A new best friend. [Aydan]

Caminó tranquilamente por los pasillos de la academia al lado de su nueva amiga hasta que ambas ingresaron en el pasillo en donde se encontraban las habitaciones de mujeres, Alina se adelantó un poco para guiar a la ojiverde hacia la puerta que pertenecía a su habitación, pero alzó un poco las cejas al pasar por la puerta anterior y notar que en la placa figuraba el nombre de la herbakinética.
-No lo había notado pero… nuestras habitaciones se continúan…-dando unos pasos más-… la mía es esta…-dijo deteniéndose frente a la puerta 106-… que linda casualidad…
Buscando tranquilamente la llave en el bolsillo de su falda la saco para colocarla en la cerradura y darla vuelta dos veces, abriendo así la puerta de madera que daba entrada al lugar en donde ella pasaba la mayor parte de su tiempo junto a su adorado amiguito.
-Pasa…-dijo girándose levemente hacia la ojiverde mientras empujaba la puerta-
Ingresando a la habitación se quedó de pie al lado de la puerta esperando a que la chica ingresase para cerrarla y así intentar ser la mejor anfitriona posible para esa nueva y valiosa mejor amiga que acababa de adquirir, y de lo cual se alegraba enormemente.
Aquella habitación estaba rodeada de un ambiente tranquilo y silencioso, colores claritos y vivaces decoraban las paredes que la componían, mientras que los últimos rayos del sol aun ingresaban por la gran ventana decorada con finas cortinas blancas que volaban suavemente siendo empujadas por la fresca brisa vespertina, mientras el casi inaudible movimiento de una criatura pequeña acompañaba la brisa silenciosa, uniéndose todo finalmente para conformar un ambiente sumamente pacífico.

-Sí, estamos muy cerca… podre visitarte cuando me sienta sola… que es en este preciso momento pues no he visto a mi compañera de cuarto... Mi Nyu…- pronuncio recordando que tenía bastante sin ver a su amiga la cual también era su confidente. Continuo a pasar a la habitación de la pelirosa, la cual parecía tan tranquila, mientras seguía avanzando sin poder evitar analizar bien el sitio, hasta que noto sobre un escritorio se encontraba una jaula y ahí dentro un pequeño y adorable animalito,
-Mein gott, es tu erizo…- pronuncio dando unos pasos quitándose la pena para verlo de cerca, aquel animalito se miraba tan adorable parecía que se había despertado por la llegada de su dueña pues se miraba algo somnoliento, seguramente había escuchado algunos ruidos al ingresar, o simplemente ya reconocía su llegada. Se quedo observándolo mucho tiempo, nunca había visto uno, y sus ojos parecían haberse iluminado mirando su pelaje espinudo y lo gracioso que se movía dentro de la jaula sobre sus hojuelas de madera, las cuales removía de su lugar sin querer por estar tan redondito.
-Esta precioso Alina… que lindo tener a un amiguito a quien puedas adorar y mimar…- comento mientras no le quitaba la vista de encima, realmente era muy distractor su comportamiento y parecía haber notado ya una presencia diferente al de su dueña.

Escuchó el comentario que hacía Aydan acerca de la ausencia de su compañera de habitación, Alina comprendía bien eso puesto que su propia compañera casi no estaba en el cuarto, pero el caso de Aydan y Mi Nyu era muy diferente ya que por lo que ella había logrado saber, aquellas dos eran muy amigas, pero en los últimos tiempos la chica de rasgos orientales había estado actuando de una forma un tanto extraña que a ella misma le había llamado la atención.
Negó suavemente con la aveza para evitar perderse en sus pensamientos y conjeturas, dedicando una suave sonrisa a la ojiverde mientras esta ingresaba en la habitación.
-Puedes venir siempre que quieras… A-Aydan…
Dijo aquello en un tono suave y dulce para después sonreír ampliamente al ver como la chica se acercaba al erizo y como sus verdes ojos parecían hacerse más brillantes y hasta más claros a causa de aquel brillo. El pequeño animal levantaba su cabeza algo curioso pero con aspecto de haberse levantado recién, a lo que la pelirrosa negó suavemente con la cabeza mientras cerraba la puerta de la habitación, manteniendo aquella tierna sonrisa en sus labios.
-Ese pequeño solo sabe comer y dormir… por eso está así como lo vez, últimamente no he podido sacarlo mucho por el tema de las clases… pero le gustan los jardines.
Terminando de soltar la perilla de la puerta mientras la llave quedaba bien ajustada dentro de la cerradura se acercó a Aydan, poniéndose a su lado para ella también observar a su adorado amigo con los ojos llenos de amor como siempre solía hacer; escuchando las palabras que la chica decía en un suave tono de asombro.
-Realmente… y Dill es… uno de mis mejores amigos…
Acercándose un poco más a la jaula abrió suavemente la puertita para que después de tomar algo de una pequeña bolsita, colocase sus manos frente a la salida de la jaula, logrando que escasos segundos después el espinoso animal se colocara sobre sus palmas para ser llevado mientras parecía quererle robar eso que ella tenía entre sus dedos.
-Ven…
Se acercó a su cama en donde libero al erizo, sentándose a su lado donde finalmente le dejaba comer eso que tanto parecía estar ansiando, mientras se quedaba quieto en la cama degustando su comida con lentitud y gran gusto al parecer.
-Es su dulce favorito… el vendedor de la tienda me dijo que los adoraban, yo además… -explico observando al pequeño animal-… lo había visto en un libro. ¿Tú no tienes mascotas? ¿Te gustaría… tener una?
Pregunto aquello levantando la vista hacia su amiga, alzando levemente las cejas en espera de su respuesta, aunque en verdad no lo sabía, Aydan parecía ser, como ella, alguien que adora los animales y por lo tanto que tuviese uno acompañándola parecía ser natural para aquella bonita chica alemana.

Escucho como Alina se expresaba de su mascota, diciendo que solo sabia comer y dormir soltando una leve risa, aunque era normal en este tipo de animal verlos algo redondos de complexión,
-Le gusta el jardín… si quieres luego te acompaño a sacarlo a pasear…- pronuncio con una gran sonrisa, mirando como la pelirrosa se acercaba a la jaula junto a su mascota mirándolo con un aparente afecto, para afirmar que era su mejor amigo, y abrir la jaula suavemente notando que había tomado algo entre sus manos para que el animalito lo oliera a escasos centímetros, el cual fue atraído automáticamente queriéndole robar eso que tenia entre los dedos mientras se acomodaba sobre sus palmas, mirando como lo cargaba hasta la cama para colocarlo sobre ella para que caminara por sí solo, sentándose a su lado, para darle de comer aquello que parecía una pequeña bolita de fritura, la cual parecía encantarle, escuchando como Alina aclaraba que era su dulce favorito,
-N-no, no tengo mascotas, solo plantas en mi cuarto… - contesto con una sonrisa, bajando levemente las cejas -y… si, me gustaría tener una mascota a la cual adorar… quizás si me haga falta ese tipo de compañía- agrego acercándose para sentarse al otro lado de donde estaba el erizo, mirándolo con atención y aquel notorio brillo.

Observando con algo de curiosidad a la ojiverde escuchó como con una leve sonrisa esta decía que no tenía mascotas y que en su cuarto solo había plantas, pero que en realidad si le gustaría tener una pequeña mascota para adorar y que quizás le hiciera falta ese tipo de compañía, para después sentarse en la cama al lado del erizo que aun continuaba devorando su aperitivo, mientras aun parecía verlo con atención y con aquel peculiar brillo en sus ojos.
-Me imagino que tu cuarto debe verse muy bonito con todas aquellas plantitas llenándolo de vida…-sonriendo suavemente-… pero si, créeme que una cosita de estas, también lo llenará de vida… de sus pequeños ruiditos, de sus pequeños chillidos…-acariciando la cabeza del erizo-… me he acostumbrado demasiado a su presencia.
Suavemente comenzó a pasar dos dedos por la espalda del erizo, recorriendo dulcemente sus púas, levantándolas un poco mientras el pequeño animal parecía sentirse satisfecho y feliz con las caricias, hasta que luego lo tomó en sus manos y estirándose hasta la ojiverde le entregó al pequeño animal en las manos de ella para luego dedicarle una enorme sonrisa.
-Deberías conseguirte uno, créeme, son una gran compañía…-desviando su mirada hacia la jaula del erizo-… como un amigo…-volviendo a mirar a la ojiverde-… si quieres yo te acompaño.
Dijo aquello con una gran sonrisa, para después observar como sus amigos se llevaban entre sí, estaba casi segura que Aydan le caería muy bien al pequeño Dill y que podrían entablar una buena relación en cosa de segundos; por ahí había escuchado decir que los animales tenían su sexto sentido y que pueden intuir les cosas y tan cierto parecía que estaba más que segura que entre la ojiverde y el erizo, todo saldría bien.

-Si… las plantas no hacen ruiditos y no se mueven aunque si te alegran el alma al tenerlas cercas, al igual que tu erizo, solo que de manera diferente…- pronuncio con una sonrisa mientras intentaba verse a si misma con algún tipo de mascota. Apreciando como ella parecía acariciar las púas de su erizo, las cuales parecían inofensivas pues estaba en su estado sumiso, intentando imaginarse la textura de ellas, de pronto noto como la pelirosa tomaba con sus manos a pequeño erizo, extendiéndole los brazos hacia Aydan con intención de que lo cargara entre sus manos mientras sonreía, rápidamente alzo la cejas y coloco ambas manos juntas de forma que el erizo se sintiera cómodo, sintiendo su delicadas patitas sobre sus dedos, mientras se quedaba quieto inspeccionando el olor de la ojiverde,
-E-en serio? Si! Pero… no se qué es lo que quiero… - pronuncio entusiasmada pero a la vez dudosa de que animal podía estar junto a ella, quizás uno que disfrutara el jardín tanto como ella, aunque la mayoría de los seres vivos adoraba por ende la naturaleza.
Se quedo observando a Dill con una gran sonrisa mientras el permanecía olfateando su manos con su pequeña nariz haciéndole cosquillas en la piel quizás inspeccionando de donde provenía ese fuerte olor a flores que la rubia siempre cargaba,
-Esta tan lindo… y lo abrazaría si no fuera porque quizás lo asustaría yo toda gigante para el…-pronuncio con gran ternura acercándolo a su rostro con intenciones de que el animalito la mirara a los ojos alzándolo levemente con sus manos, y el pequeño erizo solo la miro unos segundos para comenzar a tallarse los ojos con sus pequeñas patitas como si nada sucediese.
-Ahm… pensare muy bien que mascota iría conmigo, y quizás si termine comprándome una… le daría mucho afecto y podríamos ir a pasearlos juntas al jardín…- pronuncio con una sonrisa acercando a Dill su estomago recargando sus manos sobre él mientras aun sostenía al pequeño entre sus delicadas manos para que se sintiera más seguro -Aunque cuidare de no comprar un depredador de Dill…- agrego riendo levemente para bajar la visa al erizo que parecía olfatearla de nuevo dándose cuenta de que era el mismo olor que el de sus manos.
-Ten… cuida mucho de él, es realmente una cosita adorable…- dijo para después colocar al pequeño erizo sobre las piernas de Alina bajándolo a la altura para que el mismo se bajara de sus manos y se acercara a su dueña, la olfateo un momento para darse cuenta de que era su dueña y caminar por su propia cuenta hasta acomodarse en la falda como si tuviera intensiones de dormir.

Asintió con suaves movimientos de cabeza a las palabras de su amiga, si era cierto, las plantas también eran capaces de llenar de vida un lugar y eso lo sabía bien con solo salir a caminar entre las hermosas plantas que decoraban el jardín de la academia. Después solo observó con alegría como la chica se llevaba bien con su mascota así como ella había sabido predecir ¿podría haber alguien que se llevara mal con una cosa tan linda como esa? Claro estaba Dylan, que sin saber porque no tenía muy buena relación con el erizo “Tal vez su estática lo ponga nervioso…” pensaba mientras se tapaba la boca con una mano evitando reír de forma muy notoria.
Volvió a centrar su atención en la ojiverde al oírle decir que sentía ganas de abrazarlo pero que temía asustarlo si el pequeño animal la veía muy grande a su lado, observando como ella lo alzaba hasta sus ojos provocando un leve contacto visual entre ambos para que luego Dill continuase comportándose como siempre lo hacía; ella no parecía ponerlo nervioso en absoluto, y más que eso parecía caerle bien; lo cual solo hacía que Alina sonriera de forma un poco más amplia aún.
-No creo que se asuste de ti, yo creo… que le caes muy bien.
Después Aydan dijo que debería pensar muy bien que mascota iría con ella y que quizás si terminaría adquiriendo alguna, que le daría mucho cariño y hasta podrían salir a pasear juntos, Alina asintió con la cabeza y una suave sonrisa, eso era lo que ella misma hacia con su adorado erizo, le encantaba sacarlo a que se airee de vez en cuando, porque como todo animal es lógico que quiera salir a un espacio libre y verde, eso ella lo sabía bien. La chica agregó luego que intentaría no conseguir un depredador de Dill y la pelirrosa alzó las cejas por unos segundos, era verdad, dependiendo del animal que su amiga se comprase podrían o no salir juntas a pasear con ellos.
-Piénsalo, piensa que cosita de estas querrías tener a tu lado y… bueno ya veremos según lo que traigas si… podemos salir a pasear juntos o no…
Dijo aquello con una pequeña risita, no le molestaba si fuese un depredador de erizos aunque en verdad no tenía mucha idea de qué tipo de animal comía erizos, pero de esa forma solo le quedaba claro que debía cuidarlo un poco más y por las dudas intentar evitar que se le escapase. Observó como Aydan jugaba con él un poco más, moviéndolo hasta su vientre logrando que el pequeño animal se sintiese atraído nuevamente por su perfume, para después tomarlo con ambas manos y colocarlo sobre las piernas de Alina, diciendo que cuidase mucho de él y que era una cosita adorable.
-Lo sé, fue amor a primera vista apenas lo vi… fue casi increíble pero… nuestros ojos se cruzaron y supe… que estaría conmigo…-sonrojándose levemente-… siempre pondré todo mi esmero en cuidar bien de él.
Observó como el erizo la olfateaba y luego daba unas cuantas vueltas para acomodarse sobre sus piernas, dejando escapar un pequeño pero de alguna forma tierno bostezo, dando señas de que parecía querer quedarse dormido.
-A ver pequeño… te llevaré a tu casita para que duermas tranquilo…
Tomando el erizo suavemente en sus manos se puso de pie para acercarse a la jaula y colocarlo suavemente dentro de ella, observándolo unos segundos en silencio mientras caminaba para desaparecer dentro de su casita en la cual dormía. Después de cerrar la puertita sonrió suavemente y se giro a observar algunas cajas de cds que tenía apiladas al lado de unos cuantos libros de la academia, principalmente pertenecientes a las clases teóricas.
-Y que tipo de música… ¿escuchas?... a mí, me gustan las canciones lentas… pero de varios tipos...
Observó unos segundos a su amiga alzando las cejas levemente, no sabía qué tipo de música podía gustarle a aquella niña de aspecto tan fino, pero de alguna forma podía intuir que tal vez fuese música suave y lenta, algo similar a la clásica y cosas como esas, un tipo de música que a ella también le agradaba sin lugar a dudas.

-Solo quiero una mascota a quien adorar, seguramente encontrare uno que no sea depredador, después de todo no sé si pueda controlar un animal grande… soy principiante…- comento juntando sus manos sobre sus piernas riendo levemente mientras imaginaba como seria ella corriendo tras un perro de considerable tamaño.
De repente escucho como se expresaba de su erizo, de tal manera que parecía que se expresaba de un ser humano al cual amara con todo su corazón, sonriendo solo en respuesta, realmente la vida de Alina se había hecho más significativa, con esas dos personas que tanto amaba a su alrededor, como si ambos hubieran llegado a su vida solo para cambiarle la vida,
-En ese caso… tengo que ir a la tienda y observarlos a todos de cerca, quizás alguno llegue a cautivarme…- pronuncio con una gran sonrisa llenándose de emoción al pensar que seguramente conseguiría una mascota la cual nunca había experimentado tener de niña, pues para sus padres las mascotas eran criaturas sucias que no valía la pena cuidar.
Miro como Alina llevaba a su pequeño erizo a su jaula para que durmiera tranquilo, poniéndose de pie para mirar como el pequeño animalito entraba rápidamente a su casita donde dormía como si en realidad si tuviera bastante sueño a pesar de ser solo mediodía, suponiendo que algunos animales duermen por ratos.
-P-pues… me hac… escuchaba composiciones de música instrumental…- respondió de un de repente extrañándose un poco por la repentina pregunta, no le agradaba recordar su pasado, pero ese era un tipo de recuerdo que no le hacía daño en los absoluto, pues tener tantas actividades que le inculcaban sus padres, la hacían distraerse y hacerse mejor –Soy bastante anti-moderna, así que entre más antiguas, seguramente las conoceré…- agrego riendo levemente, en realidad desde que había comenzado a conocer cómo eran los jóvenes de su edad se había dado cuenta que cada vez se sentía un poco vieja, a pesar de que era menor de edad, y había bastantes mayores que ella.

Con una suave sonrisa dibujada en sus labios escuchó las palabras de la chica, ella realmente quería una mascota para adorar, un pequeño animal que le hiciera compañía, un animal por el que pudiese sentirse cautivada desde el primer momento; realmente ella parecía verse emocionada con tal idea y Alina no podía hacer más que contagiarse de su felicidad y un poquito emocionarse ella también recordando como Dill había llegado a su vida.
Girándose hacia ella notó como se había puesto de pie al parecer cuando Alina había llevado al erizo a su jaula, tal vez quería ver como el pequeño animal volvía a su hábitat y solo se quedo en silencio con esta idea, para después preguntar aquello que obtuvo repuesta de forma inmediata. La ojiverde le conto a su nueva mejo amiga que escuchaba composiciones de música instrumental para después confesarse ella misma como algo anticuada, acompañando sus palabras con una pequeña risita; ya que si, sus palabras de cierta forma eran cómicas.
-Ya veo…-dijo alzando un poco las cejas y llevándose una mano a la boca para apoyar algunos dedos sobre sus labios casi como en un gesto pensativo-… bueno, no me parece que seas anticuada ni anciana…-riendo alegremente-… a mí también me gusta ese tipo de música de la que hablas… pero también otras más… tranquilas y dulces así…
Acercándose a aquella pequeña pila de cds que tenia comenzó a tocarlos suavemente con sus dedos como si los recorriese de forma delicada, estaba buscando uno en especial, un artista en especial, una música que ciertamente le había recordado a su amiga, o mejor dicho su amiga le había recordado esa música; porque ella era así con la naturaleza, tan unida como si pudiese sentir sus pensamientos y sentimientos.
-Me recuerdas esta canción… Aydan…-dijo retirando el cd del lugar en el cual se encontraba, quitándolo de la caja con cuidado para después acercarse a un centro musical que se encontraba cerca, colocando el disco suavemente-… para ti…
Con una suave sonrisa se giro hacia la chica de ojos verdes mientras una suave y dulce melodía comenzaba a inundar lentamente cada rincón de aquella habitación, pudiendo así tal vez llegar al alma de quienes allí se encontraban; realmente Alina no sabía si aquella canción sería del agrado de su amiga, pero era tranquila y pura como los árboles, como esos seres que la chica alemana adoraba, tal vez de alguna manera pudiese de esa forma llegar también a su alma. Quedándose en silencio escucho la suave melodía mientras se sonrojaba levemente observando a la ojiverde e intentando de pequeña forma adivinar que reacción tendría.

Spoiler:

Parecía que Alina no pensaba que ella aparentara ser anticuada y anciana, pues afirmo que a ella también le gustaba ese tipo de música, pero también otras más tranquilas y dulces, acercándose a la pila de discos para escoger uno en especial, colocándolo en el centro musical, afirmando que ella le recordaba a esa canción, la cual comenzó a escucharse una delicada y suave melodía, mas también llena de vida, se llevo ambas manos enfrente de su vientre sujetándolas entre sí, mientras intentaba apreciar y escuchar con atención cada instrumento que componían aquella melodía,
-Parece una canción bastante tranquila, relajante y a la vez motivadora… como si estuviera llena de esperanza y de vida- comento sintiendo un leve rubor en sus mejillas por tal detalle de su amiga, mientras su corazón latía levemente como si una repentina emoción la envolviera –Gracias Alina… me gustan mucho, gracias… solo por eso querré venir a tu habitación seguido, solo para compartir ese tipo de gustos contigo…- comento sujetando sus manos entre sí frente a su pecho, mientras sus ojos parecían brillas con algunas pequeñas lagrimas contenidas en sus ojos mientras bajaba un poco la mirada, como si estuviera realmente conmovida por el trato que la pelirosa le estaba dando, como si de una muy querida amiga se tratase, y apenas se estaba dando cuenta de eso –En serio… Gracias…- agrego secando sus ojos mientras el sentimiento repentino comenzaba a disiparse.

Observó como la chica llevaba ambas manos frente a si, tomándoselas suavemente mientras parecía dejarse invadir por aquella suave melodía, diciendo que la canción era tranquila, relajante pero también motivadora, mientras su blancas mejillas se ruborizaban un poco logrando que el propio rubor que portaban las de Alina se acentuase un poco más.
La escuchó agradecer en un tono sincero y solo pudo asentir con un suave movimiento de cabeza mientras una dulce sonrisa se apoderaba de sus labios, marcándose claramente con la alegría que ella parecían sentir en ese momento.
-Me alegro mucho de que te gustase…-dijo tomando el borde de su falda para jugar un poco con el-… puedes venir siempre que quieras… -soltando el borde para volver a mirar a su amiga-… e-en verdad me agrada mucho tu compañía… y e-eres mi mejor amiga… ahora.
Se sentía feliz con las palabras que salían de sus labios, realmente era así y la chica parecía verse de igual forma, podía verlo en sus facciones, podía notarlo en sus ojos humedecidos que parecían tener un brillo especial mientras apretaba sus manos contra su pecho, bajando la mirada lentamente, volviendo a agradecer de forma suave.
-Gracias a ti… por ser mi amiga…
Así era, la primera amiga mujer que tendría, tal vez a ella podría contarle las cosas que a sus amigos varones no se animaría, porque después de todo era así, siempre habría cosas que hablarlo con una chica resultaría mejor y hasta tal vez más cómodo. Cuando la canción culminó el silencio se hizo presente nuevamente mientras se escuchaba un suave ruidito provenir desde la jaula del erizo, para que después Alina procediese a quitar el cd y volverlo a guardar en su caja, para después extender su mano hacia la chica de ojos verdes.
-Si quieres te lo presto, así lo escuchas entero… si te gustó esta, supongo que te gustarán las demás…
Luego de entregar la pequeña cajita se llevo un dedo a su labio inferior en señal de ponerse pensativa por unos segundos para después sonreír de forma animada, volviendo a mirar a la ojiverde.
-Me gustaría cuidar de una plantita… y quisiera saber… cual me recomiendas.
Alzo un poco las cejas luego de decir aquello mirando a la ojiverde para después apretar un poco los ojos dejando escapar una pequeña risita, tal vez Aydan pudiera enseñarle como cuidar bien de una plantita y la verdad que si se le hacía agradable la idea de tener una en la habitación, sabía que le daría más vida y color del que ya tenía y eso le agradaba.

Alina parecía feliz de que a Aydan le gustara aquella canción que con todo su corazón le había dedicado, esperando a que captara la naturaleza que invadía aquella canción.
-Claro Alina… vendré a visitarte todas las veces que pueda… también me agrada tu compañía, y así… no me sentiré tan sola si las cosas no resultan bien…- agrego después de escuchar como ella la llamaba mejor amiga sintiendo como sus mejillas ardían tras esas palabras tan bonitas “mejor amiga” se repetía casi sin poder creerlo. Sonriendo más grande al escucha como le agradecía por ser su amiga, mirando como comenzaba a sacar el disco del aparato y guardarlo en su caja para extender su mano hacia la ojiverde, esperando a que ella aceptara aquel préstamo,
-S-si… muchas gracias…- contesto con una gran sensación de emoción tomando la caja entre sus manos con cuidado mirándolo detenidamente apreciando el diseño de este.
-P-pues… una pequeña y colorida que puedas tener en la ventana de tu cuarto, para que le dé luz del sol… - pronuncio después de escuchar como Alina parecía animada por tener una planta la cual cuidar, quizás para que terminara por alegrar mas su cuarto- Existen bastantes, si quieres podemos ir luego a ver las flores del invernadero, así te decides por una…- agrego después de tanto meditar, pues sabía que no era lo mismo que descubriera flores a que solo fueran a verlas y que ella mencionara solo los cuidados que debían tener para que crecieran fuertes y coloridas.

La escuchó agradecer para después observar como tomaba la caja del cd, sosteniéndola suavemente con sus dedos mientras parecía explorar su diseño y sus colores con la mirada, para después responder a la pregunta que ella le había dicho con una notable alegría. La ojiverde argumentó que una pequeña y colorida estaría bien, para que la pudiese tener en la ventana de la habitación y que el sol llegara a ella para alimentarla, agregando después que existen bastantes y que podrían ir a ver las flores del invernadero para ver las posibles plantitas que sobrevivirían en su ventana.
-Me parece bien…-sonriendo suavemente-… entonces cuando vayas al invernadero, te pediré el favor de que pases por mí… así puedo ver qué tipos de plantas y flores hay… quisiera una que tenga bonitos colores…
Luego de dibujar en sus labios una amplia sonrisa volvió hacia su cama para sentarse en ella, juntando sus piernas mientras acomodaba serenamente su falda, para después de acomodar un poco sus largos cabellos volver a mirar a la ojiverde con una sonrisa suave y una expresión calma.
-¿Quieres un día de estos… que vayamos a algún lado?-sonrojándose levemente bajo la mirada mientras jugaba con un mechón de cabello-… yo nunca he ido a pasear con una amiga… generalmente… mi madre era quién me acompañaba… éramos muy unidas, nosotras dos… -bajando un poco su mano, recorriendo así el mechón de cabello-... y me gustaba mucho ir con ella…
Por unos segundos se quedó pensativa, ciertas imágenes animadas de los paseos con su madre llegaban a su mente y en verdad eran agradables, en verdad ella adoraba a su madre pero también a su padre quién siempre la había cuidado con notable esmero, amaba a sus dos padres con todo su corazón y ellos a ella, tal vez el poder con el que Alina había nacido los había unido más de lo que normalmente se unen padres e hijos. Dejo escapar un leve suspiro mientras mantenía una dulce sonrisa, para después volver a mirar a la chica, en espera de la respuesta que ella fuese a darle.

-Claro… en realidad me encantaría estar en compañía muchas de las veces a las que voy al invernadero… así que estaría bien que fueras… - comento con una sincera sonrisa algo apenada de las confesiones que hacía,
Se quedo un momento observando el largo cabello de Alina, que parecía ligero y suave mientras que pensaba sintiéndose algo extraña en lo bonita que era, para después escuchar su voz la cual le preguntaba que si algún día le gustaría que fueran algún lado, liberándose inmediatamente del transe de sus pensamientos sonrojándose levemente,
-Claro… ahm…-expreso para llevarse el dedo índice a la barbilla mientras pensaba mirando hacia otro lado –El centro comercial entonces estaría bien?- comento sonriendo de nuevo para Alina mientras se sentaba a su lado colocando delicadamente la caja de cd sobre sus piernas,
-Que sucede?.... Los extrañas?- pregunto volviendo un poco serias sus facciones después de escuchar el suspiro que expreso Alina, quedándose un poco preocupada, quizás había manera de que los padres vinieran a visitar o de lo contrario de ir un tiempo a verlos, quizás en navidad, se quedo pensando un momento y sabia que no había manera de que ella volviera, pero al menos comprendía que era esa relación que tenia Alina con sus padres aunque fuera una pequeña idea.

Asintió con un suave movimiento de cabeza mientras escuchaba a Aydan decirle que en realidad le gustaría tener compañía en aquellas ocasiones en que visitase el invernadero y que por eso estaría bien que ella fuese, sonrió levemente ante sus palabras para jugar un poco mas con el mechón de su cabello, levantando luego la vista otra vez al notar como la ojiverde parecía expresar cierto rostro pensativo mientras se llevaba un dedo a la barbilla y levantaba un poco la vista hacia un lugar indefinido. Después de un silencio de unos segundos la escuchó preguntar si el centro comercial estaría bien, estaba claro, parecía en verdad agradarle la idea de ir a algún lado juntas y frente a esto Alina no podía más que sentirse alegre.
-El centro comercial me parece bien…-dijo con una suave sonrisa mientras la observaba sentarse a su lado-… hay muchas cosas para hacer allá.
Observó como la ojiverde colocaba la caja del cd sobre sus piernas para después dedicarle una suave sonrisa, pero al parecer el suspiro que había escapado de los labios de la pelirrosa sin que se diese cuenta y a causa de aquellos recuerdos, había logrado llamarle la atención. Pronto Alina descubrió que la miraba con un rostro un poco más serio, con un cierto deje de preocupación, al ver esto la pelirrosa solo sonrió dulcemente para después colocar ambas manos sobre su falda y centrar su vista en el suelo.
-Si quiero serte sincera… si, si los extraño…-jugando un poco con sus dedos-… extraño la voz grave de mi papa, el olor a los pasteles de mama… pequeños detalles que parecieran tontos pero aun así… tan preciados para mi…-llevándose una mano al pecho-… si me pongo a pensarlo creo que puedo decir… que fui afortunada con los padres que me tocaron… sin duda alguna los volvería a elegir si de mi dependiese…
De pronto alzo un poco las cejas para mirara a Aydan, le había comenzado a hablar de su pasado y sus cosas como algo tan natural, pero en verdad así era, podía decirse que en el caso de los Himmel, los padres y la hija tenían entre sí una relación que tal vez muchos serían capaces de envidiar, y que muy seguramente no solía pasar seguido, o al menos no tanto como debería ser.
-Amo mucho a mis padres… quisiera verlos pronto, pero sé que ahora debo dar lo mejor de mí en la academia… porque aquí estoy… para mejorar y aprender a controlar bien mi habilidad…-volviendo a colocar sus manos sobre su falda volvió a dirigir su mirada hacia la chica que estaba sentada a su lado-… tu también estas aquí para mejorar… ¿verdad?
Después solo se quedó en silencio viéndola con algo de curiosidad, no sabía mucho de la vida de Aydan mas que le gustaba aquel chico llamado Rai, pero siendo su mejor amiga ahora, se le hacía natural preocuparse por ella y querer conocerla un poco más.

Miro como Alina parecía alegre de poder ir al centro comercial, ella solo sonrió casi al mismo tiempo que ella, escuchando como expresaba que había tantas cosas que hacer allá, y al mismo tiempo ella comenzó a imaginarse cuantas cosas quería ver o comer en aquel sitio, pues ella normalmente no solía salir ni siquiera en su país, y realmente si quería conocer todas las culturas o cosas que tuvieran en América.
-E-eso me alegra mucho Alina… que ames tanto a tus padres, yo quisiera…- contesto dándose cuenta que sus ojos comenzaban a inundarse, que era lo que había imaginado, no estaba celosa, solo estaba feliz de su amiga y quería sentir lo mismo que ella, pero realmente no sabía cómo, no sabía que pensar sobre unos padres te trataran cálidamente, ella no sabía que era una familia real y solo podía imaginársela, realmente la familia de Alina era como la de un cuento de hadas, una linda familia feliz protegiendo a su hija especial,
-S-sí, yo estoy aquí para hacerme más fuerte y mejorar mi habilidad… es mi mas grande deseo- aclaro con una sonrisa intentando ignorar su repentino nerviosismo que sintió anteriormente por recordar la palabra familia, que sin pensarlo comenzó a preguntarse que estarían pensando sus padres de ella en este momento, estarían arrepentidos? Estarían extrañándola? O simplemente estarían mejor sin alguien que les estorbase todo el tiempo.

Sin saber por qué, por alguna extraña razón cuando Alina había tocado el tena de sus padres la chica de expresivos ojos verdes parecía haber entristecido con el tema, mientras que sus ojos parecieron inundarse levemente, sin saber la razón de esto la pelirrosa no pudo evitar sentirse algo curiosa al respecto, pero ella sabía respetar el silencio de los demás así que solo sonrió suavemente para después volverla a escuchar ahora diciendo que en verdad su razón de estar en aquella academia si era la de mejorar sus poderes y su habilidad con ellos.
-E-Entonces tal vez… algún día podríamos entrenar juntas, las tareas del profesor Yorke… creo que con compañía… será más divertido ¿verdad?
Sonrió dulcemente luego de sus palabras, no quería ver a su amiga triste, pero aunque tuviese una vaga idea de que pudiese haberle sucedido, en verdad no sabía bien como actuar ante aquella situación, así que solo intento ser lo más amable que pudiese con ella e intentar transmitirle algún tipo de tranquilidad.
-Tal vez algún día pudieses acompañarme a mi casa, bueno es que… la mía está más cerca y si…-jugando un poco con su falda-… algún día no pudieses volver a Alemania en algunas de las fiestas… -volviendo a mirarla con una dulce sonrisa-… sería muy agradable que nos acompañases…
Después solo alzo un poco las cejas ante sus propias palabras, no sabía porque razón había dicho aquello pero al parecer le nacía del alma, ahora solo debía esperar una respuesta por parte de la ojiverde que muy probablemente lograría verse sorprendida con aquel comentario; con esto en mente se rasco la mejilla con un dedos mientras su pálida piel se ruborizaba suavemente.

No quería ponerse a llorar en ese momento, seria fuerte, y olvidaría todos esos malos recuerdos que tuvo los últimos días que estuvo en Alemania, fue cuando escucho un comentario por parte de su mejor amiga,
-Seria perfecto… la verdad tenía miedo que tuviese que entrenar con Rai, se que el seria fuerte conmigo sin dudarlo…- comento en un tono feliz que se fue convirtiendo a un poco de molestia por haber hablado de Rai, sonrojándose un poco al ver la cara de Alina, pues sabia que ella ya se había enterado de lo que sentía, no podía fingir ya que nada sucedía entre ellos, pero al menos ya había logrado ignorar su tristeza.
Escuchando ahora con sorpresa lo ultimo que había dicho mirándola un momento casi incrédula,
-En serio?!...- expreso sin poder evitar parecer repentinamente emocionada de que su amiga la invitara a su hogar en alguna de las fiestas mientras su mejillas se miraban sonrojadas por la vergüenza que sentía por verse de esa manera –Pero crees que le agrade a tu padres? Es decir… quizás no les agrade que una chica extranjera este en su hogar mucho tiempo…- comento casi como si supiera que todos los padres eran así de esa forma, pues realmente no conocía otros padres mas que los de la gente con economía fuerte, y esos padres en realidad eran descuidados con sus hijos y faltos de afecto, no dejaba de imaginarse como serian los padres de Alina, no tenia idea y solo se conformaba con que le mostraran mucho afecto al menos a su hija.

Dibujó una amplia y dulce sonrisa al escuchar como la rubia hablaba del chico que le gustaba, aquel chico llamado Rai con el que solo había cruzado miradas un par de veces, pero el miraba de esa forma tan penetrante que le resultaba difícil resistir mucho tiempo. De alguna extraña forma y sin saber por qué podía identificarse con aquella chica, era como si se viera a sí misma hablando de Dylan, antes cuando solo eran amigos, aunque ella no se hubiese dado cuenta de nada muy posiblemente se hubiera visto de la misma forma, anquen en realidad en aquella época realmente no tenía un amigo íntimo a quién contarle ese tipo de cosas, el único en su vida en aquel momento no era otro que el mismísimo Dylan, para que luego llegasen sus dos amigos más queridos y actuales.
-Seguramente lo sería… pero estoy segura que de igual forma… tendría cuidado, no creo que haría algo que te lastimase…
Después notó como la chica se sonrojaba, seguramente por haberle hablado con tanta familiaridad del chico que le gustaba, para ella también era algo extraño oír a alguien de su edad hablar de esa forma, jamás había pensado que sería capaz de hablar de esas cosas con una amiga y sin embargo sucedía, sin embargo ese poder que parecía haberla alejado de una posible vida normal ahora le daba amigos y personas queridas que valoraría quizás durante toda su vida; “Tal vez las cosas suceden por algo…” pensó fugazmente para después ver la sorpresa dibujada en el rostro de la alemana, seguido a casi una incrédula pregunta acerca del último comentario que ella había hecho.
-Estoy segura que les agradarás y mucho…-sonrió ahora de una forma más serena pero igualmente dulce-… por alguna razón… tengo la sensación…-rascándose la mejilla con un dedo-… de que a mi padre le agradarás mucho…-tomando suavemente una mano de la chica-… y mi mama, ella están amable… estoy segura de que les agradará la idea de que pases una temporada con nosotros, no te preocupes por eso… además será muy divertido…
Poniéndose de pie suavemente, dio una vuelta sobre sí misma con una suave sonrisa provocando que su larga cabellera se moviera al compás de su cuerpo desparramándose con el impulso para después volver a caer tranquilamente sobre sus hombros y espalda.
-Te enseñaré Albany, es una ciudad muy tranquila… estoy segura de que te gustara…-llevándose un dedo al mentón en señal de pensamiento-… tiene muchos lugares bonitos y bastante espacio verde, de seguro te sientas bien allá.
Bajando su mano la llevó junto con la otra detrás de la cintura para inclinar levemente la cabeza en espera de una respuesta de su amiga, nunca había tenido a una amiga en su casa y aunque pareciese una experiencia nueva, ella parecía ser sumamente optimista sobre esto, como si realmente supiese que algo bueno podía surgir a partir de eso.

Apenas se había dado cuenta de la familiaridad con la que hablaba de Rai, todo parecía tan cercano ahora que solo podía sentirse avergonzada de sus mismísimos sentimientos de una manera un tanto positiva, como si el amor que sentía ahora solo la había sentirse cálida y un poco más alegre que de costumbre. Sonrojándose aun mas cuando Alina comentaba que seguramente no creía que aquel chico de cabello blancos la lastimase alguna vez, y hasta ella misma lo creía así, aunque fuese un poco rudo con ella, resultaba ser a la vez muy amable, preocupándose por ella todo ese tiempo, tal y como si todavía siguiese siendo su hermanita menor.
Sonrió ampliamente al escuchar que Alina decía que estaba segura de que le agradaría mucho a sus padres, y solo pudo sonreír al momento de ver la sonrisa de ella adornando su rostro, sentía aquella sensación de calidez que ella siempre emanaba, así como si realmente tuviera ese instinto maternal y protector con todas las personas que conocía, y quería creer que sus padres habían sido iguales,
-Ojala si… y tienes razón, será bastante divertido, es algo que jamás he hecho… y a decir verdad no tengo otro lugar en el cual quedarme – pronuncio feliz, pero a la vez recordando la razón por la cual no podía seguir con su vida como si nada y regresar a Alemania, era algo que lograría superar, ahora ya ni siquiera dolía demasiado, era una sensación que se iba fortaleciendo mas.
Noto como Alina se ponía de pie, dándose un pequeño giro elegante para mirarla con una suave sonrisa, quedándose un poco distraída en la forma en que se movía su cabello con elegancia cada que ella hacia un movimiento,
-Qué lindo… en ese caso, le ayudare a tu mama con su jardín, así no me sentiré tan estorbo…- comento imaginándose que la casa de ella era muy bonita y con áreas verdes que la verdad deseaba con todo su corazón ver y admirar –Quizás es algo que simplemente debería dedicarme… a eso de cuidar jardines- comento de la nada pensando en que aunque también quisiera salvar a los seres vivos, también quería dedicar su pasatiempo favorito a algo productivo como eso.
-Por cierto… es tarde Alina – pronuncio desviándose al fin de sus pensamientos –Creo que debería ir a dormir a mi habitación – agrego poniéndose de pie aun con la caja de cd en las manos, mirando un momento a la pelirosa, sonrojándose levemente para dar unos pasos hasta llegar a ella y estirar sus brazos para abrazarla cálidamente mientras recargaba su cabeza en el hombro de ella, sintiendo su ligero y dulce aroma,
-M-muchas gracias… por todo y porque me has ofrecido quedarme en tu casa…. Soy feliz…- comento con una pequeña timidez en su voz, para después separarse con las mejillas aun un poco rojas, caminando hacia la entrada con una sonrisa en su rostro –Descansa…-

Escuchó la respuesta de la ojiverde y se alegró bastante al saber que ella aceptaba de muy bues gana y que además de eso la experiencia le parecía interesante, agregando que era algo que jamás había hecho y que además y por otro lado, en verdad ella no tenía un lugar en donde quedarse. La cálida sonrisa en los labios de la pelirrosa aminoró un poco su diámetro mientras pensaba fugazmente en que aquella chica no parecía tener una buena relación con sus padres y tal vez siquiera buenos recuerdos con ellos; sin duda alguna era triste, pero la admiraba por haberlo podido llegar a delante y haber llegado al lugar en el que se encontraba en ese momento.
Después observó la sonrisa de su amiga escuchando a la vez sus palabras, era verdad, aquella chica parecía haber nacido para el jardín y para estar rodeada de naturaleza, iba tan bien con ella más que cualquier otra cosa.
-No creo que fueses un estorbo ni nada parecido…-dando algunos pasos suaves-… pero si puedes ayudarle a mi mama en esa actividad… estoy segura de que te agradará.
Aydan agregó luego que tal vez era a lo que ella debería dedicarse, eso de cuidar de las plantas, formando hermosos jardines, manteniéndolas sanas y vivaces, así como Alina pensaba la chica realmente parecía tener mano y alma para aquellas bonitas actividades.
-Sería una linda actividad a futuro…-dijo con una amplia sonrisa-
De pronto la ojiverde pareció volver en si diciendo algo que hizo que casi involuntariamente mirase el reloj que estaba sobre su mesita de luz, comprobando que lo que decía era cierto y que el tiempo parecía habérsele pasado volando.
Antes de que pudiese decir cualquier cosa notó como la ojiverde se ponía de pie para acercarse a ella y apenas llegó a mirarla sintió como la abrazaba cálidamente, en un gesto que parecía tan familiar y cálido que no pudo evitar sonreír sinceramente mientras un suave sonrojo se hacia un poco más presente en sus mejillas, sintiendo como la chica apoyaba suavemente la cabeza sobre su hombro.
-Igualmente, gracias por aceptar… seguro nos divertiremos mucho juntas…
Dijo aquellas palabras casi en un susurro para después sentir como la ojiverde se separaba del abrazo mirándola a los ojos una vez más, sonriéndole de forma dulce nuevamente, casi como si le sonriese a una hermana, para después seguirla con la vista hasta la puerta y escucharla despedirse.
-Tú también descansa… nos vemos pronto…
Levantando una mano la saludo con movimientos suaves y una gran sonrisa hasta que vio la puerta cerrarse y la figura de la chica desaparecer tras eso, dejando escapar un pequeño suspiro para luego acomodar su falda suavemente y girarse hacia el escritorio, en donde vio como el pequeño erizo la observaba atentamente.
-Es una linda persona ¿verdad?
Con pasos suaves se acercó a la jaula para alzar un solo dedo y posarlo suavemente sobre la fina nariz del pequeño animalito, sonriendo dulcemente mientras algunos mechones de cabello rosado caían sobre sus hombros; aquella sensación de amistad confiable y segura le resultaba realmente agradable.