Hunger (Libre)

El cosquilleo escalaba por la piel de sus dedos, haciéndole perder por unos segunfos el sentido del tacto.
Tambaleante, paró sus pasos para intentar situarse mentalmente en el recto pasillo. Apenas había amanecido, aún habían estudiantes desayunando, sin embargo ella había terminado hacía rato ya de comer su ración diaria de fruta y leche.
"No es suficiente, nunca es suficiente..." Apretó sus uñas en la pared, a la vez que hacía lo mismo con los dientes dibujando en su rostro una expresión de angustia.
Impotencia. Era lo que podía sentir de sí misma en aquél momento. Bajó un poco la barbilla, mirándose la punta redondeada que hacían los zapatos del uniforme en sus pies.
No le gustaba aquello, para nada. Seimpre le repetían que tener poderes era un don, y lo más importante, que se lo dijera su padre, que había hecho un importante esfuerzo para aceptarla en los peores momentos. Era como si su cuerpo actuara diferente de su cabeza.

"Nunca dañaré a un animal"
"No quiero dañar a un ser humano"
"No me gusta la carne"
"No soy un parásito"

Y por mucho que lo tratase llevar, su cuerpo seguiría clamando por lo bajo por ése líquido rojo. Le asqueaba, y a su vez, le hacía sentir mejor.
Dijo alguien que no había mejor sensación que dormir con sueño, comer con hambre y beber con sed.
Pero... ¿Cómo llamaría a esa sensación de estar comiendo y sentir que no te llena en absoluto, y lo único que sientes es lo insípido que puede ser alimentarse de una bandeja vegetariana? Loris chasqueó su lengua y negó con la cabeza.
"Eso son tonterías, Loris. Es sólo la debilidad" Se recriminó "Te sentirás mejor y ya verás como esto que piensas ahora son tonterías"

Volvió a esforzarse en caminar hacia la puerta de la enfermería, llamando antes de entrar.
-¿Hola? -Preguntó en voz alta asomando primero su cabeza antes de adentrar también su cuerpo- ¿Heilbronn? ¿¿Alguien??
Por el momento, la enfermería parecía vacía. Loris suspiro un tanto exasperada, y con la calma que pudiera restarle, tomó un taburete, acercándoselo a sí, para sentarse mientras inspeccionaba alrededor: Cada estantería, mesa, camilla, botella de medicamentos...

Miró fijamente una máquina arrinconada que era ya muy familiar para ella: Una de transfusiones sanguíneas. La americana apretó sus labios, incosciente al apetito que le pudiera despertar a su organismo el recordar para qué sirve aquél aparato.
Su padre se había encargado personalmente que en su historial médico constase la necesidad que tenía por hacerse transfusiones, y en aquél momento, se sentía agradecida.

Había estudiado bastante su habilidad de curación, casi se sentía preparada para comenzar a atender heridas de sus compañeros o de docentes que lo necesitaran, pero no era lo suficiente, tenia que practicar mas en situaciones comunes y comprobar si su conocimiento era aplicable, pero no podía herirse intencionalmente para después curarse, así que decidió pedir ayuda a la persona que mejor se dedicara a ese trabajo, el maestro Kael Heilbronn. Sabia que muchas de las veces se encontraba en el cuarto de enfermería en vez de su propia oficina, así que decidió darse una vuelta por ahí primero.

Camino por los largos pasillos hasta dar con la puerta de enfermería, para abrirla con cuidado, al entrar ahí ya se encontraba alguien mas, una chica de cabellos oscuros y ojos turquesa sentada sobre un taburete.

-B-Buenas... no haz visto al señor Heilbronn?-le pregunto a la chica algo avergonzada por haber entrado así de repente, la chica parecía acongojada como si algo la estuviera molestando, la miro un momento confundida antes,

-Estas bien?- le pregunto inmediatamente después de haber visto que en definitiva esa chica estaba mas pálida que cualquier otro color natural, dio unos pasos hacia la chica quizás lo que tenia era anemia y debía atenderse rápidamente.

Mantuvo su vista perdida en el techo blanco, y si estuviera más animada, de seguro que se hubiera puesto a silvar alguna melodía conocida de algún anuncio.
No hizo nada hasta que la puerta se abrió, lo que hizo voltear la cabeza a la morena. Lo que vio entrar, sin embargo, era simplemente una de las alumnas, de cabellos blancos y ojos verdes.
Loris le sonrió amablemente, a pesar del aspecto que presentaba. Debido a la falta de "alimento", su piel se veía un tanto decolorada, y eso hacía que se le marcaran un poco más las ojeras que normalmente se le escondian bajo el tono de la buena salud.
-Hola -Saludó levantando un poco su mano, negando con la cabeza- El señor Heilbronn aún no ha venido... O no está, no sé.

Se encogió un poco en su asiento, apoyando las manos en la pequeña porción que le sobraba de taburete. Distrajo su vista en sus uñas hasta que la peliblanca preguntó por ella, lo que le hizo ofrecerle una sonrisa amable.
"Que chica más simpática"
-Bueno... Necesito hacer una transfusión sanguínea, aunque no sé si podrías ayudarme mucho.

La chica ciertamente parecía encontrarse débil a causa de alguna enfermedad o algún accidente, Aydan no sabía muy bien, pero inmediatamente se preocupo de solo verla. La pelinegra respondió que el maestro Kael no se encontraba ahí, quizás estaba ocupado en alguna parte, después de eso se acerco dando unos pasos hacia la chica de cabellos negros,
-Nunca lo he intentado... pero quisiera hacerte de ayuda...- respondió un tanto decepcionada de no poder hacer más para luego mirar hacia todos lados en busca de los artículos, quizás si buscaba las cosas para dejárselas a la mano a Loris, esta podría ser de ayuda mientras el maestro Kael regresaba.
Busco los artículos para la transfusión sacándolos de los cajones y ponerlos a la mano,
-Ahora vengo, voy por el profesor Kael… lo busco por ti- pronuncio con una sonrisa amable para salir del cuarto de enfermería e ir en busca del profesor que ayudaría a la pobre chica que se miraba cada vez más débil.

Spoiler:

Tenía en realidad pocas cosas que hacer ese día en la academia, por lo que solo se pasaría para revisar algunos papeles y de que nadie lo necesitase para algo y no lo encontrase, su último destino era entonces la enfermería de la academia a la que solía asistir a menudo para encargarse de quienes necesitasen atención médica, y hacia la cual se dirigía con un andar sereno tan característico de su persona.
Caminaba tranquilamente por los pasillos, escuchando solo el sonido de sus pasos retumbar en las paredes y convertirse en eco en el amplio ambiente, mientras observaba el exterior a través del vidrio de los ventanales hasta que ingresó en una zona cerrada en la cual ya no habían, siendo esto indicio de que se encontraba cercano a la enfermería.
“Si no me equivoco hace poco llegó esa máquina de transfusiones… a causa de esa niña Poe…” pensaba el joven docente rascándose el mentón mientras levantaba un poco la mirada. Pronto se encontraba ya cerca de la puerta de la enfermería y fue en ese momento en que divisó a una alumna saliendo de esta, nada más y nada menos que Aydan Richelle quién le había sido de bastante ayuda aquella vez luego de que la clase de su amigo Patrick finalizase.
-¿Necesitas algo Aydan?
Preguntó esto dedicándole una gran sonrisa a su alumna, si era una de aquellas que mejor le caían y de las que consideraba como favorita junto a algunos otros más, sin saber muy bien porque, tal vez solo de afinidad se tratase, pero aun así, e ignorando esto, era una alumna en la enfermería y sabía que allí no se estaba gratis ni por gusto, así que solo se detuvo frente a ella para que le contase lo que sucedía o lo que necesitaba.

Spoiler:

Apenas salia por la puerta cuando diviso al maestro Kael dirigirse hacia la enfermería, era una gran suerte pues era lo que estaba buscando, el mismo se acerco para preguntarle a Aydan si necesitaba algo,

-S-si profesor, una de mis compañeras esta dentro de enfermería la cual se mira muy débil y palida, dice que necesita una transfusión... cree que podría atenderla, por favor?- le contesto en un tono amable al maestro e igual de manera tímida, como era su típica reacción frente a un adulto o cualquier persona desconocida, luego espero a que el profesor avanzara, dando espacio para que pasara dentro de enfermería, y tímidamente asomarse asegurándose de que la pelinegra se encontrara mucho mejor.

Escuchó como la ojiverde le decía que una de sus compañeras estaba dentro de la enfermería, que se veía muy débil y pálida, y que ella misma decía que necesitaba una transfusión, para después preguntar con un tono de preocupación si podía atenderla. Apenas termino de decir aquello el rubio vio formarse en su cabeza la imagen de aquella niña de ojos turquesa por la cual aquel aparato había llegado a la academia, la chica llamada Loris Poe cuyo poder era la Hemaikinesia y que la llevaba a necesitar transfusiones de vez en cuando.
Kael sonrió amablemente a la chica y palmeo con suavidad su cabeza mientras daba unos pasos para cruzar la puerta de entrada a la enfermería, girándose para mirarla.
-Por supuesto que la atenderé… ahora mismo.
Dicho esto ingresó a la enfermería para que luego lo primero que sus ojos encontraran fuera una pequeña y delgada figura perteneciente a una chica de cabello negro y hermosos ojos turquesa, se veía bastante pálida y débil al parecer.
-Buenos días pequeña…
Acercándose a ella le regalo una tierna sonrisa, sería la primera vez que le dé el tratamiento, pero por eso mismo quería llevarse bien con la chica y claro deseaba cuidar de ella así como de todos los alumnos de la academia, para eso estaba allí y para eso se había dedicado a lo que se había dedicado.

(perdón por el retraso chicas, falta de inspi con la abraza-árboles!)

No le dio apenas tiempo a decir nada cuando la chica se fue corriendo, parpadeando un poco.
A pesar de que el hambre la estuviera deborando, Loris mantenía un aspecto tranquilo, relajado. Seguramente, sería debido a que cuando se encontraba bien tenía demasiadas energías, y cuando estaba baja de fuerzas, se volvía alguien más pausado.
-...Yo le hubiera indicado cómo hacerlo... -Murmuró alzando una ceja.
Miró por los lados, mirando cada potecito y objetos de botiquín, ladeando una cabeza. Tanto trasto, seguro que le hubiera gustado a su hermano Lester.

Fue cuando entró de nuevo la chica, acompañada esta vez de un hombre alto con gafas y cabello largo, que no tardó en reconocer como al profesor, pues ya cuando fue a la academia su padre, antes de irse, se lo señaló diciéndole que, si empezaba a encontrarse mal, no dudara de acercarse.
-¡Hola! -Saludó alzando un poco la cabeza, entre curiosidad y un intento de demostrar que no había incomodidad alguna- Buenos días... Heilbronn, ¿verdad?
Le tendió la mano para saludarle, manteniendo sus guantes puestos para que no sucediera ningún "accidente"

Guió al maestro dentro del aula de enfermería donde se encontraba la chica de cabellos negros pálida y débil por su pequeño problema que en verdad ella no entendía, se quedo observando unos momentos mientras ellos se saludaban para continuar con la transfusión,

-Necesitan que me marche?- pregunto cortesmente sintiéndose algo innecesaria -O quieres que te acompañe? Me quedo contigo si quieres? no tengo mucho que hacer en realidad...- agrego otra pregunta, quizás ella necesitaba compañía de otra chica, pues era verdad que a veces se sintiera incomoda estando a solas con una persona adulta, sin saber si quiera de que hablar o un tema de conversación, ademas, era mejor si una chica la acompañaba en enfermería, era normal que las chicas se llevaran bien entre si era parte de su naturaleza.

Observó como la ojiturquesa correspondía su saludo alegremente, al parecer conocía su apellido y tal vez lo hubiera visto en algún lugar, aunque él no recordaba esta ocasión, pero tampoco le molestaba demasiado que así fuese.
-Así es pequeña ese es mi apellido, ¿y tú?… tu nombre es Loris ¿verdad?... muy bonito nombre.
Sonrió amablemente hacia el gesto de la chica, para después tomar su mano de forma delicada e inclinarse levemente para dejar sobre el guante un suave beso, sabía muy bien el poder que la chica poseía y lo peligroso que algunas cosas podían resultar, era su trabajo y parte de su interés conocer el poder de todos sus alumnos, tal vez también porque esto facilitase una futura curación.
Después escuchó lo que la ojiverde decía mientras el soltaba suavemente la mano de la chica y solo sonrió amablemente para acercarse al archivero en busca de la ficha de Poe.
-Puedes quedarte Aydan, nunca esta demás una buena compañía en tratamientos como este… me imagino que Loris se sentirá mas cómoda así…
Abriendo el largo y ancho cajón repleto de fichas comenzó a buscar entre ellas, la ficha guardaba la información esencial de cada alumno, sus alergias, sus tratamientos, si padecía alguna discapacidad; por todo eso era muy importante, además de otros datos como nombre edad, grupo sanguíneo, ect.
Finalmente luego de unos segundos obtuvo la ficha buscada, observando le nombre resaltado en la cima de esta y la fotografía de la pequeña ojiturquesa a un lado, con toda aquella información obtendría los datos necesarios para poder proceder.

Loris suspiró con una sonrisa mientras observaba a la rubia pasar sus ojos de ella al profesor.
Ciertamente, no esperaba una acojida así. Cuando llegó a Crusaders, la morena no tenía problema alguno en acercarse a los demás chicos, querer saber sus nombres, qué poderes tenían y demás cosas.
Pero, a lo contrario de ella, los demás la miraban un tanto asustados, más que por el poder que tuviera, por el carácter.
-No, quédate, no me importa en absoluto -Contestó alzando un poco el mentón, y viendo como el maestro le besaba la mano enguantada sonrió un tanto avergonzada- Jo, que amables son todos...
Se mantuvo un silencio callada, observando al apuesto adulto buscar la ficha, dando un parpadeo.
-Loris es nombre de chico -Añadió encogiéndose un tanto de hombros.

Se quedo en silencio y con una sonrisa esperando a que atendieran a su joven compañera, hasta que escucho su nombre por parte del maestro “Loris” repitió en su mente intentando memorizar aquel nombre, para después mirar como el maestro se inclinaba para besar su mano la cual lo rodeaba un guante, gesto el cual la ojiverde no estaba acostumbrada, solo se quedo algo sorprendida aun mirando a la ojiturqueza esperando a que esa acción no le pareciera incomoda, en su caso se hubiera puesto totalmente roja, pero Loris solo sonrió algo avergonzada, expresando que todos eran amables,
-Si… Loris… te acompaño… - pronuncio dando unos pasos para quedar de lado de la camilla donde la chica estaba sentada –y si… maestro necesita algo de ayuda, me dice…- agrego con una sonrisa dirigiéndose al docente, mientras el buscaba entre un cajón la ficha de Loris.
Luego escucho como la morena expresaba que Loris era nombre de chico,
-En serio? Aydan también es nombre de chico… bueno, es más común en un chico…- pronuncio algo entusiasmada intentando ganar algo de conversación para no incomodar a Loris con tanto silencio –B-bueno… no me molesta tener un nombre de chico… me hace sentir más fuerte..- agrego después bajando un poco la mirada avergonzándose de repente pues su emoción había sido injustificada.

Leyó con detenimiento la ficha de la alumna mientras escuchaba como las chicas conversaban, para después buscar la libreta de enfermería y anotar en ella el primer tratamiento dado a la alumna, junto con los datos correspondientes, fecha, hora y algunos datos más, una vez terminado todo el papeleo inicial se acercó a la chica para nuevamente dedicarle una suave sonrisa.
-Bien Loris, recuéstate en la camilla… iré por la sangre necesaria y comenzaremos…
Dicho esto se dirigió hacia una puerta que estaba casi escondida en la enfermería, cercana al escritorio y decorada con un cuadro, solo apenas a perilla dorada podía verse sobresalir del blanco de la pared y de la puerta misma.
Buscando entre un juego de llaves que obtuvo luego de hacer las anotaciones correspondientes, se puso a elegir o más bien buscar cuál de ellas sería la que abriera la puerta que tenía en frente, y detrás de la cual se encontraba lo necesario para tratar a la chica.
Una vez abierta la puerta se acomodo los lentes para comenzar a descender lentamente prendiendo las luces en el proceso, una serie de tubos blancos parpadearon para después iluminar frente a él lo que vendría a ser el almacén de la enfermería; allí donde se guardaban los materiales a usar, para renovar cuando fuese necesario los que se encontraban más a mano en la enfermería.
-Bien… aquí están…
Acercándose a una heladera de tamaño bastante importante observó su reflejo en el vidrio de la puerta para después ingresar una clave en la tablilla, logrando que la puerta se abriese mientras un vapor blanquecino escapaba del interior del artefacto. En verdad hacía un tiempo ya en que Kael venía insistiendo que una máquina de transfusiones y un deposito de sangre eran necesarios, puesto que aunque los alumnos tuviesen poderes, eso no significaba que no podían morir o sufrir daños graves y si algún día algo sucediese y el no pudiese estar presente, era mejor contar con los aparatos necesarios para un tratamiento normal. Finalmente y luego de la llegada de la chica llamada Loris Poe fue que los recaudos necesarios habían sido tomados y finalmente la máquina y los instrumentos necesarios adquiridos.
-Veamos… sangre… de tipo…
Recorrió con la mirada las bolsitas de sangre que tenía frente a si para después tomar la necesaria y volver a cerrar la puerta, observando como el cerrojo volvía a activarse. Después de esto volvió a subir las escalerillas apagando las luces detrás de sí, saliendo al exterior con las bolsas de sangre en una mano mientras con la otra volvía a ponerle llave a la puerta.
-Supongo que ya conoces el procedimiento ¿verdad?-dijo a la pelinegra mientras se acercaba a la máquina-… sácate un poco el abrigo para estar más cómoda, si tienes frío luego te colocare algo por encima.
Colocando las bolsitas en una bandeja comenzó por acercar el aparato y comenzar a encenderlo, un clásico ruido a máquina se hizo presente en todos los rincones de la enfermería mientras el docente preparaba o necesario.
-¿Y cómo les está yendo en clases? ¿Eh?... supongo que unas más difíciles que otras…
Intento sacar conversación con las chicas, sabía que muchos alumnos tal vez se sintiesen cohibidos de entablar conversación con un adulto, o mejor dicho con un profesor. Pero él quería llevarse bien con todos, tanto alumnos como compañeros, era alguien sociable y eso era característico en él.

La neoyorkina hizo una pequeña afirmación con su cabeza, mirando a la tal Aydan, observándola un poco mejor.
Desconocía si era más joven, pero a su ver tenía la apariencia, pues la morena era un poco más alta. Loris le sonrió cordialmente.
-¿De veras? A mi Aydan me parece un nombre muy bonito -Cerró los ojos con cierta relajación- A mi me da igual si es de chico o de chica el nombre, Loris esta bien...
Se quedó un rato pensando. Era curioso que tanto ella como sus hermanos tuvieran nombres empezados por L.
Pasó de nuevo su mirada al profesor, sonriendo a Kael mientras este se marchaba por una puerta.
Loris se sacó la americana, dejandola a un lado de la camilla y empezó a recojerse las mangas, mirando a la rubia con una sonrisa.
-Hey, es guapísimo el profesor Heilbronn, ¿no crees? -Le guiñó un ojo divertida- ¿Crees que estará casado?
Seguramente Aydan le miraría con una cara extraña, pero Loris no se mordía la lengua por norma general.
Además, tenía su lógica su línea de pensamiento.
En cuanto volvió el maestro, se acomodó en la camilla, dejando relajados los brazos.
-Bastante bien lo conozco- Afirmó, mirando las bolsas de sangre, notando con un poco de asco como, en su interior, notaba apetito- Las clases están bien, aunque soy un poco mala en ellas.
La verdad es que solía perderse en su mente, pero lo que sí notaba un poco flojo en su caso era tener que en alguna asignatura usar su fuerza física...
¿Cómo podían evaluarla teniendo que competir con superfuertes, super veloces y gente que controla elementos?

-Gracias… Loris es un nombre muy bonito también, te queda bien…- pronuncio con una sonrisa parecía que la chica aunque estuviera muy pálida tenia energía para seguir hablando con naturalidad, para Aydan parecía fuerte y muy bonita, se quedo dentro de sus pensamiento hasta que escucho el comentario de Loris cuando el docente se alejo para buscar los materiales, había quedado bastante sorprendida y totalmente sonrojada ante ese comentario que ni siquiera sabia como responder,
-Ah… este… quizás si este… casado- respondió volteando hacia otro lado imaginando que quizás ese comentario fue escuchado por el docente, estaban en la misma habitación era posible que hubiera escuchado, pero a Loris no parecía importarle.
Se quedo a lado de Loris esperando a que el docente hiciera su trabajo para saber realmente de que trataba eso de la transfusión, para luego alejarse unos pasos mirando como el profesor volvía con sus artefactos y comenzaba con su procedimiento que para Loris era bastante común,
-Si… es algo difícil algunas de las clases que imparten algunos maestros… pero también suelen ser divertidas, creo…- pronuncio recordando las clases más difíciles que hasta ahora habían sido las de Patrick Yorke y Rhy Terrell, para luego mirar a Loris con una sonrisa al escuchar decir que era algo mala en ellas, y le hizo recordar que ella sufría una leve torpeza, aunque quizás la pelinegra no se refería a eso.

La chica de ojos turquesa se veía bastante tranquila, aseguraba conocer bastante bien el procedimiento y esto era fácil de corroborar en el tono que decía las cosas y en la actitud que tomaba frente a las preparaciones que el docente hacía, alistando instrumentación y materiales necesarios.
Escuchó el comentario que ambas hicieron respondiendo a su pregunta y sonrió levemente mientras se acercaba al armario para sacar de adentro de él unos guantes blancos de aspecto grueso y resistente, que colocó suavemente en sus manos, acomodando la tela de forma perfecta alrededor de sus largos dedos.
-Loris, de seguro eres buena en muchas cosas… -acercándose al aparato para teclear en el algunos números-… solo debes encontrar en cuales, y en las que no eres tan buena, solo ponle un poco mas de entusiasmo…
Luego de terminar de alistar el aparato, volvió a acercarse al armario para sacar de adentro esa pequeña soguita marrón que solían utilizar para hallar la vena de los pacientes, llevándola en su mano para acercarse a la ojiturquesa, sonriéndole de forma amable; no quería que aquel proceso le resultase más desagradable de lo que ya le podía resultar, Kael solía ser así, el trato con sus pacientes era para el muy importante, y un buen trato era sin lugar a duda imprescindible para las personas que se dedicaban a la salud de sus pares.
-Supongo que puedo imaginar cuáles son esas clases a las que te refieres con las más difíciles, pero niñas… tengan siempre presente que aquí en la academia solo buscamos el bien para ustedes, aunque a veces les parezca lo contrario…
Suavemente rodeo el brazo de la chica que ya se encontraba acostada en la camilla, para hacer el nudito y luego acercarse a su brazo para palpar su piel con dos de sus dedos, buscando la vena en la cual pudiese introducir la aguja.
-Bien, hare la conexión… si son impresionables les sugiero que miren hacia otro lado…-riendo un poco-… no quiero alumnas desmayadas ¿eh?
Dicho esto tomó la larga aguja para colocarla en la terminal correspondiente de la máquina y luego de humedecer la zona con algo de alcohol, acercarla hacia el brazo de la chica, colocando suavemente algunos dedos sobre su piel para palpar la vena por última vez. Una vez se sintió seguro de la zona y de que todos los pasos estaban hechos, colocó la aguja en posición para comenzara introducirla suavemente, perforando la piel de la chica con el mayor cuidado posible.
-Cuando active la maquina muy seguramente te sentirás un poco extraña, aunque confío en que sabrás soportarlo bien… cualquier cosa me dices ¿sí?
Dicho esto se acercó a la máquina y colocando algunos botones mas, la puso en funcionamiento para después acercarse a la pelinegra y despeinar suavemente su oscura cabellera dedicándole una suave sonrisa.
-A ver…-tomando la silla para sentarse a su lado-… entretengámonos para que el tiempo pase más velozmente…-acomodándose los lentes suavemente-… cuéntenme, ¿cómo fue que terminaron en esta academia? claro, solo si quieren hacerlo, sino, respetare su silencio como personas con derecho que son ambas.
Sonrió ampliamente a ambas niñas para después echar una ojeada al aparato que funcionaba de forma algo ruidosa a su lado, la transfusión de sangre había comenzado y eso era fácilmente notable al ver como el espeso líquido rojo descendía por el tubo para entrar en el brazo de la ojiturquesa que a pesar de todo se veía de lo más animada.

Respiró despacio, observando como Kael acercaba a la camilla la máquina. Miró desde su posición a la rubia, sacándole un poco la lengua divertida mientras el profesor no las veía, para luego mirarlo.
-Bueno, usted me entenderá... No es sencillo estar en una clase que evalúan tu fuerza teniendo que competir con otros alumnos que ya la llevan de serie. -Su breve pausa fue para gesticular un poco- Sí, ya sé que no estamos para competir, es una forma de hablar.
Rió levemente escuchando al profesor, quitándole importancia al hecho de encontrarse, de nuevo, a someterse a una trasfusión.
Recordó cuando era más pequeña a su hermano Lincoln llevarla al hospital. Sin mediar palabra, la hacían sentar en una silla para que no se sintiera mareada y en el pasillo, comprobaba como su hermano la miraba alejarse.
Ciertamente, el hospital se le hacía frío, rodeada de máquinas en el silencio de la soledad.
Pero aquello era más agradable.
-Si nos quisieran hacer mal yo no estaría aquí -Respondió observando como le clavaban la aguja.
Apretó un poco los dedos de su otra mano por el pinchazo, pero ciertamente, ya había mucha costumbre.

Miró hacia el techo mientras empezaba a notar la sangre moverse por su cuerpo, relajándose.
-Pues... No tiene mucha intriga. Cuando empezé a desarrollar mis poderes... Lo descubrimos un tanto violentamente... Me sometían a muchas operaciones como esta... Pero no se llegó a saber el qué pasaba hasta que envié al hospital a mi hermano.
Loris guardó un poco de silencio.
-Mi padre me pagó los estudios, así como ofreció a la academia lo que hiciera falta... Si faltaba algún instrumento médico, pensaba pagarlo. -Dio un pequeño suspiro- Es un tanto exagerado... Pero me alegra que se haya quedado a mi lado a pesar de la Hemaikinesia...

Escucho como el maestro Kael decía que aunque las clases fueran difíciles, ellos solo se preocupaban por su bien, aunque a veces parezca lo contrario, y aquello solo le recordó la vez que sintió enojo con el maestro Patrick por el hecho de que Rai estuviera herido, y la mayoría de sus compañeros, hasta ella había salido afectada, pero suponía que las heridas no eran nada, y solo debían enfrentar sus debilidades.
Después miro como el docente se acercaba listo para conectar a Loris con la aguja de trasfusión, mirando la expresión de la pelinegra bastante juguetona, solo sonrió grande en respuesta pensando que quizás podría ser su amiga si se lo propusiera, aunque no estaba tan segura si podría lograrlo, después de todo ella no era tan extrovertida, mientras escuchaba como decía que miraran hacia otro lado si eran impresionables, Aydan era más o menos fuerte, pero la sola idea de tener una aguja dentro por mucho tiempo si la perturbaba, así que solo desvió la mirada por mas curiosidad que sintiera.
Pronto escucho que el docente ofrecía que platicaran un poco de sus anécdotas, se quedo en silencio escuchando como Loris comenzaba a contar la suya y como había logrado entrar a la academia,
“Hemaikinesia” repitió en su mente mientras la miraba con algo de seriedad, sus padres la habían apreciado a pesar de su poder, aunque hubiera atacado a su hermano, la verdad no supo que comentar, y no sabía si contar la suya,
-Bueno… yo… fui desarrollando mis poderes con el tiempo por sentirme algo sola pues mis padres siempre estuvieron ocupados trabajando, como si quisiera que las plantas me acompañasen, el motivo por el cual me trajeron fue porque se dieron cuenta de que no se podía involucrar demasiado con algo que no comprendían… se estresaron conmigo… pues me imaginó que algunos padres no lograr creer lo que sus ojos ven a pesar de que hubiera tantos chicos con poderes hoy en día…- narro sintiéndose un poco descubierta al respecto, pero después de haber escuchado a Loris, le había animado un poco intentando no sentirse mal al respecto.

Escuchó con atención el comentario de la ojiturquesa acerca de tener que competir con alumnos más fuertes o que ya estaban más avanzados y asintió con un leve movimiento de cabeza a sus palabras, en verdad en aquella academia había tantos niños y tanta variedad de poderes como de gustos de helado existente en el mundo, y aunque fuese una comparación algo burda, servía como buen ejemplo para entender de buena forma la cantidad de habilidades diferentes que solo en aquella academia era posible encontrar.
-En parte lo que dices es verdad, pero si también… no están aquí para competir entre ustedes, sino para formarse en grupo, porque las cosas compartidas siempre se hacen más llevaderas y el aprendizaje con pares resulta más fácil que de forma individual. -apoyando su espalda en el respaldo de la silla- Pero además de esto, quiero que crean que mis compañeros tiene un buen criterio de evaluación hacia cada alumno, así son las cosas… tómenselo bien pequeñas.
Después de eso escuchó en silencio y con atención las historias que sus alumnas contaban acerca de su llegada a la academia, Loris por su lado había descubierto sus poderes de una forma un tanto violenta así como ella misma lo expresaba, logrando que su hermano terminase en el hospital por un ataque involuntario. Por otro lado Aydan expresaba que su manera de desarrollar sus poderes había sido más bien por una necesidad, por soledad y necesidad de compañía; tal vez con esta última versión el joven maestro podía identificarse un poco más, ya que a fin de cuentas su poder también había despertado en un momento de extrema necesidad y angustia.
-Que interesantes historias tienen ambas, les agradezco por compartirlas conmigo… seguramente los padres de ambas busquen lo mejor para ustedes…-sonriendo suavemente-… ahora supongo que lo correcto sería contarles la mía también…-acomodándose los lentes tranquilamente mientras tomaba aire- Bien, descubrí mis poderes de curación siendo pequeño aún, curando a mi madre de unas quemaduras, pero a partir de ese momento comencé a curar a los habitantes del pueblo en el que vivía y lo seguía haciendo hasta que un buen día me toco sanar las heridas de un extraño al pueblo, el cual finalmente me contó acerca de la existencia de una academia, de esta academia que educaba a jóvenes con habilidades. No tarde mucho en decidirme a hacer los cursos y estudiar lo necesario para llegar aquí, y bueno aquí me ven, donde ya llevo un pequeño tiempo…
Luego de aquellas anécdotas un pequeño silencio invadió aquel amplio espacio pintado de blanco mientras en el ambiente solo resonaba el ruido que hacía aquel aparato, Kael giró levemente la cabeza hacia la máquina para asegurarse de que todo estuviese marchando bien y luego miro el rostro de la ojiturquesa esperando que ella también se encontrase bien.
-¿Te sientes bien Loris? ¿Tienes frio?, si lo necesitas puedo ponerte un cobertor…-mirando el reloj pulsera en su muñeca-… todavía falta un poco, así que ¿Qué me dicen? ¿Qué les gustaría poder hacer con sus habilidades?...-empujando sus lentes con un dedo para después cruzarse de brazos-… en mi caso lo que quería hacer es… justamente lo que estoy haciendo.
Sonrió suavemente ante las dos niñas para después acomodarse en el asiento mientras esperaba oír sus respuestas, era natural que todo aquel que tenía poderes quisiera hacer algo con ellos, ya sea ayudar a los demás, beneficiarse a sí mismos o solo aprender a controlarlos para no dañar a sus seres queridos.

Observó atenta a la chica, sintiendo algo de pena. Loris no podía sentirse verdaderamente sola, en casa siempre había alguien, aunque fuera su padre, encerrado en el despacho redactando las historias producidas por sus delirios de insomnio.
"Debió ser duro..." Pensó entrecerrando los ojos, escuchándolos hablar un tanto perdida.
Las voces se le hacían distantes, simplemente, estaba algo atontada, notando pesarle el propio cuerpo.
No era una sensación agradable. Cuando era pequeña, recordaba pasar el largo rato estirada en la camilla, solamente acompañada del sonido de la máquina mientras, justo al otro lado de la pared, había otro paciente sometiéndose al mismo tratamiendo, y con peor aspecto que ella.
"No sé siquiera si esto está bien..."
Era una cosa que se preguntaba desde que empezó a someterse a los tratamientos.
La voz de Kael le hizo abrir los ojos para verle, pasando las pupilas un poco por el techo.
-...Un poco de frío sí siento... -Comentó, apretando un poco los ojos- Si no os importa, los mantendré un poco cerrados... Sobre mis habilidades...
Hizo una breve pausa.
-No sé qué podría hacer. Al menos, creo que no puedo hacer nada con ellas. Creo que me gustaría poder vivir como una humana... Es decir, como alguien no especial: Tener un trabajo, una familia...

El docente intento animarlas a las dos, cuando comentaron sobre tener que sobrellevar la carga de la escuela, parecía estar de su lado, aunque en realidad Kael era el menos estricto de los maestros, recordando que el que pensaba que era más tranquilo y suave con sus alumnos, le había puesto un castigo bastante fuerte por llegar tarde a clase.

Apenas estaba asimilando la pena de haber contado un pedazo de su vida cuando escucho como el maestro expresaba lo que él había tenido que pasar para llegar a lo que era ahora, y que su poder lo había descubierto de una manera un tanto trágica, pero el docente parecía haber esquivado la delicadeza del asunto.
Después de un silencio en el que ni ella expreso verbalmente alguna opinión escucho como ahora continuaba por entender a Loris, escuchando su última pregunta, esperando una respuesta de ambas. Escuchando algo preocupada lo que Loris estaba expresando,
-Q-quizás si entrenas fuertemente… puedas controlarlo… y estar… más tranquila…- agrego alzando levemente las cejas, notando que estaba nerviosa de lo que estaba diciendo.

-E-en cambio… yo… quisiera ayudar a la naturaleza… ese es mi propósito… si algo le sucediese, yo estaría ahí… con mis poderes para protegerla…- agrego dándose cuenta de que su comentario sonaba motivador de alguna manera, aunque aun se sentía nerviosa y preocupada por el pequeño comentario de aquella chica llamada Loris..

Observando con detenimiento a la chica de cabello negro podía notar claramente como parecía comenzar a adormecerse, si, era natural en el tratamiento que el cuerpo comenzase a sentirse pesado, cansado, puesto que no era algo que se hace cotidianamente ni tampoco tan sencillo como una extracción de sangre y cosas por el estilo.
Luego de escuchar las palabras de la chica se incorporó levemente en el asiento, ella no parecía tener esperanza alguna acerca de su habilidad, parecía hasta en cierto punto querer renegar de ella, pero Kael era alguien que intentaba siempre ver las cosas con positivismo, creía que era mejor así, que las cosas se daban por una razón; que ellos eran así por una razón y que por eso debían aceptarse en su forma natural.
Poniéndose de pie se acercó al armario mientras escuchaba lo que Aydan decía para tomar un pequeño cobertor de color café y desplegarlo pacientemente, acercándose luego a Loris para colocarlo sobre ella cuidadosamente, prestando atención a que la aguja no se desconectase de su brazo.
-Espero que esto te calme el frío…
Luego de decir esto revisó una vez más la máquina para volver a sentarse en su asiento y con una expresión serena volvió a acomodarse apoyándose suavemente en el respaldo, para mirar a una y a otra antes de hablar nuevamente.
-Loris… así como Aydan dice, puedes llegar a controlarlo, es más, esa sería una meta a la que deberías apuntar dentro de la academia y sé que tal vez… pienses que tu habilidad no te es de utilidad alguna, pero piensa eso… aun siendo uno de nosotros puedes tener una familia, nada te impide eso… ¿Qué pasaría si alguien ataca a tus seres queridos? ¿No desearías protegerlos a como dé lugar?... será en ese entonces que agradecerás poder tener la capacidad de cuidar de ellos.
Una vez terminó de decir todo aquello inspiro aire serenamente para acomodarse nuevamente en su asiento y dirigir ahora su mirada hacia la chica de ojos verdes que tenía en frente, sentada al otro lado de la camilla.
-Aydan… ya lo creo que sí, apuesto que eres tú la que ha estado curando los recuperando los árboles del bosque que quedaron marchitos tras el incendio… -sonriendo suavemente-… muy buen trabajo.
Observó un poco más el rostro de la ojiturquesa, necesitaba custodiar sus reacciones para saber que todo se encontraba bien, para saber que solo encontraba cosas normales dentro de aquel tratamiento. Después solo se quedó en silencio pensando durante unos segundos, de pronto algunas imágenes de sus prácticas antes de llegar a la academia volvían a su mente, había hecho trabajos como ese a varias personas en mejor o peor estado, pero a todos ellos los había tratado con amabilidad, el era así, su carácter era así, a pesar de todo lo que había sucedido en su vida, a pesar de todo lo que había visto, aun así, el intentaba y quería sonreír.

Frunció un poco el ceño al sentir el peso de la manta sobre sí misma, recorriéndole cada poro un ligero calor, que iría incrementándose con el tiempo.
Giró el rostro para mirar a Aydan, con un gesto pesado en su mirada, sonriéndole ligeramente, mostrando de forma parcial sus dientes.
-¿La naturaleza? Es muy bonito lo que dices, Aydan... -Contestó- Siempre he creído que todos los edificios deberían tener jardines para que el mundo pudiera seguir siendo verde...
Escuchó a su profesor, volviendo a poner la cabeza mirando al techo, en un gesto pensativo.
Loris miró de reojo la aguja que alimentaba su cuerpo con sangre.
"Controlar... Claro que podré controlar algún día mis poderes..."
Entrecerró sus ojos, dejando escapar un suspiro
"Aún así... Seguiré necesitando alimentarme de sangre..."

-...Lo odio... -Susurró de forma apenas perceptible, quedando unos instantes con su mente más allá de las cuatro paredes blancas.
Sentir que su cuerpo dependía de sangre, de los demás, de aquél líquido que gente necesitaba para curar de sus enfermedades.

Sonrió tras esos segundos, en un gesto patoso, tratando de disimular.
-Para eso están los cuerpos de seguridad, de cuidar de los ciudadanos

Noto como Kael se levantaba para traerle un cálido cobertor a la ojiturqueza para que ya no sintiera frió la cual parecía algo cansada, mas sin embargo seguía sonriendo. Escucho como Kael le daba la razón con el comentario de que solo debía de haber una manera de controlar la habilidad, notando que aun así Loris no parecía muy convencida de querer su poder, y Aydan solo podía comprender las razones por mas positivos que llegasen a ser.

Aun así Loris se mantenía amable y positiva lo mas que pudiera, comento como le parecía que los edificios debían tener jardines para que el mundo fuera mas verde, sonriendo ante aquel comentario,

-Tienes razón... podría dedicarme solo a eso- comento con una tímida sonrisa mientras se acomodaba ligeramente el cabello, se mantuvo en silencio el resto del tiempo, solo escuchando, hasta que de repente escucho otro comentario de parte del docente, el cual pareció sorprenderla mucho que logro ruborizarla un poco, el se había dado cuenta de lo que ella había estado haciendo con el bosque todo este tiempo y solo bajo la vista para asentir, era muy bonito que la gente te agradeciera por el esfuerzo que hacías, aunque ese era un esfuerzo que ella misma había deseado hacer y no por un bien común.

De repente escucho un nuevo comentario por parte de Loris el cual termino preocupandola mas de la cuenta, había llegado a comentar algo que ella misma no lograba comprender, pero sabia que debía ser horrible tener que pasar por algo así, mas sin embargo no supe que responder, todo lo que podía hacer era desear ayudarla un poquito mas.

Después de unos segundos en que oía las voces de las chicas como susurros lejanos, su mente volvió al lugar en donde se encontraba su cuerpo y entonces solo observó a la ojiturquesa por un rato más escuchando lo que ella decía, y como a pesar de sonreír suavemente, en sus ojos se veía una clara desilusión y hasta tal vez algo de cansancio, cansancio de su propio ser. Escuchando el comentario de Aydan y la respuesta que Loris le había dado sonrió suavemente, a él nunca se le hubiera ocurrid algo como aquello pero sin lugar a dudas era una bonita idea que la chica de ojos verdes realmente era capaz de llegar a lograr.
-Que interesante ideas tienen niñas, espero que puedan ser capaces de llevarlas a cabo… realmente me gustaría ver el resultado…
Después hubo un silencio de unos minutos quizás en los que notó como la chica rubia se sonrojaba al verse descubierta, sonriendo el mismo al recordar cómo una vez había ido a visitar aquel bosque para intentar plantar algunos árboles, recordando el tiempo en que había trabajado en la granja con sus adres y luego sorprendiéndose al notar que muchas de aquellas plantas habían sido regeneradas y que parecían continuar su crecimiento con total normalidad, de cómo se veían ahora más vivas y aquel paisaje desolador había cambiado a uno más vivo.
Después alzo levemente las cejas al escuchar e susurro de Loris, tal vez había sido un pensamiento que había escapado por sus labios, pero Aydan también parecía haberlo oído e incluso sentirse más sorprendida con ello, quedándose en silencio al parecer sin saber que comentar al respecto.
-No debería ser así…-inclinándose un poco hacia delante palmeo suavemente el estomago del a chica, dejando suaves caricias sobre el cobertor-… se bien que durante todos estos años te ha resultado difícil… y hasta quizás insoportable, muchos chicos que habitan esta academia se sienten así… sin embargo nuestro deseo y deber es acompañarlos y ayudarlos en lo que podamos, tanto como personas con habilidades sobrenaturales, tano como personas comunes que todos somos, porque es así… a pesar de todo seguimos siendo humanos ¿saben?...-retirando su mano del estomago de la chica-… tenemos sentimientos y dolor como cualquier otra persona, somos sujetos racionales… pero con capacidades hasta más ventajosas se podría decir, en mi caso si no hubiese tenido este poder…-mirando su mano-… no hubiera podido salvar a mi madre y en este momento ella estaría muerta… en cambio ahora ella vive feliz junto a mi padre en su granja. ¿No es algo maravilloso eso? poder hacer cosas que las demás personas no pueden, pero cosas que también a ellos pueda beneficiar… es verdad que existen los cuerpos de seguridad, pero muchas veces ellos no dan a basto…-volviendo a apoyarse contra el respaldo de su silla- ¿Qué pasaría si alguien que amas esa en peligro? Si solo dependiese de ti… ¿te negarías a ayudarlo?... yo creo que en ese momento agradecerías ser como eres y poder ayudarlo con tus propias manos…
Después de aquello cerró los ojos dejando escapar un suave suspiro al mismo tiempo que se quitaba los lentes para refregarse los ojos suavemente, había comenzado a hablar de más, pero él en verdad quería dejar al menos una mirada positiva en sus estudiantes, el se había odiado a él mismo toda su vida a causa de la muerte de su hermano, era algo que no podía perdonarse y le resultaba difícil no recordar sus pensamientos ¿Por qué el no poseía un poder de ataque? ¿Por qué no había podido hacer nada? nunca se borrarían aquellos recuerdos de su mente, su hubiese podido hacer algo al respecto, tal vez en el presente Heller estuviese vivo y lo más seguro hubiese sido una persona de bien y de fuertes ideales, pero más que nada correctos, eso lo sabía bien, Kael sabía de aquel deseo de querer proteger a alguien y sentir la impotencia de no poder hacer nada.