Blue eyes [Libre]

Esa mañana amaneció con un sol radiante y caluroso, muchos ya estaban levantados haciendo sus actividades de fin de semana. Hunter era uno de ellos, pero su panorama no era algo espectacular. Se levantó y luego de tomar una ducha y vestirse, bajó al comedor para tomar desayuno mientras leía el periódico de ese día. Una vez acabado de comer, salió en dirección al lago, había un lugar específico que le gustaba de ese espacio acuático, una pequeña caída de agua creada artificialmente, pero que era hermosa a sus ojos.

Salió acomodándose el flequillo sobre el parche, caminando lentamente bajo la sombra proyectada por el camino de árboles que estaba contiguo a la acera. No le gustaba el sol, uno porque estar muy expuestos a la radiación hacía daño y segundo, porque odiaba sentir que le faltaba el aire. Andaba con paso lento, pensando en nada específico.

Llegó al lugar de destino y descubrió que no era el primero en llegar, había algunas personas más sentadas en la orilla disfrutando de la vista, otros jugando en el agua y algunos más atrás apoyados en algún árbol –Pensé que iba a ser el único…al menos por un rato…- dijo buscando el espacio en el que iba a reposar, lo encontró y caminó hacia la roca que estaba junto a la pequeña caída de agua. Se sentó y cerró los ojos sacándose el parche al sentir que le apretaba un poco, volvió a acomodar el flequillo y se quedó allí, quieto, sin mover un solo músculo, escuchando el sonido del agua entrando en un estado de relajación que le agradó bastante y lo hizo sonreír momentáneamente.

Las otras personas reían, conversaban, pero eso no le molestaba, todo parecía armónico “El agua es un elemento curioso” pensó y suspiró abriendo levemente los ojos. Ladeó un poco su cuerpo para verse reflejado en la superficie y fue el ojo marcado el primero que destacó devolviéndole la mirada. “¿Por qué?” se preguntó y retrocedió para no verse más, tomó el parche y se tapó aquella aberración que le cargaba tanto –Preferiría perder el ojo- murmuró y se quedó callado mirando el lago en toda su extensión.

Primer fin de semana en la academia Crusaders, su compañera de habitación había desaparecido sin decir nada y realmente no se le ocurría que hacer, pese a haber tenido una ajetreada semana de clases aún no llegaba a conocer todos los rincones de aquel enorme lugar. Colocándose ropa informal arregló su cabello y luego decidió salir a dar un paseo por los alrededores a ver con que curiosos sectores se encontraba. Entró al jardín y recorrió sus bellos caminos con suma tranquilidad, pero más lejos de lo que había ido antes encontró una puerta que parecía conducir hacia otro lugar, desde allí podía escuchar algunas voces “Si hay alumnos seguramente este permitido entrar…”
Caminando lentamente se alegró al notar que se acercaba a un lago de hermosas aguas cristalinas, las más pacíficas que jamás había visto. Caminó un poco más por el borde alejándose de los otros que se encontraban ahí y buscando el lugar más pacífico en el que pudiera lograr que la naturaleza la inundara de su armoniosa paz. Llego a un bello lugar en el que había una bonita caída de agua cuyo sonido resultaba relajante a los oídos y se quedó viéndola unos segundos, pero de repente sintió una mirada sobre ella que la obligo a girarse hacia el origen para descubrir que podía ser. Recostado en el suelo y contra una roca había un chico, parecía ser pequeño y era muy lindo, su hermoso ojo azul la miraba con curiosidad, ella se quedó viéndolo unos segundos casi perdida en aquel azul que parecía querer imitar al cielo y cuando reaccionó se sonrojó levemente.
-¡Ah! Disculpa… es que… esto…. Este lugar es hermoso…

Se sumió en sus pensamientos sin preocuparse del tiempo ni de sus acciones y cuando algo lo trajo de vuelta se dio cuenta de que una chica estaba allí y lo estaba mirando, así como él a ella y eso desencadenó una reacción, la cual odia con todo su ser. Su rostro se ruborizó un poco y giró su rostro hacia el lago –Amm…sí, es un lugar ideal- respondió y alzó una mano –Y…no te disculpes, en serio…no fue nada, me pillaste pensando y no me percaté de que llegaste- sonrió levemente y la observó una segunda vez.

-¿Cuál es tu nombre?, creo que no nos conocemos…además que, yo soy nuevo en este lugar, estoy en primer año- estiró una mano hacia el agua y jugó agitándola un poco –Mi nombre es Hunter…Hunter Phantomhive- giró sus ojos hacia la muchacha y aguardó por la respuesta. Lo cierto era que el jovencito tenía un aire tímido y quizá a ojos de muchos se vería un tanto débil, no era de contextura muy gruesa y además era un poco alto, mas no era para nada debilucho. Mentalmente cada día se fortalecía, conocía su habilidad y sabía que no podía ser débil poseyendo ese don.

El sol se reflejaba en el agua y otorgaba un brillo especial al lugar. Se veía como un espacio mágico y a pesar de que hacía calor, en ese lugar no se percibía demasiado –Hace un lindo día- comentó animado, extrañamente animado e inspiró hondamente sintiéndose en paz, tal y como lo había planeado. El lago era especial…el agua lo era…incluso el tomar una ducha y mantenerse largos minutos bajo el chorro de agua le causaba una tranquilidad increíble, tanto así que hasta los dolores de cabeza se le iban.

Una suave brisa corrió y le desordenó el cabello un poco, quitándole el flequillo de la cara descubriendo el parche que acostumbraba llevar. Su cristalina mirada se fijó en la joven que tenía en frente, pero luego la retiró al darse cuenta que su mente comenzaba a reaccionar de acuerdo a sus poderes, no sabía controlarla. No deseaba influir en la desconocida, además ¿para qué si no había motivos? Suspiró y cerró los ojos.

El chico se ruborizó levemente y luego giró su cabeza, Alina no pudo evitar sonreír, por alguna razón se le hacía muy tierno. Muy amablemente el chico le dijo a ella que no se preocupara y sonrió levemente, después se presentó dando su nombre y curso, como había sospechado realmente era más pequeño y las cosas pequeñas siempre le resultaban tiernas, aunque la diferencia de edades tampoco era tanta, pero esa sensación la había invadido.
-Mucho gusto Hunter, mi nombre es Alina… Alina Himmel…-observando el agua-… también soy nueva aunque soy de segundo, a pesar de haber llegado hace algunos días…
Luego de unos segundos de silencio Hunter dejó escapar unas palabras “Hace un lindo día” y realmente lo era, parecía ser uno de los más lindos desde que ella había llegado. Una leve brisa sacudió los largos cabellos de Alina mientras ella seguía con la mirada perdida en el azul del agua, no pudo evitar llenarse de paz, ese lugar era especial parecía como alejado de todo, lleno de tranquilidad. Se sentó en el suelo e introduciendo sus dedos en el agua comenzó a jugar con ella haciéndola girar levemente.
-¿Te has adaptado bien?
No supo bien el porqué de aquella pregunta, tal vez porque ella había extrañado su hogar en un principio, pero el ir conociendo nuevas personas y todas tan fantásticas como las que había logrado conocer le había hecho olvidar un poco aquella añoranza.

-¿Adaptarme?, oh…sí, claro- sonrió levemente –No me fue complicado, ya sabes…en clases obligatoriamente tienes que hablar con alguien y las habitaciones son compartidas…la interacción es casi obligatoria- suspiró y mantuvo su ojo libre perdido en la superficie del agua. El azul de sus ojos brillaba con el reflejo de la luz y le daba un toque de mirada inocente. -¿Tú te has adaptado?, digo… ¿ya tienes amigos y eso?- se puso de pie y se estiró dando un leve bostezo producido por el relajo, luego tomó una piedrecilla y la lanzó para quedarse observando la perturbación en el agua, la cual hacía que la luz reflejada se moviera y eso le pareció agradable a la vista, por lo que se quedó viendo fijamente el efecto que una simple piedra produjo.

-Por cierto, ¿venías a disfrutar de la vista del lago?, es un buen lugar para relajarse…casi como una terapia- sonrió y ahora se quedó viendo la cascadita que estaba un poca apartada, pero que de todas formas conectaba con el lago y descubrió a una ranita que estaba sobre una de las piedras que colindaba a la cascada y le puso una mano para que ésta saltara sobre ella –Mira…- le enseñó el anfibio a la muchacha y luego se quedó mirando al pequeño animalito que no parecía asustado y no mostraba indicios de querer escaparse –No se ve asustado- comentó y se sentó sobre la roca en la que había estado antes de que ella llegara. -¿Te gustan los animales, Alina?- preguntó y vio como la ranita caminaba un poco sobre su palma provocándole un poco de cosquillas.

A lo lejos se oía a las personas reír, uno que otro chapoteo en el agua y grititos que más que masculinos eran femeninos, así que de seguro los chicos molestaban a las chicas. Miró hacia un lado y vio como una parejita forcejeaba a ver quien caía al agua primero y para su sorpresa fue el muchacho el que salió perdiendo, pero luego ella se lanzó al agua y comenzó una guerra de chapoteos. Volvió sus ojos hacia su acompañante y sonrió levemente.

[>O< perdón la demora TOT]

Hunter había dicho que la adaptación no le había resultado gran problema, además lo que argumentaba era verdad, tarde o temprano se terminaba hablando con alguien debido a las clases grupales, habitaciones compartidas e infinidad de sitios en los que se podrían encontrar infinidad de personas. La pregunta siguiente era la misma solo que al revés, Alina pensó un poco antes de responder, no hacía mucho que había llegado pero había conocido a personas amables y a dos a los que ya consideraba sus amigos.
-He conocido a varias personas a pesar que hace poco que llegué… también tengo dos amigos… puedo considerarlos de esa forma… me siento afortunada por ello.
El chico se puso de pie y arrojó una piedra al agua, después su hermoso ojo azul pareció quedarse hipnotizado por el efecto del choque de aquella pequeña piedra sobre el agua cristalina, dejó luego escapar unas palabras que halagaban la tranquilidad del lago y que estaban llenas de verdad.
-Si es un lugar muy pacífico… aunque en realidad es la primera vez que vengo, estaba explorando los jardines y llegué aquí…
Alina observó las copas de los arboles moverse gentilmente con la suave brisa que soplaba en ese momento, la voz del chico volvió a requerir su atención y al mirarlo nuevamente notó que tenía sobre sus manos una pequeña ranita de ojos saltones, eran los ojos mas saltones que jamás había visto.
-Sí, me gustan mucho, todos ellos…-acercándose al chico-… siempre me han acompañado.
Alina se colocó frente al chico y se inclinó para mirar un poco más de cerca al pequeño anfibio, no entendía como había personas que podían temerlo a cosas tan inofensivas como esa ranita.
-Está bien bonito… qué bueno que aquí tenga un lindo espacio verde en el que habitar…-tocando la cabeza del animal-
Las voces y pequeños gritos de unas chicas se escuchaban de fondo, a pesar de ser un pacífico lugar estaba alegremente concurrido pero esto no le quitaba la tranquilidad, por eso seguía siendo un sitio agradable. Alina observó una pequeña sonrisa en el rostro del pequeño Hunter, podía darse cuenta que le seguía produciendo ternura y no pudo evitar sonreír ella también, pero tampoco pudo evitar preguntarse el porqué de ese parche. Casi sin darse cuenta se le quedó viendo en silencio por unos segundos, pero cuando reacciono se sonrojó levemente y acomodándose el cabello detrás de la oreja giró su cabeza en dirección al agua, observando las mariposas revolotear sobre el cristalino liquido.

Spoiler:

Escuchó con atención a la chica, a pesar de que no la estaba mirando. Notó cómo ella se acercaba a mirar a la ranita y luego notó que los ojos de Alina lo miraban fijamente “Debe ser el perche” se dijo a sí mismo, pero omitió todo tipo de comentario al respecto, mientras menos lo mencionara mejor, así pasaría como un detalle para nada importante.

Dejó la ranita en el agua, era mejor dejarla ir…mientras menos se acostumbraran a los humanos, mejor, así mantenían cierta distancia, nunca se sabe quienes vienen con buenas intenciones y quienes con malas intenciones –Pero…a pesar de que interactúo con mis compañeros de clase…no tengo amigos…de esos que se dicen ser buenos y fieles…solo conocidos- miró a la chica con una sonrisa leve –Ya te preguntarás por qué…seguro- bajó la vista al piso y suspiró y negó con la cabeza –Bueno…ni yo lo sé- se cruzó de brazos y se quedó pensativo. La verdad, sí lo sabía…pero no quería reconocerlo en su mente ni decirlo; la idea de tener amigos le aterraba simplemente, pues temía por su habilidad. Era joven aún, era inestable, como todos en Crusaders, le daba miedo llegar a controlar a alguien sin siquiera saberlo.

-La academia es muy grande…tiene muchos lugares a los que se puede ir para descansar y escapar del barullo…creo que este fue el primero que encontré- rió por lo bajo –Con un libro bajo el brazo…escapando de todos. Si no me equivoco creo que fue el segundo día que llegué a la academia- miró a Alina de reojo.

Alina era una de las primeras personas con la que había entablado conversación sobre otro tema que no fueran las materias de la academia. Le agradaba el hecho de que no fuera demasiado invasiva con su comportamiento, era retraída y se fundía con la calma del lugar, eso ya era un punto a favor para considerarla, si es que todo seguía igual de bien, una amiga…la primera amiga de su vida si somos sinceros, porque antes de ingresar a estudiar había estado metido solo en la mansión de su tutor, conociendo solo a los profesores, sirvientas y al mayordomo.

Spoiler:

Al girar su cabeza levemente pudo observar como el chico dejaba la ranita en el agua, libre en el ambiente al que pertenecía; era mejor así. Después oyó lo que él decía acerca de sus compañeros, ciertamente ella también, en realidad no había interactuado mucho con ellos, tal vez si un poco en la clase del profesor Rhy en la cual se había aprendido el nombre y el rostro de unos cuantos, pero con quienes más había hablado era aquellos dos que ya llamaba amigos con toda confianza. Observo como el chico sonreía levemente para luego bajar la mirada y suspirar levemente mientras decía que ni él sabía porque fuese así.
Se quedó en silencio mientras lo veía cruzarse de brazos con un semblante bastante pensativo, en realidad ella deseaba ofrecerle su amistad, pero su enorme timidez le estaba impidiendo abrir la boca para decir las palabras necesarias, y en cambios solo terminaba sonrojándose un poco más. Escuchó como él le contaba la forma en que había dado con aquel maravilloso lugar, escuchó atentamente mientras una suave brisa movía suavemente su larga cabellera rosa como si quisiera bailar con ella.
-Yo también… he descubierto lugares que mayormente son tranquilos… y perfectos para alejarse de la multitud…-arreglándose un mechón de cabello-… esta academia tiene muchos lugares así… especiales… para estar en paz…
Hubo un pausa de silencio en la que solo fue posible escuchar al viento murmurar a través de las hojas de los árboles, el cantar de algunos pajarillos y el zumbar de uno o que otro insecto. Alina suspiró levemente para luego dibujar en sus labios una pequeña sonrisa y mientras se sonrojaba un poco más se giro hacia el pequeño para mirarlo tímidamente al rostro, pero sin lograrlo solo desvió la mirada hacia el suelo mientras jugaba nerviosamente con su falda.
-Me gustaría que algún día… tal vez podamos… llega a ser… amigos…
Luego de decir esto solo se quedo en silencio para lanzar un pequeño suspiro y terminar por ensanchar más una pequeña sonrisa que comenzaba a dibujarse en sus labios, había logrado decir aquella palabras que realmente le habían costado bastante esfuerzo, pero ella quería tener amigos a los cuales apreciar y adorar; realmente deseaba sentirse aceptada por los demás, no por todos si no as bien con algunos de ellos con los cuales pudiese sentirse bien.

Spoiler: