Escribiendo Un Tema (Libre)

Un suspiro salio de sus labios, sonriendo ligeramente de lado, sabia que el chico de cabellos grisáceos iba a querer saber mas, no lo culpaba tampoco le molestaba, le daba algo de gusto que se preocupara por su persona así que simplemente escucho sus preguntas, aun jugando con su cabello era un tic nervioso que tenia desde siempre y en momentos como esos no estaba exento de mostrarlo.
Pensaba como contestar- No, no regresamos, creo que esa era la intención de Swithin, ambos nos disculpamos por el montón de estupideces que hicimos pero yo no podía seguir -hizo una pequeña pausa, bajando la mirada al suelo, hablaba tranquilamente, muy diferente a la primera vez- Lo mejor para los dos fue separarnos así que puede decirse que yo fui el idiota que termino con él -comento de manera sarcástica, riendo ligeramente de si mismo.

Era la triste realidad, los dos iban a estar mejor separados, aunque por ahora aun le doliera al neoyorkino, el tiempo haría su trabajo y tenia plena confianza en ello, con el pasar de los dias todo volvería a la normalidad aunque en ese momento pareciera que nada tenia solución y que el dolor nunca iba a desaparecer- Es que no se, Kuja...¿No has sentido que la Academia no es lo que quieres? Siento que no es lo que yo esperaba -miro de reojo al boricua- No quiero ser un héroe, yo no creo que la mayoría de las personas se merezcan ser salvadas, tal vez debería salirme de la escuela y vivir por mi cuenta -al menos esos eran los pensamientos que paseaban por su mente, que poco a poco comenzaba a aclararse dándole una nueva perspectiva de las cosas.

Hablar sobre el noruego aun le dolía pero intentaba no expresarlo en sus palabras o en sus expresiones, y poco a poco se estaba volviendo bueno en eso aunque sabia que al boricua nunca iba a poder engañarlo, se llevo una mano hasta el cabello, revolviendolo con algo de frustración- No lo se, Kuja...yo decidí terminar porque, bueno -dejo salir un suspiro, haciendo una corta pausa- A veces amar no es suficiente, las relaciones no solo se mantienen de amor, tiene que haber afinidad, confianza, sacrificios, son muchas cosas -sonrió algo triste- Le hice mucho daño a Swithin y el también me hirió a mi por lo que nunca nos volveríamos a tener la confianza del inicio, no tenia caso continuar lastimando a Swii...Fue lo mejor para él, va a encontrar a alguien mas, se volverá a enamorar y yo solo seré un trago amargo en su vida amorosa -comento con seguridad, ambos tenían que seguir adelante, no podía continuar luchando por una relación en la que solo heria a la persona que amaba.

Quería dar por terminado el tema de su fallida relación, no había nada mas que decir, claro que tenia aun mas motivos para terminar con Swithin pero eran suyos y de nadie mas, eran aquellos que tenían que ver con el fantasma de su pasado que nunca le dejaba, no importa que hiciera, con quien o donde estuviera y si esas razones no se las había dado al noruego, menos se las daría al Puertorriqueño aunque también fuera alguien importante para el americano.

No pudo evitar reírse cuando le escucho decir que le leía la mente, se alegraba de no ser el único que estaba en aquella confusa situación, seguía escuchando las palabras del ojiazul, en cierta manera le entendía aunque le intrigaba saber cuales eran los ideales verdaderos del otro chico pero si no se los decía, no pensaba preguntar para no incomodarle- ¿Que esta mal, eh?...Well, los humanos normales nos tratan como basura, como si fuéramos algo peligroso, que deberían desaparecer. No veo el motivo de la escuela para querer salvarlos -frunció el ceño, recordó la ultima vez que había tenido que cambiar de escuela por un incidente con sus poderes, casi le habían hecho- Ademas soy algo hmm...¿rebelde? -sonrió divertido- Eso de estar siguiendo reglas, que no pueda tener libertad para vagar por ahí y hacer lo que quiero, no me gusta -prácticamente desde la desintegración de su familia, había vivido solo, el lugar en el que se sentía mas cómodo eran las calles, se había vuelto demasiado independiente por lo que no podía volver a acostumbrarse a que lo estuvieran cuidado como si tuviera 10 años, le sacaba de quicio.

Se estiro antes de cambiar de posición, acostándose sobre el frió césped, quedando boca arriba, logrando que su mirada verde quedara fija en el cielo que se extendía sobre sus cabeza, disfrutando de la brisa aunque estaba bastante helada.

Ni siquiera se enfado cuando el latino menciono que aquello no había sido amor real, tal vez mucha gente lo vería así, simplemente se encogió de hombros y sonrió, no necesitaba la aprobación de los demás, sabia que lo que había tenido con Swii había sido real y el sentimiento era tan grande que seguro, si no eran Kruger, nadie lo iba a entender por eso mejor callo dejando que mirada siguiera fija en el pedazo de cielo sobre el lago.

Escucho las palabras del boricua con atención, sonriendo divertido al escucharle, en verdad tenían pensamientos muy similares, los humanos les trataban como basura y ellos tenían que ir a salvarlos. Que no lo jodieran, estaba seguro que el ojiazul tenia razón, ese montón de cobardes nunca les ayudarían en nada, al contrario, con gusto darían la puñalada final para acabar con todos los mutantes.
Dejo salir una suave risa, cerrando sus ojos, cómodo en esa posición sobre el suelo, ni siquiera las palabras sobre matar le molestaron porque el neoyorkino siempre había estado muy cerca de la muerte y no le molestaba, aunque a las personas que quería no le gustaba herirlas pero estaba seguro que de ser necesario lo haría- Tienes razón, Kuja pero a diferencia tuya...yo ya no aguanto este lugar, me contengo para no salir huyendo y todo porque necesito volverme mas fuerte y controlar mis habilidades -dejo salir un suspiro.

Era la verdad se contenía de largarse, y perderse del mundo, todo por un propósito mayor, mas beneficioso, ser mas fuerte, ser el mejor y que nadie nunca pudiera hacerle sentir mal o pasar encima de su persona. Querían que fuera un monstruo pues lo seria, es mas, seria el peor-...Carajo, voy a comprar unas de esas pelotas anti-estrés -menciono, riendo divertido, algo adormecido por la temperatura, la tranquilidad y por la posición en la que se encontraba.

Era comprensible que el otro no entienda su necesidad de salir de esa Academia, era lo normal, lo racional pero es que Kruger siempre había sido un chico inquieto, curioso, rebelde, imposible de tratar y cuando una idea estaba en su cabeza nadie en el mundo podía sacarla o evitar que la llevara acabo- Lo se...lo mas lógico seria seguir aquí -murmuro, con tranquilidad, aun con los ojos cerrados, perdiéndose en sus pensamientos antes de volver a hablar.
-Diras que estoy loco pero creo que afuera hay algo mejor que este lugar, no se, me siento como un animal enjaulado, como si quisieran lavarme el cerebro para volverme 'bueno' -comento, sonriendo de manera traviesa- No soy bueno siendo 'bueno' al menos, no por mucho tiempo -bromeo en voz baja, aun con esa sonrisilla en sus labios.

Lo bueno de hablar con Kuja es que podía decir todo lo que pensaba y sabia que el otro no le iba a juzgar, probablemente ni siquiera le interesara por lo que podía decir cualquier pensamiento que atravesara su cabeza- ¡Claro, si la escuela es divertidisima, Kuja! -menciono con sarcasmo- Lo único interesante que encontraras aquí es gente para llevarte a la cama y vivir bien sin hacer nada, admítelo -comento riendo suavemente aunque su risa aumento al escuchar lo que el boricua decía, dándole la razón sobre su estrés.
-Soy una persona muy ocupada...necesito algo en que distraer mi mente aunque esas pelotas no sean precisamente de las que me gustan -dijo con doble sentido de manera burlona antes de estirarse con suavidad, abriendo sus ojos después del rato de descanso. Tenia muchas cosas en su cabeza pero lo mejor es que fuera resolviéndolas una a una, entre mas se desesperaba menos iba a encontrar las soluciones que necesitaba.

Dejo salir una carcajada- Crees que no se que tienes razón, de igual manera, deje de disfrutar estar en esta Academia desde hace tiempo -comento en voz baja, ¿Desde cuando? Seguramente desde lo de África, ahí había perdido toda confianza en la escuela, no le gustaban los trucos mentales y mucho menos que le engañaran, desde el principio no fue un gran entusiasta para aceptar estar encerrado en un edificio, teniendo que obedecer a personas que nunca antes en su vida había visto, "Todo sea por ser mas fuerte" pensó algo fastidiado con la idea ademas aun le faltaban algunos años.

Sonrió de lado al escuchar al boricua hablar sobre su sexualidad de esa manera tan natural- No se, yo no se de esas cosas -comento de manera inocente- Tu vida sexual no es algo que me interese mucho Kuja pero si tu lo dices, te voy a creer -el castaño dijo aquello de manera divertida aunque era la pura verdad, si el no estaba incluido, no le interesaba.
Dejo salir una suave carcajada al escuchar el comentario del latino- Si, no hay mejor manera de poner tu mente en blanco y bajar el estrés que usando esas bolas y todo lo demás -dijo de manera mordaz con un toque de sarcasmo, ignorando el suave rojo de sus mejillas, sin mirar directamente el rostro o los ojos del mayor estaba mas concentrado en el cielo, en perder su mirada en un punto fijo en aquella enorme extensión.

Tenia frió, si, pero podía soportarlo, tenia la tranquilidad que buscaba, justo en aquel lugar, y a menos que tuviera que hacer algo mas importante no pensaba moverse de ahí ademas la presencia del Puertorriqueño no le molestaba para nada, se preguntaba que era lo que iba a pasar a partir de ese momento, Kruger ya no era el mismo, algo había cambiado y no sabia si para bien o para mal.

Se sentía mas tranquilo luego de su pequeño desahogo, había hecho una limpieza general en su habitación quedándose solo con las cosas necesarias, había gritado, llorado hasta quedarse sin lagrimas, golpeado y desahogado todo lo que sentía, paso esa noche en vela y las que siguieron, no podía seguir así por siempre por lo que se esforzaba por superar el dolor, la pena que le embargaba después de todo había hecho lo correcto para ambos; solo de amor no se mantenían las relaciones, debía haber confianza y deseos de superarse juntos.
- Las personas cambian, Kuja, o mas bien, con el tiempo y las situaciones van revelando en verdad como son -comento con una sonrisa en sus labios, levantándose del suelo para quedar sentado.

Sin pudor alguno coloco su mano sobre una de las piernas del mayor, acariciándola con suavidad- Eres listo, si yo no estoy involucrado en esas historias sexuales...No tengo interés en escucharlas -comento con un tono pícaro, sonriendo de lado a pesar del sonrojo en sus mejillas, nunca podría hacer que toda su timidez se esfumara, siempre iba a quedar un poco- Y...¿Me has extrañado? -comento divertido sin dejar de acariciar su pierna antes de dejar salir una suave carcajada.

Se notaba que el mayor no iba a seguir su juego, suspiro y aparto su mano, estirando ligeramente la parte superior de su cuerpo, escuchando la pregunta del boricua. Ah, así que era eso, curiosidad, simple y llana, sonrió ligeramente de lado- Eso es algo que tu, Kuja, y que nadie mas vera -comento de manera seria, mirándole fijamente a los ojos, era la pura verdad porque no pensaba que nadie mas le viera de aquella manera, Terrance había logrado ver una pequeña probado de esa parte de Kruger pero no iba a dejar que nadie mas lo viera, ni siquiera su buen amigo Umbrakinectico.
Su pecho dolió un poco al recordar como había usado esa decisión, esa crueldad para terminar con Swithin, aunque su corazón había deseado detenerlo, arrodillarse y suplicarle pero su orgullo, su amor propio y su pesimismo le habían salvado de hacer aquello por el noruego.

- No es algo de lo que me guste hablar, Kuja porque para tu mala suerte, soy muy bueno con mi mascara, mejor que la mayoría -dejo salir una suave carcajada. Todos usaban mascaras, ya fuera por diversión por necesidad, como Mark que la usaba para ocultar su doloroso pasado, las secuelas que había dejado en su estabilidad emocional, siempre mostrando la faceta del chico tonto, fastidioso, alegre y hablar aunque por dentro fuera muy diferente y no todos se daban cuenta de eso.

Sonrió, era inevitable, sabia que el mayor odiaba cuando su curiosidad no quedaba satisfecha sobre todo si las personas se negaban a contribuir para saciar ese sentimiento, lo conocía lo suficiente para saber todo aquello sin embargo aun así se molesto un poco cuando le escucho llamándole cobarde, solo duro un instante esa sensación de molestia, de enfado, al sentirse retado...pero tenia razón: Era un cobarde, porque si no lo fuera no habría necesidad de ocultar sus emociones, su personalidad; aun sabiendo todo eso, no le importaba, en realidad le valía un carajo que la gente lo tomara por cobarde.

Y de repente, comenzó a reír, en voz baja, una risa limpia y clara pero ¿Porque de esa manera? Tal vez el encierro en esa Academia ya lo empezaba a poner algo loco, o tal vez siempre lo había estado, quien sabe, a lo mejor era porque empezaba a tomar conciencia de si mismo. No era perfecto y nunca lo seria por mas que se esforzara. Tenia demasiados defectos, claro que también muchas virtudes pero esos defectos eran los que le habían jodido la vida-...Tienes toda la razón, Kuja, soy un maldito cobarde -dijo con tranquilidad, suspirando profundamente, apartando su vista del boricua para guiarla hasta el cielo que comenzaba a oscurecerse y dejaba ver algunas luminosas estrellas. Se estaba haciendo tarde y hacia frió pero aun así, Kruger se encontraba cómodo en ese momento y no pensaba terminarlo.

- Se que tienes curiosidad pero créeme, no es nada que a ti te pueda impactar, mas bien, creo que eres una persona que a pasado por muchas mas cosas que yo -hablo después de unos segundos de silencio, volviendo sus orbes hasta el rostro del Umbrakinetico, sosteniendo su mirada, llevaba días con esos pensamientos rondando por su cabeza pero no le gustaba entrometerse o preguntar mas de lo necesario a sus amigos, si ellos querían contarle con gusto los escuchaba pero si no...lo mejor era no preguntar.

El Puertorriqueño estaba enojado, lo sabia, lo había hecho enfadar y no es que no apreciara su interés sobre su vida pero le era muy difícil conversar seriamente sobre ello, dejo salir un profundo suspiro, probablemente podría hacer un poco mas para satisfacer la curiosidad ajena aunque no estaba seguro de que lo que le dijera fuera suficiente pero no quería ver molesto a uno de sus amigos por lo que tomo una decisión. Sonrió ligeramente y se cambio de posición, acostándose sobre el suelo, acomodando su cabeza sobre las piernas del boricua, usándolo como almohada, se estiro un poco, bostezando para luego abrir sus orbes verde-azuladas y clavarlas en el rostro del mayor, mirándole desde abajo con una sonrisita en sus labios- No te enfades, ¿Que quieres saber de mi, eh? -hizo una corta pausa antes de seguir hablando- ¿Como es que soy debajo de esa actuación de niño caprichoso, tonto, que siempre esta alegre, que siempre intenta ser amable y llevarse bien con todos? -tomo aire profundamente, llenando sus pulmones de oxigeno, dejando que esa brisa fría acariciara la piel de su rostro, le daba una sensación bastante deliciosa que simplemente le dejaba un escalofrió por todo el cuerpo.

- Tu has visto partes de mi personalidad que nadie mas ha visto, Kuja -hizo una corta pausa, aun hablando con un tono tranquilo, afable- Soy arrogante, egoísta, malicioso, pervertido, la verdad detesto a la humanidad, si no fuera por una promesa desde hace mucho ya hubiera abandonado este mundo aunque también puede ser porque o soy muy cobarde o muy orgulloso para acabar con mi propia vida...puedo ser cruel y vengativo, eh visto la muerte y siento indiferencia por ella, la verdad matar no me causa conflictos, aunque seguramente tu no me creas -menciono uno a uno, sus defectos, se los sabia de memoria y lo mas probable es que el boricua no creyera sus palabras, como la gente no conocía ese lado de Kruger era normal que pensaran que eran puras mentiras sin embargo al pyromano ya no le importaba lo que la gente pensara.

Seguía con sus ojos abiertos, observando el atractivo rostro del Umbrakinetico, esperando que hablara, esperando su reacción ante sus palabras (cualquiera que fuera), estaba siendo honesto, le respondería si hacia las preguntas correctas porque tenia la suficiente confianza como para hablar con el latino aunque esa conversación podría doler demasiado y remover con fuerza los fantasmas de su pasado, como en ese momento que sentía una desagradable opresión de su pecho.