Ist ein Tagtraum (Libre)

Caminaba tranquila buscando un buen sitio donde poder practicar los ejercicios que el maestro Patrick le había encargado realizar para mejorar sus poderes, sin darse cuenta había terminado dentro del jardín donde parecía que era el lugar perfecto para usar la vegetación de su alrededor, al cabo era su sitio favorito donde siempre pasaba mayor parte de su tiempo.
Suspiro un poco para dar unos pasos dentro del gran jardín, hasta dar con el invernadero el cual ya había estado en varias ocasiones, era sorprendente como aquel lugar solo le traía el recuerdo de una sola persona en especial, y justamente esa persona era en la que pensaba últimamente como si él se hubiera apoderado de todos sus pensamientos, suspiro un poco deteniéndose en seco al ver aquel sitio, frunciendo el ceño levemente para comenzar a caminar hacia él, decidida a intentar superar aquella sensación de impacto, timidez y miedo,
“No tiene nada de malo pensar en el… después de todo… no se enterara” pensó asegurándose de que nadie estuviera a los alrededores antes de caminar con pasos más decididos hacia el invernadero, al pasar por la entrada tropezó sin caerse con el borde de esta para darse cuenta de que recordaba haberse caído anteriormente en este lugar. Intentando hacer memoria, mientras fruncía el ceño mientras caminaba completamente dentro del invernadero abriendo la puerta con cuidado, pero al pasar se detuvo en seco de nuevo, quedando con los ojos muy abiertos, mientras miraba la mesa de centro y recordar por completo que es lo que había pasado aquella noche de halloween,
“Oh Mein Gott” pronuncio arrodillándose en el suelo mientras colocaba ambas manos sobre su rostro cubriendo sus ojos, sintiendo la calidez intensa de sus mejillas, mientras su corazón latía fuertemente un de repente, no podía creer lo que su mente le había revelado, ella había besado a Rai estando ebria como acto de declaración después de haberle reclamado haberla llamado “niña” tanto tiempo, y si eso no fuera suficiente, él la beso a ella apasionadamente robándole el aliento por completo de tal manera que era imposible no saber que aquello había sido real, no había manera de que Aydan allá tenido un sueño así de fuerte, después de todo ella jamás había besado si quiera de esa manera, no conocía como eran aquellos besos antes de haber sentido aquel beso tan impulsivo sobre sus labios. Ahora no sabía que pensar, que hacer, como reaccionar o como volver a ver a Rai de frente, eso iba a ser imposible para ella, los nervios la consumirían, quien sabe, quizás hasta se desmayaría en el intento.
-P-porque me beso?- se pregunto retirando las manos de su rostro completamente ruborizado para recargarlas sobre sus piernas apretando sus pequeños puños mientras unas lagrimas repentinas y trasparentes comenzaban a salir de sus ojos. Apenas se daba cuenta de que en verdad le gustaba Rai y ahora le llegaba aquel recuerdo tan nítido de cómo se había dado cuenta de ello. Era un precioso recuerdo de que aquello había sucedido, la había besado, no sabía muy bien porque pero lo había hecho, y era lo único que debía importarle, después de todo el era su persona especial, si lo único que iba a obtener de afecto era aquel beso entonces valía la pena que haya sucedido. Ganando fuerzas, mientras secaba sus lagrimas con la manga de su vestido, ahora la próxima vez que mirara a Rai sería difícil, tan difícil que quizás se quedaría sin voz, sin palabras y sin voluntad propia, más que nada porque no sabía porque había hecho aquello, para burlarse? Porque se había dado cuenta de lo que ella sentía?, se quedo pensando todas esas cosas aun sentándose completamente en el suelo, no podía ponerse de pie, mientras miraba sus manos sobre sus rodillas, mientras su cuerpo temblaba levemente.

Caminaba pacíficamente por los jardines sujetándose las manos detrás de la cintura, realmente aquellos lugares naturales que tenía la academia parecían ser únicos, o al menos eran tan hermosos como pocos lugares así había visto ella durante su vida. El viento acariciaba gentilmente su rostro jugando de manera picara con su larga cabellera que parecía danzar mientras caminaba lentamente observando las plantas que la rodeaban, ese día solo había salido a caminar un poco y a recorrer aquellos hermosos lugares para así lograr impregnarse con su paz.
Después de unos minutos en los que recorrió un peculiar camino que antes no había visto llego tarareando una dulce melodía hasta le frente de una inmensa estructura que provoco que detuviera su paso para contemplarla con detenimiento.
-Esto es…
Alzo su vista recorriendo el imponente cuerpo se cristal que frente a ella se alzaba imponente para abrir sus labios y alzar levemente sus cejas en señal de asombro.
-Acaso esto es… ¿un invernadero?
Camino unos pasos posando su vista sobre lo que parecía ser la puerta de entrada y al llegar apoyó suavemente su mano sobre la perilla, para girarla con delicadeza mientras observaba las plantas que dentro de aquel lugar parecía habitar.
Al ingresar observo los alrededores con una leve sonrisa que se dibujaba en su rostro debido a la variedad de naturaleza hermosa y fresca que allí parecía habitar, pero de pronto algo llamo su atención. Bajando su mirada hacia el nivel del suelo encontró allí a una persona, un cuerpo pequeño como el suyo y de cabellos muy claros parecía temblar mientras su portadora se encontraba sentada en el suelo, se veía algo extraña pero Alina enseguida la reconoció; era su amiga Aydan y no podía dejarla así.
-Aydan… ¿estas… bien?
Acercándose a ella se coloco en cuclillas para que sus rostros estuvieran a la misma altura y entonces la preocupación se dibujo en sus facciones, la chica tenia rastros de haber llorado y era notable que algo le pasaba, aunque ella no tenía idea de que pudiese sucederle. Sin saber bien que hacer tomo ambas manos de la ojiverde con delicadeza para intentar ayudarla a ponerse de pie, mientras le regalaba una dulce sonrisa intentando tal vez transmitirle a la chica la paz que parecía faltarle en aquel momento.

Entre sus pensamientos, entre esos recuerdos escucho una voz decir su nombre, cuando subió la vista pudo mirar a la chica de cabellos rosados ponerse de cuclillas a su lado, se quedo mirándola sorprendida, ella la había encontrado ahí, en su refugio, mientras sentía que le tomaba de la manos con delicadeza para ponerla de pie, y recibía una dulce sonrisa de parte de ella, como si con esto quisiera animarla, mostrarle que todo estaba bien,
-G-gracias… Alina- pronuncio intentando retirar el temblor de su cuerpo mientras su rostro aun expresaba preocupación, con el dorso de su mano retiro cualquier rastro de lágrima que podría presentar su rostro, no quería que pensara que era tan débil, después de haberle dicho todas esas palabras de ánimo anteriormente el día que platicaron en biblioteca. Miro a los ojos de Alina intentando así descifrar si todo lo que ella había mirado era de preocuparle y era así, parecía que lo había notado, dejo soltar un suspiro,
-Estoy bien…- dijo en medio de un gran silencio mirando hacia el suelo, intentaba demostrar que estaba bien, pero no era así, estaba muy confundida, y no sabía cómo enfrentar aquella situación –Solo que… me paso algo raro… algo que nunca pensé que me sucedería- confeso en medio de la nada, era su amiga Alina y era una chica como ella, quizás entendería si le decía más o menos lo que le sucedía, después de todo todas las chicas tenían ese tipo de empatía con otras chicas, aunque nunca hayan sentido amor en su vida.

Pudo darse cuenta como la ojiverde a observaba con sorpresa, seguramente no se esperaba que nadie la encontrase ahí, y en realidad ella había tenido suerte de encontrarla cuando sin saber porque había decidido tomar aquel camino desconocido para ella, y que había terminado por llevarla a aquel desconocido pero hermosos lugar.
Aydan agradeció con una voz algo temblorosa, parecía que intentaba evitar ese pequeño pero notorio temblor en su rostro, Alina la observaba con preocupación, no sabía si debía indagar por su estado, su timidez no le permitía estar segura de ello, pero aún así quería ayudarla si en sus manos esto estuviese.
Observo como la chica se secaba las lágrimas con su mano para después decir que se encontraba bien mientras clavaba su mirada en el suelo, aunque en su rostro aun fuese visible aquella especie de preocupación o tal vez incertidumbre. Después de unos segundos la ojiverde terminó confesando que le había pasado algo extraño, algo que ella nunca pensó que podría sucederle y antes estas palabras Alina frunció el ceño levemente, ella sabía bien lo que era que sucediese algo no pensado y tomado como imposible, pero antes de formarse cualquier conjetura decidió prestarle su oído a su amiga, si esta se lo permitía.
-Ven conmigo…
Con suavidad estiro de la mano de la chica para llevarla hacia una banca que había allí cerca y que se encontraba debajo de unas largas enredaderas que parecían querer abrazar a madera con mucha insistencia. Sentándose allí espero a que Aydan hiciera lo mismo para después regalarle otra sonrisa, más pequeña y más calma aún, si algo le pasaba lo que menos debía ver era su preocupación, lo que menos quería era angustiarla después de que ella realmente parecía estar pasando por algo.
-Sin desearlo siquiera… he comprobado que la vida… está llena de sorpresas…-dijo desviando su mirada hacia unas pequeñas macetas de colores que tenían en frente-… no se qué te haya sucedido pero… si quieres contárselo a alguien…-volvió a mirar a la chica sonriendo levemente-… q-quiero que sepas que puedes contar conmigo…
Dicho esto apretó un poco más la mano de la ojiverde pero de forma muy suave, sentía el calor de su mano mientras observaba su rostro, en su pasado ella nunca había hablado así de frente con alguien de su edad, ni siquiera con una chica, pero sin lugar a dudas le agradaba mucho la idea de tener una buena amiga, por esto y simplemente por ser una compañera deseaba acompañarla e intentar serle útil en algo, aunque fuese pequeño, ella quería poner su granito de arena.

El rostro de la pelirosa expresaba preocupación, pero una intensa empatía, lo cual Aydan solo le quedaba agradecer, pues ella era la que había aparecido en ese momento dentro de invernadero, y no Rai, no era el momento para mirarlo, quizás su cuerpo ni mente lo resistirían, pues esta situación sentimental para ella era muy fuerte para sí misma. Escucho la voz de la chica decirle que viniera con ella, y la siguió, sintiendo su mano ser atraída suavemente, hasta acercarla a una banca que se encontraba bajo de una largas enredaderas, terminando por sentarse a lado de Alina, sus piernas aun temblaban levemente, se quedo sentada mirando sus manos sobre sus piernas, intentando así apagar aquel leve temblor, volteo a ver a Alina y ella parecía tan dulce, tan amable, todo lo que quería era apoyar a su amiga, eso realmente la hacía realmente feliz,
Le explico que sin desearlo siquiera, había comprobado que la vida estaba llena de sorpresas, la ojiverde solo sonrió, ella tenía razón y se sentía identificada, desde que entro a la academia había conseguido amigos que sin desearlos ahora estaban a su lado, apoyándola y alegrándole los momentos, luego dijo que no sabía que le había sucedido, pero que si quería contárselo a alguien, podía contar con ella, los ojos de Aydan expresaron sorpresa y cierto brillo repentino como si hubiera lagrimas atrapadas en sus pupilas, y un leve rubor apareció en sus mejillas, sintiendo como la chica de cabello rosado apretaba su mano levemente emanando fuerzas y calor para superar lo sucedido,
-Has cambiado Alina…- pronuncio algo cohibida en medio de ese sentimiento de amistad –Ahora pareces más grande…- dijo subiendo su mirada hasta toparse con los ojos de la chica que tenía un escarlata muy claro que se tornaba a un magenta muy claro,
Luego bajo su vista sobre sus manos, sonrojándose de nuevo levemente, mientras obtenía las fuerzas para decirle algo, quería confiar en ella, quería hablar con alguien que pudiera entenderla, que pudiera apoyarla, y Mi Nyu se había marchado para ello, apretó un poco sus manos formando pequeños puños, juntando fuerzas, hasta que sus labios se abrieron intentando pronunciar algo,
-E-es… Alguien te ha besado?!- pronuncio repentinamente casi diciéndolo en voz alta volteando a mirarla fijamente mientras sus mejillas se coloreaban mas, esperando a que ella contestara, bajo la vista de nuevo, no podía aguantar su mirada más tiempo, era vergonzoso confesarlo.

Escuchó como la ojiverde le decía que había cambiado para ahora parecer más grande y en ese momento su sonrisa se borro un poco para darle paso a una pequeña expresión de sorpresa, levantando sus cejas levemente mientras seguía viéndola algo curiosa de lo que había dicho; tal vez fuese cierto, tal vez había madurado un poco luego de todo lo que había pasado; tal vez amar a alguien la había hecho crecer un poco.
Desvaneciendo lentamente aquella expresión de asombro en silencio, observo como ella bajaba la vista para clavarla sobre sus manos que se cerraban formando pequeños puños mientras sus mejillas se sonrojaban levemente ; la chica parecía estar intentando decir algo que necesitaba previamente una preparación ante las palabras, Alina solo pudo quedársele viendo en silencio mientras en el ambiente solo resonaban suavemente los ruidos del exterior siendo apaciguados por el brillante cristal de las paredes.
Finalmente la ojiverde terminó por alzar la vista clavándola fijamente en los ojos de Alina para luego preguntar si alguien la había besado, Alina solo se quedo en blanco por unos segundos y luego los recuerdos que tenia de aquellos besos apasionados volvieron a su mente de repente provocando que su rostro enrojeciera por completo en cuestión de segundos.
Casis sin darse cuenta bajo la vista al mismo tiempo que la chica y clavo su mirada en sus manos que jugaban nerviosamente con su falda, sin duda alguna había sido una pregunta muy repentina y para una persona tímida como ella difícil de contestar con libertad; aun así haría el esfuerzo.
-Ammm… yo… s-si me han… b-besado… m-mi novio…
Se quedo allí con la mirada clavada en el suelo, alzando un poco las cejas, sin duda alguna aquella pregunta le había resultado repentina e inesperada.
-¿P-Porque… lo p-preguntas?
Tímidamente volvió a subir su mirada hacia la chica que estaba a su lado, se había sentido extraña con aquella pregunta pero también sentía curiosidad del porque de aquella pregunta; esperando que le dijese algo se quedo en silencio intentando que su sonrojo se esfumase, aunque claro, eso no lo podía controlar voluntariamente, pero el hecho de ver a Aydan en un estado similar tal vez la tranquilizaba un poco, aunque fuese de una mínima manera.

Cuando subió la mirada para ver la reacción de Alina, miro como ella parecía muy nerviosa jugando con el borde de su falda mientras su rostro estaba enrojecido casi por completo, hasta que sus labios respondieron, diciendo que si, la habían besado… su novio, se quedo un momento mirando a la pelirosa incrédula de lo que acababa de decir, su amiga tenia novio, quien podría ser… ella lo conocía?. Se quedo un momento pensativa mientras sus mejillas no dejaban de tener ese tono rosa y tibio, hasta que la chica pregunto porque lo preguntaba, subiendo su mirada hacia ella quedándose en silencio esperando una respuesta, mientras ella desviaba un poco la mirada, para no ver a Alina a los ojos,
-B-bueno… alguien, que no es mi novio… m-me beso… y…- pronuncio quedándose en shock, cual era su problema? Que era lo que quería de ayuda de Alina?, no sabía concretar la pregunta, tendría que terminar contándole todo, esperando un consejo por su parte –Como le hiciste para darte cuenta que esa persona era importante para ti?- pregunto en medio de su silencio, intentando sonar lo menos nerviosa posible pero su cuerpo lo resentía sonrojándose más –Y-yo… no entiendo porque me sentí feliz… p-por ser besada…- agrego bajando la mirada junto con su cabeza quedando sin mostrarle el rostro a Alina, mientras sentía que un ardor fuerte en sus mejillas era signo de haberse ruborizado aun mas.

Escuchó como la ojiverde contaba que alguien que no era su novio la había besado mientras desviaba la mirada, como si estuviera apenada de mirarla a los ojos. Después de unos segundos en los que pareció quedarse pensando detenidamente en algo, la chica terminó preguntando a Alina como había hecho para darse cuenta de que esa persona era importante para ella, mientras su sonrojo aumentaba un poco más, casi intentando competir con el sonrojo que la mismísima Alina portaba en ese momento. La chica explicó que no entendía la razón de que se sintiese tan feliz por haber sido besada y Alina solo escuchó en silencio mientras una pequeña sonrisa comenzaba a dibujarse en sus labios, aquella chica de alguna forma le recordaba a ella; también le había llevado su tiempo darse cuenta de sus sentimientos por ser totalmente inexperta en ello, pero cuando los había descubierto y estos habían sido correspondidos, sin duda alguna se había sentido la persona más feliz del mundo.
-E-En realidad… yo también soy muy inexperta en estos asuntos…-dijo llevándose ambas manos al pecho para cerrar sus ojos-… solo sabía que estando a su lado me sentía feliz… que estando con el nada más importaba… n-no había dolor ni pena… solo una inmensa y cálida felicidad… m-mi corazón se aceleraba con cada gesto, con c-cada mirada que me dedicaba y aún es así…-apretando un poco más sus manos- Supe que era importante para mí, porque deseaba estar a su lado, d-deseaba consolarlo, ayudarlo, hacer por el todo lo que me fuese posible… deseaba verlo feliz… deseaba más que nada en el mundo ver su sonrisa…-abrió los ojos levemente y sus sonrisa se hizo un poco más amplia mientras observaba las florecillas de colores que se encontraban vivaces en aquellas pequeñas macetas-… l-la primera vez que sus labios rozaron los míos fui t-tan feliz que creí que no sobreviviría… a ello…-tocándose los labios con dos dedos de una mano-… infinidad de sensaciones que no puedo describir…-sonrojándose mas de repente-… sabía que podía entregarme… a sus brazos…
Dicho todo esto solo tomó aire respirando hondamente, intentando que el pequeño temblor que había invadido su cuerpo se disipara, ni siquiera sabía cómo había sido capaz de decir todas aquellas cosas, pero era lo que sentía, eso y mucho más, sus sentimientos hacia aquel ojiazul eran tan grandes que como ella misma había dicho una vez… no le cabían en el pecho.
-Aydan… si fuiste feliz con ese beso…-dirigiendo nuevamente su mirada de forma tímida hacia la ojiverde-… ¿p-podría ser posible que tú quieras mucho a esa persona?... ¿acaso quieres estar a su lado? ¿Q-Quieres cuidar de él?... ¿quieres lo mejor para el… estando dispuesta a darlo todo por ello?... Realmente no sé cómo ayudarte pero…. p-podría decirte que analices… todas las sensaciones que tienes en su presencia… lo que sientes al ver sus ojos…
Dicho esto apretó los ojos con fuerza por unos segundos mientras se ponía de pie para acercarse a las pequeñas macetas y ponerse en cuclillas frente a ellas, rozando suavemente con sus dedos los vivos colores de aquellas pequeñas plantitas.
-Tal vez… si buscas muy dentro de tu ser… tal vez… halles la respuesta que necesitas…
Dicho esto solo se quedó en silencio sintiendo como sus ojos se humedecían, sus sentimientos eran muy grandes y ahora estaban muy claros, tanto como el agua cristalina de aquel lago de la academia, realmente adoraba y amaba a aquel chico con todo su corazón y esperaba que su amiga pudiese sentir eso mismo, esa inmensa felicidad parecía ser simplemente… lo más grande en el mundo.

Alina la observo en silencio pero cuando pronuncio que era muy feliz con haber sido besada ella resalto una leve sonrisa, lo cual la desconcertó un momento, hasta que escucho hablar a la pelirosa de manera pacífica, dulce y romántica, había dicho que ella tampoco era muy experta en el tema, solo sabía que estando a lado de ese chico era muy feliz, y expresando otras palabras que Aydan no sabía si alguna vez podía sentir, pero muchas de ellas ya las había sentido en algún momento estando cerca de Rai. La chica pronuncio una sonrisa más dulce aun, mencionando la primera vez que el chico que ahora era su novio la había besado, sintiendo ahora Aydan un sonrojo excesivo al escuchar esa anécdota, no tenia respuesta ante aquellas palabras dedicadas al afecto que ella sentía por su chico, así que solo se quedo observándola tímidamente, hasta que de nuevo escucho a Alina, haciéndole preguntas que hicieron que se encogiera en su asiento, temblando levemente,
-S-si lo quiero mucho… y si quiero permanecer a su lado… mientras él me lo permita… y protegerlo…- contesto sin mirar a los ojos a la pelirosa, mientras sentía leves lagrimas recorrer de sus ojos hasta sus mejillas, y el temblor de su cuerpo recorrer todo su cuerpo logrando que se encogiera mas colocando sus manos sobre su piernas apretando la tela de su falda – E- eso hare…- agrego al escuchar que Alina le decía que debía analizar sus sensaciones al estar cerca de él, aunque ella ya estuviera segura de que en verdad sentía algo por el, algo muy fuerte y profundo, ahora solo tenía que saber si sería capaz de dar todo por él.
Noto como Alina se puso de pie, para acercarse a una maceta con pequeñas flores y hojas dentro de ellas, creciendo y siendo felices, la chica se puso de cuclillas frente a ellas para tocarlas levemente, como si intentara despertarlas de su sueño, y escucho que decía que debía ver dentro de sí misma, y ahí hallaría esa respuesta, la ojiverde solo asintió sin quitarle la vista, en verdad ahora parecía tan grande, hace tan poco tiempo que la había visto por última vez, y ahora parecía que todo en ella había evolucionado, incluso, parecía como si hubiera crecido en altura, aunque no fuera así,
-Muchas gracias Alina… tus palabras… son muy hermosas- pronuncio secándose la humedad de los ojos, con una sonrisa sintiendo una gran calidez llena de paz interna que significaba que se sentía mejor – Por cierto, quien es tu novio? Lo conozco?... debe ser afortunado al tenerte, eres una linda chica… y muy amable…- pregunto curiosa, quizás la próxima vez que los mirara juntos se sentiría muy feliz de que estén juntos.

Luego de un pequeño silencio escuchó la voz de la ojiverde diciendo que lo quería mucho y deseaba permanecer a su lado, protegiéndolo siempre y cuando él se lo permitiese y que pondría atención a las emociones que a su lado tenía; después de todo ambas parecían saber que esa era la clave de todo. Alina se puso de pie refregándose levemente los ojos para girarse hacia ella y caminando lentamente volvió a sentarse en la banca, apoyando primero sus palmas que allí permanecieron aunque ella estuviese sentada.
Observó en silencio a la ojiverde cuando ella le agradecía diciendo que sus palabras eran muy hermosas mientras se refregaba los ojos, como si estuviese secando algunas lagrimillas traviesas que imperaban por salir, pero a la vez dibujando una serena y dulce sonrisa en sus labios; a partir de aquel momento parecía verse algo mas clamada y notando esto Alina se sintió alegre de que sus palabras inexpertas pudiesen haberla ayudado en algo , aunque fuese mínimamente, ella quería hacer algo por su amiga.
Alzó las cejas levemente sonrojándose de forma más fuerte cuando escuchó la pregunta de la chica y las palabras que expresó la ojiverde luego de eso, la había elogiado y le había sonado tan bonito; nunca una amiga le había decido nada parecido, y es que más bien nunca había tenido una.
-G-Gracias por… tus palabras….-bajando la vista hacia sus manos-… no creo que sea afortunado ni nada de eso porque yo esté a su lado… pero aún así soy feliz… y haría lo que sea por él…
Respiro un poco más hondo tomando aire mientras temblaba levemente, si, el solo hecho de recordar su nombre lograba hacerla suspirar, pero miles de bonitas sensaciones la invadían en tan escasos segundos, que la sensación de bienestar era realmente cálida e increíble.
-Supongo que si lo conoces… va a clases con nosotras… su nombre es Dylan… Dylan Jules…
Se quedó unos segundos pensando mientras habría un poco más sus ojos, nunca había sido tan abierta con nadie que conociese que no hubieran sido sus padres o el mismísimo Dylan, aún así, poder contarle a alguien más era una bonita sensación y aquella chica alemana realmente le caía muy bien, además de que su poder y le resultaba sumamente interesante y bonito. Tomo aire para intentar no dejarse levar por su timidez y alzando la vista busco sus verdes ojos para mirarlos de forma suave e interrogar acerca de la duda que ahora ella tenía.
-Y a ti… ¿quién es ese chico que te hace sentir… todo eso?
Dicho esto solo se quedo viéndola con cierta timidez y un sonrojo bien marcado en sus mejillas, apretando un poco sus manos mientras esperaba la respuesta que de cierta forma también la intrigaba, le resultaba interesante saber quien le provocaba todo eso a su amiga y como podrían llegar a verse juntos.

Espero una respuesta por parte de la pelirosa hasta que miro que las mejillas de Alina parecían enrojecerse levemente, para luego agradecerle por sus palabras, y comentar mientras bajaba la mirada que no creía que el era afortunado pero que aun así era feliz, y haría lo que fuera por el, en ese momento Aydan pareció maravillada, parecía un amor verdadero, de esos de los cuales solo en los libros sucedían, pero era real y su amiga lo estaba experimentando, de lo más dulce, y lo merecía, después de todo era tan amable, era ilógico pensar que alguien no se enamorara de ella alguna vez en su vida.
De pronto escucho su suspiro cuando ella le había preguntado el nombre del chico, parecía estar realmente enamorada, la ojiverde sonrió levemente al escuchar que Alina le respondía que el nombre del chico era Dylan Jules el cual había asistido a clases casi desde que ella entro a Crusaders, lo conocía pero solo de vista, y solo una vez le había pedido un favor de ayudarle, parecía amable y agradable, aunque si había causado destrozos en una de las clases del maestro Kael, parecía ser un buen chico después de todo,
-Si lo conozco, hacen muy linda pareja, ambos son tan agradables y tienen esa aura bondadosa- comento con una gran sonrisa mirando como la pelirosa parecía tímida y mirar cómo se giraba hacia ella para preguntarle quien era ese chico que le hacía sentir todo eso aun mirándola con cierta timidez y su típico sonrojo que ya se había vuelto parte de ella, en ese momento su corazón dio un pequeño salto, abriendo los ojos y ruborizándose bastante, para terminar bajando la vista, si lo decía?, si lo confesaba?, que pensaría Alina de ella?, tenía que decírselo, después de todo, era su amiga, y ahora con esto… su mejor amiga.
-S-se llama Rai... Von Veltheim… - pronuncio casi en un pequeño susurro, sintiendo un gran afecto por aquel nombre para luego voltear a mirarla con un fuerte rubor –P-pero no le digas… por favor.. Creo que si lo conoces… o lo has visto en clases- agrego algo inquieta, no quería que se enterara al menos no por otra persona. Luego bajo la vista apenada haciendo un leve puchero mientras sentía que sus mejillas ardían, que pensaría Alina en este momento? Que está loca por enamorarse de un chico de ese tipo?, de los que trataban indiferente a todo mundo, además de que casi en todas las clases se habían comportado como auténticos hermanos.

La ojiverde comentó que si lo conocía y que hacían muy linda pareja ya que ambos eran muy agradables y tenían esa aura bondadosa, ante esto Alina no pudo decir nada y solo se le quedó viendo a la chica con las cejas levemente alzadas en señal de sorpresa, le resultaba bonito que pensara eso de ella, más paras Alguien cuya autoestima no era la mejor del mundo, que la describiesen con esas palabras simplemente, le hacía bien.
Después pareció ser Aydan la sorprendida con la pregunta que Alina le había hecho, pudo ver como sus mejillas enrojecían más fuertemente mientras ella bajaba la vista y solo pudo sonreír levemente, de alguna forma le recordaba a ella misma cuando le preguntaban acerca de Dylan.
Después de unos segundos la chica dejó escapar el nombre en un tartamudeo suave y nombrando cada letra como si sintiera profundo cariño por el nombre que componían, para después volver a mirar a Alina sonrojándose más fuertemente que antes, mientras le pedía que por favor nada le dijese al chico acerca de sus sentimientos. Eso era algo que no hacía falta pedirle, ella no sería capaz de hacer eso, aunque en realidad solo había visto al chico pocas veces y tal vez se sentiría intimidada al hablarle, pero dejando eso de lado jamás le diría nada, porque sabía bien que la mejor forma de enterarse es de la propia boca del ser amado; para que luego eso se convirtiese en uno de los mejores recuerdos de la vida.
-Amm… creo que se de quien hablas… ese chico alto de cabellos muy claros… -llevándose un dedo al labio inferior y frunciendo el ceño levemente-… su nombre me resulto difícil de recordar la primera vez que lo oí… suena a alemán, como el tuyo…
Después volvió a mirar a la chica y a sonreír suavemente para ella, en realidad al verlos interactuar había pensado que eran hermanos o algo así, pero sabía bien que ambos tenían apellidos diferentes así que no era más que un trato que por alguna razón ambos habían decidido darse mutuamente; ella no era quién para juzgar eso y solo se quedo en silencio por unos segundos, para luego tomar aire para hablar.
-Claro que no le diré nada… solo tú debes decirle lo que sientes, eso te corresponde a ti y a nadie más…-tomando una mano de la chica-… siempre creí que se veían tan lindos juntos… parecían encajar tan bien… como si fuese natural que estuvieran así, como si fuese desde antes…-su sonrisa se hizo más amplia-… espero que el pronto se dé cuenta y que puedan estar juntos, realmente quiero que seas tan feliz como lo soy yo… lo deseo con todo mi corazón.
Sonrió ahora cálidamente para ella mientras tomaba su mano con ambas manos, quería verla sonreír, deseaba con todo su corazón que su amor se realizase y que aquel chico a pesar de su actitud tan seria y tan hostil fuera capaz de cuidar de ella, de darle el cariño que necesitase y mucho más, deseaba que estuvieran bien juntos y que aquella chica de hermosos ojos verdes pudiese sentirse la persona más feliz en el mundo, así como ella se sentía en esos momentos, porque después de todo, según Alina, el amor era lo más grande y lindo que a alguien le pudiese pasar.

Sus mejillas permanecían rojas, mientras escuchaba la respuesta de Alina que parecía tan tranquila y amable,
-M-mi apellido no es exactamente de origen alemán… es holandés… creo…- agrego como si de repente eso la deprimiera, pues su familia había permanecido luchando por el prestigio aun no siendo originales de Alemania –Y si… es el…- agrego bajando la vista mientras su sonrojo aumentaba, siempre pensaba en el, pero hablar de él, le resultaba vergonzoso y a la vez esa sensación le aceleraba el corazón como si pensar en el hiciera que él estuviera ahí mismo provocándole esas sensaciones directamente.
Estaba muy distraída en sus pensamientos cuando escucho a Alina decirle que no le diría nada, y que solo ella misma debía decirle lo que sentía, Aydan solo asintió, le creía, luego comento tomándole la mano delicadamente como si quisiera llenarla de valor y fuerzas que siempre creyó que se miraban lindos juntos, como si encajasen tan bien, como si fuera natural que estuvieren así y como si fuera desde antes, la miro con las cejas alzadas, sorprendía de lo que le decía,
-Lo conozco desde mi infancia… pero nunca le hable como ahora, así que solo recuerdo como era de niño y sé lo que ha cambiado, quizás por eso… mi relación con el se izo grande y natural… como dices- comento bajando la vista jugando con el borde de su falda, sus nervios eran tan grandes, que haría cuando lo mirara en persona? Recordaría esto y se pondría notoriamente colorada, eso era seguro.
Miraba la linda sonrisa de la pelirosa mientras le decía que deseaba que pronto el se diera cuenta y que pudieran estar juntos, queriendo que sea feliz como ella, de todo corazón, para luego sonreír cálidamente mientras aun tomaba su pequeña mano con ambas manos delicadamente,
-N-no sé si eso vaya a pasar… p-pero daré lo mejor de mi… para que suceda… si mi timidez me lo permite- pronuncio mientras sus mejillas estaban violentamente sonrojadas, no podía dejar de imaginarse ahora a su lado, y todo a causa de las palabras de Alina, aunque muy en el fondo debía admitir que eso era difícil por el carácter que tenia Rai, quizás era imposible que se fijara en una conocida de la infancia, y más si esta se la pasaba causándole problemas, pero él la había besado, eso era confuso, mas sin embargo sus sentimientos le causaban una fuerte decisión, de querer decírselo, al menos demostrarle de alguna forma que era importante para ella, y quizás luego se daría cuenta del porque de aquel beso, quería pensar que lo había hecho porque el también sentía algo, aunque fuera mínimo.
-Gracias Alina… en serio te has hecho más fuerte, y más… llena de alegría… me gusta verte así, me alegras también…- pronuncio con una leve sonrisa, intentando agradecerle de todo corazón que ella fuera la que haya aparecido en ese momento de confusión y desesperación.

Notó como la ojiverde se notaba sorprendida con sus palabras, tal vez ella no se daba cuenta de la impresión que ambos dejaban ver, o tal vez solo Alina veía eso, pero aún así lo creía con fuerza. Escuchó con atención como su amiga le contaba que lo conocía desde su infancia, pero que nunca habían tenido el trato que tenían actualmente y solo puede comparar como él era antes y como era en ese momento, para después agregar que tal vez por eso su relación se veía tan cercana como Alina había dicho. Notó como la chica bajaba la mirada jugando con su falda algo nerviosa, pero después volvía a mirarla para escuchar la respuesta que ella le daba ante sus palabras.
-Ya veo, así que era eso…-dejando escapar un leve suspiro-… en verdad noté que se conocían desde antes, no sé por qué… me alegro que su relación haya mejorado hasta tal punto.-sonriendo tiernamente-
La escuchó decir que no estaba segura de nada que fuera a suceder entre ellos pero que daría o mejor de sí a pesar de su timidez, todo esto mientras sus mejillas se encendían de forma viva, Alina no podía dejar de recordarse a ella misma, solo que a diferencia de Aydan ella parecía haber tenido la suerte de que quién amaba diese la iniciativa, de lo contrario probablemente nada hubiese sucedido y solo seguirían siendo amigos, mientras su corazón daría varios vuelcos cada vez que lo viese; pensando en aquello solo podía sentirse sumamente feliz de ser correspondida.
-N-No soy quién para decir esto… -rascándose la mejilla-… p-pero da lo mejor de ti, se que podrás hacerlo… tal vez… el también necesite un pequeño e-empujoncito.
Después escuchó lo que Aydan le decía sorprendiéndose un poco con sus lindas palabras; le decía que se había hecho más fuerte, que parecía más llena de alegría y por último agregó que le gustaba verla así. Ante esas palabras Alina alzo sus cejas levemente para después sonreír de forma tierna sonrojándose un poco más, le gustaba sentirse apreciada por su amiga, y aquellas palabras solo eso le dejaban sentir, que realmente el aprecio era mutuo.
-N-No sé si sea más fuerte… pero… si estoy llena de alegría… no puedo evitarlo… es una sensación tan bonita q-que quiero que tu también… experimentes, en verdad.
Dicho esto se puso de pie para observar la enredadera que anteriormente tenía sobre su cabeza y rozarla suavemente con sus dedos, para después caminar un poco observando d forma curiosa todas las pequeñas plantitas que dentro de aquella cueva de cristal habitaban.
-Aunque sea mínimo… me gusto hacerte saber que puedes contar conmigo…-bajando la vista mientras le daba la espalda-… quiero que lo sepas… siempre que lo necesites… aunque tal vez no pueda hacer mucho… q-quiero que sepas que estoy aquí…
Dicho esto se sonrojó un poco más, ella no estaba acostumbrada a tratar con amigas pero era una nueva y hermosa situación, de tener alguien semejante con quién hablar, sabiendo que la entendería, que se entenderían mutuamente y se podrían ayudar mutuamente; era una experiencia nueva pero maravillosa. Sonriendo tiernamente levanto n brazo para acariciar una pequeña plantita de un color extraño que se encontraba en lo alto, colgada de una pared junto con otras, aquel lugar se veía tan vivo y tan colorido, parecía como si pudiese llegar a ser el refugio perfecto para su amiga herbkinética que tanto adoraba las plantas.

Aun seguía mirando un punto vacio en su mente, escuchando como Alina afirmaba que en verdad había notado que se conocían desde antes, y que le alegraba que su relación haya mejorado hasta ahora, la ojiverde solo asintió, no sabia que decir al respecto, no sabía si esto era mejorar, era muy torpe para darse cuenta o para aceptar que Rai al menos sentía aprecio por ella, que era más que obvio.
Noto la preocupación en Aydan y algo tímida intento darle animo, diciéndole que diera lo mejor de sí y que quizás el peliblanco necesitaba un empujoncito, en ese momento su corazón latió fuertemente por si solo para verla incrédula de lo que decía,
“Es posible? Rai podría sentir algo por mi? Pero el parece tan franco con si mismo… no es posible, al menos debería haberlo demostrado… o quizás lo ha hecho, pero yo solo he notado tan solo el beso…. No se…” pensó en ese momento escuchando como su corazón latía con fuerza, pero a un ritmo normal, concentrada en meditar si había otra clave dentro de todo ese tiempo que estuvieron juntos.
-Supongo que la felicidad y amor te da fuerzas, no es así?- pronuncio al escuchar que la pelirosa le decía que le gustaría que también ella experimentara su alegría, ella no lo veía posible, pero si lo deseaba con todo su corazón. Alina se puso de pie a observar una enredadera para tocarla levemente con sus dedos, como si de darle afecto se tratara, Aydan solo sonrió, ella solía hacer lo mismo con las hojas y flores hermosas que miraba, como si de calmarlas se tratara, diciéndoles que ella estaba segura que su alma estaba ahí al igual que todos los seres vivos. Se quedo quieta sobre el asiento mirando como la pelirosa seguía tocando las plantitas, escuchando las lindas palabras que le decía con algo de timidez,
-Gracias Alina… te prometo que en cuanto tenga algo nuevo que contarte al respecto de esto… te lo contaré… después de todo tu y yo nos parecemos un poco, al menos en timidez…- contesto con una linda sonrisa poniéndose de pie, para caminar hasta donde estaba la pelirosa – Gracias en serio… me haz hecho sentir mejor… hace unos momentos tenía una fuerte impresión dentro de mi misma, pero ahora, me siento con fuerzas…- le agradeció sinceramente caminando hasta donde ella estaba colocándose a lado de ella, mirándola levemente algo tímida por lo que decía –Algún día te lo pagare de la misma manera… ayudándote en algo- agrego volteando a ver un pequeño arbusto que apenas crecía dentro de una gran maseta, era un rosal con pequeños brotes de color blanco… recordando aquella vez que lo conoció, aquella vez donde él había cortado sin importarle si se espinaba una rosa, para colocársela en el cabello para adornarlo. En ese momento se quedo quieta y en silencio, su rubor había aumentado y solo escuchaba los latidos de su corazón en su mente, realmente se sentía como una tonta, enamorada de la persona que menos espero enamorarse.

Girándose levemente hacia Aydan pudo notar cierta mirada de incredulidad en sus ojos, levanto las cejas levemente notando que parecía haberse puesto a pensar en sus palabras, tal vez algo de lo que Alina había dicho le había quedado dando vueltas en la cabeza.
-Creo que así es…-cerro los ojos tomándose las manos frente a su pecho-… ahora siento que soy capaz de enfrentarlo todo estando a su lado… es como si me diese fuerzas para vivir… esas fuerzas que antes me faltaban…
Después la ojiverde hizo una promesa, con una suave sonrisa dibujada en los labios le había prometido a Alina que le contaría cualquier cosa nueva que sucediese, ya que a fin de cuentas ellas parecían ser similares en lo que a timidez se refería. En verdad así era, aunque Alina no se hubiese puesto a pensar en ello, realmente ambas parecían muy tímidas, sonrojándose fácilmente, tartamudeando a veces en algunas palabras; pensar esto solo hizo que el cariño a su amiga aumentase un poco más… era como ella y parecían entenderse, esto la hacía feliz.
Observó como la ojiverde sonreía para luego ponerse de pie y acercársele, llegando hasta al lado de las plantitas que ella acariciaba suavemente, agradeciendo de forma verdadera, diciendo que le había hecho sentir mejor, ya que apenas unos momentos atrás sentía una fuerte impresión, con la cual seguramente no sabía qué hacer, pero que después de hablar con ella había logrado sentirse con fuerzas.
-Estoy dispuesta a oírte siempre que lo necesites… aunque no sepa mucho de la vida… aún así…
De pie a su lado sonreía levemente mientras la miraba con una pequeña timidez reflejada en sus ojos, Alina solo pudo sonreír también para luego volver a sonrojarse levemente. Mientras la escuchaba decir que le pagaría de alguna forma ella solo negó suavemente con la cabeza para después ver como la chica se giraba a ver un pequeño arbusto creciendo en el centro de una gran maceta roja.
-Aydan…
Solo pronunció su nombre para después levantar sus brazos y abrazar suavemente a la ojiverde, colocando ambas manos en la espalda de ella, sonrojándose un poco más mientras una sonrisa tierna permanecía en sus labios.
-Gracias por ser mi amiga…
Al parecer aquellos temas que su plática habían tocado la había puesto algo sensible y cuando esto sucedía las cosas le llegaban en un tamaño mucho más grande. Realmente se sentía feliz de tener aquella amiga, la primera de todas, jamás había tenido una, jamás había sabido que se sentía hablar con una chica de su misma edad con la cual pudiese identificarse, todo eso era realmente preciado para Alina.
-Perdona por eso…
Dijo casi en un susurro rascándose una mejilla luego de soltar a la que ahora era su mejor amiga, así ella la veía, por ahora su única y mejor amiga, integrando su pequeña lista de personas a las cuales adoraba con todo su corazón y a quienes se proponía cuidar y ayudarles en todo lo que le fuese posible.

Alina parecía tan convencida de lo que sentía, se llevo las manos frente al pecho, diciendo que ahora se sentía capaz de enfrentar todo estando a su lado, que era como si ese amor le diera fuerzas para vivir, esas fuerzas que tanto antes le faltaban,
-E-es un hermoso pensamiento…- comento sorprendida de lo que la chica podía llegar a decir, con ese amor, con ese afecto, realmente parecía totalmente enamorada del chico con el que estaba en esos momentos.
Después de haberle prometido decir todo lo que le sucediese, Alina se acerco diciéndole que estaba dispuesta a oírle cada que lo necesitara aunque no sepa mucho de la vida, se había distraído hasta que escuchó su nombre nuevamente, cuando se giro, sintió el abrazo repentino de la pelirosa, el cual era cálido y lleno de afecto, Aydan se ruborizo con una leve sonrisa, sintiéndose extrañamente protegida,
-D-de nada… Gracias por escucharme… amiga- contesto sintiendo como sus ojos se nublaban en pequeñas lagrimas de nuevo llena de felicidad, ahora tenía dos mejores amigas, las mejores que jamás había conocido, nunca había pensado o imaginado que conseguiría amistades en Crusaders, nunca las había tenido y hasta había pensado que eso solo sucedía en las historias, pero no, ahí estaban presentes, apoyándola mientras ella no lo necesitase.
Pronto sintió como se separaba disculpándose mientras rascaba su mejilla avergonzada,
-N-no hay problema, fue lindo… se sienten bien los abrazos…- pronuncio bajando levemente la vista, era normal que se sintiese así, a ella jamás la habían abrazado con afecto y eso la hacía sentir tan feliz al grado de casi llorar. Se seco las posibles lagrimas con la manga de sus ropas.
-N-nos vamos? Ya es tarde…- comento con una dulce sonrisa, aun no dejaba de pensar en lo que había sucedido entre Rai y ella, pero sabía que ahora sería más fuerte, gracias a Alina que la había apoyado para que descubriera el amor, y gracias a Mi Nyu que también se encontraba en su misma situación, o al menos parecida.

Oyó a la ojiverde decir que era un pensamiento bonito, parecía verse algo sorprendida y aún así después del abrazo por parte de Alina ella sonrió suavemente agradeciéndole que la escuchase y llamándola amiga, palabra que retumbando en sus oídos humedeció levemente sus ojos magenta, con cristalinas lagrimas de felicidad. Realmente estaba feliz, tenía ya dos mejores amigos a los que adoraba y a uno de ellos lo amaba en verdad, pero aquel ojiazul había pasado a ser algo más que su mejor amigo y ahora, se ganaba la hermosa amistad de aquella chica alemana que siempre le había caído tan bien a quien siempre había visto tan bonita; sin duda alguna estaba llena de felicidad.
Escuchó como ella decía que había sido lindo y que los abrazos se sentían bien, asintiendo con un movimiento de cabeza a sus sinceras palabras para después notar como ella parecía secarse algunas lágrimas de sus verdes ojos, haciendo lo mismo luego de unos segundos cuando sus propias lágrimas comenzaban a interferirle en la visión, sonriendo dulcemente mientras tanto, porque nada malo sucedía.
-A-Al parecer si es tarde…-respondió a la pregunta de la chica mientras alzaba su vista al techo para observar a través de él como el atardecer se había hecho presente para muy pronto acarrear una larga noche tras ella-… regresemos a la academia…
La ojiverde había dibujado una dulce sonrisa en sus labios, pero después parecía haberse quedado algo pensativa, tal vez estuviese recordando las cosas pasadas, eso Alina lo podía entender bien, así que en vez de pregunta nada solo dio unos pasos colocando sus mano detrás de la cintura para tomárselas mientras se giraba nuevamente hacia la chic con una suave sonrisa en sus labios.
-¿Quieres ir al comedor? ¿A las habitaciones?... te acompañare…
Dicho esto solo se quedo a la espera de una respuesta por parte de Aydan mientras tomaba un mechón de cabello en su mano para empujarlo a que cayera sobre su espalda, acomodando su larga cabellera, observando a la chica que se encontraba al lado de aquellas hermosas y vivaces plantitas del invernadero.

La chica de cabellos rosados parecía también estar sentimentalmente conmovida, pudo notar que algunas lagrimas nublaban sus ojos, pero aun así tenia esa hermosa sonrisa, tan característica de ella, se quedo un momento pensando en lo que ella también pudo haber pasado a lo largo de su vida como para conmoverse tanto con un abrazo y palabras de amistad, hasta que escucho que Alina asintió diciendo que si era tarde, sugiriéndole que regresaran a la academia, Aydan asintió con una sonrisa comenzando a avanzar, notando que su amiga era bastante bonita, con su largo y sedoso cabello, y aquella linda piel, quizás estaba admirándola demasiado o quizás no había notado que ahora su belleza resaltaba mas pareciendo más madura, ahora ella se sentía algo pequeña a su lado, pero solo con un fuerte sentido de admiración,
“Quizás mi cabello se mire bien largo” pensó mientras miraba el suelo pensando en su corto cabello que parecía bastante frágil y delicado, para luego escuchar como Alina le sugería acompañarla a las habitaciones,
-Claro… quizás hasta pueda entrar a tu habitación o tu a la mía a pasar un rato… que te parece?- pregunto con cierta y repentina emoción que fue casi impredecible.

Observando a la ojiverde notó como miraba el suelo durante unos segundos como si estuviese reflexionando sobre algo para después levantar la mirada con cierta y repentina emoción en sus ojos, que los hacían verse más verdes y más brillantes de lo normal. Con una voz alegre la chica dijo que si, aceptando a la propuesta de ir a las habitaciones, agregando que hasta tal vez Alina podría entrar a la suya o viceversa, para así pasar un rato.
Alina sonrió ampliamente ante aquella propuesta, mientas sus mejillas tomaban un tenue color rosado casi imperceptible asintió con un movimiento de cabeza para después acercarse a Aydan y tomar suavemente su mano.
-Me parece bien, vayamos a mi habitación… así te presento a Dill y… además mi compañera casi nunca está, así que… no molestaremos a nadie…
Dicho esto se giro y comenzó a caminar lentamente hasta la puerta del invernadero, llegando a esta para tomar suavemente la perilla y comenzarla a abrir, levantando un poco la vista al cielo, el inmenso manto de encontraba ahora de un tenue color naranja pero casi imperceptible, solo decorando un poco las esponjosas nubes que pasaban con aquel cálido color mientras que algunos pajarillos aun acompañaban el paseo de estas volando tranquilamente al lado de ellas.