Knowing the park... [priv. Jace]

Nuevamente se encontraba recorriendo los alrededores de la academia, estaba deseosa de conocer aquella ciudad y todo lo que la componía, notaba que se encontraba bastante desarrollada en cuanto a tecnología se refería, pero aún así seguía conservando lugares verdes y rupestres como lo era aquel parque al que había llegado por casualidad.
En realidad había salido a caminar sin un rumbo fijo, llevando con ella un pequeño mapa de la ciudad y estando dispuesta a preguntar en caso de perderse, después de todo como último de los recursos podría tomar un taxi ya que el dinero no era problema para ella.
Ese día se había puesto un vestido largo color blanco con unas botas color beige y un abrigo del mismo color que parecía hacerle juego, se había hecho una coleta en el centro con una cinta blanca, pero dejando muchos mechones de largo cabello celeste escapar por debajo de él y danzar con cada pequeña brisa que soplaba durante su caminata.
Rodeando el parque observó la naturaleza que en él se imponía hasta que al final logró dar con la entrada e ingresó al lugar con una pequeña sonrisa en su rostro, colocando sus manos detrás de su cintura dio algunos pasos que casi parecían una pequeña danza mientras ladeaba la orilla del pequeño lago que allí había.
-Es un lugar hermoso… sin lugar a dudas…
Se quedó unos instantes viendo su reflejo en el agua cristalina del lago mientras se veía sujetar con una mano el pequeño bolsito blanco que traía colgado de un hombro, la brisa sacudía levemente su cabello y eso la hacía sentirse bien, el viento era su compañía y a él pertenecía, después de todo parecía como si la hubiese seguido desde pequeña, aunque ella no se hubiese percatado de ello.
-Creo que vendré por aquí más seguido…
Se quedó unos segundos pensativa observando a unos niños jugar a las lejanías, del otro lado del lago, sus ojos se perdieron en aquella visión por unos segundos mientras algunos recuerdos pasaban por su mente, de repente había recordado a su fallecida madre jugando con ella cuando tenía esa edad y la nostalgia la había invadido de repente; logrando que se olvidase del mundo en el cual se encontraba.
De pronto Katia volvió a la realidad cuando sintió que algo chocaba con ella con fuerza y en una de sus piernas, logrando que por el susto o por estar desprevenida tal vez, perdiera su equilibrio y comenzara a caer hacia adelante, directo al agua. El enorme perro que la había chocado, corría de forma feliz sin inmutarse de su hecho y ella solo pudo esperarse caer al agua y terminar empapada de pies a cabeza sin remedio alguno, a no ser que alguien tirara de ella mínimamente para restablecer su equilibrio perdido; en ese momento ni siquiera se le ocurrió crear una brisa para evitarlo, solo vio como el agua se acercaba cada vez mas y mas.

Jace caminaba con un rostro serio y sereno. Los sentimientos de la gente solían perturbarlo, así que andaba apático como de costumbre. No es que le gustará ser un amargado de primera… pero ya se había acostumbrado a ser de esa forma, desde muy joven se obligó a ser de esa manera. No podía culpar a su padre y a las horas que este pasaba con prostitutas cualquieras, pero… ¡al carajo! ¡Sí! Gran parte de su actitud estoica era por culpa de su padre. Miró a la gente por encima del hombro, sintiéndose abrumado, caminó por las calles hasta toparse con el parque. Sonrió un poco cuando vio como los arboles se mecían con la dirección de viento. Era agradable ver los arboles dorados por culpa del otoño y sentirse tan relajado, porque graciosamente el parque no estaba muy transitado. Tropezó levemente con una piedra, y bufo mientras la pateaba. Miró la piedra de reojo y sin tener nada que hacer se puso a seguirla y a patearla, no fue hasta que la piedra voló lo considerablemente alto como para que este levantara la cabeza y se encontrara con una escena bastante peculiar. Un pequeño lago se atravesaba a lo ancho de parque, pero eso no fue lo que llamó su atención… fue más bien una chica de una larga cabellera azul que estaba a punto de irse de boca con dirección al río. Jace se debatió en correr y tratar de agarrarla antes de que esta cayera o dejarla caer y pasarse de largo. Frunció el ceño y sacudió la cabeza mientras se ponía en dirección a la chica peliazul. Definitivamente no iba a correr y desgastarse para atraparla… a fin de cuentas no la iba a alcanzar, así que con calma caminó y contempló en primera fila como la chica se empapaba toda al caer en el lago. Jace se rió por lo bajo y cuando por fin llegó a la orilla, silbó por lo bajo.

—Mala suerte “chica camisetas mojadas” —apuntó al vestido de la chica que al ser blanco y estar mojado, se le transparentaba su sostén. Se rió de lado y después le tendió la mano— anda, que no pienso quedarme aquí todo el día contemplándote… aunque no suela tan mala idea.

Dejó su mano estirada, con una extraña sonrisa torcida dibujada en su rostro.

Finalmente sucedió, Katia cayó a las aguas frías del lago empapándose por completo mientras las gruesas gotas volaban a su alrededor espantando a las aves que nadaban pacíficamente. Había caído sentada ya que se había dado vuelta intentando no golpearse el rostro en el proceso de caída, por lo que su larga cabellera le había cubierto la visión parcialmente mientras un frio congelante recorría todo su cuerpo.
-Cielos…-dijo aun sentada en el agua-
Luego de dejar escapar un largo suspiro, escuchó como alguien silbaba y quitándose un poco los cabellos de la cara alzó la vista para encontrarse a un chico de ojos verdes que la miraba con una expresión bastante extraña, mientras la llamaba “chica camisetas mojadas”, ella solo lo miró alzando las cejas con sorpresa mientras él decía que no estaría allí todo el día para luego extender su mano, mientras observaba algo que no era precisamente su rostro.
-Ammm… yo…
Bajó su mirada en dirección hacia donde el chico miraba atentamente para luego sentir como sus mejillas hervían al descubrir que su abrigo se había abierto con el movimiento y el blanco vestido mojado dejaba ver a través de él, el sostén que llevaba puesto.
-¡Hay no!... eso es...
Rápidamente se cerró el abrigo mientras se avergonzaba aún más de que sea un chico quien la hubiera visto, y acomodándose un poco el cabello estiró su brazo para tomar la mano de él, que aún seguía tendida frente a su rostro, sin poder evitar que su cuerpo temblara levemente tal vez por el frio, tal vez por la vergüenza que sintió en ese momento.
-Amm… gracias…-dijo sujetando su mano suavemente-
Aferrándose con un poco de más fuerza a la mano de aquel desconocido se estiró para comenzar a levantarse sin poder mirarlo directamente a los ojos, puesto que sabía que si lo hacía el sonrojo en sus mejillas aumentaría, nunca le había pasado algo como eso y le terminaba pasando frente a un extraño…
(D20=12+1=13)
Agarró un poco más la mano del chico y comenzó a levantarse, cuando ya parecia que iba a lograr levantarse sin inconveniente alguno, sintió como una piedrita pequeña se atravesaba caprichosamente debajo de su pie girando y logrando que perdiera el equilibrio, por supuesto al estar sujetando la mano de aquel extraño no pudo evitar llevárselo consigo en una nueva caída, en la que vergonzosamente esperaba que el chico no se hubiese visto muy afectado y en los mejores de los casos que no se enojase con ella; aunque claro, despues de lo sucedido y por lógica pura, lo más esperable sería aguantarse unos cuantos gritos de su parte.
-¡Lo siento, lo siento, lo siento!
Exclamó aquella disculpa de forma rápida y enérgica mientras apretaba los ojos fuertmente, sintiendo nuevamente debajo de ella el frio de aquellas aguas cristalinas.

Jace arrugó el rostro cuando la chica le había tomado la mano, siempre había podido percibir a distancia los sentimientos ajenos, pero cuando tocaba a alguien es cuando lo sentía con más fuerza. Jaló a la chica para sacarla de ahí y poderla soltar pero cuál fue su sorpresa cuando está había vuelto a tropezar y se lo había llevado a él también a caer al lago.


Jace abrió los ojos desconcertado y se vio sobre la chica, los dos mojados viéndose las caras a pocos centímetros de distancia. La situación era graciosa en sí y a la vez bastante comprometedora… cualquiera que pasará al lado pensaría en una de esas dos opciones, pero para Jace era una situación completamente desagradable. Vio a la chica con mucho rencor, pero se quedó ahí encima de ella.

—Mira chiquilla, si lo que querías es que te llevara a la cama, sólo necesitabas pedírmelo con una sonrisa y algunos ojitos coquetones. No necesitabas jalarme para pegarme a tu cuerpo mojado —Jace se acercó más a ella para que esta pudiera percibir su aliento. Ciertamente la pena de la chica lo estaba agobiando y mejor decidió alejarse de ella. Se puso de pie y se estremeció con el aire frio.


Le dio la espalda a la chica y está vez no la ayudo a levantarse, que lo hiciera ella sola por tonta. Jace se quitó su abrigo y lo exprimió a la orilla del río. No vio lo que la chica hacía y la verdad es que no podía importarle menos, si en momentos anteriores había pensado que era antojable con el vestidito blanco mojado… ahora pensaba que la chica no era más que una idiota. Metió su mano al bolso de su pantalón y sacó su teléfono celular mojado. Levantó una ceja y se lo mostró a la chica de cabellos azules con una expresión nada amigable.

—¿Sabes…? Me gustaba mi celular —ladeó su cabeza y frunció los labios—. Pero supongo que eso ya no importa porque ahora está muerto.

Sintiendo como el agua fría rodeaba sus manos sumergidas, abrió los ojos lentamente para sorprenderse al encontrar el rostro de aquel chico tan cercano al suyo, realmente estaban en una extraña posición en la que cualquiera podría hacerse una mala idea, pero eso no era lo más importante en ese momento, sino más bien que por su culpa el ojiverde parecía haberse mojado también. Enseguida pudo notar la rabia en los ojos del chico y aunque no le gustase aquella idea, el tenia después de todo, el derecho a enojarse todo lo que quisiese.
Frunció levemente el ceño al escuchar las groserías que el chico decía, nunca nadie le había hablado de esa forma y esto la molesto un poco, pero solo se quedo allí sintiendo el aliento de el cada vez más cerca de su rostro hasta que por fin el chico se retiro de encima de ella.
-T-Te equivocas, yo no haría eso… y jamás buscaría eso… con un extraño… de esa forma…
Dejo escapar un leve suspiro mientras observaba como el escurría su abrigo, ella podría secarlo fácilmente utilizando su poder, tanto a él como a ella, pero eso sería revelarse ella misma y dejar al descubierto sus habilidades, y claro, no había tenido buenas experiencias en su vida con respecto a aquellas revelaciones.
Colocando ambas manos detrás de si se levanto lentamente para después escurrir un poco su ropa “No debí haber tomado su mano…” pensaba moviendo la cabeza levemente para después dejar escapar un leve suspiro y comenzar a enrollar su cabello suavemente para quitarle el agua con suma delicadeza. Apenas comenzó a escurrir su larga cabellera escuchó como el ojiverde decía algo más y al alzar su vista vio como la miraba con una clara expresión de enojo mientras levantaba su celular en una mano diciendo que le gustaba pero que ya no servía, y claro la culpa era toda suya.
-Realmente lo siento… no lo hice apropósito…-se acerco unos pasos a él y lo miro fijamente por unos segundos para después bajar la mirada-… aun así te agradezco que me hayas tendido tu mano… sé que esto es mi culpa pero desgraciadamente… no puedo volver el tiempo atrás.
Apretó un poco el cabello entre sus manos, lo que menos quería era molestar, ella solo quería ayudar a las personas, le gustaba hacer aquello y las peleas no le agradaban para nada, quería evitarlas, ser pacifista y diplomática eran algunas de sus mejores características.
-¿Hay algo que pueda hacer para compensar esto?-levanto la vista y observo el celular en la mano del chico-… tal vez si lo dejas secar funcione… sino…-levanto su mirada hacia él con decisión-… te lo repondré… en verdad… hay un centro comercial por aquí cerca…
Dicho esto empujo su cabello para que resbalase por su hombro hasta quedar de nuevo sobre su espalada y mientras esperaba la respuesta de aquel desconocido arreglo un poco su flequillo y sus pequeños mechones sobre sus hombros, a veces solía jugar con su cabello pero en ese momento se encontraba mas frio de lo normal, además de que la brisa fresca del ambiente parecía colarse entre sus ropas logrando que su cuerpo temblara levemente, intentando ignora esto espero la respuesta decidida a reparar su error, aunque no fuese tan grave, pero aun así ella quería hacerlo.

Se burló internamente de las palabras ofendidas que la chica demostró, pero no les tomó mucha importancia. Volvió la vista a su móvil y arrugó el ceño. Estuvo a punto de decirle alguna grosería a la chiquilla de cabellos azules, pero se contuvo… después de todo no era más que una niña que no merecía sus atenciones o su desgaste.

—Supongo que si puedes compensarme —pasó su mirada por el cuerpo mojado de la chica y sonrió de lado por la idea de intentar hacerla suya y que así pudiera “compensarle”, pero… la verdad es que no sabía si una chiquilla como esa merecía sus muy buenas habilidades como amante. Bufó molesto y regresó la vista al celular— Y eso de esperar a que se seque… creo que no tengo todo el día para ver a que fregada hora se seca esta cosa —sacudió el celular y la escuchó decirle lo del centro comercial— ¿Qué tiene que por aquí haya un centro comercial? ¿Qué? ¿Tienes pensado invitarme un helado para disculparte o es que tienes suficiente dinero para pagarme uno nuevo?

La chica estaba nerviosa e intimidada, eso Jace bien que lo sabía. Jugueteaba con su largo y sedoso cabello, y la ropa se movía conforme el viento. Era guapa, cierto, pero parecía demasiado niña y se notaba que no podría seguirle el ritmo en la cama. Jace bufó y se quitó el saco y la camisa mojados para mostrar su duro y torneado abdomen sin importarle el frio del ambiente o que la chica lo mirara. Su piel se estremeció con el frio, pero era eso o enfermarse. “Maldita sea mi suerte”

Casi sin darse cuenta terminó por frotarse ambos brazos ella misma mientras esperaba la respuesta del ojiverde, el frío estaba logrando que su cuerpo temblase cada vez más pero ella no quería que esto se volviese notorio. Segundos después el chico dijo que si podría compensarlo, pero la forma en que la miraba como si recorriera su cuerpo logro que sus mejillas tomaran un leve tono rosado, solo el sabia que estaría pasando por su cabeza en aquel momento pero por la forma en que la veía, ella de alguna extraña manera parecía poder presentirlo. Además de esto el castaño no parecía estar dispuesto a esperar que el celular se secase para saber si funcionaba, añadiendo por ultimo un comentario irónico ante el cual Katia solo levantó las cejas por unos segundos para después de dejar escapar un leve suspiro frunciendo levemente el ceño, frotándose un poco más los brazos mientras le hablaba al desconocido.
-Amm si puedo pagarte uno nuevo si estas tan apurado…-desviando la mirada mientras cerraba un poco su abrigo-… solo acompáñame hasta allá, o tal vez mejor mas tarde… creo que no deberíamos permanecer más tiempo así…
De reojo notó que el chico hacia algunos movimientos y cuando volvió a mirarlo se dio cuenta de que se había quitado todas las prendas superiores y su pecho estaba al descubierto, ante esto no pudo evitar sonrojarse de golpe para después girarse con un movimiento rápido en dirección hacia el lago que aun tenía en frente.
-S-Supongo que tienes tanto frio como yo…-colocando algo de cabello detrás de su oreja-… lo mejor será encontrarnos luego y así… tendré todo preparado…
Bajando la mirada observó la punta de su vestido, aún caían algunas gotas de él como si de un día lluvioso se tratase, realmente estaba resintiendo el frío y el hecho de que su abrigo estuviese mojado no ayudaba en lo más mínimo. Un silencio algo incómodo se hizo presente, pero aún así el cantar de algunos pajarillos invadía el ambiente con sus alegres canciones, llevando paz al resto del lugar mientras los arboles se mecían suavemente siendo acunados por la fresca brisa otoñal; dejando cualquier situación incómoda de lado, aquel lugar era un espacio verde realmente pacífico y reconfortante.

Jace sonrió con sarcasmo cuando la chica había reparado en que él se moría de frio. ¡Con un maldito carajo, como odiaba el frio! Jace agarró su chaqueta y comenzó a sacudirla en un intento porque está se secara un poco.


—¡Maldita sea! Esta idiotez está empapada —Volvió la vista a la peliazul— Tú… —no sabía su nombre— niña, dime ¿cómo demonios quieres que me vaya? Yo sé que muchos mueren por ver mi cuerpo… no dudo que tú seas una de esas personas. Pero si me voy caminando así me congelare y si me pongo la chaqueta mojada me enfermare ¿y sabes algo? el día de hoy no tengo ganas de contraer pulmonía. ¡Muchas gracias!


Ya lo del celular pasaba a segundo término, lo más importante ahora era el estúpido frio y el asunto de estar empapado.


—¿¡Cómo se supone que llegare a Crusaders así!? —renegó con la pregunta al aire y volvió a sacudir su saco.

Observando el lago se quedo durante unos segundos hasta que escuchó como el castaño seguía maldiciendo mientras oía como parecía estar sacudiendo algo, se giró hacia él nuevamente intentando ignorar que estaba semidesnudo cuando él la llamo con nada de amabilidad para reclamarle que no podría irse así ya que no quería pescar una pulmonía, pero agregando frases que a Katia solo le resultaban innecesarias y propias de alguien que realmente tenía un gran ego.
-Tal vez muchos quieran ver tu cuerpo…-frunciendo el seño-… pero a mí no me incluyas…-desviando la mirada-… y si vamos al caso tu no serás el único en enfermarte…-dejando escapar un leve suspiro-
Se quedo pensando unos segundos, pareciera como si aquel desconocido buscase irritarla, pero ella no era así, siempre había sido una persona pacífica y que buscaba el bien común, no debía dejarse llevar por sus groserías y debía mejor dedicarse a pensar en cómo solucionar ese percance. De pronto escuchó salir aquella palabra de la boca del castaño “Crusaders” ¿aquel chico residía allí también? Si fuese así seguramente tendría poderes como ella… si ese fuera el caso, no temería tanto descubrirse ante él, después de todo, esa sería la única solución inmediata al problema.
-Tu… ¿estudias en Crusaders?-pregunto levantando levemente la cejas mientras lo miraba con detenimiento-… tu eres…
Se quedó viéndolo casi fijamente como si intentase descubrir que tipo de habilidad poseía, a simple vista se veía como un chico gruñón más, pero ella sabía a la perfección que los poderes pueden ser ocultados sin mucho problema, aunque para algunas personas más que para otras.
-Mi nombre es Katia…-dijo al fin, sonriendo levemente-… y tu ¿quién eres?
De alguna extraña forma decidió que era mejor presentarse, después de todo, ya sea que aquel ojiverde estudiase en Crusaders o trabajase allí de lo que fuese, con sus palabras había dado a entender que allí habitaba por lo que tal vez se lo cruzaría en alguna otra ocasión, y lo que menos deseaba Katia era llevarse mal con alguien, más aún si ese alguien pudiera tener habilidades especiales como ella.

Jace estaba muy molesto, pero no pudo evitar reírse de la chica cuando dijo que ella no se incluía en la “gente que se muere por ver su cuerpo” levantó la ceja con un deje bastante engreído y siguió escuchándola.

—Pues sí, no dudo en que tú también te enfermes —claro que no dudaba que se enfermaría… después de todo parecía una chiquilla débil—, pero si tú te enfermas es por tú culpa, por no ser lo suficientemente lista como para mantener tus pies sobre la tierra… aunque supongo que yo también terminé mojado por estúpido. Ayudar a niñitas del agua es una idiotez que no volveré a hacer.

El castaño estaba siendo excesivamente grosero… ¡pero era la culpa de la niña de cabellos azulados! Él odiaba tocar a la gente, odiaba el frio… y por quererla ayudar, se había ganado un baño gratis… un baño que realmente no deseaba. Después de su rabieta y de renegar en cómo iba a llegar a Crusaders, fue que la cosa cambió, la chica lo vio fijamente y pudo sentir su curiosidad invadiéndole. Sacudió su saco una vez más y se acercó a ella con el pecho desnudo.

—Bien… Katia —dijo su nombre sonriendo levemente— soy Jace, y si sabes de Crusaders es porque tú también estudias ahí ¿cierto?

Disminuyó un poco el diámetro de su sonrisa cuando lo oyó de nuevo hablarle de forma tan hostil, al parecer el chico odiaba el agua y Katia comenzaba a preguntarse ¿Cómo haría para higienizarse? Sacudió la cabeza levemente, mientras terminaba de decidirse a hacer lo que ya estaba pensando desde hacía un rato, pero a lo que no se animaba debido a posibles represalias; aún así, no es que el castaño tuviese el mejor carácter del mundo, pero si le quitase el agua y lo secase al menos ya no tendría más razón para protestar que su celular, sobre el cual ella conservaba la esperanza de que volviese a funcionar luego de secarse.
Lo observó sacudir su abrigo una vez más y luego acercarse a ella sin cubrirse, provocando que involuntariamente retrocediera un paso mientras su cuerpo temblaba un poco más. Notó como sonreía levemente mientras la llamaba por su nombre para después presentarse dejando el suyo y solo pudo observarlo con algo de sorpresa durante unos segundos ¿acaso su actitud había cambiado? Analizó sus palabras por un momento y supo entender que aquel chico enojón era al igual que ella un alumno más de Crusaders y que por lo tanto poseía seguramente algún tipo de poder, finalmente se decidió, lo haría por el bien de ambos, después de todo no quería ser ella responsable de que aquel ojiverde se enfermase solo por ofrecerle una mano para salir del agua.
-Amm si… también estudio allí… gusto en conocerte Jace…-sonriendo suavemente-… es un nombre muy bonito…-sonriendo un poco mas-… y en verdad… -bajando la mirada-…me disculpo nuevamente por todo esto, lo remediaré ahora mismo.-subiendo la mirada de golpe-
Un solo gesto amable había servido para que se sintiese un poco más aliviada, y el hecho de saber que era como ella le había provocado cierta empatía sin que pudiese evitarlo, intentando no intimidarse demasiado con cómo se encontraba el castaño, extendió un brazo y con una mano tomó dos de sus dedos para comenzar a caminar esperando que el hiciera lo mismo.
-Espero que ninguno de los dos se enferme…
Se giro un poco esperando la reacción del castaño, esperando que la siguiera, porque asi era mas seguro para el, después de todo lo que menos quería era lastimarlo.

Jace la vio de reojo y sin saber porque… sintió un poco de pena por la chica peliazul… debía de ser por el hecho de que se estaba dejando contagiar con los sentimientos de Katia. Suspiró resignado y un poco molesto consigo mismo por dejarse influenciar y ser tan débil.

—Ya qué… —musitó y volvió suspirar. La vio girarse y avanzó hacia ella sin comprender porque— ¿Qué… qué te pasa? — preguntó poniéndose a su lado y arrugando un poco su saco mojado… de verdad era horrible el aire frio que le hacía calarle hasta los huesos —¡Maldita sea como odio el frio!

Jace se abrazó levemente y se frotó un poco… pensó en decirle más cosas vulgares a la chica que le daba la espalda pero la pena de la pelizul le hizo sentirse un poco empático… pero sólo un poco.

Caminó unos cuantos pasos más hasta llegar a donde deseaba y allí se detuvo girándose hacia el nuevamente para mirarlo con una expresión amable. Escuchándolo exclamar una maldición una vez mas movió la cabeza lentamente y luego colocando sus manos sobre sus brazos lo empujo suavemente hasta que quedase delante de un árbol que allí estaba.
-Será mejor que te pongas la ropa… créeme…
Comenzó a caminar para alejarse unos pasos en lo que tomaba posición y le daba tiempo a Jace de colocarse la ropa que se había quitado. Llegado a su posición observó los alrededores, realmente no parecía haber nadie que pudiese resultar de testigo involuntario de su hazaña y esto la tranquilizó un poco.
-Bueno, esto tal vez sea un poco brusco si no logro controlarlo bien… -rascándose la mejilla-…por eso te puse allí, cualquier cosa te agarras del árbol… intentare secarte...
Cerró los ojos por un momento para inspirar aire lentamente y luego exhalar, levantando los brazos mientras volvía a abrir los ojos… (D20=2+1=3 X´D)
Una suave brisa comenzó a envolverla lentamente, haciendo volar su suave cabellera que en realidad estaba más pesada de lo normal, pero al parecer las condiciones no eran las mejores. Frunció el ceño forzándose un poco más, pero sentía como su cuerpo se helaba en el proceso y sol pudo temblar levemente para después dejarse caer de rodillas al piso.
-L-Lo siento Jace... no logre hacerlo... lo intentare una vez más...
Se quedó unos segundos de rodillas, de pronto se había mareado y todo parecía darle vueltas ¿que estaba pasando? no tenía idea, pero ese tipo de fallos no era algo que soliese ocurrirle a menudo, tal vez lo destemplado que su cuerpo se encontraba en ese momento hubiese podido ayudarle a fallar.

Jace se estremeció cuando Katia lo empujó contra el árbol pero lo ignoró levantando una ceja y una sonrisa divertida recorrió sus labios… algo como “Sabía que querías algo conmigo” iba a salir de esa boca, pero decidió reprimirlo por esa ocasión. Después se intrigó cuando le dijo que se pusiera la ropa, le iba a decir que estaba loca, y que no tenía porque ordenarle nada… pero se contuvo y se la puso, a fin de cuentas había decidido hacer las paces con ella por el simple hecho de ser alumna de Crusaders. La chica habló un poco nerviosa y Jace levantó una ceja aún más intrigado ¿acaso iba a usar sus poderes?

—¿Qué? ¿Agarrarme del árbol? ¿Secarme? —preguntó confuso pero una vez que guardó silencio vio como la chica cerraba los ojos y la sentía concentrándose “Esto será divertido” pensó cuando vio una suave brisa envolver a la chica peliazul. La chica parecía estar frustrada y sus cuerpo tembló ligeramente… era obvio que las cosas no estaban saliendo como ella quería que salieran… y que callera al suelo de rodillas fue lo que dio la razón.

(Tiro dado 15 + 1 fuerza =16)

—No, no lo intentes… es obvio que en este momento no estás en condiciones de usar tu poder. Me imagino que intentaste secarme con aire ¿No es así? —se carcajeó un poco y negó con la cabeza— Digamos que me veo tan sexy mojado que no pudiste evitar desear que siguiera así —Jace se arrodilló frente a ella y le sopló el flequillo mojado para verla a los ojos—. Supongo que por esta vez tendré que hacer yo algo por ti… pero la próxima vez te toca a ti —dijo con su característica sonrisa de lado y se puso de cuclillas delante de ella— ¡Anda! ¡Trépate que no te voy a esperar todo el día! —Jace la vio por encima del hombro y no esperó ni un segundo a que ella reaccionara. Agarró sus manos y la obligó a rodearle el cuello para cargarle... de hecho le fue muy fácil cargarla. Una vez bien sujetada se estremeció por los sentimientos de ella… apretó los dientes y con el ceño fruncido empezó a caminar al colegio donde estudiaban—. Crusaders… ahí te van dos idiotas mojados —musitó entre dientes.

Se sentó en el suelo esperando que esa sensación de que todo daba vueltas se pasase pronto, no le gustaba sentirse así, había intentado ayudar a Jace y no había podido hacer nada; solo podía sentirse culpable por ello, pero por eso justamente estaba más que dispuesta a volverlo a intentar, una vez más.
Estaba a punto de ponerse de pie para volver a intentarlo cuando escuchó como el castaño le decía que no lo hiciera ya que era obvio que no se encontraba en condiciones en ese momento.
-Pero…
Solo se quedó viendo el piso por unos segundos para asentir con la cabeza cuando él le preguntaba si había intentado secarlo con viento, para luego escuchar como parecía reír un poco y después escucharlo decir que se veía muy sexy mojado y que por esa razón no lo había podido secar.
-¿Qué cosa?
Levanto la cabeza buscando al chico con la mirada mientras algunos cabellos celestes caían por su rostro tapando casi la mitad de este. Lo vio arrodillarse frente a ella y solo pudo observarlo en silencio para después sentir como le soplaba el rostro despejando un poco su visión, dejándole ver el verde de sus ojos, mientras su cuerpo temblaba un poco; por alguna razón el ambiente se le volvía más y más helado.
-Sí… solo dime… se que fue mi culpa…
Se quedó viéndolo unos segundos más en silencio, estaba bastante mareada y esto la traía algo confundida, lo escucho decir que se diera prisa en trepar ya que no la esperaría todo el día mientras se giraba dándole la espalda. “¿Quiere que me suba a su espalda?” pensó frunciendo el ceño levemente, pero antes de que pudiese siquiera intentar cualquier movimiento sintió como él la tomaba de las manos para atraerla hacia sí, llevando a que sus brazos le rodearan el cuello.
-¿Que…?
No pudo evitar sentirse algo sorprendida y apenada a la vez, cuantas molestias le había causado a aquel chico que apenas acababa de conocer y ni siquiera había sido capaz de secarlo correctamente. Sintió como el chico comenzaba a caminar mientras decía que dos idiotas iban hacia Crusaders y no pudo evitar dejar escapar una pequeña risita.
-Si lo soy… soy una idiota…
Levantó un poco la vista para observar los alrededores mientras la brisa jugueteaba con unas hojas color cobre que paseaban animosamente por el suelo viajando junto con algunas plumas de pajarillos que por ahí habitaban.
-Se ve muy bien todo desde aquí arriba… ser alto debe ser bueno…
De pronto un viento frío sopló helando su cuerpo y provocando que se aferrara un poco más al chico, pero dando se cuenta de esto inmediatamente volvió a alejarse lo más que pudo, sintiéndose bastante apenada, al parecer aún seguía algo mareada.
-Disculpa… y disculpa por lo otro también… Jace… al final terminaste cargándome, pero… ¿hasta Crusaders?... será muy cansado para ti y antes… no querías ir así…-inclinándose un poco como si buscase ver su rostro-… creo que puedo caminar sola…
¿Qué estaba haciendo? Permitir que un extraño la llevase era eso, extraño, pero no era la primera vez que le sucedía y esto de alguna forma le resultaba gracioso; no pudo evitar recordar aquella ocasión en el centro comercial durante unos segundos y sonreír suavemente mientras esperaba alguna respuesta por parte del castaño.

Jace sonrió cuando la chica dijo exasperadamente que lo sucedido había sido su culpa… y obvio que así había sido, pero se había enfadado de reclamar por ese momento. Cuando la cargó y caminó con ella sobre su espalda se sintió… ¿apenado? Cuando se dio cuenta de ese hecho… se molestó considerablemente y frunció el ceño. ¿Por qué no podía ser dueño de sus propias emociones y sentimientos? Cuando la chica le contagió su sonrisa cuando dijo que igual, ella era un idiota… Jace no supo si reírse a su lado o arrojarla y gritarle hasta la muerte. Su humor era tan volátil y voluble… se recordó a sí mismo en la chica loca de cabellos negros. Bufó molesto una vez más, en parte por todo lo que cruzaba por su cabeza… en parte por el frio viento que le azotaba… estaba a punto de mentarle en la madre a Katia… pero se detuvo cuando la escuchó disculparse. Jace se detuvo un momento y cerró los ojos para tratar de encontrar su propio sentir sobre esa avalancha de emociones. Fue como apagar cada uno de sus sentidos… mientras su pecho subía y bajaba rápidamente. De golpe abrió los ojos y siguió caminando.

—Estás débil… vi como casi te das de bruces en la cara contra el suelo… además el día de hoy te he visto caer 3 veces ¿No has considerado ir a checar tu equilibrio? ¡Cielos! ¡Eres la mujer más patosa que conozco! —chaqueó la lengua en una media sonrisa y con el ceño aún fruncido… decidió seguir caminando hasta Crusaders.

Notó como el castaño detenía su paso para quedarse inmóvil durante unos segundos y solo lo observó levantando un poco las cejas, escuchando como parecía respirar de forma algo acelerada. Después el chico volvió a repetir que se encontraba débil y casi a reclamarle que se cayera al suelo, hasta contando las veces que había sucedido, ella solo frunció el ceño casi dibujando en sus labios un leve puchero.
-¡No soy patosa!… simplemente un perro me empujo y perdí el equilibrio, a cualquiera le puede pasar eso… no creo tener nada malo, después… solo me sentí mareada.
Luego de borrar su pequeño puchero, se quedo un rato en silencio observando el suelo pasar lentamente debajo de sus pies, parecía que ya se sentía mejor y el mareo comenzaba disiparse lentamente, al notarlo sonrió levemente, no quería causarle problemas al chico y más que eso quería volver a intentar hacer lo que no había podido hacer.
-Creo que ya estoy bien… déjame intentarlo una vez más… no quiero resultar una molestia para ti, bájame y busquemos un lugar donde no haya nadie…
Dicho esto extendió una mano hasta la frente del castaño posándola suavemente sobre esta para sentir su temperatura, el ambiente estaba realmente frío y esto a la preocupaba un poco más.
-Si te enfermas me veré en obligación de cuidar de ti… y no creo que quieras volver a verme…
Dicho esto retiró la mano, aun no parecía tener una temperatura fuera de lo normal, sino que más bien estaba más frio que lo normal, al igual que ella, en aquel momento la brisa fresca parecía soplar imponente sobre el lugar, enfriando lo que encontrase a su paso, y claro, solo el hecho de estar mojados de pies a cabeza era lo que lo empeoraba mas, si esto no fuese así, las cosas serían diferentes.

Jace se rió levemente de la queja de la chica y rodó los ojos. ¡Claro que era patosa! Era eso o tenía la peor suerte del mundo. Jace se detuvo con la última petición de la chica y la dejó bajar ya que tanto insistía. “Mejor… así no tengo que tocarla” una vez en el suelo la vio con curiosidad mientras sentía como la chica estaba un poco más tranquila, quizás y ya no estaba tan mareada como en momentos anteriores.

—Pues, yo creo que ya me molestaste lo suficiente por un día… no creo que pueda fastidiarme má…..s—musitó hasta que ella extendió su mano para colocarla en su frente. Jace frunció el ceño por esa acción, que para ser francos le sorprendió y sintió la preocupación de ella como si fuera propia. —Ya tranquila… estaré bien, no necesito de nadie que me cuide. Nunca he necesitado de nadie —sonrió de lado y sacudió levemente la cabeza haciéndose para atrás— Tienes razón… no quiero volver a verte.

Jace se estremeció cuando Katia le retiró la mano de la frente y suspiró levemente aliviado. Jace no tocaba a menos que fuera por lujuria, solo por eso y nada más que por eso. Se abrazó levemente a si mismo y se frotó los brazos para darse calor. El frio era uno de sus peores enemigos y si Katia podía hacer algo para cambiar la situación, sin dudas la aceptaría.

—Bien, dale. Intentalo.

Escuchó una nueva queja por parte del castaño y solo pudo quedarse en silencio, no diría nada ya que el realmente parecía estar de mal humor, o quizás realmente fuese así su carácter, pero ella sabía perfectamente que no era quién para juzgar nada.
Después solo pudo sentirse un poco más aliviada al escucharle decir que estaría bien, parecía ser realmente una persona fuerte y tal vez ese carácter que tenía lo ayudaba en su fortaleza, aunque tal vez su forma de ser fuese producto de esa misma realidad, ella no lo podía saber, pero solo pudo sonreír sinceramente hacia el chico de ojos verdes; aunque ella misma a veces buscase un momento de soledad y tranquilidad sabía bien que en ciertos momentos de la vida es necesario tal vez tener algún tipo de compañía, y que la soledad en aquellos momentos servía para endurecer a algunas personas.
-Veo que eres muy fuerte, eso es bueno… pero no niegues la compañía de alguien… cuando la necesites…
Sonrió una vez más para después alejarse unos pasos del castaño y posicionarse nuevamente, intentando averiguar si sería capaz de lograrlo esta vez, y aunque no estaba muy segura, eso era lo que esperaba; más aun viendo como el ojiverde se abrazaba a si mismo mientras su cuerpo temblaba levemente.
-Lo haré…
(D20=14+1=15) Girándose hacia el volvió a observar los alrededores y cuando comprobó que realmente se encontraban solos allí, cerró los ojos para concentrarse mientras respiraba tranquilamente levantando ambos brazos de forma suave. Enseguida unas cuantas hojas color cobre comenzaron a elevarse a su alrededor y una fuerte brisa apareció casi de la nada para comenzar a girar alrededor de ella, llevando consigo pequeñas hojas y plumitas de las aves que por allí cerca habitaban, para mover su largo cabello casi como si danzara con ellas.
-Ahora... prepárate...
Susurró aquellas palabras al chico mientras abría los ojos para mirarlo fijamente y en ese momento la fuerte brisa se dirigió hacia el, rodeándolo, atravesándolo, provocando que su ropa y su cabello volaran notoriamente, pero aun así pudo mantenerlo controlado para que la fuerza de viento no fuera excesiva e hiciese solo lo necesario.
Unos segundos después bajo los brazos mientras el viento disminuía aun observando al castaño, notando como ahora el estaba completamente seco, dibujando una amplia sonriso en su rostro al darse cuenta que esta vez había logrado su cometido.
-Ya esta, ¿te sientes bien?-acercándose a él para comprobar que todo estuviese seco-... por cierto, no me has dicho cual es tu poder...-levantando levemente las cejas-... aunque si no quieres hacerlo esta bien.
Retrocedió un paso mientras se acomodaba un poco el cabello empujándolo hacia atrás para después quitarse algunas plumitas blancas que habían quedado adheridas a las mangas de su abrigo, tomándolas suavemente con sus dedos mientras esperaba una respuesta por parte de chico enojón de ojos verdes.

Jace sintió que la chica peliazul sentía… ¿compasión? por su persona. Bufó levemente cruzado de brazos. Estaba acostumbrado a ese sentimiento, todo el mundo lo sentía por otros… pero no estaba acostumbrado a que los demás lo sintieran por él. Sonrió de lado simulando no importarle.

—No es cuestión de ser fuerte o no, es cuestión de entender de que nunca habra nadie que te ayude— aseguró mientras miraba a Katia colocarse delante de él.

Vio como la chica miraba a su alrededor y después como cerraba los ojos concentrándose. “Va a usar su poder” y sus pensamientos fueron acertados. Una extraña ráfaga de viento la rodeó levantando hojas y plumas de ave del piso. La chica le aconsejó prepararse para lo cual se puso medio a la defensiva. —¿Prepararme? ¿Cómo para qué? —preguntó pero sus preguntas fueron contestadas cuando la corriente de aire le golpeó en la piel, haciendo que su pelo y su ropa papalotearan por la fuerza. Jace tuvo miedo de sentir frio con el aire que la chica obviamente le estaba arrojando… pero extrañamente no fue así. Cuando el viento cedió, Jace se contempló unos segundos y se dio cuenta de que estaba seco, completamente seco. La chica le sonreía complacida y Jace no pudo más que sonreír de lado. “Menos mal que no me sacó volando o algo por el estilo”

—Sí estoy bien —aseguró palpándose el rostro y el pecho y después frunció el ceño ligeramente con lo del tema de su poder— ¿Tan importante es saberlo? —hizo una mueca— Bueno, supongo que como me mostraste el tuyo, yo debería de revelarte el mío— Jace sacó su móvil del pantalón y lo encendió… milagrosamente el aparato prendió. Jace sonrió torcidamente y levantó una ceja— Mira… hasta suerte tienes… mi móvil funciona de nuevo— lo guardó en su pantalón y le dio la espalda a la chica para alejarse caminando. Ya que estaban los dos bien, cada uno se podía ir por su lado. Se detuvo a medio camino y volvió la cabeza al recordar que no le había contestado —¡Por cierto… mi poder es sentir todo lo que tú sientes y manipularlo a mi antojo, así que ten cuidado con volver a tirarme en agua!— le gritó y le volvió a dar la espalda para irse caminando de ahí.

Sin dudas había sido una experiencia curiosa y hasta graciosa haber conocido a Katia… la patosa chica del vestido blanco transparente. Sonrió de lado al recordarla así y siguió caminando.

Escuchó los comentarios del castaño y solo negó levemente con la cabeza mientras cerraba los ojos con una leve sonrisa, sabía que las cosas no eran así, sabía que en el mundo había tanto personas malas como buenas y que extrañamente se hacía un balance entre esto; aunque siempre hubiese personas dispuestas a dañar, también las habría dispuestas a ayudar.
-Eso no es verdad, siempre puedes encontrarte con alguien… pero nadie podrá ayudarte si te cierras en ti mismo… solo eso, si bajas un poco tus barreras… tal vez te sorprenderías Jace.
Después de que Katia pudiera realizar con éxito su maniobra el chico quedo completamente seco y ni un rastro de agua logró permanecer sobre su cuerpo, ella sonrió satisfecha con el resultado para ver como el sonreía también con aquella sonrisa torcida y algo extraña que parecía caracterizarlo, pero al menos ya no se veía tan enfadad como antes.
-Claro que es importante, no quiero que te enfermes ni nada…
Dijo aquello con una amplia sonrisa para después observar como el sacaba el celular de su pantalón y lo encendía, notando como el aparato parecía funcionar y como la expresión del castaño cambiaba ante esto, para después decir que tenía tanta suerte que hasta su celular había encendido sin problema alguno.
-Me alegro que funcionase, se ve que es resistente…
Apenas dijo esto vio como el chico se giraba para darle la espalda y comenzar a caminar, se quedo un poco sorprendida con aquella repentina reacción aunque de pronto lo vio girarse nuevamente, para que enseguida él le contestara aquella pregunta que había hecho, diciéndole que su poder era sentir todo lo que ella sentía y poder manipularlo a su antojo; agregando luego que por eso mismo debí tener cuidado con no volver a tirarle agua.
-¿Q-Que…?
Sus ojos se abrieron como platos cuando lo vio volver a emprender camino, mientras sus mejillas se teñían de un rojo claro pero muy notorio a la vez sobre su blanca piel, entreabriendo un poco sus labios mientras se llevaba ambas manos al pecho “¿Sentir lo que yo siento? ¿Es eso posible?... acaso… ¿el supo todo el tiempo lo que me estaba pasando?” un sin fin de preguntas llegaron a su mente de pronto, pero solo pudo quedarse allí quieta, observándolo marcharse durante uno largos segundos.
-M-Me siento… extraña…
Después de decir aquello dejó escapar un largo suspiro mientras bajaba los brazos lentamente, acomodándose algunos de los cabellos en el proceso, para después solo levantar una mano y moverla suavemente en señal de saludo hacia el castaño que a lo lejos se marchaba.
Girándose lentamente emprendió camino hacia el lado contrario mientras de a poco desaparecía de su rostro aquella expresión de sorpresa y el rubor que había invadido repentinamente sus mejillas, ciertamente había sido una experiencia algo extraña, tal vez complicada y hasta un poco vergonzosa conocer a aquel castaño de ojos verdes, pero no podía negar que siempre resultaba interesante conocer nuevos tipos de personas y aquel chico claramente lo era, alguien como nunca antes había tenido oportunidad de conocer.

~Se cierra post~