Gotcha? (Libre)

Clary se sentó en su silla reclinable y sonrió ante su laptop. La acarició levemente, tomó un poco de su cerveza y dejó el bote en la orilla de su escritorio.



—¡Hey R2! Creo que hoy será un buen día —dijo hacía su computadora y se volvió para ver su oficina completamente computarizada. Era genial como Crusaders se había ajustado a sus necesidades y por fin iba a poder estar en un lugar con la suficiente tecnología como para que su corazoncito reventara de alegría.



Se puso de pie y caminó por su tecnológica y acogedora oficina, se colocó en el marco de la puerta y vio con satisfacción el auricular para que la gente se anunciara para poder entrar a su oficina. Su puerta era automática y Clary la abría con sólo pensarlo, de hecho sólo ella y la directora Richards podían abrirla por si solas, ya que la Directora era la única que tenía la clave. Eso le gustaba a Clary… nadie se metería a meterle mano a sus preciosas maquinas... o peor aún, nadie intentaría robarle. Se regresó de vuelta a su escritorio y agarró su bote de cerveza para darle un largo sorbo, sonrió con picardía al saber que nadie se daría cuenta que bebía en su oficina y después volvió a tirarse a su silla.



—¡Ya casi comienzan las clases! ¡Ya casi tengo que dar mi clase! —gritó feliz a su R2, subió sus piernas al escritorio y bebió otro largo sorbo de cerveza, hasta que pensó en salir al mini-mercado para comprar más botes de cerveza…. —¡Rayos! —gritó porque en cuanto pensó en salir y visualizó la puerta, está se abrió y vio que había alguien ahí parado— Esto no es lo que parece —dijo mientras bajaba sus cremosas piernas y escondía el bote de cerveza por debajo del escritorio. Era muy probable que la persona que estuviera ahí le hubiese conocido hasta el apellido por culpa de su micro vestido, pero eso no era algo que le quitara el sueño a Clary.

Clary se rió levemente apenada y se enderezó en su asiento. Vio como el subdirector entraba a su oficina con una sonrisa pícara y frases para hacerle sentí mejor. Clary no estaba segura si el maestro hablaba en serio o sólo lo decía para no incomodarle en sus primeros días de clase pero agradeció el gesto con una sonrisa coqueta y cuando el subdirector entró, cerró la puerta. La chica se volvió y alcanzó el bote que había aventado para comprobar con éxito que no se había tirado prácticamente nada del líquido dorado y se lo llevó a los labios.


—Pues ya que tan amablemente me deja seguir con lo mío subdirector Rhy Terrell, le tomare la palabra —la pelimorada sonrió y le dio un largo sorbo al bote— lamento no ofrecerle un bote, pero este era el último que me quedaba —dijo sonriendo y se cruzó de piernas— Y ahora sí, dígame… ¿qué se le ofrece en mi “humilde” oficina?

Clary chasquea la lengua un momento y levanta una ceja mientras sonríe con el comentario de que el subdirector tenía botes de cerveza en su oficina.

—Que no se supone que como subdirector debería de poner el ejemplo, y no debería de tener bebidas alcohólicas en su oficina… o por lo menos debería de mentir con ese tema para que ninguno de nosotros nos diéramos cuenta —la maestra sonrió y dio un pequeño sorbo a su bote— Aunque bueno… supongo que eso no me incumbe —afirma con una sonrisa mientras ve como el hombre toma asiento y escucha sus motivos en su oficina.

Clary estaba acostumbrada a lidiar con toda clase de jefes o lideres… y lo estaba obviamente por sus años en el ejército estadounidense, pero el subdirector de su nuevo trabajo no era nada parecido a las demás personas a las que había tenido que rendirle cuentas. Fue agradable ver que tendría que trabajar con una persona así y la tecnópata sonrió efusivamente.

—La verdad es que me halaga que vengas a darme la bienvenida ¿Puedo llamarte de tú… verdad? —pregunta con su usual tono coquetón y da un leve sorbo al bote— Pues sobre mis ideas para las clases… bueno, no sé si les gusten aquí pero dejare que todo vaya fluyendo conforme a los chicos. Mi plan de trabajo lo mandé de hecho hace unos 5 minutos a su correo electrónico por medio de mi adorado R2 —La chica estira su mano y voltea a su laptop personalizada— Esta computadora es mi mano derecha y mi mejor amiga. Yo misma la diseñé y creé —dice sin pena— Ahh… y con lo de confrontar a los chicos… de eso no te apures… peores cabrones tuve que confrontar en el ejercito, así que no tengo pensado dejarme manipular o ganar por una bola de adolescentes calenturientos —dijo para sonreír más ampliamente— Espero no espantarte con mi forma de hablar.—musito sonriendo con un divertido deje de culpabilidad.

Clary sonrió coquetamente como usualmente lo hacía y asintió complacida con cada una de las respuestas del sub-director del colegio. “Menos mal, que podre ser yo misma sin problemas de tener represalias” Clary levantó una ceja cuando escuchó al hombre musculoso decir que le gustaba hacer todo con sus manos y se rió levemente. Clary se puso de pie caminó hasta Rhy para verlo con una enorme sonrisa en los labios y tenderle la mano.

—Creo que llegaremos a ser buenos compañeros de trabajo entonces... Rhy —dijo ella esperando a que le estrechara la mano y le guiñó un ojo. Rhy iba a ser perfecto para ayudarle en su primera clase… claro si es que aceptaba y no la despedía por la idea tan loca y arriesgada que pensaba poner en acción.