De vuelta a la academia [Priv.Alina]

Era el día siguiente después de haber vuelto de aquel sitio, se había despertado algo tarde, ya que en África nunca había podido dormir bien dentro de aquellas bolsas de dormir, y aunque haya descansado lo suficiente seguía sintiéndose adolorido.
Decidió caminar por el jardín sin rumbo alguno, disfrutando la brisa fresca del otoño que jugaba con su cabello, era muy diferente al clima de aquel sitio por el cual habían pasado varios días, cuando recordó que no había tenido tiempo de hablar con Alina la noche anterior, los maestros los habían obligado a irse directamente a enfermería y a los que no estaban heridos a dormir respectivamente a sus cuartos, solo había podido sostener su mano un momento, hasta que dentro del viaje no pudo mencionar nada, no sabía que le había pasado a la chica, y porque todo su equipo estaban llenos de sangre, era algo que realmente lo tenía desconcertado, y hubiera tenido insomnio con esa perturbación en mente si no fuera porque hubiera estado tan agotado.
“Bueno, quizás tuvieron que cazar algún tipo de animal para comer, como nosotros a los peces” pensó intentando aclarar su mente mientras llegaba a una banca a sentarse mientras seguía meditando, no sabía cómo encontrar a Alina, lo más seguro es que estuviera en su habitación, pero les tenían prohibido a los chicos pasar por aquel pasillo, así que sería imposible para el buscarla en aquel lugar, solo esperaba que estuviera bien, y poder preguntarle como la había pasado, ya que por culpa de la misión tuvieron que cancelar obligatoriamente su primera cita. Aunque más que nada él tenía en mente la manera en la que lucía la chica, parecía realmente asustada, como si ese viaje la hubiera cambiado un poco.

Ese día había despertado tarde, o más bien había estado hasta tarde dando vueltas en su cama, la noche no la había pasado muy bien y apenas había podido dormir unas cuantas horas en las cuales había tenido pesadillas bastantes desagradables referidas a la “aventura” en África. Realmente aquella experiencia le había resultado traumatizante, había visto gente morir frente a sus propios ojos y siendo asesinados por sus propios compañeros, tal vez la visión que tenia de ellos había cambiado un poco: pero aun así intentaba convencerse de que lo habían hecho en defensa propia o más bien para defender a personas inocentes, esa era la realidad, todos sus compañeros habían querido defender a los Tutsis, pero ella no había podido hacer nada “Fui una total inútil… solo me convertí en un estorbo… solo eso…” pensaba con el ceño fruncido mientras caminaba lentamente por los jardines, su mente estaba casi ida y a penas veía por donde iba mientras el viento fresco hacia volar su larga cabellera.
-Quisiera poder haber hecho algo… pero yo solo…
Detuvo su paso en el momento en que sus ojos se inundaron, un brusco movimiento relacionado al llanto provoco que las cristalinas lagrimas rodaran inmediatamente por sus mejillas, se sentía demasiado poca cosa, se sentía inútil, se sentí un estorbo y más aun no podía dejar de ver aquellas escenas tan sangrientas que le taladraban la mente desde el día anterior. Se secó las lagrimas con ambas manos mientras refregaba sus ojos fuertemente encogiéndose de hombros, en ese momento sintió que necesitaba un abrazo ¿sus padres? No, realmente necesitaba el abrazo de alguien en especial, alguien que no había visto en todo el tiempo que había estado en África y a quién había extrañado horrores a pesar de intentar ocultárselo a ella misma.
-Dylan… yo… me alegro que hubieras estado bien…-susurro para ella misma-
Quitándose las últimas lagrimas continuo caminando lentamente mientras observaba las flores que la rodeaban intentando deshacerse de aquellos pensamientos. Ella quería ser mas fuerte si, quería poder ayudar a las personas con sus poderes, quería poder sentir que su presencia en el mundo tenía una razón de ser; pero hasta el momento solo había un gran vacío, rodeado de un enorme sentimiento de tristeza.
-¿Por que esto es así…?
Sus lágrimas volvieron a caer inevitablemente, se tapo los ojos intentando en vano que dejasen de salir, ya se encontraba cercana a las zonas en donde recordaba que había algunas bancas, quería caminar hacia ellas para sentarse allí y relajarse con la naturaleza, pero aquella angustia la invadía, la superaba, se apoderaba de ella impidiéndole dar un paso más; solo se agacho quedando en cuclillas mientras las cristalinas lágrimas rodaban por sus mejillas y manos, para caer al piso humedeciendo el verde pasto que estaba bajo sus pies.

Dylan estaba en silencio sentado en una banca meditando aun sobre lo sucedido , cuando le pareció escuchar la voz de alguien, una voz conocida, recorrió su vista alrededor del sitio, pero no había nadie, cuando repentinamente le pareció escuchar de nuevo esa presencia de que alguien estaba ahí, se puso de pie y detrás de la banca a lo lejos pudo mirar a la chica de cabellos rosados, de cuclillas sobre el pasto, parecía estar llorando, sintió una sensación parecida a un nudo en la garganta al ver esa escena, e inmediatamente Dylan corrió sin pensarlo dos veces hacia donde estaba ella, se detuvo frente a ella y efecto la chica sollozaba mientras unas lagrimas caían sobre el pasto,
-Alina?- le hablo con una voz bastante consternada mientras se acercaba a ella colocando sus manos sobre sus hombros para luego intentar levantarla del suelo, sentía como su corazón se oprimía por dentro ante esa escena, no sabía qué hacer para no verla así –Dime Alina, porque lloras?- dijo con una voz suave rindiéndose en intentar levantarla del suelo arrodillándose junto a ella, para abrazarla fuerte contra el recargándola sobre su hombro, intentando calmarla, sentía una gran desesperación repentina, no quería verla así en definitivamente y más que nada quería saber que le sucedía, porque estaba así? Que le había sucedido en aquel sitio? Ahora más que nada Dylan estaba preocupado, y quería saber que había ocurrido en África, que tan grave como para hacer a Alina llorar.

Solo oyendo el cantar de algunos pajarillos permaneció en cuclillas tapándose los ojos mientras su garganta parecía cerrársele, en realidad tenía ganas de llorar, muchas ganas, tantas que simplemente controlar aquel llanto se le escapaba de las manos ¿Por qué tenía que ser tan débil? Ella quería ayudar a las personas a pesar de todo lo sucedido en su pasado, pero de esa manera solo lograba sentirse inútil; perdiendo la esperanza hasta de que las clases pudieran ayudarla solo se dejó llevar por su desesperación.
Pronto y sin saber porque ni como escucho una voz muy familiar, una voz que ella adoraba escuchar, era Dylan que de repente había aparecido frente a ella y parecía verla con preocupación, o al menos fue eso lo que logro distinguir al alzar su mirada para observarlo a través de la transparencia de las lagrimas que nublaban su visión.
-D-Dylan…
Luego de susurrar aquel nombre con una voz entrecortada volvió a taparse la cara, sabía que a él no le gustaba verla así, el mismo le había dicho que no llorase, pero ella simplemente, no podía evitarlo. Sintió de pronto las manos del ojiazul sobre sus hombros como si quisiese levantarla, pero ella solo se hizo más pequeñita, no quería ver el mundo no quería mostrar su debilidad, no quería preocuparlo, pero todo eso era inútil; el ya se había preocupado. “Dime Alina ¿Por qué lloras?” pregunto el chico, pero antes de que ella contestara cualquier cosa pudo sentir como Dylan la abrazaba con fuerza recargando su cabeza sobre el hombro de él. Ante este gesto no pudo pronunciar palabra alguna, solo apoyó sus rodillas en el suelo y se abrazo a él con fuerza, apoyando la cabeza en su hombro y mojando sus ropa sin querer mientras las sujetaba fuertemente entre sus manos.
-Discul-pame…
Dejo escapar aquel pedido con la voz entrecortada mientras apretaba los ojos con fuerza, se había abrazado a él y no quería soltarlo por nada del mundo, su aroma le hacía bien, aquellos brazos rodeando su espalda le daban seguridad, pero también aceleraban sus corazón. Poco a poco luego de unos segundos su llanto fue disminuyendo en intensidad, ahora no era tan desesperado, pero las lágrimas seguían saliendo de forma inevitable, había descargado su angustia frente a él a pesar de que no quería hacerlo; pero su sola presencia lograba tranquilizarla un poco para sentirse protegida como si nada malo pudiese suceder.
-Ese v-viaje…
Giro su cabeza y la apoyo en el pecho de él mientras el llanto aun entrecortaba sus palabras y su respiración, cerro sus ojos aspirando su aroma, sintiendo su calor hasta que de pronto en silencio escucho el corazón del chico latir aceleradamente, sus ojos se abrieron de golpe y un sonrojo se hizo bien presente en sus mejillas.
-Disculpa… no quería que vieras esto… perdóname…
Se separo de el secándose las lágrimas, pero estas insistían en seguir saliendo, realmente aquel viaje parecía haberle afectado más de lo que ella misma se había dado cuenta. Bajo la mirada para quedarse en silencio unos segundos, había llorado tanto que apenas podía hablar, además de esto se sentía avergonzada de haberle abrazado de esa forma y mas avergonzada aun de haberse mostrado así frente a aquel chico que tanto le gustaba. Dejo escapar un suspiro entrecortado mientras una brisa levanto un poco sus cabellos, algunas lagrimas mas cayeron sobre sus manos que ahora estaban sobre sus faldas, puesto que ella se había sentado sobre sus piernas, observando el pasto intento calmarse, no quería preocuparlo de sobremanera intento aclarar aunque sea un poco su voz antes de intentar decirle cualquier cosa; no debía ser así, seguramente el también había pasado por algo similar y sin embargo se veía entero “No debo ser así… no quiero preocuparlo… debo ser fuerte…” se dijo a ella misma intentando calmar los rastros del llanto que aun imperaban negándose a marcharse.

Sintió como la chica se abrazaba a él apoyándose sobre su hombro mientras sentía como las lagrimas de Alina comenzaban por humedecer sus ropas mientras ella se sujetaba fuertemente de ellas, comenzó por intentar acariciar su cabello, mientras la miraba con tristeza, estaba por comenzar a molestarse, quien sea que le haya hecho daño se iba a merecer una paliza por parte del ojiazul, después de eso la chica comenzó por disculparse, pero Dylan no tenia imaginación para recrear que tan horrible experiencia pudo haber pasado en África, la rodeo con su brazos fuertemente, quería protegerla de todo esto, quería alejar su sufrimiento cueste lo que cueste, se dio cuenta que sujetándola de esa manera su llanto comenzaba por disminuir, tenía que calmarse pues así no podía entender nada de lo que a la chica la sucedía.
Ella pronuncio unas palabras mencionando el viaje, obvio Dylan sabía que tenía que ver algo relacionado con eso, porque desde que regreso ella había estado en ese estado de transe, termino por acomodarse sobre el pecho del chico ladeando su cabeza, parecía estar protegida en sus brazos en este momento, y el chico ignoraba los nervios que tenia al tenerla así, aunque más que nada estaba preocupado y molesto por su propia impotencia de no poder haber hecho nada para ayudarla,
“Si tan solo hubiera estado ahí” pensó aun sin la idea de que es lo que había pasado, por su mente solo pasaba que seguramente la habían atacado, o alguien la había tratado mal. Repentinamente sintió como la chica se separo sonrojada disculpándose diciendo que no quería que viera esto y que la perdonara, secándose las lagrimas que aun seguían saliendo incansablemente, mientras permanecía en silencio, el chico la observaba realmente afligido, su tristeza comenzaba a contagiarlo tanto como su propia sonrisa solía hacerlo, luego escucho un suspiro entrecortado mientras aun seguía lagrimeando sin detenerse. Dylan se acerco aun con las rodillas sobre el suelo y tomo una de sus manos, para con la otra comenzar por limpiar sus lágrimas como siempre lo hacía, acariciando sus mejillas en el proceso,
-Si te beso dejaras de pensar en eso?- le pregunto seriamente sonrojándose, extrañaba tanto verla feliz y verla ruborizada por su culpa, era necesario alejarla de esos pensamientos, así que sin esperar una respuesta se acerco a ella, pero mientras se acercaba a su labios se dio cuenta de que no debía hacerlo, no en este momento, así que se desvió y le dio un tierno beso sobre un de sus mejillas, sintiendo la humedad de sus lagrimas sobre sus labios, para luego soltar su mano y sentir de nuevo que su corazón le decía que no soportaba verla así mas, ni siquiera sabía que sentir en este momento, frunció el ceño molesto, comenzaba por enojarse mientras miraba el suelo.
-Bien, quien sea que te haya lastimado, debes decirme… voy a ir a darle su merecido- dijo con un tono bastante furioso, mientras se ponía de pie sobre el pasto, dándole la mano a la chica para ayudarla a ponerse de pie. No sabía qué era lo que realmente tenia, pero eso fue lo primero que pasó por su mente cuando se dio cuenta de que la chica no quería decir nada.

Luego de permanecer en silencio por unos segundos intentando en vano que las lagrimas dejasen de salir, notó como Dylan se acercaba a ella y luego de tomarle una mano, con la otra le limpiaba suavemente las mejillas marcadas con el agua cristalina que brotaba de sus ojos inundados, ella solo cerró los ojos para sentir aquella cálida mano que acariciaba su piel suavemente, pero volvió a abrirlos cando escuchó la pregunta del chico; no supo que responder ante eso, por un segundo pensar en aquel beso le había hecho olvidarse de todo para solo dejar sus mejillas marcadas con un tenue sonrojo. Lo miro a los ojos sin que sus labios pudieran pronunciar palabra alguna para luego sonrojarse un poco más cuando lo vio acercarse lentamente hacia su rostro. Nuevamente se perdió en el azul de sus ojos como solía hacer hasta que sintió como el besaba dulcemente su mejilla, dejando una cálida y suave sensación sobre la piel fresca debido a las lágrimas.
-Dylan…
El ojiazul después soltó su mano y se alejo frunciendo el ceño para mirar el suelo con cierta expresión de molestia, ella no quería eso, no quería preocuparlo y menos que él se enojara con ella. Después el chico se puso de pie diciendo que le daría su merecido a quien le hubiese hecho algo, pero no había nadie en realidad, si no ella sola y su propia debilidad; si debía enojarse con alguien, entonces después de todo debía enojarse con ella. Luego de un pequeño suspiro tomo la mano de él para ponerse de pie, sacudiendo su falda evito mirarlo a los ojos.
-En realidad… no hay alguien…
Caminando lentamente hacia una banca se sentó en ella suspirando largamente y secando las ultima lágrimas que salían, por lo menos había logrado detener su llanto, pero estaba bien consciente que eso solo había podido suceder gracias a aquel ojiazul a quien ella tanto quería, que con solo unas palabras y con solo sentir el roce de sus dedos era capaz de transportarla a un mundo totalmente diferente.
-En ese viaje me sentí totalmente inútil…-dijo suavemente aun con la sensación de llanto en su garganta-… quise ayudar a aquellas personas… quise ayudar a mis compañeros… pero solo logré convertirme en un estorbo para ellos…
Observando sus manos sobre su falda comenzó a jugar con sus dedos mientras suspiraba largamente aún sintiéndose culpable, recordar aquel viaje solo la hacía sentirse débil y culpable de molestar a sus compañeros.
-Pero olvídalo… son cosas mías… me imagino que tampoco tú la pasaste muy bien allá…
Levantando la vista hacia el chico intento regalarle una sonrisa que logro aflorar en sus labios luego de un esfuerzo, aun así ella temía que no se viese natural, porque con los sentimientos que invadían su alma en ese momento, realmente no le era posible sonreír como solía hacerlo.

Escucho como la chica soltaba un suspiro para luego tomarle la mano para ponerse de pie evitando mirarlo a los ojos para responderle que en realidad no había nadie, el chico arqueo la ceja algo aun molesto, pero más bien porque se había fastidiado por no poder entenderla. Alina camino hasta una banca para sentarse, y el chico la siguió, parecía que su llanto había secado, pero aun se sentía su aura deprimente, el chico se sentó a su lado, esperando a que no volviera a llorar, su rostro ya se había suavizado pues parecía que realmente nadie la había lastimado, era algo diferente a lo que el imaginaba. La chica explico aun con una voz suave que en ese viaje se sintió inútil, siendo un estorbo al final a pesar de haberse esforzado, el chico la miro preocupado, no sabía que había ocurrido, pero era obvio que Alina de nuevo estaba sintiendo esa baja autoestima dentro de sí, sin pensarlo tomo su mano con la cual jugaba sobre su falda rodeándola con sus dedos intentando apoyarla de esa manera colocándola entre ellos dos sobre la banca. Para luego escuchar su comentario mientras esbozaba una sonrisa algo forzada, la miro con algo de preocupación un momento para luego pensar en que responderle,
-Fue arriesgado, pero no, no paso nada alarmante- le confesó mirándola mientras deseaba tanto abrazarla de nuevo, pero no quería abusar de eso, aun sujetaba su mano, y decidió platicarle todo lo que había pasado por su lado, quizás así ella se animaría a platicarle lo que a ella le había ocurrido.
-Bien, te platicare con exactitud lo que paso – le dijo volteando hacia el vacio intentando pensar por dónde empezar – Bien, todo lo que tuvimos que enfrentar fueron animales de la selva, como monos y una bandada de gorilas, pero pudimos liberarnos de ellos… después lo que más nos asusto fue toparnos con unos chicos mayores de edad con poderes que querían atacarnos al principio, pero parece que al último decidieron por reclutarnos… obvio no acepte, pues parece que son chicos que les gusta hacer destrozos en grande, como un grupo de maleantes, y tu sabes, Dylan no haría esas cosas – narro diciendo esa última palabra en broma, quería ponerla de humor de esa manera, se sentía cómodo junto a ella en ese momento, como si su tranquilidad por fin estaba presente, algo que no había logrado hacer todo el tiempo que estuvo en África, era lo que emanaba Alina hacia él, tranquilidad y una calidez que lo hacía sentir en paz consigo mismo.

Dylan se sentó a su lado en aquella banca, realmente sentía ganas de aferrarse a él pero no quería que se enojase por ser tan débil, aún así era como ella se sentía; débil e inútil. Después de un tiempo sintió como el tomaba una de sus manos para entrelazar sus dedos con los de ella, aquella sensación tan cálida logró robarle un pequeño suspiro mientras aún no se animaba a levantar la vista. Sintió la mirada del ojiazul sobre ella mientras él le decía que no les había sucedido nada malo, eso la aliviaba un poco, saber que él no la había pasado tan mal sin duda alguna era un alivio para su estrujado corazón.
Levanto un poco la vista para mirarlo tímidamente cuando notó que el desviaba su mirada hacia otro lado, hacia ningún lado en especial, para contarle lo que había sucedido. Escuchó atentamente el relato del chico, de igual forma se veía riesgosa su situación, pero los animales después de todo son más fáciles de ahuyentar con algo que no conocen. Cuando Dylan llego a lo de los chicos mayores de edad ella se sorprendió un poco dejando ver esto en la forma en que alzaba levemente ambas cejas. “He oído que algunos ex alumnos usan sus poderes para el mal… no deberían…” pensó de repente desviando su mirada hacia el pasto que estaba bajo sus pies. Cuando oyó el último comentario del chico refiriéndose a sí mismo en tercera persona no pudo dejar escapar una pequeña sonrisa, Dylan a veces tenía gestos que le resultaban sumamente tiernos y solo le daban más ganas de abrazarse a él fuertemente, pero se contuvo. Suspiro largamente observando las lejanías mientras levantaba un poco la vista, si él le había contado, lo correcto sería contarle ella también, además para que supiera la razón de su estado de ánimo y más que nada para que no se preocupase de sobremanera.
-Qué bueno que no se les haya dificultado demasiado… es un alivio... seguramente se habrán asustado, pero nadie salió herido gravemente... eso es bueno...-dijo en tono suave-… nosotros…
Alina se quedó un rato pensativa y luego se dejo caer sobre el hombro del ojiazul, apoyando su cabeza en él, se sentía protegida teniéndolo cerca y contarle lo sucedido de esa forma tal vez sería más fácil, sin verlo directamente a los ojos, solo sintiendo su calor que le indicaba que se encontraba allí.
-Nosotros… nosotros despertamos en una casa abandonada, en donde una anciana nos aviso que unos militarse nos atacarían si nos verían… debimos emprender la huida y a mi casi me atrapan, por tonta… después uno de mis compañeros robo un jeep en el que nos desplazamos hasta un campamento de una tribu llama Tutsi, ellos nos dijeron que los Hutus los atacaban y masacraban sin piedad; nos pidieron nuestra ayuda para a cambio dejarnos pasar hasta Camerún. Decidimos ayudarlos pero… nunca espere lo que vendría, nunca me había imaginado estar en una situación de esas…-sus ojos se humedecieron-… los Hutus llegaron… y había sangre… por todos lados… de los Tutsis…de los Hutus…-se llevo una manos a la boca mientras de nuevo sentía ganas de llorar-… de mis compañeros… g-gente muriendo frente a mis ojos… y yo…. Simplemente no puede hacer nada…. no pude siquiera defender a los protegidos que e-estaban bajo mi c-cuidado… solo fui una inútil… yo…
Se levanto volviendo se a sentar derecha y soltando la mano de Dylan para secarse las lágrimas que habían vuelto a salir ¿Por qué tenía que ser así? Eso no ayudaba a nadie, solo empeoraban las cosas. Se sentía totalmente impotente y culpable, culpable por lo que había sucedido, tanto que simplemente podía llorar al recordarlo, buscando así tal vez de alguna forma poder reponerse de aquellas imágenes que aún daban vueltas en su mente y que se convertían en pesadillas por la noche.

Cuando narraba su historia noto la atención de Alina hacia él, parecía aliviada de escuchar que todo había marchado normal sin nada alarmante que contar realmente, no se había lastimado gravemente, si acaso un par de rasguños que ocasionaban los arboles que se topaban a lo largo de todo su camino. Noto que había logrado una sonrisa en Alina y esto lo contagio de nuevo con una sonrisa, quería verla así, quería verla feliz sonriendo a su lado.
Luego noto que la chica suspiraba ahora de nuevo con esa mirada de melancolía, el chico cambio su semblante a uno de seriedad, escucho que la chica decía que era un alivio que nadie haya salido lastimado, el solo asintió “Salieron lastimados haya? Quiero saber pero a la vez no… creo que tengo miedo de saber porque no me quiero preocupar” pensaba mientras la chica divagaba antes de hablar, para luego dejarse caer sobre su hombro, Dylan se sonrojo por la sorpresa y se quedo algo paralizado, pero luego levanto un brazo y acaricio un poco su cabello mientras ella hablaba, no quería que estuviera triste de nuevo, pero era inevitable, se mantuvo en silencio escuchando lo que ella decía, “No te digas tonta…tonta” pensó al escuchar la primera parte donde decía que casi la atrapaban, pero luego continuo escuchando con atención algo sorprendido, pues parecía que de verdad habían enfrentado algo terrible, escucho la peor parte que era la de los asesinatos realizados por los Hutus, y la abrazo fuertemente, mientras sentía la tristeza de Alina que se trasmitía hacia él, no sabía que decirle, esta era una ocasión en la que él no había enfrentado algo parecido, el no sabía que era la muerte y ese tipo de sufrimiento, no tenía la menor idea de lo que se sentía, pero podía sentir empatía por ella, una muy grande, solo quería abrazarla más fuerte y así consolarla lo más que pudiera.
La chica se levanto soltando la mano de Dylan para secarse la lagrimas que habían comenzado a brotar de nuevo, el chico se acerco de nuevo a ella buscando la manera de que volviera sus brazos pero no se atrevió a demostrarlo demasiado, levanto su mano para colocarla sobre la cabeza de Alina y de esta manera acariciar su cabello,
-Tranquila Alina, animo por favor… se fuerte- le dijo con voz suave para luego recargar su frente en la frente de ella mientras cerraba sus ojos con la mano aun en su cabeza quedando a muy escasos centímetros de su rostro, no sabía que estaba asiendo, pero era lo que quería, darle todo el afecto que pudiera hacerla animarla, quería protegerla y liberarla de ese sufrimiento,
“Quisiera poder haberla ayudado, estado con ella… enfrentado eso con ella, maldita sea, porque le hicieron eso a ella y no a mi?” pensaba muy en el fondo frunciendo un poco el ceño pues comenzaba a sentir ese gran enojo que le reprimía enormemente el pecho, aun seguía recargado en Alina mientras sentía su respiración y su calor, pero no le importaba su timidez en este momento pues solo pensaba en el destino y lo injusto que era.

Mientras hablaba había sentido como la mano del ojiazul acariciaba suavemente sus cabellos, sin duda alguna era una caricia reconfortante, tal vez justo lo que ella buscaba al dejarse caer sobre su hombro. Un fuerte abrazo seguido a esto la reconforto aun mas, convirtiéndose en un cálido consuelo, pero aún así ella no pudo evitar que sus lagrimas imperasen por volver a salir; al parecer solo recordar aquella situación la afectaba enormemente. Se separo del chico para limpiarse las lágrimas mientras se ponía de pie, dándole la espalda a él para que ya no la viese así, lo intentaba, se esforzaba en ello, pero al parecer, no podía evitarlo.
Escuchó los pasos del chico acercarse a ella y cuando lo vio frente a sí, este coloco suavemente una mano sobre s cabeza para volver a acariciar su cabello, ella cerró levemente los ojos para disfrutar de aquella caricia, realmente la necesitaba, necesitaba ese trato que sólo él sabía darle, que la calmaba, la tranquilizaba y hasta de cierta forma la llenaba de confianza, más aún cuando escuchó que él le decía que se tranquilizara y que sea fuerte.
-Tienes razón… yo… debo ser fuerte…
Apenas dijo esto entreabrió levemente los ojos y logró ver como el apoyaba la frente sobre la suya, sus ojos se abrieron por completo con una clara expresión de sorpresa reflejada también en la forma en que sus cejas habían subido. Se quedó en silencio observando el rostro del chico por unos segundos en los cuales sus mejillas se sonrojaban notoriamente ¿Por qué era así con ella? Todo lo que él hacía solo lograba que lo quisiera cada vez más, tanto que ya comenzaba a asustarse ¿son posibles tantos sentimientos? ¿le estaba permitido a ella sentir eso? era algo muy hermoso para alguien tan pequeña e insignificante como ella, sin embargo, aún así, era feliz de sentirlos.
Cerró sus ojos apretándolos un poco, solo disfrutaría de la cercanía, del calor de aquella respiración sobre sus labios y de cómo su aliento cosquilleaba suavemente en ellos provocándole un sin fin de sensaciones y el ya notorio y conocido acelere de su corazón.
Subió sus manos hacia posicionarlas frente a su pecho tomándoselas suavemente, no quería separarse de él, sentir su calor la aliviaba y la consolaba, la contenía y la hacía sentir protegida; sabía bien que solo en su brazos confiaría, y que junto a él nada malo le podría suceder, sabía que a su lado se haría más fuerte para enfrentar cualquier situación que se presentase. Ser alguien mejor, ser más fuerte, poder ayudar a los demás era su meta, y si sola lo veía imposible, estando al lado de Dylan parecían abrirse nuevos caminos, simplemente la luz llegaba a su vida de manera brillante y salvadora.
Luego de unos minutos su deseo se hizo realmente enorme y ya no pudo retenerlo, simplemente abrió los brazos y rodeando el torso del chico se abrazo a él con fuerza apoyando la cabeza en su pecho, unas palabras habían comenzado a nacer en sus labios y solo deseaba dejarlas escapar, aunque muriese de vergüenza luego, deseaba decirlas con todo su corazón.
-Te quiero… Dylan… te quiero... mucho…
Al dejar escapar aquellas palabras se hizo un poco más pequeñita pero sin dejar de abrazarlo, apretó los ojos con fuerza mientras su corazón latía alocadamente, de pronto todo aquel pesar y toda aquella angustia parecían haber desaparecido, más bien pasado a un segundo plano porque ahora solo podía ver todo lo que estar cerca de aquel ojiazul le provocaba. Ella misma no sabía describirlo, pero sabía que era algo grande, que era muy dulce, y que parecía crecer con el correr del tiempo y con cada contacto que sus ojos tenían con el profundo mar reflejado en los ojos azules de aquel chico de cabello negro.
Por todo eso y más deseaba volverse más fuerte, para él, para la gente que lo necesitase, y también para ella misma, deseaba fervientemente superarse y si antes no tenía energías para intentarlo, el lograba dársela y en grandes cantidades, solo con sonreírle, solo con mirarla, solo con escuchar como pronunciaba suavemente su nombre.

Permaneció un largo tiempo recargando su frente contra ella, intentando así trasmitirle todas sus fuerzas, porque era lo que la chica necesitaba, no importaba si él se quedaba sin energías, el solo quería llenarla de las fuerzas necesarias para superar aquel gran incidente que la había dejado destrozada. Sentía la calidez de la chica y comenzaba por ruborizarse pero aun permanecía allí, no quería ser un cobarde más contra esa sensación de calidez y afecto.
Repentinamente sintió como la chica se separaba para abrazarlo fuertemente apoyándose de nuevo en su pecho, para pronunciar “Te quiero Dylan, Te quiero… mucho”, el se quedo por un momento paralizado recibiendo ese abrazo, ella había dicho esas palabras con tanta fuerza y con tanta verdad que se habían trasmitido hacia él, era verdad? Alina lo quería tanto? El no podía asimilarlo aun, sonrojándose bastante y provocando que su corazón se acelerara de igual manera que el de ella, vacilando un poco extendió sus brazos para rodearla de nuevo delicadamente,
-G-gracias… También t-te quiero mucho Alina- apenas pronuncio con una leve sonrisa en sus labios pues parecía haber regresado a su estado nervioso debido al shock que había recibido al escuchar aquellas palabras tan fuertes de parte de la chica, se sentía realmente feliz por dentro, sentía una ganas enormes de protegerla y darle todo el amor que pudiera,
- A-Alina, Te protegeré todo lo que pueda estando presente… pero si vuelves a estar sola, debes ser fuerte, Ok?- le dijo intentando animarla y cambiar un poco el tema, pues quería calmar el sonrojo enorme que no lo dejaba hablar, en ese momento recordó de que aquella cita se había cancelado, debía reponerla, y salir con ella como lo había prometido,
- Quieres salir conmigo como habíamos quedado aquella vez antes de que sucediera eso?- pregunto separándose un poco para mirar a Alina ruborizándose aun un poco mas, pues en verdad era lo que quería, salir con ella, e intentar así distraerla de todo lo que había pasado en aquel lugar, quedo esperando una respuesta frente a ella llevándose una mano al cabello para pasarle los dedos pues de nuevo volvía su tic nervioso, mientras miraba tímidamente a la chica.

Luego de un tiempo pudo sentir como él la rodeaba suavemente con sus brazos, nuevamente esa dulce calidez en su espalda la hacía sentirse segura, para después oír aquellas palabras que aceleraron aún más su corazón; “También te quiero mucho Alina” había dicho con aquella suave voz que ella adoraba. Luego de unos segundos de un dulce silencio el dijo que la protegería siempre que estuviera presente, pero que debía ser fuerte si él no estuviese, tenía razón, ella debía ser fuerte, ella quería serlo.
-Lo sé… daré mi mejor esfuerzo para ser mas fuerte… es lo mejor…-dijo casi en un susurro-
Sintió como él se alejaba un poco de ella para luego preguntar si deseaba reanudar aquella cita que se había visto interrumpida por el viaje a África, mirándola a los ojos ruborizando sus pálidas mejillas le hizo aquella pregunta a la cual ella asintió con un leve movimiento de cabeza acompañado de una dulce sonrisa; no sin antes notar como él esperaba su respuesta llevándose una mano a la cabeza para jugar de forma algo nerviosa con su negro cabello.
-Si quiero… vayamos a ese lugar…-bajando la mirada con una pequeña sonrisa tímida-… ha de ser muy bonito…
Se sujeto el cabello con algunos dedos cuando notó que una leve brisa intentaba despeinarla, pero al notar ese gesto que el ojiazul tenía con sus cabellos mientras se ruborizaba la llenaba de ternura. Alzando una mano acomodó algunos cabellos negros despeinados por el viento y por su mismo dueño para luego dedicarle una dulce sonrisa. Dylan tenía ese poder, el poder de hacerle olvidar que un mundo existiese, el poder de hacerle creer que todo estaría bien, solo estando a su lado ella se sentía verdaderamente fuerte.
-Tú dime… cuando… y a qué hora…
Luego de dejar escapar aquellas palabras casi en un susurro terminó de acomodar los cabellos del chico y luego le sonrió, sonrió con una sonrisa verdadera, aquella que él había sido capaz de rescatar de en medio de toda aquella angustia; sin duda alguna a ella le gustaba sonreír, pero más que nada le gustaba sonreír para él, porque le gustaba que sus sonrisas se contagiaran, porque le encantaba verlo sonreir.

El había hecho su pregunta, y la chica asintió levemente sonriendo dulcemente mientras lo miraba, para luego pronunciar “Si quiero, vayamos a ese lugar… ha de ser muy bonito” bajando la mirada tímidamente, el chico sonrió realmente feliz aun ruborizado mirando a Alina mientras una brisa casi fría soplaba dejando caer algunas hojas de los arboles haciendo que el chico notara que había un otoño presente, la chica alzo su mano acercándose un poco para acomodar algunos cabellos del chico que se habían despeinado con el viento, el se quedo quieto mirándola con los ojos muy abiertos ruborizándose ante aquella muestra de afecto, para luego ver esa hermosa sonrisa que siempre le dedicaba haciendo que el chico se sonrojara aun mas de golpe, apenas intentaba asimilar su sonrojo y timidez cuando la chica pronuncio “Tu dime… cuando… y a qué hora”, el se quedo paralizado viendo como Alina superaba ligeramente su vergüenza ante él, casi no podía creerlo, dejo de acomodar su cabello despeinado y el chico desvió la mirada intentando concentrarse en responder, porque así como estaba las palabras no saldrían, volteo a verla y de nuevo tenía esa hermosa sonrisa que tanto hacia que su corazón se acelerara, de nuevo frunció el ceño desviando la mirada pues no quería seguir pensando tales cosas como besarla, insistía en no aprovecharse de que ella se dejaría, pues no es correcto, aun no era su novia y quería que todo en verdad fuera una situación más seria y formal.
-Ahora estaría bien?- le dijo volteándola a ver aun ruborizado pero enfrentando su patética timidez, o al menos el pensaba que era patética – Que sea ahora que aun no tenemos clases- agrego con una sonrisa tímida, se sentía nervioso de pensar que realmente tendría una cita con la chica que tanto le gustaba y le daba mucho gusto que la chica haya podido cesar su llanto, le llenaba de felicidad ver la sonrisa de Alina tan natural y preciosa, era algo que lograba apreciar bastante.

-Entonces te veo haya?- le pregunto por ultimo sonriendo dulcemente ante la chica, irían a su primera cita al Café, y sabia que la pasarían bien juntos, no tenia ningún consejo de nadie, pero había podido lograr esta situación el solo, ahora se sentía orgulloso de si mismo, poco a poco lograba superar un poco su gran timidez ante Alina.

Observando al ojiazul vio como desviaba la mirada, se sorprendió un poco levantando las cejas, pero luego su sonrisa volvió a ser plena, se veía tan lindo cuando hacía esas cosas, en ese momento solo sonrió unas enormes ganas de abrazarse a él con fuerza, pero ella sabía contenerse, además de que su misma timidez le resultaba contenedora. Dylan volvió a mirarla nuevamente y ella sol le sonrió, para que luego volviese a desviar la mirada mientras fruncía el ceño, en ese momento no pudo evitar que un dulce sentimiento de ternura la invadiera.
Luego de unos segundos escuchó que él le preguntaba si estaba bien en ese momento, ya que debían aprovechar que no tuviesen clases. Ella se sonrojó levemente mientras lo veía con un leve asombro, debía volver a su habitación a arreglarse, quería ponerse bonita para él, aunque pensar en ello le acelerara el corazón repentinamente; quería que él la viera bonita.
-Si… me parece bien…-sonriendo dulcemente-… entonces, iré a mi habitación a prepararme…
Dijo esto mientras observaba como el sonreía tímidamente y sin poder evitarlo sus sonrojo subió un poco mas su tono, solo de verlo se sentía perderse en sus ojos, adoraba su voz, su sonrisa, adoraba todo de él, y esto solo lograba que su sonrojo aumentara, que su corazón se acelerara y que sintiera ganas de suspirar cuando él la miraba tan dulcemente.
-Si haya nos vemos… en un rato…
Dicho esto colocó sus manos detrás de su espalda y caminó unos pasos para luego volver a girarse hacía el con una gran sonrisa dibujada en sus labios. Sin decir palabras solo le sonrió dulcemente para luego levantar una mano en señal de saludo y salir de allí caminando lenta pero alegremente, mientras la brisa hacía volar suavemente sus largos mechones rosados.

Notaba que no era el único nervioso si no también ella, era una sensación muy dulce de parte de los dos, solo sonreía con alegría por ver a Alina de esa manera ante él. Escucho su respuesta, agregando que iría primero a prepararse, ante eso él se sonrojo mas de golpe, arreglarse y ponerse bonita para él, significaba tanto, pues ahora sabia lo importante que era para Alina esa cita,
-D-de acuerdo- contesto apenas sin poder hablar por los nervios, no podía mantener contacto visual por mucho tiempo con ella porque su sonrojo aumentaba considerablemente, mientras jugaba con las puntas de su cabello pues la sensación de su corazón latiendo con fuerza era demasiada, la miro y noto como sus ojos se clavaban en el por unos segundos – También iré a prepararme- agrego como si pensara que la chica esperara una respuesta más de su parte.
La chica llevaba también un sonrojo bastante notorio, y el chico solo pudo sonreír en respuesta a ello, era tan linda de esa manera. “Haya nos vemos, en un rato” pronuncio la pelirosa, y colocando las manos detrás de su espalda, tomo camino para luego girarse y dedicarle una última sonrisa mientras él la miraba con cierto asombro, aun seguía maravillado sin poder creer lo bonita que era,
-Sí, nos vemos allá en un par de horas… y me saludas a Dill cuando lo mires- dijo intentando pensar en otra cosa, por ejemplo en aquel erizo, pues tenía que concentrar su nervios y dejarlos ir, este momento no era para eso, tenía que ser fuerte en este estado. Ella sonrió dulcemente por ultimo para levantar la mano y despedirse, continuo caminando alegremente, y el también dio la vuelta para seguir su camino dirigiéndose a su habitación, para sentir esa sensación extraña cuando notas que de nuevo estas sobre la tierra donde todo es normal,
“Vaya, estando con ella todo es diferente, ahora me siento como si despertara de algo… ni cuenta me di de qué hora es” pensó mientras se acomodaba el cabello que se despeinaba con la brisa mientras permanecía aun ruborizado, continuando con su camino hasta los dormitorios.

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