Existence (Libre)

¿Cuántos meses hacía que habían pasado desde la última vez que había subido a la terraza?
Cuando ingresó en Crusaders, Seth solía pasar las horas en aquella zona de la escuela. Al principio, casi todo el tiempo, luego fue yendo cuando necesitaba golpear algo, para luego pasar a ser su lugar de reposo y reflexión tras haber intercambiado golpes con alguien.
Empujó con el hombro la puerta, que se encontraba ligeramente atrancada, abriéndose paso en la noche.
La ciudad de Pieceville brillaba. Simplemente, era una visión bonita: Las ventanas más altas de los edificios se empezaban a iluminar tímidamente, apareciendo en el negro telón que ya no distinguía los perfiles de los edificios, como pequeñas ninfas, luciérnagas de la noche.
Seth tomó aire, acabando por estirarse en el suelo de la azotea y entretener su vista en el cielo de otoño bañado con estrellas.
Ahora, por fin, se veía Orión.
"Mamá, ¿cuál es esa?"
"Esa es Orión, representa un cazador. Y esta luchando con Taurus"
Suspiró un poco, dibujando una pequeña sonrisa acordándose de aquellos momentos cuando era pequeño, en los que aún arrastraba consigo su juguete preferido.
"¿Sabías que esas estrellas en verdad estamos viéndolas en el pasado?"
"No lo entiendo"
Entrecerró los ojos, pensando que tal vez, si alguien le estuviera observando desde tan lejos, podría ser que viera solo el reflejo de su pasado.
Se quejó por lo bajo, chasqueando su lengua.
-¿Desde cuando se han cambiado los turnos? -Espetó en voz alta.
"¡¿Desde cuando soy el que no sabe qué coño está pasando?!"

La noche comenzaba a caer sobre la ciudad, algunas pequeñas y lejanas estrellas comenzaban a asomar suavemente sobre el oscuro cielo mientras que las luces de todos los alrededores se encendían lentamente, iluminando los sectores que habían quedado obscuros. Hasta las mismísimas luces del jardín de la academia que dibujaban pequeños senderos sobre el pasto frío por la temperatura nocturna, iluminando los verdores más claros, ocultando tal vez los más oscuros, dándole quizás un ambiente más pacífico a todos los alrededores.
Katia caminaba por los largos pasillos de la academia observando el exterior, había tomado una pequeña y liviana cena y ahora esperaba poder observar los alrededores un poco antes de irse a descansar. Nunca había subido a la terraza siendo de noche, no había tenido oportunidad de observar las lejanías cuando el sol ya se hubiese marchado, por lo que había terminado por decidirse, ese día que ya no tenía pendientes iría a ver las luces de la ciudad, a contemplar aquella vista nocturna que seguramente fuese una de las más hermosas por igual a la diurna.
Luego de subir las largas escaleras que hacia la azotea llevaban, apoyó su mano suavemente en la puerta al observar que estaba semi-abierta, para abrirla mientras se acomodaba unos mechones de cabello que volaban con el viento repentino. Luego del leve rechinido de las bisagras que ya parecía ser clásico camino tranquilamente hacia el barandal y subiéndose un poco en el abrió bien grande los ojos mientras sus pupilas se inundaban de la brillante vista de la ciudad.
-Es hermoso…-murmuró para ella misma-… debería venir más seguido aquí…
Apoyando ambas manos en el barandal subió su vista al cielo, observando la luna que se alzaba imponente sobre la inmensidad de oscuro azul, el blanco astro brillaba con un tenue color amarillo que se reflejó en sus ojos durante unos segundos mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.
Levantó ambos brazos sintiendo como el viento acariciaba sus manos y su rostro, haciendo volar su cabello, pero de pronto sintió una presencia al parecer, tal vez había alguien más allí, tal vez alguien más observaba la hermosa vista desde el lugar más alto de la academia. Girándose levemente se apoyó en el barandal con su cuerpo y ambas manos para notar que había un chico recostado en el suelo, parecía mirar el cielo como si estuviese sumergido en sus pensamientos, tal vez en un pasado lejano mientas el viento movía suavemente su cabello plateado.
“Se ve muy concentrado…” pensó para ella misma alzando las cejas levemente, hasta que de pronto le escuchó decir algo de cambiarse los turnos y solo pudo inclinar levemente la cabeza hacia un costado, mientras parpadeaba dos veces seguida; si, seguramente estuviese sumido en sus pensamientos así como a ella le había parecido.
-Amm buenas noches… disculpa si te molesto… no vi que estabas allí…
Sonrió amablemente mientras volvía a acomodarse un poco de cabello, recordaba tal vez haber visto a aquel chico en alguna de las clases, aunque no más que eso, pero simplemente tenía ese aspecto que llama la atención, quizás por su parche en un ojo, quizás por su actitud, o quizás porque a ella le llamaban la atención todos sus compañeros, preguntándose cómo serían y que poderes tendrían; preguntándose qué buenos aspectos como persona tendrían ellos.

Spoiler:

Spoiler:

El boricua se encontraba en su cuarto en la noche, sin mucho sueño y con algo de intranquilidad, la charla que había tenido con un recién ingresado y el conocimiento de un ataque por parte de un chico rubio a otra compañera lo tenían así, estaba confundido respecto de su verdadera naturaleza. Si bien había perdido las ganas de vivir hace mucho tiempo, se supone que buscaba encontrarla, pero en Crusaders le daban la contra a los ideales con los que había vivido toda su existencia, lo que le confundía un poco. Decidió no dormir y salir de su cuarto.

Se inclino por ir a la azotea, esa pequeña terraza le permitiría pensar mejor con un cigarro y algo de ron. Tomo su licorera, su caja de cigarros con encendedor incluido y salió de su habitación con la ropa de ese día, totalmente de negro y sus guantes a ¾. Tardo un rato en llegar, pues caminaba bastante lento dando uno que otro trago a su licorera, tras unos minutos llego, dándose cuenta de que la puerta estaba entreabierta, aposto a que alguien se encontraba ahí ya, le molesto un poco el imaginar quien podría ser, pero decidió pasarlo por alto y entrar, tal vez podría ser alguien interesante.

Abrió la puerta, dándose cuenta de que había 2 personas ahí, entro pasando de largo de ambos, ya que por detrás no les conocía, se acerco al barandal por el extremo, girándose hacia los presentes, dándose cuenta de que a la chica nunca la había visto pero al otro chico si, era su compañero de misión de Bulgaria, Seth. Prendió su cigarro, sacando el humo por la nariz, pero decidió no decir nada, se quedo callado mirando de reojo a los otros 2, Seth en el piso con una cara rara y la chica, apenada por lo que la poca luz nocturna le permitía ver.