Saltar o no Saltar. [Libre]

Sus pies caminaban sobre el césped fresco que reposaba bajo los grandes arboles de Crusaders, la muchacha había regresado después de el intento de leer ese libro que tanta nostalgia le traía.

Al llegar a su habitación lo dejó sobre un escritorio y lo contempló en silencio, tantos recuerdos borrosos querían invadir su mente. Tal vez no fuera el momento indicado para empezar a leerlo y redescubrir aquella historia que tanto amaba su madre, se giró un poco y pudo notar la expresión de su rostro reflejado por el espejo.
"No pongas esa cara" se recriminó a sí misma.
Se talló un poco los ojos y se acercó al cajón donde había guardado su preciado instrumento, bueno, eso la llenaba de buenos recuerdos. Tomó el estuche en sus manos.
Al girarse vio aquella cama que nadie ocupaba aún, la habitación era algo solitaria sin compañera, pues Katherine se había marchado hace ya algún tiempo.

Los jardines eran tranquilos como de costumbre, la peli azul caminaba sin rumbo por el lugar, pensaba en que tal vez se empezaba a acostumbrar a la academia.
Unos alumnos se veían por aqui y por allá, ocupados en sus propios asuntos.

La chica terminó por subir aquellas largas escaleras que llevaban a la azotea, un sitio ya conocido, donde podía practicar a solas sin temor alguno. Llegó hasta la puerta, y después de titubear un poco entró al lugar, entornando sus ojos al contacto de la luz solar.
Con una sonrisa se acercó al barandal recargándose con una mano, observando aquel paisaje que tanto le agradaba ver, y con la otra, sosteniendo el estuche de oscuro color. Mientras cerraba los ojos sentía como la suave brisa acariciaba su rostro, terminando por agitar sus cabellos de manera traviesa.
De pronto, le pareció ver algo de reojo e inmediatamente volteó para encontrarse con ese joven castaño, no había duda, era el. Se acercó con intención de saludarlo animadamente, pero enseguida se percató de que algo andaba mal, esa no era una posición de una persona feliz.
"Cuando estoy triste, yo..."
Se quedó en silencio por unos segundos, mirando al joven que parecía estar deprimido por algo y entonces se acercó con lentitud, a la espera de no molestarlo y se sentó a su lado colocando el instrumento a un costado suyo.
Pronunció con suave voz: "Tal vez lo mas conveniente no sea preguntarte por lo que estas pasando, pero te quiero decir que... no estas solo"
La joven recargó su cabeza en la pared, alzando su vista hacía aquel cielo, esas palabras significaban mucho para ella, deseaba darle apoyo a esa persona y ayudarle aunque fuera un poco.

Spoiler:

Escuchó como el joven la saludaba, en voz baja, y con tranquilidad. Le agradeció y volteó hacía ella, su semblante era tan diferente a como lo recordaba con anterioridad, ese que se veía un tanto despreocupado y alegre. La chica clavó su mirada en esos ojos verdes que apagados se veían y notaba con facilidad esas marcadas ojeras que se encontraban bajo ellos.
“Me veo así de fatal porque no eh dormido muy bien estos últimos días” Dijo el chico, ella se quedó en silencio, aquello era fácil de descifrar pero, ¿Cuál era la razón por la cual no podía conciliar el sueño?, seguro estaba pasando por una situación difícil.
-Ya veo…-dijo en respuesta a aquello, no quería agobiarlo con preguntas.
En frente se extendía el cielo azul que comenzaba a tener las tonalidades del atardecer, aquellas que le daban paso a la noche. No tenía idea de que decir, pero sabía que la compañía era lo mejor que le podía brindar a una persona en esas situaciones.
No pasó mucho tiempo cuando sus oídos volvieron a escuchar la voz de Mark, preguntándole el porque ella estaba ahí.
-Ah, vine aquí porque es uno de los pocos lugares en donde puedo to…-se interrumpió al escuchar el golpe seco que emitió la puerta al abrirse de una manera brusca.
En frente, estaba aquella linda muchacha asiática que tan diferente se había visto por aquellos días, le extrañó verla tan agitada. Inmediatamente pareció disculparse por su aparición y antes de que la peliazul hablara el joven castaño la recibió con algunas palabras.
Umiko se levantó prontamente, dejando su estuche reposando en el mismo lugar, y se acercó a ella preocupada, no era normal verla de esa manera, al menos no para ella.
-¿Te encuentras bien? -preguntó con algo de inquietud, a la espera de que nada malo le sucediese.

La coreana empezó a hablar pero no siguió, simplemente deshecho la idea y menciono que nada pasaba, aquello solo hizo suspirar al neoyorkino, sonriendole ligeramente a la castaña, estaba bastante agradecido que a ella no le pasara nada, que estuviera bien pero aun así le daba curiosidad el saber que la tenia tan azorada para subir de esa forma hasta la azotea, cualquiera diría que vio algo horrible y parecía que Umiko compartía ese pensamiento porque la chica hidrokinetica también le había preguntado si se encontraba bien.

De pronto llego el entendimiento a la mente del ojiverde, Mi Nyu estaba preocupada por él, por su persona pero...¿Porque? Cualquiera diría que lo vio haciendo algo horrible. Parpadeo. "Carajo, Mark, eres un idiota" pensó para si mismo, regañándose, seguramente la chica le había visto en el borde de la azotea, con aquella expresión de indecisión ante la sola idea de saltar o no saltar. Un suspiro abandono su boca y sonrió con seguridad- Estoy bien, Nyu, bueno...Termine con mi novio pero aunque no me lo creas me siento bien -comento con tranquilidad, no era del todo una mentira, se sentía tranquilo aunque el dolor no desaparecía del todo.

La joven comenzó a hablar, pero se interrumpió para dejar unos segundos el lugar en profundo silencio. Expresó con una extraña sonrisa que no pasaba nada, realmente se veía apagada esa joven, Umiko la recordaba un tanto diferente. Mi Nyu se disculpó nuevamente y con sus palabras hizo que la peli-azul dirigiera su mirada hacia el joven castaño.
“¿Qué sucede aquí?..”se preguntó, no entendía casi nada. Solo sabía que ambos se encontraban de cierta manera mal; lo sentía. Para ella no era difícil percatarse de ello, desde pequeña había sido de gran trato social, le encantaba conocer a la gente y saber como estar al tanto de ellas. Llegó a tener muchos amigos, los cuales ahora se encontraban en su antigua ciudad, pero gracias a ellos aprendió a diferenciar el estado de las personas, era casi imposible para ella no percatarse de ello.
Escuchó de pronto el comentario de Mark. Su rostro se mostró sorprendido, era eso… debía ser muy difícil para el…
No sabía que decir, pero entendía que ese chico había tenido que juntar el valor para decir aquellas palabras, no era sencillo.

Volvió su vista directo al paisaje del atardecer, no quería tener que enfrentar las miradas de sus amigas, las chicas usualmente eran muy románticas, sentimentales y sensibles a ese tipo de temas; Mark no quería pensar mas en aquello, paso como tenia que pasar y ya había llorado, desahogando su tristeza, su enojo, todo en una sola noche con tal de no tener que repetirlo, no quería andar deprimido por los rincones, llorando, tenia que superarlo e iba a hacerlo, lo iba a dejar atrás como quería dejar atrás todo lo malo de su pasado, se volvería mas fuerte y cumpliría con todo lo que se había propuesto por el mismo, por su hermanito, para vivir por los dos aunque fuera doloroso y difícil.

- La azotea de la Academia siempre tiene una vista muy bonita -comento de manera distraída, sin apartar la mirada del cielo con una suave sonrisa en sus labios- ¿Verdad que si? -pregunto con amabilidad, tratando de cambiar el tema de la conversación, no quería tener que dar explicaciones de como había pasado o peor aun hablar de como se sentía, porque sinceramente aun no estaba preparado con eso.

Sus ojos se abrieron con completa sorpresa, parpadeando, sintiendo como los brazos de Mi Nyu le rodeaban, abrazándole con firmeza, se obligo a voltear su rostro hacia la chica, bajando su mirada para observar atentamente la coronilla de su cabeza, la escucho disculparse y luego dejar salir algunas lagrimas, apoyando a Kruger y logrando que el chico sonriera ligeramente, con suavidad se movió para poder abrazar a la coreana, rodeando su cintura con sus brazos- Esta bien, no te disculpes...de alguna forma, presentía que esto iba a pasar, Nyu, y estoy mucho mejor -susurro con suavidad.

Cerro sus ojos, dejando salir un suspiro, abrazando a su amiga, dejándose consolar, sintiendo la humedad de sus ojos, esas lagrimas mojando su hombro pero no le molestaba para nada, se sentía querido, apoyado y lo estaba disfrutando, era algo que no sucedía todos los días, respirando profundamente para llenar sus pulmones de aire, tranquilizándose para no llorar o dejarles ver su tristeza, lo que sus amigos merecían era ver su mejor cara.

Escuchó el comentario de Mark, en un intento de cambiar el tema de conversación.
-Si, es muy bonita -expresó con serenidad cuando vio a linda chica oriental lanzarse a los brazos del joven, diciendo que lo quería mucho.
Una sonrisa se pintó en sus labios cuando logró ver una en el rostro del castaño, eso era bueno aunque fuera muy leve mostraba que esa herida era capaz de sanar algún día. La peliazul dejo escapar un pequeño suspiro y se acercó a donde estaban ambos y tomar aquel estuche que reposaba al lado de ambos. Esos chicos que parecían guardar una gran amistad.
Se colocó en cuclillas y los observó con aquella sincera sonrisa que se posaba en sus labios.
-Creo que ustedes dos necesitan platicar un poco –levantándose- no quisiera ser una molestia.
Si, ahora Mark no estaba solo y tenía una mejor compañía, alguien que lo entendía mejor que ella y sabía como hacerlo sonreír. Tal vez si se quedaba ahí solo incomodaría, lo mejor sería dejarlos a solas para que se sintieran libres de hablar sobre sus asuntos.

Se sentía un poco mejor, reconfortado por el abrazo cálido de su mejor amiga, lo necesitaba pero era demasiado orgulloso para pedir la ayuda de alguien mas o para quebrarse de esa manera frente a cualquier otra persona pero con su mejor amiga todo era mas fácil. Estaba demasiado sumido en el contacto reconfortante de la coreana que le costo un poco escuchar las palabras de la hidrokinetica, volteo lentamente para observar a Umiko con una suave sonrisa en sus labios.

- No, Umiko...¡tu no molestas! -comento emocionado, mucho mas aliviado y sin soltarse del todo del abrazo que tenia con Mi Nyu, por lo menos en ese momento se sentía mucho mas tranquilo, en paz y el nudo en su estomago poco a poco desaparecía aunque el dolor punzante en su corazón no desaparecía pero con el paso del tiempo, y luego del desahogo, era mas facil de sobrellevar.

-N-no, no tienes porqué disculparte -se acercó de nuevo a la castaña- ...eres una buena persona -pronunció con ternura y sinceridad a la chica coreana mientras alzaba su mano y la posaba sobre su cabeza. La linda Mi Nyu ahora llevaba un leve rubor en sus mejillas y Mark pronunció unas palabras que hicieron sentir un poco mejor a la peli-azul.
-¿seguros?... -preguntó con algo de indecisión, pero luego de un momento decidió sentarse a lado de ellos, no quería ser grosera, ni entrometida, solo quería apoyarlos en lo que pudiera.
Colocó aquel estuche nuevamente en el suelo y se recargó para luego voltear hacia ellos y poner una mano sobre el hombro del castaño, dedicándole una bonita sonrisa a ambos.
El ocaso era cada vez mas hermoso, pero pronto se acercaba a su final.