún así se mantubo firme esperando la respuesta del muchacho, ansiosa de poder saber si ese era el libro que tanto había buscado...

Se sentía un poco culpable de irrumpir la lectura del chico (sabía perfectamente como se sentía eso), pero en verdad quería saber el título del libro. Cuando el muchacho le prestó atención se le quedó mirando por un instante, lo cual le provocó un poco de nervios. Poco después le respondió: "El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde..."

Al escuchar el título de la obra se sintió desepcionada: no era el libro que tanto había buscado.

Pero tan rápido como apareció la desepción le entró la curiosidad "El retrato de Dorian Gray...¿De que tratará?" pensó para sí. Lo había escuchado mensionar muchísimas veces, sin embargo no sabía de que trataba tan popular obra.

- ¿De que trata? - Dijo sin pensarlo dos veces, a lo cual se retracto un poco puesto qeu observó que el muchacho se había perdido una vez más en la lectura...

Al entrar nuevamente en su lectura, aquella que narraba esa historia, donde un joven de antigua alma pura que poco a poco se iba convirtiendo en una persona repugnante. Sin embargo, lo que más le llamaba la atención a Gerard era la interesante forma de escribir del autor, pero de cierta manera se fastidiaba con la soberbia actitud que va tomando Dorian, siendo estúpidamente manipulado por un hombre cínico e inmoral.
Escucha otra vez la voz de la pequeña, ¿acaso no se iría? Levantó su mirada para encontrarse con los ojos de la chica.
-Eso viene en el prologo… deberías leerlo –dijo sin mas-
El nunca había sido bueno con las relaciones sociales, por una u otra cosa, pero ya no le interesaba ¿para que?, la mayoría de los humanos lograban decepcionarlo. Solo una minúscula población valía la pena en ese mundo tan podrido.
Cruzó sus piernas y recargó el libro en una de ellas, aunque no sabía si volver a leer para solo ser interrumpido nuevamente.

Sora espero atentamente la respuesta de aquel muchacho, "Eso viene en el prologo...deberías leerlo" le dijo. Después él comenzó a acomodarse un poco, y todavía no comenzaba a leer así que decidió formularle otra pregunta:

- ¿Es muy interesante? -

Sora era muy curiosa (en especial cuando el tema se trataba de libros) , y cuando comenzaba a perder el miedo de hablar con alguien podía hacer muchas preguntas, y al parecer en esta ocación las dudas comenzaban a aflorar, pero ella sabía que debía concentrolarce pues se encontraba frente a alguien que no era amigo suyo, es más, apenas se conocían y no quería seguir distrayéndolo de su lectura.

Como lo había pensado, fue interrumpido por la desconocida de cabellos blancos, otra vez con una pregunta.
Cerró el libro después de eso y dejó escapar un suspiro entornando los ojos levemente.
-Depende… cada persona tiene gustos diferentes…-expresó con su habitual seriedad- toma, lo puedes leer si quieres, luego me lo regresas -le extendió el brazo con el libro, esperaba con eso quitársela de encima.
Se recostó cómodamente en el sillón, colocando ambas manos detrás de su nuca y miró el techo serenamente.

-No importa, lo leeré luego...-expresó sin inmutarse-
Lo que quería era que la joven se fuera y dejara de molestarlo, no le agradaba "socializar".

Aunque ciertamente ya lo había hecho con aquella chica de cabellos celestes, porque parecía no ser tan molesta como las demás. Pero eso no quería decir que fuera su amiga o algo por el estilo.
Frunció el entrecejo casi imperceptiblemente cuando se notó a si mismo recordando a esa joven, ni que fuera tan importante.

Volvió su mirada hacia la molesta pequeña que tenia a un lado y le clavó la mirada, en un vano intento de decirle "fuera de mi vista". Quizá ni lo entendiera, pero tal vez la incomodaría y se iría.

"No importa, lo leeré luego" Fue la respuesta definitiva del muchacho. Sora seguía sintiéndose alegre y disgustada al mismo tiempo, pero decidió aceptar su propuesta.

- Esta bien - le mostró una sonrisa sincera y continuó - pero no me sentiría bien que yo tubiera tu libro así como así puesto que apenas nos conocemos. Lo que siempre hacía cuando me prestaban o yo prestaba algo era dar a la persona un objeto del mismo valor. Yo te prestaré mi libro, aunque tal vez te paresca infantil, pero así me sentiría más agusto y tal vez tú también - le dejó su libro en las piernas del muchacho y esperó su respuésta sin dejar de sonreírle...

La chica aceptó, pero no se iba. El joven dejó escapar un suspiro con fastidio y escuchó las palabras de ella, expresando que no se sentiría bien si se llevaba el libro así sin mas. Entonces propuso dejarle un objeto del mismo valor, como lo hacía ella antes, y decidió dejarle un libro que llevaba consigo.
El, antes de negarle eso, sintió como colocaba algo en sus piernas. Se levanto despacio y miró la portada del libro que tomó en sus manos, el que su misma dueña le denominó infantil, creyendo que así lo vería el al leerlo.
-La verdad me da igual -dijo con serenidad, pero intentó no ser muy grosero- ...pero, esta bien, aceptaré tus términos.
El muchacho se recargó en el respaldo del sillón, luego de bajar sus pies al suelo y pasó una mano entre sus cabellos mientras con la otra detenía ese libro.

El muchacho tomó su libro y comenzó a decir "La verdad me da igual pero, esta bien, aceptaré tus términos" Sora se sentía bien que al final hayan llegado a un acuerdo.

- Que bien - le dijo sin perder su sonrisa - no sé si ya lo hayas leido, ese es el libro "El guardían de los dragones" también puedes leerlo si lo deseas - dió un paso atrás puesto que quería regresar al lugar donde había llegado en un principio para comenzar a leer ese nuevo libro - Gracias por prestarme tu libro, prometo cuidarlo mucho. Bueno, voy a sentarme para comenzar a leerlo - después de haber dicho esto comenzó a encaminarse hacia el lugar que había dejado.

La portada de aquel libro tenía la imagen de una niña de rasgos asiáticos deteniendo algo sobre sus manos; detrás de ella un dragón parecía acompañarla.
La chica le agradeció y por consiguiente se fue de ahí para leer el libro del joven. Gerard la vio caminar hacia otro sillón, luego hojeó el que tenía en sus manos. Bueno, tan siquiera había dejado de molestarlo.

Comenzó a leer ese libro.

Después de un indefinido tiempo se levantó, quería ir a tomar aire fresco. Se encaminó hacia la puerta, dejando a la niña extraña en el lugar, aún no sabía su nombre.

Sora se sentó en el cómodo sillón que había elegido desde un principio y comenzó a leer...

Escuhó que alguen gritaba de la emoción, eso la asustó un poco y le hizo regresar a la realidad. Sin darse cuenta ya habían transcurrido tres horas desde que se había sentado a leer. Decidió levantar la vista para ver si el muchacho aún se encontraba en su lugar pero se encontró con la sorpresa que ya no estaba en ningún lugar de la sala común "Oh, ya se fue", decidió retirarse y mientras caminaba hacia la salida se dió cuenta de que nunca supo el nombre de aquel joven "Vaya, estube tan emosionada por la idea de poder leer otro libro que se me olvidó preguntarle su nombre" se detubo durante unos momentos avergonzada y despues reanudó su marcha esperando a que pronto pudiese encontrarse con él.