Cantarella [Post de baile] (Terry)

No esperaba tomar por sorpresa de aquella forma a su compañero, aunque tampoco estaba muy pensante en aquellos momentos. Afirmó con la cabeza poco antes de moverse un poco del lugar sin soltarle.
Un pirata secuestrando un noble. Una estampa típica formada por el mismo azar.
No es que Seth no supiera bailar, pero las veces que había sido algo de dos esa otra persona había sido la típica guarra desinhibida que buscaba el premio de la noche. Y Seth, no se la apartaba, aunque tampoco quería darle lo que buscaba.
Volviendo a la realidad de aquella fiesta, se giró a Terry sonriéndole ligeramente de lado.
-¿Sabes bailar, Terrance? -Preguntó.

Ok, esa mirada que le lanzaba no era exactamente como para ayudarle a recobrarse. Sin querer dio un paso para atrás sin poder soltar su mano. Estaba tan sorprendido que se sentía muy cohibido. Lo bueno que las personas parecían no mirarles mucho, mas que nada por estar con sus cosas y platicando.

“Eso no responde a mi pregunta Raven.” Su voz sin querer se torno un poco nerviosa considerando que estaba intentando verse lo mas implacable que podía ante esa…burda situación. “¿Por qué quieres bailar conmigo?” Obviamente si sabia bailar, claro, cuando el llevaba a la mujer, no cuando se trataba de un hombre, y sinceramente la sola imagen le hizo que su cara enrojeciera un poco, mas después de la…expresión que le ponía el otro.

Dios, era como si quisiera seducirlo. Un momento, no estaba intentándolo ¿Verdad? Se quedo de una pieza con esa sola idea. Mas después de que se ligaba con el comportamiento de Seth. Oh fuck…era amable…le tomaba la mano, le hablaba tan…asi. Eso solo queria decir que era cierto. No?

Seth dibujó una sonrisa suave en sus labios. Igual que siempre, Terry se mostraba tajante, aunque esta vez un tanto más nervioso, e incluso cohibido.
-¿Porqué? –Preguntó, dispuesto a darle una respuesta a pesar de que el otro no le hubiera contestado- Porque me apetece.
Subió la mano contraria a sus labios, posando un beso en los dedos.
-Una tregua. Solo una tregua esta vez, ¿si?

Quería acercarse más a él, poder entenderlo, saber qué le pasaba por la cabeza. No quiso mediar muchas palabras más llevándolo a la pista de baile.
“Es todo muy confuso”
Alguien tenía que haber adulterado el ponche. O era esa neblina, que le daba tantas vueltas la cabeza. Apoyó su mano en la cintura contraria dispuesto a bailar, aún manteniendo una distancia, y le miró por unos segundos a los ojos.
Le recordó molesto, mirarle harto, fastidiado, enfadado, y le recordó también sereno, cordial, hasta sonriente con solo la luz de una fogata en medio de la selva. Quiso mejor no pensar en Max en aquellos instantes.
“Quiero que dejes de mirarme de aquella forma… Y verte sonriente”

Su ceño permanecía fruncido ligeramente ante lo que le decía no muy convencido de aquello. Fue cuando lo jalo a la pista de baile y sintió una mano que obviamente no era suya en la cintura. Sus ojos cambiaron a un tono de sorpresa mesclado con el miedo, mirando fijamente a Seth como si no pudiera abrirlos más. “Pero que…” Estaba por preguntar al otro cuando sintió ese jaloncito para juntarse mas con él. OK, eso era demasiado, mas con los gritos de cierto profesor y el que alumnos los miraran. Por dios, eran hombres; como ser el negrito en el arroz.

“¿Estas loco?” Se separo rápidamente de este con la cara completamente roja, combinante con sus ojos.

“Estamos delante de toda la escuela Raven. ¿No pu…pudiste pensar en otra cosa?” Estaba completamente avergonzado, se le notaba en la cara, en los gestos y en su temblorosa voz. Sin dudarlo se dio la vuelta con un son de susto también y se salió a uno de los balcones completamente azorado. Aun recordaba lo que le profesor había gritado a los 4 vientos, y eso lo ponía aun peor que antes.

Ya afuera si se sintio un poco mal por el peligris pero...debian de comprenderle, el estaba en un momento donde practicamente se le habia puedo contra la espada y la pared y no pudo soportarlo.

El grito de fuera le sacó de sus pensamientos, alzando un poco el rostro, y arrugando la nariz. Ése Patrick, ¿no podía tener un comportamiento un tanto más maduro?
Miró a Terry separarse de él avergonzado, con el rostro teñido de rojo, las voz temblorosa y con ganas de cubrirse con las manos. Y antes de poder decir nada, el moreno corrió lejos de él.
-¡Terrance! -Le llamó observando como se iba hacia fuera de la ventana, con los ojos más abiertos.

Y un largo segundo de silencio voló sobre él. Tomó aire por la nariz para echarlo por la boca. Tal vez se había precipitado. Pero después de recapacitarlo, dudó que la culpa fuera esta vez suya.
Miró molesto al docente antes de sacarle uno de sus dedos.
"Fuck you, uncovered bitch" Pensó con cierta molestia.
Sabía que no le vería ni le leería sus pensamientos, pero ciertamente poco le importaba.

Caminó hacia la ventana, abriéndola con cuidado. La noche era fresca fuera de las paredes de la institución, y cerca de la barandilla, Terry se pasaba una de sus manos por su brazo, un gesto de nerviosismo mientras su rostro, un tanto angustiado, miraba a la nada.
La luz nocturna atornasolaba los tejidos en un tono gélido y pétreo. Carraspeó con suavidad y acercándose.
-¿Estás bien? -Preguntó con suavidad- Lo siento, no quise incomodarte.

“Tu ni te acerques.” Amenazo claramente a Seth cuando este estaba cerca de el, gracias al cielo ya no había nadie que los mirara y así podría gritar todo lo que tenía ganas desde que se le ocurrió invitarlo a bailar. “¿Acaso estás loco? ¿Cómo se te ocurre invitarme a bailar con tantas personas en el baile mirando? Peor aun con los profesores gritando como pubertos.”

Estaba tan avergonzado que se le podía ver en la cara. Mantenía la mano delante de el, como si con ello fuera a mantener una distancia fuerte entre Seth y su persona y la verdad esperaba que si fuera asi. Sus ojos estaban fijos en el oji dorado, sintiéndose completamente confundido.

“¿A que juegas? ¿Por qué haces esto? Y no me digas de nuevo que es porque quieres porque no te creo nada, desde ahora te lo advierto.” Estaba demasiado confundido y con muchas preguntas en la cabeza como para que el otro no se dignara a contestarle más que lo mismo que le dijo antes, de ser así estaría por comérselo pero a golpes.

Fue dar unos pasos antes de verse obligado a frenar por el otro, que le habló con cierto tono amenazador. Tal vez sí había hecho algo realmente mal.
Su rostro se mostró claramente sorprendido, escuchando cada palabra del otro, bajando levemente el mentón. Ciertamente, era el chico más extraño y difícil de comprender.
"Tal vez ser yo mismo no funcione..." Se culpabilizó en sus adentros.
-Bien, dices que no me crees en nada. Y sin embargo, me bombardeas a preguntas esperando que te responda. ¿Cómo quieres que me tome eso? -Preguntó llevándose las manos a los bolsillos dando un solo paso más.
Lo volvió a mirar en silencio por unos segundos.
-Bien, responderé. Pero si no me crees creo que nos podríamos pasar la noche así. -Prosiguió- Sí, estoy evidentemente loco: Me salto clases y me gusta destrozar cosas solo para ver qué efecto producen. Y también estoy loco porque, precisamente, hago cosas descabelladas.
Con una de sus manos se colocó bien el sombrero.
-Hago esto porque desde que te conozco me gusta molestarte. Las reacciones que resultan ser efecto de mis acciones me fascinan. O eso era más bien antes. -Le observó largamente- Precisamente, quiero huir de esa mirada que ahora mismo me pones. Déjame acercarme.
Alargó su mano hacia el frente chascando un poco su lengua.
-Y ahora que no hay nadie, ni profesores ni alumnos, ¿me concederás el baile?

Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.

Lo observo con el seño aun bastante fruncido pues todo lo que le estaba diciendo lo estaba confundiendo cada vez más. Eso no le respondía casi ninguna de sus preguntas, o no eran las respuestas que estaba esperando. Sentía como si fuera una de las tretas de Seth y eso lo ponía más nervioso que antes, imaginándole cayendo en sus trampas como siempre.

“Hay un montón de personas que querrían bailar contigo… ¿Y justamente vienes a invitar a la única que te puede decir que no sin parpadear?” Le dice. Tanto que le estaba diciendo tan solo le llegaba a marear más de lo que estaba, ahora si le asustaba el resultado de todo aquello. Miro su mano extendida hasta el, sintiendo un vuelco en su interior.

Apretó los labios un poco pensativo…eso estaba muy raro. Aun no dejaba de dudar por todo aquello, pero ese vuelco estaba fuerte y no lo podía ignorar mucho.

“Estas…demasiado raro.” Se quedo un poco callado desviando la mirada. “Uno…solo uno. ¿De acuerdo?” Le advirtió aceptando la mano de este un poco dudoso aun.

Seth esperó pacientemente, observando al contrario aún increpando y dudando. Definitivamente, Terry era como un gatito huraño, desconfiado hasta la médula con algunos, amable y gentil con otros.
Le causó un tanto de rabia en su interior, bajando un poco la mirada en un gesto ausente, hasta que finalmente el moreno cedió.
-Sólo uno -Repitió él a modo de respuesta, sonriendole levemente.
Cuando notó las yemas de los dedos contrarios apoyarse en los suyos, lo atrapo a que se acercara un poco, teniendo entre ambos aún así una distancia suficientemente prudente.
El peliplateado miró un poco al interior de la escuela, tras los cristales, emanando una cálida luz que se diferenciaba perfectamente de la que había en el exterior.
Y sin embargo, el eco de la música llegaba hasta sus oídos, pasando la mano por la cintura de Terry mientras empezaba a bailar.
-¿Aquí mejor, no? No hay otros alumnos, o profesores -Le comentó para no hacer de aquello un momento violento.

Se sonrojo al ser jalado de aquella manera, sintiendo sus mejillas enrojecer un poco, era cuando agradecía que estuviera lo suficientemente oscuro y su piel fuera morena, porque así no se le notaba casi nada ese rojizo. Aun así desvió la mirada un poco evitando mirar de frente al seudo pirata que ahora estaba dominando en el baile.

“Aun no me respondes una de las preguntas. Y no te consiento que solo me digas porque te dé la gana. ¿De tantas personas en el baile, porque yo soy con la que quieres bailar?” Sabia que le jodia mucho con esa palabra, pero es que era como si necesitara una respuesta más concisa. Llego a notar como Mi Nyu lo miro en ocasiones anteriores, y ella era bella no podía responderse el porqué no le hizo caso.

“Me confundes y hasta cierto punto me das un poco de miedo.” Confeso sin verlo, aun dirigiendo su mirada a la nada.

Lo observó detenidamente, siguiendo los movimientos al compás de la música. Bajo aquella luz, el tono de la piel de su compañero se lucía uniforme, pétreo cual mármol, aún así de ser más moreno de tez, y sus ojos carmesíes resplandecían bajo el escudo que suponía el antifaz.
Era una imagen bella.
-Dudo que "muchas personas" quieran bailar conmigo -Chasqueó su lengua ante la repetición de la misma pregunta una y otra vez- Por no decir que nadie.
Y por otra parte, Seth no estaba interesado en bailar con otras personas. Parpadeó levemente más deprisa, como intentando volver al hilo de su pensamiento.
¿Qué esperaba que le contestara, si ni siquiera sabía él porqué su primer impulso había sido sacarlo a bailar.
-Además... -Calló definitivamente cuando Terry interrumpió confesándole aquello- ¿Te asusto?

Paró de bailar, sin soltarlo. Aquello. Eso era precisamente algo que le torturaba.
-¿Porqué te asusto?

“Porque no comprendo.” Le dijo directamente escuchando como la música seguía tocando mientras ellos continuaban bailando. Al parecer era la canción de los reyes del baile. En NY le toco ver bailes antes de asistir a la academia y obviamente presencio las coronaciones. Se podría decir que como estadounidense ya estaba acostumbrado a esa clase de cosas.

Pero ahora, eso no venia al caso. Sus ojos por fin se fijaron en el más alto, como si intentara descifrar que era lo que quería de el.

“Es muy difícil que acceda a algo que tú me pidas después de todo lo que hemos pasado, mas porque sabes que conozco todos tus mayores defectos.” Y aun así estaba bailando con él, independientemente de lo que estuviera diciendo o de lo que llegaron a pasar en realidad. Lo peor del caso, es que AUN ASI (Haciendo énfasis en las palabras) no era una posición muy incómoda que digamos, por lo menos podría decir que estaba algo agusto con el baile, por más vergonzoso que fuera y por más que fuera un hombre con el que bailaba.

Sin mencionar que era Seth Raven con el que lo estaba haciendo. Por dios santo, si por lo menos un mes atrás escuchara que estaría ahora mismo bailando de esa manera con él, seguramente maldeciría a la persona que se lo dijera. Después de castrarlo claramente. “¿Y después del baile qué? ¿Cada quien por su lado?” Sus ojos rojos se fijaron en los ámbar, como queriendo buscar la respuesta el mismo a su pregunta.

La música se había ido volviendo más lenta. Seth no le daba mucha importancia, ciertamente, pues ahora suponía que iban a coronar a los reyes del baile.
Recordó que vio eso mismo otras veces en los anteriores institutos, una estupidez que le producía vergüenza ajena de ser americano. Por ese motivo, se divertía planeando algún tipo de broma pesada, salvo aquella vez.
Incoscientemente, ahora bailaba junto a Terrance un poco más enganchados, pudiendo notar el calor ajeno. Lo observaba fijamente mientras le escuchaba, con un semblante un tanto serio.
Decía que era difícil que accediera a aceptar a hacer algo con él, sin embargo ahora estaban bailando juntos. Y de igual forma, decía que conocía todos sus defectos.
Pero... ¿Eso quería decir que le conociera?

"Tal vez... Debas preguntarte todo eso a ti, Terrance... ¿O acaso... ya lo estas haciendo a viva voz?" Observó el rostro contrario detenidamente, como si viera las diferencias entre Maxwell y Terrance. Pero no las había físicamente: Tenían las mismas manos, el mismo rostro, los mismos labios carnosos y aquella misma nuez de Adán.
Sin contar el color de los ojos, Seth podría señalar una clara diferencia: Bajo aquella luz, Terry se veía hermoso, puro, con sus defectos que le hacían humano al fin y al cabo.
Y Max, en la vez que le vio bajo el manto de la penumbra, se mostrababa con una sonrisa de oreja a oreja, sensual, voluptuoso. Era bello, pero...
Si tenía que elegir entre una cosa u otra... prefería los defectos de Terrance. Entornó su mirada, dejando de bailar lentamente sin soltar al moreno.
¿Después del baile qué? ¿Qué debían hacer, o qué debía pasar? O... ¿Qué esperaba Terry de él?

"No lo sé... ¿Porqué me confundes de esta forma?" Quiso preguntar, quedándose las palabras para sí, ligeramente hipnotizado.
Sus ojos se encontraron con los rubíes contrarios, brillantes cuales orbes de cristal, grandes, tan claros como profundos.
Había acercado levemente el rostro, respirando un tanto quedo con el roce imaginario que producía estar a escasos milímetros de la nariz contraria, embriagado del aroma ajeno.
Puede que de verdad la noche estuviera embrujada.

No respondió de nuevo ninguna de sus preguntas, tan solo lo miro de esa manera como si quisiera atravesarlo de una sola estocada al cuerpo. Y de hecho…tuvo un cierto efecto en el. Su cuerpo se quedo paralizado al notar la cercanía de este, más aproximándose a tal forma que podía sentir su aliento. No se movió y por más que quiso llegar a hablar tampoco podía hacerlo, ni siquiera despegar los labios.

Su corazón inexplicablemente comenzó a bombear con fuerza contra su pecho causándole un cierto problema para respirar bien, llegando a un punto en el que ya no hacía caso a la distancia que estaba acortándose mas y mas entre los dos, de hecho estaba concentrado mirando los ojos de Seth con fijeza como si tuvieran un efecto de hipnotismo en el.

Parecía como si su cabeza comenzara a dar órdenes extremas, diciéndole que no debía de caer en una estupidez, que no debía de dejar que se acercara de esa manera a él, que no debía de siquiera pensar en que podrían besarse en cualquier momento; porque… ¿Estaban a punto de hacerlo? Una revolución de cosas llegaron a su cuerpo con el solo pensamiento de que podrían besarse, causándole una marea de cosas en su ser. Ni podía tragar la saliva.

¿Qué era lo que le estaba pasando? Se pregunto como 10 veces en una secuencia de segundos para después…tener la pregunta de si le gustaría ser besado por aquel hombre. Y justo cuando iba a responderse, la música se acabo por completo como si lo sacara rápidamente del encantamiento.

“La…música.”

No llegaron a rozarse ni los labios. Quedaron unas descargar en el aire que separaba ambas bocas, tan sólo figurando en sus estímulos en suave roce que debió tener los escasos milímetros entre cada punta de la nariz.
Seth se había acercado, y Terry también.
Pero la música, como siempre sucedía, irrumpió de tal forma en cada uno de ellos que les sacó de su ensimismamiento. El moreno se percató: La música había parado de golpe.
Habían dejado de prestarse atención entre ambos, diriguiendo sus miradas hacia el ventanal que separaba el balcón del interior del salón.
Seth acabó por separarse del otro, con cierto desconcierto
-Que raro... -Comentó por lo bajo, quitando sus manos suavemente de la cintura contraria.

Ahora, se preguntaba qué había estado a punto de hacer. Dio unos pasos hacia el cristal, escudriñando el interior cuando alzó un poco más su cabeza.
-¡¡Terrance, mira!! -Exclamó girándose al moreno- ¡Hay unos tíos vestidos de militares!

Fue un día cansado. Salió desde temprano a dar las respectivas vueltas por el colegio regresando libros de la biblioteca y después había ido a la ciudad a comprar cosas que necesitaba para su cuidado personal y ¿Por qué no? También aprovecho para comprarse un poco de ropa.

Su corazón latia con fuerza y el no podía controlarlo. Era como si perdiera el aire tan de golpe que le mareara. Cuando Seth se separo de el, se quedo sin movimiento un poco intentando que no se le notara mucho aquello, hasta que escucho lo que le dijo.

“¿Unos que?” Pregunto acercándose rápidamente a Seth mirando que era lo que sucedia. Por segundos se quedo sorprendido, pues se suponía que los policías no debían de entrar ahí, por lo menos no los normales. Pero después se quedo de una pieza al solo ver lo que estaba pasando dentro. Estaban comenzando a atacar a los demás.

“Oh shit…” Apenas dijo sintiendo un poco de temor… ¿Un poco? Mucho, estaba con un poco de miedo cuando observe como estos disparaban sin pensarlo. Su corazón latió con fuerza cuando paso eso, sintiéndose muy nervioso de repente, no tanto por el, si no por el destino de sus compañeros.

Se alzó un poco el parche para observarlo todo analíticamente, situando donde habían militares y donde alumnos. Parecía una mala broma de sus profesores, pero había algo que le resultaba fuera de lugar.
-Terrance -Murmuró- Estos hombres... no son americanos... ¿verdad?
Colocándose de nuevo el parche observó a Rhy, que se disponía a hablar con uno, posiblemente el jefe. Tragó saliva sin valor a parpadear, fijándose en ambos hombres como un felino observando un trozo de carne.
Esperaba que sucediera algo, algo por parte del profesor Terrell que le quitara el mal sabor de boca. Un puñetazo, por lo menos.
Pero simplemente se giró a hablar, y tras unos segundos donde los alumnos se quejaron, entre sorprendidos, nerviosos y confusos, los militares cargaron con sus pistolas contra los chicos. Seth tensó la espalda sorprendido, apretando los dientes.
-¡Oh, joder! -Fue lo más suave que logró pronunciar entre las miles de palabras duras y malsonantes de su cabeza.

Le tembló la mirada, empezando a apretar sus dedos en el cristal en el que se apoyaba. No podía quedarse mirando aquello como espectador.
Estaban disparando a gente que podrían ser sus propios hijos, jóvenes que, esta vez, tenía claro que no habían hecho nada, aunque no sabía qué sucedía dentro, puesto que no podía escuchar qué habían hablado.
Y para colmo, se los llevaban.
Más que por las ganas de pelea, su voz interior le clamaba que tomara acción porque esta vez la gente que necesitaba ayuda no estaba fuera de las paredes del edificio, sino dentro.
Llevó apresurado la mano a la manecilla, dispuesto a abrirla y entrar.

“Temo que no…” Susurro sin poder evitar ver todo lo que sucedía. Ante sus ojos eran tantos los que estaban siendo atacados. Se le seco por completo la garganta, apenas evitando que un gemido de sorpresa. Esas personas… ¿Por qué estaban atacándolos?

Muchas eran las dudas que cruzaban por su mente haciéndole sentir demasiado impotente. El quería entrar, pero el ver que sus compañeros estaban siendo derrotados tan fácilmente le hacia que un miedo interno cruzara por sus venas, como si un frio interno las congelara de golpe. A eso se le llamaba miedo, con todas las letras.

Pero desgraciadamente eso no fue todo lo que paso. Tan solo llego a sus oídos el sonido de la manija moviéndose un poco, su mano, como si tuviera vida, se movió rápidamente hasta la de Seth regresando a su posición normal en la puerta aquella manija.

El no entendió como o porque reacciono de aquella manera. Como es que había reaccionado así tan de golpe o porque lo había hecho, pero apretó con fuerza la mano de Seth, reteniéndole para que no hiciera nada en contra de aquellos. Podría ser la preocupación porque le pasara algo o que no quería que pusiera peor la situación. No lo sabía, lo único que si, era que ahora apretaba con fuerza la mano de este.

Iba a abrir la puerta, entrar corriendo y dar un soberano puñetazo al primero de esos hombres que se le pusiera por delante. Como siempre, su plan era improvisar, dejarse llevar por los impulsos que le diera su cabeza en situación de riesgo.
Lo normal. De no ser porque sobre su mano fue a parar otra, reponiéndole el manillar tal y como estaba. El peligris abrió un poco más sus ojos girándose al moreno.
-Te... ¡Terrance, suelta! -Acabó exclamando- ¡¡Se merecen un par de hostias, nos necesitan!!
El chico apretaba la mano en la suya, notando unos golpes fuertes en el pecho. Aún así, no se podía quedar mirando. Apretó sus dientes con impotencia y le miro.
-¿Que pretendes que haga, Terry?

No lo entendió, simplemente por más vueltas que se dio a si mismo no pudo comprender el cómo su mano solo ejerció más fuerza y lo aparto de la puerta como si su vida dependiera de ello.

”No vayas…” Le pidió en un tono de voz que ni él supo cómo demonios le salió. Sus ojos se centraron en Seth, pensando en que hace unos momentos estaban completamente cómodos y después, cuando se paró la música en cierto momento –seguía negándose que estuvieran a punto de besarse.- todo se convirtió en un caos.

Su mente daba demasiadas vueltas intentando llegar a una conclusión rápida de porque lo había hecho, pero ya, demonios, lo había hecho y tenía la mano de Seth atrapada con la suya y lanzándole una mirada de suplica que él no se dio cuenta a qué horas había salido o ni siquiera se dio cuenta de que la estaba poniendo, mas bien.

Trago duro y después de intentar que su voz se modulara, le hablo fuerte y conciso.

“¿Acaso eres idiota? ¿Quieres ir y que te den un tiro a ti también?... no Raven. No vas así deba de amarrarte aquí mismo con la disque capa o lo que sea que traes de tu disfraz. Tú te quedas aquí y nada de estarse quejando.” Intento que su voz sonara determinada ante la figura del otro y no se oyera muy desesperada en su momento, más bien quería ser imperativo.

Tomó unos segundos para sí. Silencio entre ambos que se quedaba también en sus adentros, sin siquiera poder escuchar sus propios órganos en funcionamiento, siquiera la respiración salir de su nariz con velocidad.
Fue un corto tiempo en el que se alargaron cada porción minúscula del reloj, momentos en los que Seth dio un rápido parpadeo creyéndose haber quedado sordo.
La mano contraria lo separó del pomo, y quedándose en sus dedos aún la forma del hierro.
La voz de Terrance había sonado por unos momentos quebrada, y no pudo evitar sino sentir que algo le comprimía el cuello con una extraña fuerza.
Por mucho que le fuera a negar, al menos el peliplateado sintió por parte del moreno preocupación, o incluso, miedo.
Intentó encontrar respuesta en la mirada contraria, que simplemente brillaba con un tono cristalino digno de la artesanía de Murano.
Inconscientemente, Seth apretó un poco la mano contraria, cerrando los ojos y, tras llevarse la mano libre a una de sus sienes, respirar profundo.

Y paso. Los alumnos fueron capturados, la batalla se hizo llamar en nada. Soldados cayendo, alumnos heridos y los profesores peleando también por salvar a los que podían. Se miro perfectamente cómo se llevaban a algunos alumnos desconocidos y conocidos para ellos, como Derek, el estaba entre los que se estaban secuestrando.

“Demonios…” Susurro con cierta impotencia. Se sentía un cobarde por no entrar, pero si lo hacia Seth también entraría con él y sería peor aun. Tan solo sintió como su mano era apretada por el otro aunque la suya estuviera aflojándose ya. Todo eso demasiado. Pero asi como comenzó termino. Varios chicos habían sido los que secuestraron mientras ellos permanecían en silencio como testigos.

“¿Quiénes…fueron?” Pregunto casi sin voz volteando a ver a Seth, aun sintiendo la calidez de su mano.

Entreabrió sus ojos despacio, mirando tan solo su mano entrelazada en la otra. Era todo extraño, demasiado caótico para su alrededor, pero más, el ruido que podía escucharse más adentro de sí mismo.
Sus dedos se enredaron en unos mechones intentando alejar el desorden de sus pensamientos.
No había comido nada en mal estado, no había ido a la fiesta enfermo...
¿entonces?
"cállate, cállate... ¡¡cállate!!" Le clamaron sus pensamientos a todo aquello que quería explotar dentro.
La voz de Terry le alejó de todo aquello, tomando un respiro ahogado antes de verle, mirar al interior de la escuela y, finalmente, un helicóptero que se elevaba a lo lejos con su característico ruido.
-...No lo sé... -Contestó en un susurro mirando la sombra en la noche- Sólo sé... que esto no es bueno...

Cuando paso todo, sintió como si su pecho se retorciera por completo, haciéndole sentir de muchas maneras en las que ninguna era algo buena. Sentía un pesar en el al ver como los chicos estaban ahora con los profesores intentando ayudarse los unos a los otros con los profesores de back up. Apenas y se dio cuenta de que su mano estaba capturada aun por la de Seth. Claro, hasta que este hablo.

Lo cálida que era esa mano le recorrió cada uno de sus músculos hasta llegar a su pecho, haciéndole sentir como si le cosquillara el interior con fuerza. No entendió como pero su rostro comenzó a tomar un color más oscuro, llegando a uno rojizo. Desvió rápidamente la mirada y separo la mano de la de Seth un tanto incomodo.

“Ahora sí, creo que debemos de entrar.” Le dice dándole casi la nuca, pues no quería que le mirara la cara en esos segundos. “Hay que saber qué es lo que paso…y ayudar en lo que podamos.” Termino susurrando, llevándose la mano con la que había tomado a Seth, un poco escondida.