Cándido (privado)

Cándido. Justo así es como se sentía Max en ese momento. Como todo un buen oportunista que era, se había aprovechado de unos cuantos descuidos de su otra parte terminando en una victoria contra el. Justamente ahora Terry estaba un poco suprimido en el interior, pero en un estado tan perfecto que el podía vagar por las ya conocidas instalaciones de la academia.

Aproximadamente, llevaba ya dos ligues desde que comenzó con su jauría, mas una de las chicas que le gustaron le había salido por demás virginal y boba para su gusto. “No puedo creer que para este punto, esas chicas piensen que ‘llegar vírgenes al matrimonio’ es lo más importante. Pfft, si así fuera estoy seguro que todos nos moriríamos de un infarto cuando tuviéramos sexo.”

Después de reírse un poco en la cara de las mojigatas esas, se interno un poco en los sanitarios, para lavarse un poco la cara y arreglarse algo ese fleco que no entendía como, Terry se empeñaba en cortar. Si tan bello que le quedaba así largo. Por lo menos, esta vez lo había dejado con considerable longitud.

El chasquido de su lengua sonó por los pasillos. El peliplateado caminaba a grandes zancadas por el pasillo.
A aquellas horas andaba con ropa cómoda: Una camisera manga corta blanca, unos vaqueros algo rotos y unas tennis que mostraban ya el uso gracias al tono ligeramente oscuro que mostraban.
Precisamente aquél día, el grifo del baño había decidido no funcionar cuando le tocaba lavarse los dientes. Había intentado lo de ajustar un poco la cañería, pero apoderado por la molestia de que las cosas no fueran como él quería hizo que complicase la situación.
Recordó ver un amasijo retorcido donde había estado antes el grifo con su forma perfectamente recta. Se rascó la mejilla y, dándose media vuelta, salió al pasillo con cepillo y pasta de dientes en mano.
-Estúpido centro -Musitó rechinando los dientes, dejando escapar un gruñido.- Y justo cuando me noto una verdura entre los dientes...
La última opción: El baño general. No era el mejor, pero al menos no solía haber gente, motivo por el cual se encontraría más a gusto.
"Menos idiotas a los que escuchar" Pensó.
Abrió el pomo con su codo y empujó con el cuerpo la puerta, entrando a la habitación encontrándose con un individuo. Terry. El estúpido de Terry. El pobre, débil e insufrible Terry.
"Me cago en la madre que lo parió" Gruñió interiormente.
Sin embargo... Le notaba algo diferente.

Se paso con su elegancia normal las manos por el cabello, mojandoselo lentamente mientras sentía como las gotas estaban corriendole por los lados de su rostro. Cuando abrió los ojos para secarse uno de los costados de la cara, alcanzo a escuchar la puerta en un giro de sus ojos, observo a su compañero de habitación con todo para su higiene bucal y sonrió girándose y recargándose en el lavamanos.

"No sabia que este sanitario fuera una extensión de nuestro baño" Comento en claro sarcasmo con los ojos brillando en un azul cobalto muy definido. "De haberlo sabido antes..."

La sonrisa se le volvió seductora, mientras de un movmiento se sentaba presto en el lavamanos, sin dejar un solo momento de mirarle.

Seth alzó una de sus cejas, sin dejar de mirarle mientras se acercaba a uno de los lavamanos, dejando todos los utensilios en un lado.
-Sino qué? Hm? Te habrías traído el Ambi-Pur para esconder tu olor a Alien? -Preguntó con la poca simpatía de siempre.

Abrió el grifo del agua, remojando el cepillo, en silencio. Aún así, podía sentir la incomodidad que resultaba la presencia del contrario, observándole a través del rabillo del ojo de vez en cuando, fugazmente.
Normalmente, la presencia de Terry, más que incomodarle, no le producía ningún resultado, por no decir que lo ingoraba: Le daba igual si se estaba lavando los dientes, duchándose o haciendo otras cosas en el baño de la habitación, entraba cuando quería, hacía lo que necesitase mientras el otro le daba gritos y se iba no sin antes decirle alguna cosa que le divirtiera.
Pero esa vez sentía la mirada contraria clavada en la nuca. La ceja le tembló levemente con molestia, llevándose el cepillo con pasta a la boca para empezar a frotar.
"Esto es muy sospechoso" Pensó.
Acabó incorporándose en el lavamanos, comprobando que, efectivamente, desde que había llegado allí Terry estaba sentado, mirandole con aquella sonrisilla.
"No recuerdo que tuviera los ojos azules"

-¿Qué? -Hizo un gesto con la cabeza sosteniéndose el cepillo para hablar- ¿Esperas que te dé algo o qué?

Muchas eran las respuestas que le podía dar después de aquello que menciono, pero seguramente solo una era la que más le apetecía en el momento. Se hizo el cabello para atrás en un ademan que lo hacía único. Y se dejo resbalar por el mármol, hasta que sus pies toparon con el enlocetado piso. Sus pasos resonaron, en un caminar lento pero constante, acercándose al peligris que estaba ahí.

“Tengo algunas ideas que pueden funcionar con esa última frase.” Comento pasándole la mano por el pecho, con una lentitud bastante turbadora, para después quitarla, no sin antes haber revuelto las ropas de este. Sin pensarlo, robo el cepillo de dientes de Seth y se puso en un lateral del sanitario, jugando con el pedazo de plástico entre sus dedos. “Ahora me dirás, ¿Qué de todo lo que tengo en mente es lo que cumplirás?” Dijo ladinamente, pasándose el plástico como si fuera un gánster jugando con su moneda favorita.

Definitivamente, ése no era Terry. Si no se lo había acabado de confirmar la forma de gesticular o de expresarse, allí tenía el punto final.
Lo miró con un gesto de sorpresa cuando le acarició el pecho de aquella forma tan insinuante. Definitivamente, tenía los ojos de un color distinto.
"Muy bien, ahora que coño está pasando..." Pensó con fastidio. Y fue cuando cayó en algo.
Su cabeza hizo un flashback a los primeros días que estuvo en la escuela y les hicieron presentarse con sus poderes. Alter-Ego. El idiota de Terry era un debilucho, un inepto de no ser por esa otra personalidad, Max, que tenía superfuerza.
"Oh, ya lo pillo..."

-Eh! Devuélveme el cepillo -Se quejó sacándose la espuma con el agua- Y no, no pienso preguntarte. Simplemente, para no darte el gusto.

“Que malo eres Seth, con todo lo bueno que te puedo dar y me claro, viceversa.” Obviamente no le dio el cepillo, muy por el contrario lo sumergió en agua limpiándolo y después se lo guardo en el bolsillo rasero del pantalón. Perfectamente sabia que se lo quitaría, pero lo interesante era ver el como lo lograba.

Se acerco a este de nuevo, poniéndose justo delante de el. Un poco de apetito no era nada malo, se dijo a si mismo, y le paso de nueva cuenta la mano por el pecho, moviéndola incitadoramente. “Terrance piensa que eres un estorbo para la sociedad.” Levanto la Mirada azul, encontrándose con la de Seth. Sin dudarlo, se acerco a este mas, limpiándole con los labios unos esbozos de pasta que le quedaron en la comisura de los labios. “Yo por el contrario, te encuentro interesante.” Y después se alejo, manteniéndose a una prudencial distancia del chico mientras se cruzaba de brazos.

Aquello le había dibujado una sonrisa en los labios. Tal vez, el haber tenido que moverse al baño no había sido algo tan malo.
-Terry no sabe apreciar las cosas buenas... Porque es inepto.
Paseó su mirada en el cuerpo del moreno, sin intención de disimularse, y se acercó con la mayor calma del mundo.
-La vida ya es bastante aburrida de por sí como fastidiársela más -Llevó su mano al bolsillo trasero de Max, sin dar importancia cuan cerca estuviera.- ¿No crees?
Alzó su mirada a la contraria, manteniéndola igual que su sonrisa ladeada. Cogió el cepillo apretándole la nalga en sus dedos.
"Buen culo..."

“No puedo negar eso” Y justo cuando Seth estaba palpándole el trasero, es que tomo la muñeca de este y lo hizo recaer un poco sobre sí mismo. Tenía la espalda ahora contra la pared, pero tan solo era una estrategia de su parte a lo que él deseaba. Paseo una mano por la nuca del super fuerte, jugueteando con los cabellos claros que se cargaba.

“¿Y no te gustaría hacer que se arrepienta después de todo lo que dice de ti?” Sin miramientos se acerco a este mas rosándole los labios en un ardid lento. “Puedo ayudarte a que el se arrepienta…y tú me ayudas con este encierro.”Su voz era arrastrada con un deje de seducción en ella mientras usaba su fuerza para que Seth se recostara mas sobre el.

No podía quejarse. La situación no le desagradaba en absoluto: Max le ponía en bandeja algo de diversión en aquella noche y, sinceramente, no sería quién para negarse.
Apoyó su otra mano en un lado de la pared, cortando así sitio donde escaparse. Aunque... Ah, ¿para qué? ¿Acaso se le escaparía? Igualmente, así le era más cómodo.
Y si entraba alguien en el baño, lo sacaba a hostias. Los labios del moreno le rozaron con suavidad, notando un suave cosquilleo.
-Lo que diga Terry de mi me la trae floja -Susurró acercándose a su oído- Lo que me importa va alejado de su capacidad mental.
Pasó la punta de su lengua por el contorno de la oreja contraria de forma lasciva.
-¿Te apetece, Max?

”Bien, tema cerrado” Cerro por completo el tema, sintiendo la caliente lengua pasándole por el oído. La sonrisa solo se le ensancho mas, haciendo que un suspirillo provocado por el mismo resonara contra la oreja de Seth. Por ello, es que su cuerpo se movió, soltándole la mano a este y después enredándola en su cuello como hiciera antes con la otra.

Se relamió el labio inferior con algo de delicatesen y después se acerco a este repagando sus cuerpos –mas especifico las zonas bajas- para morderle el cuello y succionarlo de tal manera que si no fuera por el plus de su lengua, podría pasar por un vampiro. Lamio la zona enrojecida de su cuello, continuando hasta el mentón. Hasta cierto punto agradecía que hubiera sido más alto que el, porque con ello pudo descubrir que tener menor altura servía en cosas más…cortas.

Sintió cálido y húmedo a su vez aquél suspiro, y antes de poder hacer algo, el moreno le había empezado a morderle. El peliplateado se relamió con morbo apretando su cadera en la contraria.
Tal vez no estuvo tan mal que el baño de su cuarto se estropeara... Al fin y al cabo, parecía haberse extendido a aquél punto, y por lo tanto, aprovecharía la situación. Y como alguien pretendiera entrar, lo sacaría sin problema ni educación. Por algo, la fuerza le sobraba. Subió su mano a la nuca contraria, tomandole del cabello con firmeza para tirar y alzarle el rostro de tal forma que pasó a humedecerle los labios con su lengua y morderlos con lujuria.
Que mejor que un polvo antes de tener que estirarse en la cama hasta que llegara la mañana siguiente y seguir en aquella batalla campal?
Respiró profundo sobre los labios rosados, pasando a morderle el cuello con poco cuidado, colando entre las piernas contrarias la suya.

Se mordió el labio inferior mientras sonreía como niño en feria…no, no era esa la sonrisa que mantenía en los labios, pues por mas retorcida que fuera, se llego a transformar en una un tanto mas sádica que la que siempre llevaba. Sus ojos se cerraron dejándose hacer por el súper fuerte. Se relamió los labios obscenamente, fijando sus ojos en aquellos ámbar que tenía delante, o bien, en “aquel”.

Un deje de lujuria paso como brillo automatizado, dejando que el otro hiciera lo que quisiera. Podría ser porque el estaba del todo cómodo en esa posición, tan solo excitándose mas y mas, o era por la vocecilla que comenzaba a imperar su mente con fuerza.

(Lanzo dados de inteligencia para finalizar. Dado dio a 13 + 2 de inteligencia = 15. Procedo con narración)

La expresión de Max comenzó a distorsionarse un poco, mientras apretaba con fuerza el entrecejo. Bien, algo no estaba bien, pues Terry parecía estar luchando por salir después de darse cuenta de lo que sucedía. Su gemido de esfuerzo se confundió un poco con la escena, para después quedarse completamente quieto en su posición; como si no pudiera moverse. Un poco mas después, abrió los ojos lentamente, demostrando los rubís que desde recién nacido había poseído, los cuales se mostraban al principio sin vida…después, fue el odio el que los corroyó.
”¡¡Alejate bastardo!!” El verdadero Terry Maxwell tomo el control de su cuerpo, sacándose de encima a Seth, limpiándose posteriormente el cuello con un asco indescriptible. ”Hijo de… ¿Qué te crees que estabas haciendo? ¿Darme un baño como a los gatos?” Dijo con prácticamente escupir.

El miembro 'Terry Maxwell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 13

Seth sorbía la piel con fuerza. Cálida, suave, de aquél característico aroma, en su mente sólo se le cruzaba la idea de marcarlo. Marcarlo bien fuerte: Max era su juguete y como tal le dejaría el rastro de aquello.
Y en su interior, rió de imaginar la cara del estúpido de Terry al verse con aquella marca... Oh, ¿y porqué solo una? Podría marcarle todo el cuerpo si se le antojaba.
Fue cuando el contrario pareció tragar más deprisa, acabando por apartarle unos pocos pasos. Parpadeó unos segundos. Los ojos de Max habían vuelto a ser los de Terry de siempre. Frunció el ceño.
¿¿Ahora le sacarían la diversión??
-Más te gustaría, Terrance -Gruñió tomándole de las muñecas con fuerza- Que te llenara el cuerpo de lametones
Su voz siseó sin perder la sonrisa.

Estaba tan enojado. Ese idiota, luego pretendía burlarse de él y así. Apretó los puños con fuerza casi como si quisiera clavarse las uñas en las palmas, y poco le falto para hacerlo.
Pero lo que más lo jodio fue esa bizarra sonrisa en sus labios como si fuera su diversión. Y no lo soporto más.

(Dados!! Fumble! xDDDDD demonios)

Su mano derecha se lanzo de golpe contra el rostro del otro, olvidándose por completo de que podría ser contraproducente. Y lo fue. Por la fuerza y el golpe solo escucho como un “crack” sonó con fuerza dándole a entender solo una cosa, se rompió la mano.

”¡Demonios!” Grito por el dolor llevándose la mano contra él, tomándosela con la otra. Perfecto, ahora debía de ir a que le curaran.

El miembro 'Terry Maxwell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 1

Tuvo el suficiente tiempo como para acariciar la mejilla contraria con la punta de su nariz, ascendente y lentamente, notando la suavidad de esta y el ligero aroma del moreno, que tensaba sus músculos al estrechar los puños.
Para cuando quiso darse cuenta, Terry le había aventado un puñetazo. El peliplateado lo soltó dando un paso a un lado por el golpe que había impactado en su mejilla. Aunque no había sido un daño mayor, la tenía enrojecida, y seguramente, más tarde un poco hinchada.
Lo normal sería que le devolviera con intereses semejante osadía. Mas, se quedó con la cara girada unos instantes, después de caer que en el golpe había sentido el ruido de los huesos quebrarse.
Llevándose la mano a la mejilla enrojecida, observó al moreno encogerse, tomando bajo su mano la otra. Seth parpadeó varias veces con incredulidad.
¿Le había golpeado tan fuerte que se había roto la mano? No pudo evitar pensar un momento que, de haber sido Max quien le golpeara, seguramente su mandíbula se hubiera visto también así de afectada.
Bajó un poco la mirada, escuchando a Terry reprimir su dolor.
-Ven -Dijo con una voz más serena- Hay que llevarte a mirar eso
Y conociéndolo, sabía que opondría resistencia, de modo que lo cargó.

Demonios, como le dolía el golpe y todo por culpa de ese chico que tenia delante de el. Se sobo la mano un poco pensando en que debía de ir a la enfermería pero es cuando sintió como le estaba cargando como si fuera un costal de papas.

” Pero que… Raven, suéltame en ese mismo segundo.” Y Seth tenía razón Terry no se dejaría llevar por el a la enfermería. Aun tenía mucho orgullo, o es lo que pensó antes de removerse como animal capturado. O más bien como si fuera un gato salvaje en busca de una escapatoria. Intento golpearle la espalda pero su mano le dolía horrores y apenas con la otra podía llegar a hacerle algo. Mas desgraciadamente no era de mucha ayuda.

Así fue como salieron de los sanitarios directo a la enfermería.

Bufó con cierta molestia al notar los movimientos del moreno. Desde luego, era peor que una trucha recién pescada. Básicamente, porque las truchas no le daban patadas en el estómago.
-¿Te quieres quedar quieto de una jodida vez? -Espetó con cierta frustración- Estás lesionado, así que te llevaré a la enfermería.
Abrió el pomo de la puerta notando un buen patadón. Seth se mordió los labios aguantándose decir una sarta de insultos, tomándole las piernas con un brazo para inmovilizarlas, ignorando los gritos que el otro le fuera a ir dando por los pasillos.
Ahora que le había jodido el calentón, se aguantaría en ser llevado por el peliplateado.