Terrance (Privado)

Su mirada observó incrédulo el campo que se iba quedando vacío ante sus ojos.
"Pero... ¡¡¿Qué demonios está sucediéndole a todo el mundo?!!"
Seth pasó sus dedos por el cabello y, sin quedarse mucho más tiempo pensando, se diriguió a su cuarto, descubriendo, en primera instancia, que el nombre de su compañero ya no figuraba en la puerta.
Ante él, sólo había quedado una habitación de dos camas y peculiarmente vacía.
Tan sólo lo decoraban algunos posters de grupos punk y la ropa dejada en la silla de su escritorio, ropa que seguramente se la habían dejado allí, pues si no recordaba mal o estaría en el suelo o encima de la cama.
Primero fue Mi Nyu, luego Terry desaparecía también del cuarto... ¿El mundo se volvía loco?
"O espera..." Pensó en la oscuridad de la tarde, con la cabeza perdida en el techo.
Lo primero había sido aquella intensa alegría de volver a ver al moreno, y aquella sensación extraña al verle marchar y desvanecerse.
"¿¿Seré yo el que se está volviendo loco??"
Antiguamente, Seth se hubiera alegrado de perder de vista al chico, sólo lamentaría el no poderle volver a echar agua en la cara mientras dormía...
Pero ahora, el peliplateado se percataba de cuan vacía estaba la habitación. Suspiró largamente mientras se giraba a la cama del que fue su compañero y luego observó la navaja de este sobre la mesilla.

Por ello, Seth en aquél momento estaba ante la puerta de la 303, manoseando el objeto en su mano mirando a la puerta.
"Soy gilipollas" Pensó achicando un poco los ojos "Estoy gilipollas"
Había esperado un rato, creyendo una mala broma que Terry hiciera ver que se había cambiado.
Pero no: Realmente se había trasladado.
"No tengo ni idea de qué voy a hacer" Apretó sus labios "Pero ya se me ocurrirá..."
Con sus nudillos, llamó firmemente.

Había estado ya en esa habitación lo necesario para saber que era la mejor decisión. Más después de hablar con Mi Nyu. Se miro la mano con la cicatriz surcándole la extensión, haciéndole pensar en toda la conversación, la cual solo ayudaba a reafirmar lo que pensaba al respecto. Es lo mejor, era lo mejor, ya nadie podría hacerlo ir para atrás. Seth con el tiempo se enamoraría de la coreana y ella sería la única que lo podría hacer feliz, eso ya era implícito.

Miro su obra, había terminado de arreglar la habitación como a él le gustaba. Estaba perfecta en el mas mínimo detalle, tanto que hasta el polvo faltaba en los rincones más. Por segundos parte de la nostalgia llego a su cuerpo. Estaba esperando el ver ropa tirada en el suelo como si fuera un closet, era como si tuviera hora la necesidad de tomar una camiseta y lanzarla al suelo, pero se retuvo lo mas que pudo.

“Idiota…no debo de pensar en estas tonterías” Se dijo a si mismo, pasándose la mano por la mejilla, dejándose un poco de polvo en esta. Ahora solo era poner en orden el ordenador y listo. Claro, si no fuera porque le hablaron.

Miro a la puerta detenidamente preguntándose quien estaría tras ella, pensando que no muchos eran los que sabían que se había mudado a al 303, mas porque antes estaba sola. ¿Sería su compañero de habitación? Podría ser. Se acerco a paso lento, como si un mal presentimiento lo invadiera y abrió la puerta lentamente. Fue que su mundo se detuvo por segundos mirando ahora el porqué de que se sintiera eso. Era el, justo era Seth Raven el que estaba en la entrada mirándole. Debia de estar ahí para decirle algo de su mudanza lo mas seguro, pero no podía moverse, por lo menos no por ahora.

-¿Qué pasa Terry? ¿Aparece Raven y se te pone la piel de gallina? ¿Ya estas desistiendo?- Increíblemente la voz de Max resonó en su cabeza haciéndole regresar al mundo real. Los ojos de Terry se achicaron mirando a Seth de mala gana, mientras se cruzaba de brazos.

“¿Necesitas algo?” Su voz era fría y directa, como si se lo quisiera quitar de encima y cerrarle la puerta en la cara.

El peliplateado alzó levemente su rostro cuando escuchó el mecanismo del pomo funcionar para abrir la puerta.
Apenas se había abierto unos centímetros que para Seth fueron suficientes para divisar el rostro de Terry, con el cabello despeinado y un poco de polvo en su mejilla.
Por unos segundos, ambos se miraron con el mismo gesto, hasta que Terry respondió cortantemente, algo que no le extrañó en un principio, acostumbrado a esas formas de responderle.
"Porqué te has ido" Fue lo primero que le cruzó por la cabeza "Porqué te has cambiado de habitación. Porqué te escondes de mi. He vuelto. Tengo tu navaja, venía a devolvértela."
Se quedó unos segundos más callado, embobado mirando los rubies contrarios, moviendo ligeramente sus labios sin lograr decir nada.
-Eh... -Balbuceó al principio- Terrance, quería saludarte, pero te fuiste... Y luego ya no estás en la habitación...
Definitivamente, Seth había esperado que aquello de improvisar fuera más fácil.
-...Está todo muy vacío -Concluyó bajando un poco la mirada- ¿Qué es lo que sucede?
Apoyó su mano en la puerta, por si en caso que el moreno quisiera cerrarle en los morros, antes se llevara sus dedos por delante.

Deseaba con tantas ganas que el contacto con los ojos de Seth se terminara, pero se mantuvo firme, con su semblante de piedra intentando que nada de eso lo llevara a algún punto en el que se arrepintiera, principalmente por haber sido débil. La mirada se le torno como si estuviera cubierta de desinterés, alzando glamorosamente una ceja ante lo que le decía.

“Si solo querías saludarme entonces hubieras esperado a que comenzara una de las clases, pero gracias por el gesto de venir hasta el tercer piso solo a eso.” Su voz era fría y cortante. Era como cuando se llevaban pesimamente. No, de hecho era peor, como si quisiera cortarlo de tajo en cualquier momento, y de hecho eso es lo que quería hacer Terry. Sintió como su cuerpo tembló un poco, pero se mantuvo como pudo, quería ser por lo menos el mejor actor que pudiera.

“Sinceramente Raven, ya estábamos teniendo demasiadas peleas en esa habitación, te recuerdo que en más de una ocasión te dije que me pediría el cambio ¿No? Pues ahora que tuve la oportunidad no la deje pasar. Solo es.” Dirigió su mirada a la mano en aquella puerta. Como no era Max no tenía la superfuerza como para intentar combatir contra Seth en ese momento, aunque si tenía ganas enormes de cerrar la puerta y ya olvidar todo aquello.

“¿Debería de suceder algo? No comprendo el que, tan solo me mude porque se me pego la real gana. Y si eso es todo lo que querías saber, además de venir a saludarme, entonces te recomiendo que vayas a dar una vuelta.” Volvió a mirar sus ojos. Aquellos que no tenían el parche que siempre usaba. Desde el comienzo se había percatado de ese pequeño detalle. –Debe de tener el parche aun Mi Nyu…-
Su pecho se encogió por segundos con tan solo recordar como la coreana apretaba con fuerza y casi idolatraba aquel pedacito de tela que Seth le había dado. Fue así como sin poder soportarlo termino desviando la mirada a un punto inexistente. “¿Y bien? ¿Me dejaras terminar con mis cosas? Aun debo de alistar los útiles que usare en las clases”

El peliplateado no pudo sentirse de otra forma que frustrado. Frustrado y, sobretodo, confuso.
Podía entender que estuviera enfadado, al fin y al cabo, no se había llegado a acercar a saludarlo... Pero por otro lado, él se marchó.
"¿Pero porqué se enfadaría conmigo por no saludarle?" Frunció un poco el entrecejo hecho un lío.
Tenía sus razones para enfadarse... ¿Pero tanto?
Caviló deprisa, tan deprisa como le permitiera su cabeza nublada en el enfado que le producía la situación general de todo.
Y la expresión idiota volvió a su rostro por unos segundos.
Le había parecido un repipi insoportable; le divertía enfadarlo; no era tan idiota como creía; su risa en África le sonó linda; era huraño, pero agradable; se había atraído sexualmente con Max; Se ponía receloso con Alpin; había raptado a Terry cual pirata; habían bailado juntos; le pareció lindo; se tentó a besarlo... porque lo hubiera hecho; le había tomado de la mano para que no fuera a luchar en el salón; se miraron a los ojos, y desistió.
Había tomado su navaja y, desde entonces, no había dejado de pensar en las ganas que tenía de volver.
Y su molestia en aquél momento era precisamente porque aquello que había anhelado no salía como le hubiera gustado.
Su mirada bajó un poco al suelo con sorpresa. Al final, el moreno había cumplido:
No importaba cuantas veces le hubiera jodido, al final, Terry se tomaría venganza. Y lo había hecho de tal forma que no podía quitárselo de la cabeza.
"Estoy..."

Dio un paso al frente, adentrándose en el cuarto, aún sujetando la puerta y el marco de esta, mirándole fijamente.
-No me iba a esperar a clases, quería hacerlo ya. -Contestó- Y... vamos, en serio, ¿demasiadas peleas? Apenas hemos convivido en estos últimos días, por no decir que no peleamos las últimas semanas.
Bufó un poco, relajándose.
-Oye Terrance... -Su voz sonó más relajada, recordando aquél gesto en el rostro del contrario- He vuelto.
Le miró unos largos instantes, intensamente.
-He vuelto de una sola pieza de Bulgaria, y aún así, a pesar de todo, no estoy contento con ello. Se perdió gente en el camino, casi perdemos a compañeros. Pero a pesar de todo, no me voy a quejar, porque en lo único que pensaba era en cumplir lo dicho: Tal como prometí, volví entero.
Llevó su mano al bolsillo, sacando de este la navaja de Terry.

Cuando miro como Seth dio un paso hacia el, Terry no pudo más que hacerse uno para atrás. Fue de la manera más inconsciente que pudo verse, peor aun con el gesto que había puesto tan solo lo miro acercándosele. No, no podía dejar que se le acercara, por lo menos no con las palabras que estaba diciendo y menos con los recuerdos de Halloween aun frescos en su mente. Sentía como si fuera a intentar besarlo de nuevo y el se había prometido ya muchas cosas en los últimos días, donde él sería el que se mantendría alejado.

Su mano había soltado ligeramente la puerta al escuchar todas esas palabras. Recordaba la nota que le había dejado donde le prometía que volvería, donde le había confesado que había tomado su navaja –Aunque no supiera que le había dejado su parche, ese aun pensaba que se lo había dejado a Nyu- y eso no causo si no que se incomodara. Su porte, debía de recordar su porte y mantenerse duro delante de este. No debía de flaquear, eso se lo estaba repitiendo muchas veces, tan solo era una confusión pasajera que ya no tendría después de dejar de convivir por un tiempo. Sí, eso era solamente.

“Pues…bienvenido, si eso es lo que quieres escuchar de mi parte.” Estaba incomodo, tanto que no quería ni siquiera ver a Seth, pero se contenía a evitarlo, ¿Por qué? Porque no quería que él otro sintiera que lo intimidaba con su presencia.

Justo como pensó, el viaje había sido duro, tuvieron muchas complicaciones en el camino y este pudo haber muerto. Eso causo que el interior de Maxwell se retorciera por completo, haciendo que se denotara un tanto en su cara, solo algo de preocupación claro, pero ya no pudo evitar su gesto. “Quédatela…” Comento pensando en que no se le había ocurrido nada mejor. “No la necesito por ya…” De hecho cuando la necesito consiguió algo más que usar y fue la causa de que fuera a la enfermería. Sin poder evitar los recuerdos, giro la cabeza, desviando la mirada de con el peligris.

Subió un poco la navaja a la altura del pecho, observando las iniciales gravadas para luego mirar a Terry, que había dando un paso atrás a su avance.
Frunció un poco el ceño. Normalmente Terry le hubiera encarado, como intentaba hacer esa vez, pero sin embargo, todo él mostraba que le rehuía.
Retrocedía, intentaba no verle a los ojos, hasta cada gesto que hacía con sus brazos parecía querer protejerse de el peliplateado.
-No me la voy a quedar -Respondió acabando de entrar en el cuarto, con ya solo una de sus manos apoyada en la puerta- Te dejé a cambio mi parche.
Se llevó la mano al rostro, palpando el vacío del rostro.
-Si lo has perdido me lo puedes decir, Terrance... Pero firmé con mi parche, dejándolo junto a la nota.
Lo volvió a observar, mientras el moreno giraba también su cabeza, y en un soplido le tomó del mentón, volteándolo a que lo mirase al rostro, pudiendo volver a echar un rápido vistazo al contrario.
La forma de sus mejillas, la piel suave, los mechones negros que caían sobre su frente tostada, los ojos de aquél rojo tan intenso... Y los labios carnosos.
De haber sido el Seth de meses atrás, no se hubiera reprimido a ponerlo contra la pared.
Maldito Terrance. Maldita venganza.
-...¿Porqué me huyes? -Terminó preguntando.

“Pues entonces déjala por ahí cuando te vayas. No voy a…” Abrió los ojos de mas mirándolo cuando escucho lo del parche. Ese parche no se lo había dejado a el, Mi Nyu era la que no tenia y claramente ella era a quien se lo había dejado. Era ella a quien le había dejado el parche, lo miro entre sus manos, lo miro como lo sostenía contra su pecho cuando buscaba control de si misma. Ella era la que lo tenía ahora mismo…pero nada de eso salió de sus labios, no le pudo decir que el no era el que tenía el parche si no ella.

Sus ojos seguían desviados no queriendo verlo, sintiendo como cada una de sus palabras le hacían retorcerse mas y mas al grado de calcinarle por completo. Quería que se fuera, que se largara y lo dejara libre de todo eso…hasta que lo tomo de la barbilla. Sus ojos se encontraron con los ambarinos sintiendo ganas de desvanecerse en ese momento.

“Yo no…yo no estoy…” Intento decirle pero nada coherente salía de sus labios, era como si le hubiera sacado todo lo racional haciéndole sentir como si estuviera acorralándolo. Como si él fuera la presa y Seth el cazador. Sin poder evitarlo, reacciono de la manera más rápida que pudo y se sacudió en búsqueda de que le soltara rápidamente. Estaba asustado, mas al saber aquello que…no dudo en reaccionar así. “No te huyo…yo solo…solo quiero privacidad…es todo…yo no…”

Y allí estaba él, titubeando, moviendo de vez en cuando su cabeza queriendo soltarse mientras su voz perdía fuerza sin lograr a decir nada coherente.
Seth no pudo evitar observar lo adorable que se le hacía.
"Es mi perdición" Maldita venganza. No dejaría de maldecirlo.
Entrecerró los ojos, observando aquellos ojos que buscaban de un lado a otro dónde esconderse.
-¿Privacidad? ¿De verdad? Terrance... ¿A quién pretendes colarle ese farol, a mi o a ti?
Ciertamente, había sido una mala excusa. Pero eso ya no importaba, al menos. Sin casi haberse dado cuenta, el peliplateado se había inclinado ligeramente hacia el moreno.
Y una vez más, se había dicho de resistirse. Podía notar el calor de la piel contraria, la respiración rozarle la punta de la nariz. Alzó su vista a los ojos contrarios, entrecerrándolos cuando la punta de su nariz rozó la contraria.
"Solo... un poco..."
Terminó rozando sus labios con los contrarios, haciendo una leve presión con los suyos, dejando un pequeño silencio en la habitación.
Y su mano, aún en la puerta apenas abierta.

“¿Pretender? ¿Quién dice que quiero…pretender algo? Tu pusilánime...” Quería insultarlo, decirle que hasta se iba a morir como no tenía idea, decirle todo lo que le pasaba por la cabeza sin restricción y salirle con muchas y muchas cosas más al punto de terminar degradándolo moralmente. Pero eso ya no le fue posible. Los ojos de Seth eran más insistentes que antes, le hacían temblar inconscientemente como si le estuvieran pidiendo que no dejara de verlos.

Y se tenso. ¿Qué es lo que debía de hacer ahora? ¿Esperar? ¿Decirle que se fuera al demonio? ¿Qué? ¿Qué era lo que tenía que hacer o más bien que podía hacer?

Muchas preguntas pasaban rápidamente por su mente como si fueran flashes rápidos que apenas lo dejaban tener la mente en claro. Lo peor fue cuando sucedió aquello capto como Seth estaba acercándose a él. Se sorprendió quedándose completamente tieso. No estaría pensando hacer lo que el pensaba que haría… ¿Verdad? Su cuerpo estaba tenso y el nervioso por dentro y no se podía mover para nada.

Pero no fue nada comparado como cuando sintió los labios de Seth sobre los suyos. No era un beso posesivo o algo que le exigiera que se avanzara a mas, pero la ternura con la que se lo estaba dando causaba que su corazón latiera con una fuerza tan abrumadora que lo bloqueo por completo. Las manos que había subido en una intensión de defenderse de Seth se habían bajado tan de golpe que hasta sus hombros estaban caídos.

Lo estaba besando…sus labios estaban contra los suyos en una tierna presión y simplemente el no podía hacer nada para remediarlo. No se negó al beso pero no lo continúo permaneciendo en un estado de shock completo, aun con los ojos completamente abiertos. Pero había una diferencia, su corazón estaba bombeándole a tantos latidos por segundo que parecía que padecería de una insuficiencia cardiaca. Simplemente lo estaba besando…y no sabía qué hacer.

El neoyorkino hubiera esperado cualquier cosa. Lo primero, que le golpeara con las manos, o incluso, que se aventurase a darle un cabezazo por aquél gesto.
Pero no pasó nada. Sólo silencio.
Los labios de Terry eran suaves, sin ningún tipo de peladilla, y cálidos. Y a su vez, lo suficientemente carnosos como para parecer deshacerse en los suyos.
Notó que su cuerpo se relajaba, o eso parecía, y de la misma forma el del peliplateado también.
No había un ruido carcomiéndole, ni ruidos, ni ganas de chillar.
Tomó un poco de aire por su nariz, moviendo un poco sus labios en los contrarios, pellizcándolos suavemente y pudiendo notar cada mínimo movimiento de estos.
Soltó con cuidado el mentón del moreno, pasando un poco su mano por la mejilla de este.

Pero él no podía golpearlo, de hecho no podía ni reaccionar ante el beso que le estaba dando. Sus extremidades se negaban a participar en este caso, obligándole a que se quedara completamente quieto.

Su corazón estaba latiendo con una inmensa fuerza, como si se le fuera a salir en cualquier momento y sin evitarlo, se le había unido el teñimiento de sus mejillas en aquella acción. Los labios de Seth sobre los suyos…era algo que no podía describir con facilidad. Era una mezcla de sentimientos en su interior que le hacían que dejara de pensar, que le hacían que sintiera tantas cosas que no pensó sentir en su vida. Era todo tan diferente, no era como el tierno e inexperto beso que alguna vez se dio con una chica; aquel que solo le causo ternura en su tiempo.

No, este beso le estaba haciendo sentir que su piel se enchinaba con una fiereza única y las fibrilaciones aumentaban a un punto en el que llego a pensar que estarían por arriba del 180. Apenas ahí tenía un poco de conciencia ayudándole. Pero solo ahí.

Cuando movió sus labios fue su acabose. Terry se perdió por completo, observando aquellos ojos entrecerrados, enfocándolo con cierto sentimiento que no supo definir. Y el…sin querer ya estaba cerrando los suyos, tan solo sintiendo los contrarios besándole con suavidad.

Aquí estaba su respuesta después de un largo tiempo de dudas. Esa era su razón. Estaba enamorado de Seth Raven…y ya se había dado cuenta de ello. Tan solo un simple beso y ya había bastado para darse cuenta de lo que sentía.

Los labios contrarios se movieron apenas un poco, pero el peliplateado lo notó, mientras el moreno cerraba lentamente sus ojos.
En aquellos instantes, maldecir una y otra vez no era lo que más le pasaba por la cabeza, acariciando con suavidad la mejilla contraria y rozando con la punta de sus dedos un poco del cabello oscuro, tomándolo entre estos.
Seth también cerró los ojos, disfrutando de aquél momento. Tendría deseos de tomarlo, pegarlo más contra sí.
Se separó apenas unos milímetros antes de volver a besarlo, ladeando ligeramente su cabeza y confirmándose todo de nuevo.
Le gustaba Terry. Estaba enamorado de Terry. Era inevitable y no pensaba luchar contra ello.

El segundo beso no llego como el primero. No fue tan sorpresivo, si no mas deseado. Con los ojos cerrados los recibió, produciéndosele en el interior un estilo calor diferente al que llego a sentir antes. Estaba correspondiendo al beso, no con pasión o con fuerza, sino mas bien usaba un toque hasta tierno que le causaba muchas cosas. Era como si sus pies flotaran lejos del suelo, como si todo su vértigo se largara de su cuerpo. Es por ello que no conteniéndose, sus manos se habían posicionado en los antebrazos de Seth, como si estuviera sosteniéndose. Aunque es lo que estaba haciendo.

Sus labios se movían con suavidad extrema, conociendo los del peligris, dejando que el contrario conociera los suyos, todo de una manera tan inexperta, como si Seth fuera la primera persona que besara. Y de hecho…por mas que Max se moviera e hiciera lo que quisiera, Seth era la primera persona que el besaba como Terry, no como si alter ego. Sentimentalmente…era el primero.

-Realmente lo amo y no puedo dejar de pensar en él. En las noches sueño con él, en el día siempre lo recuerdo y mis acciones son motivadas por hacerle un bien. ¿Crees que deba intentarlo? ¿Qué deba luchar por su amor?-

-Ponte a pensar claramente que es lo que necesita. Si piensas que debes de ir tras de él hazlo, si quieres luchar por su amor hazlo. No habrá nadie que te detenga en hacerlo. Pero decídete, como te dije el mundo es libre y no querrás después estar llorando porque alguien más se te adelanto.-

Y fue como un golpe al hígado aquello. No entendió como toda la conversación que había tenido con Mi Nyu le llegaba de golpe a la cabeza. Y su mundo se detuvo. En pleno beso estaba recordando cómo le había dado ánimos a la coreana para que fuera tras de Seth, para que lo conquistara, ¿Y ahora que hacia él? Lo estaba besando y se había dado cuenta que lo amaba. Ahora si era más que un traicionero.

Usando las manos en los antebrazos de Seth, lo alejo de golpe, con la mirada desviada. “Aléjate de mi ahora mismo.”

El agarre en sus brazos fue tímido, así como el beso resultaba inexperto, tanteándole.
Seth sonrió en sus adentros, sin malícia alguna, notando un cosquilleo en su estómago, uno que era capaz de hacerle reír.
Entreabrió un poco los labios contrarios con los suyos, notando la ligera humedad de los contrarios, acabando por atreverse a atraer un poco más al moreno, apoyando su mano en la nuca.
Desde luego, no era el primer beso de Seth. Ya antes de entrar en la academia tenía bastante popularidad con las chicas, y tampoco en su momento se cortó con Max.
Pero nada de eso era comparable: Seth había usado violencia y ansia en sus gestos, y con Terry era distinto, dulce, lento. Haciéndole sentirse volar por unos segundos y, definitivamente, sentirse mejor, incluso... Más feliz.
Pero entonces el otro le separó.
Seth le miró con los ojos ligeramente más abiertos, con sorpresa.
-¿Qué? -De nuevo, Terry le desviaba la mirada, lo que hizo que Seth le tomara de nuevo de la barbilla para que le viera- No me da la real gana.

Se separo de Seth rápidamente para que no fuera a tocarle más. No quería tener más esa mano en su barbilla agarrándolo de esa manera y no quería verlo. Por lo que rápidamente golpeo la mano que lo había sostenido.

“Pero a mi si se me pega la real gana, ¡Lárgate ahora mismo de mi habitación!” Exigió empujándolo para que se saliera de ahí a como fuera. No lo quería cerca, no quería que se metiera mas en su vida. Necesitaba que se largara para poder borrar lo bonito que fue el beso de sus labios. Necesitaba que se fuera para hacerse a la idea de que todo lo que pensó en realidad tan solo fue momentáneo.

“Te lo estoy ordenando. Esta es mi maldita habitación, es mi maldito espacio personal. Me largue de la 102 para estar más cómodo, para que no me estuvieras jodiendo la vida. Así que ya estuvieras moviendo los pies y largándote de mi habitación.” Y de paso de mi vida…eso es algo que quiso decir pero no salió de sus labios. Ahora es cuando menos podía flaquear, debía de ser fuerte. Muy fuerte.

Podría haberse mantenido igual de tranquilo que las anteriores veces que Terrance le había dicho un "no", haber insistido y que al final el americano acabase por decirle lo que en realidad pensaba, fuera un sí o un "vete al cuerno".
Pero sólo pudo mirar con sorpresa como le golpeaba la mano y le daba un empujón, haciéndole retroceder unos pasos hasta quedar fuera del marco de la puerta.
Lo observó con los ojos bien abiertos, intentando también recordar qué vez dijo Terry tantas veces "maldito" en una sola frase como esa.
-Terrance...! -Antes de poder terminar la frase, pero, ya le había cerrado la puerta en las narices.
Seth se quedó ausente, con el mismo gesto en su rostro, entreabriendo sus labios con sólo aire. Las palabras se habían desvanecido, de la misma forma que se le habían desvanecido los labios contrarios.
Gritar como un crío. Maldecir. Golpear todo hasta dejar sólo los cimientos. Forzar la puerta. Romperla.
"¡¡¡Maldición Terrance, mírame a la cara!!!"

Cerró sus labios, entrecerrando sus ojos mientras agachaba su rostro, sintiendo que le pesaba demasiado la cabeza. Subió su mano al pomo, acariciandolo un poco sin llegar a hacer un contacto físico.
-...No puedo... hablar con una puerta cerrada -Susurró, acabando por cerrar sus ojos y apretar un poco sus dedos.
Dio media vuelta, alejándose mientras la garganta le quemaba.

"... ¿Porqué me duele precisamente ahora, de esta manera?"

Dejo que su cuerpo se deslizara por lo largo de la puerta hasta quedar sentado en el suelo con la espalda recargada en la madera. Lo había hecho…había rechazado a Seth después de que lo besó. Sin poder evitarlo, se llevo los dedos a los labios, acariciándose superficialmente el contorno de estos, sintiendo como le quemaba aun la sensación.

Y ahora…se había dado cuenta de que una cosa peor estaba pasando. Llevo con fuerza su nuca hasta que pegara contra la puerta, haciendo un ruido seco contra ella. No podía creerlo, era algo que no le podía estar pasando en ese momento y menos a él. Se había enamorado. Estupida y llanamente se había enamorado de la persona que menos habría pensado que lo haría.

Su corazón aun latía con fuerza y no podía evitarlo. “Esto no me puede pasar a mi…” Susurro para sí mismo, pasándose la mano por el cabello teniendo la seguridad de que no podría con ello.

Se había enamorado de Seth Raven y desgraciadamente, ya no lo podía evitar.