Reunion [priv. Mi Nyu & Mi Nam]

Mi Nyu estaba con expresión perdida en su habitación. Las cosas cada vez eran más difíciles y complicadas. El amor que sentía por Seth se le estaba saliendo de las manos, era mucho lo que el pecho le dolía… no había cosa alguna que realmente la animara. Deslizó su mano dentro de la bolsita de su vestido y sintió el parche de Ariel, al cual acarició como si fuese un gran tesoro. Resopló muchas veces tirada en su cama hasta que el teléfono de la habitación sonó, Mi Nyu se extrañó pero se imaginó que la llamada era para su compañera de habitación Aydan Richelle ya que ella jamás había recibido una llamada al teléfono del cuarto, la única persona que la llamaba era Keun Suk de vez en cuando y era a su celular a altísimas horas de la noche. Segundos después de contestar Mi Nyu se puso de pie y salió corriendo. La recepcionista le había dicho que la buscaban en la entrada Ariel y otra persona. No tenía ni idea de lo de la otra persona, pero… Ariel Rouge la buscaba. Su pecho brincó alegre y mientras corría volvió a palpar el parche que el chico pelinegro le había dado. Desde el día del baile de Halloween, Mi Nyu y Ariel no se habían visto y lo más probable es que el chico deseaba su parche de vuelta. La surcoreana corrió a toda prisa y cuando llegó a la recepción y vio a Ariel parado ahí, se detuvo y respiró agitada. No podía ni hablar de lo que le faltaba el aire, aún así dio dos pasos en dirección a su más preciado amigo pero se quedó congelada cuando vio al chico que estaba detrás de Ariel... un chico que tenía el pelo turquesa y varios piercings.

—No… imposible —Mi Nyu se quedó sin palabras, sin aire y casi, casi sin consciencia. El chico ese… se parecía a... ella.

Mi Nyu estaba congelada sin poder hablar o decir nada. Era él, el chico por el cual Mi Nyu había abandonado su hogar. Se llevó las manos a la boca en la sorpresa. Estuvo a punto de gritar y comenzar a llorar desconsoladamente, pero no podía reaccionar. La coreana pasó su vista de Ariel a su hermano y de su hermano a Ariel ¿Sin poder dar crédito a lo que sus ojos miraban? ¿Era real? ¿Si lo tocaba no se esfumaría como otras tantas veces le había pasado en sueños? ¿Sería que sus rezos por fin habían sido escuchados? ¿O era simplemente que el dolor la había consumido tanto que ya se había vuelto loca?
Mi Nyu dio tres pasos y estiró su brazo en dirección al chico de cabellos turquesas, pero se detuvo. Tuvo miedo, tuvo mucho miedo ¿Y si de verdad era un sueño? La verdad es que Mi Nyu no sabía si tendría las fuerzas para soportarlo, no después de todo lo que últimamente le estaba pasando. Se mordió el labio y regresó su vista a Ariel. ¡Es que era ilógico! ¿Qué haría Ariel con su hermano?… en dado caso de que el chico que estaba parado ahí no fuese una alucinación y sí fuese su gemelo.
La boca de la chica luchó por poder pronunciar algo, pero esta no cedía. Frustrada dio otros cuatro pasos y su mano rozó la piel del chico que era idéntico a ella. Se sentía tan real. Mordió su labio, cobró valor y terminó de estirar su mano para acariciar el rostro del chico. En cuanto percibió su calor Mi Nyu sintió un escalofrió por su columna vertebral y su corazón comenzó a bombearle incesante. Su otro brazo se estiró para tocar el otro lado de la cara del chico y por fin… Mi Nyu comenzó a llorar.

—Eres tú… —susurró entre lágrimas— eres tú, Mi Nam.

Mi Nyu se regozijo en el pecho de su hermano. En el tiempo que había vivido en Crusaders le había pasado de todo. Pensar en Seth, en Ariel, en Terry… le provocó escalofríos, pero por un momento todo se esfumó cuando escuchó a su hermano decirle al oído claramente un “Saranghae” Mi Nyu lloró más fuerte porque estaba muy débil de moral. Sólo su hermano podría decirle “te amo” ya que ella estaba sobrevaluada. Rodeó el cuerpo de su hermano con suma fuerza y estiró su cuerpo para propinarle un pequeño y casto beso en los labios.

—Yo también te amo Oppa. Bienvenido a mi vida de nuevo.

Mi Nyu quiso dejar todas las cosas que oprimían su pecho por un momento para dedicarse sólo al contacto con su hermano. Sentir el latir de su corazón, su calor y su aliento golpeándole en la cabeza fueron la mejor medicina que su corazón necesitaba en ese momento. Estaba muy ensimismada en su burbuja cuando por fin escuchó la voz de Ariel diciendo que los dejaba solos ya que tenían muchas cosas de que hablar. La coreana asintió levemente pues no podía rebatir eso ya que era verdad. Tenía años que no veía a su hermano y las preguntas debían de estar volando al aire. Mi Nyu no se separó de Mi Nam, pero escuchó los pasos de Ariel alejarse con tranquilidad.


Mi Nyu deshizó un poco el agarre y vio a Mi Nam a los ojos, mientras deslizaba una mano y volvía a acariciar su rostro.

—Has crecido mucho, Oppa. Dime ¿has comido bien? —Mi Nyu rogó y rezó porque su hermano no se diera cuenta de que la sonrisa de su hermana no era como la de antes y que inclusive sus ojos no brillaban como solían hacerlo.

Mi Nyu se separó de su hermano un poco y le llevo una mano a la mejilla. Era como un sueño ver a su gemelo delante de ella… un sueño hermoso y gratificante. Había añorado y alucinado muchas veces por ese momento, tantas veces que en verdad no creía que fuera real. “Basta Nyu, ya comprobaste que este chico de ahí es Nam… ahora lo único que debes de hacer es hacerlo sentir bien y en casa… hacerle sentir lo mucho que lo quieres y extrañaste” Mi Nyu le agarró de la mano y lo guió hacía una banca. Le hizo sentarse y ella se sentó a su lado… mucho, muy cerca, entrelazó sus dedos y le dio un rápido beso en los labios, uno muy rápido y muy suave.

—No te imaginas lo feliz que me hace tenerte a mi lado. Pero cuéntame Oppa, ¿dónde estuviste todo este tiempo? ¿Qué has hecho? —guardó silencio un momento y se mordió el labio— ¿Y por qué decidiste volver?