Continuacion First Date

Había caminado tomando la mano de Alina hasta guiarla dentro de la Academia, caminando bastante hasta dar con el lugar donde los sentimientos que sentían uno por el otro había sido confesado por primera vez, la azotea. En cuanto abrió la puerta llevo consigo a la chica hasta el barandal para apreciar el paisaje, las hojas de los arboles eran de tonos cálidos típicas del otoño, y que adornaban maravillosamente todo el paisaje de la academia,
-Te gusta este sitio Alina?- le pregunto clavando su vista en ella con una linda sonrisa, aun sujetando su mano con delicadeza, sentía nervios aun, pero debía ser fuerte, después de todo sería más fácil cuando pudiera acostumbrarse a aquellos ojos clavada en sus ojos, que siempre llegaban a intimidarlo y sentir que la pelirosa era la que dominaba sus sentimientos.
Suspiro antes de proseguir a hablar mientras dirigía su mirada hacia otro lugar, para luego fruncir un poco el ceño como siempre solía hacer,
-Te traje aquí porque tengo algo que decirte- pronuncio por fin con una mirada seria y convencida de lo que tenía que hacer, mirándola fijamente y aun frunciendo el ceño, aun sujetaba su mano, no quería alejarse de Alina, de su calidez y de lo que le hacia sentir.

Observó como Dylan fruncía levemente el ceño y solo pudo sonreír
suavemente para luego sentir como el entrelazaba los dedos de la mano a sus dedos, sintiendo entonces ese suave calor rodear su pequeña mano y hacerla sentir tan segura a su lado. Caminaron en silencio mientras ella sentía su corazón latir con rapidez a pesar de que caminasen lentamente, hasta que así finalmente levantando la mirada notó como en realidad estaban volviendo a la academia. No podía evitar preguntarse para sus adentros hacia donde la llevaría aquel chico que tanto adoraba, pero sin buscar demasiado una respuesta solo se dejó llevar por él hasta que finalmente terminaron en la azotea de la academia; allí donde ella recordaba que se habían confesado mutuamente lo que sentían por el otro y allí donde sus labios habían sido besados por primera vez.
Al llegar a destino el pelinegris la llevó hasta el barandal y allí se detuvieron, Alina observó el paisaje con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro; desde allí se podía observar la hermosa vista que los jardines y los terrenos de alrededor de la academia ofrecían, sin duda alguna le daban al lugar un pequeño toque mágico.
Escuchó como Dylan le preguntaba si le gustaba aquel sitio y giro su cabeza para asentir con un leve movimiento, mientras subía su mirada hacia aquellos lindos ojos azules y los observaba mientras estos seguían fijamente clavados en ella; sintiendo que cada día los adoraba más.
-Si me gusta… realmente la vista desde aquí es… hermosa…
Sonrió nuevamente al chico, sentía tantas ganas de abrazarlo
con fuerza, pero se estaba reteniendo para no incomodarlo, después de todo si fuese por ella seguramente se pasaría mucho tiempo entre sus brazos, adorando aquella calidez y aquel aroma tan familiares a los que había aprendido a adorar.
Notó como el dejaba escapar un pequeño suspiro mientras fruncía el ceño de esa forma en que siempre solía hacerlo y que le provocaban a ella más ganas de abrazarlo con todas sus fuerzas.
El ojiazul dijo que la había llevado a aquel lugar porque había algo que quería decirle, sin saber porqué su corazón se aceleró al oírlo decir aquello, notaba en su mirada que ciertamente él hablaba de algo importante, mientras lo veía fruncir el ceño, mirarla fijamente y apretar con fuerza su mano.
-T-Te escucho…
Solo puedo susurrar aquellas palabras para luego dejarse perder nuevamente en aquellos ojos sin que el resto del mundo importase, realmente parecía que allí solo existieran ellos dos; que solo escucharía su voz, que solo miraría sus ojos, que solo sentiría su calor; todas esas cosas y muchas otras que adoraba de él y que la llevaban a no querer separarse de su lado nunca más.

Sonrió ante la respuesta de la chica, diciendo que la vista de ahí era hermosa, se sentía muy feliz al estar con ella en aquel lugar, sentía un sinfín de sensaciones dentro de sí, entre nervios, felicidad, calidez y emoción.

La chica parecía decidida en escuchar lo que él tenía que decirle, el no lo había planeado tanto, casi todo había sido improvisado en el momento en el que pensó que debía decirle sus verdaderos sentimientos más directamente, pues la primera vez no había podido hacer tan fuerte como pare decírselo de una manera más decidida en la que ella pudiera sentir en realidad que aquello sentimientos iban en serio. Sintió su mirada clavada en sus ojos, no podía dejar de sentir el deseo enorme de tomarla entre sus brazos y besarla siempre que ella hacia eso, su sonrojo aumento antes de siquiera intentar hablar,

-Este… quería decirte varias cosas - articulo al fin de unos largos segundos sintiendo como cada vez su corazón se aceleraba con fuerza, aun así clavo su mirada en ella quería convencerla de que sus ojos decían la verdad, la tomo de ambas manos para fruncir un poco el ceño aun mirándola fijamente a los ojos, sintiendo la calidez de las pequeñas y delicadas manos de Alina que se trasferían a la calidez de sus propias mejillas –M-me he enamorado de ti…- pronuncio al fin sintiendo como la calidez de sus mejillas se trasformaba en un calor extremo que se pasaba hasta sus orejas haciendo que inmediatamente bajara un poco la vista de los ojos de la pelirosa, no podía soportar mirar su reacción, quizás su nervios eran demasiados.

Se quedo en silencio clavando la vista en una de las manos que sujetaba de la chica, parecía nerviosa ante esa declaración, pero tenía que hacerlo, tenía que decírselo, pues quería que ella supiera todo, la verdad de lo que el sentía, que la adoraba, que cada momento pensaba en ella, cada momento la amaba mas, con mas y mas fuerza.
Y más que nada, quería ver si ella lo aceptaba, si ella aceptaba sus sentimientos, quizás, podía dar el segundo paso, que era difícil, pero no tanto como declarar el amor a alguien que no estás seguro si te aceptara.
Se quedo esperando alguna respuesta, si ella no podía decir nada entonces el podría de todas maneras decirle el resto de su declaración, pero por el momento quera eliminar aquella sensación de sentir no poder hablar porque su cuerpo no lo permitía.

Realmente era algo que no podía explicar, como ella era capaz de mirar aquellos ojos de esa manera sin sentirse totalmente intimidada, tal vez porque confiaba en él, tal vez porque adoraba esos ojos, tal vez porque se perdía tanto a sí misma en ella que era capaz de olvidarse de su insistente timidez.
Sin decir palabra alguna solo permanecieron viéndose de esa forma
durante unos largos segundos en los que el sonrojo de ambos pareció aumenta considerablemente, hasta que finalmente el chico terminó por decir que había varias cosas de las que quería hablarle. Fue en ese momento que Alina pudo sentir como aquellas pupilas se clavaban en las suyas, con más fuerza, y siendo mucho más penetrantes de lo normal, pero ella solo pudo quedarse allí, perdida en esos ojos sin ser capaz de reaccionar y ni siquiera de moverse mínimamente.
Sin separarse de aquel hipnotismo que parecían mantener aquellos ojos sobre su persona sintió como él le tomaba ambas manos y como aquel suave calor rodeaba sus dedos lentamente; esa sensación le resultaba sin lugar a dudas, maravillosa.
Pudo notar como él fruncía el ceño levemente aun manteniendo
sobre ella esa fija mirada, para luego dejar salir de sus labios aquellas palabras que detuvieron su corazón por unos segundos, solo pudo levantar levemente sus cejas mientras el eco de aquellas palabras resonaban en sus oídos, aunque lo supiese aunque lo desease, nunca pensó que podría llegar a escucharlo decir aquello y en ese momento simplemente… había sucedido.
A través de sus ojos inundados vio como el bajaba la mirada para posarla sobre sus manos mientras sus mejillas se encendían como nunca antes, las suyas estaban tal vez más claras de lo que normalmente estarían, apenas podía sentir el aire entrar levemente a su cuerpo, realmente aquella emoción era tan enorme que la superaba en todos su ser.
Se esforzó en mover sus labios, ella también quería expresarse, peo aquellas palabras solo la inmovilizaban dejándola a merced de sus manos. Aún así separó sus labios, lentamente los abrió para dejar escapar unas suaves palabras que comenzaron con el rodar de aquellas lágrimas cristalinas por sus mejillas.
-Y-Yo… t-también… d-de ti…
Fue increíble el esfuerzo que hizo para dejar escapar aquellas palabras en un leve susurro, pero al hacerlo sintió como si volviese a respirar y como si su corazón volviese a latir; ahora con mucha más intensidad que antes, llevando nuevamente aquel ardor a sus mejillas, tiñéndolas de aquel color rosado tan vivo que solo aquel ojiazul sabía provocarle.
Dejó sus lágrimas caer mientras bajaba la mirada hacia sus manos, para que finalmente se separaran de su rostro y se perdieran en el viento, ahora se sentía feliz, de una forma tan inmensa que hasta le resultaba difícil de creer.

Apenas subió la vista un poco porque la pelirosa se había quedado tanto tiempo silenciosa, y fue cuando escucho aquellas palabras junto con unas leves lagrimas que corrieron por sus mejillas desapareciendo con la brisa del viento, sintió una sensación muy linda dentro de sí, como si todas las penas fueran a acabarse y que ahora solo podía dedicarse a ser feliz, sonrió ante eso y sorprendido de su reacción, estiro su brazo para que con su dorso de la mano secara el rastro de lagrima que había dejado esta como solía hacerlo, era su manera de decir que no quería verla llorar, aunque esta vez, en realidad no se sentía mal de verla llorar, pues era de felicidad y no tristeza, realmente se había conmovido bastante sintiendo de nueva un gran deseo de abrazarla fuertemente.
-Gracias… soy afortunado de que me correspondas- pronuncio con una sonrisa aun con su mano sobre su mejilla sintiendo la calidez bastante notoria de esta debido al rubor de la chica. Y sin poder contenerse más, se acerco lentamente para rodearla con sus brazos inclinándose un poco quedando su cabeza a lado de la suya percibiendo su gran calidez y su aroma, ahora se sentía totalmente en paz. Su corazón latía a un ritmo normal pero con unos fuertes latidos y pronunciados, el podía escucharlos dentro de su cabeza, cerro lo ojos con fuerza ahora no se quería separar de ella, dándose cuenta de que a sujetaba con más fuerza contra sí mismo como si no quisiera perderla.
-Prometo hacerte muy feliz Alina…- pronuncio casi en un susurro con una voz suave, se percataba de que no podía seguir ocultando o sintiéndose avergonzado de lo que sentía a pesar de lo tímido que era, a pesar de las sensaciones extremas que le hacía sentir. Frunció el ceño ganando todas las fuerzas posibles, se retiro del abrazo quedando frente a Alina mientras clavaba su mirada en ella, intentando demostrarle que hablaba en serio –Quiero que seas mi novia…- dijo rápido pero audible para no sentirse más cohibido de repente, sentía que si pensaba las cosas demasiado no le saldrían, todas las palabras tenían que ser espontaneas e inmediatas –C-claro… si tu quieres ser mi novia también- agrego sintiendo por fin la fuerza de la mirada de la chica, era como si aquellos ojos clavados en los suyos lograban activar su deseo de quererla besar, lo cual aun no se daba cuenta muy bien de porque esa sensación, y por eso tal nerviosismo –E-es una declaración… tienes que responder si o no…- pronuncio mirando hacia otro lado mientras sus rostro quedaba totalmente sonrojado, mientras de nuevo se llevaba una mano al cabello pasando sus dedos por uno de sus mechones con nerviosismo, comenzaba a preguntarse cuando podría dejar de ponerse así cuando la tenia frente a ella.

Manteniendo la vista en el piso con las mejillas aún sonrojadas, sintió como de repente sus lágrimas eran secadas suavemente, así como él siempre solía hacer, aún no era capaz de subir la vista, le había dicho algo que jamás pensó que diría y esto además de hacerla feliz lograba que su cuerpo temblara levemente debido a los nervios que en ese momento parecieron atacarla, dejándola con algunos movimientos reducidos, pero aún así era feliz.
Escuchó como el chico decía que era afortunado de que le correspondiese y entonces subió la vista levemente para observarlo en silencio, ella era en realidad afortunada de que el siquiera se hubiese decidido a hablarle, no lo creía posible, no creía posible que alguien pudiera tener esos sentimientos hacia ella y sin embargo… ahí estaban.
Luego de unos segundos el chico retiró su mano para después acercarse
y rodearla completamente con sus brazos, sintiéndose envuelta en aquella tierna calidez Alina levanto los brazos y rodeo la espalda de el suavemente mientras cerraba sus ojos con una leve sonrisa dibujada en sus labios. Realmente le encantaba estar así, entre sus brazos, tan cerca, sintiendo su calor y su aroma, ese que se le hacía tan especial y diferente a cualquier otro; era único.
-No digas… tonterías…
Luego de decir aquello en un leve susurro sintió como sus mejillas rozaban mientras la cabeza de él se encontraba al lado de la suya y sin poder evitarlo la apoyó suavemente, entremezclando sus cabellos en el proceso. Luego sintió como él la abrazaba con más fuerza aun y ella solo estiro un poco más sus brazos para tomar la ropa de él en sus manos y sujetarla con fuerza mientras apoyaba su mentón en el hombro de él, alzándose un poco en puntas de pie mientras sentía como sus ojos volvían a humedecerse lentamente.
Escuchó como él le prometía hacerla feliz, pero ¿era eso posible? ¿Era posible ser más feliz de lo que era en ese momento? Realmente ella no podía creer que tanta felicidad pudiese existir en este mundo. Luego de unos segundos más el se separo volviendo a clavarle la mirada, había notado que ahora la veía más fijamente así como antes no podía hacer y esto hacía temblar su corazón, realmente sentía como si el pudiese adueñarse de sus pensamientos solo con mirarla de esa forma.
Después de unos segundos el ojiazul dijo aquello que sin saberlo ella siempre había deseado escuchar; mientras seguía viéndola fijamente le pidió que fue su novia, para luego decirle que solo si ella quisiese y desviando la mirada agregó que siendo una declaración debía responder de forma afirmativa o negativa, para que después su rostro enrojeciera por completo.
Alina lo observo por unos segundos mientras sus ojos inundados dejaban escapar finalmente aquellas transparentes lágrimas que rodaron por su mejilla cuando una sonrisa dulce y tierna se dibujó en su rostro. Dylan jugaba nerviosamente con un mechón de su cabello así como siempre solía hacer y ella solo sentía ganas de abrazarlo, pero conteniendo aquel impulso se secó las lágrimas para después juntar ambas manos frente a su pecho y bajar la vista cerrando lentamente los ojos.
-Jamás pensé que pudiese llegar a sentir tantas cosas bonitas… jamás pensé que estos sentimientos pudiesen existir alguna vez en mi corazón… a-aún así tu llegaste y de la nada todo esto comenzó a surgir… haciéndose cada vez más grande…-apretando sus manos-… t-tan grande que casi ya no me cabe en el pecho. Son tan hermosos estos sentimientos… y te los quiero dedicar solo a ti… son solo para ti… a ti p-pertenecen...-sonrojándose un poco más-
Luego de decir aquello volvió a dibujar una sonrisa en su rostro, una sonrisa clara y dulce que dedicaba solo aquel chico que quería tanto, levantando su mirada levemente lo observo por unos segundos mientras sus ojos brillaban con la felicidad que sentía en ese momento y luego bajó la vista clavándola en sus propias manos.
-Por eso… t-te digo si… ¡claro que sí!
Apretó sus ojos con fuerza al igual que sus manos mientras
una suave brisa jugueteaba con sus largos cabellos, su corazón latía velozmente y ella sabía que la felicidad que sentía en ese momento la inundaba llevando una serie de sentimientos a su corazón y provocando aquel revolotear de coloridas alas en su estomago, mientras sus mejillas mantenían aquel cálido color impregnado en ellas, haciéndolas ver más vivas que nunca.

El aun mantenía su mirada desviada de la pelirosa, pero luego de unos segundos se dio cuenta de que la chica dejaba escapar unas hermosas lagrimas cristalinas llenas de felicidad mientras le dedicaba a Dylan una dulce y tierna sonrisa, se quedo mirándola fijamente queriendo detener ese momento aun sintiendo el ardor en sus mejillas, y antes de que él pudiera secar sus lagrimas como siempre solía hacerlo cada que la miraba lagrimear, la chica se limpio rápidamente para después juntar sus pequeñas y delicadas manos sobre su pecho, mientras bajaba la mirada, él se quedo quieto esperando una respuesta, la escuchó hablar con tanto sentimiento, logrando que el chico se sonrojara por completo sin retirar la mirada de ella, sentía ahora como su corazón latía con tanta fuerza que apenas lo dejaba escuchar sus palabras que se convertían en un recuerdo inolvidable, Alina volvió a dedicarle una sonrisa de lo más dulce y delicada, sus ojos brillaban junto con su felicidad para luego bajar de nuevo la vista para decirle las palabras que tanto esperaba con todo su corazón “claro que si” pronuncio, mientras ella se miraba tan maravillosamente linda y cálida que lo llevaba a una sensación de querer estar entre sus brazos para sentirse de verdad querido por ella.
Sin dudarlo más se acerco a ella para sujetarla entre sus brazos pasando sus brazos por debajo de su cabello rodeando su espalda, regalándole su calidez y cariño,
-Gracias Alina… serás muy feliz a mi lado, ya verás- pronuncio casi en un susurro mientras recargaba una de sus mejillas en la cabeza de la chica, sintiendo de nuevo el aroma de su cabello, el cual lo llenaba de paz, tranquilidad y felicidad, sintiéndose seguro de sí mismo y que nada lo alejaría de ella, esta vez la abrazaría por mucho tiempo pues ahora eran “novios”, lo cual significaba que podían estar juntos siendo una pareja, el titulo que lo uniría sin necesidad de que las personas pensaran mal de ellos, pues su amor era declarado ahora ante todo el mundo, la abrazo con más fuerza sintiendo los latidos de la chica sincronizarse un poco con los de el de manera curiosa.
-Seguiré atesorándote de la manera en la que siempre lo he hecho, y te protegeré con todas mis fuerzas, para que nada malo te pase…- prometió a la pelirosa sintiéndose cada vez más convencido de lo que era tener a alguien que amas, estaba seguro, amaba a Alina, tenía que demostrarle con todas sus fuerzas que era amada por él y que nunca más tenía que sentirse sola.

Aún apretando los ojos con fuerza mientras sus manos permanecían frente a su pecho, sintió de repente como aquellos cálidos brazos la rodeaban de nuevo, sintiendo como se deslizaban por debajo de su cabello para dejar en sus espalda aquella cálida sensación de protección que solo él parecía saber ofrecerle. Lo escuchó decir que a su lado sería muy feliz para terminar con la oreja apoyada sobre el pecho de él mientras sentía como Dylan apoyaba la cabeza sobre la suya. Realmente no dudaba que fuera a ser feliz a su lado, eso era lo más seguro, después de todo aquellos hermosos sentimientos que había brotado sin que se lo propusiese eran correspondidos con igual intensidad; realmente no podía creer que existiese una felicidad mayor a esa.
-Ya lo soy… tan feliz…
Con la oreja posada sobre su pecho cerró los ojos con una leve sonrisa mientras escuchaba como latía su corazón, casi a la par con el suyo; formando una melodía que resultaba de las más bellas que hubiese escuchado. Sintiendo como él la estrujaba con más fuerza contra si, separo sus manos para rodear su espalda todo lo que pudiese, moviendo sus dedos suavemente; acariciando con cariño la espalda del chico que amaba.
Sintiendo con su pecho retumbaba con el sonido de su voz lo escuchó decir que a atesoraría de la manera que siempre lo había hecho y que la protegería con todas sus fuerzas para que nada le sucediese. Sintiendo como el calor en sus mejillas aumentaba un poco mas giro su cabeza para apoyar sus labios sobre el pecho de él, como si le diese un cálido y largo beso en su corazón.
-Yo atesoraré cada momento que esté a tu lado… porque son los más felices de mi vida… todo lo que vivimos juntos, momentos alegres y tristes… todos a tu lado son especiales…-tomando con fuerza la ropa del chico entre sus manos-… te quiero tanto…
Sintiendo como su cuerpo temblaba de repente, levanto un poco la cabeza y subiendo un poco sus pies en puntitas, acercó su rostro al cuello de Dylan rosándolo suavemente con sus labios, dejando un pequeño y apenas perceptible, pero cálido beso sobre su piel, para después bajar la cabeza y esconder su rostro en el pecho de él, sintiéndose totalmente sonrojada y avergonzada.

Sonrió ante la respuesta de Alina, ella decía que ya era tan feliz, eso era grato, hacerla tan feliz siendo que apenas se dedicaba a hacerla muy feliz, hacerla sentirse así era el mayor de sus deseos, ahora, el objetivo estaba en mantenerla de esa manera, con una dulce sonrisa en su rostro, con esa alegría y fuerza que tanto necesitaba.
Sintió como la chica recargo su cabeza en su pecho sintió una gran calidez en el, pero no supo con exactitud que había hecho pues estaba oculta en el, pensó que quizás había sido la calidez de sus mejillas o quizás un beso, se ruborizo de pensarlo, y solo comenzó a jugar con el cabello rosado de la chica, ahora sus nervios provocaban que hiciera eso, para luego escucharla hablar diciendo que atesoraría cada momento de estar a su lado, por ser los más felices de su vida, todo lo que habían vivido incluyendo momentos alegres y tristes, todos a su lado eran especiales, sintió como tomaba su ropa con fuerza entre sus pequeñas manos, para luego pronunciar “Te quiero tanto”, abrió los ojos sorprendido, acaso ella había dicho todo aquello? Había superado su timidez? Esas palabras habían sido tan directas, tan fuertes, tan conmovedoras, pero… ella había dicho todo eso, con todas sus fuerzas, con todo su amor. Sintió sus mejillas arder con más fuerza mientras la expresión de sorpresa permanecía en su rostro.
Sentía el pequeño cuerpo de la chica temblar de repente, después ella levanto un poco la cabeza, y subió un poco con las puntas de sus pies, se acerco su rostro al cuello de Dylan mientras el apretaba los ojos con fuerza sonrojándose con aquel acercamiento, luego ella roso suavemente con sus labios su piel, dejándole un pequeño y delicado beso, para luego esconderse de nuevo en el pecho de él, sonrojándose totalmente bastante apenada. El chico había abierto los ojos sorprendido, mientras todo su rostro estaba completamente rojo, su corazón latía con más fuerza que nunca, mientras su cuerpo temblaba levemente tanto como el de ella, sentía que ahora no se podía mover, al menos por un largo tiempo.
-G-gracias…- tartamudeo llevándose una mano al cuello intentando permanecer aquella cálida sensación sobre el mas tiempo, y sin saber más que decir, no sabía qué era eso que había hecho, pero en definitiva le había causado un sinfín de sensaciones que él no podía entender, mas sin embargo no quería huir de ellas.

Apoyando su cabeza en el pecho de el sintió como su cuerpo comenzó a temblar y entonces su temblor propio aumento provocando que abriera los ojos más sonrojada aún “¿Q-Que fue eso?... ¿Qué hice?… ¿Por qué… lo hice?” pensaba mientras sentía como sus mejillas ardía tanto que el calor se traspasó a sus orejas y finalmente se asustó de sí misma. Era cierto sí que lo quería tanto, y al parecer esos sentimientos tal como ella había dicho se le escapaban de las manos llevándola a actuar de forma que ella no pensaba que fuera capaz de actuar.
Escuchó como el chico agradecía en medio de un tartamudeo mientras se llevaba una mano al cuello, en eso momento se soltó de él para girarse velozmente y apoyando sus manos en el barandal escondió sus ojos con su cabello, el cual era movido suavemente por el viento, pero aún así era capaz de cubrir su rostro totalmente sonrojado en ese momento.
-P-Perdona… n-no sé porque lo hice… eso… yo… p-perdóname…
Realmente no sabía dónde esconderse, se sentía sumamente apenada y no era capaz de mirarlo a los ojos, no quería ver su expresión, sentía que sus piernas se aflojarían si lo hiciese.
Se quedó en silencio solo observando sus uñas queriendo clavarse sin éxito en el frio barandal mientras sentía que aun su cuerpo temblaba ¿Qué pensaría el de aquello? Pensaría seguramente que era una de esas chicas que se arrojan así de fácil, pero no era cierto, ella solamente lo quería a él y sin embargo en ese momento sin desearlo y sin casi pensarlo comenzó a llenarse de dudas y de pensamientos pesimistas. Sacudió la cabeza levemente, no debía ser así, no debía dejarse llevar por eso, ella se había propuesto cambiar esa parte de sí y justamente en ese momento no podía dejarse arrastrar por dudas ni pesimismo, si él se hubiese sentido ofendido por ello estaba dispuesta a pedir unas buenas disculpas de inmediato.

Apenas sentía el temblor de la chica combinado con el suyo, le agradeció llevándose una mano al cuello pero ella inmediatamente se retiro girándose velozmente para caminar un poco hasta el barandal y recargarse en el ocultando su rostro de la vista del ojiazul, una vez ahí comenzó a disculparse bastante apenada apenas pronunciando esas palabras, él la miro confundido, se quedo observándola largo tiempo hasta que noto que su cuerpo temblaba levemente, era eso… estaba realmente avergonzada por lo que había hecho,
-No te disculpes… yo te agradecí por ello…- pronuncio por fin para dar unos pasos hasta quedar a lado de ella, recargándose a su lado en el barandal –M-me pareció muy lindo, por eso te agradecí- agrego apenas superando aquella timidez que ella le había causado con su muestra de afecto,
-S-soy tu novio… así que p-puedes hacer cosas de ese tipo- dijo tartamudeando un poco desviando su mirada hacia otro lado mientras su rubor aumentaba. Se quedo un momento aun ruborizado mirando el paisaje de los jardines que rodeaban la escuela y como el cielo comenzaba pintarse apenas de color anaranjado y morado típico del atardecer.
Pero el atardecer solo lo izo sentir algo molesto consigo mismo, no sabía porque le resultaba difícil expresar sus sentimientos, se sentía algo torpe y cobarde, pero resultaba ser así cada que estaba con ella.
Sin más que pensar frunció el ceño mientras apretaba sus puños intentando detener la paralización que aun sentía, volteo hacia Alina y se acerco a ella sin titubear mas, para llevar sus manos a los hombros de ella, para obligarla a que volteara hacia él, sin siquiera mirar si ella quería o no, llevo una de sus manos hacia su mejilla delicadamente antes de que su mismo nerviosismo se lo impidiera para luego robarle un largo y dulce beso, sintiendo la cálida respiración de ella tan cerca, estaba inseguro al principio pero después se dejó llevar intentando impregnarse del sabor de los labios de Alina mientras sentía que su corazón latía con tanta fuerza y sus mejillas subían de tono, ahora era imposible para el detenerse, era una sensación extraña que jamás había sentido y todo lo demás dejaba de existir, sentía que siquiera estaba respirando como si aquel beso hubiera detenido aquella necesidad, y dejándose llevar de nuevo la empujo contra el barandal colocando ambas manos sobre su rostro obligándola no liberarse mientras su beso aumentaba a uno más apasionado hasta que la mente de Dylan volvió en un instante, deteniendo el ataque de golpe, para soltarla por completo,
-P-perdóname!... n-no debí…- se disculpo con el rostro completamente sonrojado hasta las orejas dando unos pasos hacia atrás dándose cuenta de la magnitud de ese beso mientras bajaba la vista mirando el suelo, su cuerpo temblaba y sentía un enorme calor rodeándolo, mientras pensaba si el realmente había hecho eso, sin poder creerlo después de todo el era tan tímido.
-N-no te enojes conmigo… se que me sobrepase- pronuncio arrepentido con un ligero tartamudeo mientras si quiera podía subir la vista y mirar que era lo que había causado.

Spoiler:

Seguía observando sus uñas haciendo presión en el barandal, un silencio algo incómodo para ella se había apoderado del lugar y solo podía escuchar el sonido del viento al soplar levemente. Sintió como su cuerpo temblaba un poco más, pero aún no se animaba a girarse hacia él, aún no quería ver sus ojos.
Después de unos segundos más escuchó la voz del chico decir que no debía disculparse y que él le había agradecido por eso, para después notar como él se acercaba y se apoyaba en el barandal a su lado. Se quedó allí sin poder decir nada y sin poder desviar la vista de sus dedos mientras permanecía en silencio, después el ojiazul dijo que le había parecido lindo aquel gesto y esa era la razón de su agradecimiento. Al oír esto Alina alzo levemente as cejas mientras cierta expresión de asombro se dibujaba en su rostro, para después oírle decir que era su novio y que podía hacer ese tipo de cosas. Dejando de respirar por unos segundos sintió como su corazón se aceleraba un poco más, realmente ahora lo eran y ella aún no podía creerlo, se le hacía demasiado lindo para ser real, que tuvieran ese vínculo parecía demasiado lejano; aun así, allí estaba él, a su lado.
Un nuevo silencio los rodeo a ambos y entonces ella subió un poco la mirada para observarlo levemente y de forma disimulada, Dylan se veía bastante pensativo observando el horizonte por lo que ella decidió mirar en la misma dirección, el cielo del atardecer se estaba haciendo presente, dibujando un tenue color anaranjado e indicando que el sol ya había comenzado su trayecto de retirada, lentamente.
De pronto se dio cuenta que él se acercaba a ella y sin decir nada apoyó ambas manos en sus hombros para girara hacia él, sabiendo que sus ojos se encontrarían la pelirrosa cerró momentáneamente los suyos apretándolos con fuerza, pero enseguida los volvió a abrir para encontrarse nuevamente con aquellas pupilas posadas sobre las suyas; mirándola de esa forma, robándole toda voluntad.
Sin dejar de mirarla fijamente colocó una mano sobre su mejilla para después acercarse a ella y juntar sus labios en un cálido y dulce beso. Cerrando los ojos lentamente se dejó llevar por aquella magnífica sensación mientras levantaba sus brazos lentamente, sintiendo como la cálida respiración de quién amaba le cosquilleaba en las mejillas. Cuando sus labios comenzaron a rozarse ella colocó ambas manos sobre la cintura de él olvidándose así del mundo, ya nada más que ellos dos parecía existir en aquel momento y mientras su corazón latía fuertemente y sus mejillas aumentaban su rubor, ella solo podía tener presente el calor de quien la besaba, sus manos, su aroma, y el sabor de sus labios.
Dejó que el chico la llevara sintiendo como parecía que dejase de ser ella misma, mientras aquellos labios la besaban cada vez con más pasión solo pudo dejar su mente en blanco y escuchar como su corazón retumbaba locamente en su interior. De pronto sintió como el tomaba su rostro con ambas manos mientras la empujaba en contra del barandal, encerrándola con su cuerpo; convirtiéndola en su prisionera. Sus besos se habían vuelto más fuertes y más apasionados, tanto que ella no pensaba poder resistirlos, su corazón latía más fuerte que nunca y sus piernas comenzaban a flaquear. Apretó entre sus manos la ropa de él mientras sentía que se entregaba a sus manos y a sus labios dejando de lado su propia voluntad, solo seguiría sus besos mientras sentía como esa extraña sensación recorría el interior de su ser.
De pronto sintió como él se separaba librándola de su prisión para alejarse unos pasos, al abrir los ojos observó al chico frente a sí, estaba completamente sonrojado y miraba el piso como si se sintiese apenado por lo que acababa de hacer. Lo escuchó disculparse y rogarle que no se enojase, pero ¿Cómo podía pedir eso? realmente no sabía todo lo que ella sentía… jamás podría enojarse por hacerla sentir de ese modo… era lo más bonito que jamás le hubiese pasado.
Con una larga inspiración recupero el aire que le faltaba y luego de comprobar que sus piernas no le fallarían se incorporó separándose del barandal para luego caminar hacia él y tomar su cabeza con ambas manos para apoyar la frente de sobre la suya mientras le sonreía dulcemente.
-N-No hay nada que perdonar… ya te dije todo lo que s-siento por ti…-cerrando los ojos-… es tan inmenso… me has hecho tan feliz… jamás me enojaría… nunca…
Sabiendo que se sonrojaría aun mas con lo que estaba a punto de decir llevó la cabeza del chico hasta que esta quedó apoyada sobre su hombro, para después acariciar sus cabellos suavemente, jugando con ellos, sintiendo su aroma.
-M-Mis labios… t-te pertenecen… s-solo a ti…-apoyando suavemente su cabeza en la de el-… s-son solo t-tuyos…
Después de decir aquello solo permaneció en silencio, se había quedado sin voz mientras su corazón latía fuertemente, si en realidad todo aquello fuese un sueño estaba más que segura que no quería despertar nunca más. Aquel ojiazul que tanto adoraba y que se había convertido en alguien tan especial, en la persona más preciada para ella… finalmente correspondía sus sentimientos, si esa no era la mayor felicidad entonces esta definitivamente… no existía.

Miro Alina, parecía que apenas podía recuperar el aire que él le había robado con sus besos lo cual lo izo ponerse más avergonzado de sí mismo y de haberse dejado llevar de esa manera. Ella se acerco a él para luego tomarlo de la cabeza con ambas manos, el pareció sorprendido de aquello cerrando los ojos por inercia, para luego sentir su frente sobre la suya, abrió los ojos y parecía que tenía el rostro de ella tan cerca de él, casi como hace unos momentos, aun seguía totalmente ruborizado, aquello no desaparecía por un largo tiempo y mucho menos si estaba tan cerca de ella.
Luego la escucho hablar diciendo aquellas palabras tan dulces que apenas podía creerlo, como ella tan tímida podía decir tales cosas? Era más fuerte de lo que él pensaba, comenzaba por admirarla más y más con cada palabra, con acción que ella expresaba hacia él.
Sintió como ella acomodaba su cabeza sobre su propio hombro para luego acariciar su cabello suavemente, el solo coloco ambas manos sobre los brazos de la chica, esperando no perder el equilibrio estando algo inclinado, mientras sentía que aquella sensación comenzaba a relajarlo, arrullándose con la sensación de que acariciara su cabello, pero sus palabras lo despertaron por completo, coloreando de nuevo su rostro de rojo, sentía como su propio corazón latía fuertemente aturdiendo sus oídos, aun sobre el hombro de Alina cerró los ojos con fuerza bastante nervioso sintiendo el ardor de sus mejillas y casi el resto de su rostro, aquellos labios le pertenecían, no podía si quiera creerlo, se retiro lentamente para luego mirarla directamente, su maldito rubor no desaparecía debido a su latir de corazón, era inevitable, pero ya no sentía pena alguna si Alina lo miraba así de ruborizado, después de todo ella se había atrevido a decir aquellas hermosas palabras que le causaron un millón de ligeros vuelcos en el estomago, coloco una mano sobre la mejilla de Alina apenas acariciándola para luego sentir de nuevo aquella necesidad,
-M-me pertenecen?- pregunto casi para sí mismo para luego acercarse más al rostro de la chica mientras entrecerraba los ojos antes de cerrarlos por completo deslizando su mano desde su mejilla a su nuca para luego tocar sus labios delicadamente con los suyos sintiendo la ligera respiración de ella sobre su rostro, para luego plantarle por completo un suave beso apenas saboreando de nuevo la sensación y sabor de los labios de la pelirosa, que provocaban que la piel se le erizara y su sonrojo aumentara, hasta que de nuevo se dejaba llevar por aquello, bajo ambas manos hasta los brazos de Alina sujetándola la acerco mas a él, pegando su cuerpo contra el de ella, obligándola a abrazarlo mientras su beso se hacía más intenso y más apasionado, sintiendo como cada vez mas perdía su control sobre sí mismo, subió sus manos de nuevo hasta sostener con una la cabeza de Alina, y la otra colocarla en su espalda acercándola más hacia él mientras aun la besaba sin querer ni poder detenerse, era una muy cálida y dulce sensación casi adictiva que comenzaba a inquietarlo de cierta manera, cuando por fin se detuvo intentando tomar aire separándose un poco, dándose cuenta de que tampoco no dejaba respirar con libertad a la chica por sus fuertes y posesivos besos, pero no se retiro de la cercanía de ella, ahora parecía tan diferente al Dylan tímido que siempre solía ser, aquella sensación lo había cambiado, nunca antes la había sentido y ahora no podía dejar de desear mas de eso,
- Intenta besarme también… si lo haces te dejare respirar- pronuncio casi un susurro sin esperar respuesta alguna, Alina sin duda había despertado una extraña actitud en él, y sin pensarlo inmediatamente volvió a atacarla con besos y ligeras caricias sobre su cuello, esperando que ella cumpliera con lo que le dijo robándose cada aliento y sabor de sus labios, mientras sus besos mejoraban con cada paso, como si aprendiera que hacer solo con tener los labios de la persona que mas amaba sobre los suyos.

Spoiler:

Sintió como el tomaba sus brazos con ambas manos y de forma suave mientras ella acariciaba su cabello lentamente y expresando en aquellos movimientos todo aquel dulce cariño que ese ojiazul le inspiraba. Después de unos segundos en el que se hizo presente un dulce silencio, el chico se retiró lentamente para volver a clavar en sus ojos aquellas pupilas azules que tanto ella adoraba y así permitirle notar en sus mejillas aquel persistente sonrojo que también se refugiaba en sus propias mejillas y que solo la llenaba de ganas de abrazarlo más y más fuerte.
Subiendo una mano a su mejilla la acaricio suavemente mientras repetía en forma de pregunta aquellas palabras que ella había dicho, provocando que su sonrojo aumentara un tono más. Pero antes de que tuviera tiempo de desviar su mirada en el momento en que su vergüenza terminara ganándole, el chico comenzó a acercarse más y más a su rostro mientras cerraba sus ojos lentamente dándole a entender lo que sucedería; el reclamaría entonces aquello que era suyo y que a él pertenecían; sus labios.
Sintiendo como el deslizaba su mano desde su sonrojada mejilla hasta su nuca se estremeció con un pequeño escalofrío provocado con ese nuevo contacto y luego terminó de cerrar sus ojos al sentir de nuevo sobre sus labios aquella cálida y dulce sensación, que pronto se convirtió en un largo y cálido beso, permitiéndole sentir de nuevo aquella cálida respiración sobre sus mejillas y aquel dulce sabor que parecía apoderarse de su voluntad, erizándole la piel y aumentando el ritmo de su corazón; logrando teñir un poco más sus ya sonrojadas mejillas.
Después de unos segundos Dylan bajó ambas manos y tomando los brazos de ella acercó sus cuerpos, llevando los brazos de Alina alrededor de su torso, provocando que ella terminara abrazándose a él, la pelirosa posó sus manos en la espalda de él, apretando con fuerza la ropa entre sus dedos mientras sentía como aquel beso aumentaba en fuerza e intensidad, volviéndose más apasionado con cada segundo que pasaba, dejando su mente en blanco mientras solo podía ser invadida por aquellas sensaciones, sintiendo como sus piernas y su cuerpo se aflojaban, quedando a su disposición; totalmente sumisa ante sus brazos y ante sus labios. Finalmente Dylan subió ambas manos para colocar una detrás de su cabeza, impidiendo de esta forma que sus labios se separasen y la otra en su espalda, empujándola un poco más; eliminando cualquier distancia que pudiese existir aún entre ellos mientras sus labios rozaban intensamente los de ella, robándole cada aliento, acariciándolos suavemente pero a la vez con fuerza y pasión, mientras ella sentía como su corazón golpeaba contra su pecho como si ya no pudiese latir con más fuerza, pero aún así lo siguiese intentando.
Luego de unos segundos más el ojiazul separo sus labios y fue allí cuando Alina respiro con algo más de libertad, sintiendo aún la sensación de aquel roce sobre sus labios, sonrojándose un poco más al notar aquellos ojos clavados en los suyos; su mirada se veía diferente, realmente aquella mirada había cambiado y parecía haberse vuelto más fuerte y más dominante, tanto que ella solo pudo perderse en sus pupilas mientras lo escuchaba decir que intentara ella también besarlo y que así evitaría quedarse sin aire.
Asintió con un leve movimiento de cabeza a aquellas palabras que parecían haber sido dichas casi en un susurro e inmediatamente volvió a cerrar sus ojos suavemente mientras volvía a sentir como él se apoderaba de sus labios, besándolos con fuerza y con pasión, tanta pasión como ella nunca pensó llegar a sentir. Estrujando un poco más la ropa de él entre sus brazos sintió un pequeño escalofrió recorrer su espalda cuando los dedos del ojiazul comenzaron a rozar su nuca suavemente, dejando en ella suaves y cálidas caricias mientras el chico devoraba sus labios. Recordando lo que él le había pedido frunció levemente el ceño por unos segundos y entonces comenzó a intentar rozar los labios del chico suavemente, acompañando sus movimientos aunque le resultasen demasiado intensos en ese momento, pero intento hacer lo mejor que pudo y luego de eso se sorprendió al notar como el aire parecía entrar con más naturalidad a sus pulmones, respirando lentamente, intentando mantenerse de pie y no desfallecer ante tales besos apasionados, de los cuales no comprendía como habían podido surgir así tan de repente; pensar que ella era capaz de inspirarle tal pasión solo lograba hacer que su cuerpo se estremeciera un poco más, mientras ella cerraba un poco mas sus brazos sin soltar la ropa que sujetaba con fuerza entre sus pequeñas manos.
Continuando con el apasionado beso que su novio había sabido ofrecerle casi de forma sorpresiva para ella, sentía como el viento soplaba levemente, jugando con su cabello, haciéndolo volar suavemente. Casi había olvidado que un mundo existiese mas allá de esos brazos que la sujetaban con fuerza, pero si lo estaba y se hacía presente en sus oídos con el cantar de algunos pajarillos y con el sonido del viento soplandole suavemente en las orejas, moviendo de forma juguetona aquellos rosados y cortos cabellos que tenía detrás de estas.
Escuchando el sonido del los árboles mecerse suavemente con el viento levanto un poco sus manos, soltando la ropa del chico para así comenzar a mover sus manos suavemente, acariciando dulcemente su espalda, sintiendo a través de la ropa la forma de esta y el calor que emitía. Sabía que lo amaba enormemente sabía que lo adoraba con todo sus ser, tanto así como para adorar cada parte que lo componía, desde la punta de aquellos hermosos cabellos negros hasta el último dedo de sus pies que aun no conocía, pero que ya sentía adorar sin siquiera haberlos visto jamás. En aquel momento una sola y pequeña frase aparecía en su mente, una frase que esperaba decirle pronto sin que su timidez se lo impidiera, porque resumía todo ese sentir por él, resumía las sensaciones en su cuerpo, el latido de su corazón… solo para volverlo comunicable a los oídos de quien adoraba, por todo eso ella esperaba que muy pronto sus labios pudiesen abrirse sin temor ni pena para dejar salir aquellas palabras, para decirle a él “Dylan… te amo”.

Notaba como ya no era el mismo en todo ese tiempo, era como si una actitud diferente en el hubiera evolucionado para apoderarse de sus actos y su timidez, aun su corazón latía con tanta fuerza desde hace tiempo que ya se había acostumbrado a aquellos golpeteos en su cabeza y su pecho, parecía más bien un sonido del ambiente. Alina lo miro fijamente cuando él se detuvo retirándose de aquel beso apasionado notando que el rubor en sus mejillas era intenso, luego él le pidió que lo besara también para que pudiera respirar mas libremente y ella asintió sin siquiera poder decir alguna palabra, para que el de nuevo la contraatacará con besos y caricias, sentía como lo tomaba de la ropa, apretándola con fuerza sintiendo las pequeñas fuerzas de ella, para después sentir como ella intentaba seguirle el ritmo rosando sus labios suavemente, provocándole un escalofrió repentino, realmente se sentía bien ser correspondido tanto en amor como en besos. Intento no presionarla tanto deteniendo aquel ataque de besos fuertes, intentando con todas sus fuerzas hacerlos más dulces, ahora le costaba eso de una manera un tanto curiosa, pero lo haría por ella, para que estuviera mas cómoda, tranquila y pudiera sentir el amor que en verdad sentía por ella.
Sin pensarlo mas fue liberándola poco a poco de sus brazos que la obligaban a estar apretujada contra él, dejando dulces y delicados besos sobre sus labios para luego retirarse de aquel beso intentando respirar con tranquilidad sintiendo que de nuevo volvía a ser el, ni siquiera podía verla a la cara, el había hecho todo eso, se había descontrolado a tal grado de volverse apasionado, sin pensarlo más la rodeo en su brazos delicadamente mientras temblaba levemente sintiendo un escalofrió por la combinación de la brisa fresca de otoño y el calor que aun permanecía ahora en todo su cuerpo,
- L-lo siento p-por ponerme así… - pronuncio apenas mientras su rostro estaba intensamente colorado, sentía como su corazón se encontraba golpeando fuertemente su pecho como si este quisiera escapar, apretó los ojos mientras intentaba calmarse a sí mismo, esos nervios no lo llevaría a nada, pues seguramente Alina estaría más nerviosa que él, dejo soltar un suspiro mientras fruncía el ceño intentando superar su timidez repentina pensando en que quizás no iba a ser capaz de mirarla a los ojos, se sentía demasiado avergonzado por cómo había actuado, aun sentía como sus labios permanecían con el fuerte desgaste de aquel beso, que con tan solo pensar en ello aceleraba de nuevo su corazón, no quería olvidar esto nunca pues era un bello recuerdo que solo compartiría a lado de ella, nadie mas sabría que en ese momento el había perdido su propio control con tan solo besarla un poco, pues esto era lo que ella le hacía sentir,
-Escucha…- dijo repentinamente en medio del silencio intentando liberarse de su incomodidad, mientras recargaba a la pelirosa para que ella escuchará directamente sus latidos, demostrándole así que él también se moría de vergüenza y de nervios, en ese momento permaneció en silencio mientras el sonrojo en sus mejillas no cedía en absoluto, comenzando a preguntarse cómo es que había logrado dejarse llevar de esa manera y ser tan valiente como para comerse a besos a Alina sonrojándose más al pensar estas cosas mientras la apretaba suavemente contra sí mismo, de ninguna manera le haría daño, solo quería tenerla como su propio tesoro, protegerla y darle todo el amor que pudiera ofrecerle, hacerla la chica más feliz de todas, eliminando sus miedos y debilidades, ofreciéndole todo el valor para que siquiera adelante, y quizás, si ella se lo permitía… permanecer a su lado por siempre.

Luego de unos segundos más en los que el parecía querer robarle los labios con aquellos besos tan apasionados que la dejaban sin voluntad, el movimiento se hizo más suave y más lento, volviéndose así más dulce, pero igual de hermoso sin dejar de provocar aquellas extrañas sensaciones que recorrían todo su ser. A decir verdad, sin importar la forma en que la besase ella sabía que en ese momento, e ese tiempo que durase el beso sus labios le pertenecían por completo al igual que su voluntad y que podía hacer con ellos lo que quisiese, mientras ella solo se dejaba arrastrar por aquella hermosa y cálida sensación que era tener aquellos labios sobre los suyos, acariciándolos con pasión, poniendo en aquellos besos todo lo que ambos sentían el uno por el otro.
Después sintió como él la liberaba poco a poco mientras sus besos se hacían más cortos pero sin perder ese dulce sabor y esa calidez que le erizaban la piel con cada contacto. Después el ojiazul la rodeo con sus brazos dejándole sentir el leve temblor en su cuerpo, provocando que ella levantara los brazos para rodearlo también, como si quisiese calmarlo de una forma suave y dulce. Lo escuchó suspirar levemente mientras el viento jugaba con su cabello agitándolo suavemente, aun tenía sobre sus labios la sensación del rose de los labios de Dylan, al igual que su sabor impregnado como si ya nunca quisiese borrarse; como si marcase realmente que aquellos labios rosados eran de su pertenencia.
-Está bien… ya te lo dije… no te preocupes…
Cerró los ojos suavemente, dibujando una pequeña sonrisa en sus labios mientras recordaba a aquellas sensaciones que quería grabar para siempre en su memoria, la forma en que la había abrazado, la forma en que sus manos la habían acariciado, la forma en que la había mirado y la forma en que aquellos labios la habían besado, con pasión y desenfreno y luego con una infinita ternura; resultaba casi imposible creer que todo eso hubiese sucedido apenas unos minutos atrás, pero saberlo real y posible solo le hacía reafirmar todos los sentimientos que hacia él tenía
De pronto sintió como él le decía “escucha” en un dulce susurro que la llevo a abrir los ojos lentamente para luego sentir como con una mano llevaba su cabeza lentamente hasta apoyarla sobre su pecho, para así en un profundo silencio lograr escuchar los latidos acelerados de aquel corazón que parecía retumbar con tanta fuerza como si buscase el también besar sus sonrojadas mejillas.
Sintió como él la apretaba un poco más de forma suave y ella solo volvió a cerrar los ojos, apegándose un poco más a él, dejándose envolver por su calor que parecía protegerla del fresco del ambiente mientras sentía como su corazón también continuaba su ritmo acelerado, casi intentando sincronizarse al de él, como si latiesen juntos; como si fuesen uno solo.
-E-El mío también… así de rápido… c-como si quisieran ir juntos…
Retiro una de sus manos de la espalda del chico y colocándola al lado de su rostro comenzó a jugar en el pecho de él, marcando leves círculos con sus dedos, dejando sobre la ropa pequeñas caricias suaves y tiernas mientras aspiraba su aroma, adorándolo todo de él; adorando hasta su existencia.
-Le contare esto a Dill… q-que ahora estás conmigo y que… s-soy tan feliz…
Sonrió un poco más al recordar los ojos de aquel pequeño animalito que adoraba, ese había sido un regalo de aquel chico que tanto amaba y por eso era aun más preciado que cualquier otra cosa, sumando a esto el hecho de que realmente lo amase, reflejando en esto también el gran amor que sentía por el ojiazul que ahora podría decir y llamar su novio.
Solo de pensar en esto su sonrojo aumento de golpe y aquellos besos apasionados volvieron a su mente, acelerando aun más su corazón y provocando que terminara por abrazarse al torso de Dylan con todas sus fuerzas, escondiendo el rostro en su pecho, aspirando su aroma, sintiendo su calor; adorando todo de él.

Sintiendo como Alina lo rodeaba cálidamente en sus brazos, de una manera dulce y suave, para luego escuchar que le decía que no se preocupara, que estaba bien, aunque dijera eso, el seguía sintiéndose avergonzado, nunca espero tener ese tipo de actitud en el, pero ya no era un niño y Alina provocaba esas sensaciones en el, las cuales no podía dejar de reprimirlas u ocultarlas como si no existiesen.
“El mío también… así de rápido… como si quisieran ir juntos…” pronuncio la pelirosa al oír el corazón de Dylan latir con tanta fuerza para luego sentir leves caricias en su pecho que ella expresaba tiernamente. El sabia que ella lo quería de tal manera, se daba cuenta por cada detalle que ella expresaba, con la manera en la que lo miraba perdiéndose en sus ojos, la manera en la que sus mejillas se ruborizaban al momento que él se acercaba a ella, el temblor de su cuerpo al haber sido besada apasionadamente por él, todo su cuerpo lo expresaba, al igual que de él a ella, de diferentes maneras pero al final era amor puro, dulce y totalmente sincero.
En medio de sus pensamiento de nuevo escucho la voz de Alina diciendo que le contaría a Dill, que ahora estaba con ella y que era tan feliz a su lado con una voz tan alegre y suave, sonrió dulcemente en respuesta aunque ella no pudiera verlo, estaba a punto de decir un comentario cuando sintió el fuerte abrazo de la pelirosa sujetándolo con fuerza, ocultando su rostro en su pecho se quedo un momento sorprendido antes de levantar una de sus manos de su espalda y colocarla en su cabeza, terminando por acariciar levemente sus cabellos de manera cálida.
-No le digas que te besé… es un bebé, eso es muy fuerte para el- comento en forma de broma mientras aun permanecía con una suave sonrisa en su labios aun acariciando sus cabellos, sintiendo como su vergüenza extrema desaparecía poco a poco, en definitiva sus comentarios fuera de lugar lo hacían recuperar el humor.
-Tienes hambre?- pregunto separándose un poco de ella para mirarla a los ojos finalmente superando su timidez, pero en cuanto clavo su mirada en sus pupilas rosadas y brillantes sintió de nuevo el deseo de besarla, sonrojándose de golpe y desviando su mirada hacia otro lado, no debía besarla, al menos no por ahora. Esperando su respuesta mientras enfocaba su mirada en la esquina del barandal pero sin mirarlo realmente.

Luego de abrazarse al chico solo se quedo allí apretando los ojos con fuerza mientras sentía un pequeño calor en sus mejillas, dibujando una tierna sonrisa en sus labios. Pronto sintió como Dylan subía una mano desde su espalda hacia su cabeza y comenzaba a acariciar suavemente sus cabellos, podía sentir como su mano pasaba tranquilamente sobre sus largos cabellos, como sus dedos a veces se adentraban en la marea rosa que componía su cabellera mientras el viento soplaba lentamente. Luego de unos segundos lo oyó decir que no debía contarle a Dill sobre aquellos besos apasionados, puesto que siendo muy pequeño podría impresionarse por ello, Alina solo sonrió de forma un poco más amplia para disminuir la fuerza con la que lo abrazaba, pero aún permanecer allí, sintiendo aquella mano recorrer suavemente su cabellera, era sin duda alguna una sensación muy bonita, agradable y hasta relajante.
-E-Está bien… n-no le diré…
Después de casi susurrar aquellas palabras, cesó su abrazo cuando el chico la separó un poco de sí para mirarla a los ojos, pero se sorprendió levemente al notar como el parecía sonrojarse de golpe y desviar la mirada hacia un punto que ella no intento descifrar, solo sonrió dulcemente sonrojándose un poco también, para luego alejarse unos pasos en dirección hacia la puerta de la azotea.
-Si tengo, un poco…-dijo girándose mientras seguía sonriendo-… vayamos por algo, al comedor…
Dicho esto volvió a acercarse a él y tomando una de sus manos suavemente lo estiro con delicadeza en dirección hacia la puerta de la azotea, debían cruzar entonces algunos largos pasillos hasta llegar al comedor, peor estar con él era lo que más deseaba y sentir su presencia era una sensación muy bonita.
-Supongo que tú también... debes tener hambre…
Caminando de forma suave guio al chico hasta la puerta mientras la sonrisa en sus labios continuaba siendo tierna y serena, y su sonrojo seguia algo mas tenue pero igual de vivo, se sentía tan bien que en ese momento no podía siquiera imaginar que la tristeza existiera en ese mundo, todo parecía tan claro, tan bello, tan irreal… y sin embargo todo había sucedido y sin duda alguna se guardaría en la memoria de la pelirrosa para el resto de su vida.

Su querida novia asintió diciendo que no le diría a Dill nada al respecto, el chico solo sonrió alegremente en respuesta mientras su sonrojo se hacía menos notorio y no se enfocaba en casi todo su rostro, hasta que le pregunto que si quería comer y su sonrojo volvió tan intenso como antes, pues había recordado lo que hace varios segundos o minutos había sucedido.
Acepto diciendo que si tenía un poco de hambre, sugiriendo que irían a comer algo al comedor, el chico sonrió ante eso, le parecía muy buena idea pasar mas tiempo a lado de ella, esas sensaciones que ella le hacía sentir lo hacían feliz, lo hacían sentir querido y humano,
-De acuerdo, vamos…- pronuncio con una sonrisa mientras ella tomaba una de sus manos suavemente para ser dirigido por ella fuera de ahí, continuando por seguirle el paso, ahora tenían que pasar por los pasillos, pues quedaba algo alejado el comedor de donde estaban ellos,
-Si… bastante- confeso mientras la sonrisa en su rostro era irremediablemente imborrable –Soy feliz de que hayas estado casi todo este día conmigo- agrego repentinamente ruborizándose un poco mientras abría la puerta de la azotea para dar con el pasillo el cual bajaba en escalones para llegar a los pasillos, para luego sujetar su mano con mas fuerzas como si quisiera entibiecerla mas.