Día 1 [Post Grupal]

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Observó tranquilo las rocas caer delante de la pantera, bloqueándole el paso. El polvo que se había levantado al caer le despeinó por unos momentos, haciéndole que tosiera un poco al mismo tiempo que acababa hasta las cejas de color marronoso. Escuchaba a la pantera al otro lado del muro. Al parecer estaba por el momento atrapada, pero cabía la posibilidad que pudiera hallar la forma de salir.

— ¡Anibal! ¿Dónde estas?

— ¡Aníbal!

Al parecer no todos habían salido de la cueva, Nisheida aún había permanecido en ella. Al girarse pudo ver su silueta recortada entre la nube de polvo, por lo que vió quería intentar hacer algo pero lo único que pudo saber de ello era que el otro había corrido hacia una pared y, por el ruido sordo y el quejido que escuchó, se había hecho daño. Se acercó a él rápidamente.

— Estoy aquí, no te preocupes. Vamos fuera, aquí ya no tenemos nada que hacer por el momento. ¿Estás bien? — Le preguntó, quería asegurarse que el otro no había sufrido heridas de gravedad, si no mal empezaban.

Corrió hacia el exterior de la cueva aún tosiendo un poco, esperando que el rubio le hubiera seguido, y una vez fuera esperó hasta que su respiración se calmara, sacudiéndose un poco todo el polvo que se había acumulado en su ropa. Perfecto, el primer día ya iba hecho unos zorros...

— Lástima que no haya duchas cerca de aquí, tendré que ir con todo este polvo encima.. — bromeó para calmar un poco el ambiente. — ¿Estáis todos bien?

Un hermoso brillo color esmeralda había hipnotizado a Shion. ¿Qué eran aquellas hermosas perlas que habían en la oscuridad? Cuando iba a abrir la boca para preguntar al grupo, se pudo escuchar un rugido. Oh, eso no se escuchaba para nada bien. Y justo cuando le había dicho al grupo que podía ser un punto debil en medio de una batalla...

Sinceramente, no estaba pensando que podía hacer primero y que podía hacer después. De los nervios, su cuerpo actuo por inercia. Lo primero que hizo fue: Salir corriendo y tomar algunos insectos. ¿Para qué quería los insectos? Quien sabe, pero su cuerpo reacciono así. Lo segundo: Salir corriendo en busca de su mochila. A la vez que todo esto pasaba, Aníbal estaba utilizando su poder para algo muy beneficioso para el grupo y salvarles la vida. Una vez tomada sus pertenencias -entre ellas, los insectos-, salio corriendo hacia las afueras de la cueva.

Afuera pudo ver a los demás reunidos mientras una gran nube de polvo se había extendido en lo alto. Shion había visto que su Nishi estaba bien, pero, ¿y Aníbal?

Se acerco bastante preocupada al lugar, y no fue hasta que Aníbal aparecio que una sonrisa se dibujo en su rostro. Salio corriendo hacia el y le abrazo, sosteniendo una tarantula en manos.

-¡¡Arigato!! ¡¡Arigato!! - Dijo mientras le daba aquel abrazo de agradecimiento. Luego se aparta y hace unas reverencias. -¡¡Estuviste genial!! ¡¡Quiero poder usar mis poderes como lo haces tu!! - Le dijo al haber visto la genialosidad con la que este empleaba sus ataques. Estaba bastante emocionada. Era la primera vez que veía a alguien del instituto usar poderes, la primera vez que veía a una persona hacerlo, al menos en mucho tiempo. Se sentía parte de la familia de Crusaders Academy. Ahora solo se preguntaba: "¿Qué tipo de poderes tenía Nishi-kun?"

Lo miro de reojo y sonrió para si misma al ver que había salido de la cueva a tiempo. Luego se quedo pensativa. Si una pantera los había atacado, no podían bajar la guardia.

-Bueno, ya que estamos afuera, deberíamos proseguir, ¿no creen? Deberíamos seguir el mapa y tal, pero... Una pantera se atrevió a atacarnos a plena luz del día. Por la noche, muchos animales salvajes salen a cazar. Deberíamos hablar sobre que vamos a hacer cuando caiga el sol. Nos dividiriamos en tres grupos. Un grupo podría quedarse despierto haciendo la guardia mientras otro grupo duerme. Así nos aseguramos de que no hayan más ataques panterísticos o de algun otro animal. - Guardó silencio por unos momentos. -Que los que esten más agotados, los que serían parte del tercer grupo, duerman las 8 horas completa para que al otro día puedan sobrevivir mejor, y así nos turneamos. Si una noche has dormido las 8 horas completas, que al otro día, otra pequeña cantidad de personas pueda dormirlas, para que al menos hayan personas con buena stamina dentro de nosotros y no estemos todos agotados. ¿Qué les parece? - Decía mientras guardaba los insectos recolectados dentro de su mochila. Quien la viera pudiese decir que tenía una obseción por estos animales.

En realidad no había estado prestando mas atención de la necesaria a sus compañeros, no porque no tuvieran idea, algunas le parecieron buenas y otras absurdas pero les ignoraba mas que nada por fastidio y a final de cuenta, actuaria junto a ellos solo en lo que realmente le importara, cuando lo quisiera el pasaría de hacer equipo...así de simple.

-El punto es que tenemos que salir de esta cueva, lo antes posible, hay que llegar a Camerun, de la forma que sea y en el limite de los tres días -ya traía la mochila puesta- cada quien tiene agua y comida para ese lapso de tiempo...claro si no quieren comer antílope, ñu o alguna animal de esos aunque tienen un buen sabor -comento tranquilamente mientras ajustaba las correas de su mochila.

El tenia un conocimiento útil del resto de África, el se había criado en Sudafrica por lo que no le iba a costar nada, sobrevivir en esos territorios pero lo quisiera o no...estaba metido en eso junto a sus compañeros y tenían que salir todo de esa prueba.

El sonido de un rugido llamo su atención, esos ojos que brillaban en la oscuridad eran de un felino y no parecía feliz de que ellos invadieran su territorio. Uno de sus compañeros se ofreció a enfrentar al animal mientras ellos salían, dio un largo suspiro y asintió antes de tomar por el borde de sus ropas a dos de sus compañeros que se encontraban mas próximo: Ren y Hunter, arrastrándolos hasta la salida de la cueva.

Se tallo suavemente los ojos para sacarse el polvo- Tsk...no tenia que demoler toda la cueva pero... -al ver como salia el 'héroe'- Hiciste un buen trabajo -comienza a pasear su mirada en quienes habían salido-...¿Falta alguien? -pregunto con algo de frialdad- Tu idea no es mala -le dijo a la chica- pero en las noches los animales estan mas activos...es mejor dormir algo en el dia y avanzar en la noche, los mas peligrosos son las serpientes, a los demas podemos esquivarlos -comento mientras se sacudia algo del polvo en su ropa.

Mientras oía la conversión de los demás tomo su mochila para mirar lo que contenía, era obvio lo que estaba pasando, tenían que llegar a Camerun, principalmente sobrevivir, tal vez también tengan que poner en practica el trabajo en equipo...eso siempre lo ponen...

Soltó un suspiro colocandoce la mochila en la espalda, es cierto no se había presentado...aun que en ese momento estaban todos muy ocupados discutiendo, tal vez en otro momento...Trato de buscar sus lentes en los bolsillos y en la mochila pero no había nada...lo mas seguro es que se lo hayan quitado...que hacían unos lentes, no cobrarían vida y se comerían a todos...
-...esto no se ve bien...-

No pudo evitar voltear a mirar a la fuente de aquel ruido...al principio pensó que era un oso, pero en realidad era una pantera, que sorpresa, escucho a uno de sus compañeros decir que tomaran lo que faltaba y que salieran, como podría dejarlo ahí, debería ayudar...aun que sus poderes no sean de gran ayuda...
Se quedo mirando la nada por un par de segundos cuando sintió que lo jalaban fuera de la cueva, reacciono y noto que los demás ya habían salido corriendo de la cueva mientras que el otro estaba tirando la cueva por completo.

Se cubrió los ojos con las manos cuando el polvo salio. Ver salir sanos a dos de sus compañeros de la cueva le alegro, aun que eso solo había sido una pequeña cosa de lo que podría pasar mas adelante...
Escucho a la chica de pelo verde...bueno tal vez algún poder de los demás sea mas útil y sera mas sencillo el sobrevivir, como crear fuego...agua.
Aun faltaba un compañero en despertar...si aparecía algo tenían que estar atentos a ayudarle...si para ese entonces aun no despierta...

Nathan no pudo evitar una sonrisa al ver salir a los demás y, finalmente, a Aníbal. Alzó un puño al cielo con ánimos, sin dejar de cargar a Ariel tras de sí.
-¡¡Genial!! -Exclamó dando un leve salto- ¡¡Ha sido fantástico!!

Es cuando se encogió. Desgraciadamente, él se había plantado preso del pánico y, de no ser por el grito, no hubiera salido corriendo. Se sintió bastante inútil, terminando por mirar al que aún dormía en su espalda, para luego observar a los demás, que miraban su carga.
-Está bien -Anunció, secándose algo de polvo de la mejilla- No parece estar enfermo, y no me importa cargarle en la espalda, aunque a veces se me clava la mochila.
Sonrió ampliamente cargándolo mejor.
-Me llamo Nathan. Podéis estar tranquilos, está en buenas manos.

En buenas manos, seguro? Era bastante torpe... Nathan negó con la cabeza. ¡Pues claro que estaba en buenas manos! Pasó su mirada a Shion y luego a Ian, encogiéndose de hombros en un gesto asfixiado.
-¿¡Pero qué tenéis con dividirnos y encontrarnos a la noche!? -Sí, no pudo evitar que su voz sonara a quejido, señalando a la cueva ahora cerrada- Eso ha sido mucha suerte, dudo que sea aconsejable quedarnos quietos.

Alzó su vista al cielo intentando calcular mentalmente la hora, pero no lo tenía claro. Sin embargo, sí se había orientado más o menos en cuanto a Norte y Sur.
-No digo que Ian no tenga razón, pero es mejor ir caminando ya hacia Camerún, y en la noche descansar con vigilancias. Si lo que os preocupa es dormir, me quedaré yo despierto.
Respiró hondo. Sí, estaba nervioso, y eso, el calor y el picor en la cabeza por los golpes le tenía exasperado.
-...Además, tenemos Camerún al Norte, según me he orientado y recuerdo el mapa. Eso significa... Que estamos en el Congo. Y no precisamente en la República Democrática.

Se giró al resto, para mirar al paisaje tomando aire, con la tensión en su mirada, la cual quería esconder a los demás.
-Haced acampada si queréis. Yo no quiero quedarme mucho más en este lugar. -Bajó la cabeza al suelo- Dejaré a Ariel entonces. No le arrastraré a problemas.

Todos comenzaban a dar sus opiniones, pero había que admitir que el grupo estaba un tanto lento en cuanto a la toma de decisiones. Era como si no hubiera organización alguna. De todas formas, había que partir. El peligro estaba en todos lados, hasta podía estar debajo de tus pies si no te cuidabas, y eso ya quedó demostrado con la pantera que había aparecido con anterioridad. Decidió esta pues, volver a retomar la palaba.

-Yo avanzo a la hora del dia que sea, pero... - Se da la vuelta y mira a Ian. -...tambien ten en cuenta que si nos movemos de noche, tendremos menos visibilidad y podemos salirnos por completo del camino, y de tener que cruzar monta~nas o pantanos, podemos dar un traspie y perdernos o poner nuestras vidas en peligro. - Comienza a caminar lentamente de lado a lado. -En la selva no hay postes de luz, si nos iluminamos con fuego (por los encendedores o alguna fogata), podemos llamar la atencion de los animales y vendran por nosotros. A la hora de correr, tienen ventaja. Tenemos que ser rapidos con la vista, y ya viste que paso en la cueva. No todos tuvieron el mismo tiempo de reaccion. No podemos siempre depender de Hanibal para que nos salve el pellejo. Por la noche, podemos sufrir emboscadas, pero como dice la chica, podemos dormir en un lugar algo. La rama de un arbol grande, hay mas posibilidades de que nos pasen por alto. Tendriamos que cuidarnos de los felinos que trepan arboles. Por el dia, el factor ''sol'' nos puede deshidratar mas rapido. Sea como sea, estamos atrapados. Opino que lo mejor sera hacer lo que dice Nathan, movernos poco a poco mientras platicamos. Pues si seguimos aqui podremos sufrir el ataque de ''El regreso de la pantera'' o la caida del sol. Dudo que esa sea la unica entrada a la cueva. - Comenzo a caminar a paso lento en direccion a donde se habia ido Ren, cosa de que si alguien decia algo, poder escucharle o detener su andar en caso de que se negaran a seguir.

Tiempo del día = Pasamos del mediodía. En pocas horas sera de noche.

Aquello estaba tardando demasiado, tenían que moverse si es que no querían quedarse ahí, así que asistio al escuchar las palabras del chico de cabello rubio.
-No se ustedes, pero quedarnos no soluciona nada...tenemos tres días para llegar a Camerun, con el método que sea...hay que empezar a caminar, cuando no tengamos luz, solo entonces acamparemos -comento tranquilamente mientras pasaba la mirada por cada uno de sus compañeros de equipo.

"Va a ser un largo viaje, sino llegan a ponerse de acuerdo en nada..." pensó el ojidorado- A partir de ahora tenemos que trabajar como un equipo, combinar nuestras habilidades y aunque no me gusta la idea...dependeremos en cierta medida los unos de los otros -hablo en voz alta antes de darle la espalda al grupo.

-Nos movemos o perdemos en este examen, así de sencillo -puntualizo antes de comenzar a caminar, alejándose de la cueva, deteniéndose un poco admirar el paisaje e intentar darse una idea de que ruta tomarían, el mapa no indicaba el camino pero tenían que moverse o perderían tiempo valioso.

El griego giró su rostro escuchando a Nisheida e Ian, poco antes de que el segundo pasara por su lado diciendo eso, dibujando una suave sonrisa.
Parecía pues, que se pondrían pronto en movimiento. Una buena noticia, aunque le apenaba que hubieran tardado tanto en llegar a un punto de acuerdo cuando el sol ya indicaba que era el mediodía.
-Bien, entonces... ¡A caminar! -Exclamó con energía, llegando a la altura del rubio con Ariel aún dormido como una mochila, señalando hacia el horizonte.- En esa dirección estará Camerún, ¡vamos!

Avanzó casi como si sus pasos fueran pequeños saltos. Tal vez no era consciente de la situación del grupo, pero ciertamente Nathan estaba animado de poder conocer nuevas personas.
-¡Oh, ya! -Comentó mirando a los demás- Mientras caminamos, podríamos organizarnos en estrategia...

Y fue cuando se dio cuenta, frenando en seco para golpearse la frente con la mano, y con mucha suerte, no tropezándose con una roca que tenía delante.
-¡¡Por todas las iglesias Ortodoxas de Ágion Óros!! -Exclamó- ¡Olvidé presentarme!

Esquivó con unos pasos la roca para seguir a aquellos que se le habían adelantado.
-Me llamo Nathan Wence. Hace poco que llegué a Crusaders tras un largo viaje desde Grecia. Podéis llamarme Nathan. En cuanto a mi poder... -Carraspeó un poco- Padezco lo que llamo Patología del Rayo Mental. Puedo golpear mediante un rayo o descarga que produzco con mi mente... Así que sí, creo que soy psíquico con ataque a distancia.

Hizo un pequeño silencio.
-Aunque tenga este poder, he de deciros sinceramente que prefiero no usarlo. No logro controlarlo y podría llegar a ser peligroso... De allí que quiera aprender en Crusaders a no utilizarlo y, de paso, alguna técnica de defensa en la que no intervengan mis poderes.

Shion se encontraba bastante molesta, mas no lo reflejaba. En unas pocas horas se haria de noche y practicamente no habian adelantado nada, ni estrategico, ni en el caminar. Y encima el encargado del mapa parecia tomarse las cosas con tanta calma... Se encontraba sumida en sus pensamientos, mirando su alrededor a ver si encontraba algo peligroso o beneficioso. Por ahora era la que mas al frente iba, y como era un suelo plano no dudaba de su cauteloso caminar. A que tipo de situaciones los llevaria el camino elegido? Quien sabe.

Habia escuchado al griego decir su nombre y su poder. Bien. Un poder muy bueno para la ofensiva, pero lamentablemente, el al igual que ella, no tenian mucho que aportar en caso de situaciones graves en un campo de batalla. Lo unico que pudo hacer fue seguir su camino en silencio, tranquilizandose a si misma sin dear que los demas notaran de su molestia, finjiendo una sonrisa...

Shion corria y corria por aquel gran lugar. No habia escapatoria. Aquel gran T-Rex que habia encontrado ahora amenazaba con devorarla por completo. Pero que habia pasado con los demas? Se habian separado? Se los habian comido? Todo eso era un misterio. Lo unico que se sabia era que aquella hermosa joven de verdes cabellos ahora estaba atrapada entre la espada y la pared. Detras de ella, un gran arbol. Frente a ella, un gran T-Rex. El rugido que habia dado este feroz animal habia ensordecido sus oidos. Ya no habia escapatoria. La muerte estaba a tan solo pasos de ella. Aquel gran t-rex se avalanzo por ella y...



Giulietta: ...podamos encontrarnos.


Las palabras de la otra chica la habian bajado a la realidad. Estaba ella tan aburrida, que su mente se habia puesto a pensar en cosas que no debia. Esta rio levemente, por lo bajo, solo los mas cercanos a ella pudieron escucharla. Una gran sonrisa se dibujo en su rostro y siguio caminando frente al grupo.

Tiempo actual: Ya esta anocheciendo.

La noche estaba comenzando a caer. El cielo se difuminaba acuarelado de un rojo amarillento, perdiendo sus tonalidades azuladas. Algún grillo sonó de repente confirmando con su trinar la inevitable noche.
El día había sido caluroso y, a pesar de la caída del astro rey, las temperaturas seguían siendo cálidas, sobretodo el aire seco.
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El equipo 3 no tuvo avances

El grupo había seguido caminando, pero no parecía tener avance alguno. Esto de no tener avances ya le estaba colmando la paciencia a Shion. No tenían pistas, no habían cambios en el ambiente que no fuera el tiempo, ni si quiera otra panterita se encontraban. ¿En qué estaban fallando? Eran las preguntas que le pasaban por la cabeza una y otra vez.

El sol estaba comenzando a ponerse en el horizonte. Esto era indicio de una mala señal. Pronto la oscuridad se apoderaría de la selva y algunas especies de animales salvajes saldrían a dar caza. Tendrían que prepararse para lo peor. Era, o dormir en el suelo, o dormir en las ramas. Pero Shion no quería arriesgarse a que si subían a un árbol, alguien se cayera de las ramas por no saber dormir ahí. Bueno, ¿y quién demonios iba a saber dormir en un árbol? Cuando generalmente las personas duermen en una cama, algun mueble o en el suelo. Tal vez no era tan buena idea subir a un árbol a descansar. Había que tomar en cuenta que también tenían que comer la porción del primer día. Sería de muy mala suerte si alguien sufría un bajón de azúcar, tampoco quería que nadie se deshidratara, la mala salud de uno los iba a atrasar más de lo que ya estaban atrasados, por lo que tenían que detenerse a descansar para poder volver a recobrar las energías que habían caminado el día de hoy.

El día de mañana iba a ser muy duro. Tendrían que trabajar el doble: Trabajar lo que no pudieron hacer hoy, y trabajar lo que tendrían que hacer ese día. Detuvo su paso en seco, observaba a su alrededor y podía ver los cálidos colores que adornaban el cielo. Pronto caería la noche, esa era la señal que les estaba dando la naturaleza, y no podían darse el lujo de no estar preparados para cuando viniera lo más temido para sus ojos: La oscuridad.

-Acampemos aquí. - Dijo con un tono de voz serio. -Tenemos que hacer varias cosas antes de que caiga la noche. - Se dio la vuelta para ver a los demás. -La primera de ellas es, comenzar a trabajar en nuestras defensas, a.k.a., nuestra organización. La segunda, comenzar a preparar nuestro territorio para defendernos. Desde el momento en que pisamos este lugar nos hemos convertido en animales salvajes y tendremos que actuar y pensar como ellos para poder sobrevivir. - Claro, esperaba que no se lo tomaran TAN literalmente, al menos no la parte de "actuar", por que tampoco iban a estarse picando las cabezas para comer. -Y tercero, es el momento de hacer los pequeños sub-grupos: Mientras unos duermen, los otros hacen la guardia. Y yo me ofresco a hacer la primera guardia hasta que los del segundo grupo esten despiertos del todo. Nos dividiremos en grupos de cuatro, así cada uno podrá cuidar a la persona que este durmiendo, y si se mantienen cerca de sus cuerpos, podremos levantarlos rápidamente en caso de una emergencia. Lo mejor será es que en ambos grupos hayan personas fuertes y debiles a la vez, personas que se complementen en cuanto a habilidades se refiere.

Se quedo callada por unos momentos para que todos pudieran captar sus palabras. Una vez hecho esto prosigiuó a seguir hablando.

-Ahora, para combatir la noche, necesitaremos luz. Y a falta de linterna: Fogata. Será bueno que quienes vayan a buscar leña, traigan ramas de más. En caso de que a alguna panterita le de con comernos, podemos también disponer del poder del fuego para defendernos. Todo esto lo haremos a la antigua. - Se da la vuelta y tira su mochila al lado de un árbol, sintiendo un claro alivio en su espalda. -Estoy dispuesta a buscar la leña. - Fijó su mirada al horizonte a ver quien le iba a acompañar a buscar la leña. Esperaba que, mientras unos buscaban la leña, los demás organizaran el lugar, y no precisamente para comer mashmellows (malvaviscos). En tiempos como esos era el momento para prender las radios.

Escuchaba atentamente las palabras de sus compañeros de misión, aquel chico, el griego llamado Nathan tenia un poder interesante y que era muy útil, aunque era una lastima que no pudiera utilizarlo con completo control.

Suspiro mientras caminaba por el desolado 'sendero' si es que se le podía llamar de alguna forma, que se encontraba invadido por insectos, polvo y demás cosas igual de desagradables para el resto del grupo sin embargo, a el le encantaba e incluso se dio el lujo de sonreír cuando escucho a la chica de cabello largo, y que antes estaba como loca matando insectos, y aprobó su idea.
-Si, hay que acampar y Sonozaki tiene razón...yo seré quien te acompañe a buscar la leña -comento con seriedad mientras se quitaba la mochila de los hombros y la dejaba en el suelo, al lado de su compañera Giulietta.

-Vámonos...los demás, no se muevan de aquí mientras buscamos la leña -susurro, estaba feliz, a su manera, le gustaba estar así al aire libre, rodeado de naturaleza, donde podria hacer y deshacer...se sentía libre, la Academia era un lugar demasiado aburrido para el. Pensaba aquello mientras comenzaba a adentrarse por el lugar, esperando que su compañero le siguiera. inspeccionando las ramas secas y los trozos de madera en el suelo, escogiendo los mejores para una fogata.

Escuchó las palabras que había dicho Ian y voltea su mirada a el, para sonreírle. No pierde más el tiempo y enciende el radio que traía en su cintura. Una vez hecho esto, se dio la vuelta para ver al grupo y...

-¡¡Aaaaaaaaight!! ¡¡Confío en ustedes, nee!! ¡Cuiden bien de nuestras pertenencias! - Exclamo con su mano en alto, pero antes de ir con Ian salió corriendo a donde Nisheida y le tomó por la mano. -¡Nee, nee! ¡Me gustaría que hicieras la guardia conmigo por la noche! - Le reclamaba mientras inflaba sus mejillas. -Digo... ¡Necesito alguien fuerte ... ! Y tu eres fuerte, ¡Dera-kun! Además me aburriria mucho si no tengo un conocido despierto... - Esto ultimo lo dijo desviando su miraba hacia un lado, aun con las mejillas infladas, pero sonrojada. Luego vuelve a mirarle. -¿Qué dices? ¿Me acompañas a hacer leña y a hacer la guardia en la noche, Dera-kun? - Le pone ojitos llorosos, de corderito, esperando que este accediera a su petición.

-¡¡Yay!! - Exclamó ante la respuesta de Nisheida. -¡Vamos, vamos! - Lo tomó de la mano y salió corriendo muy emocionada para alcanzar a Ian. -¡Neee, chico-serio-kun, esperanooos! - Le reclamaba mientras se acercaba a el.

Shion soltó la mano de Nisheida una vez estuvieron cerca de Ian. Esta comenzó a mirar a su alrededor para ver si podía ver buenas ramas por ahí tiradas, y algunas piedras en caso de necesitarlas. Así que comenzó a recoger tanto piedras como ramas para llevarlos con el grupo.

-Nee, Dera-kun. ¿Te imaginas si un platillo volador saliera volando de entre los pastizales? ¡Hahaha! ¿Qué harías si haciendo la guardia te encuentras de frente a un marciano? - Rie por lo bajo ante la pregunta hecha al rubio mientras recogía lo que encontraba. Aquella pregunta no se la había hecho a Ian puesto que no lo conocía y no sabía como este iba a reaccionar. A lo mejor y hasta la mandaba a freír papas, o eso era lo que ella creía. Pero entonces se le ocurrió preguntarle algo al chico serio, para que no fuera a quedar fuera de la conversación.

-¿En qué turno piensas participar, muchacho? - Refiriéndose al turno nocturno de vigilancia.

Nathan observó como todos descargaban en una zona limpia de ramas donde poder descansar. Dejó con cuidado sus pertenencias y observó al rubio, Deragae si no se equivocaba. Le sonrió con amabilidad, incorporándose mientras se secaba un poco de polvo.
-Gracias, pero... -Miró hacia su mochila y mostró una amplia sonrisa- No me cuesta nada llevarle.

Fue entonces cuando observó a Shion. La verdad, poco escuchó de lo que dijo mayoritariamente, pero en su cabeza no dejaba de resonar las palabras "débiles" y "fuertes".
Apretó los labios bajando la cabeza. ¿Desde cuando la escuela Crusaders entendía de nazismos? Nathan supuso que, como si fuera un hospital, le tratarían su "patología" como quien trata una laringitis.
Sin embargo, parecía que las opiniones de los demás chicos internos era diferentes. Había rangos de superioridad pues. Fuertes y débiles, adaptados e inadaptados, inteligentes e ignorantes. Aquellos que alcanzarían sus objetivos... Y lastres.
Se encogió con congoja y observó unos instantes el cielo, oyendo las órdenes de Ian.
Apretó sus puños con ligereza.
-Vo... Voy a buscar... a-algo, no lo sé... No me alejaré demasiado -Les dijo a los demás que quedaban allí.
Caminó un poco a la oscuridad. Sabía que estaba lo suficiente alejado como para no llamarles la atención, pero lo suficientemente cerca como para no perderse.
Terminó llevándose las manos a la cabeza lleno de nervios.
"Lastre, lastre, lastre, lastre, lastre..."
Unas pequeñas luces oscuras parpadearon cerca de su cabeza, como ligeras descargas.
-Quiero... irme de aquí... -Murmuró trémulo- Quiero irme a casa...

Se acordó de Grecia. De sus tíos, las calles blancas con ventanas y puertas azules, las rocas salpicadas con leve sabor a sal, el sol, los gatos, las tardes dibujando y las ensoñaciones constantes.
Fue cuando se agachó sobre sí mismo tratando de guardar un lamento.