Se reanudan las clases. [1er. clase, Post Grupal](Cerrado~~)

Ya había pasado una semana desde la emergencia del incendio, por fin se habían reanudado las clases. Por fortuna ningún alumno había salido herido de gravedad por lo que todos tenían que estar en la clase, no iba a perdonar ninguna ausencia, si el no faltaba nunca a su trabajo, menos Debian faltar sus alumnos.

Caminaba tranquilamente por los pasillos, el cigarrillo que fumaba termino tirándolo en uno de los contenedores de basura. Siempre llegaba al aula justo a tiempo, llego hasta la puerta del salón, abriéndola de golpe.
-Buenos días, no quiero ningún celular o aparato electrónico encendido, ni se les ocurra usar sus poderes ya que la clase ha comenzado -dijo en voz alta, en un tono tranquilo, con una sonrisa en su rostro mientras dejaba sus cosas sobre el escritorio al frente del salón de clases.

Paseo su mirada por todo el lugar, ya estaban ahí casi todos sus alumnos, a la mayoría los conocía a algunos otros, no, después de la hazaña que tuvieron al ayudar en la emergencia de la ciudad, les daría 5 minutos de tolerancia para que llegaran- Antes de iniciar la clase quiero felicitarlos por la ayuda, que la mayoría de ustedes, brindaron durante el incendio. En esta academia no solo se les esta enseñando a usar sus poderes también se les enseña en que situaciones usarlos -un suspiro escapa de sus labios- pero olvidémonos de sus habilidades especiales y empecemos con lo que nos concierne en esta clase...la literatura -miro de reojo el reloj que colgaba de la pared, ya había esperado lo suficiente.

Ese día se había levantado temprano, no había podido dormir a gusto, aun no se acostumbraba a tener que compartir habitación con un compañero. Se dio un baño rápido, higiene bucal y se puso el uniforme de la escuela, tenia su usual gesto de fastidio en el rostro mientras caminaba por los pasillos hasta llegar a su aula...le tocaba literatura, clase aburrida pero tenia que aprobarla, era su deber y no iba a fallar en ninguna materia por mas estúpida que fuera.

Entro al salón, que se encontraba casi vació a esa hora del día, se acomodo en su asiento al lado de la enorme ventana. Poco a poco comenzaron a llegar los demás alumnos, un montón de niños y niñas ruidosos que no tenia nada mejor que hacer al tonto mientras hablaban con sus amigos, solo se digno a voltear su mirada al frente cuando escucho las palabras del profesor.

Una sonrisa arrogante se dibujo en sus labios y chasqueo su lengua con fastidio, el ni siquiera se había tomado la molestia de responder al llamado de emergencia, no tenia porque salvar a un montón de gente mal agradecida que lo veían como un fenómeno peligroso. No, no se lo merecían, por el podría haberse quemado toda la ciudad y seguiría sin importarle.

Abrió su cuaderno con algo de pereza, la clase iba a comenzar y aunque no le gustara la materia, el profesor o sus compañeros, no pensaba suspender aunque le era difícil concentrarse con el ruido de sus compañeros de asiento mas cercanos.

Otra mañana con los pasillos vacíos. Al menos, en su mirada aburrida.
Cuando Seth se topaba con un alumno, le daba igual su presencia. Es más: No sería él quien se apartase del camino. O se movían ellos, o caerían al suelo al golpearse con su hombro.
Con toda la calma que podía tener el peliplateado cuando se trataba de ser inpuntual en clase, paró un momento en la fuente a beber agua.
Beber, si se podía decir beber, pues simplemente almacenó agua en su boca, para luego, unos pasos más allá, escupirla dentro de la basura que sacaba un humo sospechoso y de mal olor.
"La gente con pocas luces no sabe que una colilla no hay que tirarla en una basura donde seguramente hay papeles" Chasqueó su lengua aburrido.
Sin sacar las manos de los bolsillos, con el uniforme mal puesto como siempre, abrió la puerta con el hombro, sin arremeter contra ella.
En el aula, ya se encontraban algunos alumnos, y el profesor, acababa de dejar encima de la mesa el libro.
-Buenas -Saludó con su tono desganado- Llego tarde

Y una vez dicho esto, caminó a su pupitre, ignorando si Landoy le estaba diciendo algo. Lo de inventarse excusas no venía con Seth. Si llegaba tarde era porque le daba así.
Se acomodó en la silla alzando una ceja mostrando fastidio en su rostro.
¿Enseñar poderes y cómo usarlos en cuándo? ¿De verdad?
"La mitad de estos cuando salgan de estas paredes no sabrán qué hacer con sus manos" Pensó molesto "Aquí solo se puede aprender de eso, teoría, quebrados e historia. Muerto, muerto, ¡todo muerto! ¡El absurdo de la vida! Lo único que comprende el dinamismo, la aceleración y la agitación de las entrañas de uno mismo está fuera de estas paredes... Andréi, Andréi... Esto, viejo profesor, es una puta cárcel"
Sacó el libro de literatura y observó con resignación la portada.

Cuando la luz asomó por entre las cortinas Dellaila remugó mientras se encogía entre sus sábanas, quería dormir ya que aquella voz la seguía persiguiendo hasta en sus sueños que acabavan convirtiéndose en angustiosas pesadillas causantes de un molesto insomnio.
Decidió mirar el despertador, al principio notó que aún faltaban veinte minutos para su clase de literatura, así que se hundió en la almohada intentando conciliar el sueño en un audible silencio. Un momento, ¿silencio? Sí, aquél reloj odioso se había parado, su sonora y molesta aguja secundera marcaba siempre lo mismo.
Al notar esto la rubia se levantó ahora agobiada, no tenía por costumbre llegar tarde a las clases por sobretodo los pensamientos que se formaban ante su tardía llegada, todos innecesarios y molestos.

Saliendo apurada y con una bolsa en la que se encontraban los libros de sus clases recorrió los pasillos en busca del aula correspondiente. Aún después de tres años allí nunca recordaba los caminos pertinentes por lo que acababa dando varias vueltas sin sentido antes de llegar, razón de más por la que levantarse antes.
Finalmente dió con la tan ansiada puerta, escuchó cómo el profesor ya había comenzado su clase y llamó tímidamente a la puerta la cual abrió aún más cuidadosamente para acabar disculpándose:
- Perdón... Se me hizo tarde...

Escuchando como alababa a los que ayudaron en el incendio se quedó un poco alicaçida, ella no sirvió de nada en aquello, ni tan siquiera dió con el culpable que ahora la atormentaba en su mente cada noche. Se sentía más inútil que nunca pero prefirió ingnorar aquello y centrarse en lo que ahora debían dar.
Fue directa a su asiento junto la ventana y sacó el libro, buscando cuidadosamente la página en la que estaban, no tenía ni idea de lo que tenía que estar leyendo, y aunque la asignatura fuera aburrida y provocadora de largos sueños en alumnos se mantuvo atenta a la explicación, su afán por la lectura le hacía creer interesante esa hora, aunque solo fuera por un tiempo tendría lo suficiente como para poder buscar obras interesantes en la biblioteca y así sumergirse en su pequeño mundo literario apartada una vez más del mundo real...

Dylan acostumbraba levantarse temprano, tomo sus libros y se dirigio a sus clases, pero estubo rondando en los pasillos varios minutos hasta poder dar con el aula que le fue asingada.
Nervioso miro la puerta y suspiro, no le gustaba sentirse de la manera en la que todo mundo te mira cuando entras a cierto lugar, mas si no conocia a nadie aun. Abrio la puerta lentamente, mirando como la imagen del salon se abria ante sus ojos, y como algunas miradas se iban hacia el,

- Lo siento, por llegar tarde- se disculpo sin poder evitar sonrojarse, luego rapidamente sin pensarlo dos veces se dirigio a un asiento vacio, y se sento, observo a la persona que tenia a lado, para poder saber que asignatura era, miro "literatura en una de las portadas", andaba tan distraido que ni siquiera miro el nombre de la entrada, saco su libro, y busco la pagina rapidamente, y comenzo a leer por ensima, sin poder captar alguna palabra de lo que decia el libro.

Alcanzo a escuchar algo del incendio, pero el no sabia nada al respecto, ya que acababa de llegar hace un par de dias, asi que solo escucho atento los murmullos que se alcanzaban a percibir.

Benedict corria por los silenciosos pasillos en busca del aula de Literatura cuando a lo lejos alcanzo a ver a un chico de cabello oscuro abriendo una puerta la cual tenia grabada en ella 'Literatura' Maestro: Andrei Landoy.

"Por fin!" Benedict dio un ultimo esfuerzo por alcanzar la puerta antes de que se cerrara y la abrio de golpe sin medir sus fuerzas. El ruido no parecio disturbar a nadie. El maestro estaba posado detras de su escritorio y una dozena de alumnos ya estaba sentada en sus pupitres.

-Mis disculpas, apenas hoy arrive a la academia y vengo directamente de mi habitacion.- Espero en la entrada devolviendole la mirada a varios alumnos que lo observaban fijamente. "Que tanto ven?" Penso. Al no escuchar respuesta del Maestro, siguio al chico que acababa de entrar y tomo asiento detras de el.

Coloco su agenda sobre su escritorio y su pluma la cual tenia guardada en el bolsillo de su camisa.

"Literatura... que clase de literatura nos enseñaran en esta academia?" la incognita lo dejaba imaginando cuentos y aventuras literarias de personas especiales, utilizando sus habilidades por el bien de la humanidad. Tanto como una historieta de comics. "Sera? no, no puede ser."
Su mirada giro a los lados y noto como un alumno de cabellera rubia tenia la mirada perdida, como si nada le importara. Por otro lado un chico de cabellera plateada parecia un tanto molesto, probablemente con la materia. "Sera eso? oh algo no le callo bien en el estomago" Sonrio tontamente y se resigno a escuchar lo que el maestro tenia que decir.

Sabía que llegaba tarde. Lo sabía. Aún asi el paso relajado que llevaba buscando el aula donde le tocaba la primera clase aparentaba todo lo contrario. Hacía poco que había llegado a la escuela y, por tanto, no conocía muy bien aún la disposición de todas las aulas, por eso se tomó su tiempo para pasear por los diferentes pasillos que encontraba a su paso. Con un gesto se colgó mejor la mochila que llevaba en un hombro, viendo al girar un pasillo a alguien correr hacia una puerta concreta. Tal vez, por casualidad, aquella sería su clase.

Sin acelerar siquiera un paso se dirigió a aquella aula, alzando la mirada para ver la asignatura que allí se cursaba y viendo que, efectivamente, se trataba de la suya. Alzó la mano y dio dos suaves toques en la puerta, pasando al interior e ignorando las miradas del resto de la clase.

— Disculpe la tardanza, me he perdido llegando al aula... — se excusó, dirigiéndose a un asiento libre en la parte posterior de la sala. Ni siquiera esperó a escuchar si el profesor tenía algo que decir. No sería el primero, ni el último, que llegaría tarde a una clase por perderse.

Una vez sentado sacó el libro de la materia en cuestión, aunque su atención no se centró en el objeto por el momento, si no que aprovechó la "intimidad" que el libro le otorgaba para observar atentamente a cada alumno. Tendría que empezar a irles conociendo si quería ganarse algunas amistades allí.

Después de colocar mis maletas en mi habitación, me dirigí rápidamente a la primera clase que marcaba mi horario.

Spoiler:

"literatura..literatura" pensaba mientras observaba mis alrededores, realmente esa escuela era gigantesca. Después de un tiempo de búsqueda, encontré lo que parecía ser un aula de literatura. Decidí entonces abrir la puerta después de unos golpecitos.
El profesor y los alumnos voltearon en mi dirección, a consecuencia de interrumpir la clase. El maestro, al parecer se había percatado de que era una nueva alumna. "me pregunto si aquí, en esta época del año, es extraño recibir alumnos nuevos..." ... esperé un poco a escuchar lo que a continuación iba a decir...

Aydan se levanto muy tarde, toda la noche no pudo consiliar el sueño en su nuevo hogar, se sentia tan extraña, aunque se sentia un poco segura con su amiga dentro de su cuarto. Podia sentir como si alguien la protegia a lo lejos.

Rapidamente se dio un baño y se arreglo con lo que era su nuevo uniforme, tenia un moño en el cuello, y la falda era demasiado corta, no acostumbraba vestir asi, pero intento ingnorar ese hecho.

Corrio rapidamente para ir a su primera clase, toco la puerta ligeramente, y paso a la clase de Literatura con el maestro Andrei Londoy.

"Vaya, el maestro parece ser joven, la verdad pense que serian todos mayores"

- Disculpen por la llegada retrasada- se disculpo, mientras buscaba un pupitre, pues como es acostumbrar, las reglas te dicen que no debes interrumpir una clase con tu llegada tarde, asi que se sento lo mas cerca de una de las ventanas, y no pudo evitar distraerse con lo de afuera. Cuando se dio cuenta, sacudio su cabeza.

"Consentrate Aydan"

Saco su libro, lo puso en su mesabanco y mientras buscaba la pagina, no pudo evitar distraerse con las demas lecturas de literatura que ahi venian, asi que se puso a leer una historia que ahi venia muy interesante, sin siquiera preocuparse por estar en la pagina equivocada.

Spoiler:

Después de perderse por los diversos pasillos de la mansión, logra dar con el área de aulas escolares, da con la clase de "Literatura pero ya es demasiado tarde.

Aún con algunas raspaduras y curitas del incidente del bosque, abre la puerta intentando hacer el menor ruido posible, pasa por la primera fila sin querer llamar la atención hasta encontrar el primer lugar disponible.

-"Espero no causar molestias"-

Al sentarse se da cuenta que olvido por completo su libro, e intenta leer del de el compañero, sin saber si en realidad es o no lo que tienen que leer.

-"Que mal primer día..."- se acongoja.

Apenas encontró su habitacion buscó sus maletas y se cambió rápidamente "No puedo llegar tarde el primer día" pensaba mientras se colocaba el uniforme de la academia. Notó que su compañera de habitacion ya había ocupado su lugar y acomodado sus cosas, algo que ella debería esperar a hacer cuando tuviero un tiempito libre entre materias, ya que debido a todo lo ocurrido en la recepcion el tiempo se le había pasado volando. Una vez se colocó el uniforme tomó una pequeña mochila con los utiles necesarios y comenzó a recorrer los pasillos en busca del aula de literatura, la cual sería su primera clase dentro de aquella academia. Sabiendo esto se sentía algo nerviosa y ansiosa, pero procuraba ignorar eso por el bien de los objetos que se encontraran a su alrededor.
Luego de unos minutos de dar algunas vueltas desesperadas halló un aula sobre la cual el cartel ponia "Clase de literatura. Profesor Andrei Landoy" Al ver esto corrio hacia la puerta y mientras lo hacia tuvo la sensacion de ver a un chico de cabello blanco acercarse lentamente hacia la misma direccion "¿Como puede caminar tan tranquilo? ya es tarde..."
Abrió la puerta lentamente y al hacerlo escuchó que el profesor hablaba de un incendio y de la participacion de los alumnos en él. Ella no sabía nada al respecto ya hacía apenas una hora que había llegado a aquella enorme academia, pero se propuso poner atencion en todas las clases y dar lo mejor de si. Entrando de forma tímida se sentó en un asiento y sacó su libro de texto. No pudo evitar mirar a los alrededores algo curiosa de sus compañeros ¿como serían ellos? nunca había tratado con personas que tuvieran poderes, por lo que inevitablemente le llamaría la atencion. Cercanos a ella pudo ver alumnos con características muy diferentes cada uno de ellos; cerca de ella había una chica de cabello gris que parecía muy interesada en la lectura de su libro, un poco más lejos logró divisar a Umiko, aquella chica que había conocido hacía apenas unos minutos, y más cerca a ella había un chico de cabello plateado cuyo rostro expresaba un fastido bastante notorio, muy probablemente no le gustaba aquella clase.
Algunos alumnos aún seguían llegando, Alina pensó en que al parecer ella no era la única que se perdía en los enormes e interminables pasillos de la academia.
Algo molesto por los retrasos el profesor comenzó con su clase a la que se propuso prestar atencon de principio a fin, despues de todo le gustaban los libros y el tema sería interesante si de historias y anécdotas se hablara...

Sube la viste del libro que con tanto interes estaba leyendo, cuando derrepente mira que entra un chico de cabello gris que reconoce inmediatamente,

-Derek!- No puedo evitar gritar cuando mira que esta sentado en un asiento lejos del de ella, luego se percata de que algunos voltearon a ver, sus repentinas palabras, y se sonroja un poco, voltea discimuladamente a su libro, esperando que la gente la ingnore y se consentre en el tema.

" Vaya parace que ya se encuentra bien de sus heridas, bueno, ya no me tengo que preocupar"

Pero se le ocurre, hacercarse para tener a su amigo cerca, asi que mientras el maestro se distrae se cambia de pupitre.

-Derek?- Susurra, para que nadie mas la escuche - Ya te encuentras bien?-

...despues de eso, entré al salón y observé a todos mientras caminaba hacia un lugar vacío. "interezante, parecen personas muy interezantes..." pensó mientras se sentaba.
Delante mío se encontraba un chico de cabello oscuro y corto, que al parecer ya había sacado su libro de la materia, pero se notaba un poco distraido. A un lado de mi estaba una chica muy mona de cabello blanquecino y corto, la cual, despues de unos momentos dejó escapar la palabra "Derek" ... Me pareció un poco gracioso y dejé escapar una leve risilla mientras la chica se cubría el rostro con un libro. "Me parece una chica simpática..." . Luego entraron otros chicos chicos que al parecer tambipen se habían retrasado. La que llamó mi atención fue la chica de cabello color rosa que anteriormente había conocido....

La clase prosigió luego de varios retrasos por parte de los alumnos. "que divertido..." pensaba mientras esbosaba una sonrisa.
El profesor era realmente joven, y tambien apuesto. No era muy dificil poner atención ya que sus explicaciones eran muy entendibles....

En su mirada perdida en busca de un compañero con cual leer a la par, reconoce a algunos nuevos conocidos, en especial a Aydan, la cual se intenta acercar para decirle algo.

Intentando llamar el mínimo la atención agacha la cabeza y se acerca a su amiga.

-Aún me duele un poco, pero ya estoy mejor, gracias-, le contesta.

Al volver a tener presente su descuido le pregunta: -Por cierto, ¿me permitirías leer contigo?, olvide mi libro y no tengo idea de que es lo que tenemos que leer-, mientras muestra una cara de ligera confusión.

Daigo llega al aula de la materia de literatura. Toma asiento para esperar a que llegue el profesor.
"En esta academia sí que se encuentra de todo...hasta clases de literatura...nunca hace mal leer un poco...pero...¿qué utilidad tendría en el campo de batalla o para el control de una habilidad..."
Después de pensar eso, vió que el maestro miraba el reloj decidido a empezar con la clase.
"Bueno...tal vez me sorprenda en algo...como sea siempre que hay libros, es interesante..."
Así se preparó para escucher atentamente lo que el docente tenía que decir.

Como siempre habían alumnos que llegaban muy tarde, demasiado para su gusto por lo cual era mejor dejar las cosas claras- Veo que algunos de ustedes... -mirando al ultimo chico que llego con un gesto tranquilo en su rostro- gustan de llegar tarde y quiero dejar en claro que esta es la ultima vez que lo permito a la siguiente ocasión, después que entre ya no permitiré la entrada a nadie mas y muchas ausencias los harán reprobar la clase -sonreía amablemente- Y pasaremos un lindo verano juntos en la biblioteca, leyendo libros -termino de explicar.

-Aclarado eso, sigamos con literatura. Les sugiero que tomen nota, no saben cuando podría preguntarles algo de una clase anterior -murmuro mientras utilizaba sus poderes de telekinesis para hacer que la tiza comenzara a moverse por si sola- En esta clase se estudiara la literatura universal, serán libros de distintos géneros, épocas y países...vamos a empezar con la literatura griega y latina clásica -explicaba y mientras hablaba la tiza escribía cada una de sus palabras en la pizarra, años entrenando sus poderes le servían para muchas, por ejemplo en ese momento en que no tenia que apartar la vista de sus alumnos porque bien sabia que muchos de ellos no tenían interés en la lectura y veían innecesario llevar esa materia siendo humanos con habilidades especiales.

-En lo personal mis historias favoritas son las epopeyas griegas de Homero...La Iliada y la Odisea pero también es interesante La Enedia obra de Virgilio un historiador y poeta romano, todas ellas hablan de héroes, de monstruos...la eterna lucha del bien y el mal -presentía que, tal vez, algunos de sus alumnos no estaban precisamente en el lado correcto de la justicia, porque ya había pasado una vez, solo esperaba que no se repitiera.

Entonces el profesor empezó a hablar. Al parecer le había desagradado el hecho de que muchos llegaran tarde.
Literatura era algo de lo cual no sabía mucho, no es que no me gustara, pero no me había dado tiempo para ello. Generalmente las lecturas se llevaban a cabo en lugares solitarios y.... no me agradaba mucho eso.
Mientras el profesor decía algunas cosas, la tiza empezó a levitar mágicamente por el aire y escribía algunas explicaciones de las cuales debiamos tomar nota. Eso me sorprendió al grado de quedarme embobada observando su movimiento. "eso es....¡genial!" pensaba sobre el pequeño acto que hacía el docente.

Luego de que el profesor explicara sobre lo que veríamos en su clase próximamente, decidí hacer una pequeña charla con mi compañero de enfrente, un chico rubio que al parecer no le prestaba atención a la clase.
"pss..pss" Expresé para que volteara.
-Hola, esto... ¿crees que llueva?..-murmuré para que el profesor no me cachara. Siempre hacía preguntas tontas a desconocidos, era una manía mia que utilizaba para socializar. "meti la pata...." pensaba a la espera de la respuesta de mi compañero. Seguro pensaría que soy una boba, mucha gente lo había hecho ya, otras.. solo se molestaban.
El chico dijo algo, luego de eso el profesor se dió cuenta de nuestros murmuros, me llamó la atención e hizo que mencionara mi nombre... "Lo haz hecho de nuevo, Umiko...." pensaba decepcionada... Entonces....

Daigo escuchó atentamente lo que el maestro decía. Más aún cuando notó la tiza flotando mágicamente escribiendo el pizarrón.
"Un psiquico...sorprendente..."
Luego de eso el docente comenzó a nombrar sus libros favoritos.
"...¿Y nada de H.P. Lovecraft?...¿E. A. Poe?...¿Oscar Wilde?...todos los gustos de éste profesor son muy antiguos...bueno...le daré una oportunidad..."
Luego de pensar en eso, escuchó un leve susurro que provenía de una alumna de cabellos azules, era la que había encontrado en la recepción.
Le hablaba a otro que tenía adelante.
"...Qué raro...¿acaso no presta atención?...le van a amonestar..."
Daigo siguió espectante, a ver qué sucedía.

Estaba a punto de conestarle a Derek cuando el maestro por fin hablo, haciendo su tiza flotar,

"Ni siquiera tiene que estar tan conciente de ello" penso sorprendida por unos segundos, olvidando por completo lo que le iba a decir a Derek.

Escucho los gustos del maestro, los cuales en efecto, eran demasiado antiguos, demasiado... Lo cual a Aydan le gustaba leer, pero esos libros eran demasiado complicados y cansados de leer, para alguien que no tiene la experiencia necesaria, a ella solo le gustaba leer cuentos e historias fantasiosas como a cualquier chica normal que guste de un buen libro de vez en cuando.

"Ah, si" recordo al voltear a ver a su compañero que no tenia libro,

Guardando silencio aserco su pupitre al de Derek, para permitirle leer de su libro,

"Espero que el maestro no se moleste" se dijo a si misma preocupada, intentando ver la expresion del maestro ante su acto.

"Valla, despues de todo si es literatura humana" Penso Benedict dando un profundo suspiro y sacando su libro de literatura.

"Almenos es literatura llena de aventuras, monstruos y heroes... Casi como una historieta. Pero sin dibujos" hojeaba sin mucho interes atraves de las paginas plagadas de letras y mas letras. La lectura no era su fuerte.



Despues de unos segundos cerro su libro y levanto su mano para dirijirle una pregunta al Maestro Landoy. Esperando a que se le concediera la palabra.

Cuando el último alumno terminó de entrar el fastidio ya era bien notorio en el rostro del profesor, entonces el hombre de cabello rubio advirtió que sería la última vez que lo permitiría y dio comienzo a la clase hablando de obras que ella recordaba haber leído alguna vez, tal vez gracias a alguno de los tutores que había tenido. El profesor Landoy les sugirió que tomaran notas ya que podrían serles de utilidad y mientras seguía hablando Alina pudo notar con gran asombro como la tiza escribía sola en el pizarrón, siguió el desplazamiento de la tiza durante unos segundos como embobada con el camino de la misma.
-”Eso es telekineses… sin lugar a dudas… como yo… ¡telekinesis como yo!” pensó.
Sin poder evitarlo, Alina se quedó viendo al profesor que portaba aquel poder, de repente sentía una gran admiración por la forma perfecta en que usaba sus poderes, se veía tan natural y no parecía costarle ni un mínimo esfuerzo. No le quitaba los ojos de encima, quería saber como lo hacía aunque claro no podría lograrlo ya que todo el proceso era mental, pero aún así parecía no poder apartar la mirada. De pronto el profesor detuvo sus ojos en ella con una mirada fija que la trajo de nuevo a la realidad provocando que se sonrojara y se escondiera detrás del libro de textos.
-“¡Que tonta soy! ¿Cómo se me ocurre mirarlo de esa forma?... seguramente se molesto… pero no es posible… después de todo, todos los alumnos lo deben estar viendo.
Tomó su lapicera intentando anotar lo que el profesor le decía, pero aunque se esforzaba en prestar atención, aquella extraña sensación permanecía.
-“Es lo normal, solo me vio como miraba a los otros… es eso…. Los otros también le miran así…”
Suspiró largamente y procuró olvidarse del tema, debía prestar atención en la clase ya que para eso estaba allí. Pero aún así no podía negarse la certeza de que le resultaría sumamente interesante conocer a alguien que tuviera el mismo poder que ella, esa sería sin duda una experiencia enriquecedora.
-“Es tan… familiar…”

Apoyó su rostro en la palma de su mano con aburrimiento. No se lo había parecido: Landoy era un relamido. La literatura no era el fuerte de Seth, pero aunque menos famosas, habían mejores historias que leer.
Bajó su mirada al libro, observando las palabras sin, a su vez, fijarse en ellas. Los huecos que formaban hacían en sus ojos diminutos dibujos. Y su cabeza empezó a desvariar.
"Según cuenta la historia, con la hoja de un abrecartas abrieron al azar un diccionario, y lo que la punta señalaba era la palabra Dada... Hartos de aquellos que decían querer cambiar el panorama, aborreciendo la academia para convertirse en la nueva academia, se dijeron de ser llevados por el sinsentido y la locura. Anti-arte. Porque hasta la mayor mierda era capaz de estar en un pedestal..."
Sintió los ojos querer cerrársele, bostezando sin esconderse, para cuando vio al chico sentado cerca de él levantar la mano. Eso, tal vez, sería interesante.

Mientras el profesor hablaba una tiza completamente nueva escribía las palabras que eran pronunciadas, era gracioso ver como dejaba esa especie de estela blanca sin que nadie la moviese danzando alegremente por la pizarra.

Miraba por la ventana tal y como podía, pues el docente no les quitaba ojo de encima y a la mínima distracción te avisaba. Se podría decir que era bastante meticuloso y un tanto estricto, pero lo suficiente como para evitar que media clase dormitara, pues no pocos ya estaban en ello y otros muchos ya se habían rendido a los brazos de morfeo.

- "Parece ser que pocos gustan de libros... Demasiada fiesta..." -pensaba para sí la rubia aunque con cierta envidia se podía notar, ella nunca había ido de fiesta, pues su poder no se lo permitía. -"Si almenos la literatura pudiese darme una respuesta sería grandioso..."
Acabando de pensar aquello vió una primera mano levantada...

Empezaba a quedarse dormido recargado en su brazo, hasta que el maestro empezó a hablar, se levanto rápidamente para que no se diera cuenta de su somnolencia, cuando vio al maestro dar su espectáculo con la tiza del pizarrón.
Había escuchado cada palabra del maestro, aunque en realidad no las comprendió,
“Me pregunto si en algún tiempo en la historia de la literatura se encuentra alguien con mis mismos poderes, alguien famoso” pensó intentando no volver a adormecerse en su pupitre. Volteo a ver su libro y comenzó a rellenar las letras de su libro, y de vez en cuando miraba a los a los alumnos para ver si hacían algo interesante. Hasta que miro a un chico levantar la mano para llamar la atención del maestro,
“Porque levanta la mano, no hay nadie hablando” se pregunto, sin comprender porque lo hacía, pero obvio no entendía que simplemente estaba siendo cortes.