Comiendo con el chico nuevo. [Priv. con Kuja]

Guió por los largos pasillos al peligris, le ayudaba cargando una de sus maletas, todo el camino transcurrió en un silencio incomodo para el ojiverde, de cierta manera el otro chico le intimidaba y no tenia idea de porque, tal vez era solo su imaginación que se encontraba muy activa desde los últimos acontecimientos que había vivido en la Academia.

Entro al enorme comedor, que en ese momento no tenia muchos alumnos, busco con la mirada una mesa bien ubicada- Puedes sentarte allá... -murmuro, acercándose hasta la mesa, dejando la maleta a un lado del lugar donde se podían sentar.
- Vamos a la barra, ahí podrás escoger que quieres comer, siempre hay de todo -sonrió, el también tenia hambre por lo que no era mala idea hacerle compañía a Kuja.

Se acerco a la barra de comidas, admirando toda la comida se exponía frente a sus ojos- Y, ¿Que te apetece, Kuja? -pregunto, volteando su mirada hacia el rostro del otro chico.

Observaba atentamente como el chico de cabellos grises admiraba toda la comida que se extendía frente a los ojos de ambos, el buffet era amplio y variado para satisfacer todos los gustos; sin poder evitarlo cuando le escucho decir con tanta seriedad 'Carne' dejo escapar una carcajada en voz alta, negando con la cabeza.

-...Ok, no es una mala idea -comento aun con una sonrisa en sus labios. Le sorprendió un poco el acento, sonaba bastante exótico pero se oía bonito, se olvido de eso para responder la pregunta del alumno nuevo, arrugo con suavidad la nariz y empezó a analizar los platillos que había.

Se acerco, en un plato se sirvió huevos revueltos, junto con tocinos fritos, un plato de frutas con gelatina y un vaso de jugo de manzana- ¡Listo! -sonríe, nada mas rico que una buena comida y balanceada, ya después tendría oportunidad de atragantarse con comida chatarra fuera de la Academia.
-Volvamos a la mesa para comer -sugirió alegremente, alejándose de la barra para ir a sentarse en un lugar de la mesa.

Levantaba la vista, mirando de reojo a Kuja, que comía tranquilamente de una manera un tanto graciosa para el castaño ya que no usaba los dos cubiertos pero lo entendía a veces eso era una lata, así que no tenia caso molestarse con eso.

Tomo el tenedor y comenzó a comer tranquilamente de sus huevos revueltos, comiendo algunos pedazos de tocino, estaba delicioso como siempre, comió algo de pan tostado que había tomado antes de irse a sentar.

- Pues tengo 15 años y...mas o menos, apenas serán 10 meses o un poco menos -contesto de manera amable, tomando el vaso de jugo, dándole unos sorbos largos- Aun no termino de acostumbrarme, soy un chico que gusta de vagar por la ciudad -bromeo de buena gana, encogiéndose de hombros.
- Y, tu, ¿cuantos años tienes? -pregunto con curiosidad.

Era mucho mas grande que él y se le notaba, aun era un crió a los ojos de muchos mas pero no le importaba, así era medianamente feliz por lo que le sonrió ampliamente al chico de cabellos grisáceos mientras le escuchaba. Todo el desayuno estaba delicioso por lo que se tomaba su tiempo, comiéndolo y degustando con propiedad, cosa rara, en el voraz y glotón Kruger.

-Si la ciudad, es muy bonita, luego tienes que ir a conocerla -comento emocionado- Ah bueno, yo soy de New York, USA y...-se tomo un tiempo para pensar la respuesta, manteniendo el tenedor dentro de su boca- No me quejo, esta bien pero no estoy acostumbrado a estar tanto tiempo encerrado y sobre los maestros -rió con nerviosismo- Pues ya los iras conociendo, supongo que en el fondo son buenas personas -se encoge de hombros.

Termino sus huevos y tocino, pasando a comer el plato de frutas, llevándose varios trocitos hasta su boca- Ya veras que pronto encajaras en la escuela, no sera un problema para ti -le sonrió ampliamente y de una manera infantil.

Mark le sonrió, una sonrisa honesta, el boricua tenía tiempo sin ver a alguien sonreír así, seguía habiendo algo en la sonrisa de ese chico que le agradaba, le devolvió la sonrisa a su manera, levemente. Escucho atento sus respuestas, dando su contestación a cada una a su tiempo:

Un día me tomare un rato para conocerla, si no te molesta, agradecería que me acompañaras, sería bueno ir con alguien –Dijo serio- “USA, NY, hace cuantos años” pensó recordando sus viejas visitas de “negocios” a esa ciudad. Procedió a escuchar atento los detalles de la escuela, por lo visto no sería difícil acoplarse, después de todo, estaba en una escuela para pura gente como él:

Seguro me las apañare, he estado en peores lugares que este –Dijo con tono serio pero con un semblante tranquilo- Y te comprendo, a mí tampoco me gusta estar encerrado –Pensó mas en una cárcel que en la Academia- Pero en un lugar como este, que parece casa gigante, supongo que debe ser medio difícil no sentirse así no? –Pregunto con simpleza-.

Comenzó a devorar (Si, eso era lo que hacía más que comer) su segundo filete, ayudándose de su bebida para pasar, entonces miro a los ojos a Mark y le dedico una sonrisa, la siguiente pregunta tal vez no le gustaría mucho: Quiero hacerte una pregunta, espero no te moleste –Lo decía con total honestidad- Que trajo te aquí Mark? Es decir, que poder tienes? –Aclaro la pregunta para que Kruger no mal interpretara y pensara que la pregunta iba sobre su pasado, a algunos no les gustaba hablar de eso y era pronto para intentarlo-.

Continúo comiendo, esta vez un poco más lento mientras esperaba.

Pues habrá que cambiar eso eh? –Refiriéndose a las salidas nocturnas- Yo no soy de los que soporte mucho tiempo sin irme de copas… Y se de esos bares en NY, de hecho, uno se la pasa muy bien por ahí –Lo sabía, iba a trabajar y a festejar su victoria en cada visita-. Le regreso la sonrisa, comenzaba a caerle bien el chico y eso lo calmaba a no portarse tan duro como acostumbraba.

“Este chico con cada palabra comprueba mis pensamientos… Y se parecen tanto” pensaba el boricua, de momento el semblante del chico cambio tras la pregunta sobre sus poderes, algo malo había pasado usándolos seguramente, dedujo debido al poder de controlar el fuego, “Un poder muy peligroso, pero bastante fuerte… Es un niño al fin y al cabo, joven para una responsabilidad como esa” suponía, haciendo conjeturas por la mirada y respuesta de Mark. “O algo le paso que no le gusta… Después de todo, algunos descubren sus poderes a las malas”.

Disculpa si te molesto la pregunta –Espeto el puertorriqueño en tono serio- Pero es un gran poder Mark! –Dijo intentando animarlo- Y pues, todos estamos aquí por cosas así no? Cualquiera pierde a veces el control de sus poderes, yo mismo a veces no controlo lo que hago –Eso fue para relajar el ambiente, para hacer que el chico volviera a sonreír, no le gusto el giro que tomo la conversación, seguro algo malo había pasado y si él no le quería contar, de momento no preguntaría-.

Venga, sonríe chico –Con un tono tranquilo- Apostaría mi maleta a que no estás aquí por solo por eso –Cuando quería ser directo, era directo- No te obligare a hablar de ello si no quieres, pero si un día necesitas alguien con quien hablar, cuenta conmigo vale? –Le dedico una sonrisa, esta vez completa-.

Mark levanto la mirada, viéndolo a los ojos, el boricua le regreso la mirada tranquila y serena, vio como una sonrisa volvió a los ojos del menor y no pudo evitar sonreírle también, al menos volvía a tener ese gesto que comenzaba a gustarle al peliblanco:

Bien, me agrada oír eso –Dijo tranquilizando el ambiente un poco- Hay que buscar saber que limite tenemos siempre. Noto como el castaño se sonrojo y no pudo evitar sonreír por completo, le pareció muy gracioso que le sucediera eso, aun con la sonrisa hablo: De nada Mark, cuentas conmigo. Y claro, no dudes que si necesito algo te lo pediré –Le dijo con una sonrisa divertida, esperando el chico no se sonrojara por lo que le dijo-.

Casi se había olvidado de su plato, aprovecho la pregunta del ojiverde para regresar a su comida y darle un trago largo a su “coca”… No sabía bien que contestar, por lo que aprovecho el momento para pensar:

Pues depende brother –Dijo ya sin ocultar su acento- Soy de Puerto Rico, tengo 17 años, pero eso ya lo sabes –Dijo bromeando, esa frase la tenía muy pegada- Soy umbrakinetico, ósea, controlo las sombras –Se quedo pensativo un segundo- Y no tengo padres! –Soltó en un son de broma, para luego cambiar su semblante a algo más serio- Depende de que quieras saber Mark.

Dijo mirándolo fijamente a los ojos, mientras terminaba su filete y le daba otro trago a su bebida.