Looking something [Priv. Ethan Hall]

Mi Nyu estaba sentada en la banca viendo al lago de la enorme Crusaders. Suspiró y una lágrima se deslizó por su rostro. Odiaba ser tan débil... tan... tonta. Se llevó una mano al pantalón, sacó el parche de Seth y se lo llevó al pecho. Seth se había preocupado por ella cuando lo había recibido en la entrada, su preocupación había sido sincera… lo había podido ver en los ojos leonidos del chico, pero Nyu no le podía confesar lo que le había pasado... simplemente no podía decirle: “¡Hey! el chico que tú amas abusó de mi y se robó gran parte de mi inocencia". La surcoreana ya no era la misma… ahora estaba marcada y marchita. No reía, ni brillaba más… nunca iba a recuperarse de ese impacto. Cerró los ojos, dejó que las lágrimas que luchaban por derramarse se abrieran paso y la boca se le abrió sólo para gemir quedito.

“Aigoo, Mi Nyu necesitas encontrar paz contigo misma. Necesitas hacerle caso a los consejos de Mark, Ariel y Nick”

La coreana lloraba a solas, sacando todas sus frustraciones y miedos… hasta que escuchó un ruido que la sacó de su ensimismamiento. No estaba sola. Alguien debía de estar escuchando su llanto y sus quejidos. Avergonzada se puso de pie no sin antes olvidar en esconderse el parche de vuelta en la bolsa del pantalón y se mordió el labio un poco apenada. Escuchó un chapuzón y la chica caminó con pasos lentos y poco precisos hasta la orilla del lago… y vio ahí tirada una camisa de chico. Mi Nyu se sonrojó un poco al imaginarse a algún chico del colegio nadando ahí y decidió retirarse. Dio una vuelta con mucha fuerza pero se resbaló con el barro y se fue directamente a las aguas del lago. Emitió un pequeño grito y después escuchó el típico splash.

Mi Nyu se estremeció con el agua fría. Nunca antes había entrado en el lago y la verdad es que esa no era la mejor primera vez que alguien pudiese desear. Pataleó con fuerza y se impulsó con los brazos hasta por fin dar con la superficie. Sacó la cabeza, mientras escupía un poco de agua y en ese instante escuchó el comentario del chico, lo vio con desconcierto.

—Ammmmm… yoo… —la surcoreana se sonrojó violentamente y mejor se dio la vuelta para nadar a prisa a la orilla. No quería incomodar al joven y si realmente estaba desnudo… eso era algo que Mi Nyu no quería averiguar. Nadó con suma destreza —cuando había estado en el grupo de rescatistas había aprendido a hacerlo de forma envidiable— y pudo jurar que escuchó al chico preguntando un: ¿Te vas tan rápido?. La surcoreana nadó con más fuerza y con las mejillas totalmente encendidas. No cabía duda que esa era la peor semana de su vida… sin dudas la peor de todas.

Mientras la coreana braseaba con fuerza vislumbró la orilla y sonrió mucho. Apoyó sus manos en la tierra y cuando estaba a punto de salirse, vio que un enjambre de abejas estaba a punto de atacarla. “¿Pero qué…? ¿Cómo?” La chica se asustó mucho y en medio de su incomprensión se metió del vuelta al agua, zambulléndose por completo. "¿De dónde salieron esa abejas? Aigoo Mi Nyu… a ti siempre te pasa de todo" La coreana se preguntaba el qué hacer mientras aguantaba la respiración. La chica estaba en un verdadero predicamento. Uno, salía y se exponía a las abejas... o dos se quedaba ahí abajo y moría... "¡Genial Nyu! Sólo esto te faltaba"

Mi Nyu abrió los ojos por debajo del agua y miró desde donde estaba hacia donde había escuchado una voz distorsionada por culpa de la ligera corriente del río. Los ojos rasgados se enfocaron para ver que el mismo chico de momentos anteriores estaba sentado en la orilla... donde se suponía debían de estar las abejas. La chica frunció el ceño y sacó la cabeza desconcertada —¿Pero qué....? —miró a todos lados y se mordió un labio.

—¿Y... las abejas que estaba ahí hacia un momento? … ¿Te encuentras bien? ¿No te han hecho daño? —Mi Nyu como siempre estaba preocupada por los demás, nadó hasta la orilla y salió respirando agitadamente. Vio al chico que sólo traía un jean mojado y se sonrojó. Giró la cabeza al lado—. ¿En serio estás bien?

Mi Nyu puso cara de desconcierto y se talló los ojos inocentemente. ¿Se estaría volviendo loca? ¿Seria que todos sus dolores ya le estaban haciendo ver ilusiones? Bufó. Si iba a tener ilusiones, ojala al menos fuera una de Seth. Se sonrojó un poco con el pensamiento y se volvió a ver al chico que gracias a Dios ya traía camiseta.

—Hwang Mi Nyu —le contestó ella y se inclinó levemente. La chica se quitó el saco de chico de la academia crusaders y lo exprimió un poco. Un dolor en el pecho se le cruzó y metió las manos a las bolsas de sus pantalones mojados. Del lado derecho salió el parche que su amigo Ariel le había dado... pero del lado izquierdo no estaba el parche de Seth.

—¡¡¡Aigoo!!! ¡¡No puede ser!! —la coreana volvió la vista al río con espanto y se llevó las manos a la boca—. No lo pude haber perdido. No lo pude haber perdido

My Nyu se giró a ver al chico y se mordió el labio. No sabía si decirle o no lo que había perdido... Quizás él pensaría en que era una estupidez… pero no lo pudo evitar… de hecho su boca habló por sí sola.

—Un parche... —susurró— El parche de... de alguien muy especial —dijo aún más bajo. La chica volvió su vista al río y sus ojos se llenaron de lágrimas—. No puedo haberlo perdido... no lo puedo perder.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y palideció considerablemente… de hecho parecía a punto de azotar en el suelo mientras se llevaba una mano al pecho. “Aigoo Mi Nyu… no pudiste haber perdido el parche de Seth”

Mi Nyu seguía en shock por haber perdido algo tan valioso para ella… algo que ni siquiera era suyo. ¿Y si Seth iba y le pedía su parche? ¿Qué rayos le iba a decir? ¿Qué lo había perdido? Mi Nyu cerró los ojos y apretó sus puños en forma de enojo e impotencia. ”Tienes que encontrarlo Mi Nyu… tienes que encontrarlo”. La coreana se arremangó la blusa blanca —que por cierto no se había dado cuenta de que estaba toda transparente— y se volvió a ver al chico pelinegro que terminaba de hablar. Lo vio fijamente por unos segundos y suspiró.

—Lo es —dijo con voz firme y se lanzó al río.

Mi Nyu se concentró con toda su alma a buscar el parche de su tan amado Seth. No era fácil localizarlo en ese río, la maleza y la tierra hacían de la vista algo muy nubloso. La surcoreana nadaba con todas su fuerzas y se rehusaba a salir a la superficie. "¡No puedo perderlo! ¡No puedo perderlo!" La chica nadó con soberana voluntad y por debajo del agua distinguió algo que la desconcierto... ¿era... un hombre? Mi Nyu sabía que el aire cada vez le era más escaso en los pulmones, debía salir y tomar una bocanada de aire. Pero ver a un chico... ver a "ese chico" le desconcertó y se quedó contemplando la escena anonadada. El muchacho parecía... buscar algo. Buscaba algo ¿Acaso le estaba ayudando? El corazón de la chica se contrajo y cuando vio que el chico salió a la superficie, ella también se obligó a salir. Respiró profundamente y tosió levemente mientras braceaba en dirección al chico. No supo qué decir. ¿Y si el chico sólo se encontraba nadando? Se mordió el labio. Y lo vio a los ojos con una expresión desconcertante en la cara.

Mi Nyu se sonrojó con cada una de las frases del chico mientras pataleaba para flotar. Se mordió el labio. Nunca le había tocado lidiar con alguien así. Había escuchado de Jace Herondale en la academia, pero jamás del chico que estaba delante de ella avergonzándole como nunca nadie... bueno... quizás sí había alguien. La coreana recordó el ataque y se estremeció... ahora lo único que quería era salir de ahí. Cuando por fin el chico levantó la mano y le mostró el parche... los ojos de la chica se abrieron como platos y una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Ese... ese es. —Mi Nyu iba a agarrar el parche pero vio que algo no estaba bien... Una mancha carmesí se estaba expandiendo desde la mano al brazo del chico. Mi Nyu abrió los ojos aún más y se llevó una mano a la boca. —¡Aigoo! ¡Estás herido! —la chica nadó hasta quedar muy cerca de él y le tomó la mano. —Vamos a la orilla, salgamos de aquí para que pueda curarte.

Cuando el chico hizo la broma de los primeros auxilios la chica frunció el ceño y se sonrojó levemente mientras le susurraba un: “algo así. Anda por favor… vamos a la orilla” La surcoreana lo siguió nadando detrás de él… en parte aliviada por que el chico había encontrado el parche de su tan amado Seth… en parte preocupada por su herida. Una vez en la orilla, se disponía a salir cuando vio la mano del chico estirada para ayudarle… la surcoreana vio la herida y el aliento se le cortó. “Es mi culpa” pensó mordiéndose los labios. El pelinegro cambió de mano rápidamente al notar que la mano herida era la que tenía extendida, y ella la tomó titubeando. Cuando salieron, Mi Nyu se dio cuenta de que su blusa se transparentaba toda. Se avergonzó mucho y se tapó con los brazos. Levantó la cabeza y vio al chico sangrando. "No seas tonta Mi Nyu, el chico está herido" Suspiró y dio dos pasos para pararse frente al pelinegro.

(Dado 10 + 3 int = 13)

—No te dolerá... lo prometo. —La chica agarró la mano que aun sostenía el parche y cerró los ojos para concentrarse. El característico calor le quemó desde el estomago y comenzó a recorrerle por el cuerpo. Sentía la energía fluir por cada vaso sanguíneo y por cada poro de su cuerpo. Abrió los ojos cuando sintió que su calidez se estaba emanando a la mano del chico y con una pequeña sonrisa vio como la herida se cerró. —Listo —dijo ella y sonrió levemente... una sonrisa que no le llegó a los ojos. Mi Nyu nunca volvería a sonreír como antes... pero curar a los demás era algo que siempre... siempre la haría sentir dichosa y útil.

Mi Nyu se sonrojó violentamente cuando se volvió a verlo cuando este le tendía su ropa. La surcoreana se percató que el chico ya se había dado cuenta de que se le miraba todo. Los ojos de Nyu entraron en pánico y le dio la espalda. Se sintió tan expuesta... como cuando Max se había burlado de ella acariciándola, ultrajándola, sometiéndola a sus humillaciones y a sus palabras despectivas.

—No gracias... no la necesito. Me pondré mi chaleco de vuelta —le aseguró la asiática. Se agachó tapándose los pechos con un brazo y tomó su sacó mojado del suelo. Se lo echó por los hombros y después se giró a verlo. —¿Disculpa... podrías regresarme mi parche? —se sonrojó y su mirada seguía apagada y en el suelo. No quería sonar agresiva o malintencionada pero se moría de la pena y ese parche siempre le hacía sentir bien.