Plasmando en hojas de papel... [Rai]

Rai se giró casi de inmediato al escuchar la pregunta de la peliazul y sin siquiera molestarse en contestar posó ambas manos en cada una de sus frentes, después de haber dicho que la chica se veía rara.
-Claro, después de todo mi cabello está…- expresó con desgane, pero se detuvo al notar que el chico nuevamente la miraba de forma extraña.

“Tan… ¿tan rara me veo?” pensó vagamente. Aún no notaba el tipo de "raro" al que se refería.


Tiró de ella y así recorrieron varios metros rápidamente hacia, al parecer, la enfermería. Sentía estar en un estado entre el sueño y la realidad, ¿fiebre? Recordó apenas lo que había comentado anteriormente su amigo.

-Ya veo… -caminaba mientras escondía su rostro en el cálido abrigo, pero lo cálido parecía querer ser reemplazado por un fatigoso ardor.
No tardarían mucho en llegar a la enfermería, o eso pensaba, le parecieron kilómetros los metros recorridos en esos minutos.

Seguía caminando velozmente mientras tiraba de la muñeca de la peliazul, pero el paso a la chica se le hacía cada vez más lento y dudoso, y hasta parecía decir algunas incoherencias, o más bien parecía no saber muy bien en donde estaba parada; al parecer la fiebre subía rápidamente, lo mejor sería darse prisa.
Luego de unos minutos terminó por disminuir el paso, tampoco era correcto llevarla a la rastra, así que solo camino a la velocidad en que ella le fuera posible para al fin poder llegar a la enfermería.
-Aquí estamos…
Aún sujetando fuertemente la muñeca de la chica la observó para notar nuevamente como sus mejillas parecían arder y como se veía algo pálida; como si estuviera a punto de caerse al suelo en cualquier momento. Lo mejor sería tratarla cuanto antes y lo más producente sería que allí dentro realmente hubiera alguien que pudiese atenderla.

>>Continúa en enfermería<<