Buscando Mi tesoro (libre)

Ya era tarde, las clases habían terminado y mi plan estaba en buen comienzo...buscar ese articulo tan valioso para mi (ya que me han quitado la cadena de mi madre) así que, estaba en el mejor lugar para poderlo encontrar. Pasar sin ser notada era muy fácil, las cámaras instaladas no eran obstáculo para mi, bastaba con moverlas hacia otra dirección y ya. No había visto profesores en el área y mucho menos a la directora, así que me fue muy sencillo llegar a mi destino y abrir la puerta utilizando mi poder para poder quitar el seguro y girar la perilla sin hacer ruido.

-Bien, ahora ¿donde esta?- dije en voz baja buscando con la mirada alguna pista.

Me acerque a uno de los muebles cerca del escritorio principal y quitando los seguros de cada cajón, encontré uno que tenia una enorme caja dentro, al verla la abrí sin mayor problema y hay estaba, la pequeña cadena de plata de mi madre con esa piedra de rubí, la tome en mis manos contemplandola, cuando escuche como alguien se acercaba por el pasillo, cerré el cajón por completo y me escondí detrás de uno de los grandes muebles.

Le parecía irónico el cómo le habían resultado las cosas. ¿Y es que quién en su sano juicio y cinco sentidos la hubiera imaginado a ella, a ella, de entre todas las personas, cómo figura de autoridad y supuesta responsable de que las normas se cumplieran? Cuando había sido estudiante el respeto por las normas nunca le había sido algo de importancia. Siempre había hecho lo que quiso, a pesar de que no siempre le diera buen resultado. Pero ahora que veía la otra cara de la moneda debía de confesar que estaba tomándole el gusto a aquello de la Docencia, o mejor dicho, al mandar. Ya no era solamente que Richards hubiera tenido la confianza suficiente en ella como para asignarle aquel puesto - y sólo por eso ya tenía motivo suficiente para cumplir con su trabajo lo mejor posible -, sino que para personas como Madison, descubrirse con poder era una sensación de lo más interesante.

A pesar de todo no creía abusar de su poder de ninguna manera. Exigía demasiado a los chicos, sí, pero creía firmemente que así necesitaba ser si pretendían tener una oportunidad allá afuera, en el mundo real. Ahí no estaban para tratar con condescendencia a nadie ni tomarles de las manitas si se raspaban. Sabía que muchos cargaban con historias horribles a sus espaldas, pero esa no era excusa. Ahí en Crusaders todos eran iguales, a veces sentía que ella en lo particular, tal vez debido a su edad, se relacionaba un poco más al nivel de los estudiantes, por lo menos en cuanto a las cosas por las que atravesaban y las que podían llegar a pensar.

Por ejemplo, en ese momento en que se dirigía a las oficinas a revisar unos archivos que necesitaba, no pudo evitar el percatarse del extraño ángulo de las cámaras de seguridad que ahora apuntaban hacia un punto ciego. Y claro, tal vez no fuera un asunto especialmente sospechoso o llamativo, pero para alguien como ella esa era una señal de alarma. Esas cámaras no debían de estar así. Alguien las había adulterado.

Frunció el ceño y entornó los ojos llena de fastidio cuando escuchó ruido detrás de una puerta. Vaya vaya, ¿así que un espía? ¿Acaso un crío queriendo jugar al agente secreto? No, eso no era algo que pudiera permitir. A sus pies abrió uno de los portales que usaba para teletransportarse y en él despareció. Y ocurrió que justo de espaldas a la rubia un nuevo portal se abrió y de él emergió solamente la cabeza de la profesora.

- 30 segundos para explicarme qué haces aquí, bonita, o esto se va a poner feo. - Siseó bastante molesta. Si la niña era inteligente, mejor que no intentara tonterías y cooperara. La única persona a la que le permitía pasarse de lista era a sí misma.

Deje de escuchar esos pasos en el pasillo, lo cual fue muy alarmante, si mal no estaba los pasos desaparecieron a mitad de camino...así que debía de haberse dado cuenta. Analice todas las posibles causas de ello y si en verdad alguien estaba utilizando sus poderes...¿cuales podrían ser? pero justo cuando la campanita en mi cabeza sonó con la respuesta, ya era demasiado tarde y una de las profesoras estaba detrás de mi exigiendo una expoliación. Ante esto solo pude suspirar maldeciendo por dentro el no haber saltado por la ventana...

-¿y eso de que me va a servir?- dije con tono rebelde -aun así me castigara ¿no?-

Pues eso, no pensaba explicar nada si mi final seria el mismo, estar en detención por largas horas bien valía la pena, por fin tenia el collar de mi madre (el cual escondí en una pequeña bolsa de mi uniforme) así que pagaría lo que fuese o...podría intentar persuadir mi castigo un poco. Salí de mi escondite y me senté en una de las pequeñas sillas frente al escritorio un poco molesta.

-así que no pienso decir nada si aun así estaré castigada...- dije seria.