Destino [Privado]

(Según tirada de dados en zona SPAM. 15 + 2 = 17. Transformación perfecta.)


Cuando revisaba sus cosas en la habitación, mirando a ver si Terry había encontrado algo bueno que le sirviera, encontró la ropa de África en un cajón, justo, fue cuando observo como un pedazo de papel salía del bolsillo del pantalón. Alzo una ceja y se pregunto qué seria eso, mas al sacarla se aclararon sus dudas regresándole recuerdos.

Se sentó en la cama leyendo el numero que había y después el nombre. Heresy. Ese era el nombre de los que habían estado en África cuando fueron. Sonrió ligeramente, se le había olvidado por completo el que les quería llamar y justo ahora parecía el mejor momento.

Ahora se encontraba en una silla del restaurante, con las piernas cruzadas mientras jugueteaba con dichosa tarjeta. Una sonrisa se encontraba en sus labios, mientras le traían por fin una taza de café como la había pedido. No sabía que pasaría después de ese día, si es que se encontraría con una nueva oportunidad o con un idiota, pero…la curiosidad mataba al gato ¿No? Y sinceramente él era bastante curioso.

Miro la hora un poco, se suponía, ya debía de ser el momento del encuentro.

Con el café en los labios es como recibió al hombre que había llegado. No sabía su nombre aun, obviamente sabia que por lo menos uno real no le daría en lo que no le conocía, pero eso no hacía más que causarla interés al respecto. Con la taza en lo alto paseo sus ojos por el individuo atinando a que era aun muy joven. ¿Sería él el líder? ¿Un lacayo? ¿O tal vez uno de los fantasmas del líder? Eso no lo sabía con exactitud, pero sabía que el tiempo ya se lo diría.

“Buenas tardes joven.” Comento por fin bajando la taza después de haber analizado con los zafiros al sujeto. Noto como tenía una libreta la cual parecía ser muy personal, causándole nada más curiosidad, notable en la ceja alzada que ahora tenía.

La tarjeta que tenía en la mano la giro y después la deslizo por la mesa de madera, mirando fijamente a los ojos de Tyler. “¿Supongo que debí de haberme hecho el interesante y llegar más tarde?.” Le dijo tanteando el terreno. “Como debe de saber, nos dieron esto en África a algunos alumnos de Crusaders. Un grupo muy pintoresco debo de decir, aunque un poco descuidada la manera de promocionar su bando.” Sonrio largamente cruzándose de piernas en 4, sin dejar de clavarle la mirada.

“La cuestión ahora es, ¿Qué es lo que Heresy tiene que le pueda interesar a un joven mutante?” Quería datos, el no era el único que tenía que convencer, los de ese grupo lo tenían que convencer a el también.

La sonrisa de Max se amplio. Riqueza, poder…lo del orden mundial no le importaba mucho que digamos, lo primero y segundo ya habían causado que sus ojos brillaran en un azul especial después de mencionarlo. Tomo la taza y bebió un poco de ella, después fijando sus ojos en los de Tyler.

“Si las cosas son a como me las estás diciendo, tengo muchas cosas que ofrecer a tu grupo. De entre ellos, se podría decir que fidelidad.” Claro que la única fidelidad que el tenia clara era a si mismo. Era demasiado difícil que él tuviera una más allá de su espacio personal, mas considerando que no confiaba en nadie más. “Soy un alterego y al no transformarme físicamente –más que los ojos.- Puedo pasar desapercibido por la Academia. Crusaders, creo que debes de conocerla. Por ello creo que puedo tomar varia información que podría interesarles. Los secretos son los mejores cuidados por mi…digamos que si quisieran usar en telepata en mi contra, tan solo me meteré en mi mente y dejare disponible la de mi otra personalidad, la cual, no sabrá nada al respecto.”

Esa solo era una de las cosas que podría ofrecer. Ya lo había probado antes con la estúpida telepata desaparecida Delilla. Con ella había sido demasiado sencillo el guardar secretos y considerando que no había más lectores de mente en la academia seria sencillo sacar muchos datos importantes. Solo era inmiscuirse en la oficina de la galante directora y con ello lo lograría.

“Super fuerza, un método más sencillo y privado de reclutamiento que el de tus otros lacayos, algunos secretos robados. No sé, dime que es lo que escoges tu y podríamos comenzar a negociar.” Se recargo el codo en la mesa, después dejando caer su rostro en su mano, sin dejar de fijar los ojos en Tyler esperando a ver qué era lo que le contestaba.

“De que soy bueno, eso no hay duda.” Comento orgulloso recargando aun más la cara en su mano, pasándose los dedos por la mejilla con apariencia pensativa, como si estuviera analizando todo lo que le decía. “Varias veces, tan solo una telepata ha intentado romper mis barreras, pero nunca lo logro, los demás no se ponen en pos a querer hablar con el alter ego, pensando que es una pérdida de tiempo.” Sonríe. “Es una suerte que solo se me considere como el poder, con ello se pasa mejor desapercibido.”

Y el simplemente no pudo evitar que la sonrisa se le ladeara, jugando con la boca de la taza, pasándole las yemas de los dedos por encima.

“Toda la vida es una negociación. Eso es algo que se aprende con el tiempo.” Su voz se hizo más suave, tanteando al líder de la banda a la que le interesaba pertenecer. Y es que, ¿Por qué no? Crusaders a como estaba ahora era un lugar aburrido, exceptuando claro el que se divirtiera con alguno de los alumnos, pero ya no era lo mismo, perdía el interés en poco. Ahora justamente ese grupillo…Heresy estaba llamándole bastante la atención. “Simple, Terry, como se llama, es débil. Yo soy el que tiene la super fuerza, el es un simple humano a comparación. Por ahora está en sus momentos más débiles, como dicen es un sentimentalista común y corriente.” Afianzo un poco mas los ojos clavándolos en el otro.

“No sé que mas quieras saber de el.”

“En ese caso esperare ansioso a que me lo presentes. Pero en este caso tendría que transformarme en Terrance, si es que quiere probar que tan buena es mi mente cuando está del otro lado ocultando cosas.” Se encoje de hombros. “Un poco, pero ahí es cuando la superfuerza entra perfectamente.” Sus ojos se escudriñaron un poco. En su vida había sido controlado por un ser que no fuera el mismo, desde siempre había tenido el control de todos y cada uno de sus movimientos y el que esta persona llegara a querer limitarle estaba causando que los pensamientos de Max se dieran de tal manera que quisiera lanzarle el café en la cara, tan solo por comenzar.

“De acuerdo.” Mas la duda era más fuerte que su instinto salvaje. Tenia una curiosidad enorme que no le dejaba lastimar a la persona que tenía delante de él. Quería saber hasta donde era capaz de llegar este tipo de relación y mas allá quería saber también si había un buen futuro en lo que llamaba equipo de trabajo. Se cruzo de brazos dejando que tan solo esa vez ganara Tyler, después cuando lo conociera sabría como moverse. Claro, como siempre lo hacía.

“Bastante, ya me he tomado el control de este cuerpo cuando me ha dado placer. Claro, todo para mi conveniencia. Si lo que quieres saber es que tan controlado lo tengo ahora, basta con saber que el piensa que está dormido plácidamente en su cama sin siquiera pensar que me encuentro en este restaurante conversando plácidamente contigo.” Si, era orgulloso y le valía poco el que pensaran que hasta era narcisista, de hecho hasta lo halagaba un poco el saber eso. “Si lo que quieres comprobar es que no salga, entonces necesitaría la gran ayuda de tu telepata. Seguramente el me podría ayudar sellándolo. Con eso sería más que garantizado el que no cambiaria en los tiempos que más lo necesitaras.” Si bien, le interesaba pertenecer a ese grupo, además de que sería muy buena oportunidad para…muchas cosas que el quisiera, pero no sabia que cosas eran las que le pediría por ahora.

“Ahora dime tu, ¿Qué es lo que debo de hacer entonces? ¿Me llevaras a un estilo de prueba donde me jure parte de tu grupo?” Jugueteo con las palabras como si tuviera que abrirse un brazo y hacer pacto de sangre.

Leyó lo que le había escrito, ignorando el hacer comentarios ante las palabras anteriores de él. Claramente Max estaba mofándose un tanto de ese grupo, pues si tenía apariencia de secta satánica. Solo le faltaba que le hicieran hacer un pacto de sangre. El cual…ya le estaban ordenando. Matar a dos humanos inservibles y después destruir ese lugar. Eso es lo que le había ordenado el líder de Heresy a Max y debía de hacerlo si es que quería entrar.

Sonrió, no cabía duda que esto no era un juego y claramente el no se quedaría atrás. Miro a las personas que debía de matar, en cuanto Tyler se fue, para después mirar a su alrededor comenzando a analizar el terreno. Eran cámaras de seguridad las primeras que serian sus víctimas. Miro a su alrededor, notando también como habían solo 4 personas en ese sitio (En realidad eran 3 las marcadas por el dado, pero se aumentaron a 4 por lógica del usuario). Perfecto, tan solo debía de deshacerse de ellas.

(8 + 1 = 9 destreza) Con cuidado se levanto caminando directamente a donde se encontraban las cámaras de seguridad, procurando que nadie lo mirara y no salir enfocado en estas. Cuando noto que las pocas personas estaban más ocupadas en sus deberes o en sí mismas, las desconecto sin pensarlo, causando que las demás se apagaran de golpe sin llamar mucho la atención. Ahora solo quedaba noquear a todos los presentes. Pero antes una última acción de su parte.

En lo que camino directo a su primera víctima tomo la cortina cerrándola conforme iba caminando al punto de arrojarlas y cerrarlas. Fue cuando si llamo la atención de las personas.

(3 + 3 = 6 Fuerza) La primera persona fue rápida, pero no le imprimió la fuerza suficiente como para matarla. Su intensión era romperle el cuello pero este hombre tan solo cayo inconsciente en el suelo. Escucho el grito de la mujer que lo acompañaba, gritos chillones que tan solo le estaban molestando más y más. Sin pensarlo se acerco a ella (6 + 3 = 9 Fuerza) y tomándola del cabello la estrello la cara contra la mesa traspasándola de un solo golpe. Si había muerto, el no lo sabía, tan solo miro el cuerpo de aquella mujer en el suelo, con un charco de sangre saliendo. Sería la de su nariz tal vez.

El mesero y el cajero eran los únicos testigos de todo y mientras uno estaba indeciso de acercársele el otro estaba ya tomando el teléfono para hablar con la policía. Eso debía de ser rápido. Al estar juntos, los tomo al mismo tiempo (4 + 3 = 7 fuerza) y les estrello las cabezas dejándolos inconscientes contra la barra. Si el otro había llamado por teléfono tan solo le quedaba poco tiempo.

Es por ello que se apresuro a ir al almacén del restaurante, sacando rápidamente un combustible preparado para la estufa, y lo esparció por todo el suelo sin dudarlo, embarrando también los cuerpos de las personas a las que había dejado sin conocimiento. No fue muy difícil, considerando que no había casi nadie en ese día de entresemana.
Cuando termino, sus ojos azules se centraron en mirar a las 4 personas que tenía por delante, sintiendo como si algo en su interior se retorciera. No, no era él, si no su otro yo el cual estaba apenas consciente de lo que pasaba (Recordando que el dado de convertirse en Max fue muy alto), eso no le hizo más que una sonrisa saliera de sus labios y fue todo. Metió la mano a su bolsillo sacando una cajetilla de cerillos, saco uno y lo encendió. “Bye bye” Pronuncio jactándose de las personas y después…simplemente lo lanzo al suelo, dejando que el fuego comenzara a hacer su trabajo.

Salió del restaurante con una normalidad increíble, suponiendo que el que cerrara las cortinas bastaría por lo menos un minuto en lo que el fuego se propagaba y con ello nadie afuera se daría cuenta…claro, hasta que se mirara el humo saliendo.

Cuando termino todo, llego al lugar indicado por el “Líder” mirando la limosina que le esperaba. Se recargo en esta, tocando juguetonamente la ventana negra, esperando a que le abriera. “¿Ya tengo el pase entonces?” Pregunto con una sonrisa socarrona, esperando al otro.

Se mantenía recargado en el auto esperando a que le abriera. Fue cuando miro como la ventana se abrió que se inclino a ver al supuesto líder, sonriéndole de aquella forma mórbida que solamente él podía hacerlo. Entro sin pensarlo en la limosina, acomodándose en esta con cierto estilo, mirándose las manos donde había caído algo de la sangre. Torció un poco los labios. El no era aficionado a la sangre como lo debía de ser el chico con el que se había encontrado antes. Damian, si bien recordaba.

Se quito un poco el chaleco que usaba, usándolo como toalla para limpiarse aquellos dedos, ya después quemaría la prenda para que no quedara como evidencia de que él había sido, igual podía esconderse y todo fácilmente pero en sus ambiciones aun no estaba la de salirse de Crusaders. De la cual sabía que pronto estaría lejos. Por fin.

“¿Quieres los detalles?” No pudo evitar que una risilla saliera de sus labios de repente con la peor de las indecencias posibles. “Si tanta curiosidad tienes…” Comenzó a contarle las mórbidas acciones al adulto, diciéndole cada uno de los pasos que había cometido junto con el incendio que ahora…estaba ya dándose a lugar. “¿Qué tal?”

Con cierta vanidad, alzo la mano por delante de él, mirándosela con atención. Le había quedado sangre en las manos, no goteante como antes, pero si manchada, como si se le hubiera metido entre los poros a la hora de estarse secándoselas. Bueno, ya que estuviera en un lugar más firme, se lavaría las manos como debía de hacerlo, por ahora le habían quedado un tanto rojizas.

“La mujer que me mandaste estaba muerta, el hombre se murió en el incendio. Los meseros igual. No había nadie más que les ayudara y el fuego lo comencé desde donde estaban las personas que me mandaste matar. Así que…si, deben de estar muertos.” Estaba completamente seguro de que las personas no habían sobrevivido. Llámenlo orgullo o como sea, pero no había dudas de que habían muerto bajo sus manos aquellas personas. Podría asegurarlo.

Su mirada se giro contra la de Tyler, alzando la ceja un poco ante lo que le había dicho. Así, que todo eso solo era una prueba primaria. Por un segundo habría jurado que sería una más importante. “¿Enserio? Juraría que había conseguido más puntos en tu ranking de maldad.” Se recargo un codo en el respaldo, medio subiendo una pierna –la rodilla- en el asiento, para mirar más fijamente a Tyler. “¿Y qué es lo que debo de hacer ahora para sorprender al líder de Heresy?” Tanteo el terreno con cierta picardía.

Alzo una ceja, no pronunciada como si estuviera en contra –Aunque se podría decir que no estaba muy de acuerdo- si no era más curiosa, tenía ahora una necesidad de saber qué es lo que continuaba en aquel camino que había tomado.

La primera petición sería un tanto difícil pero no imposible. Era el con quien se iba a enfrentar el telepata, si había logrado el contenerse a uno ya, ahora quería probarse a sí mismo con una persona que se le pusiera mas difícil el moverse. Sabía que no era aun perfecto en ese caso, por lo que lo único que quería ahora era superarse y saber hasta donde era capaz.

Lo segundo lo dejo un tanto…pensativo. “Debo de traer entonces a una persona a que se una.” Afirmo no pregunto, tomando el papel que le había dado. Conocía a varias personas pero nadie con la capacidad necesaria para un grupo de aquella índole. Bueno, si conocía a alguien, pero no era lo mismo en llevarlo a un lugar como ese sabiendo que podría peligrar su vida. Primero debía de pensárselo con mucha paciencia.

“Perfecto. ¿En esta fecha en este lugar entonces?” Pregunto jugueteando con el papel, aun perdido un poco en los pensamientos de si a quien llevar el día indicado.

A su parecer era un tanto…estúpido aquello, pero bueno, el líder quería que llevara a alguien así que es lo que haría. Por lo menos así sabría que quería decir con aquello de que tendrían una reunión. Si salía todo bien, entonces podría deshacerse de Terrance Maxwell para siempre y el ser el único amo y señor de ese cuerpo. Cuando eso pasara seria prácticamente la fiesta. Por fin una de sus ambiciones se cumpliría por completo y no pudo más que sonreír con la simple idea.

“Hasta donde yo se, no tengo ninguna.” Se guardo la tarjeta en ese momento. Lo malo ahora es que ese líder tan macho que se miraba ahora tenía la putada de dejarlo parado como idiota en el bosque, casi como si no tuviera nada mas que hacer. Hizo una mueca de fastidio ante aquello que paso, sintiéndose como un idiota. Pero bueno, como él pensaba, era mejor cuartada que estar en las cercanías que la ciudad. Por lo menos así sacaba que personas lo miraran regresar a la ciudad y con ello se libraba por si salía sospechoso en lo del restaurante.

Sin pensar más, comenzó a caminar de regreso a la academia con unas enormes ganas de darse una buena y larga ducha, para quitarse todo aquel sudor que había causado el incendio.