Vagueando sin clases. [Priv. Kuja][CERRADO. Incompleto]

El baile de Halloween había sido a penas anoche y el boricua no pudo terminarlo como él hubiera querido, le interrumpieron la fiesta con Logan, aunque después de eso al menos se pudo embriagar en su cuarto con la aprobación de Evan. Al otro día, después de su clásica rutina de ejerció y de darse una buena ducha decidió su día, se vistió como le gustaba, siempre de negro y aprovechando la ausencia de clases, salió de su cuarto con rumbo a los jardines, quería explorar que había en las afueras del colegio. Se compro una Coca Cola, la vacio a la mitad y luego la lleno con ron, tomo sus cigarros y partió.

Tras caminar un rato por los jardines, viendo a todos los compañeros pasear, algunos preocupados por lo que había sucedido anoche, decidió girar un poco, de camino hacia el donde le habían dicho que había un lago, no le caería mal un pequeño baño en agua natural, o al menos sentarse ahí, tomarse a gusto su ron y luego regresar, prendió un cigarro en su decisión.

Como ya le era costumbre, se perdió en su camino, tuvo que atravesar un pedazo de bosque para salir donde se supone quería, cuando estaba a punto de desistir y ver cómo demonios regresaba a la Academia, su punto clave se materializo frente a él, por fin llego al lago.

Camino lentamente inhalando del cigarro y dándole un trago a su botella de “coca”, buscando un lugar donde sentarse, sin embargo, a lo lejos diviso a un chico de pelos castaños… Un color que se le hizo bastante familiar, por un momento creyó conocer al chico, aunque era mejor no apresurarse, por lo que decidió caminar hacia el por su espalda antes de saludarlo y tener la sorpresa de que se había equivocado.

Mientras caminaba, el chico se hecho hacia atrás, recostándose en el pasto, así que por fin pudo descubrir que sus sospechas eran ciertas, el chico era Mark Kruger, el mismo que lo recibió en su primer día. El boricua termino su cigarro, tirándolo y pisándolo para evitar accidentes, luego camino lento hacia Mark, parándose justo sobre el y mirándolo desde arriba:

Hola Mark –Le dijo con un tono tranquilo, pero sin sonreír- Porque tan solo brother? –Tenía algo de confianza, por lo que no le molestaba hablar un poco más boricua de lo normal-.

Se quito los audífonos de las orejas justo cuando Mark abrió sus ojos lentamente, fijando su mirada en Kuja, que hizo lo mismo, desde su posición observo fijamente los ojos verdes de Kruger, noto que frunció el seño al verlo, sin embargo no se inmuto, no parecía estar muy bien que digamos, aun así, el puertorriqueño le sonrió levemente cuando escucho lo del cigarro: Un poco, es un vicio que tengo Mark, pero no tardara en quitarse, no te preocupes –Dijo eso porque pensaba quitarse la playera en un rato y darse un baño en el lago, aunque antes quería investigar que había llevado ahí a su joven compañero-.

Noto como el castaño daba un suspiro “Comprobado, no está bien” aseguro el peli plateado para sus adentros. El viento movió su pelo suelto mientras seguía mirando desde arriba al neoyorquino: Yo vine a nadar un rato en el lago antes de que llegue el invierno, a fumar y a beber tranquilo –Le sonrió con serenidad- Pero lo que yo haga no importa, no me gusta tu manera de hablar… Puedo? –Le hizo en son de si podía acostarse a su lado, esperando a su respuesta antes de hacerlo-.

Se puede saber que tienes? –Le dijo mirándolo con el semblante más honesto y sereno que pudo darle, quería que el chico supiera que podía confiar en él y que haría lo que pudiera para ayudarle-.

Lo escucho decir que seguro estaba loco por querer nadar en ese lago a esa temperatura, y soltó una risa cuando vio la expresión en su rostro, cierto, comenzaba a hacer mucho frio y amenazaba el atardecer que daría vida a la noche, y si, probablemente el boricua estaba loco, pero el sabia como tomar calor con su medio ron, un cigarro y ejercicio de natación:

Tal vez estoy loco, pero créeme, la natación es el ejercicio más completo que hay… Y yo no nado desde que salí de Puerto Rico –Lo dijo con algo de nostalgia, a veces extrañaba su vieja isla, aunque sabía que no podría pisarla en un buen tiempo-.

Una vez el boricua se acostó al lado de Mark, le dio un trago a su bebida y lo escucho atento:

Aunque, creo que esta vez no podre hacerlo –Dijo volteándolo a ver- En este momento tu eres más importante que mi ejercicio. El puertorriqueño analizaba mucho a Mark, pero es que le intrigaba que pasaba por su joven mente, además, era muy dado a hacer eso con la gente, tal vez era malo, pero le ayudaba a entenderlos mejor.

En eso se concentro totalmente en Kruger, lo escucho decir lo de su novio, luego girarse un poco por el frio, dándole la espalda, su pregunta sobre la confianza, creyó oír que al oji verde se le quebraba la voz al pronunciar eso ultimo, pero como no lo miraba, no pudo descubrirlo, pensó decirle que tenía que mirarlo a los ojos para hablar, pero tal vez era mejor que Mark se sintiera más seguro, aunque para eso tuviese que voltear la mirada. Se quedo callado unos segundos, de esos segundos que parecen ser eternos, antes de poder hablar:

Sabes algo brother? Te entiendo perfectamente, es difícil volver a tenerle confianza a una persona después de que la pierde, me paso una vez… Es un sentimiento difícil de lograr y aun mas difícil de reconstruir, pero debes de analizar todo mi pana, cada paso. Si no te molesta la pregunta, dime, porque tu novio te pidió un tiempo? –Hizo una pausa- Y más importante, que hizo para perder tu confianza?

No reparo en saber si podía conocer sus respuestas, simplemente pregunto, tenía que saber que paso para poder entender mejor al chico, ya que con eso le dijo muy poco. Una brisa de aire pasó, era cierto, hacia más frio “El invierno esta cerca”, dio un trago a su bebida y espero la respuesta de su compañero mientras miraba al cielo.

Noto como el chico parecia tener mucho frio, se puso de pie lentamente y comenzo a desabrocharse los botones de su camisa, se la quito por completo, aun sin que el neoyorquino se diera cuenta por estarle dando la espalda, dejando al descubierto su torso desnudo, tenia un cuerpo excelentemente trabajado, pero sin exagerar, hacia ejercicio diario y estaba bien marcado del abdomen y pecho, tambien dejo ver los 2 enormes tatoos tribales que tenia en ambos brazos, se puso de rodillas al lado de joven y le puso su camisa encima, como en forma de manta, no era la gran cosa, pero estaba algo caliente por su calor corporal y le serviria un poco al menos.

Para que no te de frio –Fue lo unico que dijo mientras le sonreia y luego se acostaba a un lado para esperar a que le respondiera-.

El muchacho parecía estar bastante triste, cosa que no le gusto el boricua, se había acostumbrado a ver esa sonrisa en su rostro las pocas veces que convivieron y estaba dispuesto a ayudarlo como fuera con tal de regresarla a su rostro… Escucho atento el motivo de sus penas y fue más allá “Seguro se embriago y se le soltó la lengua… Pero a todos nos pasa eso… Además, así se dice siempre la verdad” pensaba el puertorriqueño: No eres estúpido Mark, eres un chico bastante listo… Créeme que a tu edad es raro ver a gente con tu manera de pensar.

Pensó un momento antes de continuar: Sabes algo Mark? Siempre hay que decir lo que pensamos, por más dura que sea la verdad, es mejor decirla –Sonrió mientras seguía fijando su vista al cielo- Así como yo ahorita, que te diré que me importas mucho y no quiero verte así –Era la verdad, el chico le importaba… Tal vez por su enorme parecido con alguien de su pasado, aunque aun no sabía a quién- Si incumplió una promesa, no habla muy bien de él no te parece? No le conozco, pero si te fallo, tal vez no merezca tu cariño –Tras decir eso, puso una mano sobre el hombro de Mark, intentando consolarlo-.

No me aburres Kruger, me agrada mucho platicar contigo –Terminando su oración, el castaño se sentó y levanto una ceja al verlo semidesnudo, luego le señalo su poco pudor y le saco una semisonrisa a Kuja- Gracias –Le dijo mientras se incorporaba para sentarse con el-. Escucho atento como le pidió un poco de ron para calentarse: Hay mejores maneras de calentarse brother, pero estoy seguro que no te caerá mal un buen trago –Tomo la botella y se la ofreció, mientras lo miraba fijamente a los ojos verdes-.

Sonrió ligeramente- Gracias, aunque no me considero inteligente...si no, no habría perdido a mi pareja -murmuro, bajando la cabeza hacia el suelo, atrajo sus piernas hasta su pecho, abrazándolas y apoyando su barbilla sobre sus rodillas. No importaba cuando intentaran animarle, en su mente solo podía pensar en Swithin, en lo mucho que lo amaba y lo extrañaba, y en cuanto se sentía solo y decepcionado.

Apoyo su mejilla sobre sus rodillas, volteando a ver al chico de cabellos grisáceos- ¿Quien mas podría merecer mi cariño? Nadie, Kuja, Swithin era todo lo que quería e incluso sus defectos me gustaban -murmuro en voz baja, no mentía, se había enamorado del noruego como un tonto porque era fascinante, divertido y le trataba como todo un caballero, le hacia sentir especial sobre todo amado pero ahora había perdido todo eso, esa misión en África le había arruinado la vida.

Tomo la botella y la llevo a sus labios, dando un largo sorbo a la amarga bebida que de inmediato quemo su garganta dejandole un cosquilleo en el paladar- No esta tan mal... -murmuro- Según tu, ¿que otras maneras tengo para calentarme? -Sonrió con algo de ironía- Porque si es la que estoy pensando, nunca va a suceder... perdí la oportunidad esa noche de Halloween -comento con toda tranquilidad, volviendo a llevar la boca de la botella a sus labios, dando de nuevo un trago largo, sintiendo como entraba en calor poco a poco y sus mejillas se teñían de rosado, sabia que no tenia mucho aguante para el alcohol.

Se encogió sobre si mismo, sintiéndose regañado por el mayor, tal vez se lo merecía. Estaba siendo bastante pesimista pero es que en verdad solo quería estar encerrado, terminando de sufrir con su pena; parpadeo sorprendido cuando el otro le obligo a verle, tomándole de la barbilla y diciendo todas aquellas palabras, sus mejillas se tiñeron de un enorme rojo, bajo su mirada-...Aun no me conoces lo suficiente -murmuro, quería creer lo que decía todo era real.

De nuevo le tomo por sorpresa el peligris cuando le rodeo con uno de sus brazos, acercándolo por simple costumbre apoyo su cabeza sobre uno de los hombros de Kuja, le entrego la botella sin oponer ninguna resistencia- Salud, supongo -dijo en voz baja, sonriendo de medio lado, tomando la botella de nuevo y empinandola sobre su boca, dándole unos tragos largos.

Le observo de reojo- ¿No tienes frió? -pregunto, recordando que no tenia nada puesto sobre la parte superior de su cuerpo, sus ojos verdes oscuros le miraban fijamente. Tal vez era el frió de la la temporada y la hora, sentir que alguien le estaba dando calor y apoyo o simplemente el alcohol que ahora corría por sus venas pero con su mano libre tomo el rostro del ojiazul para quedar frente a frente con apenas unos centímetros separandolos, cerro sus ojos y junto sus labios en un beso lento, tierno, ladeando suavemente su rostro para profundizarlo.

Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, abrió sus ojos y se separo con rapidez, con las mejillas rojas y la respiración agitada, sintiéndose aun peor de lo que se sentía-...Yo...yo...lo siento...fue un error, no debí -tartamudeo, volteando a todos lados, sin saber donde esconderse o que decir para remedir lo que había hecho. No podía y no debía buscar compañía que le consolara de esa forma, no era honesto.

Justo cuando pensaba que no podía sentirse mas avergonzado e idiota por hacer algo impulsivo, seguía disculpándose una y otra vez, pero fue interrumpido cuando el boricua le tomo de nuevo por el rostro, mirándole fijamente haciendo que Mark se sintiera aun mas apenado por la situación. Abrió la boca intentando decir algo pero ningún sonido salio del interior de su cavidad, apenas unos segundos después y sentía de nuevo los carnosos labios del chico de cabellos grisáceos.

Cerro sus ojos con fuerza, sintiendo como su caria ardía e incluso sus orejas se teñían de un color rojo, dejo escapar un suspiro ahogado mientras sus labios se rozaban con suavidad, ladeo su cara y lentamente entreabrió sus labios, dejando pasar la lengua ajena, recibiéndola con la propia, entrelazándolas con suavidad; se estaba dejando llevar, sintiendo su cuerpo calentándose por la bebida y el beso, rodeo el cuello de Kuja con ambos brazos, enredando los dedos de una de sus manos en el cabello ajeno.

Se separo lentamente, respirando algo agitado aun con los ojos cerrados y las mejillas rojas-...No...esta bien, yo amo Swii -susurro, intentando no caer mas en aquella extraña situación-...Eres mi amigo...yo amo a Swithin -seguía repitiendo en voz baja, intentando sacar sus sentidos de aquel estado de estupor, humedeció sus labios, no debía hacer esas cosas. Estaba mal y lo sabia, si lo hacia sabia que después se arrepentiría ademas estaba usando a su amigo y no quería, el umbrakinetico no se merecía eso.

El americano estaba confundido y se confundía mas y mas con las palabras y acciones del mayor, no entendía, como podían ser amigos mientras prácticamente se estaban devorando las bocas. Los amigos no hacían cosas así y en la mente de Kruger solo podía ver la imagen de Swithin, era a el a quien amaba pero su cuerpo reaccionaba de la misma manera con una persona que no era el noruego.

Frunció el ceño, apretando sus orbes cerradas, devolviendo el beso con la misma intensidad, jugando con la lengua ajena dentro de su boca, rozándola con sus dientes, atrapando el labio inferior de su acompañante, mordiéndolo con suavidad, sorbiendo el carnoso trozo de piel. Sus mejillas estaban rojas y un suspiro ahogado intento salir de sus labios cuando termino de recostarlo sobre la hierba, dejo la botella sobre el suelo, apretando ligeramente su mano a la del mayor.

Su mano libre se aferro a la espalda ajena, olvidando poco a poco a su razón, dejándose seducir y llevar por las caricias suaves del boricua sobre su rostro y cabello. Buscaba cariño y consuelo de manera equivoca en su amigo pero a pesar de odiarse por ello, aun no se detenía, solo se separo del beso para buscar oxigeno necesario que llevar hasta sus pulmones.
No quería abrir los ojos y ver a Kuja, no tenia el valor, ni el descaro para hacer algo como eso. Podía sentir como una oleada de agradable calor, calentaba su hasta entonces helado cuerpo mientras su piel se erizaba, el beso anterior había dejado un ligero cosquilleo en sus labios.

Las caricias del otro le fascinaban, los lugares que sus manos tocaban terminaban con un suave cosquilleo, dejando un escalofrió placentero en su espalda, suspirando en voz baja y dejo escapar un gemidito cuando le mordió la lengua, moviendola lentamente en círculos sobre el apendicie del mayor, arqueando ligeramente su cuerpo con la mordida en sus labios. Sus dedos se hundieron en la piel de la espalda del peligris, antes de deslizara lentamente hacia abajo.

Cuando se separaron apenas podía respirar, su pecho subía y baja en busca de valioso oxigeno, la respiración del otro chico acariciaba su rostro haciéndole temblar con suavidad mientras buscaba la manera de pegarse aun mas a la anatomía ajena, buscando mas de su calor mientras disfrutaba de las caricias en su cabello que le hacían sentir tan tranquilo y relajado. Su razón seguía gritándole que tenia que alejarse, que no era correcto, que no podía usar a nadie mas para llenar el espacio vació que había dejado el noruego porque de antemano sabia que no podría.

Frunció suavemente su ceño, echando la cabeza a un lado, estremeciéndose mientras esos labios y lengua recorrían su cuello haciendo que algunos suaves gemidos salieran de su boca. Aferro sus dos manos a la espalda ajena, atrayendo aun mas el cuerpo del peligris hacia el suyo, acariciando con una de sus manos el cabello del otro chico mientras su piel se erizaba y la temperatura de su cuerpo se elevaba rápidamente.

La mordida en su oreja le hizo temblar de pies a cabeza- K-Kuja...-murmuro en un suspiro, obedeciendo dócilmente a la petición, abriendo sus ojos que estaban algo húmedos e incorporándose sobre el pasto quedando de pie. Estaba demasiado nervioso para pensar o decir algo, ni siquiera se atrevía a mirar al boricua, su cuerpo temblaba de manera imperceptible por los nervios ademas del contraste de temperaturas entre su cuerpo ardiente y la frialdad del ambiente.

Llevo sus manos hasta su rostro, ocultándolo del ojiazul, toda la piel de su cara brillaba con el color carmesí mientras que el castaño comenzó a llorar en silencio, sin saber porque, puesto que su razón desde hacia unos minutos se había mantenido extrañamente callada.

Dejo escapar un suspiro mientras el mayor le atraía hacia su cuerpo, abrazándole con suavidad, dándole el calor y el cariño que necesitaba en ese momento, no pudo evitar sollozar en voz baja mientras las lagrimas calientes bajaban por sus mejillas sonrojadas, rodeando la espalda del otro chico con sus brazos, aferrando sus manos a la fuerte espalda ajena, desahogando un poco de la frustración, la tristeza y la confusión que invadían su mente.

Alzo la vista cuando se lo pidió, tenia el rostro empapado, las mejillas rojas al igual que sus ojos que estaban algo hinchados pero ya se había tranquilizado- Porque...no quiero usarte, eres mi amigo, me estas apoyando y yo...-mordió su labio inferior- Quería acostarme contigo...solo para sentirme mejor -termino de decir con un hilo de voz, volviendo a bajar la mirada hasta el suelo.

Escondió el rostro en la curvatura del cuello del boricua, subiendo sus manos hasta su cuello, abrazándole y acariciando con suavidad su cabello, era un intento mudo de disculparse por ser tan mal amigo al tener esa clase de deseos y pensamientos. Si Swithin se enterara seguramente nunca mas le volvería a hablar.

Sonrió ligeramente, intentando tranquilizar su agitada y confundida mente, queriendo creer en las palabras del peligris, no estaba seguro de lo que haría o como se comportaría pero no estaba seguro de nada, nunca lo estaba por lo que era una situación normal. Cerro sus ojos, escuchando el tarareo y como cantaba en voz baja y suave en su oído, se sentía un traidor por aceptar seguir con esa situación, aspiro profundamente, intentando dejarse llevar como el otro chico se lo pedía.

Asintió lentamente, en silencio, respondiendo el beso con lentitud rozando sus labios y dejando salir un suspiro de su boca, abriendo sus labios mientras su lengua se encontraba con la del mayor, enredándose, sorbiendo el apéndice ajeno al mismo tiempo que un gemido se ahogaba en su garganta por el mordisco.

Su cuerpo tembló por la mezcla de excitación y el contacto del clima frió en su piel desnuda ahora que tenia la camisa abierta. Las manos del castaño recorrían la piel de su espalda con suavidad, acariciándola lentamente con la punta de sus dedos desde los hombros hasta la espalda baja, se separo de la boca del boricua mientras bajaba sus labios apenas rozando la piel, primero por su barbilla y luego dejando besos húmedos por su cuello, succionado suavemente la piel de la curva, mordiendo con firmeza la unión del cuello con su hombro derecho.

No iba a rechazar al otro chico, aunque sintiera que estaba traicionando a la persona que amaba, quería y necesitaba seguir con aquello, comprobar que alguien mas podía desearlo ademas de sentir cariño sincero por su persona, no volvería a llorar, mando a callar sus pensamientos junto a la voz que le decía que estaba comportándose como un fácil traidor, solo deseaba sentir el calor de alguien mas confortándole y haciendo que se sintiera, al menos por un momento, mucho mejor.

Podía sentir el firme deseo del mayor, la semi-erección rozando sus caderas, sacando algunos suspiros de satisfacción de sus labios hinchados; pronto se sintió desnudo del torso, expuesto ante los ojos del mayor, volteo el rostro evitando mirar la cara del umbrakinetico, su cara estaba caliente por los nervios que le invadían ademas de que el clima frió del ambiente no le ayudaba mucho, hacia que su cuerpo se sacudiera ligeramente cuando la brisa helada rozaba su piel.

Las manos del peligris se perdían en la piel de su espalda, de su torso, acariciando y rozando con sus dedos mientras el castaño aferraba sus manos a los hombros del mayor, con los ojos cerrados y la cabeza baja, gimiendo por lo bajo al mismo tiempo que la piel de todo su cuerpo se erizaba con cada toque experto del otro chico
-...Ahh! -jadeo antes de morder el labio inferior, arrugando el ceño y temblando un poco cuando la mano del ojiazul tomo su erección, presionándola con firmeza haciendo que un escalofrió placentero sacudiera su espina dorsal.

Echo su rostro hacia a un lado, hundiendo sus dedos en los hombros ajenos, gimiendo con suavidad cerca del oído del peligris dejando que devorara su la suave y tersa piel de su cuello, cerrando con mas fuerza sus ojos al mismo tiempo que juntaba sus cuerpos, eliminando cualquier distancia entre ambos, rozando sus anatomías en una caricia algo brusca, chocando sus caderas y haciendo fricción entre sus miembros, no tenia idea de que hacer o como actuar, nunca había hecho ese tipo de cosas con nadie y solo se guiaba por su instinto.

En su mente mantenía la imagen y el deseo casi sofocante de pensar en Swii, imaginar que podía ser el noruego quien lentamente lo estaba llevando hacia ese placer desconocido pero estaba consiente y era realista, que no era el nórdico, que quien estaba a su lado, era Kuja, su amigo y no pudo hacer nada mas que seguir, abrazarse con fuerza a su cuello, acariciando los hombros del otro chico con sus manos y seguir con aquella deliciosa tortura que ya no sabia, ni le importaba, si estaba bien o mal.

"A fin de cuentas...siempre eh sido de lo peor" se reprocho con enfado y tristeza a si mismo, deslizando sus manos por la espalda baja del chico de cabellos grisáceos hasta llegar a su trasero, acariciándolo con timidez e inexperiencia.