The death is waiting (escrito que hice hace poco)

Esta pequeña historia comienza un domingo, 1 año después de aquel suceso tan extraño en el que me ví involucrado. Hace exactamente 1 año tuve el presentimiento de que íbamos a morir si tomábamos el metro que nos llevaría a Manchester. Sabía que la soledad era dura, pero no me importaba. Mis padres tuvieron que marcharse de casa una semana y yo, como buen joven mayor de edad decidí invitar a unos amigos a casa para no estar solo y para aprovechar que la casa estaría vacía y sola para mí. Mis amigos accedieron encantados a venir y pasar unos días conmigo. Fueron llegando poco a poco y por separado. Billy fue el primero, llegó y nada más abrir me dió un abrazo, algo que no entendí pues nunca me saludaba así, salvo cuando no nos veíamos después de un largo período y eso no había ocurrido. No le dí más importancia por la felicida que mostraba, por lo que no tenía pinta de haber sufrido algún hecho malo reseñable. Fuimos al sofá del salón, aunque no me dió tiempo a sentarme cuando llamaron a la puerta. Me acerqué y abrí encontrándome allí a Helen, una de las personas a las que más tenía ganas de ver después de que ella se hubiese marchado un par de semanas a Berlín de vacaciones. Le dí un beso en la mejilla derecha y ella respondió dándome un abrazo, al igual que había hecho Billy momentos antes, aunque en su caso era más comprensible, no nos habíamos visto desde que ella se fue. Nos sentamos en el sofá y charlamos durante un buen rato mientras iba llegando la noche y empezaban a encenderse las luces de la calle, creando un bonito ambiente gracias al verano, lo cual provocaba que por las calles se pudiese caminar y estar muy a gusto. De pronto volvieron a llamar a la puerta y, tras acercarme a abrir, encontré allí a Gerard que venía con 5 cajas de pizza, algo que me extrañó mucho, pues le había dicho que había comida en casa. Su respuesta fue muy clara: "Yo no me fio de cómo cocinas tú, tio, a ver si morimos todos" Al decir aquello rió a carcajadas lo cual acompañé sin dudar, sabía que estaba de broma, aunque la verdad yo no era precisamente un muy buen cocinero.
Nos acercamos al sofá donde nos esperaban Billy y Helen, nos sentamos y estuvimos charlando durante horas y horas sin parar, comiendo y bebiendo algunos refrescos, ya que no éramos el tipo de gente que bebía alcohol para divertirse, nos bastaba con estar juntos los cuatro. Tras varias horas fuera empezó a llover por lo que nos acercamos a la ventana. Aquello nos trajo malos recuerdos ya que aquel trágico día llovía, aunque con más fuerza de lo que llovía en ese momento. Billy se fue al sofá, no podía evitar llorar, su hermana había muerto aquel día ya que no creyó mis palabras, algo que por otro lado no culpo, en ese momento parecía un loco prediciendo cosas que no habían pasado y que luego pasaron. Intentamos animarlo y lo conseguimos, eso pertenecía al pasado, aunque doliese debíamos superarlo, habíamos escapado a la muerte y teníamos que agradecerlo, quizás fuese nuestro momento, pero nos salvamos, burlamos a la muerte. De pronto Gerard habló pidiendo ir al baño. Le señalé el camino diciéndole que suba y tome la primera puerta a la derecha.
Fueron pasando los minutos, las horas, no nos habíamos dado cuenta de la ausencia de Gerard hasta que Billy lo nombró en una de nuestras charlas y notamos que no estaba con nosotros, ¿le habría pasado algo? Decidimos subir al cuarto de baño a buscarlo y preguntarle si estaba bien. Tal fue nuestra sorpresa que, al abrir la puerta, allí lo encontramos, tirado en el suelo rodeado por un charco de sangre y una nota escrita en el espejo con la propia sangre de Gerard: "No escaparéis..."
Helen soltó un grito de terror bajando rápidamente hacia el salón muy asustada, Billy y yo la seguimos e intenté tranquilizarla mientras Billy llamaba a la policía. El teléfono estaba cortado, ¿sería esa nuestra hora? ¿Por qué pasaba aquello? ¿Venía acaso la muerte a por nosotros después de habernos salvado de lo que debía ser nuestra muerte? Billy fue a la cocina buscando un valium para dárselo a Helen y que así se tranquilice un poco. No volvió, tardaba mucho y eso consiguió que me asustase, algo que no era normal en mí. Me acerqué lentamente a la cocina y pude oir un fuerte grito de dolor. Entré en la cocina y pude ver como Billy estaba tirado en el suelo con muchos cuchillos clavados en todo su torso, una escena que me aterrorizó por completo, Helen podía ser la siguiente, tenía que salvarla como fuese.
Fuí a buscarla y la encontré en el sofá, la abracé e intenté animarla. Le dije que debíamos salir de allí, salir de la casa y buscar ayuda o ir a la policía. Abrí la puerta de casa y salimos fuera donde la fuerte lluvia seguía en sus creces. Cuando estábamos por llegar a la calle un rayo cayó cerca de nosotros golpeando un poste de luz el cual explotó y cayó con fuerza contra el suelo, al hacer eso Helen se asustó tanto que salió corriendo. Corrí detrás de ella pero no me dió tiempo, un coche salió de la nada y atropelló a Helen matándola enel acto. El coche salió pitando sin frenar y desapareció entre la lluvia. esto no podía estar pasando, ¿por qué nosotros? Yo era el siguiente, debía morir, así estaba previsto aquel día y así debería ser. Me arrodillé resignado llorando en el césped mojado de mi jardín notando la fuerte lluvia caer. Otro poste de luz explotó pero no le presté atención, era mi fin, estaba escrito. "¡¿Cómo quieres que muera?!" grité con todas mis fuerzas cuando un rayo cayó de lleno sobre mí matándome al instante.

La muerte había venido, la muerte siempre cumple con su lista. Si debes morir morirás hagas lo que hagas y si te salvas por cualquier cosa la muerte siempre volverá a por tí lo más pronto posible. La muerte siempre gana, nunca se le puede engañar y eso quedó claro aquella noche tan fatídica que vivimos mis amigos y yo...

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