Aqui y allá, buscando algo de interés... (priv. Dylan)

Rai andaba dando vueltas por el centro comercial, necesitaba comprar algunas cosas que había olvidado traer, y claro el dinero no era problemas para él, solo era cuestión de encontrarlas pero le fastidiaba el buscar y no hallar lo necesitado, su rostro ya se veía más serio que de costumbre, podía decirse que su humor comenzaba a empeorar con todas las vueltas que había dado. “Debí haber traído a la chiquilla… a las mujeres les gusta eso de ir de compras…” pensaba observando una vidriera de ropa masculina. Se quedó allí de pie observando una camisa negra que estaba siendo exhibida en un maniquí en la vidriera, el negro definitivamente era su color favorito, contradiciendo así a los colores naturales que acompañaban su anatomía. Ingresó en el negocio y enseguida una vendedora se le acercó con una sonrisa amable “Hacen lo que sea para vender…” pensó para sus adentros levantando una ceja.
-Si… me gustaría probarme esa camisa…-dijo señalando la vidriera-… la negra…
La mujer se acercó al lugar en donde tenían toda la mercancía y sacando una camisa negra se la mostró al peliblanco con una sonrisa amable, luego la sacó del empaque cuidadosamente y se la dio con percha y todo.
-Esta debe ser de tu talla, allá tienes los probadores…-dijo señalando un lugar-
La mujer iba a decir algo más pero en ese momento otro cliente llegó y llamó su atención provocando que se marchara del lugar, Rai solo la miró por unos segundos y luego emprendió camino hacia los probadores. Sin prestar demasiado atención tomo la cortina con la mano que tenía libre y la abrió de un tirón para levantar ambas cejas cuando se encontró a alguien dentro, había un chico, seguramente probándose algo porque tenía el torso desnudo, ciertamente esa resultaba ser una situación bastante incómoda pero el peliblanco no se inmutaba; si se encaprichaba con que quería ese probador era capaz de sacar al que allí estaba para entrar él, por lo que esperar que se disculpara sinceramente sería algo casi inútil, aunque en realidad eso fuese lo correcto.

El chico había decidido ir de compras por ropa, pues después del viaje solo había traído algunos cambios básicos,

Entro a una tienda dentro del centro comercial, no le gustaba ir acompañado, ya que no era cómodo estar decidiendo con alguien, le gustaba tomarse su tiempo sin presiones. Dentro de la tienda tardo un rato en tomar algunas camisas y demás prendas de vestir, y fue a lo probadores acostumbrado a esta rutina de comprar ropa, ya que él era el que hacia todas las compras en su hogar, entro y comenzó a medirse la ropa algo confundido ya que el sistema de medidas de esa tienda era raro, debido al tipo de marcas que había.
Termino de colocar la ropa en sus respectivas perchas, y estaba a punto de tomar su camisa que ya traía puesta pero alguien abrió la cortina, tenía la camisa en las manos y lo miro algo molesto,

-Muy bien, no sabes que si la cortina esta así es que hay alguien? – le pregunto insultando al chico mientras continuaba poniéndose la camisa enfrente de el pues parecía que el chico no se iba, ni cerraba la cortina, termino de ponérsela abrochando los botones, y luego tomo la ropa con el ceño fruncido – Bien! Es tuyo- le dijo de una manera malcriada, luego salió de ahí dándole un empujón al chico peliblanco, lo cual tal vez luego lo metería en problemas con él, camino hasta donde cobraban los artículos y termino escogiendo solo una prenda de las que había escogido,
“Un momento, ese chico tenía el uniforme de la escuela” pensó aun en el aparador.

El chico que estaba dentro dl probador se vio bastante molesto y le respondió con un tono de fastidio al peliblanco que solo se quedó ahí de pie con la camisa en las manos, de alguna forma le resulto chistoso o tal vez interesante el pequeño enojo del chico de ojos azules.
-No me interesa que haya alguien aquí, yo quiero usar este y lo usaré, simplemente eso.
El chico continuo poniéndose la camisa con cierto enojo muy bien expresado en su rostro y murmurando por lo bajo para luego empujar a Rai y salir del probador llevándose sus cosas “Bien, ¡es tuyo!” exclamó mientras lo hacía. Rai ingresó al probador, colgó la percha y luego de correr la cortina como si nada comenzó a quitarse el uniforme para probarse la prenda elegida. Se miró bien al espejo y cuando se quedo conforme con como se le veía se volvió a cambiar y saliendo de probador se dirigió hacia la caja para hacer el pago. Una vez llegó con la empleada notó que el otro seguía allí, mirándolo de reojo sacó el dinero e hizo el pago, para después quedarse esperando a que le hicieran el paquete. “Vaya que coincidencias…” pensó Rai cuando notó que el ojiazul llevaba también uniforme de Crusaders.
Luego de recibir su paquete se despidió de la empleada y caminó hacia la salida, pero al poner un pie afuera sintió como el flash de una cámara lo dejaba medio cegado por un par de segundos.
-Eres alumno de Crusaders ¿verdad?
Al escuchar esta voz el peliblanco aclaró su visión y pronto pudo ver frente a él a lo que parecía ser un periodista con un micrófono en su mano y un sujeto que la acompañaba portando una cámara. Rai expresó claramente el fastidio en las facciones de su rostro pero esa gente parecía no querer dejarlo ir.
-¿Tienes poderes? ¿Cuál es? ¿Cuántos son en la academia? ¿Estuviste en el incendio?
El periodista comenzó a invadirlo de preguntas que Rai no estaba dispuesto a soportar y menos a responder, si tenía que activar sus poderes para pasar por al lado de ellos y golpearlos sin ser afectado lo haría sin dudarlo. Mientras su ceño se fruncía cada vez más, sus ojos rojos comenzaban a brillar, señal de que sus poderes realmente estaban comenzando a ser activados.

Esperaba aun el aparador algo distraído pensando en que aquel chico era de Crusader pero no le había tocado conocerlo, parecía algo molesto al principio, pero el saber que era un “fenómeno” como él, le izo sentir empatía, mientras la que atendía le comenzaba a cobrar lo que había comprado, miro que el chico de ojos rojos, llego también a pagar su ropa pero él se fue antes que él, ya que solo iba a pagar una camiseta. Pronto la mujer termino de cobrarle los artículos al pelinegris , tomo sus paquetes y camino hacia la salida justamente iba casi tras él cuando miro que un grupo de personas se acercaban al albino, eran reporteros interesados en los poderes que poseía aquel chico y en los alumnos de Crusaders, y comenzó a mirar que el chico estaba fastidiándose al punto de que comenzaría a atacar, sin pensarlo dos veces corrió con su bolsa de ropa en mano y sujeto la manga del albino para salir corriendo de ahí, sin voltear a ver a las personas que comenzaban a correr junto con ellos,
-Estúpidas personas, no somos “fenómenos”, acostúmbrense ya!- les grito mientras corría arrastrando aquel chico que apenas ni conocía, dio la vuelta en un pasillo y entro a la primera tienda que vio, parecía un sitio lleno de muebles elegantes a la venta, inmediatamente llego una encargada vestida elegantemente, “ocupan algo?” pregunto la joven al mirar que ambos estaban muy exaltados después de correr tanto, Dylan volteo a mirarla, e inmediatamente intento fingir que no estaba agotado, porque no querían que lo votaran de la tienda,
-Solo miraremos…- dijo sonriendo a la chica lo cual ella asintió y siguió con su trabajo, el pelinegro volteo a ver primero si los reporteros continuaban siguiéndolos, pero al parecer unos guardias de seguridad les impidieron no entrar con cámaras, y ellos se rindieron marchándose decepcionados, el chico no pudo evitar suspirar al saber que ya estaban a salvo,
-Hey, estas bien?- le pregunto al fin volteando ver al chico de ojos rojos, el cual había ignorado en todo el camino. Sabía que le había salvado la vida, por así decirlo, pero lo había hecho de una manera demasiado descortés.

Su campo de fuerza estaba a punto de ser activado completamente, con el podría pasar en medio de todas aquellas personas sin sentir siquiera un roce, cuando estaba a punto de comenzar a moverse sintió que alguien lo tomaba de la manga de su uniforme y comenzaba a jalarlo en dirección contraria. Volteando hacia atrás pudo ver a los periodistas correr detrás de ellos y volteando hacia delante pudo distinguir al chico que se había encontrado dentro del probador. “Estúpidas personas, no somos “fenómenos”, ¡acostúmbrense ya!” exclamó de repente el ojiazul mientras aún arrastraba a Rai por los pasillos del centro comercial. Luego de unos segundos más el chico dio vuelta en un pasillo y entró en lo que Rai pudo identificar como una tienda de muebles antiguos pero de los más finos y elegantes, solo de verlos lo supo puesto que en su hogar este tipo de muebles abundaban. Una empleada confina vestimenta se acercó inmediatamente acomodándose sus anteojos con marco dorado y preguntó a ellos si algo se les ofrecía, el ojiazul dijo que solo mirarían y entonces la mujer se retiró con una leve reverencia. Mientras observaba que nadie los estuviera siguiendo escuchó al que estaba a su lado preguntarle si estaba bien.
-Seguro… ese pequeño trotecito no es nada para mi…-dijo volteando hacia el ojiazul-… ¿y tú qué?... pareces muy cansado.
Rai se acercó a la puerta y miró los alrededores, todo parecía verse tranquilo, algunas personas pasaban caminando tranquilamente y otras se detenían frente a las vidrieras; estatus de la situación, normal. Volvió a mirar al que estaba detrás de él y levantó una ceja sin demostrar ninguna otra expresión.
-Qué manera tan educada de rescatar gente tienes… yo le hubiera dado una paliza a esa gentuza… mirarme de esa forma ¿quién se creen que son?-dijo con un tono ronco-
Rai estaba claramente molesto, detestaba que lo vieron como “fenómeno” así como el chico había dicho hacía minutos atrás, realmente a todos los que eran como ellos los miraban así, como fenómenos como aberraciones de la naturaleza, o al menos a eso estaba acostumbrado el peliblanco.
-De todos modos… gracias.
Dijo esto sin siquiera mirar al chico, detestaba tener que agradecer a alguien y menos por haberle salvado, pero debía reconocer aunque no le gustase que el chico lo había sacado de un apuro del cuál él seguramente hubiera salido repartiendo golpes a diestra y siniestra; realmente él no se caracterizaba por dialogar con las personas y esto muchas veces le jugaba en contra.

-A decir verdad, algo… mi poder es psíquico, así que soy pésimo físicamente – admitió sobándose un hombro pues se había lastimado al tirar de manga del chico, pues no se le daba bien eso de lucirse ante todos, y fingir ser “cool”, miro que el chico se distraía mirando los alrededores, el pelinegris comenzó a preocuparse de que en una tienda así, tal vez les cobrarían hasta por mirar, después escucho el comentario de Rai, Dylan entrecerró los ojos fastidiado,
-Es lo que yo hubiera hecho si me hubieran molestado a mi… pero yo no estaba molesto, así que solo te saque de apuros… le tienen preferencia a los humanos normales pues son débiles- dijo recordando todas las veces que se ha metido en problemas por molestarse demasiado – El punto es que no hubiera sido bueno para nada atacarlos… nos meterías en problemas a todos los “fenómenos”- dicho esto pudo notar como Rai seguía molesto por no haber podido atacarlos, para luego decir “De todos modos, gracias”, a lo cual inmediatamente izo que Dylan sonriera naturalmente,
-De nada, siento empatía contigo solamente, por eso te ayude- confeso aun sonriendo – Bien, mucho gusto, Soy Dylan Jules- se presento alzando su mano al ver que aun no se había presentado, parecía que el chico le había agradado de alguna extraña manera, aunque al principio le cayera mal por su anti respeto por el espacio personal de Dylan al cambiarse, pero ya lo había dejado pasar, y ahora solo podía pensar que la mayoría de los chicos con poderes siempre tenían una especie de trauma debido a sus poderes, quizás, este chico era un caso más.

Algo había quedado dando vueltas en la mente del peliblanco, el chico ojiazul había dicho “El punto es que no hubiera sido bueno para nada atacarlos… nos meterías en problemas a todos los fenómenos.” En verdad a Rai le importaba muy poco lo que sucediese con los otros, el solo se preocupaba por el mismo, por eso llegaba a resultarle extraño que el chico ese hubiera ayudado a un desconocido solo por darse cuenta de que ambos eran “fenómenos” mirando su uniforme, él no tenía ese tipo de razonamiento solamente ayudaría a aquellos a los que el importase ayudar. Después de eso el otro dijo “siento empatía” lo que realmente llamó su atención, sentir empatía por ambos ser fenómenos podría resultarle chistoso aunque él no se reiría; nunca lo hacía. El ojiazul luego se presentó diciendo su nombre ante Rai quien lo escuchó seriamente y al ver que el otro levantaba una mano hizo lo mismo sin casi mover ningún músculo del rostro.
-Mucho gusto Dylan…-tomando la mano del otro fuertemente-… mi nombre es Kirill Rai von Veltheim, pero dime Rai solamente…-dijo esto último apretando mas la mano del otro mientras le clavaba su mirada fijamente en los ojos-… será mejor salir de aquí o tendremos que redecorar nuestra habitación.
Comenzó a caminar hacia la salida, el chico aquel de alguna forma le había caído un poco bien pero no se debía dejar engañar, no entendía la razón de que lo hubiese ayudado y esto solo le producía más desconfianza, se propuso entonces estudiar el comportamiento de Dylan para saber quién era realmente, ya que por lo visto tendrían que convivir en la academia y muy probablemente compartirían las clases; juzgaría entonces si el ojiazul era digno o no de obtener su confianza.
-¿Así que psíquico?... yo soy físico según lo que me han dicho.
Preguntó girándose al ojiazul para quedársele viendo fijamente de nuevo, como si con la mirada quisiera leer sus pensamientos. El bullicio en el lugar parecía haber aumentado, como si hubiese aumentado la cantidad de personas que circulaban por los pasillos, observando hacia los costados Rai pudo ver todo tipo de personas caminar de un lado para otro alegremente y cargados de bolsas.

El chico se presento también, tomando fuertemente la mano de Dylan, para luego decir el nombre el cual el pelinegris jamás se aprendería solo escuchándolo una vez “Rai, así lo llamare mejor” se dijo así mismo, mientras el chico sugería salir de ahí, a lo cual asintió, y comenzaron a caminar hacia la salida, escuchando el comentario de Rai, mientras su mirada le hacía incomodarse un poco.
-Si…- respondió intentando notarse incomodo, tal vez este chico era así siempre, así que no debía preocuparse tanto – Electrokinesis es mi poder, genero electricidad con mi cuerpo, yo también pensé que era físico, pero tal parece que no, soy psíquico- dijo mientras continuaba caminando por los pasillos de nuevo por el centro comercial, parecía que los reporteros ya se habían alejado.
-Y bueno… quieres volver a Crusader? O pasearas un poco más?- pregunto como si fueran amigos repentinamente volteando a mirarlo. La verdad es que Dylan no sabía cómo llevarse bien con los chicos, y a veces solía ser muy grosero con su comportamiento, como si todo lo hiciera intencional.

Rai escuchó como el ojiazul le contaba que su poder era la electrokinesis y consistía en generar electricidad con el cuerpo, dicho poder le llamó la atención porque además naturalmente tenía sus pros y sus contras pero era un poder bastante llamativo e interesante, más que eso, Rai no conocía cuantos tipos de poderes había ni la capacidad de ellos, pero pensando en que en realidad había tantas personas así como para terminar construyendo una academia para ellos resultaba de alguna forma reconfortante, o tal vez le hacía pensar que después de todo no estaba tan solo en el mundo cuando de habilidades extrañas se trataba.
Durante unos segundos continuaron caminando en silencio sin un rumbo fijo, al parecer ya no había nadie detrás de ellos y el lugar se veía tranquilo, o más bien se veía como estaba siempre, concurrido por muchas personas pero que pasaban por al lado de ellos sin dirigirles atención alguna. Después de unos pasos más el ojiazul hizo una pregunta que provocó que Rai recordara la razón de porque estaba allí en el centro comercial.
-Pues tengo que comprar algunas cosas más…-dijo sin mirarlo-
De pronto se dio cuenta de lo que el chico había preguntado ¿acaso le había caído bien al otro? El ojiazul le hablaba con total naturalidad a un extraño que recién conocía, por alguna extraña razón le hizo acordar a aquel chiquillo rubio que había conocido recientemente, aunque tenían algunas cosas en común se diferenciaban bastante. Ignorando el hecho de que el otro parecía haberse tomado demasiada confianza con el procedió a continuar con su camino tranquilamente.
-Necesito un nuevo par de calzados… solo porque me aburrí de los que ya tengo… y aún así quisiera recorrer un poco más el lugar ¿lo preguntas por algo en especial?
Una vez dijo eso se detuvo frente a una tienda en donde vendían accesorios femeninos, el lugar era tan colorido y alegre que parecía encandilar sus ojos con brillo excesivo, pero bajando la mirada hacia los artículos que estaban en exhibición notó un adorno para el pelo con la forma de una rosa blanca “Ese se vería bien en Aydan…” pensó de repente sin saber porque lo hacía, pero tener al otro al lado solo lo incomodaba, no era para nada grato que se diera cuenta de que se había viendo una cosa de esas. Sin decir nada comenzó a caminar nuevamente observando las vidrieras al pasar, no le preocupaba demasiado si el otro estuviera allí o ya se hubiese marchado, estaba acostumbrado a caminar solo por la vida.

El chico le contesto, diciendo que tenía que compra algunas cosas, a lo cual Dylan miro a sus alrededor pensando si tenía algo más que hacer ahí a lo cual recordó un detalle,

-Muy bien, si quieres te acompaño, no tengo mucho que hacer realmente…- le dijo respondiendo su pregunta de alguna manera evasiva - aunque también aun sigo buscando guantes aislantes- dijo de pronto recordando que no había tenido la oportunidad de volver a salir con Alina al centro comercial,

“Tal vez los encuentre ahora junto con Rai, y mejor invito a Alina a pasear a otro sitio” pensó ruborizándose un poco pues pensar eso, era como planear una cita, mientras sin esperar respuesta comenzaba a seguir al chico que estaba dispuesto a comprar su nuevo calzado.

-Hey Rai… ya tienes amigos en Crusader? O te has topado con alguien?- le pregunto intentando proponer una conversación mientras caminaba, pues se sentía incomodo con el silencio que el chico solía presentar.

Luego de unos segundos de silencio el ojiazul comentó que no tenía nada que hacer pero que debía conseguir unos guantes aislantes “Seguramente para no descomponer todos los aparatos que toca…” pensó Rai sin mover ni un solo músculo del rostro.
-Ya veo…-dijo en un tono casi inaudible-
El silencio continuó presente mientras con una leve mirada de reojo Rai noto que el chico parecía estar pensando en algo que le resultaba de agrado y que le provocaba un leve sonrojo en sus mejillas “Una novia tal vez…” pensó mientras seguía caminando, luego una pregunta por parte de su acompañante lo sacó de sus pensamientos “¿Amigos dice?... realmente no esperaba hacer amigos en ese lugar.” pensó levantando una ceja mientras veía un grupo de jóvenes que reía a carcajadas unos cuantos metros adelante de ellos, nunca había tenido amigos ni tampoco le había interesado tenerlos.
-Pues… no soy alguien que ande haciendo amigos a diestra y siniestra, no me interesa demasiado eso… si he conocido algunas personas ahí que son como nosotros… un niño pequeño llamado Ren, el chiquillo es… simpático, por decirlo de algún modo. Hice una amiga allí, o eso podría decirse…-tomándose el mentón-… Aydan, es una niña enojona, pero me cae bien. Luego solo he visto un par de sujetos mas, incluyéndote a ti.
Dicho esto se detuvo frente a una tienda que exhibía todo tipo de calzado masculino, observó bien todos los artículos en exposición para ver si alguno le resultaba de interés, pronto y para su suerte encontró uno que si le interesaba y más aún porque parecía ser de una marca proveniente de su país natal, Alemania.

Rai respondió al chico, el rostro de Dylan pareció confundido, porque Aydan es una chica enojona?, no lo parece a simple vista… y Ren, aun no conocía como para comentar sobre él,
-Bueno, es algo… - comento positivo – He visto a esa chica varias veces en clases, pero parece ser algo seria y “nerd”, sin insultar, claro, es un cumplido, parece que podría ser aplicada en la escuela, o al menos eso da a entender- dijo, no quería escucharse ofensivo hacia una chica que no conocía.
Miro como el chico se distraía un poco con una tienda de calzado, pues era lo que estaba buscando,
-Yo tampoco tengo amigos, conocidos muchos, pero amigos hasta ahora no- comento mientras caminaba hacia la tienda, con intención de hacer que Rai se animara a entrar a ver y probarse algunos – Por ahora tu eres el primero chico que le hablo fuera de clases – comento seriamente, mientras se ponía a curiosear el lugar, la manera en la que estaba decorado y separado distintas marcas de zapatos y calzado deportivo, no tenía intención de comprar algunos, pero quería acompañar al chico.

Frente a su comentario escuchó una respuesta por parte del ojiazul mientras aún seguía viendo la zapatilla en la vidriera, era de un color crema muy claro, diferente al negro que solía buscar, pero extrañamente de igual forma quería hacerse con ella.
-Bueno… no la conoces, si llegas a tratarla me darás la razón…-dijo sin ver al otro-… no sé si sea buena en clases, pero de que es enojona si lo es, aunque se arrepiente rápido.
Después de este comentario hubo unos segundos de silencio hasta que el ojiazul comenzó a caminar hacia la tienda comentando que él no tenía amigos en Crusaders, si no que solo unos cuantos conocidos. Rai siguió al chico en silencio y observó con una mirada rápida todo el lugar avistando en el tanto vendedores como clientes desparramados por todo el local.
-Con que el primero ¿eh? –observando algunas zapatillas colocadas en estanterías-… pues si quieres amigos deberías hablar con más gente y no conmigo exactamente, como ya dije, no ando en busca de amigos, si se da, se da y punto.
En ese momento una vendedora se acercó a ellos poniendo especial atención en el peliblanco que parecía ser el más interesado en hacer alguna compra, Rai le comunico su interés por aquella zapatilla y luego interrogó para saber si tenían o no del talle que el usaba, mientras la vendedora iba al depósito a por las zapatillas, el peliblanco se sentó en uno de los asientos que allí había para comenzar a desabrocharse las suyas.
-Leben ist grausam…
Dejó salir casi en un susurro inaudible, nunca le había importado tener amigos por sentirse más que cualquier niño de su edad, y más adelante el desarrollo de sus poderes tampoco se lo había permitido, pero esta vez por ganarse el desprecio de aquellos que estuvieran cerca de él, no tenía buenas experiencia con la gente de su edad y lógicamente sería desconfiado hacia ellos, una serie de pensamientos pesimistas se cruzaron por su mente y cuando terminó de quitarse ambas zapatillas volvió a clavarle su roja mirada al chico que tenía en frente. El comportamiento del ojiazul le resultaba peculiar, sintiendo empatía porque ambos fuesen “fenómenos” así como el mismo había dicho se terminó quedando a su lado, tal vez aquel chico tampoco tuviese buenas experiencias en su vida; si todos aquellos que poseían alguna facultad así como la de ellos o similar se ganasen el desprecio de aquellos que se hacían llamar normales, entonces realmente sería posible de que hubiese mucha gente sola en el mundo.

Spoiler:

Escucho el comentario de Rai y solo respondió con una sonrisa, parecía que Aydan había ganado un amigo que la apreciaba en serio.
Se quedo un momento distraído para luego escuchar la respuesta de Rai ante su comentario de que él era el primero en hablarle de esa manera, le molesto un poco su comentario antisocial, pero no podía juzgarlo,
-Bien, fue la situación que me izo hablarte… no por el hecho de que ande buscando amigos como chico solitario- contesto frunciendo un poco el ceño, de verdad este chico tenía un carácter que chocaba por completo con Dylan, pero de alguna manera terminaba intentando entenderlo, y no comenzar otra patética pelea, como la de los vestidores. Se quedo mirándolo mientras el se probaba algunos calzados, y el chico aun parecía algo fastidiado, pues Rai demostraba que no le caía bien Dylan, o al menos eso demostraba con su rostro, pero luego pronuncio algo que izo que el chico levantara una ceja de confusión, pero a la vez molestia,
-No entiendo tu idioma, Rai… Si lo dices para que no te entienda, lo tomare como ofensa- agrego bastante molesto por haberle hablado en otro idioma, tomándolo personal, pues ya comenzaba a mirarle el lado malo de Rai a todo - Habla en ingles, ok?- agrego por ultimo intentando relajarse mientras comenzaba con su tic nervioso de pasar los dedos por su cabello, pues no quería pelear de nuevo con nadie.

Mientras observaba al ojiazul se daba cuenta de cómo el otro se molestaba y respondía de forma más agresiva ante sus comentarios “Ahí vamos de nuevo…” pensó, Rai tenía esa costumbre de hacer comentarios que molestasen a los demás, a veces no eran tan bien percibidos pero al parecer el chico estaba bien atento en cuanto a tono se refería. Después Dylan pareció molestarse aún más cuando el peliblanco dijo aquellas palabras que no eran más que un pensamiento en voz alta, sin ser dirigido a nadie más que a sí mismo. Se puso de pie con los pies sobre la alfombra y se acercó al ojiazul mirándolo fijamente sin casi pestañear.
-No te preocupes, no creo que con tu actitud permanezcas mucho tiempo sin amigos… Dylan…-dijo mientras apoyaba un dedo sobre el pecho del otro-… en cuanto a aquellas palabras solo eran un pensamiento en voz alta, por eso las dije en mi idioma, pero si tanto te interesa, lo único que dije fue “La vida es cruel”-se alejó y volvió a sentarse en el asiento-… porque la vida así ha sido conmigo…
Pronto la empleada llegó con las zapatillas pedidas y Rai se las puso comprobando que le calzaban a la perfección, comunicándoselo luego a la chica que lo atendía. Sin más idas ni vueltas escogió aquel calzado y comenzó a ponerse nuevamente sus zapatillas mientras la chica se acercaba a la caja para armar el paquete.
-Me pregunto cómo me hubiera ido en la vida si me pareciera a ti…-terminando de abrochar las zapatillas-… seguramente mucho mejor.
Dicho esto se puso de pie y se acercó a la caja en donde el paquete esperaba para pagar lo que debía y hacerse con él. Luego camino hacia la salida y se detuvo en ella para hablarle al chico, pero sin voltear a mirarlo.
-Te acompañaré a comprar tus guantes, si te parece… si no, gusto en conocerte.
Dicho esto salió al exterior en donde esquivó un par de personas que pasaban y luego chequeó el vuelto que le habían dado. Levantando a mirada dio una recorrida a las zonas cercanas pensando en si debía o no comprar algo más, ya que estaba por allí era buna idea hacer todas las compras una sola vez, aunque rondar por ahí sin rumbo fio tampoco le molestaba.

Miro como el chico se acercaba a él mirándolo fijamente, el ojiazul se quedo quieto mirándolo también, con el ceño aun fruncido en expresión de molestia, si, Dylan era demasiado expresivo con su rostro. Escucho como el chico decía que con su actitud no permanecería mucho sin amigos, mientras el apoyaba su dedo sobre el pecho del chico, el arqueo una ceja puesto que esperaba que le dijera algo negativo, sin embargo, lo estaba alagando de alguna manera, pero el chico no cambio su expresión, hasta que Rai tradujo sus palabras, “La vida es cruel”, inmediatamente Dylan cambio a un rostro de seriedad, sin comprender porque el chico decía esas cosas de la vida, el continuo con su compra de calzado, y el ojiazul estaba a punto de preguntarle algo, pero no se atrevía, no era su amigo como para meterse en su vida personal.
Luego escucho otro comentario del chico que lo shockeo por completo,
-Espera, ser como yo?, como?- parecía que Dylan no podía evitar sentir algo de preocupación, pues no sabía que la había sucedido a Rai el resto de su vida, e imaginaba lo peor, como siempre la discriminación de los poderes, el chico albino tomo el paquete que la había entregado la encargada puesto que ya había comprado aquellas zapatillas, luego escucho que podría acompañarlo comprar sus guantes aislantes, y Dylan asintió mientras lo seguía.
-Sí, pero no sé donde venden- comento aun con esa gran duda en su mente, para luego quedar de nuevo en silencio.
-Déjame decirte que tuve una vida muy tranquila, viviendo con mi padre y mi hermana menor. Fue difícil estar sin una madre, pero por eso es que soy así… digamos que madure demasiado pronto, al menos en saber cuidarme por mi mismo… pero en el caso de socializar, no sé nada al respecto- le platico al chico con un rostro de seriedad, intentando contarle más de él mismo–Si no quieres decirme sobre tu vida, lo entenderé… pero no creas que soy bueno en eso, no lo soy- le dijo mientras miraba a los alrededores, no queriendo hacer contacto visual con él pues sabía que para cualquiera era una situación delicada.

El ojiazul afirmó desconocer el lugar posible en donde adquirir guantes aislantes y luego se quedó nuevamente en silencio. Rai pensó inmediatamente que tal vez el chico no hubiese ido demasiado al centro comercial igual que él, peo estaba seguro que en alguna parte debería poder conseguir los dichosos guantes.
-Pues busquemos… en algún lado debe haber, tal vez en donde los electricistas compran su material…
Dicho esto comenzó a caminar observando los alrededores, recordaba que algunas vidrieras las había visto junto con su “hermanita” y en cambio otras eran nuevas para él, pero había cosas que llamaban su interés, como otras que no. Luego de unos segundos se detuvo frente a la vidriera de una librería y fue allí cuando el ojiazul comenzó a hablar nuevamente. Mientras caminaba tranquilamente escuchaba atentamente lo que el chico le contaba acerca de su familia, seguramente le había sido difícil perder a su madre, pero tener un padre y una hermana que l acompañaran tal vez había lograd aliviara aquel pesar.
-Al menos tuviste una familia que te quiso…-deteniendo su paso- …no me molesta decirte de mí porque ya tu me contaste sobre ti… supongo que es lo justo…
Rai se acercó a la baranda en la cual terminaba el pasillo e inclinándose levemente observo las muchas personas que caminaban por la planta baja, todos ellos caminando acompañados y hablando animadamente con sus compañeros.
-En mi caso fue bastante diferente… mis padres me odiaron desde que nací… mis abuelos, ellos fueron los que de alguna forma se ocuparon de mi, pero me rechazaron abruptamente cuando se descubrió la existencia de mis campos de fuerza…-levanto ambas manos y se las miro detenidamente-… en solo cuestión de minutos pase de ser el orgullo de los von Veltheim a ser la aberración y la vergüenza de la familia... luego de eso todos me odiaron y me trataron como algo que no debía existir...
Después de decir esto se quedo en silencio, una serie de imágenes desagradables comenzaron a pasar por su cabeza sin que él lo deseara; un recuerdo en el que se veía vagando por las calles cuando aún era un niño, siendo golpeado violentamente por un grupo de sujetos mucho mayores que él a tal punto de quebrarle todos los huesos de su brazo derecho y algunas costillas con violentas patadas y pisotones, escupiendo sangre se quedó echado en la calle mientras la gente pasaba a su lado sin siquiera voltear a verlo. La vida había sido cruel con él, ya sea que se lo mereciera o no, los acontecimientos en su vida habían terminado por formar su personalidad actual, para bien o para mal él era así; frunció el ceño notablemente al pensar en eso, era parte de aquel odioso pasado que quería olvidar, aunque le resultaba imposible.

El chico quedo completamente paralizado al escuchar el comentario de Rai, al decir que al menos tuvo una familia que lo quiso, se quedo observándolo como si no pudiera creer lo que él decía, y continuo escuchando con atención, bajo la vista pues eso era demasiado doloroso de escuchar, como alguien con poderes, como Dylan, había pasado por tanto dolor?
“Mi bendición fue tener a mi padre, que también era un fenómeno… eso fue lo que me ayudo a aceptar mis poderes” se dijo a sí mismo, para luego voltear a ver a Rai con algo de preocupación, pero inmediatamente retiro esa mirada de su rostro,
“No está bien sentir pena por alguien, eso no es digno de una persona” pensó frunciendo el ceño concentrándose en no demostrar preocupación,
-Vamos Rai, la vida te compensara por eso… te lo puedo jurar- dijo en voz alta mientras sonreía, pero realmente era un pensamiento que paso por su mente, para luego expresar sorpresa de lo que decía –Perdón, esa es mi creencia… Karma- aclaro mientras se acomodaba el cabello incomodo por la situación.
-Bien, vamos a ese lugar de electricistas, donde probablemente venderán los guantes aislantes- agrego repentinamente intentando ignorar lo dicho anteriormente para comenzar a caminar esperando que el chico lo siguiera.

Seguía sumido en un remolino de pensamientos negativos cuando de pronto escuchó la voz del ojiazul hablándole nuevamente, el chico decía que la vida seguramente lo compensaría “¿Compensación? ¿Eso es posible?” pensó sin decir nada ni hacer ningún gesto mientras oía que el chico decía que esa era su creencia, o su Karma; parecía o le daba la impresión de que intentaba animarlo de alguna forma, esto logró suavizar levemente las facciones de su rostro.
Luego de un silencio que al parecer mantuvo al ojiazul algo incómodo, el chico dijo que fueran a por los guantes en aquel lugar en donde compraban los electricistas así como había dicho antes Rai. Se pusieron en marcha y el peliblanco permaneció en un total silencio, los recuerdos que habían vuelto a su mente no eran para nada gratos y hacía un par de años ya que intentaba deshacerse de ellos sin tener éxito, levantando un poco la mirada diviso una tienda unos cuantos metros más adelante.
-Mira allá… tal vez tengan lo que buscas…
Desde lejos era posible divisar un cartel frente a un negocio cuyo dibujo representaba una de las herramientas del electricista jactándose de que en aquel lugar habría todo lo necesario para quienes se dedicaran a aquella profesión. Rai comenzó a caminar hacia el lugar mientras su mente se despejaba de a poco, los ignoraría; ignoraría esos desagradables recuerdos.

Caminaba con cierta preocupación, no sabía si lo que había dicho había incomodado tanto a Rai que ahora no quería hablar, definitivamente no se consideraba compatible como para ser su amigo, y ni siquiera sabía enfrentar cualquiera de esos problemas, como para dar un bueno consejo, en este momento se dio cuenta de que no era bueno hablar del pasado doloroso, porque solo era lo que era, recuerdos dolorosos. Los cuales ni siquiera él quería recordar cuál de ellos era su recuerdo más doloroso?, el chico siempre se vivía ignorando el único recuerdo en su vida que también fue muy doloroso para el… y sin pensarlo siquiera recordó una escena en la que él era apenas un niño muy pequeño, corriendo hacia su padre, para preguntarle donde estaba su mama, y el no podía siquiera verlo a los ojos, pues su mismo padre, el que creía tan fuerte, no dejaba de soltar lagrimas de dolor por lo que acababa de suceder, Dylan no entendía porque su héroe lloraba, y el solo provoco que su padre no quisiera verlo en ese momento, dejándolo solo en la sala, alejándose de sus preguntas ingenuas, como si fuera su culpa no entender lo que sucedía en ese momento. Y así quedo, medio día perdido en la sala de enfermería, siendo cuidado por las enfermeras del lugar, pues lo habían dejado solo sin ninguna respuesta de nadie, pues era muy ingenuo para entender lo que en verdad había sucedido.
Con todo eso, se dio cuenta de que ni siquiera podía fiarse de que su padre fuera fuerte por ellos, lo admiraba demasiado, por esforzarse tanto, pero esa fue la etapa más difícil, la más débil, la cual se había roto, y la cual a Dylan no le había dado ni tiempo de sufrir por la pérdida de su madre, pues su padre sufrió doblemente lo que el debió haber llorado y sufrido. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un comentario de Rai, su rostro expresaba distracción, como si se hubiera ido de ese mundo por unos minutos,
-Sí, bueno, buscare ahí- agrego enfocándose de nuevo en el mundo actual, donde todo ya estaba bien, donde ya había perdonado a su padre por completo, donde ya había superado lo de su madre, y donde estaba por hacerse más fuerte, sin importar como.
“Mi padre se gano mi respeto de nuevo, se supone que ese recuerdo ya había sido borrado, puesto que no quiero volver a sentir que mi padre fue un débil, quizás… es lo demasiado fuerte como debía serlo, y aun no puedo imaginar que es perder a alguien así…”. Pensaba para luego pensar en alguien que no había pensado hasta ese momento,
"Alina seria esa chica que me haría comprender lo que sintió mi padre?", pensaba un poco, si perdiera a Alina en estos momentos sería demasiado doloroso, pero tanto como para ponerse a rechazar a todo mundo como seres queridos?. Sintió una leve empatía por su padre de nuevo, el comparar alguien que le gustaba demasiado por alguien a quien podrías llegar a amar a tal grado, pero retiro inmediatamente ese pensamiento, no era momento de revelaciones, menos frente a Rai.
Continuo caminando, llegando a esos pasillos donde comenzó por buscar uno donde se encontraran aquellos guantes que tanto quería conseguir, su rostro parecía de nuevo ido, lo cual no parecía hasta ahora molestarle a Rai, puesto que era muy serio. Pero era raro en Dylan, ya que el siempre parecía neutral en su expresión y muy susceptible a cualquier cambio de emoción.

Spoiler:

Hubo unos segundos de silencio mientras ambos seguían caminando, el ojiazul parecía estar sumido en sus pensamientos mientras que Rai intentaba olvidarse de sus tormentosos recuerdos, ninguno de los dos miraba ni hablaba al otro pero ninguno de los dos parecía darse cuenta, “Si, sueno, buscaré ahí” dijo el chico con un tono que denotaba la ausencia de su mente en el mundo real.
-Bien ya estamos cerca…-dijo el peliblanco de repente-
Rai detuvo su paso frente al negocio y al observar al otro notó que seguía su camino como si nada, así que lo sostuvo de la muñeca para clavarle la mirada algo molesto y a la vez sorprendido con aquella actitud “¿Qué le pasa a este?” pensaba mientras veía como Dylan parecía estar en otro mundo.
-Oye… este es el negocio ¿o acaso prefieres otro?
Levantó una ceja mirando al otro mientras parecía darse cuenta de que el chico seguramente se había perdido en algún recuerdo de su pasado, el lo entendía, porque el también solía hacerlo a veces. Soltó la manga del ojiazul y subiendo la mirada observó el nombre de la tienda y las cosas que se exhibían en la vidriera, había un sin fin de productos diferentes, ahí debería haber de esos guantes aislantes que el chico tanto buscaba, o al menos eso él suponía.

Spoiler:

Sumido en sus pensamientos de nuevo, aunque en una lucha fuerte por no querer pensar nada al respecto sintió que alguien le había tomado de la manga, volteo y era aquel chico que acababa de conocer, Rai. Por un momento parecía confundido, pero después se dio cuenta de que seguía actuando extraño,
-No, este está bien, estoy seguro de que aquí encontraremos- dijo nervioso rascando su mejilla, apenado por haber actuado así repentinamente, miro la cara de Rai y parecía algo molesto, no sabía porque, quizás por ponerse melancólico de repente, si, estar así no sirve de nada.
Camino dentro de la tienda hasta unas estanterías dentro del lugar, donde parecía haber herramientas de diferentes tipos, desde barnices para madera y cables de corriente, hasta llegar a otro pasillo donde comenzaban los artículos del hogar.
-Me siento raro viendo estas cosas- dijo recordando que siempre se burlaban de él, llamándolo bombillo, o algo por el estilo, y ese lugar pegaba perfectamente con él, suspiro fastidiado porque en ese momento recordó lo molesto que era los seudónimos acerca de su poder, hasta que llego a aquella parte llena de herramientas eléctricas, sin preámbulos tomo un par de guantes que ahí había, tomo los más sencillos pues no quería gastar tanto dinero en algo que realmente no era por gusto que quisiera usar.
-Bien, tomare estos- dijo alzando un poco sus guantes para mostrarle a Rai que ya tenía su futura compra en sus manos, luego se dirigió donde estaban las cajas donde cobraban los productos,
-No hay otra cosa que quieras comprar? No me gusta hacer fila, solo por un objeto- le dijo volteando a mirarlo a medio camino.

Escuchó como Dylan decía que ese negocio estaba bien sin decir una palabra ni expresar gesto alguno, de repente se había sentido algo molesto tal vez por la actitud del otro, el deseaba fervientemente olvidarse de su pasado y el otro parecía perderse en él para no querer salir, aún así suspiro levemente e intentó olvidarse de tema, después de todo no era algo con demasiada importancia.
El ojiazul ingresó en la tienda y se acercó a una estantería en donde habían varios artículos de todo tipo, “Me siento raro viendo estas cosas” dijo sin que el peliblanco pudiera entender de que hablaba, ¿Qué tenían de malo aquellos productos?, no tenía idea.
Luego de unos minutos el chico tomó unos guantes diciendo que sería los que llevaría y alzándolos un poco se los enseño a Rai quién solo hizo un movimiento afirmativo con su cabeza. Cuando el chico se dirigía a la caja a pagar por la adquisición se detuvo a medio camino para preguntarle a Rai si él no quería comprar algo ya que no le gustaba hacer fila por un solo producto. ¿Qué podría comprar ahí? A Rai no se le ocurría, luego de recorrer el lugar con una mirada ligera volvió a mirar al ojiazul.
-No tengo nada que comprar aquí, así que deberás hacer fila de todos modos.-moviendo su mano como si le estuviera haciendo “shuu shuu”-
Se giro y decidió recorrer vanamente el lugar mientras esperaba a que el chico pagase por los guantes aislantes, un grupo de sujetos hablaban en un murmullo bastante audible sobre algunos de los productos en exposición. Tal vez por la hora o tal vez por alguna razón diferente el lugar de repente se había vuelto más concurrido que antes, tanto dentro del negocio como en los pasillos en el exterior.

Escucho su respuesta para luego ver el ademan que izo con las manos y frunció el ceño algo molesto, era costumbre expresar en su rostro cuando algo no le parecía, luego camino hacia caja, cuando noto que repentinamente comenzó a llegar más gente, inmediatamente se formo en otro el primer sitio que miro donde había también una caja, y cuando miro la cantidad de personas que estaban delante de él se sintió lleno de fastidio, dejando soltar un suspiro,
-Bien, Rai, si quieres puedes irte, parece que tardare un millón de años aquí- le dijo molesto al chico albino que estaba algo alejado de donde estaba el – Ve a pasear, anda, de seguro hay otra cosa que quieres comprar, te veo en la academia… - dijo mirándolo seriamente - seguramente no me reconozcas porque seré mas adulto y con canas- le dijo otra vez con un tono decepcionado burlándose de su miseria al hacer fila en ese lugar, para luego sonreír amigablemente – Nos vemos amigo-

Mientras observaba en silencio los otros productos colocó sus manos dentro de sus bolsillos para caminar tranquilamente por el lugar, pero aún así no se alejaba mucho de donde se encontraba el ojiazul haciendo fila. De pronto escuchó como el chico decía que al parecer tardaría miles de años en pagar por sus guantes y que se fuera por otra cosa que de seguro quería adquirir, el chico parecía verse bastante molesto con la situación, Rai el entendía bien; al él tampoco le agradaba la excesiva concentración de personas, siempre prefería los lugares tranquilos.
-Bien, nos vemos luego entonces… si acaso has envejecido demasiado, tíñete las canas para que podamos reconocerte… abschied freund... adios amigo.
Dicho esto se colocó los auriculares enel oido y salió del lugar caminando tranquilamente, en verdad no recordaba nada más que qisiera ver y como el lugar se había llenado de gente de repente decidió que lo mejor sería regresar a la academia, para instalarse en algún pacífico lugar a leer un buen libro o tal vez a dormir un poco en algun lugar cómodo.